Hola! Bueno, bueno, reconozco q los dos ultimos capitulos fueron mas cortos de lo habitual. El motivo es que creo que entre el calor que hace y los recientes examenes, mis neuronas estaban un poco fritas. Pero no os preocupeis q creo q ya se estan recuperndo. Asi que este capitulo vuelve a la longitud habiual, ok? Espero q os guste!

Por cierto, no sé la edad que se supone tiene Legolas, la que dije en el capitulo anterior me la inventé, ok?

Y muchisimas gracias por los reviews!


Cap 24: Volviendo a la rutina

Anne despertó sobresaltada al oír unos insistentes golpes en su puerta. 'Que pasa? Que hora es? Donde...' –"Ay!"-

PUM

–"Menuda leche!"- dijo, mientras miraba a su alrededor, un pelin desorientada, y se daba cuenta que acababa de caerse de la cama.

–"Estas bien? He oído un golpe y..."- Adlanna la miraba preocupada desde la puerta de la habitación.

–"Estoy durmiendo"- se quejó Anne, quien había pasado olímpicamente de volver a su cama y había preferido quedarse a dormir en el suelo. Estaba cansadísima, se había pasado la noche anterior paseando por los jardines con Legolas hasta bien tarde, sin contar que le dolía un poco la cabeza, 'Estupido licor de las narices!'

–"Aun estas durmiendo?"- le preguntó la elfa, a la vez que le tiraba de un brazo para que se levantara. –"Ya deberías estar vestida."-

–"Grrmmm"- fue la respuesta que obtuvo.

–"Ha llegado Mithrandir y quiere verte."-

'Mithrandir? De que me suena?...Gandalf!' –"Gandalf esta aquí?"- fue la información que Anne necesitaba para levantarse, bañarse, vestirse, desayunar y salir por la puerta en menos de 3 microsegundos bajo la mirada estupefacta de la elfa.

–"Vamos o que?"- le preguntó a Adlanna, al ver que no salía de la habitación.

–"Si, si"- se apresuró la elfa a seguirle el paso.


Gandalf había cabalgado sin descanso desde Isengard, percibió la apertura del portal cerca de la ciudad del Bosque Oscuro y se apresuro en llegar lo antes posible. No creía que Saruman hubiese percibido también donde se abrió el portal, pero de todas maneras, el bosque no era un lugar seguro. Al pasar cerca de Rivendell, decidió acercarse a la casa del medio elfo e informarle de lo ocurrido. A penas estuvo unos minutos en la preciosa ciudad, lo justo para coger algunas provisiones y cosas que creía le serian útiles, y volvió a partir. Por suerte, Sombragris era un caballo excepcional. Volaba por encima de los prados a una velocidad sorprendente y su resistencia era única. De manera que en unos pocos días habían llegado a su destino. Pidió audiencia al rey Thranduil quien se la concedió de inmediato. Y ahora estaba allí, en su despacho, sentado en una cómoda butaca ante el rey y sus dos hijos.

-"Me alegro de que estéis bien."- le dijo sonriendo a Legolas, quien inclinó la cabeza como muestra de agradecimiento por sus palabras. Iba a preguntarle sobre lo ocurrido en Isengard cuando unos pasos apresurados hicieron que centrara su atención en la puerta del despacho. En menos de dos segundos entró Anne, quien, con cara mezcla de alegría y sorpresa, se lanzó sobre el mago a grito de -"Gandalf!"- El mago correspondió a su abrazo y luego la apartó suavemente para observarla con atención. -"Parece que estas bien"- murmuró. -"Mmmm"- se fijó en el cuello de la chica. La quemadura se había curado casi por completo, pero la zona aun estaba un poco roja.

Una vez todos hubieron tomado asiento alrededor de la mesa, entre Anne y Legolas le contaron lo ocurrido con Saruman, desde que aparecieron en Isengard hasta que llegaron a la ciudad del Bosque Oscuro. Mientras Gandalf les escuchaba con atención sin interrumpirles en ningún momento, centrando sus ojos azules en el que tenía la palabra en ese momento.

-"Menuda aventura"- dijo, cuando Legolas y Anne dieron por concluido el relato. -"Así que absorbió tu poder con sus manos?"- Anne asintió.

