Capítulo 2 – Clocktown

Salió y se vio en la plaza principal de un pintoresco pueblo. La plaza, con un gran reloj al medio (del cual salió Frodo) estaba en pleno mediodía. La gente iba y venía con bolsas y víveres. Eran de una época un poco más avanzada que la de Frodo. Caminó entre la masa de gente. Mujeres, niños, adultos, ancianos, todos iban y venían en un frenético andar. Entre la multitud, había un gran número de elfos y enanos, así como humanos. Algunas caras le parecían conocidas. La ciudad estaba en una época de carnaval. Estaban instaladas muchas tiendas con productos novedosos y ofertas inigualables. En las paredes de las casas colgaban letreros, confeti y tiras de papel de varios colores. Se adentró más entre las tiendas, de repente, un orco surgió de la multitud y caminó en medio de ellos como una persona común y corriente.

Frodo se alteró y sacó su espada. Sin dudar le asestó un golpe. El orco lo esquivó por poco.

- ¡Ten más cuidado niño! – fue lo único que le dijo, siguiendo su camino.

El resto de la gente pasaba en la cale sin prestar atención al orco. Frodo estaba nervioso y confundido.

¡Donde rayos estoy?

Miraba a su alrededor y vio más orcos; en las tiendas, en la plaza y en la acera. Corrió a buscar refugio en un callejón cercano. El pasadizo, estaba entre dos casas de dos pisos. Había un pordiosero al final.

- Una limosna por caridad, una limosna por caridad – decía continuamente, sin prestar atención a Frodo.

Frodo conocía esa voz, se acercó despacio y reconoció a Gandalf inmediatamente. Se sentía muy aliviado.

- ¿Gandalf, eres tú? – Vaciló - ¡Me alegra tanto verte! – lo abrazó

El viejo lo tiró lejos, con una expresión de repugnancia.

- ¿Quién es Gandalf? – Lo miró con rabia – aquí en el pueblo no hay ningún Gandalf. No sé si eres de afuera, pero aquí en Cloktown (1) no hay nadie que se llame Gandalf. Ahora vete si no quieres que te eche a palos.

Frodo retrocedió desconcertado. No podía creerlo ¿Qué hacía Gandalf vestido de pordiosero en un lugar tan raro¿Qué era Clocktown? Decidió caminar para pensar los hechos recientes. Se internó en la feria, donde los mercaderes gritaban con toda su fuerza las ofertas de sus productos. Prestó atención, por curiosidad en uno:

- ¡Vengan¡Pasen por aquí¡No encontraran nada parecido¡Esta es la mejor tienda de todas!

Frodo se acercó. El vendedor seguía vociferando.

- Tenemos algo para todos ¡Vengan, vengan!

No encontraba la tienda, pero escuchaba al vendedor.

-Por aquí, pasen por favor ¡Durante el carnaval, hay que disfrutar!

No pudo creer quien era el vendedor. La barba larga, los ojos negros y una mirada diabólica lo llevaron a la conclusión de que se encontraba frente al mismísimo Saruman. Estaba aterrado, se mareaba y el cuerpo no le respondía. No podía ver y sin quererlo, se desmayó.


Despertó en una tienda. Estaba en una cama, con un paño tibio en la frente. Había un anciano con capa blanca preparando un brebaje. Se dio vuelta y reconoció a Saruman. Sintió que la fiebre le volvía.

- Menudo susto que me diste, pequeño hobbit – le tendió otro paño mojado – te desmayaste al frente de mi tienda.

Frodo no quiso aceptar el paño, pero frente a la mirada de extrema ternura de Saruman, terminó aceptándolo.

- Yo no, no – Tartamudeó.

-No me pareces conocido – la mirada de Saruman era muy cariñosa- ¿Cómo te llamas?

- Frodo, Frodo Bolsón – tartamudeó.

- ¡Que bien Frodo! – Vaciló - ¿no estarás perdido, o sí? Los hobbits no vienen muy a menudo a pueblo Reloj, menos durante el carnaval de la luna. Ahora que recuerdo…no he visto hobbits durante dos años. El último hobbit que vi se llamaba Sam. No fue un encuentro agradable, pero así es la vida – reposó - Adoro a los hobbits, así que te daré un regalo.

El viejo buscó en un baúl de viejos pergaminos. Encontró una vieja caja de madera. La desempolvó y saco un anticuado papel. Se lo entregó a Frodo.

