hola! Aunq parezca sorprendente ya estoy aqui con otro capitulo!

Parece ser que me ha vuelto la isnpiracion y, sumado a q ultimamente no voy tan estresada como estos ultimos meses, el fic vuelve a estar en marcha.

Muchas gracias por todos los review del capitulo anterior!


Cap 44: Fortaleza de Niebla

Y al fin llegó la mañana…

'Cómo me he dejado convencer para hacer esto?'. Pensó, respirando hondo por quinta vez desde que había llegado ante la gruesa puerta. Se dispuso a gritar, anunciando su presencia…

-"Eh! Hay alguien?"- 'Qué original!' gritó, esperando que desde el otro lado escucharan su voz y no notaran el miedo de paso. Esperó varios minutos, observando la gran puerta ante ella. La Fortaleza de Niebla había llamado Aragorn a ese lugar y ahora comprendía bien el motivo. Desde el amanecer que esa bruma no había abandonado el lugar. No era espesa, así que no dificultaba la visibilidad, pero era fría y no dejaba pasar la luz solar, lo que, sin duda, debían agradecer los orcos.

Esperó un poco más y al no escuchar movimiento en el otro lado, volvió a intentarlo. -"Hola! Está Saruman en casa?"-

Ambar retrocedió un par de pasos cuando escucharon chirriar las gruesas puertas, poco a poco se fueron abriendo, mostrando una amplia explanada de tierra. Dos orcos aparecieron tras la puerta indicándole con gestos que entrara. Ambar bufó al ver los orcos. No le agradaban en absoluto, sentimiento que Anne compartía. Aun así tenían que entrar, así que, tranquilizando a la yegua con un par de palmaditas en su cuello, le indicó que siguiera a los orcos.

Una vez dentro, las puertas se cerraron tras ellas con un fuerte estrépito. 'Respira, respira' intentaba tranquilizarse Anne mientras observaba detenidamente el patio interior sin perder de vista a los orcos en ningún momento.

Tal como había dicho Aragorn, ante ella había un gran patio de tierra batida que daba a lo que parecía una terraza. Tras esta había un alto muro de roca con una amplia puerta franqueda por altas estatuas a ambos lados. Ninguna de ellas estaba entera, había brazos y cabezas por toda la explanada, y los cuerpos, que en otros tiempos debieron ser blancos, continuaban erguidos en su ubicación original, con tonalidades grises y bastante desgastados por el clima y el paso del tiempo, formando grotescas formas.

Esa debía ser la entrada al interior de la fortaleza y a todas las galerías que la formaban. Y el camino hasta Legolas… Pero eso aún no era algo por lo que se tuviera que preocupar, por ahora tenía que encargarse de los orcos y abrir la puerta principal…

Volvió su vista a los orcos en cuestión quienes acababan de cerrar la puerta tras ella. Dos de ellos le hacían gestos para que desmontara, mientras que dos más se acercaban a ella procedentes de una pequeña caseta de guardia. Cuatro, tal como había dicho Aragorn. Ninguno de ellos había ido a avisar a Saruman, así que, a menos que usara su magia, el mago no sabría de su llegada.

Respirando hondo, bajó de Ambar. Vio como los oscuros ojos de la yegua no la perdían de vista. Apretó con fuerza la empuñadura de su espada antes de girarse…


-"Crees que lo hará bien?"- preguntó Aragorn a Gandalf, desde su escondite cerca de la entrada a la fortaleza.

-"Sí"- respondió el mago, observando la preocupación en el montaraz, añadió. -"No es el primer orco al que se enfrenta y ha mejorado mucho en estos meses"-

Aragorn asintió, pero no se sintió mas tranquilo. Mientras estuvieron en el Bosque Oscuro esperando que Saruman revelase donde se encontraba su escondite, ya le habían contado lo ocurrido durante el ataque a la ciudad, las hazañas de Anne y lo mucho que había mejorado, tanto con la espada como con la magia. Pero no podía más que preocuparse, a sus ojos no era más que una niña. Aunque había podido percibir un cambio sustancial en ella, más centrada y responsable, parecía haber aceptado su papel en la Tierra Media. Pero por otro lado, seguía siendo la misma chiquilla a la que tuvieron que perseguir hasta su mundo.

