Declaimer: Estos maravillosos, perfectos, tiernos (…y sexys en el caso de Xiao y Eriol ) y divertidos personajes pertenecen al Estudio Clamp, yo solo los pido prestado para que actúen en mis retorcidas historias.
"El sueño de una Mujer"
(por Lady Verónica Black)
Este fic esta completamente dedicado a mi buena amiga, Daulaci, que con su apoyo y animo me a inspirado en este fic.
-Capítulo Tres-
El pueblo Tsukimine estaba a más de dos horas de viaje desde Tomoeda City. Pero los últimos veinticinco kilómetros hasta el pueblo eran por una carretera serpenteante y estrecha, el auto de Tomoyo protestaba constantemente.
Paso por la primaria y la secundaria del pueblo, eran edificios altos y blancos con una gran torre de reloj entre medio de ambas instituciones, en el patio de entrada altos sauces le daban un paisaje idílico al lugar. Esa era la clase de institución en la que le hubiera gustado enseñar de no haber elegido la publicidad como carrera.
El auto seguía gruñendo a cada cuadra que pasaban, era evidente que al motor de la máquina no le importaba para nada que el pueblito estuviera lleno de árboles y flores, y que el aire puro lograba ir tranquilizando los nervios de su dueña.
Tomoyo continuo por la avenida principal hasta que tomo una desviación a la derecha que la llevaba a las afueras del pueblo, después tomo una calle secundaria que conducía a unos campos de avena que brillaban como el fuego y el oro a la luz del crepúsculo. Paso varios campos con vacas pastando y luego otros con caballos.
Si todo aquello era parte de la hacienda de Touya Kinomoto, este hombre tenia gran parte de los campos del estado de Tomoeda… además de bastante dinero.
Kinomoto vivía aislado de la civilización, pensó con nerviosismo. Había pasado por unas cuatro casas pequeñas que parecían pertenecer a los empleados del lugar. Cada objeto que iba viendo le recordaba la granja de su familia y un estilo de vida que cada día tendía más a desaparecer. Muchos rancheros habían ido a la quiebra en los últimos años, Kinomoto debía de ser de los últimos que aun vivían por esa zona.
El aroma a campo le hizo sentir nostalgia de tantas cosas… Pero trato de olvidarse de ello y concentrarse en la confrontación que seguramente tendría que tener con ese hombre.
Iba a intentar mantener una conversación tranquila y razonable con un hombre furioso e insensato. Era alto, moreno, guapo, obstinado, insolidario, y queria denunciar a la agencia. Podía incluso hasta no dejarla entrar a la hacienda. Y podría… ¡ podría amenazarla con una escopeta! Seguramente era por eso que vivía tan aislado y seguía soltero, ¡era un psicópata!
Dándose cuenta que lo que estaba pensando era muy poco probable, se dedico a pensar en otra cosa. Seguramente la casa con la que se encontraría seria un típico ejemplo de la arquitectura antigua: alta, seria y fantasmagórica.
Cuando doblo una curva en la que crecían unos pinos muy altos un gran arco de piedra con las letras "Hacienda Nadeshiko" le dio la bienvenida. Tras él, a unos cien metros se veía una casa de dos pisos de ladrillo rojo de aspecto moderno y acogedor. Se veía luz al otro lado de las enormes ventanas del primer piso lo que significaba que había gente en la casa. En la parte central de la casa un enorme porche de madera repleto de flores y plantas le daba un aspecto cálido y hogareño.
Un labrador dorado y blanco se acerco al coche para recibirla, ladrando y moviendo la cola con alegría. Tomoyo se dio cuenta que el animal no era una amenaza, al verlo no pudo dejar de acordarse de Robbie, el perro de su madre que tuvo que regalar cuando dejo la granja y se fue a vivir a la ciudad.
Recién llevaba unos minutos en la hacienda y ya varios recuerdos de su pasado, que no queria recordar, la habían asaltado.
Apago el motor del coche, y el relinchar de un caballo ocupo toda su atención.
En ese momento un caballo blanco montado por una chica apareció desde detrás de la casa al trote. Era un adolescente de uno dieciocho años más o menos, de pelo largo y de un castaño casi rubio, era muy hermosa. Sus largas pestañas y la obstinación arrogante de su mentón le resultaron familiares.
"La hermana de Kinomoto", pensó Tomoyo. Era la fotógrafa mentirosa y falsificadora que la había metido en este lió.
