Hola! Muchisimas gracias por todos los reviews! Aqui os dejo otro capitulo, espero q os guste...
Cap 52: El otro nombre
La calma reinaba en la ciudad del Bosque Oscuro igual que lo había hecho los últimos días. Las reparaciones de la muralla y el palacio habían concluido del todo y el miedo entre los habitantes parecía haber disminuido aunque no se había disipado del todo. Aun estaba reciente en sus mentes el ataque orco de hacía apenas unas semanas, por no hablar que la desaparición de su príncipe les llenaba de pena. Aun así, en la ciudad reinaba la calma, una calma aparente que no lograba ocultar los verdaderos sentimientos de sus habitantes.
La guardia de las fronteras se había duplicado, la muralla estaba siempre protegida y sus puertas cerradas. Nadie salía al bosque sin autorización real sino era por un buen motivo. No sabían lo que le había pasado al grupo de rescate ni al pequeño ejército de apoyo que se había quedado esperando en los límites del bosque en caso de que estos necesitasen refuerzos.
Los días pasaban lentos y la sensación de que ya deberían tener noticias de ellos era cada vez más fuerte. Por otro lado, no haber vuelto a saber nada de Saruman o sus orcos era una buena noticia. Esas últimas semanas no se había producido ni un solo ataque y las patrullas que vigilaban el bosque no habían encontrado rastro de orcos.
El rey paseaba preocupado por una de las terrazas. Sumido en sus pensamientos e intentando convencerse que todo iba bien. Cuando un sirviente le interrumpió.
-"Señor, Gandalf el Blanco acaba de llegar"-
El corazón le dio un vuelco al escuchar aquellas palabras. Se volvió hacía el sirviente y no necesitó preguntar, la cara de este le respondió a su pregunta. Legolas no había vuelto con Gandalf.
El sirviente le guió hasta uno de los salones donde los viajeros ya le estaban esperando. Su suposición no había sido equivocada, Legolas no estaba allí, ni tampoco lo estaba Anne. Se acercó a ellos, no muy seguro de querer escuchar lo que había sucedido, y les indicó que se sentaran en una de las mesas, mientras ordenaba que les trajeran algo de beber y comer, pues todos tenían aspecto de estar exhaustos.
Adlanna y Thalion llegaron poco después y se sentaron en la mesa observando el aspecto cansado de los viajeros, pero sin valor para preguntar.
Gandalf se sirvió una copa de vino, la alzó, la miró a contraluz, se la llevó a los labios y tomó un pequeño sorbo. Sonrió al comprobar que era de su agrado. Todos sus movimientos efectuados con apacible lentitud y bajo la atenta mirada de los tres elfos. El gesto de Gandalf sirvió para que el resto diera por comenzado el festín. Guimli no dudó en llenar su plato y empezar a zampar y Galen optó por una copa de vino. El único que no movió un dedo fue Aragorn que miraba extrañado a cada uno de sus compañeros de viaje y a los expectantes elfos después.
-"Gandalf"- dijo, observando como el mago daba otro sorbo a su copa de vino y volvía a sonreír. -"No crees que tenemos cosas que explicar?"-
El mago miró a su compañero algo molesto por haber interrumpido su celebración. Saruman ya no iba a volver a molestarles y después de todo lo que les había hecho pasar, beberse una copa de vino tranquilo no era mucho pedir. -"Déjame saborear nuestras primeras horas de paz"- le respondió con una mirada que no dejaba lugar a discusiones.
-"Paz?"- repitió el rey sin comprender.
Gandalf miró a Thranduil como dándose cuenta de su presencia por primera vez. Respiró hondo y dejó su copa sobre la mesa. La celebración debería esperar un poco, no podía tener a los elfos en la ignorancia mucho más tiempo.
-"Si, paz"- repitió y, con voz suave y serena, relató lo sucedido en su recién terminada misión. Su historia captó la atención de todos los presentes, incluso de los que la habían vivido, excepto la de Guimli que seguía comiendo y solo levantó la vista del plato cuando Gandalf llegó a la parte en la que Anne y Legolas desaparecieron para murmurar algo como menudo susto, podrían haber avisado!.