Observó de nuevo las puertas de la muralla. Seguían cerradas… Miró a sus compañeros, todos alerta y preparados. Guimli apretaba con fuerza sus hachas y miraba hacia la nada afinando su oído. También parecía preocupado, sin contar que había sido uno de los que más se había opuesto a que Anne fuera sola.

-"Lo que no entiendo es por qué Anne ha insistido tanto en venir con nosotros"- murmuró al fin el enano, saliendo de su trance. Aragorn sonrió al oír el comentario, como podía ser que Guimli no lo hubiese entendido aún?

El crujir de las puertas al abrirse le sacó de sus cavilaciones, poniendo sus sentidos alerta, igual que el de sus compañeros. Levantó un poco la cabeza para ver mejor, a lo lejos pudo distinguir la figura de Anne y Ambar cruzando lentamente el portón. Ya no había vuelta atrás.


Al primero lo cogió por sorpresa. Dándole un golpe letal antes de que tuviera tiempo de verlo venir, el orco cayó muerto a sus pies. Lo que causó que los otros tres se pusieran en guardia. Preparando sus negras espadas y mirándola con muecas horribles.

-"Quién quiere ser el siguiente?"- preguntó Anne y para su desgracia los tres dieron un paso al frente. 'Ups!'

El que estaba mas cerca fue el que la atacó primero, gruñendo con cada nuevo sablazo. Anne los fue esquivando y bloqueando sin muchos problemas, hasta que un segundo orco se unió al letal baile.

Las cosas empezaban a complicarse, nunca había peleado contra dos adversarios a la vez. Aunque estaba bastante convencida que pelear con Legolas era como pelar contra veinte, así que… concentrándose en la labor entre manos, sacó una daga corta con la izquierda, dando golpes con ambas armas a los dos orcos. Estos gruñían furiosos cada vez que la chica se escapaba de ellos, pues aunque ellos eran más fuertes, estaba bastante claro quien era más rápida.

Un par de golpes afortunados después, consiguió deshacerse de otro sólo para ver como el último de los orcos ocupaba el lugar que había dejado libre su compañero. Siguió atacando y defendiéndose lo mejor que pudo, pero sus brazos empezaban a resentirse de los fuertes golpes de sus oponentes. Siendo consciente de ello los orcos la estaban empezando a acorralar.

Le dio una patada en el estómago a uno, intentando ganar tiempo y centrarse en el segundo, bloqueó su ataque a un par de centímetros de su cara antes de hundir la daga en su hombro, evitando la armadura. Éste gruñó y, furioso, le dio un empujón a la chica, cayendo al suelo y perdiendo por el camino sus armas.

Su espada había caído a un metro de ella y la daga, que se había quedado clavada en el orco, cayó casi a la mitad del patio cuando éste la sacó de su cuerpo y la tiró con furia. Y, para mas problemas, el otro orco ya se había recuperado de la patada y la miraba con despreció.

Se incorporó lo más rápido que pudo y se lanzó a por la espada. Nada más cogerla, se dio la vuelta quedando tumbada de espaldas, justo a tiempo para parar el golpe que iba directo a su cabeza. El orco utilizó toda su fuerza en ese golpe y Anne, incapaz de aguantar tanta presión por mucho más tiempo, veía como, lentamente, las dos espadas se acercaban peligrosamente a su pecho.

Era el momento, no podría vencer a esos orcos ella sola, o usaba su magia o moría ahí… Cerró los ojos y se concentró. Murmuró suaves palabras, pero antes de terminar el hechizo, el orco cayó a su lado, inmóvil.

