Declaimer: Estos maravillosos, perfectos, tiernos (…y sexys en el caso de Xiao y Eriol ) y divertidos personajes pertenecen al Estudio Clamp, yo solo los pido prestado para que actúen en mis retorcidas historias.
"El sueño de una Mujer"
(por Lady Verónica Black)
Este fic esta completamente dedicado a mi buena amiga, Daulaci, que con su apoyo y animo me a inspirado en este fic.
Capítulo CincoLa habitación que le habían dado era amplia y con grandes ventanales. Tomoyo supuso que debía ser la habitación de la otra hermana, Bunny, ya que era muy femenina.
Las largas y fruncidas cortinas eran blancas con bordados de flores azules. La colcha de la cama con dosel hacia juego con las cortinas, la cama era de bronce y de líneas delicadas. El suelo de roble tenia varias alfombrillas.
En la pared donde estaba el cabecero de la cama había fotos, y una lámpara de porcelana, en la mesita de noche, parecía darle la bienvenida.
Tomoyo se quedo ahí, inmóvil, aferrada al camisón y la bata que Sakura le había prestado. La habitación era preciosa, era la clase de habitación con la que cualquier chica soñaría, y era sumamente acogedora.
Sin embargo, aunque Tomoyo no estaba acostumbrada a cuartos tan bonitos, tuvo una extraña sensación, como si no fuera la primera vez que iba a aquel lugar, sino como que regresara a el. Recordó con nostalgia la paz de las noches en el campo, el silencio y la brisa pura.
Sacudió la cabeza. "No echo de menos esto, no lo hecho de menos", pensó Tomoyo, tratando de convencerse a si misma. Lo único que ocurría es que estaba cansada y confusa.
Se desnudo y se dio una ducha rápida en el pequeño, pero bonito, baño privado de la habitación. Después se puso el camisón de tirantes blanco de Sakura.
Como Tomoyo tenia más curvas que la adolescente, el escote se le hacia demasiado pronunciado y se le levantaba un poco más arriba de la mitad de los muslos. Se miro en el espejo y recordó la ocasión en que Julius Spreckles le había dicho que tenia el cuerpo de una diosa griega. Desde luego, se alegraba mucho de que Spreckles no pudiera ver como su 'cuerpo de diosa' era revelado bajo el camisón más allá de lo púdico.
Se apartó del espejo, corrió las sabanas de la cama, se acostó y se tapo hasta la barbilla, apago la luz del velador y cerro los ojos con fuerza. Una hora más tarde, todavía no había logrado dormirse.
No sabía a que se debía su inquietud, si era porque extrañaba su cama o por los familiares sonidos y aromas de la noche. Incluso las sábanas le hacían recordar su pasado, olían a sol ya viento, igual que las sabanas que su madre ponía en su cama de niña.
En la distancia, una vaca mugió, y el viento llevo el sonido a sus oídos como un fantasma del pasado.
"No puedo soportarlo más. El simple olor de las sabanas y el mugido de una vaca me dan ganas de llorar. Dios, odio todo esto. ¡Lo odio!".
Demasiado nerviosa para permanecer más tiempo en la cama, recordó el columpio del porche. Sí, iba a salir y allí sentada se enfrentaría a sus fantasmas del pasado, y después les diría adiós. Pronto dejaría aquella vida bien atrás, no regresaría nunca más.
Se levanto sin encender la luz y se puso la bata de algodón blanco de Sakura, pero no se abrocho el cinturón. Después abrió la puerta sigilosamente. La luz del vestíbulo la guió hasta la entrada de la casa.
En el cuarto de estar, las cortinas estaban descorridas, dejando que la luz de luna bañara la habitación de color plateado.
Abrió la puerta de entrada y salió al porche.
El cielo estaba cubierto de estrellas. ¿Habría un cielo más bonito en otra parte, se pregunto Tomoyo, que hacia años no veía un cielo estrellado en medio del campo.
