Se que últimamente me tardo en escribir pero hago lo que puedo. Espero y lo disfruten.
***Ninako***
Después de dejar a Sayu sola, esta mañana regrese a mi departamento pensaba que Daiki ya se había ido ya que su turno empezaba temprano. Pero estaba sentado mirando hacia la puerta, ya estaba bañado y arreglado para salir, yo me asusté un poco pero como pude le sonreí y no porque no quisiera si no porque estaba demasiado cansada.
-Pensé que ya te habías ido- me acerque a él y le di un ligero beso en los labios, no se apartó pero tampoco respondió así que supe que lo más seguro es que estuviera enojado.- ¿Que tienes?- me senté en la mesa y mientras no dejaba de mirarme.
-¿Que le paso a Sayu?- cierto, anoche solo me fui sin decirle ninguna palabra, pero tampoco podía romper la promesa que le había hecho a Sayu.
-Cosas de mujeres- No podía verlo a la cara, ya que si lo hacía, sabía que terminaría diciéndole toda la verdad.
-No lo creo, y en todo caso, soy médico podría haberla ayudado- Su cara se había relajado, así que tome eso como una victoria.
-Pero fue Sayu la que no quiso que tú fueras- estaba levantándome de la mesa cuando Daiki me sostuvo de las caderas para que me volviera a sentar y supe que el interrogatorio no había terminado.
-Dime que tenía, tal vez no pueda ir a verla pero a través de ti puedo ayudarla- Me la ponía cada vez más difícil, y si le sumo el pequeño factor que no se mentir, esto no iba a resultar bien.
-No era nada en serio- tome sus manos entre las mias, al menos quería tratar de transmitir paz, no la misma que él transmitía, pero si una parecida.- Solo unos dolores menstruales, ya sabes nada del otro mundo. Debes de entender que estuvimos juntas por 6 años, y por lo mismo necesitamos desacostumbrarnos a estar así.- apretó mi mano y suspiro, yo no sabía que hacer así que solo me quede quieta. Después de unos segundos por fin pude hablar- Si todo está claro...Emm...¿Puedo pararme?- dirigí mi mirada a sus manos que me tenían aún prisionera de mis caderas. En lugar de soltarme paso sus manos atrás de mi y me acerco a él.
-No, no puedes- Su cabeza descansaba en mi estómago y yo puse mis manos en su cabeza- No puedes imaginarte lo feliz que soy de que estés aquí. Necesitaba tenerte así todos los días- Se paro para ponerse de mi altura, paso una mano por mi cuello que me hizo estremecer y se me quedó viendo directamente a los ojos.
-Yo también te extrañaba- esa dulzura característica de él estaba en sus ojos con más intensidad. Había un brillo en sus ojos, un brillo que no habia visto antes y supe cuales eran las siguientes palabras que iban a salir de su boca.
-Te a...- Lo interrumpí llevando sus labios a los míos, tenía miedo de lo que tuviera que contestar después, y no porque no lo sintiera, ¿o si era por eso?. No quería pensarlo, no ahorita. Correspondió al instante mi beso, sentí una sonrisa en su boca mientras me acercaba más a su cuerpo. Subió el ritmo, mientras su lengua buscaba la mia. Me recostó en la mesa mientras el se subía encima mío sus manos se deslizaron por debajo de mi blusa.
-Daiki- depositaba besos por mi cuello y bajaba tuve que tomarlo de la cabeza para detenerlo- Daiki- volteó a verme y pude ver en sus ojos dulces había deseo.
-¿Que pasa?- Se acerco a mi cara y me dio un ligero beso en los labios.
-Hoy es mi primer día de trabajo- pase una mano por detrás de su cuello.
-Entonces hay que festejarlo- hasta su voz sonaba excitada y eso me hacía sentir a mi de la misma forma.
-No entiendes, me refiero a que tengo que alistarme porque se me hará tarde- volteo a ver hacia mi boca y suspiro- Lo siento mucho, que más quisiera terminar lo que estábamos comenzando, pero no puedo llegar tarde el primer día.