-"Estas seguro de que están en el mundo de Anne?"- preguntó el rey, más aliviado al saber que su hijo estaba bien.
-"Completamente"- respondió el mago, cogiendo de nuevo su copa de vino y centrando su atención en ella.
-"Crees que allí estarán a salvo?"- preguntó esta vez Thalion.
-"Sin Saruman de por medio. No veo que peligro pueden encontrar…"-
-"Aaaaaaaaaaaaaaaaah!"- gritaron Anne y Legolas al mismo tiempo segundos antes de casi impactar con un muro cercano.
Anne miró al elfo con cara asustada y éste le devolvió la mirada con la misma expresión.
-"Eres un conductor patético!"- gritó Anne, bajándose del coche y alejándose un par de metros de la que podría haber sido su tumba. 'Sobrevivo a Saruman para morir así! Que patético!'.
Legolas bajó del coche y la siguió. -"Lo siento, creo que no he entendido bien como van los pedales"- dijo, algo más tranquilo, al estar en tierra firme y no en esa maquina demoníaca.
Anne le observó uno segundos, intentó decir algo, pero lo único que consiguió fue que le diera un ataque de risa.
Legolas alzó una ceja, molesto. -"Y ahora que pasa?"-
-"Sabía que no podías hacerlo bien todo"- le respondió entre carcajadas.
-"Es la primera vez que conduzco"- se defendió Legolas.
Anne intentó calmar su risa antes de responderle. -"Estamos en un descampado completamente llano, a varios kilómetros de la ciudad, sin gente, ni coches, ni nada lo mas minimamente peligroso, excepto este muro…"- señaló el muro de apenas dos metros de largo que antiguamente había formado parte de la fachada de una casa de campo, de la que ahora solo quedaba en pie esa pared. -"… Y has tenido que ir directo al él!"- y sin poder contenerse, volvió a reír.
-"Es la primera vez que conduzco"- repitió el elfo.
-"Vale, vale"- le quitó importancia al asunto. -"No te desanimes. A nadie le sale bien a la primera. Quieres volverlo a intentar?"-
Legolas asintió y ambos subieron al coche de nuevo. Anne le fue diciendo paso por paso lo que tenia que hacer y, esta vez, Legolas no se hizo un lío con los pedales y empezó a cogerle el punto a eso de conducir.
Cuando Anne se había despertado a media mañana, Legolas llevaba un buen rato despierto. No se había movido del sofá y había puesto la tele muy bajita para no molestarla. Tampoco es que tuviese muchas ganas de apartarse de ella…
La televisión era un aparato que ya había captado su atención la primera vez que estuvo allí. Cambió de un canal a otro, buscando algo de su agrado, hasta que al final lo encontró. Para sorpresa de Anne, el elfo se había pasado parte de la mañana viendo carreras de coches!
Así que, cuando se ofreció para enseñarle, aun no había terminado la frase Legolas ya la había arrastrado fuera de casa y había cerrado la puerta tras ellos. El problema era que Anne no tenía coche… Pero que importaba eso cuando el novio malvado de tu mejor amiga si que tiene? Así que habían robado, o mejor dicho, habían tomado prestado sin permiso, el coche de Lucas, quien afortunadamente no lo usaba para ir al trabajo, y se habían ido a las afueras a darle la primera lección de conducir a Legolas.
Después de las correspondientes explicaciones de para que sirve cada cosa y de observar atentamente como Anne conducía, fue el turno de Legolas… de intentar empotrarlos contra un muro! Una vez superado el susto inicial, el elfo resultó ser un conductor muy hábil.
-"Que habéis hecho?"- les preguntó Sonia con cara de sospecha. Había vuelto del trabajo y, después de relajarse con un buen baño, había ido a ver que tal habían pasado el día. Y, conocía lo suficientemente bien a su amiga, como para saber que algo habían hecho.
-"Nada"- sonrió esta.
Y ahí estaba otra vez esa sonrisa. -"Seguro?"- alzó una ceja.
