Bueno, aqui estoy con otro capitulo. No me habia dado cuenta pero ya hace mas de un año que empece a escribir esta historia. Q larga! quisiera agradecer a todos los que la siguen desde el primer dia. Y tambien a todos los que os habeis ido añadiendo por el camino. Que leerse 20 capitulos de golpe tambien tiene su merito!

Este capitulo es un poco mas relajado. Tanta accion me estaba estresando... Espero que os guste!


Cap 48: El Doctor Aragorn

Después de escuchar el relato del mago sobre lo que había sucedido con Saruman y de haberle contado como ellos habían encontrado a Legolas. O, más bien, como Legolas los había encontrado a ellos. Gandalf los miró uno a uno como cerciorándose de que todos estaban bien.

Los elfos no parecían estar heridos. Aragorn tenía algún que otro golpe, pero nada grave. Guimli parecía más apenado por haber perdido una de sus hachas que por un feo corte que tenia en el brazo. Y todos, sin excepción, parecían agotados.

Legolas estaba pálido y delgado. En la poca piel que tenia expuesta se veían varias marcas rojas de golpes y heridas a medio curar. Seguramente debía tener el resto del cuerpo igual. Pero por su mirada supo que, aunque magullado, estaba bien.

En cuanto a Anne, no solo parecía muy cansada, sino que uno de sus brazos caía casi inerte en su costado.

El mago la miró preocupado. -"Estas bien?"- le preguntó.

-"Si"- respondió Anne sonriente, alegre de que todos hubiesen salido con vida de esa pesadilla. Gandalf levantó una ceja sin acabar de creerla. Anne le miró un poco perdida, porque no iba a estar bien? 'habían salido de allí todos con vida, no? Eso era estar bien.' Gandalf le dio un ligero golpecito en su mano derecha.

-"Au!"- se quejó la chica, llevándose la mano al pecho y protegiéndola con la otra. Gandalf alargó su mano para coger la de la chica y examinarla con atención.

-"Fuego negro"- dijo al fin. -"Si hubieran alcanzado a alguien directamente con esa poción, no hubiese sobrevivido"- añadió, pensativo.

-"Si es una poción tan potente porque Saruman no tenia una marmita gigante dispuesta a tirárnosla por la cabeza en cuanto entramos a la fortaleza?"- dijo Anne. -"Eso hubiese sido mas eficaz que tirárnosla en frasquitos."-

Gandalf la miró entre divertido y severo, con cara de 'te lo tengo que explicar todo'. -"Primero, Saruman te quiere con vida. Y segundo, los ingredientes de la poción son muy difíciles de encontrar."- Anne le miró con cara de 'Ah!', mientras el mago añadía: -"Algo que deberías saber si hubieses estado más atenta en nuestras clases…"-

Intentó protestar, esas clases podían llegar a ser muy aburridas, pero el mago la cortó. -"Aragorn debería echarle un vistazo a tu brazo"-

-"Pero si no me duele!"- se quejó la chica. Gandalf alzó una ceja escépticamente. –"Al menos que lo toque, claro."-

-"Basta de quejas y ven hacia aquí"- dijo, o mas bien, ordenó el montaraz, mientras sacaba de su bolsa el pequeño paquete que le servia de botiquín.

-"Pero…"- Una mirada de Aragorn bastó para que se callara. Con la vista busco alguien que la ayudara a librarse de eso, pero todos parecían atareados descargando los caballos y buscando un buen lugar donde acampar.

Mientras tanto, Aragorn había sacado un par de hojas secas y empezó a picarlas con dos piedras. Al cabo de un par de minutos, las hojas se habían convertido en una masa pringosa y viscosa que olía realmente mal. Cogió un poco con sus dedos y con la otra mano intentó alcanzar a Anne.

Ésta, al ver lo que Aragorn pretendía hacer con esa asquerosidad, dio un salto hacia atrás con cara de asco. El montaraz rió. -"No lo juzgues por el olor…"- intentó convencerla.

-"Y en que me fijo entonces, en el aspecto asqueroso que tiene eso?"- alzó una ceja la chica.

Aragorn volvió a reír. -"Te aliviará el dolor e impedirá que se te inflame el brazo"- añadió poniéndose en pie y avanzando hacia ella.

