Hola a todos! Bueno, la semana pasada fue un poco estresante y no pude escribir nada. Pero ya estoy a qui otra vez.

Bueno, recordais como quedó la cosa, no? Legolas y Anne estan atrapados en Isengard. Anne hizo explotar la puerta de la celda, Legolas la ha llevado hasta el terrado de la torre y pretende que la pobre chica abra un portal. Mientras tanto, Gandalf ha llegado a Isengard e intenta convencer a Saruman para que libere a sus prisioneros. Bien, que ocurrira? Abrira Anne el portal? Acabaran hechos papilla contra el suelo? Volverá Saruman a atraparlos? Aparecera Guimli y en plan Mission Imposible se infiltrará en la torre y despedazará a todos los orcos para salvar a sus amigos? Bueno, creo q tendreis q leer el capitulo! Os aseguro q este capitulo os va a encantar! jajaja.

Muchisimas gracias por todos los reviews!

Y lo de siempre:

" comitas dobles" - dialogo.

' comitas simples y cursiva! ' - pensamientos


Cap 19:Helado de Anne

Unos cuantos metros más arriba, la escalera acababa en una pequeña puerta. Al atravesarla salieron a una amplia terraza. Anne se dedicó a observarla mientras Legolas atrancaba la puerta. No era una terraza ni un balcón, como le había parecido al principio. Sino el techo de la torre! Estaban en lo alto de Orthanc! De forma ovalada sin baranda, solo cuatro altas torres acabadas en punta que marcaban los cuatro puntos cardilanes. Reconocía ese lugar de los libros y las películas, sabía que Saruman encerró allí a Gandalf cuando éste fue a pedirle consejo antes de la celebración del concilio. Y también sabía que Gandalf había conseguido escapar gracias a la ayuda del señor de las águilas. Observó como el sol se empezaba a esconder tras las montañas y poco a poco se acercó al límite. Las paredes caían hasta el suelo lisas y oscuras, en la base de la torre pudo diferenciar a un grupo de orcos, aunque desde su posición no eran más que pequeñas motitas negras.

–"A ti te parece que esto es una salida!"- le gritó a Legolas, confundida, mientras se dirigía hacia la puerta. Éste la detuvo antes de que la chica empezara a deshacer la pequeña barricada que había montado ante la puerta.

–"Es la única"- dijo el elfo con calma.

Anne le miró asombrada. –"Pero es que no has visto la distancia que hay hasta el suelo? Nos vamos a matar!"-

–"No, si abres un portal"-

Anne abrió los ojos como platos, ahora lo entendía. Ese era el plan de Legolas. –"Me siento muy cansada, no se si podré..."-

Legolas se acercó a ella, puso sus manos sobre los hombros de la chica suavemente y la miró con ternura. –"Claro que puedes. Solo has de confiar en ti..."- añadió. –"...como lo hago yo. Y pensar en un lugar agradable."-

Anne se quedó un poco perpleja ante la palabras del elfo. 'Confía en mi?... Es que no ha visto la altura?... Nos vamos a matar!'. En el momento que iba a replicarle, Legolas se puso serio y miró con preocupación hacia la puerta. –"No tenemos tiempo."- susurró. –"Ya están aquí."-


Un orco se acercó con temor a su amo, quien discutía con Gandalf el Blanco desde el balcón. –"Mi señor, los prisioneros han escapado."-

Saruman dejó de prestar atención al mago blanco y miró al orco con rabia. –"QUE!"-

–"Mi señor..."-

–"Que estas haciendo aquí! Buscadles!"- Pero antes de que él mismo pudiera ir en su busca, una muralla de fuego se interpuso entre él y la entrada a la torre. Se giró, con los ojos llenos de ira hacia Gandalf. Quien, había escuchado parte de lo que el orco había dicho y no estaba dispuesto a dejar que Saruman volviese a atrapar a sus amigos. 'Es todo lo que puedo hacer por ellos'.