Los ojos de la chica se fijaron inmediatamente en la matricula del auto de Tomoyo, de Tomoeda City. Desmonto del caballo con un salto ágil y natural demostrando lo buena jinete que era, con voz suave y dulce llamo al perro.
Sakura se quedo mirando a Tomoyo mientras esta bajaba del auto. A continuación, la castaña examino la apariencia de la mujer.
Tomoyo sintió que, a pesar de haber pasado un día agotador y de llevar la ropa un poco arrugada, la muchacha aprobó su aspecto: una falda corta y blusa blanca ajustada hasta los codos, un cinturón negro por la cadera inclinado para uno de los lados, zapatos negros, y un conjunto de aros negros y un par de collares de perlas del mismo color. En la mano llevaba un saco de tela bastante fina de color negro que le llegaba hasta la rodilla. Sin duda ella era la imagen de una mujer sofisticada, todo lo contrario a la imagen que proclamaba la castaña con sus jeans viejos, su camiseta desteñida y con varios mechones de pelos saliéndose de su cola.
Sakura le dio unas palmadas al caballo en el cuello y avanzo hacia Tomoyo. Sin duda la mujer era muy hermosa.
-"Hola –dijo la joven-. Es de Tomoeda City, ¿verdad? Porque tiene aspecto de ser artista, ¿es de la agencia con la que Touya esta enojado?"
Tomoyo se pregunto como se podia encontrar tan tranquila después de lo que había hecho.
-"Soy Tomoyo Daidouji, de la Agencia de Publicidad Ayanami. He venido a hablar con tu hermano –dijo Tomoyo con una tenue sonrisa-. Vos debes ser la fotógrafa, Sayuri… ¿puede ser?
-"Sakura Kinomoto" –le corrigió la castaña.
-"Un gusto conocerte, Sakura" –dijo la morena mientras le extendía la mano a la chica.
Sakura solo se limito a mirarla a los ojos, como analizando la actitud que debía tomar, al ver que la mujer era sincera estrecho su mano con verdadera alegría.
Luego de separarse de ella, se cruzo de brazos y vio lo poco avergonzada que se encontraba la adolescente.
-"Sakura, siento tener que decirte esto, pero nos has causado un gran problema a todos. No deberías haber escrito esa carta, y mucho menos, tuviste que falsificar la firma de tu hermano para autorizarnos a usar sus fotos."
Sakura adopto una expresión ofendida. Se agacho y le dio unas palmadas al perro.
-"No era mi intención causar problemas –la voz de la castaña tembló, parecía sincera-, lo que pasa es que pensé que Touya era perfecto para el calendario. Además, el calendario era para una buena causa, ¿no? Y todas mis compañeras del instituto piensan que él es muy guapo… aunque ellas no tienen que vivir con él. Lo único que queria era una oportunidad. Lo que más quiero en el mundo es ser fotógrafa, pero mi hermano piensa que es una tontería."
Tomoyo tomo aire y lo soltó lentamente.
-"Sakura, créeme que comprendo tus motivos, pero… lo que has hecho no esta nada bien."
-"Lo sé, y no sabes cuanto lo siento. Pero estoy segura que vos podrás arreglar todo este embrollo –dijo mirando a la ojiazul a los ojos-. Ya le he pedido perdón a Touya, y además un montón de gente le ha dicho que debería hacerlo. Así que no todo esta perdido."
-"Igual no estuvo-"
-"Lo sé, lo sé… -dijo Sakura con los ojos llorosos-. Lo único que queria era que publicaran mis fotos… ¿tu nunca has querido hacer algo con toda tu alma?"
Tomoyo observo la expresión implorante de la adolescente. Sí, por supuesto que lo había querido, y no tenia idea cuanto la comprendía, al ver a Sakura se veía a ella a su edad.
Sakura parecía estar a punto de echarse a llorar.
-"Lo entiendo, pequeña –dijo Tomoyo dedicándole una cálida sonrisa-. Sin embargo… dudo mucho que tu hermano desee tener algo que ver con el calendario, además, no creo que desee hablar conmigo del asunto."
La adolescente se animo al instante.
-"Claro que sí, yo haré que hable contigo ahora mismo. A propósito, ¿qué le pasa a tu auto? Escuche el ruido que hacia desde los establos, parece que esta a punto de estallar en cualquier momento."
-"Siempre hace ese ruido."