-"Eso se lo dirás a todas…"- murmuró Anne, alejándose de Aragorn y la masa viscosa.

Sin perder la sonrisa, el montaraz seguía a lo suyo. -"Es un remedio muy eficaz"- le aseguró, aun avanzando hacia ella. Con la mirada fija en la chica y la voz suave, como si se tratara de un cervatillo al que no quiere asustar.

Anne siguió retrocediendo, hasta que… -"Ay!"- gritó, cuando notó como un par de brazos la sujetaban por detrás y la obligaban a caminar hacia Aragorn. No necesitó mirar para saber de quien se trataba. -"Suéltame!"-

-"Haz caso a Aragorn y deja de patalear."- le susurró Legolas al oído.

-"Suéltame o te arreo un puñetazo!"- le amenazó la chica.

-"Con que mano?"- preguntó, inocentemente, el elfo.

Anne le miró enfadada por encima de su hombro. Legolas sujetaba su brazo bueno y, estaba claro que con el herido no iba a poder aporrearle. Pero eso no quería decir que no tuviese ganas… -"Te vas a enterar…"- murmuró.

Aragorn ya había llegado hasta ella y le estaba remangando la manga de la camisa para ver bien la zona afectada. Examinó unos segundos la roja marca que cubría parte del antebrazo y la mano de Anne. Ésta vio como, poco a poco, la mano que Aragorn tenia pringada con esa cosa empezaba a descender hacia su pobre e indefenso bracito. 'Que asco! Que asco! Que asco!'. Intentó apartarse, pero Legolas la tenía bien sujeta. 'Legolas…'

-"Legolas también esta herido!"- dijo, cuando la masa viscosa estaba a solo dos milímetros de su piel.

La mano de Aragorn se detuvo y alzó su vista para mirar con preocupación a su amigo.

Anne vio la duda en la cara del montaraz, así que insistió. -"Ha estado prisionero casi dos semanas, seguro que sus heridas son mas graves que las mías"-

-"Están casi curadas"- le aseguró Legolas a su amigo.

-"Seguro?"- siguió Anne. -"Te han dado de comer? Porque yo te veo mas delgado?"-

Aragorn retiró su mano de Anne y centró su atención en el elfo, como intentando calcular cuantos kilos había perdido.

Anne decidió ayudarle. -"Yo diría que por lo menos cuatro…"-

-"Te estoy diciendo que estoy bien"- seguía insistiendo Legolas.

Aragorn miró de Anne a Legolas, indeciso sobre que hacer o a quien creer.

-"No, no lo está."- siguió a lo suyo Anne. -"La ultima vez que me inmovilizó lo hizo con mas fuerza"- dijo alzando ambas cejas como si se tratase de una gran revelación.

Aragorn seguía dudando.

-"No vas a librarte de esto"- le dijo Legolas a Anne, girándola un poco para verla mejor, que ya se había dado cuenta que la chica lo único que pretendía era desviar la atención de Aragorn y librarse del mal trago. -"Aragorn va a curarte el brazo te guste o no."-

-"No voy a dejar que me toquéis con es pasta asquerosa"-

-"Y por eso Aragorn me la ha de poner a mi?"- se quejó el elfo. Molesto porque la chica había hecho que el montaraz desviara su atención hacia él.

-"No haberle ayudado!"- protestó Anne, un poco risueña al darse cuenta que a Legolas tampoco le hacia gracia la masa viscosa.

-"Ya es suficiente…"- oyeron decir a Aragorn, justo antes de esparcir la pasta viscosa, pegajosa y asquerosa por el brazo de Anne.

-"Arg! Que asco!"- se quejó, mirando con repulsión a la crema verde que Aragorn iba esparciendo sobre su brazo, y con rabia a Legolas.

Éste sonreía satisfecho. -"Es por tu bien"- le dijo, sonriente por haberse salido con la suya. Sonrisa que se amplió cuando escucho el gruñido que le echó Anne como respuesta.

-"Después vas tú, Legolas"- le informó Aragorn, como si nada, sin dejar de ocuparse del brazo de Anne.