-Lo se- Se quito de encima mío y me ayudó a enderezarme- ¿segura que no puedes llegar un poco tarde?- Su voz sonaba como siempre pero sus ojos ansiaba continuar con esto.
-Tal vez...- vi una sonrisa dibujarse en sus labios mientras se volvía acercar a mi boca, puse mi mano en sus labios para detenerlo- No, lo siento pero no puedo- ahora fui yo la que sonrió.
-Eres una persona cruel- Su cabeza descanso en mi hombro, después me levanto del trasero y me cargo.- Pero yo se como quitar esa sonrisa burlona de esos labios- fue caminando conmigo entre sus brazos, yo rodeé su cadera con mis piernas.
-¿Que haces?- No podía dejar de reírme.
-Tienes que arreglarte para tu primer día- me llevo hasta el baño sin soltarme ni un momento- así que hay que bañarnos
-¿Bañarnos?- nos metimos a la regadera sin quitarnos la ropa y cuando estaba a punto de abrir la regadera sonó mi celular.
-No puede ser- me tenía recargada en la pared aún enredada en el, así que solo se recargó en mi hombro mientras se reía.
-Te dije que tenía que irme- me soltó y fui a la cocina por mi celular- deben de ser los de la escuela, debería de haberme presentado ya- tome el celular y no eran los de la escuela, era mi padre.- Hola papá
Ninako, buenos días hermosa, ¿Como amaneció mi niña?
Mi padre era así siempre, agradezco mucho el que mis padres sean tan cariñosos conmigo y que siempre me cuiden tanto- bien papá, me sorprende tu llamada ¿ha pasado algo?
Todo está bien hermosa, solo quería decirte que esta tarde necesito que vengas a la oficina
-Si claro- Sentí a Daiki a mis espaldas y después como pasaba sus brazos por mi estómago para abrazarme.- Es extraño que me pidas ir para tu oficina, ¿Estas seguro que todo está bien?
Ya te dije que si, solo quiero que vengas a ver a un antiguo amigo, así que te espero por la tarde aquí.
-Emm...claro. Me pasaré por la tarde- ¿antiguo amigo? No se a quien se refería mi papá.
Muy bien, entonces cuídate hija
-Igual papá, te quiero- colgué y me quede unos minutos viendo a la nada después sentí un pequeño mordisco en mi cuello que me hizo volver a la tierra.- Eso duele- volteé a ver a Daiki mientras el sonreía de lado a lado.
-No te preocupes se perfectamente donde puedo morder sin que mueras de hemorragia- Su voz volvía a soñar excitada y eso no era bueno.
-Veo que andas de muy buen humor esta mañana- me safe como pude de sus brazos, tenía que mantenerme alejada si quería irme para el trabajo, aunque no me molestaría si me quedara teniendo relaciones.
-Mientras estes cerca siempre voy amanecer así- me seguía con la mirada y el calor llegaba hasta mi.
-Entonces significa que tengo que alejarme si quiero llegar temprano.- camine hasta mi cuarto sin voltear a verlo-Tu también deberías de hacer lo mismo.
-Si, lo se- cuando voltee estaba parado justo detrás mío- esta noche no creo poder llegar temprano, me toca la guardia de noche. Esta mañana entra un nuevo médico en el ala este del hospital.
-Eso suena bien, quiere decir que tendrás más tiempo
-Si y no, al menos por esta semana tengo que estar al tanto de los reportes y ver si lo hace bien- Estaba metiendo mi ropa al baño mientras Daiki se ponía los zapatos y un saco que hacía juego con su ropa.
-Entonces no lo conoces, pensé que tú te hacías cargo de las contrataciones- me paré justo a su lado para acompañarlo hasta la puerta.
-Si, pero esa persona lo contrató el señor Uehara, así que no puedo hacer nada
-Ya veo, pues entonces suerte- me puse de puntitas para que él me tomara de la espalda y me besara. Fue tierno pero largo.