-"Yo creía que la gente que trabajaba en publicidad ganaba mucho dinero –comento la chica sin ninguna delicadeza, al parecer era tan despistada que no se dio cuenta del uso que le dio a sus palabras-. Ahh, ¿tu agencia contrata a muchos fotógrafos? Me encantaría trabajar con ustedes, ¿no sabes si están buscando gente?"
Tomoyo sacudió la cabeza. ¿Acaso aquella chica no comprendía la seriedad de la situación?
-"De momento, no. Oye, Sakura, tengo que hablar con tu tío, de lo contrario, puede que ni yo tenga trabajo en la agencia. ¿Crees que podrás convencerlo de que me reciba?"
Sakura asintió.
-"Claro, no hay problema. Ven, sígueme."
Sakura comenzó a subir las escaleras del porche.
-"¿Quieres decir que entre así nomás, sin decirle nada?" –pregunto Tomoyo con un deje de nerviosismo e incredulidad.
-"Si, lo que tenemos que hacer es acorralarlo. ¿Qué puede hacerte? ¿Te va a tomar en brazos y sacarte de la casa a la fuerza? No creo que haga eso… bueno, supongo que no. A veces tiene sus ataques de locura y hace cosas medio raras, es un vaquero bastante bestia con las mujeres, pero… vos no te preocupes Tomoyo-chan, a pesar de todo Touya es todo un caballero con las mujeres."
A Tomoyo las palabras de la chica hicieron que se pusiera más nerviosa. Siguió a la chica y entro a la casa, al mirar alrededor se encontro con la vista de una enorme sala de estar a su derecha. Miro a su alrededor con temor, como si tuviera miedo que Touya Kinomoto saltara de detrás de alguno de los sillones y la apuntara con su escopeta obligándola a marcharse de sus tierras.
"Ay Tomoyo, eres una tonta… creo que tendremos que dejar de ver películas por un tiempo, te estas volviendo paranoica."
Tragó saliva. La habitación era sorprendentemente acogedora, los suelos estaban cubiertas por una alfombra gris claro, las paredes eran de madera lustrosa y una gran chimenea de piedra dominaba una de las paredes. La tapicería de los sillones era suave y de color vino burdeos. En las paredes había colgadas fotografías, sin duda sacadas por Sakura.
-"Mi hermano no esta en la sala –le comento la menor de las Kinomoto, seguramente este en su estudio. Ven, vamos."
Sakura la guió por el pasillo, pasando por un comedor y una cocina. En esta ultima habitación, una mujer alta y delgada, con el cabello cano atado en un moño en la nuca y unos grandes ojos castaños, la miro con expresión de reproche.
-"¿Quién es esta mujer, Sakura?"
La aludida se acerco a la anciana, y le dio un suave beso en la mejilla. Después se acerco a un frutero que había en la mesada y tomo una manzana.
-"Ella es Tomoyo Daidouji, trabaja en la Agencia de Publicidad Ayanami. Tomoyo, esta preciosa señora es mi tía abuela Miyuki, es la que se encarga de mantener la casa tan limpia y ordenada como la ves."
A la morena le dio la impresión de que aquella mujer alta y delgada estaba entre sorprendida y enojada.
-"¿De la Agencia de Publicidad? Sakura, no puedes… a Touya…"
-"Ay tía no te preocupes tanto, a Touya no le pasara nada."
-"No me preocupa lo que le pasara a él, sino a ti pequeña. Sabes que esta furioso, y que no puedes molestarlo cuando está…"
-"Se lo que hago, tía, esta es la única forma para que entre en razón –la anciana la miro con los ojos muy abiertos-. La diferencia entre tu y yo, es que yo no le tengo miedo a Touya. Él es mi hermano, no mi amo."
Sakura tomo a Tomoyo de la mano y tiro de ella.
-"Hágame caso, señorita Daidouji. Él…"
La adolescente tomo a la publicista de la mano con más fuerza, la planto frente a una gran puerta doble de roble, abrió la puerta con suavidad y le dio un ligero empujón al interior de la habitación. Sakura entro tras ella y se sentó cómodamente en un sillón azul que estaba frente a la ventana mirándola con una sonrisa divertida, ansiosa por ver el espectáculo que se representaría a continuación.
Tomoyo vio a su alrededor, pero no vio ni rastro de Touya Kinomoto. Las paredes estaban cubiertas estantes de madera repletos de libros. Había una televisión en un rincón, frente a esta un enorme sofá azul marino que le daba la espalda a ella.