-"Eso es lo que busca?"- preguntó el rey. -"La magia de la joven maga?"-

-"Mmm... Me temo que para conseguir su objetivo necesita mas poder del que posee ahora."- dijo el mago pensativo. -"Perder su magia fue un duro golpe para él, así que para recuperarla ha decidido robársela a otro mago. Puesto que Saruman no es muy poderoso y Anne aun no controla su magia, es la presa perfecta."-

-"Y para que quiere los poderes de Anne?"- preguntó Thalion.

-"Es que no es obvio"- le miró Gandalf. -"Desea venganza. Usará su magia para vengarse de todos nosotros por hacer fracasar sus planes durante la guerra del anillo. Por eso pretende enviar orcos por toda la Tierra Media, esta preparando un ejercito en Isengard."- Todos le miraron sorprendidos. -"Atacar Isengard esta descartado, él es fuerte en su torre. Debemos preparar los ejércitos y esperar a que dé el primer paso. Aragorn está organizando las defensas de Gondor, y Eomer de Rohan ya ha sido avisado. No se cuando pretende atacarnos, pero cuando lo haga las cosas se pondrán feas."-

Anne miró a todos los presentes quienes, a su vez, miraban a Gandalf con preocupación. Las noticias del mago eran graves. Saruman quería vengarse de la Tierra Media y para conseguirlo pretendía robarle su magia. 'Menudo lío en el que estoy metida!' Sus ojos se encontraron con los de Gandalf, los cuales, para su sorpresa la miraban risueños.

-"Así que la señorita hizo magia de verdad"- le dijo medio sonriendo. -"Por fin! Creía que nunca te decidirías."-

Anne le dedicó una mueca. -"Es que trabajo mejor bajo presión."- El mago rió.

-"Hacer explotar una puerta o defenderte de Saruman con una llama de fuego fue un buen trabajo. Por no hablar del portal que abriste o el muro de hielo."- le dijo en un tono que denotaba orgullo hacia su joven alumna. -"Un muro de hielo, muy interesante"- murmuró el mago. -"Como se te ocurrió?"-

-"Lo vi en una peli"- le dijo Anne. Y, tras ver la mirada de 'que lo viste donde?' que ponían todos los presentes, añadió mirando a Legolas y Gandalf. -"En la tele, ya sabéis, esa curiosa cajita que estuvisteis mirando durante casi 24 horas embobados"- Ambos asintieron, y, aunque el rey y Thalion seguían perdidos, decidieron no preguntar. -"Y que vamos a hacer ahora?"- preguntó Anne.

-"Bueno"- la miró el mago sonriendo. -"Continuar con tu formación, por supuesto."- Anne puso cara de 'Puaj!' -"De camino hacia aquí pasé por Rivendell para coger varias cosas que vamos a necesitar. Como algunos libros y tus cosas"-

'Lo que yo decía, puaj! Libros!... espera ha dicho...' -"Mis cosas?"- preguntó Anne esperanzada.

-"Si, he traído la bolsa que trajiste de tu mundo, algunos de tus vestidos y a Ambar."- respondió el mago.

'Mi bolsa! Bien! Se acabó eso de dormir con vestiditos. Pijama! Pijama!...espera ha dicho...' -"Ambar? Que hace Ambar aquí?"- preguntó Anne confusa.

-"Las lecciones de equitación han de continuar y Ambar es tu caballo."- respondió Gandalf como si nada.

-"Y yo que creía que me había librado de ella"- murmuró Anne. -"claro que también creía que me había librado de las clases..."-

-"Bueno"- rió el mago. -"Comenzaremos las clases de magia cuanto antes, en cuanto al élfico y la historia..."- Anne ponía cara de asco, mientras el rey, muy amablemente, le ofrecía los servicios de Daeron para esas materias, quien en su día fue tutor de sus hijos. 'Perfecto, un vejestorio aburrido.'

-"Y supongo que a Legolas no le importará encargarse de las clases de equitación. Estoy en lo cierto?"- preguntó el rey a su hijo, quien simplemente asintió. Anne miró a Legolas ilusionada. 'Guau! Va a ser mi profe! Q guay!... espera, el elfo psicópata de profesor...' pero sus reparos desaparecieron en cuanto Legolas le sonrió tiernamente. 'Guaaa..'

-"Creo que sería útil que también aprendieras a usar la espada"- le dijo Legolas.

