Hola! Ya estoy aqui! Por cierto... más de 300 reviews! No me lo
puedo creer, muchas gracias a todas las que dejais comentarios, me
animan mucho y me gusta saber vuestra opinion. Y a quienes no dejan
review, tambien gracias por leer este fic.
Bueno, me alegro de q os gustara lo de la macarena, jajaja. La verdad es q estaba un poco insegura con eso, creia q me tomariais por loca al hacer bailar la macarena a media poblacion elfica y me enviariais un monton de qejas. Ahora q veo q os ha hecho tanta gracia como me la hizo a mi, ya estoy mas tranquila. De todas maneras si a alguien no le gusta algo es libre de darme su opinión, eh!
Varias personas habían votado por el asereje, pero yo ya me lo habia imaginado con la macarena, ademas la letra de la macarena tiene mas chihca que la del asereje.
Aqui teneis un nuevo capitulo, espero q os guste!
Cap 28: Entre sábanas, libros y cierta yegua
Anne despertó a la mañana siguiente, el sol que se filtraba por la ventana le daba justo en los ojos. 'Estúpido sol!' Intentó taparse la cara con la sábana y seguir durmiendo, pero por mucho que tiró de ésta no consiguió subirla más arriba de su barbilla. 'Estúpida sábana! Se habrá enganchado con algo.' Así que se dio la vuelta para ponerse de espaldas a la luz e intentó seguir durmiendo. Pero había algo que no paraba de hacerle cosquillas en la mejilla. 'Estúpidas moscas!' pensó creyendo que se trataba de algún bicho que se había colado en su habitación durante la noche. Aunque ahora que estaba más despierta, lo que sentía sobre su mejilla parecían más bien caricias. '¿…?' Abrió los ojos de golpe, asustada, sólo para ver la carita de cierto elfo a apenas tres centímetros de la suya. Anne parpadeó dos veces antes de reconocer a Legolas, quien la miraba sonriente, sin parar de deslizar sus dedos por su mejilla.
–"Qué haces en mi cama?"- dijo Anne, sorprendida de la presencia del elfo.
–"Tu cama?"- preguntó el elfo sonriendo, a la vez que alzaba una ceja.
–"Em"- Anne se separó un poco de Legolas para mirar a su alrededor con un poco de perspectiva. 'Vaya, habrá que cambiar la pregunta...', pensó al darse cuenta de su error.
–"Qué hago en tu cama?"-
–"Dormías"- respondió Legolas. Anne le miró con cara de 'Eso ya lo sé' y el elfo rió al ver su expresión. –"Te quedaste dormida mientras te leía, así que te acosté en la cama"- le aclaró.
–"Y no podrías haberme llevado hasta la mía?"- preguntó Anne con cierta sospecha.
–"Es que estaba muy cansado."- Anne alzó una ceja y Legolas volvió a reír. –"Te aseguro que me he comportado como un caballero."- añadió alzando sus manos. –"Además, estabas muy guapa mientras dormías"- y añadió en un susurro. –"Y callada."-
–"Ya. Estoy muy cansada para discutir ahora..."- y volvió a recostarse más tranquila, intentando contener un bostezo.
–"Aún falta un rato para que tengas que levantarte. Descansa."- dijo suavemente el elfo, mientras acercaba a la chica hacia él y seguía acariciándole la mejilla. Anne se acurrucó y poco después volvía a estar dormida.
Anne despertó al oír ruido en la habitación. No estaba muy segura de cuanto tiempo más había dormido, pero su cuerpo aún le pedía más descanso. Alargó su brazo y palpó el colchón a su lado. Legolas ya no estaba en la cama, lo que explicaba los ruiditos que se oían por la habitación. 'Mejor! Más cama para mi!' pensó, mientras extendía sus brazos acaparando toda la cama e intentaba volver a dormirse.
Legolas salió del baño aún con la piel y los cabellos mojados. Contempló a Anne unos segundos, quien se había adueñado por completo de su cama. Y sonrió al verla dormir, perdida en su mundo de fantasía e ilusión en el que el madrugar no existía. Así que prefirió no molestarla. Se acercó a su armario y empezó a buscar entre su ropa decidiendo que ponerse. Cogió unos pantalones verdes oscuros y se los puso a la vez que se deshacía de la toalla, dejándola caer al suelo sin muchos miramientos. Alcanzó la túnica, también verde aunque un poco más clara, a juego, pero antes de empezar a ponérsela un ruido a su espalda le hizo volverse.