Tomoyo se apoyo en la baranda del porche y respiro profundamente mientras cerraba los ojos. La brisa de la noche le revolvía el cabello. El olor a flores, avena, y hierba inundaba todos sus sentidos.
Si, la vida de campo era un estilo de vida muy duro, pero maravillosa a su manera. Cuando su padre los obligo a dejar la granja, el dolor que sintió fue casi insoportable. En aquellos tiempos, pensaba que aquella era la única forma de vida decente para la gente, una vida natural y tranquila.
Se dio media vuelta, dándole la espalda al prado y comenzó a acercarse al columpio mientras miraba con tristeza el establo y demás cobertizos. Lanzando un suspiro, se sentó en el columpio, cerro los ojos y escucho el canto de los grillos.
-"¿Qué demonios esta haciendo? ¿O es que ha decidido hacer guardia las veinticuatro horas del día para arruinarme la existencia?"
Tomoyo se sobresalto y volvió la cabeza con rapidez.
Touya Kinomoto estaba de pie justo detrás del columpio. La luz de la luna resaltaba sus pómulos y mandíbula. El viento le revolvía el cabello, que junto con los reflejos plateados y azules que provocaba la noche, le daban un aspecto idílico.
-"¿Qué esta haciendo acá?" –pregunto Tomoyo en tono exigente, haciéndole notar que no se dejaba intimidar por su tono. El corazón le latía con tanta fuerza que le hacia quebrar la voz a momentos.
-"Da la casualidad de que vivo aquí –respondió Touya con cinismo-. He salido a mi porche, a sentarme en mi columpio. Y usted está ocupando mi sitio. Vamos, muévase."
Rápidamente, Tomoyo se sentó en el otro extremo del columpio y se cerro la bata. Cuando Touya se sentó, involuntariamente, se estremeció al sentir su proximidad. No dijo absolutamente nada, se sentía incapaz de mantener una conversación coherente con ese hombre en ese momento.
Él tampoco habló. Recostó la cabeza en el respaldo del columpio y cerro los ojos. Debía estar tratando de ignorar su presencia, pensó Tomoyo.
El perfil de Touya era tan perfecto que le molestaba a sobremanera. Olía ligeramente a menta y tenia el pelo mojado. Llevaba una camisa azul marino limpia y unos vaqueros negros cubrían sus largas piernas. Tomoyo se pregunto que haría despierto todavía.
Touya estiro las piernas y las cruzo a la altura de los tobillos.
-"Me ha seguido hasta aquí, ¿no?" –pregunto sin molestarse en abrir los ojos.
Tomoyo, con expresión de desagrado, se ato con fuerza el cinturón de la bata.
-"¿Qué lo he seguido? Yo no le seguiría en mi vida. Ha sido usted quien me ha seguido a mí."
Touya continuó con los ojos cerrados.
-"Yo ya estaba aquí, en el otro extremo del porche, cuando ha llegado."
-"Estaba justo aquí, vestido todo de oscuro y en silencio, como si fuera un ninja."
Touya bostezo de forma muy obvia.
¡Que horror! Aquel hombre incluso era irresistible cuando bostezaba.
-"Perdone, pero no tengo ganas de hablar con usted."
-"¿Y quién le ha pedido que hable conmigo?" –pregunto ella secamente.
-"Esta aquí, ¿no?" –dijo él sarcásticamente.
Pero Tomoyo se negó a que la intimidara.
-"Pero yo no le he pedido nada."
-"Sí, claro que lo ha hecho. Ha estado abusando de mi tiempo, mi dignidad y mi familia. Creo que puedo soportar lo primero, menos que abuse de mi familia. No me gusta para nada la situación que ha creado en mi hogar."
-"¿Es por eso que no puede dormir? Lo siento mucho, señor, en realidad soy muy inofensiva."
-"Lo dudo mucho"
-"Si esta tan cansado y yo lo irritó tanto, ¿porqué no se va a la cama a dormir?"