La sonrisa del elfo se borró de inmediato y fue sustituida por una mueca que mostraba su desagrado. -"Pero si no es grave…"-

-"Es por tu bien"- repitió Anne sus palabras. Ahora era su turno de sonreír. Y el turno de Legolas de gruñir.

-"Dejad de pelear…"- dijo, cansado, Aragorn.


Apenas estuvieron dos horas descansando. Aunque "descansando" no era la palabra adecuada. Después de que Aragorn hubiese limpiado las heridas de Anne, Legolas, Guimli y las suyas propias, tuvieron que descargar los cansados caballos, buscar agua y leña, además de preparar algo para cenar. Así que, una vez repartidas las tareas, Anne se encontró emparejada con Guimli con la misión de buscar leña para el fuego.

No les resultó muy difícil, a ambos lados del camino se abría paso un gran bosque, y, una media hora después, volvieron con un buen montón de ramas secas. El ungüento de Aragorn estaba funcionando tal y como este había dicho. El brazo ya no solo no le molestaba, sino que había recuperado parte de su fuerza.

Comieron en silencio alrededor del fuego. El sol empezaba a ocultarse y, sin este para repartir calor, la temperatura estaba descendiendo considerablemente. Una vez hubieron acabado, lo recogieron todo. Intentando borrar su rastro todo lo posible. Empaquetaron las cosas y volvieron a cargar los caballos. Para cuando el sol se ocultó completamente tras las altas montañas, ya se habían puesto en marcha.

La noche fue larga y fría. Ambar, igual que el resto de corceles, cabalgó sin descanso ni queja, siguiendo el paso que imponía Sombragris. De vez en cuando, alguno de los elfos se quedaba un poco retrasado para descubrir si les seguían, pero por ahora, no había rastro de los orcos.

Gandalf, igual que Aragorn, estaba convencido de que Saruman no los iba a dejar escapar tan fácilmente. Ambos coincidían en que lo mas probable era que enviara el resto de su ejercito orco tras ellos. Por ese motivo, solo se detuvieron un par de veces a descansar. Las pausas fueron de unos quince minutos, para dar un poco de descanso a los caballos y permitirles beber. Aunque los animales no parecían necesitarlo, parecían sentir la prisa de sus jinetes y, durante las pausas, se mostraban bastante intranquilos.

Ambar no hacia mas que molestar a Anne para que subiera de nuevo y, al ver que la chica no le hacia caso, resoplaba molesta y la empujaba con la cabeza. Alejándose de ella enfadada para volver tres minutos después y repetir su actuación.

Anne la intentaba tranquilizar como podía, pero ella también estaba nerviosa. Lo único que quería esa llegar de una vez al Bosque Oscuro, donde les aguardaba el ejército del rey Thranduil.

La noche se estaba haciendo muy pesada y tediosa. Cabalgar durante el día ya era aburrido, pero hacerlo de noche era peor. Anne apenas distinguía el camino delante de ella, por suerte Ambar parecía saber hacia donde iba. Así que, un par de horas después de haber emprendido la marcha, decidió no preocuparse por eso y se acurrucó como pudo en el pecho de Legolas que iba sentado tras ella. Lo único agradable del viaje, sin duda…

Estaba agotada y no le costó mucho quedarse dormida. Aunque un caballo al trote no es el mejor lugar para echarse una siestecilla, así que pasó el resto de la noche medio dormida, despertándose cada diez minutos y deseando que llegara la mañana de una vez!

Legolas dejó que se acomodara en su pecho, envolviéndola con la capa cada vez que al moverse ésta se abría. Pasó uno de sus brazos por su cintura y la acercó más hacia él. Intentado proporcionarle algo de su calor. La noche era fría, no quería que enfermara. La chica respondió a su gesto acurrucándose mejor, hundiendo su espalda contra él todo lo que pudo y apoyando su cabeza en su pecho.