-Estaré en contacto contigo- No me soltaba y yo no dejaba de mirarlo- y sobre lo de la propuesta, no le digas nada a tu padre, pienso hacer una cena formal para dar la noticia.- El calor subió a mi cara pero ahora por vergüenza.
-Esta bien, no diré nada- baje mi vista tratando de no incomodarme más con la mirada de Daiki-Al final de cuentas no hay anillo- le dije mientras subía mi mano a la cara.
-Es por eso que quiero algo formal, no es que no lo tenga, solo que no se me hace correcto dártelo sin haberlo consultado con tu familia.- Era cierto, aunque yo se que mi familia aceptara a Daiki, ya que se llevan muy bien, pienso más que nada que la cena sería puro formalismo.
-Esta bien- le doy otro ligero beso- Deberías de irte, se nos hará tarde.- Daiki se ríe y asiente dejando mi departamento.
Me metí a bañar y después me arregle, un pantalón de vestir y una blusa fue lo que decidí ponerme. Mi pelo era el que me dificultaba la vida, se supone que sería lacio pero también se llegaba a quebrar al final. Solo lo seque y deje que hiciera lo que quisiera no tenía tiempo que perder con él. Me puse un ligero maquillaje un brillo labial, estaba nerviosa por mi primer día y más aún, porque volvería a la preparatoria a la que había estado hace años. Agarre las llaves del departamento y salí, esperaba tener tiempo para pasar al departamento de Sayu, pero no lo tenia, tampoco creo que Sayu estuviera todavía ya que era tarde y ella también tenía que ir a trabajar, aún cuando yo me opuse a que fuera, ella me aseguro que estaba bien. Debo de admitir que no estoy tranquila con la situación, aún cuando le mencioné que Daiki me había propuesto matrimonio no había la felicidad que yo esperaba ver. Aunque sonrió yo se que era forzada y eso me preocupo mucho más. Saco mi celular mientras voy en el ascensor para mandarle un mensaje a Sayu, apenas iban tres pisos cuando me doy cuenta que en el ascensor iba alguien conmigo, era más alta que yo, y por la complexión era un hombre. Algo me impedía voltear, sentía mi cuerpo entumecido, algo muy en el fondo me decía que no debía voltear. Después sentí un golpe en el corazón, una sensación que pensé jamás sentir en mi vida, solo con una persona mi corazón soltaba de esa forma. Solo una persona hacía que mi corazón saliera de mi cuerpo, que mis piernas temblaran y mis manos empezaran a sudar. No podía controlar mi cuerpo y la voz de algo o de alguien me decía una y otra vez un nombre que no estaba preparada para escuchar. "Ren". Cuando mi mente razonó el nombre mi cuerpo pudo reaccionar, el ascensor se abrió y sentí que la persona que estaba a lado topó su mano con mi brazo ese gesto hizo que mi corazón saltara aún más, tenía que ser él, pero cuando mi mirada quiso enfocar un grupo de 5 personas entro al ascensor dejándome atrapada y sin poder ver al hombre que salía. Traté de salir pero las personas no me dejaron y tuve que quedarme en el ascensor hasta el primer piso. Y mi corazón no dejaba de latir con fuerza, quise quedarme a esperar si volvía aparecer, pero la parte lógica de mi mente reaccionó y seguí mi camino a la escuela. Empuje todo lo que sentí en el ascensor hacia lo más oscuro de mi mente, a donde mande todo lo que tenía que ver con Ren, pero no se porque ahora me costaba mas trabajo que antes. Todos esos sentimientos jamás pensé volverlos a sentir, y esa voz en mi cabeza repitiendo su nombre no ayudaba en el momento. No puedo dejarme hundir de nuevo, cuando vea a Sayu tengo que platicar con ella.