-"Te lo juro por Snoopy"-
Sonia la miró fijamente unos segundos, intentando descubrir que era lo que le ocultaba, pero desistió. -"Que queréis hacer esta noche? Podríamos ir de fiesta"- sugirió.
-"Eso sería genial!"- sonrió Anne mirando a Legolas. -"Que te parece?"- el elfo solo asintió. -"Bien, pues de fiesta! Cuando? Donde? Con quien?"- Estaba empezando a darle un ataque hiperactivo o igual era sobredosis de azúcar. 'No debí comerme la cuarta tableta de chocolate…'.
-"Tranquila"- rió Sonia.
En ese momento llegó Lucas, paso por su lado y tras un casi inaudible hola, se acercó a Sonia y le dio un beso.
-"Grr"- gruñó Anne, imitando los gruñidos de enfado que solía dar Guimli. Causando que Lucas se separara un poco de su novia.
Sonia se llevó a Lucas de la cocina, donde Anne, Legolas y ella habían estado preparando la cena, echándole una mirada molesta a Anne por el camino.
-"Que dura es la vida del mago bueno…"- murmuró, ganándose una carcajada de Legolas.
Las noticias de que tanto Legolas como Anne estaban bien y la muerte de Saruman fueron lo que la ciudad del Bosque Oscuro necesitaba para volver a la vida. Los solados volvieron a sus casas, las puertas de las murallas se abrieron y los jardines de palacio volvieron a llenarse de elfos que paseaban alegres bajo el sol disfrutando de la naturaleza.
Se enviaron mensajeros a todos los pueblos de la Tierra Media informando de las buenas nuevas. Y se preparó una celebración en honor a todos los que habían participado en la protección del Bosque Oscuro y el rescate del príncipe… cuando este decidiera volver…
-"Crees que deberíamos ir a buscarlos?"- preguntó Thalion a su padre, impaciente por comprobar con sus ojos que tanto su hermano como Anne estaban bien.
-"Solo ha pasado un día"- sonrió el rey al notar la impaciencia de su hijo. -"Dales un poco de tiempo."-
-"Hay mucha gente"- le susurró Legolas al oído cuando entraron en el bar. Anne le sonrió y, tirándole de la mano, siguieron a Sonia y, muy a su pesar, también a Lucas.
Después de cenar habían decidido ir un rato al bar donde solían ir. Sonia le había asegurado que sus viejos amigos seguían acudiendo a ese local y ahora se moría de ganas de verles.
El paseo hasta el bar no fue largo, pero si algo incómodo cuando pasaron por el lado del coche de Lucas y este dijo algo como que no recordaba haberlo aparcado allí. Sonia no tardó en comprender lo que Anne y Legolas habían estado haciendo.
Una vez dentro del bar, Legolas no pudo más que sorprenderse por la cantidad de gente, alboroto, humo y lo alta que estaba la música. No se parecía en nada a las fiestas de su mundo. Había gente bailando y otros sentados en la barra o en mesas, charlando y bebiendo, y sí, muchos de ellos, estaban más que borrachos. Y Anne solía venir aquí? Un sentimiento de este no es un buen lugar para una chica empezó a crecer en su pecho y, sin darse cuenta, se acercó aun mas a ella.
Desde el otro lado del local, un grupo de unos seis chicos y chicas empezaron a hacerles señas. Y, aun no habían llegado hasta la mesa donde estaban sentados, estos ya se habían levantado y lanzado, literalmente, sobre Anne. Abrazándola y haciéndole mil preguntas, y alejándola de Legolas al mismo tiempo.
Este se quedó en un lado mirando pacientemente la escena hasta que Anne hubo saludado a todos y se acercó a él, cociéndolo de la mano, para presentarlo a sus amigos.
-"Eh! Chicos! Este es Dani"- dijo, señalando a Legolas. Ese era el nombre falso que habían elegido entre Sonia y ella para él. Puesto que, Legolas estaba completamente descartado, le habrían mirado como un bicho raro y Orlando (que había sido la primera sugerencia de Sonia) habría cantado como una almeja. Así que, después de mucho pensar, optaron por Daniel o Dani. -"Ellos son Esther, Marta…"- fue nombrándoles uno por uno mientras las chicas lo miraban embobadas y los chicos le daban la mano.