Anne miró con miedo hacia la pequeña puerta, se oía ruido de pasos en las escaleras y, tras unos instantes, se empezaron a escuchar golpes. La puerta empezó a astillarse, no aguantaría mucho más. Legolas la llevó hasta el borde de la terraza, mientras Anne seguía mirando aterrada la pequeña puerta que los separaba de los orcos. Una fría ráfaga de viento hizo que centrara su atención en la caída a sus pies. Notó como Legolas la cogía de la mano suavemente y desvió su atención hacia él. El elfo la miraba preocupado. –"Todo saldrá bien."- le dijo. Anne le miró durante unos instantes y volvió a centrar su atención en la distancia que los separaba del suelo. Respiró hondo un par de veces, sacó fuerzas y valor de donde no los tenía y, volvió a mirar a Legolas, los ojos del cual le decían que nada malo les iba a ocurrir. 'Como no es él quien ha de abrir el portal...' Así que, tras apretar con fuerza la mano del elfo, se dejaron caer.

El aire era frío y azotaba sus cuerpos con furia, Anne vio como el suelo iba acercándose peligrosamente a ellos y, cerrando sus ojos con fuerza, susurró las palabras que podrían salvarles. Y, tras esto, solo hubo frío y oscuridad.


Saruman vio, impotente como dos figuras caían desde lo alto de la torre, intentó detenerles conjurando al viento, pero no le sirvió de nada, la magia de Gandalf era más fuerte que la suya y anuló su hechizo. Segundos después se produjo un suave resplandor azulado y las figuras desaparecieron en él. –"Maldito mago entrometido!"- le gritó, mientras veía al mago blanco alejarse de la torre a toda prisa.

Gandalf había notado donde se había abierto el portal, así que, sin perder tiempo, se dirigió hacia allí, no sabia el estado en que se encontraban Anne y Legolas, pero esperaba que lo suficientemente bien como para ponerse a salvo. En cuanto a Saruman, Anne y Legolas podrían contarle más de lo que él había conseguido sacarle al mago traidor.


Legolas no soltó la mano de Anne en ningún momento, notó como el viento azotaba sus cuerpos mientras caían, vio una tenue luz y después cayeron al agua, fría y oscura. Salió a la superficie y arrastró a la chica con él, ésta había perdido el conocimiento, debido al agotamiento por haber abierto el portal. Miró a su alrededor, tratando de saber donde habían aparecido. Para su sorpresa, conocía ese lugar como la palma de su mano. Era el lago que había cerca de su ciudad, donde vio aparecer a Anne la primera vez.

La cogió en brazos y se adentró en el bosque, no sabia si habían orcos cerca pero era mejor estar resguardados por los árboles que en el claro del lago. Cuando encontró un lugar de su agrado, hizo un pequeño fuego y acercó a Anne. La chica temblaba por el frío, todas sus ropas estaban mojadas. Ya había anochecido, el verano había dado paso al otoño y, en esa época del año, el bosque empezaba a ser frío. Empezó a preocuparse al ver que la chica no dejaba de temblar, así que la sentó entre sus piernas y la recostó sobre su pecho, intentado que su abrazo le proporcionara algo de calor.

Anne despertó poco después, tenía frío y estaba cansada, muy cansada. Así que se apretó más contra lo que estaba apoyada, ya que era lo único cálido que sentía.

–"Anne?"- susurró Legolas, al notar movimiento.

–"Mmm"- respondió la chica sin moverse.

–"Te encuentras bien?"- preguntó.

–"Mmm"-

Legolas, suavemente, cogió a la chica por la mejilla y movió su cara hasta que pudo verla. –"Te encuentras bien?"- volvió a preguntar.

–"Me siento como un helado"- susurró la chica. –"Y no puedo dejar de temblar." Legolas empezó a frotar suavemente los brazos y la espalda de Anne con sus manos, intentando que la chica entrara en calor, mientras Anne le miraba atontada recostada en su pecho. –"Porque hace tanto frío?"-

–"El bosque es un lugar frío en esta época del año."- le susurró.

–"Espera, has dicho el bosque?"- le preguntó un poco alarmada, mirando por primera vez a su alrededor.

–"Si, estamos cerca de mi ciudad."-

–"Que! Como?"-

–"Pues abriste un portal, no lo recuerdas?"- empezó el elfo, alarmándose por la perdida de memoria de la chica.

–"Pero yo no quería venir aquí!"- dijo Anne, sin dejar de temblar en ningún momento. –"Quería ir a casa..."-

–"Caímos al lago en el que apareciste la primera vez, se parece mucho al que hay en tu mundo... puede que no tuvieras la suficiente energía para llevarnos hasta allí y por eso el portal se abrió aquí"- teorizó el elfo.

