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Y lo de siempre:
" comitas dobles" - dialogo.
' comitas simples y cursiva! ' - pensamientos
Cap 18: Tiritas de colores.
Anne se había quedado dormida sobre el hombro de Legolas, quien la acurrucaba contra su pecho. La celda era fría y húmeda, y la chica parecía bastante débil. Los intentos por hacer magia la habían acabado de agotar. No sabían el tiempo que llevaban encerrados. Hacía unas horas les habían llevado algo de comer, pan y agua que olían bastante mal. Pero eso era todo. Legolas ni siquiera oía movimiento al otro lado de la puerta. Como saldrían de esta? Miró a la chica con preocupación, dormía tranquila. 'Al menos nos han encerrado juntos' pensó. 'Aunque no creo que pueda defenderla de Saruman, ni siquiera tengo mi arco ni mis espadas.'
Pesadas pisadas le sacaron de sus pensamientos. Podía distinguir al menos cuatro orcos y otro juego de pisadas mucho más suaves. Saruman! Despertó a Anne delicadamente y le explicó lo que ocurría. La mirada de sueño de la chica cambió por una de pánico. 'Saruman! Aquí! Ahora!' Legolas la puso en pie, justo en el momento en que la puerta se abría para mostrar al alto anciano en el umbral. El príncipe se puso ante Anne, quien se aferró a la espalda de la túnica del elfo a la vez que se escondía tras él. Saruman rió ante la escena.
"Nuestro querido príncipe siempre dispuesto a proteger a los desvalidos"- dijo, sarcástico, mientras Legolas le lanzaba una mirada de odio. Saruman volvió a reír, su fría risa heló la sangre a Anne. -"Apártate!"- le ordenó. Legolas no se movió. -"Apártate!"- volvió a ordenarle. Al ver que el elfo no iba a moverse, Saruman avanzó amenazadoramente hacia ellos. Legolas se puso en guardia, sin ceder terreno, mientras Anne se estremecía detrás de él. -"Legolas..."-
El mago se paró a un paso del elfo y lo evaluó con la mirada. El elfo sostuvo la mirada del mago sin perturbarse ni ceder terreno. Los labios del anciano se curvaron en una pequeña sonrisa. -"Me aburres"- le susurró, y con un gesto de su mano, lanzó al elfo contra la pared. Legolas se incorporó casi de inmediato, pero no pudo acercarse a ellos, ya que dos orcos le cogieron por la espalda. Peleó con ellos y consiguió librarse de uno, pero cuando parecía que conseguiría reducir a sus oponentes, aparecieron dos orcos más, y entre los cuatro, inmovilizaron al elfo en el suelo.
Anne intentó acercarse a donde se encontraba Legolas, pero Saruman le barró el paso. -"Mi oferta sigue en pie."- le dijo suavizando su voz. -"Y bien?"- Anne miró al mago y luego a Legolas, quien la observaba impotente desde el suelo. -"Supongo que eso en un no"- siguió el mago. -"como quieras"- y, alzando su mano derecha, se acercó a la joven. Anne alzó sus manos y de estas, para sorpresa de Saruman, salió una pequeña llama roja. La chica le tiró la llama encima, y se alejó todo lo que pudo. Saruman gritó, le ardía la barba y las ropas, y dos de los orcos acudieron en ayuda de su amo. Legolas aprovechó los momentos de confusión para deshacerse de los otros dos, que prestaban más atención a su amo que a él. Cogió a Anne de la mano y la arrastró hacia la puerta.
PUM
La puerta de la celda se cerró en sus narices.
"No saldréis de aquí!"- gritó Saruman, sus ropas ya no eran blancas y relucientes sino grises y llenas de quemaduras, y en su cara se podían ver zonas rojas causadas por el fuego. Alzando una de sus manos, les lanzó uno a cada lado de la celda. Los orcos volvieron a inmovilizar al elfo mientras que Saruman se acercó a la chica y, tras mirarla con desprecio, la cogió por el cuello y la levantó. Anne grito al volver a sentir esa mano que abrasaba su piel. Intentó crear otra llama, pero el mago la apagó con la otra mano, mientras clavaba su fría mirada en ella. Anne intentó soltarse, darle patadas al mago, pero no consiguió nada, y , como había ocurrido la vez anterior, empezó a sentirse cansada y todo quedo oscuro de nuevo.
