Hola otra vez! Parece mentira, pero tengo otro capitulo listo.
Muchas gracias por todos los reviews, me animan muchisimo. Supongo que todos habeis recivido la contestación al mail, de no ser asi no creo q tarde en llegaros.
NaNi y Vero sois las unicas que no me habeis dejado una dirección de correo donde responderos, muchas gracias por vuestros reviews, me alegro de que os este gustando la historia!
Será o no será Legolas el "bulto" de la celda... se q soy mala por haber dejado el capitulo anterior ahi, asi q, seguid leyendo y lo sabreis!
Cap 45: Blefoblas returns
Impacientemente, entre Anne y Guimli abrieron la puerta, después de que el enano se deshiciera del cerrojo de un buen hachazo. Esperanzados, miraron dentro desde el umbral. Aunque la celda no era muy amplia, la poca luz que se filtraba por la minúscula ventana no ayudaba a ver mejor el interior. Estaba muy oscuro, pero en el rincón más alejado de la entrada les pareció ver un bulto.
-"Legolas?"- susurró Anne, algo temerosa.
El bulto se movió y se giró hacia ellos. Anne y Guimli, y los demás tras ellos, lo miraron expectantes. Y entonces…
-"Aaaah!"- gritó Anne, dando un salto hacia atrás del susto, y ayudando a un sorprendido Guimli a cerrar la puerta antes de que el bulto llegara hasta ellos. Le oyeron golpear y gruñir tras la gruesa madera. De los golpes la puerta tambaleó, así que Aragorn les ayudó a mantenerla cerrada mientras Galen y los otros elfos se hacían con un par de losas que parecían resistentes y trababan la puerta.
-"Si que se ha desmejorado Legolas estas últimas semanas"- dijo Guimli, aun resoplando por el esfuerzo y el susto. Anne asintió y sonrió.
-"Ese no era el príncipe Legolas"- informó uno de los elfos, serio, que no encontraba gracioso ni el incidente ni el comentario.
-"Y en que lo has notado, señor obvio?"- le increpó el enano. –"En el pelo?"-
El elfo ignoró el cometario volviendo su atención hacia la galería y el resto de las celdas.
-"El de Legolas es mas rubio"- murmuró Anne.
-"Y mas largo…"- corroboró Guimli.
-"Y limpio…"- añadió la chica, mirando con disgusto hacia la puerta.
El enorme orco que había dentro no paraba de aporrearla. Y entre el ruido de los golpes y los gritos estaba organizando un gran alboroto.
-"Le van a oír…"- susurró la chica.
-"Este es el lugar donde el orco nos ha dicho que retenían a Legolas"- dijo Aragorn pensativo mirando el mapa.
-"No teníamos que habernos fiado de él"- gruñó el enano. -"Cuando salgamos de aquí le voy a…"- Pero su discurso se vio interrumpido por el rápido intercambio de palabras de los elfos. -"Grr"- se quejó Guimli. -"Decidlo de manera que todos lo podamos entender!"- añadió, refiriéndose a que habían hablado en élfico.
Anne miró de los elfos a Aragorn, y al ver su cara comprendió que lo había entendido bien. -"Vienen…"- El enano puso cara de comprender.
-"Cuantos son?"- les preguntó Aragorn.
-"Muchos"- respondió Galen. -"Llegaran en unos minutos"-
Aragorn miró a su alrededor con inquietud. Ese pasillo solo tenía una salida. Las escaleras por las que habían bajado, y por las que ahora bajaban los orcos. Estaban atrapados.
Gandalf recorrió varias habitaciones más, revisando los documentos y libros que había en ellas. Estudios de historia, alquimia, astronomía, herbó logia… Saruman había estado ocupado.
Finalmente, entró en la última de las salas. Esta era más oscura. Las ventanas estaban cubiertas con telas y sobre una larga mesa descansaban varios libros. Muchos de ellos estaban abiertos, mostrando elegantes letras y elaboradas ilustraciones. Las portadas de los que estaban cerrados contrastaban con las amarillentas páginas de los demás, pues eran negras, sin adornos ni letras.
Se acercó para mirarlos mejor y así confirmar sus sospechas. Solo los libros que guardan las enseñanzas del mundo tenebroso se encuadernan en cuero negro. Para señalarlos como peligrosos e, incluso, prohibidos.