Llegue a la escuela y los recuerdos revivían de nuevo, pero sacudí mi cabeza volviendo a quitar todos esos pensamientos. Entre a la escuela justamente cuando los estudiantes estaban llegando, ese uniforme había sido el mío durante tres años, esa falda negra y una playera de botones de manga larga y un saco de color azul. Llegue hasta la sala de maestros un poco nerviosa, y cuando estaba entrando me topé con una persona igual de baja que yo aunque parecía una muñeca. Recordé las ocasiones en las que Sayu me ha dicho que parezco una muñequita, estoy segura que si viera a la persona en frente mío diría que yo me quedo corta con ese concepto.
-Lo siento mucho- Dijo la muchacha que estaba en frente mío, mientras hacía una reverencia para disculparse.
-No te preocupes yo tampoco vi por donde iba- ella levantó la mirada y me dedicó una sonrisa.
-Tu debes de ser la nueva maestra de matemáticas-continuó con su sonrisa, que lo único que hacía era que se viera más como una muñeca.
-Si, mucho gusto con Ninako Kinoshita- le extendí mi mano, tantos años en NY me dejo con la costumbre de saludar de mano.
-Yuuri Makita- Tomo mi mano y sonrió más abiertamente- mucho gusto, ¿puedo llamarte Ninako?-
-Si claro
Mi día transcurrió bien, me presenté a mi clases y los nervios se fueron después de un rato, la verdad me sentía a gusto con todo esto. Dar clases, escuchar a mis alumnos y convivir con ellos. A la hora del almuerzo Yuuri y yo fuimos a almorzar juntas, se me hizo una persona muy agradable y me dio más gusto saber que le había caído bien. Termine mi jornada en la escuela bien, pero no me dio tiempo de caminar para ver cómo estaba después de tantos años. Salí casi corriendo ya que tenía que cumplir con la cita de mi papá. Cuando llegue al edificio de mi familia sentí de nuevo nostalgia, cuando era niña pasaba mucho tiempo aquí y cuando tenía problemas en la preparatoria también, siempre he visto este edificio como mi lugar seguro. El único lugar que nunca me va a traicionar y que siempre me volverá La Paz. Subí hasta la oficina de mi papá y la secretaria me recibió con un abrazo cálido, al parecer también me extrañaba. Me dijo con la misma calidez que mi papá me esperaba. Así que entre deprisa a su oficina.
-¡Hola papá!- salte a sus brazos y el me abrazo con fuerza- pensé que no volverías de tu viaje pronto, ¿Mamá está bien?
-Me alegro verte mi pequeña- me dio un beso en la frente mientras nos acomodábamos cada quien en nuestras respectivas sillas.- Tu mamá está bien, de hecho ahora mismo está tomando un vuelo para Europa a cerrar un trato muy importante.- Mamá jamas se puede quedar quieta y no hay nada que hacerle, ella ama su trabajo tanto como nos ama a papá y a mi, o bueno, tal vez ama mas a su trabajo.
-Eso suena bien, pero dime, a quien querías que viera- mi papá sonrió ante mi comentario- déjame recordarte que tengo novio, por si piensas tenderme alguna trampa.- él solo río abiertamente.
-Creo que tú más que nadie sabes que ese tipo de cosas no son de mi estilo, yo jamas te obligaría a casarte con alguien que no quieras- eso ya lo sabía, conocía bien a mi familia.
-bueno, entonces que paso.
-Pasa a la sala de juntas, él está ahí.- levantó una mano para señalarme el lugar y yo reí divertida y me dirigí a la puerta.
Cuando abrí, la sala de juntas no era diferente a cómo recordaba, era un espacio grande donde una mesa de aproximadamente 20 asientos se encontraba en medio. Casi a la entrada estaba la persona que decía papá. Al verlo supe al instante de quien se trataba. Un hombre de la misma edad que yo, 1.85 de estatura, pelo castaño ojos igual, piel blanca. Mi amigo de la infancia.
-Ando- El se levantó y extendió sus brazos- eres tú- me lance a sus brazos y el respondió al instante.- pensé que estabas viviendo en Europa, tenía mucho tiempo sin sabe de ti.
