Capítulo 14: Amigas

***Sayuri***

Aún no puedo asimilar bien estas últimas semanas. Debo admitir que me he sentido mejor que nunca, con Ando todo ha ido muy bien, más bien de lo que me gustaría admitir. Una vez que probé lo que es tener relaciones ha sido casi imposible separarnos uno del otro, no quiero decir que todo el tiempo estamos en eso, también tenemos que comer y descansar. Jamás me había dado la oportunidad de disfrutar lo que es tener una pareja, a lo mucho que había llegado con alguien era sujetar su mano y ya, nunca me había sentido atraída a alguien como para querer desear más que eso. Pero una vez más, Ando cambió ese pensamiento. Últimamente no he visto mucho a Niko, pero al parecer todo está bien, ya que conociéndola ya hubiera hablado conmigo. Al día siguiente de cuando Ando y yo comenzamos todo esto había venido Niko un poco extraña, ella que suele patear la puerta con toda su fuerza, ahora solo había dado unos pequeños toques, tal y como una persona normal, pero cuando ella me dijo que era cansancio, por el primer día después de su salida del hospital, pude comprenderlo un poco, aunque no me quede totalmente satisfecha, tampoco pensé que en realidad le pasara algo, si hubiera sido así se quedaría hablar.

Hace unos días Ando me invitó a cenar a su departamento, la verdad pasábamos el tiempo libre tanto en su departamento como en el mío, aunque me sentía más cómoda en el mío. Estábamos cenando cada quien concentrado en lo suyo cuando de pronto Ando rompió el silencio.

-La próxima semana me voy de viaje- su voz sonaba como si le preocupara algo

-¿Si? ¿A dónde iras?- yo estaba muy concentrada en mi pasta que no volteé a verlo mientras hablaba

-Inglaterra- yo solo asentí concentrada absolutamente en mi comida -¿Podrías verme?

-¿Ah?- volteé a verlo y vi que estaba preocupado por algo -¿Pasa algo?

-Sí- dio un pequeño suspiro -Creo que debí empezar a hablar después de que comieras, no sé en dónde te pierdes más, si mientras lo hacemos o mientras comes- al ver que con su comentario había logrado ponerme roja se rio, no tan abiertamente como siempre, pero aun así se burlaba

-Si vas a estar con tus comentarios estúpidos, prefiero concentrarme en mi comida- dije en un tono molesto y con la intensión de bajar un poco mi sonrojo

-Era solo para llamar tu atención, aunque tampoco es mentira- se quedó esperando mi reacción, pero al ver que no pensaba contestarle continuó -Hay algo muy importante que debo comentarte y es sobre mi viaje

-¿Qué es?- por fin había dejado mi pasta y le puse toda la atención -Pareciera que es algo muy malo...

-Tal vez lo sea.

-Puedes dejar el suspenso y decirme qué es lo que pasa- me estaba empezado a impacientar y mi corazón se aceleró, creo que me estaba preparando para lo peor

-Verás, no es sencillo para mí decir esto y tal vez te enojes conmigo- yo solo me quedé viéndolo invitándolo a que continuara -Solo, prométeme que no te enojarás...

-Si tengo que partirte la cara, lo haré, sin dudarlo- solté un pequeño suspiro -Solo dilo ¿sí?

-Acompañaré a un amigo a rechazar una propuesta de trabajo- lo mire incrédula

-¿Solo eso? no entiendo porque me enojaría por algo así.

-El amigo del que hablo, tú lo conoces- de un momento a otro me sorprendió mucho su comentario, ¿lo conocía? que yo sepa, solo Niko es nuestra conocida en común.

-¿Lo conozco?

-Sí, es la misma persona que iría conmigo el día del club y también el mismo que ayudó a Ninako cuando la drogaron- mi cara de desconcierto era tanta que Ando no esperó a que procesara la información para continuar hablando -Su nombre es Ren Ichinose- al escuchar su nombre mi cuerpo entero reaccionó con extraños escalofríos

-¡QUÉEEE!- fue lo único que pude decir cuando por fin reaccioné a sus palabras- ¿Conoces a Ichinose?

-Sí, desde hace 4 años.

-¿Sabes acaso lo que le hizo a Niko?- en ese instante la cara de dolor de Niko mientras trataba de no llorar volvió a mi cabeza y eso hizo que una ola de coraje llegara.

