Hola hermosuras!

¿Qué les puedo decir? Sé que la gran mayoría de segundas partes son un asco, pero waaa no pude resistirme, tal vez está no sea tan buena como chosen one, pero hay algo bueno en todo esto, no es una segunda parte, es el universo alterno de chosen one que es un universo alterno de la historia verdadera, Fairy Tail de Hiro Mashima. Esta historia no tiene nada que ver con Chosen One, solo el universo, así que esto es como empezar de cero. ¿Listos?

Dirán esa WJ es una sin vergüenza, ni siquiera ha acabado sus fics y deja abandonados otros y hace otra historia, ahí está pintada la niña..Pero bueno espero que todo sea de su agrado.

Bueno ya me callo, pero realmente espero que les guste mucho. Tendrá pocos capítulos, tal vez menos de siete, pero ya veremos cómo se desarrollara la historia.


¡Juviaaaaaa! -El grito salió como un desgarro de lo más profundo de su garganta mientras veía como ella sonreía con un deje de amargura combinada con felicidad, dándose por vencida y dejándose llevar lento por la inevitable invitación que la muerte le ofrecía.

Está bien, gracias por intentarlo. –Y esas palabras llegaron directamente al corazón del humano de ojos grises para destrozarle las últimas esperanzas de rescatarla, de ayudarla y llevarla a casa.

¡Diablos, no te atrevas a despedirte! No me hagas esto. –Gray maldijo fuertemente golpeando el piso, tratando que el sabor a tierra y sangre que permanecía en su boca desapareciera para obtener un sabor de victoria que era prácticamente imposible de obtener.

Aquella chica de cabellos azules claramente quería ocultar su dolor y no hacer más difícil la situación para él, porque ya estaba lo bastante asustada como para contagiarlo con sus inseguridades y temores. Con la satisfacción de ser él lo último que sus ojos verían mordió su labio inferior obligándose a ser fuerte y apretó sus manos para formar puños provocando que sus uñas dolorosamente se enterraran en sus palmas. El peli negro arrastrándose por el piso intentó llegar a ella, pero sus fuerzas eran nulas, todo estaba prácticamente perdido.

Perdóname. –Susurró la muchacha al mismo tiempo que su corazón dejaba de latir en un doloroso y muy lento movimiento. Sus manos se dirigieron prontamente a su pecho para poder soportar como uno de los principales órganos de su cuerpo se detenía en un repentino lamento que amenazaba en segundos con acabar con su vida.

Yo soy el que debe decir lo siento. Tú no, ¡Maldita sea! –Y con una socarrona risa aquel peli negro de ojos rojos miró con despreció a Gray, la situación era como la miel más dulce y pegajosa, le fascinaba deleitarse con el dolor que emitían ambos, amaba el sabor a lágrimas y lo que más le encantaba era usar sus poderes para disfrutar del espectáculo impresionante y efímero de la muerte.

Despídete de ella –Y aprovechando sus habilidades de inmaterialidad aquel dios caído dejó que el suelo de cristal se comiera sus piernas, en un brusco movimiento tomó a su víctima del tobillo salvajemente y la peli azul al sentir aquella mano fría sobre su piel supo entonces que no había nada que la salvará, aterrorizada dejó que un grito se escapara de su boca y sin más, juntos desaparecieron de la vista del peli negro.

Gray cerró sus ojos intentando asimilar la realidad, ella se había ido para siempre.

Tres años antes, planeta tierra.

Su humor estaba más brutal e insoportable de lo normal, había discutido con si mismo durante toda la noche ya que su compañero de habitación no estaba interesado en refutar sus diversos y discrepantes puntos de vista acerca de la vida que les había tocado vivir, de lo irritable y totalmente injusto que era ser uno de los elegidos, pero sobre todo acerca de sus planes de huir de esa prisión y poder ser libres de una vez por todas.