Saruman la dejó caer al suelo y con un gesto indicó a los orcos que liberasen al elfo. Legolas se puso en pie y, tras echar una rápida ojeada a Anne, le miró desafiante y le dijo: -"Pagaras por esto, traidor!"-
"Los elfos siempre tan orgullosos"- empezó el anciano. -"No saben cuando deben rendirse."-
"Ningún elfo se rendirá ante un traidor!"-
"Valientes palabras para alguien que tiene las horas contadas"- le miró el mago con severidad. -"Pensaba ocuparme de la estúpida comunidad del anillo más adelante, pero ya que has venido... aprovecharé para agradecerte tu participación en la Guerra del Anillo"- añadió con sarcasmo. El elfo le miró desafiante. Saruman alzó una de sus manos y lanzó a Legolas, de nuevo contra una de las paredes, pero esta vez con mucha mas fuerza. Legolas no tuvo tiempo de intentar levantarse, cuando fue lanzado de nuevo hacia el otro lado. Saruman repitió el proceso un par de veces más, hasta que sintió que su rabia disminuía. -"Esto es solo el comienzo"- le dijo, acercándose al magullado elfo y agarrándole la cabeza por el pelo. -"te arrepentirás de haber nacido!"- y, tras esto, tanto Saruman como los orcos salieron de la celda.
Legolas soltó un gemido de dolor una vez la puerta se cerró, no iba a darle a Saruman el placer de verlo sufrir. Intentó moverse, no tenía ningún hueso roto, por suerte, aunque estaba bastante magullado y le dolía todo. Miró a Anne, quien se encontraba al otro lado de la celda, estaba inconsciente y la quemadura del su cuello volvía a tener muy mal aspecto. Notó como sus fuerzas le abandonaban y poco después perdió la consciencia. Cuando despertó, alguien le estaba acariciando la frente.
"Ei!"- le dijo Anne, -"como te encuentras?"- le preguntó, mientras le ayudaba a incorporarse.
"Bien"- mintió, intentando que ella no se diese cuenta del esfuerzo que estaba haciendo por poner buena cara.
"Tienes un chichón muy feo en la cabeza y unos buenos morados en el pecho y la espalda"- le informó la chica, preocupada.
Legolas asintió. 'chichón feo y morados en el pecho y la espalda... en el pecho y la espalda?' la miró desconcertado. -"Me has quitado la ropa?"- dijo mientras se palpaba la túnica, la cual estaba en su lugar y bien atadita.
"Solo para ver si estabas bien"- dijo Anne quitándole importancia. –"Me he llevado un susto de muerte cuando te he visto ahí tirado."-
Legolas aferró sus manos a la túnica y la miró con sospecha.
"Que te pasa?"- le preguntó Anne, extrañada por el comportamiento del elfo.
"Me has quitado la ropa!"- dijo, aforrándose con más fuerza a su túnica.
"No te la he quitado, hombre. Solo la he abierto un poco para ver si estabas herido."- 'Que le pasa a este?' Legolas la seguía mirando con sospecha. 'Vaya, que remilgado es el principito!' -"No sabía que fueras tan vergonzoso."- sonrió Anne. -"Que pasa, ninguna de tus fans te ha intentado quitar nunca la camisa?"-
"No"- dijo el elfo.
"Pero seguro que lo han pensado"- le dijo la chica sonriendo ante la escena, y al ver la mirada desconcertada del elfo añadió. -"Vamos hombre, no tienes nada de que avergonzarte... Nada de nada, créeme."-
El elfo se levantó y se puso a examinar la puerta, para evitar que la chica viera como se sonrojaba.
"Y tu como te encuentras?"- le preguntó Legolas sin darse la vuelta.
"Me duele todo... Estoy agotada y asustada... "- suspiró.