-Sí, lo sé todo- antes de que pudiera contestar puso su mano en frente deteniendo mis palabras- y créeme que cuando digo todo, es todo. No puedo justificar lo que hizo, pero él tampoco la pasó tan bien que digamos.

-¿Qué? ¿Lo estás defendiendo?- solté una pequeña risa sarcástica- no tienes ni la menor idea de lo que le hizo a Niko, ella fue la única que quedó hecha pedazos con todo lo que sucedió.

-Te dije que no lo justificaba, la verdad no estoy de acuerdo con sus maneras- Ando se veía triste o cansado -Y créeme que de eso ya hemos hablado muchas veces, él tenía sus razones y no hay que juzgarlo sin conocer.

-¿Sus razones? claro, ¿dime cuáles eran?

-Eso es algo que le concierne aclarar a Ren- se levantó y caminó hacia donde yo estaba, ya que me había parado en medio de la plática y caminaba por la sala -Solo quiero que sepas que Ren es mi amigo, y aunque no espero que lo veas con buenos ojos, no quiero tener problemas contigo. Se cuánto quieres a Ninako y créeme que comprendo a la perfección tu enojo, pero esto es algo que no nos concierne a nosotros, sino a ellos ¿no crees?

-No dejaré a Ninako sola, no pasará lo mismo que la última vez- dije mientras me alejaba de Ando, pero él al instante se volvió a pegar a mi cuerpo para abrazarme -No puedes pedir que no me meta, yo vi cuánto sufrió y lo poco o nada que pude hacer para que estuviera bien- sentía mis ojos arder al solo recordar los momentos

-No te estoy pidiendo eso, solo que, deja que ella venga a pedir tu ayuda- me acomodaba el pelo mientras no quitaba sus ojos sobre los míos

-Si lo veo cerca de ella, te juro que no me contendré.

-Estoy seguro que él te pedirá que no lo hagas- me dio un ligero beso en la frente y después pego su frente con la mía -Entonces, ¿no hay problema en que me vaya de viaje con él?

-Me da igual, mientras se mantenga lejos de Niko, aunque ¿por qué rechazaría una oferta de trabajar en el extranjero?

-Por Ninako, si ella no hubiera vuelto a aparecer, estoy seguro que Ren habría estado listo de seguir con su vida después de estos años de estarla esperando- Ando seguía acariciando mi cara -Ese imbécil está muy enamorado de Ninako.

-¡Já! claro- aparté mi frente de la de Ando, pero él aún me sujetaba de la cintura -Se hubiera ido para siempre

-Ya dejemos de hablar de Ren. Entonces, ¿no me extrañarás?- acercó su cara a mi cuello y depositó un ligero beso, que me hizo estremecer

-Más que extrañarte, por fin descansaré y tendré más tiempo para mí.

-Eres cruel, Sayuri- al decir eso mordió mi cuello, pero antes de que pudiera separarme de él para protestar, me besó los labios con una pasión muy propia de él.

Nuestro beso se fue alargando hasta convertirse en algo placentero que nosotros sabíamos muy bien hasta donde nos llevaba. En esta ocasión no pudimos llegar hasta la recamara pero eso no nos importó. Fue una ronda placentera tal y como eran siempre. Nos encontrábamos recostados en la alfombra de su sala, Ando me mantenía abrazada y aún me daba ligeros besos en el cuello y en el hombro.

-No siempre que quieras callarme podrás recurrir a esto- le dije mientras le acariciaba su brazo. El post-coito era la mejor parte de todas, y agradecía enormemente que Ando se prestara para tener este momento tan especial.

-No, pero gracias a Dios hay muchas maneras de llevarlo a cabo- traté de darle un golpe mientras dejaba escapar una risa no tan fuerte como la de él -Eyy calma tus pataditas de panda furioso- su risa resonaba en mi cuello, donde había hundido su cara.

-Te he dicho muchas veces que no me llames así- dije aguantando la risa. Traté de pararme, pero él me sujetó firmemente por la cintura y en un movimiento ágil me encontraba totalmente presionada bajo su cuerpo.