Miro a Sakura sin entender que era lo que se proponía haciéndola entrar en el estudio completamente vacio. La joven le sonrió y con un gesto de la cabeza le indico el sofá.
Tomoyo dio unos pasos y se inclino sobre el alto respaldo del asiento. Ahí estaba Touya Kinomoto…dormido. Llevaba unos jeans usados, y una camisa negra con las mangas subidas y desabrochada. Debía haberse quedado dormido leyendo porque tenia un libro abierto sobre el pecho desnudo. El libro era de equitación. Recorrió su figura desde la cabeza hasta los pies.
Tenia el pelo desordenado y algunos mechones le cubrían los ojos, una ligera barba le cubría las mejillas, además tenia la piel ligeramente bronceada. Siguiendo la inspección vio que tanto los brazos como el pecho del hombre demostraban que estaba acostumbrado al trabajo físico, una ligera capa de vello negro cubría su pecho y vientre hasta llegar al comienzo del jean….. ¡¡Ay Dios! Deslizo los ojos de esa zona, y se centro en la otra punta del sofá, se había sacado los zapatos y había cruzado los tobillos sobre el brazo del sofá.
"Bueno, es muy guapo, ¿y qué?", se preguntó Tomoyo. "Esa no es la cuestión. La cuestión es que nos deje usar sus fotografías para poder vender muchos calendarios y así me podré ir a vivir a Tokio."
Entonces, para horror de Tomoyo, el hombre se comenzó a mover. Primero abrió un ojo, y luego el otro unos ojos increíblemente oscuros y profundos. Frunció el ceño, y de golpe abrió ambos aojos y la miro fijamente.
O o o o OEstaba completamente agotado. Había pasado toda la noche intentando salvar a una yegua y su potrillo luego de un parto muy complicado. Cuando por fin pudo volver a la casa, varias horas después del amanecer, se había sentado a tomar una taza de café y a leer un poco el diario. Cual fue su sorpresa al ver que en una de las páginas principales aparecía una foto de él con un articulo que decía que él seria el modelo de un calendario. A los minutos empezó a recibir llamados de todos sus conocidos, estuvo más de dos horas explicándole a todos que no sabia nada de eso y que era un malentendido. Al final se rindió y le pido a Miyuki que desconectara el teléfono.
Pero no había servido de nada. Un montón de gente de los alrededores se paso durante todo el día por la hacienda para felicitarlo. Se había pasado todo él día explicando que era un error de la Agencia de Publicidad. Nadie le creía y termino discutiendo con un par de personas.
Harto de la situación, llamó a la Agencia Ayanami furioso.
Sakura se había puesto histérica, pero, a pesar de que la chica era la causa de todo ese lió, Miyuki se había puesto de su lado. Se había pasado todo el día discutiendo..
Ahora, todavía medio dormido, se pregunto si después de ese día tan horrible no habría muerto del disgusto y se encontraba en el cielo. Porque desde luego, el ser que se encontraba frente a él era un ángel. Tenia unos ojos azul violáceos preciosos y los largos cabellos oscuros y rizados le daban el aspecto de una diosa. Sin embargo, todavía no estaba listo para irse al paraíso.
Por fin, poco a poco, fue despertándose y recobrando el sentido común. Ese mujer era demasiado moderna para ser un ángel. Llevaba joyería de diseño y el maquillaje era demasiado perfecto. No, decididamente no era un ángel, sino una extraña que se había atrevido a entrar a su estudio privado, a su santuario.
Touya la miro con dureza.
Ella trago saliva y se aclaro la garganta.
-"¿Señor Kinomoto?"
Touya empequeñeció los ojos y se paso la mano por la mandíbula. Había algo muy extraño en todo aquello. La mujer tenia estilo, y su ropa era de marca pero las llevaba arrugadas y, sino se equivocaba, olía a espagueti. Y… ¿porqué le daba la impresión de que estaba asustado? Casi parecía como si se sintiera culpable de algo, y temiera una reprimenda de su parte…
Una sospecha se apodero de él. Esa mujer era de la maldita agencia de publicidad. Lentamente, se fue poniendo de pie, lo que pareció asustar aun más a la mujer. Sabía que su pinta no era nada agradable, pero se lo tenia merecido…
Dio un paso hacia ella, la mujer dio un paso hacia atrás.
-"¿Quién demonios es usted y que esta haciendo en mi casa?"