Anne no pudo volver a dormirse, un suave aroma inundó de pronto la habitación y todos sus sentidos parecían atrapados por él. Tras un par de fallidos intentos por volver a conciliar el sueño, abrió los ojos para ver que era lo que no la dejaba dormir. Para su sorpresa, el olor provenía de... Legolas, quien llevaba puestos unos pantalones que le marcaban bastante el... 'Mira hacia arriba!' Pero al alzar su vista 'Arg!' se encontró con una fuerte espalda blanca con los músculos bien delineados. El cabello rubio del elfo caía libre y mojado, pegándose por la espalda y los hombros. 'Dios! He pasado la noche al lado de Míster Universo!... Y dormida! Qué pérdida de tiempo ... MmmmGrrrrMmmm' La mente de la chica se llenó de pensamientos incoherentes mientras se tumbaba de espaldas, mirando al techo a la vez que se tapaba la cara con la sábana.
Legolas eligió ese momento para girarse, justo para ver como Anne se tapaba la cara con la sábana y ponía ambas manos sobre su cara, como para impedir que la sábana se escapase.
-"Estás despierta?"- preguntó suavemente el elfo, mientras se acercaba al borde de la cama.
-"No lo creo"- sonó la voz de Anne desde debajo de la tela.
Legolas sonrió, se sentó sobre la cama y estiró de la sábana para descubrir el rostro de la chica. Al notar que iba a perder la protección de la tela, Anne la agarró con fuerza, forcejeando con el elfo para impedirle bajarla. Lo que provocó las risas del elfo.
-"Qué ocurre?"- preguntó entre risas.
-"Vas sin camisa"- dijo Anne de manera acusadora medio susurrando.
Legolas volvió a reír. -"Y eso te molesta?"-
-"Para nada"- susurró la chica. El volumen de su voz cada vez bajo, al sentir como el elfo empezaba a inclinarse hacia ella.
-"Y entonces qué es?"- siguió interrogando el elfo.
-"Es que no creo que pueda mirar hacia otro lado y..."- se interrumpió la chica al notar como unos suaves dedos iban acariciando su frente a la vez que apartaban la sábana. Las caricias bajaron por sus párpados y naricita, de manera que ahora la sábana solo le cubría hasta debajo de los ojos, los cuales seguían cerrados. El elfo se inclinó y posó un pequeño beso en cada parpado, lo que provocó que, lentamente, la chica los abriera.
-"Hola"- dijo el elfo, clavando su mirada en los ojos de la chica.
Anne sonrió debajo de la sábana. -"Hola"- susurró, intentando mantener los ojos fijos en los suyos para no desviarlos a otras zonas. Legolas sonrió y lentamente acabó de descubrirle la cara. Se inclinó más sobre ella y, tras acariciar la naricilla de la chica con la suya, unió sus labios a los de ella, acariciándolos con ternura. Anne acarició las mejillas del elfo, sus manos se deslizaron suavemente por sus hombros en dirección a la perfecta espalda. La piel del elfo era más cálida y suave de lo que había imaginado. Legolas sintió un hormigueo en el estómago cuando Anne empezó a acariciarle, las manos de la chica sobre su piel se sentían tan bien... pero cuando más estaba disfrutando de ese contacto, Anne le apartó de golpe.
Legolas la miró confundido mientras se arrodillaba sobre la cama ante Anne, quien se acababa de sentar apoyada contra el cabezal. Pero antes de que pudiera decir nada: -"Mejor ponte la camisa"- susurró Anne a la vez que, con los ojos cerrados, intentaba tranquilizar su respiración.
-"Por qué?"- preguntó el elfo, dándole un suave golpecito en la barbilla para que le mirase.