El elfo la observó dormir, desviando la vista de ella lo justo para comprobar que iban por el buen camino y mirar a sus compañeros. Pero sus ojos siempre volvían a esa criatura que descansaba intranquila entre sus brazos. Y cada vez que medio despertaba de su sueño, le miraba, al principio con la vista perdida, pero reparando en él segundos después. Ella le sonreía, medio dormida, antes de volver a acurrucarse. Y sus ojos no podían separarse de ella… y antes de darse cuenta, los primeros rayos del sol empezaron a iluminarles anunciando la llegada del amanecer. Y, poco después, Gandalf dio el alto. Era hora de descansar…

Encontrar un buen lugar donde pasar el día y descansar, no les resultó muy complicado. Después de varios minutos de inspeccionar la zona, dieron con un pequeño claro, un poco alejado del camino. La parte central estaba bien iluminada por el sol y, en uno de los laterales se alzaba una escarpada roca que proporcionaba sombra y un buen lugar donde dormir sin que la luz solar les molestara.

-"Anne…"- susurró Legolas, intentando despertarla. Ésta no tardó en abrir un poco los ojillos y sonreírle. El elfo le devolvió la sonrisa. –"Pasaremos el día aquí. Hay que preparar el campamento."-

Anne asintió y se incorporó un poco, permitiendo a Legolas que bajase del caballo. Gruñó un poco al notar que el elfo se separaba de ella y perdía así su calor. Y aun medio dormida, desmontó también. Cuando sus pies tocaron el suelo, estiró sus brazos y espalda, desperezándose. Le dolía todo, 'definitivamente dormir en un caballo es muy incomodo'.

-"Has descansado bien?"- le preguntó Legolas medio sonriendo.

-"Bromeas?"- suspiró, masajeándose las cervicales. El elfo sonrió y se acercó a ella con intención de ayudarla, pero antes de que pudiera alzar sus manos apareció Guimli.

-"Eh! Nena! Vamos a por leña"- la llamó, haciéndole un gesto para que le siguiese. Anne se despidió de Legolas con una mirada y siguió al enano quien caminaba delante suyo estirando sus cansados músculos y murmurando algo como que los enanos no están hechos para cabalgar.

Para cuando regresaron, el campamento ya estaba preparado. Los caballos pastaban libres en un lado, las bolsas descansaban en otro y, a la sombra, habían esparcido las mantas 'eso debe ser el dormitorio…'. En el centro había preparado un circulo de piedras, sin duda para la fogata, también habían un par de ollas con agua. 'y eso el salón-comedor y la cocina…'

Aragorn y Gandalf estaban sentados frente a las ollas cortando verduras. Los elfos habían desaparecido, sin duda revisando la zona en busca de posibles amenazas. Y Legolas llegaba en ese momento con las cantimploras llenas de agua.

Anne y Guimli llevaron la leña que habían recogido hasta ellos y se sentaron a contemplar como Aragorn seguía cortando verduras. Solo que ahora Anne se dio cuenta que no se trataba de verduras, sino de esa planta con la que el montaraz había hecho la masa viscosa. Mientras tanto, Gandalf les tendió un lembas a cada uno.

Hasta que no lo tuvo en la mano no fue consciente de lo hambrienta que estaba. Menos mal que tenían lembas de sobra. Adlanna se había encargado de llenar sus bolsas de provisiones. A Anne le había parecido que la elfa exageraba, pero ahora se alegraba de haberle hecho caso.

Cuando Aragorn acabó de cortar las hojas, cogió unos cuantos trozos y empezó a aplastarlos, tal y como había hecho la noche anterior. A Anne se le pusieron los pelos de punta del asco. Y, en cuanto las hojas se convirtieron en la asquerosa masa, el montaraz levantó su vista y miró de Anne a Legolas intentando decidir quien seria su primera victima.

-"Yo fui la primera antes, así que ahora le toca a él"- dijo Anne ganándose una mirada molesta de Legolas.

Aragorn solo sonrió y le indicó a su compañero que le siguiese. Legolas se puso en pie no muy convencido y siguió a Aragorn. Al pasar por el lado de Anne, murmuró algo como 'tramposa!', mientras la chica sonreía.

Mientras Anne esperaba su turno con el doctor Aragorn, Gandalf insistió en repasar lo sucedido en la fortaleza por si habían pasado algo por alto. Así que, entre Anne y Guimli, le relataron como tres veces lo sucedido antes de que el mago pareciese satisfecho.