Para Natsu, el peli rosa que por casualidad habían asignado en su misma habitación y que con el tiempo se había convertido en su mejor amigo, confidente y casi hermano eran estúpidas las ideas de Gray. Sobre todo las que podían llegar a ser muy turbias y tenebrosas, como matar a los seres que los iban a someter. Eso sí era extremadamente chocante para el Dragneel que simplemente creía que el oji gris tenía serios problemas mentales, pero sobre todo vengativos. Sin embargo había una razón de su comportamiento seco, resentido y agrio. Gray odiaba ser un chosen one.

Los chosen one eran héroes, hombres escogidos para mantener el equilibrio entre dos mundos o tal vez de todo el universo. Cuando seres de otros planetas miles de años más desarrollados a los terrícolas llegaron dispuestos a exterminar a millones de humanos para cumplir sus deseos, los gobernantes de los principales países no tuvieron problemas en usar sus mejores dotes negociadores y salvar la autonomía y esencia de los humanos a cambio de un grupo de muchachos vírgenes que serian entregados cada año a las kaminekos. Sí, eran hembras las que habían tomado y reclamado como suyo el planeta tierra con su inteligencia, audacia y sus armas desintegradoras de partículas que en segundos reducían a un pequeño montón de carne a cualquiera que se interpusiera en su camino.

Y ahí existía la diferencia de pensamiento entre los dos amigos, lo que para Natsu era llevar honor a su familia aunque jamás los volviera a ver, para Gray, el peli negro de cuerpo totalmente tonificado, marcado y con un rostro envidiable era una humillación.

Gray Fullbuster era hijo de leñadores, su madre siempre había servido a su padre y las creencias con las que se formó eran totalmente opuestas a las que a la fuerza en la institución donde los tenían recluidos les habían inculcado. Gray era un hombre fuerte, con sus propios ideales, pensamientos claros y jamás se dejaba comer cuento de nadie.

No era machista, pero creía que los hombres habían evolucionado para ser ellos quien poseyeran el control, era muy razonable para él que al ser más fuertes que las mujeres podían protegerlas y ser ellos quien tuvieran la autonomía y poder tomar las decisiones. Sin embargo, eso no importaba en lo absoluto cuando tenían que aprender cocina, tejidos y sobre todo las demás tareas del hogar. El peli negro estaba en desacuerdo con las prácticas, las metodologías como él mismo decía eran un dolor en el trasero.

Castigo tras castigo, Gray estaba acostumbrado a todo tipo de penalidades, pero él prefería eso a ser uno más del montón, a ser un chosen one que formaban como si fuera un pedazo de arcilla para crear una vasija estándar, él estaba completamente solo en su revolución y estaba dispuesto a hacer todo lo que estaba en sus manos para oponerse hasta el final.

Y sabía que no iba a darse por vencido jamás, no iba a ser utilizado como un juguete sexual, ni mucho menos denigrado a hacer tareas que no merecía, porque claramente él solo era mercancía en el momento que lo alejaron de sus padres y tuvo tan mala suerte de ser uno de los elegidos.

Miró su reloj como por milésima vez intentando por todos los medios existentes de retrasarlo con algún tipo de poder psíquico, sus ojos concentrados en aquel aparato intentaban con fuerza que no fueran las ocho de la mañana o al menos poder cambiar el día en el que se encontraban, nunca imaginó que el veinticuatro de diciembre llegará tan rápido.

Sin ánimos dejó caer su brazo por el borde de la cama y exasperado vio el techo.

— Es el ultimo día que la veré si el plan no funciona. –Y aquella imagen mental de esa mujer lo motivó a levantarse de la cama, vio la hora nuevamente para confirmar cuánto tiempo tenía, siete de la mañana repitió en su mente y tomó una camiseta entre sus cajones perfectamente organizados.

Le echó un ojo a su compañero de habitación para verificar que siguiera durmiendo, a veces Natsu podía llegar a ser tan desesperante para él porque siempre era la voz de la razón. Giró suavemente la perilla intentando hacer el mínimo ruido posible, sin embargo, el peli rosa tenía un gran oído, semejante a la de los dragones de las kaminekos que los conquistaron.

— ¿A dónde vas? –Una maldición se pasó por la mente del Fullbuster, los ojos verdes perezosos de su amigo se posaron en su cuerpo y el joven estiró su labio dándose por vencido.