-"Porque si sigues sin camisa medio segundo más voy a tener que morderte."- dijo Anne, a la vez que se dejaba caer de lado sobre la almohada y se tapaba la cara de nuevo con la sábana. 'Autocontrol no me abandones'
Legolas sonrió, apartó de nuevo la sábana de la cara de la chica, y a dos milímetros de ella dijo: -"Y si eso es justamente lo que quiero?"-
'Adiós al autocontrol' Aún no había acabado la frase, Anne ya se había lanzado sobre él y lo tenía acorralado debajo suyo. -"Haberlo dicho antes"- dijo la chica con una sonrisa, antes de empezar a besarle y deslizar sus manos por el pecho del elfo. Legolas le devolvió el beso, aún sorprendido por la velocidad con la que la chica lo había acorralado. 'Por qué no es tan rápida cuando practicamos con la espada?', pero sus pensamientos se interrumpieron cuando un escalofrío recorrió su espina dorsal, al sentir las caricias de Anne sobre su pecho. Todo su cuerpo empezó a temblar cuando la chica empezó a besarle el cuello. Legolas sintió el impulso de dar las mismas caricias que estaba recibiendo, de manera que coló sus manos por debajo de la camiseta de la chica y empezó a acariciar la suave espalda. Notó como el cuerpo de la chica se estremecía a causa de su contacto, se separó un poco para ver como Anne estaba con los ojos cerrados, concentrada en las caricias que recibía.
Legolas aprovechó
el momento para darse la vuelta y colocarse sobre ella. Sin perder el tiempo
empezó a darle delicados besos por las mejillas, la naricilla, la barbilla y
fue bajando por el cuello, mientras Anne se dedicaba a acariciar la fuerte
espalda de arriba
abajo siguiendo la línea de la columna. Una de las manos de Legolas topó con el
ombligo, lo que despertó su curiosidad. Se apartó un poco para levantar la
camiseta de la chica hasta donde empiezan las costillas y se inclinó sobre
ella, repartiendo suaves besos por su abdomen. Rodeó el ombligo y se dirigió
hacia el costado, bajando hacia la cadera. Escuchó a Anne suspirar, pero siguió
su camino, deslizando sus dedos por la cintura de la chica, al hacerlo escucho
risas contenidas, alzó un poco la cabeza para lanzarle una mirada
interrogativa.
-"Cosquillas"- susurró Anne, intentando no reír.
Legolas alzó una ceja. -"Cosquillas?"- preguntó con cara juguetona mientras volvía a pasar los dedos por la misma zona. Lo que causó que Anne volviera a reír a la vez que intentaba apartarse de la mano. -"Estate quieto"- dijo Anne entre risas la tercera vez que el elfo deslizaba los dedos por su costado. La chica intentó salir de debajo del elfo, pero éste no tardó en tenerla bien sujeta de nuevo.
-"No vas a ninguna parte"- susurró Legolas a dos milímetros de Anne.
-"Pon tus manos lejos de mis cosquillas"- Legolas sonrió, se inclinó lentamente para acariciar los labios de la chica con los suyos suavemente.
Permanecieron observándose unos minutos, sus caras a menos de dos centímetros. Anne apartó un mechón de pelo rubio que caía libre por la cara del elfo sin apartar la mirada de sus ojos, que estaban fijos en los de ella.
-"Qué piensas?"- susurró la chica, bajo la atenta mirada del elfo, quien parecía estudiarla.
-"Tú me quieres."- afirmó con una tímida sonrisa.
Anne rió. -"Has sacado esa conclusión tú solito?"-
Legolas sonrió antes de ponerse más serio. -"Yo también te quiero."-
-"Lo sé"- dijo Anne, acercando la cara del elfo a la suya para darle un beso. Legolas la abrazó un poco más fuerte y se acurrucó en el cuello de la chica mientras ella le acariciaba la espalda distraídamente.
-"Qué vamos a hacer hoy?"- preguntó Anne.
-"Creo que tienes un libro que leer"-
-"Oh! Pero puedo…"- empezó la chica.
-"No. No pienso pasarme otra noche leyéndole a una dormilona"- la cortó Legolas avanzándose a las palabras de la chica. -"Así que hoy vas a ponerte en serio con ese libro, y cuando hayas leído hasta le segunda de las marcas que le has puesto podrás disfrutar de mi compañía"- añadió el elfo sonriendo.
-"Qué? Quieres que pase la mañana leyendo a cambio de tu compañía?"- se quejó la chica. -"Chantajista!"-
Anne pasó toda la mañana en la biblioteca intentando descifrar el ya muy odiado libro, mientras fuera, en los jardines, muy a su pesar, se estaba celebrando una degustación de tartas. 'Por qué he de estar aquí leyendo mientras todos los elfos del reino están engullendo pasteles!'. Además, el hecho de que el olor de los pasteles recién hechos llegara hasta ella en la biblioteca no la ayudaba mucho a concentrarse. Por suerte, a media mañana apareció Daeron, así que con su ayuda la velocidad a la que leía Anne se incrementó, y a mediodía ya había conseguido leer hasta la mitad del libro. -"Uf! Creía que no lo conseguiría nunca!"- dijo Anne, con cara de haber hecho un gran esfuerzo, mientras miraba todos los deliciosos platos que había ante ella.