Abrió los ojos sorprendida y miró a su alrededor, sólo para ver a Ambar bufando y pateando enfadada al ultimo de los orcos. Y entendió lo que había pasado. La yegua le había dado un cabezazo al orco que la tenía acorralada dejándolo inconsciente. Lamentablemente, eso había hecho que el otro bicho fijase su atención en el animalito, quien miraba desafiante a su oponente.

Anne vio horrorizada como el orco se preparaba para atacar a Ambar. Rápidamente, se lanzó sobre él y, con un golpe seco, decapitó a la alimaña.

-"No te acerques a Ambar!"- gritó al cuerpo sin cabeza. Antes de girarse y acariciar a la oscura yegua, quien en respuesta, le arreó un suave cabezazo. -"Vamos a abrir esa puerta"- le susurró Anne.


-"Dónde está el prisionero?"- gruñía Guimli, alzando su hacha amenazadoramente sobre la cabeza del magullado orco, mientras Aragorn le mostraba el viejo mapa esperando que les señalara el lugar.

-"Más vale que nos lo digas, los enanos tienen muy mal genio"- le presionó Aragorn.

El orco miró de uno a otro y después al mapa. Sin acabarse de decidir si la ira del enano sería peor que la de su amo cuando se enterara de lo ocurrido.

-"Te encuentras bien?"- preguntó Gandalf a Anne, mientras ambos observaban como Ambar salía de la fortaleza e iba a buscar refugio con los otros caballos.

-"Sí"- suspiró la chica, mucho más tranquila ahora que ellos estaban allí. Una vez hubo abierto esa puerta, el resto del equipo había entrado en la fortificación sin problemas. Los elfos se habían encargado de asegurar la zona y buscar posibles amenazas y Aragorn y Guimli se habían centrado en interrogar al único de los cuatro orcos que quedaba con vida. Varios minutos y amenazas después consiguieron la información que querían.

-"Bien. Tal y como sospechábamos le tiene prisionero en las mazmorras de la zona norte"- informó Aragorn al resto. -"En cuanto a Saruman, esta usando las salas más alejadas a la plaza, también en la zona norte."- Gandalf asintió.

-"Podemos fiarnos de él?"- preguntó Anne, no muy segura de la fiabilidad de las palabras de un orco. Al fin de cuentas, todos los orcos que había visto hasta ahora la habían intentado matar.

-"Más vale que nos esté diciendo la verdad"- gruñó Guimli. -"o volveré y le haré pedacitos con mi hacha!"- sentenció, antes de encerrarlo en la garita de los guardias.

Decididos y preparados, cruzaron la amplia plaza dirección a la entrada flanqueada por las destrozadas estatuas. Una vez al otro lado, avanzaron por el pasillo alumbrado débilmente por alguna que otra antorcha colocada en la pared. Su paso era lento, Galen iba en cabeza, asegurándose de que nada les acechaba en las sombras, atento a cualquier movimiento. Seguido de Aragorn, quien revisaba el mapa en cada encrucijada.

Pasaron de largo varias salas y galerías que les llevaban al área sur. Y siguieron avanzando siguiendo las indicaciones de Aragorn. 'Que por algo es el que lleva el mapa!'

El interior de la fortaleza era bastante tétrico. Tanto las paredes de los pasillos como de las salas por las que habían pasado estaban decoradas con grandes murales. Ahora estaban descoloridos y era prácticamente imposible adivinar el motivo de la pintura, pero en sus buenos tiempos y con la luz adecuada debió ser un lugar bonito y agradable. Lo que era irónico, porque Anne no sentía que ese lugar fuese agradable ni mucho menos bonito. Tan oscuro… y esas caras desgastadas que la miraban desde las paredes le ponian los pelos de punta…

Llevaban unos quince minutos avanzando en silencio sin encontrar peligro a su paso cuando llegaron a una nueva sala. Mucho más amplia que las anteriores.

-"La sala de las hilanderas"- anunció Aragorn en un susurro.