-"Es mejor no dejar cabos sueltos"- les dijo Gandalf. -"No sabemos si a parte del 'Fuego Negro' Saruman se guarda otro truco en la manga"-

-"Pues claro que se guarda trucos en a manga, es un mago"- dijo Guimli entre dientes medio riendo. Se calló de golpe al darse cuenta que lo había dicho ante dos magos, así que, al ver las miradas que estos le estaban echando decidió que mejor se iba a pasear.

-"Crees que aun nos puede sorprender con algo?"- preguntó Anne, preocupada. Es que no habían pasado por suficiente ya.

-"No lo se"- respondió pensativo Gandalf.

Poco después volvió Aragorn y se sentó al lado de la chica. -"Tu turno"- sonrió.

Anne suspiró derrotada. -"Es obligatorio?"- Aragorn no se molestó en contestar y empezó a hacer más de esa masa.

-"Donde esta Legolas?"- preguntó Anne al darse cuenta que no había vuelto con él y que tampoco estaba en el dormitorio.

-"Ha ido a dar una vuelta"- respondió el montaraz mientras examinaba la textura de la masa verde. Y ante la mirada perdida de Anne en la dirección por donde suponía que Legolas se había ido, añadió. -"No te preocupes. Está bien. Sus heridas no son graves y están prácticamente curadas. Solo necesita aclarar sus ideas"- intentó tranquilizarla.

'Aclarar sus ideas! Genial! Legolas pensando… La última vez que el elfo se había ido a pensar tuvieron una buena pelea, Pilindiel se metió por el medio y Ambar acabó desterrada… Aunque la reconciliación estuvo bien… Mmmm… Uy!'. Borró la sonrisa estupida que acababa de aparecer en su cara en cuanto se dio cuenta de la mirada que le echaba Aragorn. Éste fingió no haber visto nada y empezó a esparcir el ungüento por su brazo. Pero de vez en cuando, la miraba de reojo y sonreía. 'Los montaraces no leen la mente, no? Igual es un poder especial que tiene por ser rey de Gondor… No, Gandalf me lo habría dicho…' Aragorn volvió a sonreír de nuevo. 'Que le hace tanta gracia…' Anne estaba a punto de preguntarle cuando él se adelantó.

-"Cuanto hace?"-

-"Cuanto hace de que?"- respondió un poco perdida mientras le observaba vendar su brazo.

-"Legolas y tu"- dijo simplemente. Anne se puso colorada y desvió la vista. Aragorn sonrió. –"La ultima vez que os vi, él te acababa de encerrar en tu habitación para que no acompañaras a Gandalf a ver a Saruman…"-

-"Lo recuerdo"- murmuró Anne, aun colorada.

Aragorn sonrió. -"Legolas creía que no le perdonarías nunca. Veo que estaba equivocado… Que ocurrió?"- preguntó, ahora curioso.

Anne se puso aun mas colorada. -"Acabamos en Isengard igualmente…"-

-"Lo se"- la ayudó el montaraz, ya que parecía que a la chica le costaba expresarse. -"Y, al huir, aparecisteis en el Bosque Oscuro. Lord Elrond me lo contó"-

Anne asintió. 'Porque narices Legolas no se lo ha contado…Parece saberse el resto de la historia…' Miró a Aragorn para seguir con la historia, y se encontró con que, ahora que ya había acabado de ocuparse de su herida, toda su atención se volcaba en ella. Notó como se ponía aun mas colorada, si eso era posible. -"Emm… esto… "- desvió la vista un par de veces antes de continuar. -"Que te lo cuente Legolas que para eso es tu amigo!"- soltó al fin, medio enfadada por haberse dejado acorralar.

Aragorn estalló en risas viendo confirmadas sus sospechas sobre el elfo y la chica, y rió aun mas cuando vio como Anne, molesta y colorada, se ponía en pie y se iba de su lado.

Cuando consiguió calmar un poco su respiración, se volvió hacia Gandalf. -"Tu lo sabias?"-

El mago se limitó a asentir con la cabeza.

-"Es serio?"- preguntó, ahora un poco mas sobrio.

-"Si"- respondió Gandalf.

-"Bien…"- volvió a sonreír Aragorn.


Pues ya esta! Espero q os haya gustado el Doctor Aragorn, jajaja.

Espero vuestros comentarios!

Hasta pronto! ;p