- Toma, te servirá – Frodo lo examinó – es un mapa de la tierra de Termina. Se que estás perdido. Se te ve en los ojos.

- Creo que no soy de este mundo – murmuró Frodo.

- ¿Qué dijiste? No te estaba escuchando – preguntó el mago.

- No, nada.

- Muy bien, muy bien – se detuvo para pensar un poco – si quieres te presto dinero para que te quedes una noche en la posada del pueblo.

- Le estaría muy agradecido

Saruman le entregó una piedra de forma hexagonal, algo alargada.

- Si no sabes el nombre de nuestra moneda no importa. Son rupias. La posada queda en el sector este.

- Muchas gracias, señor Saruman.

- Mi nombre no es Saruman, pequeño. Me llamo Grandalf – dijo el mago.

- Que curioso. Yo tuve un amigo con un nombre parecido.

- Menuda coincidencia. Fue un agrado conocerte, Frodo. Nos veremos mañana en la mañana. Ven a buscarme para que charlemos un rato.

Frodo se dio media vuelta y se despidió mientras caminaba. Salió de la feria y echó un vistazo al cielo. Eran casi las siete de la tarde y la luna empezaba a asomarse, era más grande que en la tierra media.

En la parte este de pueblo reloj se ubicaban la tiendas de entretenimiento, el bar y las oficinas del alcalde. Había un par de elfos practicando malabares. Un niño jugaba en las calles con una pelota pequeña y un soldado cuidaba la salida hacia las afueras del pueblo.

Buscó en los letreros de las casas hasta que vio un pequeño letrero con forma de caldero que decía: Stock Pot Inn (2). El edificio de la posada era bien modesto. A simple vista parecía tener 4 habitaciones. Entró al local y se encontró en una recepción modestamente amueblada. La recepcionista estaba sentada detrás de un mostrador. Frodo se acercó.

- Bienvenido a la Stock Pot Inn– la joven se levantó - Mi nombre es Anju ¿en que le puedo servir?

- Disculpe, quisiera pedir una habitación por esta noche – Frodo trató de sonar lo más casual posible.

- Lo siento, pero me temo que estamos sin piezas disponibles. Durante el carnaval, nuestra posada está llena ¿Tiene usted una reservación?

- No creo

- De todas formas, déme su nombre para que yo le guarde una pieza en caso de que alguien se retire.

-Me llamo Frodo Bolsón.

Anju sacó de un cajón un libro con las reservaciones y lo puso encima del mesón. Empezó a hojear las páginas hasta el día actual.

- Señor Frodo, usted sí tiene reservación. Lo tengo aquí anotado. Pidió la habitación Royal para un arribo esta noche.

Frodo se sorprendió ¿Como y por qué tenía una reservación?

- Aquí tiene su llave – Anju le entregó unas llaves doradas, unidas a un pequeño pedazo de madera que decía: Stock Pot Inn habitación Royal – que disfrute de su estadía en Colcktown.

- Muchas gracias – Frodo no sabía que decir, estaba muy confundido por los acontecimientos del día.

- Se me olvidaba – la recepcionista le entregó un papel – hoy es noche de descuento en el bar de leche. Los clientes de nuestra posada tienen un trago gratis de regalo.

- Gracias de nuevo.

Frodo salió del local y se dirigió al bar. Estaba justo en frente de la posada. Era una casa de un solo piso con un gran cartel con forma de vaca que decía: Milk Bar (3) – Abierto solo para socios. Frodo tocó la puerta. Una rendija de ésta se abrió, asomándose un empleado.

- Solo socios –dijo la persona.

- Vengo de la posada – dijo Frodo.

- En ese caso – el sirviente abrió la puerta – bienvenido.


Pra este fic, me basé en el juego de N64 Majora's Mask. Las ubicaciones están en inglés porque si las pusiera en castellano, perderían el sentido original.

Ahora las aclaraciones:

1: Clocktown significa Pueblo Reloj. En el juego original, en el centro del pueblo se ubica un gran reloj que le da el nombre al lugar.

2: Stock Pot Inn es muy difícil de traducir. "Stock" tiene varios significados, entre ellos, productos (existencia de) y ganado. "Pot" significa olla e "Inn" es posada. Como ven, es muy difícil quedarse con "La posada de la olla de ganado o productos" .

3: Milk Bar. De las localidades del juego, esta es una de mis favoritas, por lo que quise mantener el nombre original y no llamarlo "Bar de leche".