Touya no se movió, pero el tono de su voz estaba cargado de burla.
-"Lo he intentado, pero estoy demasiado cansado para dormirme. Sin embargo, al contrario de usted, me he cambiado antes de salir. Supongo que será porque soy un hombre bastante tradicional en algunos aspectos. Que aburrido, ¿no?"
Tomoyo se subió el cuello de la bata. La noche ya no le parecía tan cálida. Se obligó a apartar los ojos de él.
-"Yo tampoco podía dormir" –declaro ella, mirando las hojas de los árboles mecerse con la cálida brisa.
-"Supongo que no esta acostumbrada a este silencio. Eso es siempre lo que dicen los que viven en la ciudad."
-"Estoy más acostumbrada de lo que me gustaría –le espeto ella, apenas en un murmullo-. Me crié en una granja."
Touya volvió la cabeza ligeramente y abrió un ojo.
-"¿Usted? ¡Ja!"
-"¿Qué quiere decir con eso de 'Ja'?"
-"Ja"
-"Es verdad. Me crié en una granja al sur de Frontier."
-"No parece alegrarse mucho por eso."
-"No" –respondió ella fríamente.
Touya suspiró.
-"¿Quiere decirme por qué?"
-"No, no quiero."
Demasiados recuerdos dolorosos.
-"¿Quiere que lo adivine?"
-"No, no quiero."
Touya volvió a suspirar.
-"De todos modos, voy a intentarlo. Dejo la granja deslumbrada por las luces de la ciudad. Cuanto más brillantes, mucho mejor."
Kinomoto no había dado precisamente en el clavo, pero Tomoyo no quiso darle la satisfacción de contarle su historia.
-"Exacto"
Touya siguió empleando el mismo tono de voz monótono.
-"Pero Tomoeda no es lo suficientemente grande para la gente como usted. Debe soñar con un lugar como... ¿Tokio? ¿Nueva York? ¿Londres?"
Con desgana, Tomoyo volvió a mirarlo mientras se preguntaba como lo había adivinado.
-"Tokio o Nueva York. ¿Cómo lo sabe?"
-"Porque ya he visto a gente como usted".
-"¿Qué pasa que adivina el porvenir?"
-"Nada, simplemente observo –respondió el con voz cansada-. La he estado observando esta tarde y tenia la mirada de alguien que teme que su futuro se venga abajo. Se la veía desesperada. A juzgar por su aspecto, parecía una mujer decidida a llegar a ser alguien... y tenia miedo que yo le estropeara los planes."
Tomoyo enderezo la espalda y alzo la barbilla. Recordó que Sakura le había dicho que Kinomoto era un hombre que no soportaba a las mujeres. Sí, debía ser eso. Touya Kinomoto era un machista insufrible como su padre y sus hermanos.
-"¿Qué tiene de malo que una mujer quiera llegar a ser alguien?"
Touya se encogió de hombros, dando a entender que su pregunta no despertaba el más mínimo interés en él.
-"Nada... siempre y cuando no vaya pisando a los demás para conseguirlo. Ser alguien en la vida es algo bueno."
Él volvió a guardar silencio y ella lo miro con expresión frustrada.
-"En ese caso, ¿qué le pasa? Porque, desde luego, no parezco caerle bien y yo no he hecho nada para ganarme esa opinión de usted."
Por fin Touya abrió los ojos y se quedo mirando el techo del porche.
-"El problema es que ha intentado pasar por encima de mi."
Ella lo miro con resentimiento.
-"Yo no he intentado pasar por encima de nadie, y mucho menos de usted, Kinomoto. Lo único que quería era convencerlo para que cooperase en un proyecto que va a ayudar a los granjeros y agricultores de todo el estado, y..."
lentamente, Touya volvió el rostro y la miro con fijeza.
-"Por favor, cállese."
-"Pero los granjeros de este estado..."