Legolas pegó la oreja a la puerta y escuchó atento, no se oía nada, Saruman debía estar muy seguro de si mismo si no les había puesto guardias. Claro que no era tan fácil abrir esa puerta. El elfo alzó sus manos para palpar la madera y se sorprendió al ver una especie de papel de colores pegado al dorso de su mano derecha. Se volvió para mirar a Anne. -"Que es esto?"-
"Una tirita"-
"Una tirita?"-
"Tenias una herida, así que le he puesto una tirita para que dejase de sangrar"- le aclaró la chica. -"Siempre llevo alguna encima por si me hago algún corte, sabes?"-
Legolas seguía mirando el extraño papel que tenía pegado en su mano. -"Esto son perros?"- preguntó perplejo, refiriéndose a la extraña decoración de la tirita.
"No! Son ositos!"- le dijo Anne. -"Esto son perritos"- le dijo mostrándole otra tirita que acababa de sacar de su bolsillo. -"Y esto leones, cebras, gatitos y cerditos"- Legolas se sentó a su lado y observó atentamente esos extraños e infantiles dibujos de colores llamativos. –"Quizás preferías los cerditos?"- le preguntó Anne. Legolas la fulminó con la mirada. -"Esta bien, esta bien."- rió Anne. -"Mira, yo tengo unos ponys"- le dijo, mostrándole una tirita que llevaba enganchada en su brazo.
"No son ponys, son caballos"-
"Son ponys!"- le dijo Anne a la vez que le lanzaba una mirada asesina.
"Y como te hiciste eso?"- pregunto el elfo, intentando cambiar de tema, aunque el veía caballos.
"Hice explotar la puerta de mi habitación y una de las astillas se me clavó en el brazo."- le dijo Anne. -"Por cierto, le debes una puerta a Lord Elrond"-
"Yo?"- la miró sorprendido el elfo. -"Creo que fuiste tú quien la hizo explotar."-
"Pero tu me encerraste y me hiciste enfadar, así que fue culpa tuya."- le replicó la chica.
El elfo la miró pensativo unos segundos. -"Crees que podrías hacer explotar esta puerta?"- le preguntó Legolas, esperanzado.
Anne observó la puerta con atención, era mucho más gruesa que la de Rivendell. -"No sé..."-
"Podrías intentarlo"- insistió Legolas, levantándose y tirando del brazo de la chica para que también se pusiera en pie.
Anne se puso ante la puerta -"Es que no se como lo hice."-
"Bueno, has dicho que te enfadaste y la puerta explotó, no? Pues, enfádate."- le sugirió el elfo.
Anne le miró pensativa. –"Supongamos que consigo hacer explotar la puerta"- empezó la chica. –"Que haremos después? No sabemos lo que hay fuera, lo más probable es que hayan cientos de orcos, por no hablar de cierto mago psicópata al que prefiero no hacer enfadar. Y tú estas desarmado! Que vas a hacer? Deslumbrarles con el brillo de tu cabello y aprovechar para huir durante el desconcierto!."-
Legolas hizo una mueca ante el comentario de la chica. –"Creo que es mejor opción que quedarnos aquí."-
Anne le miró unos segundos. ' Pensemos en lo que podría ocurrir. Si nos quedamos, Saruman nos matará. Si intentamos escapar y nos pillan, Saruman nos matará. Si conseguimos escapar y no nos pillan... acabaré perdida por el bosque con el elfo psicópata de nuevo, perseguidos por cientos de orcos que, como nos pillen, nos mataran... Mi vida en la Tierra Media mejora por momentos!' suspiró. –"Haré lo que pueda."- le dijo a Legolas, quien se alegró de que por fin se decidiera.
Anne volvió su vista hacia la puerta. 'Venga, enfádate!...Mmmm... ' Volvió a mirar al elfo. –"Es que ahora no estoy enfadada."-
Legolas sonrió. –"Imagina que la puerta soy yo."-
–"Ah! Vale!"- volvió su vista de nuevo a la puerta y empezó a pensar en como Legolas la había encerrado en su habitación, como Lord Elrond la había obligado a volver a sus lecciones, como Ambar no le hacia ni caso, como Saruman había destrozado su vida y la había obligado a ir a la Tierra Media y... tenía que llevar vestiditos!