Tomoyo tuvo la impresión de que, a pesar de la pregunta, sabía perfectamente quien era y porque estaba allí.
-"Soy Tomoyo Daidouji, trabajo en la Agencia de Publicidad Ayanami. Soy la que envió su foto a los periódicos. –dijo ella lo más tranquila que pudo-. He venido a hablar con usted, pero… primero que nada quiero disculparme. Ha habido una terrible equivocación, sin embargo, creo que podremos solucionar el problema."
Él acerco su rostro al de Tomoyo, y lo único que ella vio fueron unos ojos preciosos, pero llenos de furia y resentimiento. Ese hombre la odiaba. La odiaba de verdad.
-"Y ha cometido una segunda y terrible equivocación al venir aquí –dijo él-. Salga de mi casa. Si quiere hablar con alguien, hágalo con mi abogado."
Tomoyo comenzó a irritarse. Ese hombre tenia motivos para estar enojado, pero no por eso tenia derecho a tratarla de es manera. Se puso lo más derecha que pudo y alzó su rostro de forma desafiante.
-"No quiero hablar con su abogado, sino con usted, señor. He tardados más de dos horas para llegar aquí después de haberme pasado todo el día trabajando, y todavía me quedan otras dos horas más de vuelta. Solamente estoy intentando disculparme, y hablar con usted sobre el asunto." Solo le pido que me escu-"
Los ojos de él echaban chispas.
-"Fuera."
-"No."
-"Si no se va ahora mismo, le juro que la sacare yo misma."
Tomoyo se puso furiosa. Podia ser muy guapo, pero era más terco que una mula. Alzo la mano y apunto con un dedo su pecho.
-"Como me ponga un solo dedo encima le juro que se arrepentirá de haberme conocido, Kinomoto."
-"Le aseguro que ya estoy arrepentido –le contesto Touya, con una sonrisa burlona-. No se lo pienso volver a repetir, salga de MI casa YA."
-"Y yo le vuelvo a repetir que NO" –la expresión de Tomoyo era tan o más desafiante que la de él.
Touya lanzo un suspiro de exasperación y luego hizo exactamente lo que Sakura dijo que no haría: levanto a Tomoyo en brazos y comenzó a avanzar hacia la puerta del estudio. Realmente iba a echarla de su casa a la fuerza.
Entonces, de repente, Touya Kinomoto se detuvo y clavo los ojos en un punto alejado de la habitación. Con profundo desagrado, la agarro con más fuerza.
Continuara…Nota de la Autora:
Holas a todos! Cómo les va? Todo bien por ahí? Bueno espero que todo ande viento en popa jeje.
Se que algunos (si no es la mayoría XD) debe estar pensando que el capítulo fue muy corto pero les comento que he decidido hacer capis más cortitos pero publicar más seguido. Es que sino tardaría demasiado tiempo en ir actualizando los fics.
Ahora hablemos de el fic en si, veamos….. ¿Qué les pareció? ¿Les gusto o no él encuentro TT? A mi me dio un poco de gracia la escena, como me hubiera gustado poder disfrutar de la vista de un Touya dormidito y todo sexy jajajaja ¿a que ustedes también les gustaría, ehh? Además creo que ambos han comenzado con el pie izquierdo, no hace unos minutos que se conocen y ya andan como perro y gato… será verdad que los polos opuestos se complementan! También apareció Sakura, que chica esta… anda de lo más tranquila, como si no hubiera hecho nada jejeje aviso que esta Saku va a ser un poco rebelde, y váyanse preparando pq en los próximos capítulos van a ir pasando escenas SS y tb más que nada TT. Si ya están por empezar, Yupi!
Desde ya les agradezco a todos los que me han dejado review, me han dado animo de seguir esta historia. Solo espero que me ayuden con sus ideas y comentarios para poder ir mejorándola pq la verdad no tengo mucha experiencia con esta parejita.
Y como ando medio escasa de tiempo, los voy dejando. Comento que en estos días voy a ir actualizando mis demás fics así que los que gustan dense una vueltita por mi porfile y fíjense, así van pasando el tiempo hasta el próximo capitulo de "El sueño de una mujer".
Ahora si, nos vemos y se me cuidan muchisisisimo!
Att. Lady Verónica Black.-"Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Los Merodeadores (salvo la rata apestosa ¬¬); Los hombres más lindos y sexys que hay!"
¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!