Anne alzó una ceja. -"De las hilanderas?"-

-"Según dicen es la sala mejor iluminada"- dijo Aragorn, señalando los amplios ventanales. -"Por ese motivo la usaban las hilanderas y tejedoras."-

Anne asintió, no muy segura de creerse eso, ya que, si esa semi-oscuridad era la mejor iluminación del lugar, definitivamente esa gente no salía mucho!

Cruzaron la sala en silencio, manteniéndose cerca de la pared. Al pasar por el lado de los ventanales, Anne pudo ver los picos cercanos cubiertos de blanca nieve y, al mirar hacia abajo, la escarpada pared que acababa en roca viva justo por encima de la plaza exterior, la cual no pudo distinguir muy bien debido a la niebla que parecía haberse adueñado de la planta inferior del edificio.

Un suave empujón de Gandalf indicándole que siguiera avanzando la devolvió a la realidad. Se apresuró a seguir a Guimli y, poco después, ya estaban al otro lado de la sala, donde una amplia puerta les llevaba a una escalera de caracol.

-"Estas son las escaleras que estábamos buscando"- dijo Aragorn señalándolas en el mapa. -"Si bajamos por ellas, cuatro niveles más abajo encontraremos la entrada a las mazmorras."-

-"Y si subo un par de niveles, las salas superiores y Saruman"- añadió Gandalf. Aragorn asintió y, despidiéndose del mago con un simple golpecito en el brazo 'hombres!' se acercó al primer escalón y les indicó a los demás que empezaran a descender. Guimli se despidió del mago de una manera similar a Aragorn y siguió a los elfos escaleras abajo.

-"Ten cuidado"- le dijo Gandalf a Anne, poniendo una de sus manos sobre el hombro de la chica, mientras la miraba con la típica cara de preocupación de Gandalf. Cara que sólo se relajó un poco, concediendo incluso una suave sonrisa, cuando Anne asintió.

-"Tú también"- dijo a su vez la chica, abrazando al mago, antes de seguir a Guimli por las escaleras.

La observó hasta que la espiral de las escaleras la ocultaron a su vista. Miró a Aragorn, quien seguía en el mismo lugar, con la expresión de preocupación de vuelta en su rostro. -"Aragorn…"- empezó a decir.

-"Cuidaré de ella"- acabó el montaraz por él. Ambos asintieron, comprendiendo perfectamente las preocupaciones del otro, y sin más, Aragorn empezó a descender las empinadas escaleras cerrando la marcha.

El mago blanco se quedó allí hasta que los suaves pasos del montaraz fueron inaudibles. Entonces, se giró y, cogiendo su vara con decisión, enfiló las escaleras en busca de aquel que tanto daño había causado.


Cuatro pisos y diez minutos después, habían llegado a la planta más inferior de la fortificación. A diferencia del resto de salas y corredores en los que habían estado, estos estaban directamente escavados en la roca, sin decoración ni ventanas. Sólo antorchas, sombras y una laberíntica red de galerías.

Siguieron a Aragorn, quien parecía tener un buen sentido de la orientación ahí abajo. Y junto con Guimli, eran los únicos que mantenían la calma, pues la sensación de estar bajo tierra empezaba a incomodar a los elfos. Y la sensación de que todo estaba resultando muy fácil, a Anne.

Un par de corredores después, Galen les ordenó que pararan. Por lo visto, había oído ruido unos metros más adelante. Retrocedieron un poco y se ocultaron en la oscuridad de una de las galerías que habían dejado atrás. Esperaron en silencio, a cada minuto los elfos estaban más alerta, cogiendo con fuerza sus armas. Y, poco después, lo que los tenía tan preocupados, también fue oíble por los no-elfos presentes.

Pasos, fuertes y rápidos, que se acercaban a su posición. Galen alzó cinco dedos, indicando así el número de enemigos. Quienes sin duda eran orcos, pues ahora ya incluso podían oír sus guturales voces.

