Capítulo dos
Draco se despertó, como cada día, a las siete de la mañana. Tenía esa costumbre madrugadora y debido a eso, siempre era el primero de los tres Malfoy en levantarse. Por eso se sintió muy sorprendido cuando vio a su padre de pie, en el salón, escribiendo lo que parecía una carta (o un pergamino de varios usos, entre ellos papel higiénico). Su padre podía ser todo lo aristocrático que quisiera, pero por las mañanas estaba horrible, más aún si llevaba esa bata verde y larga como única prenda de vestir.
Draco hizo una mueca de asco, (no quería imaginarse lo que había debajo de aquella prenda) disimulada, mientras iba a por el desayuno (Le repelía que los elfos de su casa tocaran su comida) Al volver, su padre seguía escribiendo y mostraba una mueca maligna en sus facciones.
¿Quieres desayuno tú también, padre? – preguntó al fin. Lucius levantó una ceja sin quitar la vista del papel.
¿Mhm? No, no, nada, nada….
Draco se encogió de hombros y se dispuso a comer. Cuando terminó, vio que su padre estaba leyendo lo que acababa de escribir, así que al final, su curiosidad pudo más que él. Se situó detrás de Lucius con las manos a la espalda.
¿Puedo saber de qué trata la carta, padre?
Lucius frunció el ceño y miró a su hijo apretando la carta para sí. Parecía dudar entre enseñárselo o no, pero al final entendió que Draco no era un peligro,(es decir, no podía hacerle la competencia) así que repentinamente sonrió y se la enseñó (la carta) muy entusiasmado.
Si, claro, Draco, toma. Leela y admira el ingenio de tu padre.
Draco la tomó con una ceja levantada y eludió la orgullosa y prepotente mirada de su padre ( y también su desnudez).
La carta decía así:
Estimado Severus:
Te mando esta carta para pedirte ayuda urgente, así que, desde el principio, quiero que sepas que no te guardo rencor por lo de ayer y no tengo intención alguna de vengarme de ti. (Aquí Lucius se reía una y otra vez y no pudo seguir durante un rato)
Como te decía, necesito tu ayuda. Bueno, en realidad es Draco quien la necesita, pues él es el motivo de que te envíe esta misiva. Mi amado hijo ha tomado por accidente una poción ovibliate y todo lo que ha aprendido el último año sobre Pociones, se le ha ido de la cabeza.(Curiosamente sus recuerdos de las demás asignaturas siguen intactos) Como sabrás, no podemos permitirnos que Draco llegue este año a Hogwarts sin saber nada de tu asignatura, así que te pido, por favor, que vengas a nuestra casa esta semana, en calidad de invitado y profesor, para ayudarle en su preparación antes de que llegue la fecha del nuevo curso.
Espero pronto tu respuesta.
Saludos: LUCIUS MALFOY
Draco parpadeó varias veces y levantó la vista hacia su padre.
Padre…¿cuándo he tomado yo Ovibliate?
No lo has tomado, idiota. Es una treta para que Severus venga aquí. – le quitó la carta de las manos y la ató a la pata de una lechuza parda, que salió volando a dársela a Severus. Lucius se volvió hacia su hijo.
Así que ya sabes, cuando venga Severus no te acordarás de nada de lo que aprendiste el año pasado. ¿Entendido?
¿Puedo preguntarte algo?
Puedes, pero también puede que yo no te conteste.- Lucius ya se iba todo satisfecho hacia su dormitorio.
Padre, el profesor Snape sabe Legirimencia. En cuanto llegue, sabrá que es una trampa.
Lucius se paró en seco; volvió sobre sus pasos; y cogió a Draco por los hombros como si fuera una conversación importante de padre a hijo.
Draco, Draco, Draco…- dijo Lucius apretandolo con sus manos- Severus ni siempre está leyendo las mentes de los demás. Algunas, simplemente, las deja estar. Además, para cuando entre por esa puerta, ya no podrá usar su magia. Yo me encargaré de ello.
¿Vas a matar al profesor Snape? – le preguntó Draco atónito.
Lucius se rodeó la cabeza con las manos de desesperación. ¿Cómo explicarle a ese estúpido niño que lo que tenía en mente era mucho más perverso que eso?