— Si ya sabes a dónde voy para que preguntas. –Natsu negó en desacuerdo para luego sentarse en la cama. — Sabes que está mal, Gray. –El Fullbuster puso sus ojos en blanco y se cruzó de brazos para demostrarle que ya era inmune ante sus aburridos y muy razonables sermones.

— ¿Sabes lo que está verdaderamente mal? El matriarcado al que vamos a ser sometidos y que todos los idiotas que están en este castillo no hagan nada por cambiar su destino. –Natsu resopló, no estaba seguro de cuantas veces habían tenido esa conversación, pero ya habían sido más de mil veces.

— Gray, ¿Cuantos años hemos estado aquí? No soy muy inteligente pero hasta yo entiendo que debemos obedecer. Las diosas nos encontraron, Gray. Comprende que poseemos el otro lado del hilo que nos une a una kamineko. Deberías estar agradecido de que nos hubieran hecho fácil el proceso de encontrar nuestra pareja. –Gray bufó ante las palabras de su amigo, para cerrar la puerta tras de sí y empezar a expresar sus puntos de vista.

— ¿Tú crees en esos cuentos de hadas? ¡No seas tonto! Nos han engañado durante diez años para que no vayamos en contra del sistema. ¿Nos han hecho fácil el proceso de encontrar a nuestra pareja? Yo ya encontré mi pareja y me van a separar de ella.

— Solo crees que la amas, Gray. Erza es una chica linda, eso es todo.

— Erza es todo para mí y no voy a permitir que me alejen de ella.

— Haz lo que se te dé la gana, pero luego no me digas que no te lo advertí. Solo puedo pensar en una cosa, pobre de la kamineko que te escoja.

— Nadie me va a escoger porque no dejaré que me lleven.–Y con su ceño fruncido tiró la puerta tras de sí al salir de la habitación, era tan terco que hasta exasperaba a Natsu que intentaba ser lo más comprensivo posible.

— ¡Entiende que ella no te ama! –E ignorando las palabras de Natsu se alejó de la habitación, respiró y miró en ambas direcciones para identificar que el pasillo estuviera despejado. Básicamente todos los directivos y altos cargos de la institución estaban tan ocupados con los preparativos que no notarían que él había salido de su habitación en busca de la enfermera del lugar.

El castillo en el que los chosen one vivían era de la época medieval, largos pasillos algo añejados y un poco agrietados por el paso de los años, pero todo estaba impecable, los habían instruido para ser muy limpios y tener ordenado el lugar donde habitaban era esencial. Diez años en ese castillo habían sido suficiente para Gray, el joven había explorado y realizado un plano gigante de aquel lugar, el peli negro sabía que iba a ser un gran día porque estaba seguro que iba a escapar.

Sigiloso y silencioso tomó la ruta más eficaz para llegar a ella, solo era caminar por el largo corredor, voltear a la izquierda y bajar las enormes y largas escaleras para voltear a la derecha, cruzar la cocina y dar veinte pasos hasta la puerta de la enfermería.

Y no dudó en golpear fuertemente cuando llegó a la puerta de madera con leones que destacaban desde la parte superior de la lamina. Volvió a golpear y segundos después la puerta se abrió violentamente para sentir como lo halaban y lo metían en la enfermería.

— ¿Qué haces acá? –Una hermosa mujer de lacios y rojos cabellos lo miraba con desaprobación, cruzó sus brazos para mostrar su enojo y el peli negro sonrió ante tal reacción.

— Te vengo a ver a ti, ¿No es obvio? –Erza Scarlet, la mujer que hacía parte del grupo de reducidas humanas que trabaja en el castillo era la más joven y por tanto la que enamoraba a más de uno de los jóvenes que vivían en el castillo, era totalmente comprensible ya que los muchachos habían sido apartados de la realidad y por tanto no tenían contacto con chicas, era más bien parte de su naturaleza.

— Te dije muy claro anoche que debes dejar de perseguirme, hoy te van a enviar a Nekov y comenzaras una nueva vida allá. –Atrevidamente el oji gris se lanzó sobre ella para apoderarse de los labios de la hermosa señorita, ella respiró hondamente y levemente correspondió a su beso para luego golpearle la mejilla.