En esa mesa había muchos, viejos volúmenes de magia negra, la mayoría de ellos los creía desaparecidos hacia años. Saruman los debía guardar en su torre para estudiarlos. Lo que le suscitaba una pregunta, durante cuanto tiempo les había engañado Saruman sobre su verdadero bando? Si había conseguido reunir esa biblioteca, sin duda había sido más del que él había creído…
Un débil golpe le sacó de sus cavilaciones e hizo que centrara su atención de nuevo en la sala…
Anne miró a la galería no muy convencida. Aragorn la había obligado a ocultarse en una de las celdas. Guimli estaba con ella, cogiendo su hacha con decisión y asomando su cabecita para ver lo que ocurría fuera. La chica se asomó también.
Varios orcos ya habían llegado al pie de las escaleras y miraban a los elfos y a Aragorn, quienes, desafiantes, les plantaban cara con los arcos listos a unos diez metros de ellos. A la señal del rey de Gondor, la primera ráfaga de flechas surcó la corta distancia clavándose en sus oponentes. Recargaron veloces y segundos después, una segunda ráfaga, llegaba a los orcos.
Éstos ni siquiera se preocuparon en buscar refugio, y empezaron a avanzar hacia ellos. Por cada uno que caía a causa de las flechas otro aparecía por las escaleras y ocupaba su lugar. De esta manera, pronto los tuvieron tan cerca que los arcos se volvieron inapropiados y fueron sustituidos por las espadas.
Afortunadamente, las reducidas dimensiones del corredor hacia que los orcos no pudieran atacar de vez, anulando así su ventaja en número. Lo que no impidió que, poco a poco, elfos y hombre empezaran a retroceder ante la fuerza del ataque orco.
Anne pudo ver desde su escondite como la batalla se iba acercando a su posición. Con cada paso que daban hacia ella, su corazón latía más rápido. Cogió su espada con fuerza, sintiendo la tensión en su cuerpo.
Miró a Guimli, quien observaba inquieto la pelea balanceando su hacha, y de nuevo a la batalla. Ya estaban muy cerca…
Un orco se escapó del grupo y se dirigió a ellos. Dos pasos después su cabeza rodó por el suelo hasta los pies de Guimli, quien, con ese hachazo, había dado por empezada su participación en la pelea y centró su atención en otro de los orcos cercanos.
Varios más se habían dado cuenta de su presencia que había pasado desapercibida hasta el momento. Así que, pronto, Anne se encontró emparejada con un par de grandes, feos y mal olientes orcos. Les plantó cara, parando sus golpes y atacando, sin alejarse demasiado de Guimli, quien entre hachazo y hachazo a sus rivales, les dedicaba alguno a algunos de los de Anne.
Poco a poco el número de orcos fue decreciendo, lo que fue decantando la balanza a favor de Aragorn y compañía. Con un último esfuerzo, acabaron con los últimos, dando por finalizada la escaramuza.
-"Hay que salir de esta ratonera cuanto antes!"- dijo Aragorn, instándoles hacia las escaleras. Cuando Anne pasó por su lado la paró cogiéndola del brazo y la examino con la vista.
-"Estoy bien"- dijo ésta, antes de seguir a los demás escaleras arriba. No es que estuviera bien, lo que se entiende por estar bien. Estaba algo magullada, tenía un par de cortes en los antebrazos y, de no ser por la adrenalina que corría por sus venas a causa del reciente enfrentamiento, estaría muy asustada. Pero en la situación actual, quizás eso puede catalogarse como estar bien, no?
Desandaron lo andado, recorriendo el pasadizo por el que habían bajado en sentido contrario. Galen anunció que otro grupo de orcos se acercaba a toda prisa hacia ellos, así que buscaron protección en una de las galerías secundarias, más oscuras y menos utilizadas por los orcos. Esperaron, atentos a cualquier sonido. Oyeron los pesados pasos de los orcos correr por la galería principal y pasar de largo la entrada al pasadizo donde se encontraban. Se quedaron en silencio varios minutos más, pero no escucharon nada. Por ahora, les habían despistado.
-"Deben haber dado la alarma"- dijo Galen.
-"Pero como han sabido que estábamos aquí?"- preguntó Guimli. -"No nos habían visto"-
-"Y que más da!"- se quejó Anne, volviendo al tema importante. -"Donde está Legolas?"- Aragorn volvió a inspeccionar el plano. -"No nos habrás perdido?"- le preguntó la chica. El montaraz la miró alzando una ceja y Anne se limitó a alzar las manos como disculpa.
-"Puede que le hayan trasladado al saber que estábamos aquí"- aventuró Galen.