-"Un placer"- sonrió Dani. Y a Anne le pareció que sus amigas empezaban a babear... 'Ya empezamos…'
Se sentaron todos en la mesa, pidieron más bebidas y charlaron durante un buen rato. Al principio sobre donde había estado Anne. Sonia se había inventado una historia bastante creíble sobre una oferta de trabajo en otra ciudad. El problema vino al tener que explicar como había conocido a Legolas, digo Dani. Pero en esos momentos, su estado etílico había despertado su, normalmente ausente, imaginación.
-"Me perdí en el bosque"- dijo, sonriendo por su genial idea de decir lo que pasó, exactamente como pasó, pero sin dar nombres, claro. Y quizás su imaginación seguía ausente, después de todo… -"Y él me encontró y me llevó a ver a su padre, que es el … em…"- 'Ahora seria un buen momento para que mi imaginación hiciera una entrada triunfal…' -"… jefe de policía!"- 'Toma ya! Creo que voy a beberme otra cerveza como premio…'
-"Y que hacías en el bosque?"-
'Ups!' -"em… esto… mmm…"- 'Socorro!' Se bebió de un trago lo que quedaba de su cerveza.
-"Había salido en busca de una cascada de la que saltar"- intervino Dani en su ayuda. -"Y perdió la orientación."-
Anne le miró agradecida y los demás sonrieron, satisfechos con la explicación. Sin duda, eso era algo que la Anne que conocían haría.
Siguieron charlando un buen rato, poniéndola al día de lo que había sido de sus vidas. Y poco a poco, todos se fueron marchando a bailar o a saludar a otros conocidos.
-"Bueno, Dani…"- empezó Anne, intentando sin mucho éxito no reírse al llamarlo así. -"… quieres bailar?"- le preguntó.
Dani miró de Anne a la pista de baile y luego otra vez a Anne con expresión de no estar muy convencido de que bailar fuera una buena idea.
Anne notó sus reservas e insistió. -"Es mas divertido de lo que parece, lo prometo."-
-"No se… Es tan raro…"- murmuró el elfo.
-"Ahora entiendes lo raro que son para mi vuestros bailes?"- le sonrió mientras observaba como él asentía sin apartar la vista de una pareja que bailaban bastante agarraditos. -"Pero eso no me libro de bailar"- comentario que captó la atención del elfo. -"Tranquilo. Yo no soy tan malvada como tu. No voy a hacerte cantar en publico."- añadió, refiriéndose al incidente entre Pilidiel, ella y la Macarena en el Bosque Oscuro.
Se levantó y tirándole del brazo, le obligó a seguirla hasta el centro de la pista. Sin esperar a que se acostumbrara al bullicio, ni explicarle lo que tenía que hacer, empezó a bailar.
Dani se quedó plantado observando la gente a su alrededor. Cada uno bailaba a su propio ritmo y no parecían seguir ningún tipo de coreografía especial. Quizás no era tan difícil después de todo? Anne bailaba delante suyo, también siguiendo su propio ritmo mientras le sonreía… o más bien, se reía… de él.
Se inclinó un poco hacia ella, serio. -"Yo al menos te expliqué los pasos"-
La sonrisa de Anne se amplió. -"Aquí no hay pasos, así que no tengo que explicarte nada"- Al ver la cara del elfo, no pudo evitar volver a reír. -"Esta bien, esta bien."- dijo al fin. Solo quería molestarlo un poco, no tenerlo cabreado toda la noche. -"Te explicaré un par de cositas…"-
Entre las explicaciones, las risas, el alboroto de la gente y esa extraña música llamada rock, Dani consiguió, no solo tranquilizarse, sino también empezar a moverse siguiendo la música.