No. Mira. Necesito secuestrar a Severus porque….para que….- Lucius se quedaba sin argumentos y su hijo lo miraba de forma estúpida. Así que al final explotó - ¡Porque me lo quiero tirar, joder! – chilló desquiciado- ¡Será mi mayor venganza¡Jajajajajajajajajajajjajajajajajajaj! – y siguió carcajeandose sin parar, sin pensar ni siquiera que podía estar asustando a su propio hijo, pues quien lo hubiese visto en ese momento sabría que era más peligroso que nunca. Sobre todo más desquiciado.
Draco simplemente sintió pena por Severus y suspirò.
Ah, bueno, si sólo es eso, vale. Pensaba que ibas a matarlo. Pero padre, sugiero que no grites tanto, porque vas a despertar a mamá. Y no creo que le haga mucha gracia descubrir que prefieres a Severus en tu cama antes que a ella.
Lucius paró de reír. Miró a su hijo. No estaba espantado en absoluto, no siquiera parecía temerle.
¿Qué te parece mi idea? – preguntó al cabo de unos segundos- ¿No te parece que esté loco por querer acostarme con Severus?
No. Siempre has estado loco y siempre hablas de Severus. – Draco se encogió de hombros.- Era obvio que ibas detrás de él. – Draco se encogió de hombros mirándolo con cara de "siempre he sabido que eras un gay psicópata".
Lucius se encogió de hombros también y por fin se fue a su dormitorio, a cambiarse.
Bajó al poco rato.
Draco estaba mirando divertido cómo uno de los elfos domésticos se autolesionaba planchándose las orejas con una plancha.
Me voy a comprar un bastón nuevo – dijo. Y se fue.
Poco tiempo después, su madre también salió, así que Draco se quedó solo y aburrido casi todo el día. Los veranos eran horribles y no entendía qué hacía la gente para pasar el tiempo…suponía que aburrirse, como él. Así que se entretuvo ordenando a los elfos cosas imposibles para después divertirse mientras se autocastigaban. Cuando se cansó de eso, se puso a leer manuscritos de magia oscura olvidados allí por el señor tenebroso.
De repente, un rato después de terminar de comer, oyó un ruido proveniente de la cocina. Normalmente no le habría dado importancia. Podría haber sido uno de los elfos. Pero es que él se había encargado de que todos estuviesen tan malheridos que no pudieran hacer absolutamente nada, así que frunció el ceño y cogió la varita.
Cuando entró en la cocina lo primero que vio fue la ceniza de la chimenea esparcida. Pensó enseguida si sería su padre, pero lo descartó al recordar que su padre siempre se aparecía en la chimenea principal. Al acercarse más vio que alguien había salido a rastras de la chimenea y en ese momento estaba en el suelo, gimiendo y frotándose los codos. Draco le apuntó con la varita. El chico levantó la cabeza.
Estoo…hola. ¿Es la casa de …Charles Badboy? Ehm…soy un amigo de la revista de intercambios de verano. Ah, perdona, oye ¿has visto mis gafas? No veo nada.
Tus gafas están aquí, Potter. – dijo Draco lanzándoselas fríamente, pero con una sonrisa en la boca. Harry se las puso - ¿Se puede saber cómo demonios pronunciaste…eh… Badboy? – lo último lo dijo a modo de guasa.
Harry levantó la vista.
Oh, mierda. Hola Malfoy. Ah… bien…um….me he equivocado, adiós….- y buscó a tientas su varita mientras se escabullía de nuevo hacia la chimenea.
Expelliarmus – dijo Draco desarmándole.- Petrificus .
Y así, cogió a un Harry estático por la camiseta y lo arrastró hacia el salón. Después de todo, iba a ser un verano muy divertido. Sonrió.
------------------------------------------------------------------------------------
Severus Snape llenó profundamente sus pulmones de aire y los vació lentamente antes de leer la carta que Lucius le había enviado.
Cuando terminó de expulsar el aire aún no se sentía con fuerzas para leer su contenido, pero como tenía muchas cosas que hacer, no tuvo más remedio.
A medida que movía los ojos sobre la superficie rugosa del papel, una ce sus cejas se iba levantando sola. En serio¿Lucius pensaba que iba a picar? Ahora sí que se había lucido el rubio. ¡Ja! Antes se dejaba sepultar que caer en la trampa de un presumido escaldado como ese.
Recogió la segunda carta que había recibido ese día. Era un mensaje del ayuntamiento muggle. (Sí, todavía seguía en pie)
Snape no podía creerlo… ¡el gobierno había decidido tirar su casa para construir una carretera! No podía ser. Sin embargo… se aseguró de que no era una broma. ¿Quién querría hacer una estúpida carretera en su pueblo de mala muerte? Le daban un mes para salir de allí.