-"Nadie nos ha visto entrar!"- volvió a insistir Guimli.
-"Lo mejor es salir de aquí"- dijo Aragorn ganándose una mirada de incredulidad por parte de Anne y otra de Guimli.
-"Sin Legolas?"- dijeron a la vez.
-"No sabemos donde lo tienen ni cuantos orcos hay por estos pasadizos."- intentó hacerles comprender.
Antes de que ninguno de los dos pudiera volver a protestar, escucharon pasos acercarse de nuevo a ellos. Los elfos se pusieron tensos y, a Anne le bastó la mirada que Galen le echó a Aragorn, para saber donde se dirigían esta vez los orcos.
-"Oh! Dios!"- susurró, mientras seguía al grupo por el oscuro pasadizo.
El avance fue lento, no solo por la oscuridad, sino también por los escombros que bloqueaban parte de la galería dificultando así su camino. Por si eso no fuese poco, los pasos y gruñidos de los orcos retumbaban en la roca cada vez con más fuerza, dejando claro que les estaban ganando terreno.
Anne corría siguiendo el poco resplandor que proporcionaba la antorcha de Aragorn, y mirando hacia atrás de vez en cuando, solo para ver oscuridad. Pero eso no la tranquilizaba, sabía que los orcos estaban cerca, podía oírlos. Un par de minutos después, pudo ver luz delante suyo. La galería por la que iban se unía a una de las principales, y por tanto, mejor iluminadas. Alegrándose por salir de esa oscuridad, aceleró un poco su paso.
La luz la iluminó de golpe, cegándola por unos instantes. Cuando sus ojos se ajustaron a la claridad de la galería, lo que vio ante ella le hizo perder la respiración. No habían ido a parar a una galería, sino a una sala subterránea. Una ocupada por orcos para ser más exactos.
Los primeros segundos, antes de que los orcos fueran conscientes de la presencia de intrusos en su guarida, éstos parecían más interesados en uno de los pasadizos laterales, gruñendo y olisqueando el aire de este. Pero, en cuanto se percataron de que tenían compañía, se giraron hacia ellos y, entre sorprendidos y divertidos, prepararon sus armas.
-"Ahora si que la hemos hecho buena"- murmuró Anne, quien aunque con la vista fija en los orcos ante ella, seguía escuchando a los orcos perseguidores avanzar por el pasadizo. Pronto estarían allí, uniéndose a la decena de orcos que había en la sala, y acorralándoles.
-"Veis la galería que hay tras ellos"- dijo suavemente Aragorn, refiriéndose al pasadizo que segundos antes los orcos habían estado olisqueando. -"Es el camino más rápido a la galería principal y a las escaleras"-
'Genial!' pensó Anne desanimada. 'De los cinco pasillos que hay en esta sala tenía que ser ese!'. Vio como sus compañeros preparaban sus armas y, segundos después, la batalla había empezado.
Los elfos disparaban sus arcos sin descanso, mientras que Aragorn y Guimli empuñaban sus armas con resolución. Anne preparó su espada y, resignada, esperó a que alguno de los orcos decidiera enfrentarse a ella. 'Yo no pienso ir a buscarles…'. Para su sorpresa, se había quedado detrás del grupo, protegida así por Aragorn, Guimli y los elfos. Pues ningún orco cruzaba vivo esa barrera.
'Si ellos se encargan de esos…A mi me tocan los que nos estaban persiguiendo?' pensó, mientras miraba desconfiada a la galería por la que habían salido. El ruido de espadas de la sala no la dejaba escuchar bien, pero estaba segura que los orcos estaban cerca. No sabían cuantos eran, pero al juzgar por la cara que había puesto Galen, debían ser bastantes. Y, definitivamente, ya tenían suficientes orcos con los que había en la sala.
'Valoremos la situación. Peleando contra un grupo de orcos, en una sala bajo tierra, de una fortaleza muy posiblemente llena de orcos, sin contar un mago asesino, sin pistas sobre donde puede estar Legolas y, a punto de ser acorralados por los orcos que nos han seguido por el pasadizo… Esto ya solo puede mejorar…' Miró a su alrededor, como esperando que ocurriera algo que decantara la balanza en su favor, pero no ocurrió nada. La batalla seguía y los pasos cada vez se oían mas cerca, así que… 'Pues vale! Lo haré yo…' Y alzando sus manos hacia la entrada al pasadizo del que provenían las fuertes pisadas murmuro el que ya se estaba convirtiendo en su conjuro estrella.