Legolas, quien estaba comiendo, sentado a su lado en el gran salón, rió. -"Pues aún te queda la otra mitad"-
Anne le miró molesta -"Gracias por recordármelo!"-
-"Bueno, un trato es un trato"- dijo Legolas sonriendo. -"Así que, como has cumplido tu parte leyendo la mitad del libro, podremos pasar la tarde juntos"-
-"Cuando decías que íbamos a pasar la tarde juntos, creía que te referías a solos"- se quejó la chica.
-"Estamos solos"- dijo Legolas.
-"Por supuesto. Tú, yo, tu precioso y obediente corcel y el bicho-desobediente!"- siguió quejándose Anne, señalando a la yegua que trotaba hacia el prado cercano después de haberle dado el habitual cabezazo a la chica.
-"No seas tan quejica"- le dijo medio riendo el elfo.
Cabalgaron durante un rato por el bosque hasta que llegaron al borde de un pequeño riachuelo. Dejaron a los caballos trotar a su aire mientras ellos paseaban por los bonitos recodos del río, hablando y riendo. Legolas se dedicó a torturar un rato a la chica explicándole lo buenas que estaban las tartas de la degustación de la mañana mientras ella le miraba con cara de odio. Pero paró en cuanto Anne sacó el tema de cierto desastre que había provocado en el palacio el pequeño de los príncipes con su arco nuevo cuando era pequeño. (Información ofrecida por Daeron 'Nota mental: darle las gracias a Daeron más tarde').
Cuando iban de vuelta a los establos, un sirviente de palacio apareció en busca de Legolas y le informó que se le necesitaba en el despacho del rey. Anne se ofreció a llevar a los dos caballos a los establos.
-"Estás segura de qué podrás con los dos?"- preguntó Legotas, un poco preocupado.
-"Claro. No te preocupes."- dijo Anne.'Qué puede pasar? Qué Ambar no me haga caso y se largue al bosque y el caballito de Legolas la persiga y no los volvamos a ver nunca?' -"Vete, que te están esperando"-
-"Nos vemos en la cena"- le dijo Legolas, y tras un ligero beso en la mejilla, se encaminó hacia palacio.
-"Bueno amiguitos"- dijo Anne volviéndose hacia los caballitos. -"A los establos, venga."- Y para su sorpresa, ambos caballos empezaron a caminar en la dirección correcta. 'Vaya!Esto va bastante bien.' Pero eso no iba a durar mucho... Cuando llegaron ante los establos, 'mierda! Qué hace esta aquí?' pensó Anne al ver aparecer a Pilindiel por el sendero por el que acababan de llegar ellos, dirigiéndose a toda prisa hacia allí. Pensó en esconderse detrás de algún árbol o incluso salir corriendo, pero la elfa ya la había visto. 'Genial! Lo que menos me apetece en este momento es soportar a esa..'
-"Buenas tarde"- la saludó la elfa, aunque esta vez no sonreía, lo que hizo que Anne se extrañase.
-"Hola"- la saludó Anne. 'Que se largue ya!'
-"Os habéis divertido esta tarde?"- preguntó Pilindiel.
-"Ha estado bien"- respondió Anne, 'Por qué no lleva su sonrisa falsa hoy?'
-"Y ayer por la noche?"- le preguntó en tono acusador.
-"Ayer?"- 'Que pasó ayer?... Ah! La macarena...' A Anne se le escapó media sonrisa al recordar el bailecito de la elfa. -"Estas enfadada porque te hice salir a bailar?"- preguntó Anne inocentemente. -"Fuiste tú quien me hizo cantar, sino recuerdo mal."-
Pilindiel la miró fríamente unos segundos y añadió. -"No teníais ningún derecho a humillarme delante de todos..."-
-"Eso es lo que tú pretendías hacer conmigo, así que no te enfades porque tu truquito te saliera al revés!"- la cortó Anne.
-"Pero no me refería a eso"- añadió la elfa. Anne la interrogó con la mirada. -"Lo volveré a preguntar, os divertisteis ayer por la noche?"- preguntó de manera aun mas acusadora.
'Pero de qué habla esta pava? Igual bailar la Macarena le ha afectado al cerebro... Sabía que era un baile dañino...'