— No puedo permitir esto, Gray. ¿Qué no entiendes? Tengo una vida fuera de este castillo y tú no eres alguien con el que pueda entablar una relación.

— Antes de que Makarov me capturara y me reclutaran aquí yo también tenía una vida afuera y voy a recuperar mi vida, hoy será el día.

— Deja las tonterías, vete a tu habitación que sabes lo que puede suceder si te hallan acá.

— ¿Qué me harían? ¿Matarme? Sería una buena opción, no quiero vivir en un mundo sin ti y tú no quieres escucharme. –Erza era una mujer inteligente, era demasiado bonita y ya había sido clara muchas veces cuando le decía a Gray que ella no correspondía a sus sentimientos, sin embargo el Fullbuster era extremadamente testarudo.

— Entonces di rápido lo que tienes que decir, Laxus y Makarov comenzarán a hacer el enlistamiento y si no te encuentran allí, en serio te meterás en muchos problemas. –Gray puso sus ojos en blanco para luego tomar a Erza de los brazos y obligarla a mirarlo directamente.

— Encontré una salida al exterior por medio de los cloacas del castillo. Son bastantes pasillos que los reyes usaban para escapar si un ejército enemigo los acorralaba. He estudiado durante años las rutas y por fin he encontrado una salida. –La joven dirigió su mirada tristemente al suelo para enseguida negar con la cabeza.

— Solo tienes que irte conmigo.

— No me iré contigo, Gray. Entiende que en Nekov hay una kamineko para ti. –Gray sonrió tratando de entender porque Erza no seguía su plan.

— Solo seré objeto sexual de una kamineko y estaré para servirle, ¿Crees que eso es vida?

— Algún día lo entenderás, sé que lo harás. –Suavemente la muchacha acarició la mejilla de Gray para en un movimiento lento conducirlo a la puerta.

— Ya tengo mi distracción, a las nueve de la mañana te espero en la fuente y juntos nos iremos. –Erza calló y abrió la puerta para que Gray se marchará, el joven muy enojado golpeó la pared, de una cosa estaba completamente seguro, se iría con o sin ella de ese castillo.

Ágilmente volvió a su habitación sin ser descubierto y al entrar vio a su compañero con una gran sonrisa pintada en sus labios, se había alistado rápidamente, lo que le extrañaba de sobremanera a Gray ya que a su amigo le gustaba dormir y tenía el común don de llegar tarde a todas partes.

— ¿En serio estás tan emocionado porque una gata te diga que hacer? –Natsu vio el reflejo de su amigo en el espejo con la intención de encontrar sus ojos grises, alzó sus hombros para enseguida asentir con su cabeza. — Solo sé que después de hoy ya no seré virgen. –Gray hizo una expresión de repulsión.

— No tienes ni la menor idea de lo que esa gata que te escoja te hará, tú solo pensando en sexo y ella puede hasta encerrarte en un sótano, solo porque debemos obedecerlas.

— Ellas no son unas psicópatas, Gray. He leído que las kamineko son una delicia en la cama, pierden los estribos y sacan su lado salvaje cuando están excitadas, además los humanos no pueden ni resistir dos de sus asaltos, vamos Gray, cuando ella te vuelva loco con su sensualidad estoy más que seguro que dejaras tus ideas revolucionarias a un lado, ahora báñate, el desayuno lo sirven a las ocho en punto.

— El sexo no me va a convencer, he vivido dieciocho años sin eso, sé que será una noche horrible porque me obligarán a hacerlo. –Y con una patada Gray llegó al baño.

— ¿Podrías tener la boca cerrada por lo menos dos segundos? ¡Ahora mueve tu trasero, no quiero que me regañen por tu culpa!

Gray lentamente se desvistió sin ánimos de alistarse, vio su reflejo en el espejo, ¿Por qué debía ser él un chosen one? ¿Por qué no podía ser otro que si tuviera deseos de irse a un mundo diferente?

— Odio ser un chosen one –Gruñó ante el reflejo en el espejo y deslizando la puerta de cristal se metió a la ducha. Encendió el artefacto dándole como comando cinco minutos y la opción de ducha completa.