Snape maldijo mentalmente a todos los gobiernos que no pensaban más que en ellos mismos (o sea, todos) y también pensó en ir a maldecidlos en persona, pero no creyó que eso fuese a cambiar nada, así que desechó la idea.
- pensó-
Había llegado a la conclusión de que la única persona que reunía estas características era Lucius Malfoy. Lo cual le llevaba de nuevo a la primera carta, la que el rubio le había mandado.
Bien…- dijo resignado- sigámosle el juego…tal vez consiga algo si Lucius piensa que me he creído la absurda historia desmemorizante de Draco.
Y Snape escribió una respuesta confirmando a Lucius su asistencia.
………………………………………………………………….
Malfoy, en serio, que tengo que irme…
Si, si, Potter….cuando termines con ese masaje, quiero que limpies mi habitación un poco y que luego me compres uno de esos objetos muggles que sirven para ordenar.
Harry gruñó. En realidad el tal Badboy no existía. Se lo había inventado él. Como se aburría tanto en Privet Drive (Hermione estaba en el Caribe y Ron en el Kilimanjaro. Ambos con sus respectivas familias) había decidido ir a cotillear un poco a casa de Malfoy y si alguien lo descubría, dar esa estúpida excusa.
Y todo sin varita – siguió Draco. Luego añadió pensativo- Tengo ganas de ver el chisme que ordena.
¿Qué chisme que ordena?
No te hagas el tonto. Se que los muggles usan unos chismes llamados "ordenadores".
Ah, ya. Pues lo siento, pero no pienso comprarte uno.
Ya veremos – dijo el rubio mientras apuntaba a Harry con su varita – y sigue con ese masaje. Más arriba.
¡Y Harry que pensaba que ir a casa de Malfoy iba a ser divertido! Ese capullo de Malfoy no hacia más que aprovecharse de él….¡era igual que estar en Little Dursey!
¡Potter¿No ves que se me ha derretido el hielo del refresco¡No vales ni para elfo doméstico¡Trae más hielo!- dijo Draco y le pasó el vaso bruscamente.
- pensó Harry. Tendría que hacer algo al respecto.
Mientras pensaba el qué haría al respecto, pasó por la puerta principal, rumbo a la cocina y sonó el timbre. Como nadie más aparecía (los elfos estaban en la enfermería mágica) y Draco no hacía más que chillarle¡Potter, es que no oyes la puerta, Harry decidió hacer, pues eso, abrir la puerta.
Se encontró cara a cara con Snape. Y el shock fue mutuo.
¡Usted¿Qué hace aquí! – dijeron los dos a la vez.
Al mismo tiempo un ruido de rotura mágica ( en el espacio de la nomateria, causada por la aparición de un cuerpo opaco donde antes no habia sino aire) y unas pisadas apresuradas, vino acompañado de una voz.
¡Severus¡Por fin has venido!
Harry se dio la vuelta para ver a Lucius Malfoy andando desde el otro lado del pasillo, pero aún así ya con los brazos abiertos y una gran sonrisa en los labios. Sonrisa que se borró al llegar y ver a Harry.
¿Potter¿Qué haces en mi casa?
-pensó Harry -
Como no pensaba decir eso, simplemente se encogió de hombros y se fue a la cocina para coger más hielo.
Snape y Lucius decidieron pasar de él.
He venido en cuanto he podido – dijo Snape con su mejor cara de preocupación- ¿cómo está Draco?
Snape sabía que Draco debía estar perfectamente, pero lo mejor era empezar a interpretar su papel cuanto antes.
¿Draco¿Que le pas….¡AH¡Draco ¡Si ¡Oh, pobre hijo mío! Pero ahora está bien…um…porque has venido tú, claro… - dijo Lucius sonriendo.
Snape contuvo el impulso de salir huyendo al ver esa sonrisa, pero al final entró en la casa cerrando la puerta tras de sí, sabiendo, de algún modo que era su única salida.
Sí, si, eso pasa, pasa... ¿dónde demonios estarán los elfos domésticos?
¿Y Narcisa? – preguntó Severus para ganar tiempo.
¿Narcisa? Oh, Narcisa ha salido unos días para visitar a su querida hermana.
Um. Así que Lucius se había deshecho de Narcisa. Eso puso más en guardia a Snape.