-"le he dicho que no siga por ese camino. Empiezo a darme cuenta porque trabaja en publicidad, miente extraordinariamente bien."
Esta vez, Tomoyo no pudo mantener la furia.
-"¡No soy una mentirosa!"
-"Bien, bien, no es una mentirosa" –Touya se cruzo de brazos y volvió a cerrar los ojos.
-"No soy una mentirosa -insistió ella-. Y usted no tiene derecho a llamarme mentirosa. Y deje de intentar ignorarme. Si va a insultarme, por lo menos no sea cobarde, y míreme a los ojos cuando lo haga."
Touya abrió los ojos al instante y la miro fijamente. Su expresión no era nada amistosa.
-"¿Por qué tengo que mirarla? Ya he visto lo que tiene para ofrecerme. Muy agradable, pero no me impresiona, estoy demasiado cansado para jugar a eso. Así que, por favor, deje de tentarme, ¿de acuerdo?"
para dar énfasis a su declaración volvió a girar la cara y cerrar los ojos.
Tomoyo apretó los labios con fuerza. De no necesitar a ese hombre para el calendario, le habría golpeado la cabeza con algo.
-"¿Qué significa eso de 'lo que tengo para ofrecerle'? Yo no le he ofrecido nada. ¿De qué tentación esta hablando?"
Con un suspiro, Touya abrió los ojos y los clavo en la fina bata.
-"A mi me da la impresión de que me esta ofreciendo algo, y admito que es muy tentador."
La cólera hizo que las mejillas de Tomoyo se tornaran rojas.
-"¿No creerá que estoy intentando seducirlo, verdad? –pregunto ella con incredulidad-. ¡Pervertido!"
-Tranquila, no olvide que no debe hacerme enojar. Su trabajo esta en juego. En fin, por esta vez, lo dejare pasar."
-"No tiene ningún derecho al decir que yo le he ofrecido algo, y..."
-"Me ha seguido hasta aquí en medio de la noche con esa ropa que no oculta nada, y luego, al salir, se pone de pie ahí con la bata abierta de par en par y exhibiendo sus considerables encantos. Pues yo a eso lo llamo ofrecer algo."
El rostro de Tomoyo enrojeció aun más.
-"No crea que por ser guapo es irresistible para todas las mujeres, Kinomoto" –le anunció la ojiazul.
-"No me considero ni tan guapo, y mucho menos irresistible. Y nunca me ha importado el aspecto físico de las personas. Y eso, señorita, incluye su aspecto físico."
-"No estamos halando de mi aspecto físico" –le espeto Tomoyo.
-"Aunque es un aspecto más que atractivo" –reconoció el en tono desdeñoso.
-"Esta obsesionado con el físico de la gente."
-"No, no lo estoy, y no me gusta la gente que juzga a las otras personas por su apariencia. No significa nada para mi, lo siento mucho."
-"¿Qué es lo que esta tratando de insinuar? –pregunto ella empequeñeciendo los ojos.
-"Que debería entrar a la casa. Haremos como si esta conversación nunca se hubiera tenido lugar."
-"¿Qué haremos como si esta conversación nunca hubiera tenido lugar? Primero que nada, yo no sabía que se encontraba aquí, además usted es el hombre más insoportable que..."
-"Entre a la casa –repitió él-. No se esfuerce más, no le servirá de nada utilizar el sexo para asegurarse que cumpla con el trato. Ya le he dado mi palabra, y eso es más que suficiente."
Tomoyo sacudió la cabeza y lo miro con furia.
-"Jamás en mi vida me habían insultado así y..."
Con suma agilidad, Touya se puso de pie.
-"La acompañare adentro. Y, por si no lo ha notado, también esta intentando manipularme... y le aseguro que eso no me gusta nada."
Agarró a Tomoyo del brazo y la empujo hasta la entrada de la casa. Tomoyo trato de zafarse de él, pero le resulto imposible.
-"Quíteme las manos de encima. Nadie lo esta utilizando. No entiendo, ¿por qué le molesta tanto que usemos su foto?"