Legolas la observaba con atención, no estaba muy seguro de que fuese a funcionar, pero tenían que intentarlo, no podían quedarse ahí sin hacer nada.
Anne seguía con sus alegres pensamientos hasta que dio con el recuerdo clave. 'Y el muy... hizo ver que me iba a besar para quitarme la llave! Estupido elfo! Estupido elfo! Estupido elfo!'
PUM
–"Au!"- Anne cayó de espaldas al suelo a causa de la explosión, la puerta había salido volando por los aires. Legolas observó los restos de la puerta sorprendido. –"Recuérdame que no te haga enfadar."-
–"Tarde para eso."- dijo Anne mientras se ponía en pie.
Hacía apenas medio día que Gandalf, junto con Sombragris, había llegado a Fangorn cuando un mensajero de Rivendell le dio la peor de las noticias imaginables. Anne había desaparecido de la ciudad junto con Legolas, y Lord Elrond sospechaba que se trataba de Saruman. Así que había decidido avanzar su visita a Isengard. Cuando llegó ante la gran puerta de la muralla exterior, la abrió usando su magia sin ningún esfuerzo. Cabalgó observando apenado los barrizales y fosas sin fondo en que se habían convertido los antes hermosos jardines. Los orcos que estaban cerca se apartaban del mago atemorizados, pues de éste se desprendía una poderosa luz blanca.
Saruman lo observaba desde el balcón de su despacho. Aunque deshacerse de los ents había sido relativamente fácil, sabía que no tenía ninguna posibilidad ante el mago blanco. Así que, su mejor baza era permanecer en la torre. Gandalf no había podido abrirla durante la guerra del anillo y tampoco podría abrirla ahora.
"Que has venido ha hacer aquí?"- pregunto el antiguo mago blanco con voz fría.
"Evitar que hagas más locuras"- respondió Gandalf, su azul mirada clavada en la de Saruman. Éste rió.
"Y como piensas impedírmelo? No veo que traigas la llave de Orthanc."-
"Saruman, es mejor para todos que dejes las cosas como están. Aún hay salvación para ti."-
Las palabras de Gandalf volvieron a causar la risa de Saruman. -"Pretendes que me rinda? Ahora que la suerte esta en mi favor?"-
"La joven no tiene la culpa de esto."- añadió el mago blanco.
"No sabes como lo lamento, pero es una pieza importante para mi plan."-
Durante más de media hora duró esa conversación que, para desespero de Gandalf, no llevaba a ninguna parte. Saruman no soltaba prenda respecto a lo que se proponía y, ahora que tenía a Anne en su poder, no se rendiría tan fácilmente.
Legolas y Anne recorrían la torre de Orthanc en busca de una salida. El elfo iba en primer lugar, examinando la zona por si hubiesen orcos cerca, y Anne iba bastante más retrasada. Al cabo de unos veinte minutos de caminar sin rumbo fijo, la chica, que ya se sentía bastante cansada desde que hizo explotar la puerta, empezó a sentirse mareada y no tuvo más remedio que apoyarse en la pared. Legolas empezaba a preocuparse por su estado, así que pasó su brazo por la cintura de la chica mientras esta pasaba el suyo por los hombros del elfo, de manera que Legolas cargó con parte de su peso. Pero Anne cada vez estaba más cansada y se apoyaba más en el elfo haciendo que éste retrasara su paso.
"No podemos seguir así, Legolas. Casi no puedo moverme."- empezó Anne. -"Es mejor que busques la salida tu solo y después vengas a por mi."-
Legolas intentó replicar. No le hacia ninguna gracia dejarla sola, pero si quería encontrar una salida rápido era mejor que fuese solo. Así que, tras dejar a Anne sentada en el suelo de una pequeña sala que parecía que no había sido usada durante años por la cantidad de polvo que acumulaban los muebles, siguió buscando una manera de salir de allí.
Recorrió todos los pisos de la vieja torre, las salidas de la planta baja estaban custodiadas por orcos, así que pasar por ahí estaba descartado. La cosa no mejoró cuando descubrió que las ventanas de las primeras plantas estaban tapiadas. Legolas empezaba a desesperarse. Es que no iban a poder salir de allí? Y entonces dio con la solución.