Bueno, pues voy a ver a Draco…
¡Espera! – Lucius le cortó el paso- ¿No quieres tomar algo antes?
Snape vaciló.
No.
Que sí, hombre, que sí…vamos.
Snape decidió aceptar ya que había venido a pedir ayuda a Lucius.
Está bien – dijo Severus.- El salón estaba por aquí¿verdad?- dijo señalando.
Si, pero está en obras – contestó Lucius mecánicamente y sin mirarle.- Mejor vamos a la salita de estar. Es más íntima.
(A Snape no le gustó nada eso de intimidar, pero todo fuera por salvar su casa.)
Sin embargo, vio a Potter dirigirse hacia el salón cuando pasaba por delante de ellos con un refresco lleno de hielos ( en realidad era un vaso de hielos con un poco de refresco) y sospechó que el salón no estaba en obras. Sintiéndose como un cordero camino del matadero, siguió a Lucius, escaleras abajo.
- pensó con alivio.
Lucius y Snape llegaron a un pasillo desierto y el rubio abrió una puerta.
Espero que te guste la decoración – dijo Lucius mientras Snape entraba.
En cuanto Severus estuvo dentro, Lucius cerró por fuera. Con llave.
Snape intentó en vano abrir.
Lo siento, Sev, pero has llegado antes de lo esperado y no estoy listo del todo. Ponte cómodo.
Snape llevó su mano a la varita….que había desaparecido. Seguro que Lucius se la había birlado sin darse cuenta. En fin. No podía hacer nada salvo esperar, así que se dio la vuelta para inspeccionar la habitación.
Su sorpresa fue mayúscula. Así que al fin y al cabo, Arthur Weasley llevaba razón al decir que había una estancia secreta de objetos oscuros en la Mansión Malfoy… bueno, en realidad era una mezcla de sala de torturas, almacén de objetos oscuros y trastero. Con la de redadas que había hecho el ministerio y no la había encontrado…. Las esperanzas de Snape de salir de allí de esfumaron rápidamente. Fuera lo que fuera que quería hacerle Lucius, no iba a ser nada agradable.
…………………………………………………………………………………..
Toma, tu maldito hielo – dijo Harry entregándole el vaso lleno de cubitos a Draco. Draco ni lo miró, por lo tanto no se dio cuenta de la broma de Potter. (No se iba atomar nada que viniese de sus manos)
El rubio sonrió. Se le había ocurrido algo mejor con lo que mantener a Harry ocupado.
Oye, debes de estar muy cansado¿no?
Harry levantó la ceja. La amabilidad de Draco le daba mucho miedo.
Siéntate ahí – dijo como si nada, señalando el sillón de enfrente (y remarcando el "ahí" con mucho énfasis)
No.
Siéntate – le ordenó con una sonrisa más ancha y la varita apuntándole. Harry no tuvo más remedio que obedecer. Cuando se sentó, sencillamente cayó a través del sillón, abajo, abajo, abajo…..¡era una trampa!
Se golpeó contra el suelo de la habitación de debajo del salón. Le dolía el culo.
¡Auch¡Malfoy¡Me las pagarás!
¿Potter? – dijo una voz en la semioscuridad.
¿Profesor?
Snape se rió.
Vaya, vaya, por fin tenemos algo en común. ¡Los dos somos prisioneros de un Malfoy! Aunque me pregunto si parte de mi castigo no será estar contigo…
Harry no le veía la gracia.
………………………………………………
Lucius estaba dando los últimos retoques a su atuendo. Se miró al espejo, enseñó los dientes, se sacó un trozo de algo que no queremos saber lo que era y al final levantó una ceja, haciendo pose. Sí, sin duda alguna estaba arrebatador. Severus no podría resistirse a él.
……………………………………………….
Draco bajó silbando hasta la sala de material oscuro, técnicamente inexistente, con una sonrisa en los labios. En realidad él no debería estar ahí y si le pillara su padre le castigaría de forma horrible, pero su padre no estaba. Antes de abrir, pensó un momento en cómo se divertiría más y ensanchando su sonrisa, apagó la luz del interior. (No pregunteis cómo. Una brisa acondicionada-apaga-velas) Y como pensó que tal vez Potter estaría dentro, acechando tras la puerta, la abrió de golpe con un hechizo, sin notar que estaba cerrada por fuera. Ya dentro sonrió y cerró la puerta de nuevo, tras de sí, con otro hechizo. Empezó a silbar.