Ante ella, un fuerte muro de hielo se creo rápidamente cerrando el acceso al pasadizo. Gandalf la había prevenido sobre no usar la magia para que Saruman no supiera que ella estaba en la fortaleza, pero los orcos a su alrededor dejaba bastante claro que si el mago no sabia que estaban allí, poco faltaba. Se giro sonriendo satisfecha por su obra, solo para ver como los demás se habían abierto paso entre los orcos hacia la otra galería.
Corrió hacia ellos, dando algún que otro sablazo por el camino y les siguió en su intento de llegar al otro lado de la sala. Si bien el número de orcos había disminuido, aun quedaba un buen grupo, y les estaban haciendo pasar un mal rato.
Aragorn la cogió del brazo cuando se paró a su lado y la obligó a seguir corriendo hacia la entrada de la galería. Intentó protestar, pero la mirada del montaraz la hizo callar. Así que siguió avanzando. Detrás suyo, Aragorn y los demás seguían peleando con los orcos, impidiéndoles llegar hasta ella, otra vez.
Llegó a la galería y entró, ocultándose en las sombras. Se apoyó contra una de las paredes aun respirando con dificultad por la carrera. Poco a poco, consiguió calmarse y respirar con más normalidad. Así que sus bufidos ya no resonaban en la gruta. 'Entonces… Que es ese ruido?'
Dio un par de pasos adentrándose más en la oscura galería hacia el origen de esa respiración y forzó su vista intentando distinguir algo entre las sombras. Cogió con fuerza su espada y… ahogó un grito cuando lo vio. Mucho mas grande que un orco, 'Y feo…'. Ese ser llevaba en las manos una especie de garrote que acababa de lanzar en su dirección y que, afortunadamente, había sido lo suficientemente rápida como para esquivarlo.
Dio un par de pasos hacia atrás, para verlo mejor. El ser, si bien era enorme, también era algo patoso, pues de la fuerza con la que había lanzado ese golpe, había perdido el equilibrio y se había caído al suelo.
Anne aprovechó los segundos de desconcierto para esconderse entre las sombras. Se aplastó contra una de las paredes y contuvo la respiración, esperando que ese bicho no la viese.
Lo vio ponerse en pie y mirar a su alrededor. Al avanzar hacia ella quedo iluminado por una antorcha cercana. 'Esto solo hace que empeorar' pensó, al reconocer en los rasgos del monstruo que se trataba de un trol. 'Genial! Un trol para mi solita…'
El trol dio un par de pasos hacia donde Anne se encontraba. Inspeccionando sus alrededores y olisqueando el aire. Anne se aplastó todo lo que pudo contra la dura pared, pero si seguía acercándose pronto la vería.
Un par de pasos mas y ya casi lo tenía encima. Más apurada que decidida, apretó la empuñadura de su espada y, dispuesta a darle un buen susto al trol y salir corriendo de vuelta hacia la sala, se preparó.
Vio avanzar al trol un paso más… y otro… y…
'Aaaaaah!' tuvo que gritar mentalmente porque una mano le tapaba la boca mientras que otra la sujetaba por la cintura y tiraba de ella hacia atrás. Obligándola a agacharse, fue arrastrada por un pequeño pasadizo y segundos después, se encontró en pie en una especie de pequeña sala de suministros mirando los claros ojos que conocía tan bien y tanto había buscado.
-"Blefoblas!"- gritó al ver quien había sido su salvador antes de lanzarse a su cuello. Por suerte, el grito había quedado amortiguado por la mano que aun tapaba su boca y nadie más que ellos dos lo había escuchado. Y siguió estrujando al elfo sin ninguna intención de soltarse.
-"Creí haberte dicho que no vinieras"- le susurró Legolas, sin hacer ningún esfuerzo por separarse de ella.
-"Ah! Si?"- le murmuró Anne en el oído en tono inocente. -"No lo recuerdo…"-
-"Ya"- dijo el elfo, no creyéndose ni una palabra, aunque Anne estaba convencida de que estaba sonriendo. -"Y supongo que tampoco recordaras haberte puesto a llorar…"-
-"Pues no."- susurró Anne en el mismo tono inocente.
-"Claro"- suspiró Legolas. -"No puedo creer que me engañaras de esa manera."- añadió un poco más serio, separándose un poco de ella para mirarla a la cara.