'Pues que bien, helado de Anne en la Tierra Media!'. –"Tú no tienes frío?"- le preguntó, al darse cuenta que era ella la única que estaba temblando.

"Los elfos no sentimos la temperatura de la misma manera que el resto de las razas."-

–"Casi prefiero ser un elfo que un mago"- suspiró la chica. –"Siempre he sido muy friolera."- se tocó la nariz con una de sus manos. –"Tengo la nariz helada"-

El elfo imitó el gesto. –"Cierto."-

–"Seguro que también tengo los labios morados"- dijo la chica tocándoselos con la mano. –"Siempre me pasa."-

Legolas le apartó la mano de los labios y se inclinó hacia ella para verlos mejor. Los miró con preocupación al comprobar que estaban violetas.

–"No por mucho tiempo"- susurró, mientras se inclinaba sobre ella, y, tiernamente, unía sus labios a los de la chica. Los acarició con los suyos con ternura, si bien estaban fríos, eran mucho más suaves de lo que había imaginado. Se apartó un poco al darse cuenta que ella no respondía al beso, para comprobar que Anne volvía a estar dormida. Así que, guardándose las ganas (otra vez), la abrazó contra su pecho tras darle un último y suave beso.

Cuando Anne volvió a despertar, ya no tenía frío y el cielo empezaba a clarearse. Notó que estaba apoyada contra algo y levantó la cabeza para encontrarse con Legolas que la miraba con una sonrisa. –"Como te encuentras?"- le dijo este, tan cerca de su cara que había sentido la calidez de su aliento. Anne parpadeó un par de veces antes de reaccionar. Se incorporó de golpe, apartándose del elfo e intentando no ponerse colorada, y entonces, sintió el frío que traía la mañana. Legolas rió ante la reacción de la chica y la agarró por los brazos obligándola a volver a la posición en la que estaba.

–"Aun hace frío. Es mejor que te quedes aquí hasta que el sol haya salido un poco más."-

'Cuando dice aquí, se refiere a aquí encima suyo?' Anne miraba un poco avergonzada a Legolas, mientras este seguía con su sonrisa. 'Por que sonríe? Y Por que me mira así?... Tengo la sensación de que se me ha olvidado algo importante'

Siguieron abrazados un rato más, Anne sintiéndose un poco incomoda por estar tan cerca del elfo y con una extraña sensación de perdida de memoria, y Legolas divertido ante la situación de ver a la chica tan avergonzada, y un poco apenado porque ella parecía no recordar lo que había sucedido.

Cuando Legolas estuvo convencido de que la temperatura era la apropiada para que Anne no volviera a su estado de tembleques y tras haber disfrutado de lo lindo avergonzando a la pobre chica, le dio permiso para levantarse. Caminaron durante todo el día por el bosque, dirección a la ciudad del Bosque Oscuro, y comieron setas y raíces que Legolas aseguraba que sabían bien, pero que a Anne casi le hacen vomitar.

–"Vaya! Cuantos recuerdos!"- dijo Anne cuando pasaron cerca de un arroyo. –"Aquí me amenazaste por primera vez!"- rió la chica. 'Espera! No tuvo gracia!'

Siguieron caminado durante todo el día, casi todo el tiempo en silencio, excepto las trescientas veces que Anne le preguntó a Legolas si estaba seguro de que no había orcos cerca, y las mil-quinientas 'Falta mucho?' de las cuales el elfo estaba un poco harto. En esos momentos estaba empezando a plantearse los motivos de sus sentimientos hacia alguien tan pesado como Anne. 'En que deben estar pensando mis hormonas?'.

Al caer la noche, Legolas hizo un pequeño fuego entre unas raíces y se sentó al lado de Anne, quien estaba sentada apoyada en un árbol. Legolas pasó el brazo por el hombro de la chica y la acercó a él, mientras Anne le miraba con cara de 'que hace este?'. Legolas le dedicó una sonrisa y entonces...