-Ninako, tranquila me lastimas con tu abrazo- hizo una voz que sonó más a un quejido. Solté el abrazo y me separé de él.- Volví hace unas semanas, tú papa me dijo que habías vuelto así que corrí a verte- me estudio de pies a cabeza, y lo hizo tanto que me sentí incómoda- Y déjame decirte que te ves hermosa, muy hermosa- Se acerco un poco a mi tratando de tocar mi cachete.
-Ando- detuve su mano- ya te conozco así que no se te ocurra, tengo novio- hizo una mueca de desilusión, para luego soltar una risa.
-Tu sabes que jamas pierdo la esperanza- me guiño un ojo- aunque podría ignorar el hecho de que tienes novio
-De eso no tengo duda, pero sabes que no me gustas- Se agarro su corazón dando a entender que lo había lastimado
-Esas palabras son crueles para un amigo de la infancia- al ver que yo no quite mi sonrisa continuó- pero bueno, creo que puedo vivir con eso, aunque la verdad no pierdo la esperanza
-Deberías de hacerlo
-Olvidémonos de cosas tristes- hizo que me sentara- Mira, no tengo mucho tiempo ya que tu papá y yo tenemos una junta en 10 min. Quería verte para decirte que saliéramos hoy en la noche- al ver mi cara de sorpresa continuó antes de que pudiera contestar- No como tú piensas, invita a una amiga si quieres o a tu novio
-Mi novio no podrá hoy- Daiki me había dicho que estaría en turno de noche así que no podría aunque quisiera
-Quiero ponerme al corriente contigo, pero como se que en el fondo desconfías de mis intenciones invita a una amiga tuya y yo invito a un amigo mío.
-Eso suena como a una cita doble- hice una mueca de desaprobación
-Oye, yo también me quiero sentir seguro, así que acepta- me dedico una de sus sus sonrisas.
-Esta bien, pero mantente lejos de mi amiga- ahora fue él quien hizo una mueca- Te conozco y se que te lanzaras sobre ella, para cortejarla, pasarte de listo y después no volverla a ver.- El se quedó con los ojos bien abiertos- al ver tu reacción me doy cuenta que no has cambiado en nada- solté una carcajada y el después de unos segundo hizo lo mismo.
-Esta bien, está bien-levantó las manos mostrando resignación- prometo no hacerle nada- Espero unos segundos y continuó- que ella no quiera- me guiño un ojo y se paró de la silla antes de que lo pateara.- Te veo más de rato, en el club que está a lado del centro comercial de siempre.
-Esta bien- salió de la sala de juntas dando brinquitos como niño chiquito.
Saque mi teléfono y marque a Sayu, esperando que pueda asistir. Sonó tres veces y después contesto
Niko, ¿que pasa?
-Hola Sayu, Emm... espero y no estés muy indispuesta
No claro que no, dime, ¿Que pasa?
-Es que... tengo una invitación de un amigo de la familia a ir a un club, no quiero ir sola con él, ¿Podrías acompañarme?
Emm... si claro, al final de cuentas no tengo nada que hacer.
-Gracias, te quiero mucho Sayu, en 20 min llego a tu departamento para arreglarnos.
Si, aquí te espero
Después de colgar con Sayu salí para su apartamento, me sentía emocionada de salir, aunque no fuera con Daiki, me sentía a gusto con la idea de que Sayu fuera la que me acompañara. No le pregunte a Ando quien era su amigo, pero bueno, no me importa mucho. Sentí una punzada en mi corazón, pero antes de hundirme en los pensamientos los deseché y continué hasta llegar al departamento de Sayu. No sabía que clase de noche nos esperaba, pero de nuevo, una voz muy en el fondo me decía que estuviera alerta y que confiara en mis sentimientos. Comencé a arreglarme sintiendo nervios, pero Sayu me distraía así que me mantenía ocupada. Estábamos listas y la hora a la que veríamos a los chicos se acercaba, así que partimos al lugar donde nos encontraríamos, jamas pensamos cuán larga sería la noche que se nos presentaba.
Espero y les haya gustado, estaré atenta a los comentarios. Haré lo posible por subir el capítulo mañana o pasado. Saludos a todos.