-"Realmente no sabéis a qué me refiero o me tomáis por loca?"- preguntó la elfa, perdiendo un poco los nervios, al ver la confusión pintada en la cara de Anne. 'Las dos cosas, enfatizando lo de loca, claro...'
-"Os he visto salir de la habitación del príncipe esta mañana"- añadió la elfa.
'Ahora lo pillo! Por qué no lo ha dicho antes...'
-"Así es como lo mantenéis a vuestro lado?"- la acusó la elfa.
'De qué me está acusando esta pava!' -"Pero de qué hablas?"- estalló Anne.
-"Has pasado la noche con él!"- gritó furiosa Pilindiel.
-"Pero quédices?"-
-"Me lo vas a negar, te he visto!"- volvió a acusarla.
-"Bueno... técnicamente sí que he pasado la noche con él, pero... yo estaba dormida... y él me acostó en su cama y luego... buf... iba sin camisa!"- balbuceó un poco la chica. 'Por qué le doy explicaciones a ésta?' -"Y a ti que te importa!"-
-"Sabía que habías pasado la noche con él. No eres más que una aprovechada, te acuestas con él para mantenerlo a tu lado. Eres una zorra!"-
'Que soy qué!' -"Ahora si te la estas ganando, barbie repelente con pelo crepado y mirada sucia!"- dijo Anne de manera amenazadora, alzando un puño y pensando en que sería más divertido, verla explotar o arrearle un buen puñetazo y destrozar esa nariz respingona. Y entonces...
PUM
Pilindiel cayó al suelo de espaldas. Anne se quedó pasmada, alguien se le había adelantado, quien menos se esperaba que saldría en su ayuda le había dado un buen cabezazo a esa pava. Ambar trotaba alegremente alrededor del cuerpo de Pilindiel, quien seguía en el suelo y gimoteaba como una niña pequeña mientras se frotaba la frente.
-"Qué ha ocurrido?"- preguntó uno de los mozos del establo, que había salido al oír el golpe.
-"Nada grave"- dijo Anne. -"Ambar le ha dado un cabezazo"-
El elfo se inclinó y ayudó a Pilindiel a incorporarse, a quien le costó un poco mantener el equilibrio. El elfo, preocupado, la cogió en brazos y se fue caminando hacia el palacio. -"Es mejor que os vea un sanador, señora."-
-"Pero si sólo ha sido un cabezazo..."- dijo Anne. 'Es una exagerada!' Y entonces... ya no pudo contener más la risa, ver caer a la pija-wen al suelo de culo había sido genial! Y, encima, había sido gracias a Ambar! No lo podía creer, Ambar la había defendido!
El caballito en cuestión se acercó a Anne y se paró ante ella, clavando sus oscuros ojos y observándola con atención. -"Buen cabezazo!"- dijo Anne, aún riendo. -"Y me has defendido! No estarás enferma?"- Delicadamente, algo que nunca antes había sucedido, Ambar frotó su morro contra la mejilla de la chica. -"Esto quiere decir que somos amigas?"- preguntó Anne, acariciando la frente de la yegua. Ésta se apartó un poco y le dio un suave cabezazo a Anne, quien volvió a reír. 'Bueno, quizás no es un bicho tan malvado.'
Bueno, q os ha parecido el capitulo?
Ambar a salido al rescate de Anne, jajaja, creo q se cree la única con derecho de torturar a la chica...
Pero Pilindiel ha recivido su merecido, aunq... las cosas no van a qedar asi...
Por cierto, os voy a traducir los nombres de mis personajes, ya q creo q no lo he hecho...
Veryan (tambien conocido como Silencioso o el psicólogo de Anne, jajaja): significa Valiente
Ambar : Destino (creo q este ya lo habia dicho)
Adlanna: es la traducción de Aleia (me gusta como suena)
Thalion: Fuerte o Heroe (tb lo elegí pq me gusta como suena)
Daeron: Grande/Magnifico, traducción de Magnus
Pilindiel: significa flecha y es la traduccion de Belen.
Aunq este lo elegí por su similitud con Pilinguiwen, así Anne podría
burlarse de ella, jajaja. (Lo siento si hay alguna Belen q lee esto...)
Rudhon : es la traducción de Calvin al elfico.
Andraya : lo saqué de unos dibujos hechos por ordenador q daban cuando era peqeña, pero no recuerdo el nombre.
Pues esto es todo, hasta pronto! ;p