-"Lo ves"- sonrió Anne. -"No ha sido para tanto"- Mientras seguía indicándole, más o menos, que hacer. Y, por supuesto, el elfo no tardó mucho en pillarle el tranquillo y bailar como si lo hubiese hecho toda la vida.
Al cabo de varios minutos, la música cambió por completo, y una canción más lenta empezó a sonar.
Dani se acercó a ella. -"Esta me gusta mas"- le susurró en el oído, a la vez que la cogía por la cintura y la acercaba mas a él.
Anne sonrió y, pasando los brazos tras su cabeza, pegó su cuerpo al suyo. -"A mi también"-
Bailaron despacio, mucho más despacio que el resto de la gente y de lo que la música exigía. Pero a quien le importaba… Cada nuevo paso les acercaba un poco más y, segundos después, sus frentes ya descansaban juntas. Pero sus respiraciones sobre la piel del otro les decían que esa proximidad aun no era suficiente. Casi en el mismo instante, los brazos de ambos, que habían reposado casi sin fuerza sobre el otro, cobraron vida obligándoles a acercarse aun más, si eso era posible.
-"Anne…"- el susurró del elfo se perdió, inaudible, a causa de la música que sonaba en la sala. Música que ninguno de los dos oía ya. Cerrando los ojos, se inclinó hacia ella, recorriendo los escasos centímetros que lo separaban de sus labios.
Suave al principio, y lento, muy lento, casi tanto como el ritmo de la canción. Sus labios se rozaban y se separaban, para volver a juntarse de nuevo con más fuerza, ganando pasión con cada instante. Hasta que al final, permanecieron unidos, devorándose el uno al otro sin molestarse en respirar.
Y esa sensación en el estómago que tenía cada vez que Legolas la besaba había vuelto con fuerza y amenazaba con ocupar todo su pecho y hacer temblar sus rodillas. Y notó como todas las emociones acumuladas las últimas semanas, habían decidido hacer acto de presencia también. Se apartó un poco de él, rompiendo el beso, algo abrumada, intentando mantener el control.
Al mirarle, vio en sus ojos lo que sentía. Un reflejo exacto de sus propios sentimientos. La pérdida, el miedo, la rabia, el alivio… y el amor.
Se abrazó de nuevo a él y se acurrucó en su cuello. -"Dani, Dani, Dani…"- susurró, riendo al escuchar el ruidito molesto que Legolas había soltado al oír su otro nombre.
El elfo le devolvió el abrazo y, tras darle un suave beso en la mejilla, la aupó y al llevó hasta un lateral del local, alejándose de la gente que, sin prestarles atención, seguían bailando en el centro de la sala.
Acorralándola contra la pared y apoyando una mano a cada lado de su cabecita, se inclinó hacia ella. -"Deja de llamarme así"- le susurró, en un tono falsamente amenazador.
Anne sonrió. -"Y como quieres que te llame? Elfo psicópata, tal vez?"- y rió al ver la cara que ponía el elfo. Aunque su risa fue rápidamente interrumpida por unos labios que acababan de atrapar los suyos dejándola casi sin aliento.
-"Por mi nombre, si no es mucho pedir."- siguió susurrando Legolas, con sus labios rozando ligeramente los de la chica pero sin llegar a tocarlos.
Anne se inclinó hacia él, intentando unir sus labios, pero el elfo se apartó lo justo para quedar a un milímetro de ella. Y esta vez era él quien sonreía y ella la que le miraba molesta. Lo intentó un par de veces mas, intentando atraerle tirando de su camisa, con el mismo resultado.
-"Di mi nombre"- susurró de nuevo, dejando que su aliento acariciara sus labios expresamente.
Lo que tuvo el efecto deseado en Anne, quien ahora miraba fijamente los labios del elfo y apretaba con fuerza sus dedos en los hombros de éste.
-"Legolas"- murmuró, después de un par de interminables segundos.
El eludido sonrió satisfecho, puso una mano tras su nuca y la guió hasta él. Besándola de la misma embriagadora manera que lo había hecho en la pista de baile.
Ooooooooooh! Esto es todo por ahora! Espero vuestros comentarios...
Hasta pronto! ;p