'Espera un momento...' –"TÚ!"- se levantó Anne de golpe, señalando al desconcertado elfo con un dedo de manera acusadora. –"Te aprovechaste de que estaba agonizando para besarme! Elfo pervertido!"-

–"Que?"- se levantó Legolas, ya esperaba una reacción así de la chica en cuanto recordara lo ocurrido, pero no algo tan exagerado. –"No estabas agonizando!"-

–"Estaba más inconsciente que consciente!"-

–"Y como te sientes ahora?"-

–"Perfectamente, porque?"- Anne apenas pudo acabar la frase, Legolas se había lanzado hacia ella y la acorralaba entre un árbol y su cuerpo, y , sin darle tiempo a rechistar, atrapó los labios de la chica con los suyos.

Anne parpadeó dos veces antes de ... 'Me esta besando? Me esta besando! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa El elfo psicópata me esta besando! Aaaaaaaaaaaa Aaaaaaaaaaaa MmmmMmmmm MmmmMmmm' Anne empezó a responder al beso que estaba recibiendo. Sus manos se deslizaban por la espalda de Legolas y volvían a subir por su pecho, para posarse en sus suaves mejillas y de nuevo en su espalda, mientras con sus labios acariciaba a los del elfo con ternura. Legolas sentía las manos de la chica recorrer su espalda, la abrazó con más fuerza y pegó su cuerpo al de ella, mientras aferraba sus manos a su espalda y las entrelazaba con el oscuro cabello.

Cuando el beso acabó, separaron sus cabezas lentamente sin romper el abrazo. Ambos se miraban dulcemente mientras ponían en orden sus sentimientos. Legolas sonrió y, tras posar un suave beso en los labios de Anne, la abrazó tiernamente.

En ese calido abrazo, Anne se sentía un poco aturdida. Había prometido no volver a enamorarse después de las malas experiencias que había tenido. Sabía que siempre le salía mal, así que había decidido evitarse el dolor. Se había dado cuenta de que Legolas era una menaza para ella casi desde el primer día, y encima, el elfo se había vuelto muy amable las últimas semanas, irritablemente amable... Y ahora estaba ahí, aforrándose a su camisa para que no se marchara como los demás. Suspiró, no tenía más remedio que reconocer lo que sentía.

Notó como Legolas se ponía tenso y, antes de que pudiera preguntar, el elfo la había tirado a los pies del árbol y le tapaba la boca con la mano para amortiguar su grito.

"Sabia que no podías estar sin maltratarme por mucho tiempo"- le susurró. Legolas le dedicó una pequeña mueca antes de centrar su atención en el lugar donde, segundos antes, habían estado. Anne miró en la misma dirección para ver una horrible y enorme criatura salir de las sombras y olisquear el suelo y el aire, si es que ese bicho tenía nariz.

Legolas cogió a Anne de la mano y la arrastró tras él, tenían que alejarse o les descubriría. –"Que es eso?"- le susurró Anne, cuando ya estaban bastante alejados del peligro.

–"Una araña."- le dijo Legolas, examinando el terreno por si había más.

Anne le miró perpleja. –"Pero que dices! Las arañas no son tan grandes?"- y entonces lo recordó. –"En el Bosque Oscuro hay arañas gigantes."-

–"Aja"-

–"Con el asco que me dan las arañas!"- empezó Anne mientras miraba a su alrededor aterrada. –"Pero no hay más, verdad?"- Miró a Legolas esperanzada, mientras el elfo le devolvía una mirada de preocupación. –"Legolas?"-

El elfo miró hacia unos matorrales con preocupación, y acto seguido, empezó a caminar empujando a Anne delante de él para que no se detuviera. Había notado algo, y si sus sentidos no le engañaban, cosa que no solía ocurrir, la araña había seguido su rastro. 'Y no tengo armas!' se lamentó, mientras aceleraba el paso haciendo que la chica casi corriera. 'Nos sigue el rastro, no hay más remedio...'

Anne estaba muerta de miedo, como si no hubiese tenido suficiente con Saruman y los orcos, ahora tenía que huir de arañas, pero no de arañitas cualquiera que les das un pisotón y adiós muy buenas, no, nada de eso, la araña era GIGANTE! 'Otra de las maravillas de la Tierra Media ' Notó como Legolas la cogía del brazo y la obligaba a parar.

–"Que ocurre?"- le susurró.