En seguida las gotas de agua caían por su cuerpo casi como una dulce danza, burlándose de su destino impuesto para finalmente caer por el ducto que haría su respectiva purificación para volver a repetir el ciclo. Su cabello se empapó de inmediato y sus ojos vieron por medio de la ventanilla mientras aquella máquina lo aseaba.

— Desearía poder alcanzarte. –En la mayoría del tiempo Gray se preguntaba qué hubiera podido ser de su vida si siguiera con sus padres, si no hubiera sido escogido y llevado a la fuerza al castillo. Sí, el peli negro que acababa de cumplir dieciocho años anhelaba poder llegar a ese lado del cielo, donde todo parecía más claro y despejado.

El suelo de repente empezó a vibrar ligeramente mientras los productos que estaban en las estanterías dentro de la ducha se movían, no había duda alguna, los kaminekos habían llegado por ellos. Pesadamente cerró los ojos intentando pensar en cosas positivas y suprimir ese dolor en su pecho que sentía al saber que era un canario enjaulado y sin posibilidad de libertad si su plan fallaba.

El mecanismo se detuvo cuando los cinco minutos pasaron, el joven exhaló pesadamente para secarse su cuerpo y salió del baño no sin antes asegurarse de que tenía puesta su ropa interior.

— Revisa que tengas todas tus cosas listas. Ya casi servirán el desayuno. –Gray sonrió irónicamente, no iba a necesitar cosas que le fueran estorbo al correr por las cloacas, definitivamente le importaba muy poco hacer su maleta, iba a dejar todo para comenzar una vida nueva.

— Tú asegúrate de no olvidar nada, porque cuando estés en Nekov no te enviaré nada desde acá. –Natsu levantó su ceja rosa para enseguida poner sus manos en su cabeza y hacer una lista de chequeo mental. Si no se equivocaba todo estaba listo, por fin iba a poder salir de ese castillo. Las palabras de Gray no eran más que unas líneas repetitivas, Natsu ya no podía contar con los dedos de la mano cuantas veces Gray había intentado escaparse y los castigos que le daban eran bastante crueles, sin embargo él no parecía entender de ninguna forma.

Vio el reloj en su habitación y tendió su cama, los chosen one eran tan ordenados que hacían ese tipo de tareas inconscientemente, sonrió malvadamente al recordar su plan que no tenía fallas, se vistió con ropa cómoda y en sus manos tomó el control que era la parte más importante del procedimiento de escape.

— Gray, por favor no intentes nada malo, no quiero que te hagan daño de nuevo. –El joven resopló para negar con la cabeza, caminó a la puerta de salida y con un gesto de su cabeza le indicó a Natsu que salieran para ir por el desayuno, Natsu asintió y caminó con el por los pasillos del castillo con una hermosa sonrisa en el rostro.

— Hola idiotas -Un hombre de larga cabellera se les unió al verlos y juntos caminaron al gran comedor donde habían hombres humanos de edades que oscilaban entre siete y dieciocho años. No habían chosen one mayores a dieciocho ya que eran llevados a que los escogieran a esa edad, mientras que las hembras kamineko que iban a encontrar estaban entre los veinticinco a dieciocho años. Para ellos tener relaciones antes de cumplir la mayoría de edad era catalogado como un pecado y castigado de maneras crueles que podían terminar en la muerte.

— Hola Gajeel -Gray vio el control remoto que tenía en sus manos, el peli negro era muy inteligente y un inventor por excelencia, esa era la distracción y solo debía esperar que el reloj marcara la hora adecuada para empezar con su huida.

— Te llego la hora, Gray. Gehee. Y allá tu palabra no valdrá nada- El Fullbuster puso sus ojos en blanco para luego hacerle una seña a Gajeel que mostraba su desacuerdo, Gray no le había comentado a nadie del plan a excepción de Erza ya que no quería que está vez como en muchas ocasiones anteriores se arruinara, así que no diría nada para no delatarse y por eso dejaría que Gajeel lo molestará un poco.

— Nunca me daré por vencido, lucharé con todas mis fuerzas por liberarme de esta prisión.