-"Espera, espera..."- empezó la chica, al ver que a todos les había parecido una buena idea, excepto a ella. -"Eso va en contra de mis principios pacifistas."-

-"No se si creerme lo de tus principios pacifistas después del puñetazo que le diste a Legolas"- dijo Thalion, medio riendo. Gandalf miró de Anne a Legolas alzando las cejas con asombro. -"Puñetazo?"-

-"Es importante que aprendas a defenderte en caso de que tu magia no te sirva. Yo puedo encargarme también de esas clases"- se ofreció Legolas, intentando cambiar de tema. Anne le miró, no demasiado convencida con el ofrecimiento. 'Elfo psicópata + espadas, esto si que no me parece buena idea...' Pero una nueva sonrisa por parte del elfo la hizo cambiar de opinión otra vez. 'Mmmm... Que más da, nunca he tenido un profe tan guapo...'

-"Creo que ya esta todo claro."- empezó el mago.

'Sin duda, entre los cuatro han reorganizado mi horario' El horario en cuestión era algo así: por las mañanas historia, cultura, costumbres, conocimientos generales de la Tierra Media y élfico con Daeron. Después de comer tocaba Legolas, es decir, equitación y lucha, y por último, las clases de magia con Gandalf a partir de media tarde hasta que al mago le pareciera oportuno, porque, como ya había ocurrido en Rivendell, las clases de magia solían alargarse hasta altas horas de la noche.

-"Has desayunado ya?"- le preguntó Gandalf, Anne negó con la cabeza. -"Pues ve a comer algo, te espero en media hora en..."-

-"Déjame adivinar"- le interrumpió la chica. -"En la biblioteca?"-

Gandalf asintió y tras esto, se dio por concluida la pequeña reunión, y Legolas y Anne salieron del despacho en dirección a los comedores.

-"Así que eres mi nuevo profesor..."- dijo Anne medio riendo.

-"Voy a ser muy exigente, así que no esperes ningún tipo de favoritismo"- le dijo, fingiendo estar serio. Anne le miró con cara de perrito abandonado y le cogió de la mano. -"Y yo que pensaba que esto iban a ser una vacaciones..."- suspiró.


Como excepción al nuevo horario de Anne, ese día la primera clase fue la de magia, ya que no había habido tiempo de avisar a Daeron y Gandalf no quería que la chica perdiera el tiempo. De manera que nada mas acabar de desayunar empezaron con las lecciones. La clase con Gandalf siguió la dinámica habitual. Larga explicación y después un poco de practica. Estuvieron repasando los hechizos que Anne había usado en su reciente aventura por la Tierra Media. Gandalf mostró un especial interés en el muro de hielo, así que, después de mucho insistir a la chica, Anne acabó haciendo un pequeño muro en los jardines.

-"Vaya, nunca se me habría ocurrido."- comentó el mago. -"Parece que tienes una habilidad especial para controlar el frío. Si no recuerdo mal, el orco que mataste en tu mundo murió congelado."-

-"Si, pero el hielo no me sirvió de nada para quitarme la mano de Saruman de encima"- le dijo la chica. -"Quizás deberías enseñarme algún hechizo en plan escudo o algo así, para que la próxima vez que Saruman intente achicharrarme el cuello pueda impedirlo. Además, también estaría bastante bien aprender a abrir cerraduras, no tengo ganas de ir por ahí haciendo explotar puertas todo el tiempo. Es agotador y me pone de mal humor."-

El mago asintió sonriendo, 'Por fin un poco de interés...'. -"Bien, veamos si encontramos algo así en alguno de los libros"- Y acto seguido volvieron a la biblioteca, donde pasaron el resto de la mañana, entre libros y pergaminos.


Después de comer, Anne se cambió el vestido que llevaba por algo más cómodo, unos pantalones y una túnica oscuros. La siguiente clase era la de equitación y, aunque le encantaba la idea de pasar la tarde con Legolas, no le hacia tanta gracia pasarla con Ambar y mucho menos montar al bicho-desobediente con un vestidito. Cuando estuvo lista fue hacia los establos donde la esperaba Legolas. No habían coincidido a la hora de comer, ya que, para seguir con la costumbre de Gandalf, la clase acabó más tarde de lo previsto, así que para cuando llegaron al salón, la mayoría de gente ya se había marchado. Anne entró en los establos y contempló a los hermosos caballos que allí había, hasta que su vista se fijó en uno en especial.