Aragorn indicó a los elfos que se preparasen y estos, sin perder tiempo, tensaron sus arcos desde la oscuridad. Las sombras de los orcos fueron visibles mucho antes que sus cuerpos, pero en cuanto los ojos de los elfos los tuvieron a tiro, lanzaron sus flechas sin piedad.

Tres orcos cayeron con la primera ráfaga. Los otros dos miraron a sus compañeros asombrados durante medio segundo antes de comprender lo que sucedía. Pero, sin darles tiempo a reaccionar, Galen y Guimli se lanzaron sobre ellos, matándoles sin problemas.

-"Debe haber un grupo de orcos vigilando las mazmorras"- dijo Aragorn. -"Un poco más adelante hay un par de salas que pueden estar usando. Tendremos que evitarlas"- añadió, señalando un camino alternativo al que pensaban seguir, mucho más largo, pero más seguro.

-"Ocultemos esto antes de que alguien los encuentre y den la alarma."- dijo Galen, mientras ayudado de otro de los guardias, cargaba con uno de los cuerpos y lo escondía en un estrecho y oscuro pasillo cercano.

Después de deshacerse de todos los cadáveres, siguieron avanzando. Al acercarse a la primera de las salas escucharon voces, o más bien, gruñidos. Aragorn había acertado y parecía que los orcos habían acampado ahí.

Tomaron un desvió por un pasillo secundario que les evitaría acercarse demasiado a los orcos. A diferencia de la galería principal por la que habían avanzado, esa no parecía haber sido usada recientemente. Estaba llena de escombros, lo que, sumado a que ahora la luz la proporcionaba una antorcha que llevaba Aragorn, hizo que el paso se volviera más lento.

Minutos después volvieron a salir a otra galería más amplia. Después de cerciorarse de que no había peligro, avanzaron por ella. El corredor descendía, adentrándose más en la montaña y en cierto punto se convirtió en escaleras. Bajaron por ellas, poco a poco en silencio. Sin romper la formación y con las armas siempre listas. Y al final, llegaron a un largo corredor con celdas a ambos lados.

La mayoría de las celdas no tenían puerta o la madera estaba tan vieja y podrida que estaban rotas y entreabiertas. Pero una de ellas destacaba entre las demás. De apariencia nueva y fuerte, con un brillante cerrojo de hierro, la puerta de la última de las celdas de la galería permanecía cerrada.

Intercambiaron una mirada antes de avanzar hacia ella.


Subió las escaleras sigilosamente. Su vara a punto en una mano y su espada en la otra. Sabía de la afición de Saruman por las torres, así que no le había asombrado nada que hubiese destinado las estancias más altas para él.

Las escaleras acabaron en un amplio corredor. A diferencia del resto de la fortificación, estaba bien arreglado. La claridad que entraba por los ventanales hacia brillar el limpio mármol del suelo.

Siguió avanzando, mirando en cada una de las salas a su paso. En varias de ellas encontró libros, hierbas, minerales, ropas… Se paró a examinarlos, gran parte de ese material ya lo había visto antes, en Isengard. Cuanto tiempo llevaba usando Saruman ese lugar como escondite? No había arreglado el lugar y reunido todo eso en un par de semanas…


Impacientemente, entre Anne y Guimli abrieron la puerta, después de que el enano se deshiciera del cerrojo de un buen hachazo. Esperanzados, miraron dentro desde el umbral. Aunque la celda no era muy amplia, la poca luz que se filtraba por la minúscula ventana no ayudaba a ver mejor el interior. Estaba muy oscuro, pero en el rincón más alejado de la entrada les pareció ver un bulto.

-"Legolas?"- susurró Anne, algo temerosa.

El bulto se movió y se giró hacia ellos. Anne y Guimli, y los demás tras ellos, lo miraron expectantes. Y entonces…


Y entonces... se acaba el capitulo! jajaja. Que malvada q soy!

Se admiten apuestas sobre lo que va a pasar...

Espero q or haya gustado el capitulo, dejad review!

Hasta pronto! ;p