Anne se quedó en la pequeña habitación y, casi de inmediato, se durmió. Nunca hubiese imaginado que se dormiría en una situación en la que, si daban con ella, lo más probable era que acabara muerta, pero se sentía tan cansada, que no pudo luchar contra el sueño. Poco después notó como la zarandeaban suavemente. 'Dejadme dormir!'. Abrió los ojos lentamente.
"Que quieres?"- murmuró. Legolas le dedicó una pequeña sonrisa a la muy adormecida chica y le explicó que había encontrado una salida.
"Una salida!"- dijo Anne, poniéndose de pie de un salto para sorpresa del elfo. -"Larguémonos de aquí!"- Y casi de inmediato, volvió a sentirse débil y perdió el equilibrio. Habría caído al suelo de no ser por Legolas quien la cogió en el momento justo.
"Aún estas muy débil"- le dijo, preocupado, mientras ponía el brazo de la chica sobre sus hombros y la volvía a coger por la cintura.
Caminaron por el largo y oscuro pasillo hasta unas escaleras, las subieron durante un buen rato. Anne empezaba a impacientarse. –"Pero donde vamos? Debemos estar ya en el piso 17 o 27!"- se quejó. –"Creía que la salida estaría en la planta baja."-
–"Las plantas inferiores están protegidas por orcos."- le informó Legolas.
Anne le miró sin acabar de comprender. –"Entonces donde vamos?"-
–"No te preocupes, ya estamos cerca"- le susurró el elfo, a la vez que le dedicaba una pequeña sonrisa para tranquilizarla.
Unos cuantos metros más arriba, la escalera acababa en una pequeña puerta. Al atravesarla salieron a una amplia terraza. Anne se dedicó a observarla mientras Legolas atrancaba la puerta. No era una terraza ni un balcón, como le había parecido al principio. Sino el techo de la torre! Estaban en lo alto de Orthanc! De forma ovalada sin baranda, solo cuatro altas torres acabadas en punta que marcaban los cuatro puntos cardilanes. Reconocía ese lugar de los libros y las películas, sabía que Saruman encerró allí a Gandalf cuando éste fue a pedirle consejo antes de la celebración del concilio. Y también sabía que Gandalf había conseguido escapar gracias a la ayuda del señor de las águilas. Observó como el sol se empezaba a esconder tras las montañas y poco a poco se acercó al límite. Las paredes caían hasta el suelo lisas y oscuras, en la base de la torre pudo diferenciar a un grupo de orcos, aunque desde su posición no eran más que pequeñas motitas negras.
–"A ti te parece que esto es una salida!"- le gritó a Legolas, confundida, mientras se dirigía hacia la puerta. Éste la detuvo antes de que la chica empezara a deshacer la pequeña barricada que había montado ante la puerta.
–"Es la única"- dijo el elfo con calma.
Anne le miró asombrada. –"Pero es que no has visto la distancia que hay hasta el suelo? Nos vamos a matar!"-
–"No, si abres un portal"-
Anne abrió los ojos como platos, ahora lo entendía. Ese era el plan de Legolas. –"Me siento muy cansada, no se si podré..."-
Legolas se acercó a ella, puso sus manos sobre los hombros de la chica suavemente y la miró con ternura. –"Claro que puedes. Solo has de confiar en ti..."- añadió. –"...como lo hago yo. Y pensar en un lugar agradable."-
Anne se quedó un poco perpleja ante la palabras del elfo. 'Confía en mi?... Es que no ha visto la altura?... Nos vamos a matar!'. En el momento que iba a replicarle, Legolas se puso serio y miró con preocupación hacia la puerta. –"No tenemos tiempo."- susurró. –"Ya están aquí."-
Bueno, pues esto es todo por ahora. Espero q os haya gustado y que dejeis reviews.
La semana que viene voy a estar muy liada con la uni, tengo q entregar un trabajo y estudiar para un par de examenes, por lo q no creo q tenga tiempo para escribir. Asi q, hasta dentro de dos semanas!
Hasta pronto! ;p