-"Aquí estas"- murmuró, acercándose a Ambar y mirándola con sospecha. La yegua alzó la cabeza al reconocerla y soltó un bufido. -"Así que no me has echado de menos, eh? Yo a ti tampoco."- le dijo, mientras le abría la puerta y le permitía salir hacia el exterior. Pero Ambar, en vez de irse hacia fuera, se quedó quieta ante Anne, clavando sus oscuros ojos en los de la chica. 'Pero que le pasa a esta?...'

PUM

-"Au!"- Anne casi cae de culo al suelo por el impacto. Ambar le había dado un cabezazo y ahora trotaba inocentemente hacia un prado cercano.

-"Me alegra ver que ya os lleváis mejor"- comentó Legolas sonriendo, quien había llegado justo a tiempo de ver lo ocurrido. Anne se giró hacia él aun frotándose la frente. -"Ese bicho me odia..."- murmuraba.

-"No te odia"- rió Legolas, mientras examinaba la frente de la chica. –"Solo te estaba saludando"-

-"Pues que bien!"- se quejó Anne. -"No podría dar la patita como un perrito?"-

-"No te ha dado fuerte, ni siquiera te ha dejado marca"- dijo Legolas, después de posar un suave beso en la frente de la chica. 'Guaaa... ahora si que estoy bien...' -"Vamos?"- Anne asintió, y ambos se dirigieron hacia donde se encontraba Ambar, donde ahora también había otro caballo, un precioso corcel blanco con manchas plateadas en el lomo. Legolas se acercó al corcel y le acarició la frente mientras le susurraba suaves palabras en élfico. Tras esto, montó de un salto.

Anne, por su parte, miraba a Ambar con cara de 'como me des otro cabezazo te voy a hacer explotar!', mientras que la yegua la miraba con carita inocente. Lentamente se acercó a ella y, al ver que no había peligro de recibir un nuevo golpe, se subió.

Trotaron por el prado y pronto se adentraron por el bosque siguiendo un camino. Según Legolas, el sendero acababa en un pequeño claro en el que estarían tranquilos y podrían empezar a practicar con la espada. Fue en ese momento cuando Anne se dio cuenta que el elfo cargaba con un bulto en su espalda del que sobresalía la empuñadura de un par de espadas. Anne puso cara de asco y se dedicó a intentar disuadir a Legolas para pasar de la clase de esgrima, pero el elfo no dio su brazo a torcer. Así que pasaron todo el camino al claro medio discutiendo de porque tenía que aprender a usar la espada, y , en el caso de Anne, también intentando evitar que Ambar se parase a olisquear todos los matorrales que encontraba. Unos veinte minutos después, el sendero terminó en un bonito prado no muy grande, de forma circular, rodeado por árboles. A excepción de un enorme árbol que parecía antiguo, en el centro de la explanada.

-"Bien"- empezó Legolas, mostrándole una de las espadas. -"Primero practicaremos con estas espadas que no están afiladas para que no te hagas daño."- añadió, ofreciéndole una de las espadas a la chica. Anne la cogió, sin muchas ganas, y en cuanto Legolas la soltó, la chica pudo notar todo el peso del arma. -"Esto pesa diez quilos! Como quieres que la levante?"- se quejó.

-"Las espadas elficas son las mas ligeras que existen"- le informó el elfo.

Anne puso cara de asombro. -"En serio? Entonces cuanto debe pesar la de Aragorn?"-

-"Al menos cuatro veces más que estas."-

-"Vaya. Esta muy cachas, eh?"- dijo Anne, sorprendida.

Legolas rió. -"Solo la armadura que lleva Guimli ya pesa el doble que tú"-

Anne volvió a poner cara de asombro. -"Guau! Ahora entiendo porque es tan bajito. Sus huesos no han podido crecer con todo ese peso encima."- murmuró.

Legolas volvió a reír. -"Venga, comencemos."- y, acto seguido, empezó a mostrarle como debía cogerla. Anne miraba a Legolas sin muchas ganas. Nunca le habían interesado esas cosas, además la espada era realmente pesada. 'Tengo que librarme de esta clase como sea... Mmm'

-"Oye! Eso es un pino?"- preguntó de golpe, señalando al enorme árbol que había en el centro del claro.