Sin hacer ningún ruido, buscó a Potter en la oscuridad. Se sentía como un cazador acechando a su presa, como un gato buscando al ratón…un tigre ágil y esbelto, que sorteaba todos los obstáculos pues se se sabía de memoria la localización de los bultos de esa habitación. Todos y cada uno de ellos…
De repente se chocó contra una mesa y se le cortó la respiración. Pero aún así se las ingenió para no chillar y así no delatar su posición.
- pensó -
Y esta vez fue con más cuidado.
Harry estaba agarrado a la túnica de Severus y le seguía cada vez que se movía. Antes de que Malfoy (uno de los dos) entrara silbando, habían decidido (lo habia pensado Snape) poner trampas y obstáculos fuera de su lugar para que tropezara con ellos y a la vez poder esconderse, en la oscuridad. Y como no sabían de qué Malfoy se trataba, no habían abierto la boca, pues, aunque si se tratara de Draco, al que Severus simplemente habría apaleado, si era Lucius el que en estos momentos acechaba…cualquier pista que le dierna sobre su posición sería su perdición. Además, sus respectivas varitas las tenían los Malfoy.
Harry tropezó y cayó al suelo haciendo un ruido sordo. Snape, enfadado, tiró de él y se escondieron detrás de algo.
Inmediatamente, Draco fue en pos del ruido. Pero no encontró nada. Tampoco sabía si Potter estaba escondido o moviéndose en círculos, así que decidió estarse quieto y escuchar.
Nada.
Snape y Harry al oír que Malfoy se estaba quieto, habían hecho lo mismo. Así, las tres personas de la habitación estaban en un silencio sepulcral.
Pero la inteligencia Malfoy dio a Draco una idea. Se agachó de busca de algo que le sirviese, lo cogió y lo tiró lejos (era un jarrón chino). Y escuchó.
Al oír el golpe, Severus y Harry se movieron.
Draco oyó ruido a su izquierda y lo siguió. Él no lo sabía pero casi estaba rozando a Harry cuando él y Snape se escondieron en un armario abierto, justo antes de que Draco pasara de largo.
Y cuando el rubio empezó a estar furioso y alzó la varita para encender la luz…la puerta se abrió.
¡YUHUUUUUUUUUUUUUUUU¡SEVERUSSSSSSSSSSS!
Y Severus, Harry y Draco se quedaron paralizados ante esta nueva interrupción. Estaban aterrorizados y no era para menos. En una milésima de segundo, ellos vieron, al contrario que Lucius, que estaba a contraluz, el atuendo de…del ser rubio que estaba ahora en la puerta.
¿Dónde estás, Severus? Vamos, vamos, muéstrate…me he arreglado para la ocasión…mmmmmm….
Lucius, al no recibir respuesta, fue a encender la luz con su varita (pensando que Severus la habia apagado) pero lo pensó mejor. Es decir, su sádica y pervertida mente, al igual que la de su hijo, lo pensó mejor. Cerró la puerta con magia a sus espaldas y sonrió a la oscuridad.
Bien, bien¿quieres jugar al escondite? Pues…juguemos…- dijo sensualmente. Y todos se encogieron al oír su lengua relamerse los labios. - ¡Que voy!
Lucius se introdujo en la oscuridad.
¡AY! – y se dio con la misma mesa con la que se había dado Draco.
Mientras tanto, Severus luchaba por huir de la espantosa voz de Lucius, porque ya sabía que no pensaba hacerle nada bueno..y menos con esa ropa. Potter estaba enganchado a él como una lapa y también huía, pero de los dos Malfoy, a cual peor.
Por su parte, Draco estaba escondido. Se había helado al ver y oír a su padre, pues sabía el castigo que le esperaba si le encontraba ahí. Además, Severus estaba allí también, y Potter, lo que complicaba las cosas. No solo se había colado en el almacén sino que había ido a jugar con Potter allí, y además había interrumpido los…juegos sexuales de su padre….y eso, por encima de todo, era lo que más le aterrorizaba.
Un grito de Lucius hizo que Draco se escondiera rápidamente en otro sitio. Ahora le tocaba a él dar vueltas.
¿Severuuuus¿Dónde estáaaaas?
Silencio total.
Harry y Snape se apretujaron más contra el armario. Por nada del mundo iban a salir de ahí. Y menos cuando oyeron los pasos de Lucius hacia ellos.