-Hasta en lo lenta eres como un panda- se carcajeó de nuevo -Aunque eres más hermosa- volvió a besarme, pero ahora no había esa pasión ni descontrol como al principio, sino que era tierno y muy lento -Me voy pasado mañana, así que separa la noche de mañana. Te llevaré a cenar a un buen restaurante, y si quieres después nos podemos divertir un poco, para que no me extrañes- su sonrisa de Don Juan se hizo ver y yo no pude hacer más que sonreír.

-Solo porque no tengo nada más que hacer, acepto.

-No te arrepentirás- volvió a besarme y continuamos nuestra noche.

Pase todo el día en el trabajo pensando en la noche que me esperaba. No tanto por la cena o por lo que haríamos después, eso me lo podía imaginar a la perfección, pero trataba de mantener esos pensamientos lejos. Aunque ayer no lo admití, el hecho de separarme unos días de Ando no me dejaba muy bien, todos estos días muy apenas nos separábamos, sabía a la perfección que no podía permitirme acostumbrarme a él, no quería ese tipo de relación. Cuando llegó la hora de irme a mi casa a arreglarme, me sentía nerviosa, estuve unos minutos pensando qué me pondría hasta que escogí un vestido negro con flores que me llegaba por arriba de las rodillas, era algo sencillo pero perfecto para esta noche. Estaba casi lista cuando escuché que alguien tocaba, me apresuré a abrir. Estaba por decirle a Ando que se había adelantado y que tendría que esperarme, cuando sentí los brazos de mi mejor amiga alrededor de mi cuello. Y eso no era todo, también pude notar que temblaba mientras ahogaba sus sollozos.

-¡Niko! ¿Qué te pasa?- la sujeté mientras la dirigía a la sala, ella seguía llorando sin parar. Sabía que en ese estado no podría decirme nada, así que solo la abracé mientras ella soltaba todo lo que traía. Pasaron unos minutos cuando sentí que por fin se calmaba un poco -¿Me puedes contar qué pasó?

-Siento mucho haber venido de esta manera- su voz aún se escuchaba quebrada por tanto llanto -Ibas de salida- su mirada estaba puesta en mi vestido

-Nada importante- le hice un gesto con la mano para que se sintiera mejor y pudiera contarme -Lo importante es saber qué te sucedió.

-Esto será largo- trató de que su voz sonara con humor, pero la verdad no había nada de humor en sus palabras, más bien se veía como si le causaran dolor y sus lágrimas volvieron a rodar por su mejilla

-Tengo todo el tiempo que necesites- la volví a abrazar tratando de tranquilizarla lo más que se pudiera, tenía mucho tiempo sin que Niko pasara por esta clase de crisis, pero aun así sabía perfectamente lo que tenía que hacer -Tranquila Niko, estoy aquí contigo. Estás a salvo aquí.

-Es sobre...Daiki- yo solo me quedé observándola atentamente mientras hablaba, me sorprendía mucho lo que me decía. Hasta donde yo sabía, todo iba muy bien entre ellos, entonces había pasado algo muy malo -Pero todo comenzó hace unos días... cuando volví a ver a Ren- cuando terminó de decir eso mi cuerpo se paralizó, sabía que no debía de tomarme por sorpresa, pero tampoco estaba preparada para eso.

Escuché atentamente cómo habían sido estos últimos días para Niko, se detenía cada vez que podía para seguir llorando. Yo con cada cosa que contaba me sentía peor, de nuevo, por estar disfrutando con Ando, mi mejor amiga se encontraba hecha pedazos. Tal vez ahora no se encontraba inconsciente en una camilla, pero debo de admitir que era peor verla llorar y perder la esperanza de esta manera. Sentía mi corazón doler al verla sufrir así, quería llorar con ella, pero sabía que eso al final solo empeoraría las cosas en vez de ayudarla en algo, así que solo me quedé en silencio escuchando todo. No sabía qué decir, cómo disculparme por no estar para ella, cómo hacerle ver que podía contar conmigo, si es que quería confiar de nuevo en mí. Me sentía la peor amiga y no sabía cómo arreglarlo...

***Ninako***

-Jamás imagine que Daiki solo estuviera conmigo por esa razón- las lágrimas aun recorrían mi cara sin poderlas detener, ya me había rendido de hacerlo desde hace rato, volteé a ver a Sayu, que se había quedado en silencio mientras escuchaba, pero al ver su cara no había sorpresa -¿Sayu?- no me veía a los ojos y yo la conocía bastante bien para saber qué era lo que pasaba -¿Tú...sabías algo de esto?