-"Lo siento."- dijo con cara de estar realmente arrepentida de haberle engañado con un truco tan sucio como ponerse a llorar. -"Pero no me dejaste opción. Y en el sueño parecías herido…"- se separó un poco más de él para examinarle con la vista. -"Estas bien? Estas herido?"- le miró detenidamente como esperando que, igual que había sucedido en sus pesadillas, la camisa del elfo se llenada de sangre en cualquier momento.
Legolas notó el nerviosismo de la chica y, acercándola de nuevo a él, sin perder sus ojos de vista, le aseguró que se encontraba bien.
Anne asintió más tranquila. -"Que hacías aquí?"- le preguntó, como si acabara de darse cuenta lo extraño que era que Legolas estuviese vagando tan tranquilo por las galerías, cuando estas estaban repletas de orcos y se suponía que él estaba prisionero.
-"Me escapé de la celda esta mañana…"-
-"… y encerraste a un orco dentro."- terminó Anne la frase por él. Legolas se limitó a asentir. -"Lo hemos visto. Nos ha dado un buen susto… Sobretodo a Guimli."-
-"Esperaba poder escapar antes de que llegarais."- murmuró. Esa había sido su intención desde el principio, pero la única oportunidad para escapar se le había presentado esa misma mañana.
Por un motivo que desconocía, en vez de la pareja de orcos que solían ir a llevarle la comida (pan mohoso y agua turbia), esta mañana solo había ido uno de ellos. Así que, había aprovechado la oportunidad. Cogiendo al orco por sorpresa y encerrándolo en la celda tras dejarlo inconsciente, había vagado durante horas buscando la salida de aquel laberinto subterráneo a la vez que esquivaba a los orcos que vigilaban el lugar.
Cuando por fin creyó haber dado con la galería que le llevaría a la superficie, pesados pasos le habían alertado de la presencia de orcos en ese pasillo. Así que, se había escondido en la penumbra de un corredor lateral esperando que el grupo de orcos pasara de largo, dirección a las mazmorras. Lo que le había llevado a pensar que habían descubierto su fuga. Pero, para su sorpresa, no era ese el motivo por el que el grupo se dirigía allí. Al pasar cerca de donde se encontraba escondido, les escuchó gruñir algo que sonaba parecido a "intrusos". En ese momento se dio cuenta que su fuga había sido tardía. Anne y los demás ya estaban en la fortaleza, por lo que decidió seguir a los orcos, y estos, le habían llevado hasta sus amigos.
La fuerte respiración del trol resonó en la pequeña sala haciéndole volver a la realidad. Notó como Anne se ponía tensa y se acercaba más a él.
-"No podrá entrar"- le susurró. -"el tamaño de la puerta no se lo permite"-
Desde el rincón donde estaban se podía ver la puerta a la sala, o más bien dicho, el agujero en la pared que servía de puerta. En ese momento, la cara del trol apareció en la obertura, mirando al interior y olisqueando el aire, intentando adivinar donde había ido a parar su presa.
Tal como había dicho Legolas, la puerta no era lo suficientemente grande como para que el trol pasara. Se agachó y metió la cabeza, pero sus hombros chocaron contra la roca. Gruñó enfadado y volvió a intentarlo un par de veces más, hasta que al final, desistió con un último gruñido y le vieron pasar de largo.
-"Deberíamos ir a ayudar a los demás"- dijo Anne. -"Había muchos orcos en esa sala y ahora se les va a añadir un trol"- Legolas asintió. Salieron al pasillo, después de que el elfo se hubiese asegurado de que no había peligro y se acercaron cautelosamente a la entrada a la sala. Desde ahí, pudieron ver a Aragorn y Galen peleando contra los orcos restantes, mientras Guimli y los otros dos elfos centraban su atención en el trol.
Legolas se volvió hacia Anne y le quitó su espada de las manos. -"Que…"- empezó a protestar la chica.
El elfo le puso un dedo en los labios para hacerla callar. -"No puedo salir ahí desarmado"- le susurró. -"Espéranos aquí"- y, tras darle un rápido beso, salió del oscuro pasillo y se unió a la batalla.
Dios mio! Legolas ha vuelto! Bien!
Hasta yo me alegro, ya le estaba echando de menos. Solo lo siento por Gandalf q sale poquito en este capitulo, pero ya saldra en el siguiente.
Bueno, en este capitulo habia mucha acción (no os podreis qejar) y escribirla me ha dejado agotada! Casi tanto como estar ahí...
Así q espero vuestro reviews para recuperarme mas rapido, jajaja.
Hasta pronto! ;p