-"No."- dijo Legolas contrariado, no entendiendo como podía confundir un pino con esa preciosa haya. Así que empezó a explicarle que se trataba de una haya muy antigua y las diferencias entre hayas y pinos, que, por cierto, no habían en ese bosque. Mientras Anne miraba a su alrededor, pasando olímpicamente de las explicaciones del elfo, contenta por haberse librado tan fácilmente de la clase.

-"No me estas escuchando."- se quejó Legolas, al darse cuenta. Anne puso cara de niñita inocente y el elfo le respondió con una mueca. -"No volverás a engañarme. Por donde íbamos..."- y siguió mostrándole la manera correcta de coger la espada.

La clase continuó con algunos movimientos básicos y estocadas. A Anne cada vez le contaba más levantar esa pesada espada, sus brazos ya casi no podían a sostenerla. Mientras Legolas le iba mostrando lo que hacia mal y le pedía que lo repitiera una y otra vez. 'Creo que no voy a aguantar mucho mas...' Cinco minutos después Anne no tuvo mas remedio que dejar caer la espada al suelo y, ya de paso, ella también. Se sentó, respirando con dificultad a causa del cansancio, y con los brazos cayendo inertes a cada lado. -"No podré moverlos nunca más..."- murmuró antes de tumbarse de espaldas.

-"Que debilucha eres."- le dijo Legolas, mientras se sentaba a su lado. -"Creo que vamos a tener que practicar mucho. Parecía que estabas mas en forma"- añadió el elfo, ignorando la mirada asesina que estaba recibiendo por parte de la chica.

-"No soy debilucha!"- dijo Anne, cogiendo la espada y poniéndose en pie de un salto. Legolas sonrió al ver que sus palabras habían tenido el efecto deseado. Sabía por propia experiencia que la manera mas fácil de hacerla reaccionar, era haciendo que se enfadara.

Así que continuaron la clase un rato más. Esta vez, Anne intentaba alcanzar a Legolas, a quien no le costaba nada esquivarla. -"Eres muy lenta"- reía el elfo cada vez que la espada de Anne daba en la suya o en el suelo. -"Tú juegas con ventaja. Tienes 2000 años de practica."- se quejaba la chica. -"Quejica!"- seguía riendo el elfo.

-"Te lo estas pasando en grande, verdad?"- le dijo Anne minutos después, mientras intentaba recuperar el aliento apoyada en la espada. Legolas se limitó a sonreírle. -"Me gustaría haber visto tu primera clase, seguro que eras un pato!"-

-"Siempre he sido mucho mas ágil que un pato."- se defendió el elfo con aire orgulloso.

Anne hizo una mueca. -"Claro, don Perfec..."- y antes de que pudiera acabar la frase, Legolas la había desarmado y acorralado contra uno de los árboles cercanos del perímetro del claro. -"..to"- acabó Anne en un susurró, mientras el elfo la miraba serio, a apenas dos milímetros de ella. -"Ves lo rápido que puedo llegar a ser, como un gato."- le susurró.

Pero Anne no le estaba escuchando, sino que estaba embobada sonriéndole con cara de tontita. -"Que guapo estas cuando pones cara de psicópata... Mmmm..."- Legolas sonrió y, sin liberarla, se inclinó lentamente hacia ella para besarla.


-"Estoy destrozada"- se quejaba Anne mientras bajaba de Ambar y dejaba que Legolas guiase a los dos caballos hasta los establos.

-"Te veré en la cena"- le dijo Legolas riendo, a un par de pasos de ella.

-"Si no voy a cenar es que estoy muerta en mi habitación"- respondió la chica, lo que robó una última carcajada del elfo. Anne observó como Legolas se dirigía por el camino hacia los establos, seguido por los dos caballos, hasta que lo perdió de vista y entonces empezó a caminar hacia el palacio. Le dolía todo y tenía los brazos medio muertos. 'Estupidas espadas!' Caminó por los jardines acariciándose los doloridos brazos pensando en que lo único que quería era tumbarse en su camita y descansar.

-"Buenas tardes"- una suave voz la sacó de sus pensamientos. Al levantar la vista, pudo contemplar a ...


Adivina, adivinanza... de quien sera la suave voz? jajaja

Espero q os haya gustado el capitulo, hasta pronto! ;p