El rubio pasó de largo.
Harry descubrió mientras, por el tacto, que de las paredes colgaban lianas….un momento, eso no eran lianas….
¡Látigos! – susurró Harry sin poder contenerse.
A Snape le dieron ganas de soltarle un sopapo. En vez de eso se limitó a estrangularge silenciosamente.
¿Snape? – dijo Lucius que creía haber oído algo. El rubio sonrió por lo bajo y agitó algo que tenía en la mano, contra el suelo. El sonido de un chasquido rompió el silencio y todos en la habitación se encogieron de miedo. (Excepto Lucius, claro)
Eso sí que es un látigo, Potter – susurró Snape a Harry cuando dejó de estrangularlo.
Draco decidió que lo mejor era alcanzar la puerta de una vez y en ese momento pensó que podía hacerlo sin que su padre se diera cuenta.
Con sigilo, salió de su escondite y…
¡Auch! – se dio con la misma puñetera mesa.
Al oírle, Lucius, raudo y veloz, fue a su encuentro como una exhalación.
¡Te tengo¡Petrificus totallus! – gritó Lucius triunfante.
Entonces Draco si que estaba aterrorizado, al contrario que Harry y Snape, quiees empezaban a encontrar la actuación divertida.
Lucius encontró, palpando, un cuerpo inmóvil, y lo abrazó. Draco abrió mucho los ojos, pero nada más.
Oh…. Severus…¡qué poco has durado!...pero mejor así…- Lucius colgó el látigo del cuello de Draco y cogiendo ambos extremos se acercó a la cara del atemorizado muchacho.
Harry y Snape pudieron oír el inconfundible sonido de un beso dado con pasión. La repulsión les invadió.
Potter…ahora que están ocupados, es el momento de escapar…- susurró Snape.
¿Vamos a dejar así a Draco? – se sorprendió Harry.
No seas tan Gryffindor. ¿Te gustaría estar en su lugar?
Harry lo pensó.
Vale, vamos.
Con mucho cuidado los dos se deslizaron palpando la pared. Snape intentaba hacer oídos sordos a todo lo que Lucius decía a Draco pensando que era él. Por fin llegaron a la puerta… que por supuesto, estaba cerrada.
¿Y ahora? – dijo Harry
Snape contuvo el impulso de pegar a la puerta con todas sus fuerzas y entonces encontró la respuesta. (Con la simple ecuación: pegarpegar a Lucius)
Tenemos que deshacernos de Lucius.
Harry levantó la ceja.
¿Cómo?
Somos dos contra 1 y él no sabe que estamos aquí. No puede ser tan difícil.
Harry pensó que era cierto.
Snape se agachó y palpando encontró un objeto pesado en el suelo.
Esto servirá…-murmuró.
Así que, otra vez, con mucho sigilo, se deslizaron hacia el lugar del que provenía la voz de Lucius.
Oh, mi Severus…¡qué piel más joven¿qué te echas¿alguna crema milagrosa? Mmmmm….¿y ese pelo¿gomina? Jajajajjajajajja….en el fondo eres tan presumido como Draco…- en ese momento algo chocó contra algo y se oyó una especie de "Auch" - ¿Qué ha sido eso? – dijo Lucius.
Por supuesto, Harry se había dado con la estúpida mesa y Snape se contenía para no golpearle él mismo con el objeto pesado que tenía en las manos.
Lucius cogió su varita y la levantó, separándose de Draco…
Severus levantó el objeto pesado justo encima de la cabeza de Lucius….
Y la puerta se abrió.
Las luces se encendieron.
Narcisa Malfoy se había extrañado de no encontrar a su marido ni a su hijo por casa, así que había bajado abajo, al único lugar que quedaba.
La escena que presenció era digna de un show.
Alrededor de una mesa (gastada en un mismo punto) estaban: Potter (¿qué hacía en su casa?) que se frotaba la tripa con dolor mientras que con la otra mano agarraba la túnica de Snape, quien sostenía una estatua muy fea de Abraxas Malfoy por encima de la cabeza de su esposo Lucius, que estaba vestido como una especie de Drag con tanga, látigo y corsé rosa, sujetando la varita con una mano y con la otra apoyada sobre el pecho desnudo de Draco, que estaba inmovilizado con cara de terror absoluto, marcas de mordeduras y medio desnudo.
Narcisa apagó la luz y salió de allí decidiendo darse a la bebida.