-Tal vez malinterpretaste las cosas, Niko- se sentó a un lado mío y me tomó de las manos -Sí, sabía sobre la herencia y el tener que casarse para poder recibirla- yo solo abría mis ojos cada vez más -Pero de eso, a que te propusiera matrimonio por esa razón, creo que hay un abismo.

-¿Tú sabías?- Sayu aún no podía mirarme directamente a los ojos -Y preferiste que me enterara de esta manera, se supone que eres mi amiga, Sayuri- al escuchar que la llamé por su nombre completo, dirigió rápidamente sus ojos a los míos

-No dije nada porque dependía de Daiki hacerlo- ella trataba de voltear a otro lado, pero al final volvía a mis ojos- Si él se tardaba más tiempo, yo te lo diría.

-Esas son solo excusas- separé mis manos de las suyas y me levanté- son estúpidas excusas, te puedo asegurar que si yo me enterara de algo así, lo primero que haría seria contártelo- caminaba de un lado para otro tratando de no enojarme más de lo debido, pero no podía controlarlo del todo

-Niko...

-Mejor no digas nada, ¿sabes cuanta confianza te tengo verdad? o más bien, cuanta confianza te tenía- Sayu no hacía nada más que ver hacia el suelo

-Entiende que iba a contártelo si Daiki no te lo contaba.

-Basta de decir eso, no importa. Cometiste el error de no decírmelo, en vez de eso ve y disfruta con Ando, que es lo único que sabes hacer- agarré mi bolso del suelo y me dirigí a la puerta

-Espera, ¿qué?- Sayu rápidamente se puso en frente de mí para que no pudiera irme

-Lo has escuchado bien, eso es lo único que haces bien últimamente ¿no? dejar que tu amiga se muera mientras tu pierdes el tiempo con ese imbécil mujeriego- tal vez me estaba pasando con mis palabras, pero en este momento no estaba pensando con claridad, solo quería desquitarme

-¿Piensas que eres la única que sufre en el mundo? Despierta Ninako, no eres la primera ni la última persona que pasará por esto- pues bien, había hecho enojar completamente a Sayu, excelente Ninako ahora todo está perfecto -Y si te quieres seguir hundiendo en tu mundo de mierda pensando que eres el centro del universo, pues hazlo, no me importa.

-Sé perfectamente que no te importo, no tenías que decirlo.

-No vengas de nuevo a buscar mi ayuda y húndete tú sola como siempre- se estaba quitando de mi camino pero le tomé del brazo

-Me doy cuenta lo patética que luzco frente a tus ojos, tú tampoco vengas a mí cuando Ando te deje igual que a las demás.

-¿No tienes más argumentos que Ando cierto?

-Es lo único que te duele en este momento, y aunque muestres una cara tranquila, te conozco lo suficiente para saber que por dentro estas sufriendo.

-¿Eso crees?

-Claro, porque sabes que es la verdad- en ese momento quise retractarme, pero el coraje y el enojo no hacían más que alentarnos a pelear cada vez más

-Vete a la mierda, Ninako- Sayu se zafó toscamente de mi agarre y estuvo a punto de empujarme, pero se detuvo -Y vete antes de que pierda totalmente el control.

-No te detengas, vamos, demuéstrame que digo mentiras.

-Vete.

-No.

-Si sigues aquí, me olvidaré que somos amigas- Sayu no quiso darme la cara y se veía que estaba tratando con todas sus fuerzas en controlarse y volver a la razón

-¿Amigas? ¿Ahora te preocupas por eso? ¿Después de que me ocultas cosas y te burlas de mí de esta manera?- volví a perseguirla

-Yo nunca me burlé de ti, y si te oculté algo así solo fue porque no era el momento, no quería hacerte daño- cuando Sayu volteó a verme tenía lágrimas en sus ojos. Pocas veces en mi vida he visto a Sayu llorar, ella es la fuerte de las dos, es la que tiene paciencia y en este momento se estaba derrumbando en frente mío y me sentí la peor persona del mundo -No quería que volvieras a sufrir después de haberte visto con lo de Ren, créeme que no soportaría ver a mi mejor amiga sufrir por algo que salió de mi boca. Lo siento, no fue mi mejor decisión y tal vez te hice sufrir más de lo que pensaba y no sabes lo mierda de persona que me siento- Sayu comenzó a sollozar y yo sentí mis lágrimas caer también

-Sayu...- traté de acercarme a ella, pero no estaba muy segura de hacerlo, no después de razonar todas las cosas que le dije hace apenas unos segundos. Todo lo que salió de mi boca ni siquiera las sentía y esa era la peor parte

-Perdona que no te lo haya dicho, Niko. Te lo juro que no fue mi intención. También siento el no poder estar contigo en estos días, me hundí tanto en mi pequeña felicidad que no te puse atención. El día que viniste tuve que haberme dado cuenta de que algo estaba mal y no lo hice.