— Cuando esa kamineko se desnude para hacerte un verdadero hombre tus ideas revolucionarias morirán en ese momento. -Una mirada acusatoria llegó sin problemas a los ojos rojos de Gajeel, — ¿Tu también con esas pendejadas? -A Gray el sexo no le llamaba la atención, pero era porque jamás lo había experimentado, su único objetivo era huir y se había concentrado tanto en eso que nunca se dedicó a pensar que era lo mejor para su vida. Se sentó en su silla de siempre del comedor y esperó que los ayudantes de cocina pusieran los platos sobre su mesa.

— ¡Hola bitches! -Loke, un muchacho peli castaño que hacía parte de las personas más cercanas a Gray se sentó al lado de Gajeel en la mesa larga del comedor para esperar el desayuno. — ¿Preparados para conocer a sus sensuales parejas? -Gray miró hacia otro lado, estaba comenzando a pensar que él era el único que no estaba emocionado por ese día.

— Estoy ansioso por conocerla -Contestó con sinceridad Natsu para luego ver a Loke.

— ¿Y cómo quieren que sea ella? Mi kamineko perfecta debería tener curvas donde corresponde y claramente un lugar donde agarrar. -Y Gray hizo una expresión imitando a una persona vomitando para luego tomar el tenedor y empezar a comer ya que habían sido al primero en servirle.

— Eres detestable -Apuntó a decir para luego darle un sorbo a su bebida.

— ¿Qué? Eso es lo que deseo, ojala tenga el cabello rubio y buenas -Y poniendo sus brazos frente a sus pechos les hizo entender que era lo que quería decir. — ¿Cómo es tu mujer perfecta Gajeel? -El de ojos rojos puso su mano en su mentón algo pensativo.

— Desearía que fuera más alta que yo, que fuera ruda y que tome en cuenta mi opinión. -Natsu sonrió para luego imaginar a su chica perfecta. Llegó a la conclusión que cualquiera sería buena para él con tal de que le asignen una pareja que lo quiera y lo respete.

— ¿Y tú Gray? ¿Cómo sería tu kamineko perfecta?

— No quiero ninguna kamineko, yo solo quiero a Erza. -Y todos hicieron un minuto de silencio por la fallida relación que Gray deseaba.

Acabaron su comida hablando de temas irrelevantes mientras el peli negro veía a cada rato el reloj, rápidamente los que estaban a cargo de cuidarlos les dieron las indicaciones para que fueran por sus maletas a su habitación, pues ya era hora de macharse. Los jóvenes que tenían dieciocho años acataron las ordenes dirigiéndose a sus habitaciones, sin embargo Gray no siguió tras Natsu, espichó el botón en sus manos y la explosión hizo vibrar el suelo.

Asustados todos empezaron a correr preguntándose que había sucedido, solo había sido una ligera explosión en la cocina que era la distracción, Gray corrió a la fuente para encontrarse con Erza. Solo fueron tres pasillos y llegó, con sus ojos buscó en todas direcciones a la peli roja, pero la muchacha no se encontraba en ninguna parte. Revisó el reloj en su muñeca, no podía esperarla o al menos su plan no aceptaba holguras.

Respiró profundamente al dejar pasar dos minutos, supo entonces que ella no llegaría y que debería irse solo, abrió la alcantarilla bajo sus pies y antes de poder meterse sintió como lo agarraban violentamente. Al reconocer quien estaba impidiendo su escape vio a un rubio demasiado fuerte, Laxus Dreyar el hijo del director de la institución.

— ¿Planeabas escaparte? -No entendía como su plan había fallado si la distracción estaba perfectamente montada, vio como alguien salía detrás del rubio y su mundo se vino abajo al reconocer a Erza.

— Me traicionaste.