Touya agacho la cabeza, y acerco su rostro al de ella.
-"Lo que me molesta es que encuentro todo esto del calendario humillante: fotos mías rondando por todo el estado... Ayer, era un tipo respetable que vivía de su trabajo; hoy, mi foto esta en todos los periódicos de Tomoeda como la de cualquier objeto sexual."
-"Pobrecito" –dijo ella en tono burlón.
Touya la atrajo de un tirón más hacia él.
-"No es graciosa, señorita, no me gusta que me traten como un objeto."
-"Llore si quiere, le hará bien descargarse."
-"he dicho que no tiene gracia. No creo poder con todo esto."
-"Yo sí podría... pero, es que yo soy una persona madura y adulta" –le espeto ella haciendo un forcejeo para que le suelte el brazo.
-"¿En serio? En ese caso, vamos a ver si puede con esto."
Los labios de Touya tomaron los de ella sin un mínimo de delicadeza. La boca que la capturo era cálida, inquieta y exigente. Las manos que la sujetaban de los brazos eran como una prisión.
Tomoyo sintió furia y luego miedo. No había ternura, ni afecto, ni respeto en ese beso. Solo deseo, puro deseo.
Cuando Touya bajo los labios y beso su cuello, ella le ordeno que se detuviera.
-"Es una persona adulta y madura, quiero ver como se las arregla con esto."
Touya continuo besándola y acariciándole el cuerpo. Tomoyo estaba alarmada, tanto de la fuerza de la pasión de él como de su propia respuesta a aquel asalto. En parte, estaba reaccionando como él esperaba que hiciera, con humillación y resentimiento. Sin embargo, lo que realmente quería no era que él dejara de besarla, sino de besarla de aquella forma tan brutal. Quería que el beso se transformase en otra cosa completamente distinta, deseaba ternura, amor, respeto, consideración...
Los ojos de Tomoyo se llenaron de lagrimas. Touya la estaba tratando como un objeto, de repente, lo odio por eso.
En ese momento, de repente, él la soltó.
Con labios temblorosos, Tomoyo lo miro fijamente, con expresión indignada y triste.
-"Ya ha demostrado lo que quería demostrar, ¿esta feliz?"
-"Está llorando."
-"No es por usted, sino porque estar en este lugar me trae malos recuerdos. Le aseguro que jamás lloraría por algo que usted pudiera hacerme."
-"No era mi intención... Jamás le haría daño a una mujer. Lo que pasa es que estoy completamente agotado y usted me ha estado presionando y... Le aseguro que, si volviera a besarla otra vez, no lo haría como lo he hecho."
Tomoyo lo miro con expresión interrogante, completamente confusa.
Touya se la quedo mirando prolongadamente. Entonces levanto las manos, le seco las lagrimas y le acaricio las mejillas.
-"No, no lo haría como lo he hecho. Lo haría así..."
Touya inclino el rostro y volvió a besarla.
Continuara...
Nota de la Autora:
¡¡Hola! Cuanto tiempo que ha pasado desde la ultima vez, ¿no? ¿Me extrañaron? Espero que si... Se que paso mucho tiempo, les pido una GRAN disculpa. ¡¡¡PERDÓN!
¿Qué les pareció la charla en el porche? ¿El beso entre T+T? ¿Cómo creen que seguirá con este nuevo beso que empezaron al final del capítulo?
Les agradezco muchísimo sus reviews, me han encantado todos! Espero que para este capítulo reciba los mismos comentarios alentadores! GRACIAS, GRACIAS!
Sin más que desearles lo mejor y mandarles muchos besos me despido. Cuídense mucho amigos!
Att. su fiel amiga y escritora,
Lady Verónica Black.-
"Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Los Merodeadores (salvo la rata apestosa ¬¬); Los hombres más lindos y sexys que hay!"
¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!
PD: Recen mucho para que pueda actualizar más rápido!