-Sayu- me acerque a ella, que ahora se encontraba sentada en el piso tratando de controlar sus sollozos -Yo también siento todo lo que dije, no debí de actuar de esta manera- dude en abrazarla, pero al final la abracé y las dos comenzamos a llorar de nuevo. No sé cuantos minutos pasaron cuando decidimos separarnos para poder respirar un poco

-Que patéticas somos- dijo Sayu mientras se limpiaba la nariz

-¿Qué es una amistad sin peleas así?- dije mientras trataba de sonreír, ninguna de las dos podía hacerlo bien, ya que las dos teníamos los ojos y ciertas partes de la cara paralizadas por tanto llanto.

-Siento mucho todo lo que dije y lo que no dije.

-Yo también, sabes que cuando estoy enojada digo cosas que ni siquiera siento, yo en realidad solo esperaba desquitarme con alguien- la volví a abrazar fuertemente -Lo que más me emociona es tu relación con Ando, así que no pienso nada de lo que dije respecto a él.

-Al menos tuviste razón cuando me dijiste que me dolían los comentarios sobre él- ninguna de las dos quiso terminar el abrazo -Creo... creo que Ando me gusta más de lo que debería de admitir.

-¿Y a penas te das cuenta?- me separé para verla a los ojos -Creo que eres algo lenta, Sayu- las dos nos reímos al mismo tiempo

-Te quiero mucho, Niko- volvían a salir lágrimas en sus ojos, las mismas que me hicieron llorar a mí también -Eres mi pequeña hermana testaruda.

-Yo también te quiero, tú eres mi hermana amargada- volvimos a reír y las dos fuimos a sentarnos y a tratar de calmarnos totalmente. Ando llamó a Sayu y ella le dijo que yo no me encontraba bien y que no podrían verse. Me sentía mal, pero aun cuando le dije que saliera ella insistió en que se quedaría conmigo porque las dos lo necesitábamos.

-Estoy segura que Daiki no pensaba de esa forma con su matrimonio, dale la oportunidad de que se explique- me dijo mientras me daba la taza de chocolate caliente

-Soy demasiado dramática, debí de haberme quedado a que me explicara

-Puedo comprenderte, pero Daiki debe de al menos tener una oportunidad de explicarse.

-Sí...- di un pequeño sorbo a mi chocolate -¿Qué hare con Ren?

-Desde ayer he estado pensando en algo, ¿no crees que toda esa manera de comportarse de Ren fue muy extraña?- me sorprendió mucho su pregunta

-¿Qué?- me acomodé de modo que quedara frente a frente con Sayu

-Sí, siento que todo eso fue muy extraño, no sé, es como si hubiera algo detrás de todo eso, y no me refiero a tu dinero. Ustedes dos en realidad se veían muy bien juntos y se veían enamorados- Sayu se quedó viéndome, pero yo estaba tratando de procesar todo -Solo es una idea mía, y aunque no lo quisiera cerca de ti, por algo quiere hablar contigo ¿no crees?

-No lo sé, Sayu- en ese momento alguien tocó la puerta. Sayu y yo nos quedamos viéndonos y la puerta volvió a sonar -Si es Daiki, no quiero verlo, dile que no quiero verlo hoy.

-Está bien- Sayu dejó su té en la mesa y fue a abrir -¿Qué haces aquí?- la voz de Sayu hizo que levantara la cabeza hacia la puerta y casi di un brinco cuando me di cuenta de la persona que estaba tras la puerta.

-Solo quiero hablar con ella, Uehara- la voz de Ren fue lo último que quería escuchar. Yo solo me quede paralizada en mi lugar mientras pensaba en qué hacer, ¿debería de hablar con él? ¿debería de correrlo? ¿Qué hago?...