–"Quédate aquí y no te muevas"- le ordenó el elfo, mientras la dejaba detrás del enorme tronco de un árbol y él salía a un pequeño claro armado con una rama seca acabada en punta. Segundos después, ante Legolas apareció esa horrible criatura que, empezó a acercarse de manera amenazadora hacia el elfo. Legolas por su parte cogía la estaca como si se tratase de una espada y se ponía en guardia. Anne miraba la escena aterrada. 'Pero que hace! Va a atacar a la súper-araña con un PALO! '

La araña se lanzó sobre Legolas varias veces, el elfo la esquivaba con mucha facilidad, intentando acercarse lo suficiente a su vientre para clavarle la estaca. En un par de ocasiones estuvo cerca de conseguirlo, pero la araña también era muy rápida y esquivó sus ataques. Finalmente, Legolas alcanzó su objetivo, y tras esquivar el aguijón de la horrible criatura, le clavó la estaca en el estomago y, con un rápido movimiento, le abrió la panza. Anne puso cara de asco al ver caer muerta y destripada a la araña, y se alegró de que Legolas estuviera bien. Pero antes de que pudiera salir de su escondite, apareció otra de esas criaturas. Y ésta, para desespero de ambos, era mucho mayor que la anterior.

Legolas echó una mirada de preocupación a Anne, quien observaba aterrorizada como la gigantesca araña avanzaba hacia él. El gigantesco arácnido atacó a Legolas, quien la esquivaba intentando llegar a su vientre. Sin muchos más esfuerzos que con la primera, el elfo consiguió escabullirse por debajo del ser y clavarle la estaca, pero, en un último intento desesperado del bicho por cazar a su presa, lanzó su aguijón hacia el elfo, a quien no le dio tiempo de apartarse del todo, y se lo clavó en el hombro.

Anne salió a toda prisa de su escondite al ver a Legolas caer bajo el peso de la araña muerta y le ayudó a salir de debajo del cadáver del monstruo. Anne pudo ver que el hombro derecho del elfo estaba sangrando, pero antes de poder decir o hacer nada, unas horribles patitas de araña se empezaron a ver entre las raíces de los árboles cercanos. Legolas la obligó a correr en dirección opuesta a los seres. Avanzaron lo más rápido que pudieron, evitando raíces, piedras y barro. Pero tras ellos se podían oír los pasos de sus perseguidores. Anne no estaba segura de cuantas les seguían, pero sin duda eran más de una. Legolas la guió entre los árboles hasta una pequeña gruta donde le pidió que le esperase.

–"Que me quede aquí?"- le preguntó la chica entre incrédula y histérica. –"Y que piensas hacer? Estas herido!"-

–"Por una vez en tu vida, podrías hacerme caso!"- dijo, intentando que el dolor que sentía no se reflejara ni en su cara ni en su voz.

–"No, no y no!"- 'Pero es que se cree Superman o que!'

Legolas se giró de golpe. Demasiado tarde para huir, las arañas ya estaban allí. Legolas y Anne entraron en la gruta y se resguardaron entre las sombras, mientras las arañas olisqueaban el ambiente y se acercaban a la entrada de la caverna, poco a poco. Ya estaban muy cerca, sin duda sabían que sus presas estaban ahí. Legolas intentó incorporarse, el dolor en el brazo aumentó, pero se puso en pie de todas maneras, las pensaba matar a todas. Anne vio como Legolas escondía una mueca de dolor antes de dirigirse hacia la entrada de la gruta con su estaca. Las arañas le vieron y, en seguida, se prepararon para atacarle. El elfo se tambaleó un poco antes de alzar desafiante su espada de madera.

'Le van a matar! Le van a matar y se lo comerán! Le van a matar y se lo comerán y lo voy a ver en directo!... Piensa algo, piensa algo...' Anne se puso en pie y salió de las sombras, no sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero no iba a quedarse ahí sentada. Así que, respirando hondo, se concentró, alzó sus manos y recitó un hechizo para crear hielo. Cual fue su sorpresa y la del elfo, por no hablar de la de las arañas asesinas, al ver como una gruesa muralla de hielo se iba creando entre los horribles bichos y sus presas. En cuestión de segundos cubrió toda la entrada a la gruta, dejando fuera a las arañas y dentro a ellos. Encerrados, pero sin arañas.


Bueno pues hasta aqui el capitulo. Han pasado muchas cosas, eh! Y como no, siguen metiendose en lios! Pobrecitos!

Espero vuestros comentarios.

Hasta proto! ;p