— Esto es lo mejor para ti. Algún día me darás la razón -El rubio lo miró con desprecio, no podía hacerle daño porque las kaminekos querían a sus parejas en perfecto estado, por eso lo tomó del cuello de su camiseta casi ahorcándolo. — ¿Te acuerdas de Mika y SIlver Fullbuster? -Las ganas de pelear se le esfumaron a Gray de golpe al escuchar los nombres de sus padres. — Si sigues resistiéndote y con esas estúpidas ideas revolucionarlas puede que tus padres mueran misteriosamente en el bosque, como un accidente. -Sus ojos perdieron toda la fuerza y sus brazos cayeron dejándose llevar por la gravedad, no había vuelto a saber de sus padres, pero jamás permitiría que les hicieran daño por su culpa.

— Te escolto a la nave. -Y empujándolo bruscamente lo obligó a cumplir su destino, Gray vio con odio a la joven que mordía su labio inferior en un doloroso movimiento. — Jamás te perdonaré esto, Erza.

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Gray sentía que el aire era más pesado y que el color tan claro del atardecer le afectaba directamente sus ojos, se debían acostumbrar a eso, todo para que sus padres estuvieran bien. Al bajar de la nave vio un gran castillo y aunque ni siquiera había pasado más de dos minutos en Nekov ya quería irse, era tan estúpidamente adorable todo a su alrededor que estaba algo asqueado. Caminó lentamente por el hermoso jardín con flores que en la tierra jamás florecerían por las condiciones que requerían, sus vistosos colores reflejaban la luz formando un arco iris que se extendía en los espejos que estaban perfectamente ubicados en puntos estratégicos.

Al entrar por el recibidor vieron estatuas de lo que parecían ser los dioses de Nekov, cada una tallada en diferentes materiales en una expresión de arte exquisito. En ese momento cada uno de los jóvenes fue separado y llevado a cuartos diferentes. Allí los esperaban dos kaminekos machos que los iban a dejar totalmente presentados. La depilación fue el proceso más traumante y doloroso por el que tuvo que pasar Gray, además le pareció totalmente ridículo el traje que lo estaban obligando a usar.

Esperó sin decir una sola palabra, no dejaba de pensar en sus padres, en cómo debían estar, en si los hubieran castigado por todo lo que él hizo mal, desganado siguió todas las ordenes y cuando fue el momento caminó como si fuera una vaca que iba directamente al matadero para dirigirse a la ceremonia de unión con una kamineko que ni siquiera conocía ni amaba.

Se reunió con el resto en un gran salón, en dos filas los acomodaron a todos haciendo un camino de honor donde las kaminekos pasarían, cada uno tenía varios centímetros de diferencia para que su olor no se confundiera entre ellos y ellas no se equivocaran. Ya todo estaba listo para comenzar con la ceremonia.

El instinto de supervivencia volvió a aparecer en el subconsciente de Gray, Escapar, debo huir de acá Sus manos comenzaron a sudar y sus ojos a inspeccionar nuevamente los alrededores del salón, existía una ventana, pero no podía pasar por allí sin que esa kamineko de cabello rosado que portaba un arma desintegradora en sus manos lo notara. Recordó prontamente porque estaba allí, si se iba de ese lugar matarían a su familia, él debía quedarse y asumir su destino por el bien de los que amaba.

— La primera kamineko está a punto de entrar, compórtense como caballeros. Recuerden el procedimiento de elección, la kamineko que los escogerá dará dos pasos hacia el humano escogido, este se arrodillará para enseguida tomar su mano y escuchar las palabras de presentación de la señorita. No se pueden levantar si ella no se los ordena –Gray tragó fuertemente toda la saliva que tenía acumulada en la boca, durante todo el viaje se convenció y se obligó a hacerse más fuerte, sin embargo debía aceptar que tenía mucho miedo por lo que podía pasar. Era una situación demasiado estresante, pues le generaba mucha incertidumbre no poder conocer a ciencia cierta su futuro, que vendría después de que una de ellas lo eligiera.

Y las puertas del gran salón se abrieron, cada uno de los hombres allí presentes tenía miedo, menos Natsu que estaba feliz ya que se había preparado durante años para eso. Las puertas se cerraron tras de la primera kamineko que iba a elegir, el orden en el que entraban era completamente aleatorio ya que era imposible que una de ellas se equivocara al elegir a un humano y como en el salón existían las cantidades exactas de hombres como de hembras kaminekos esperando, el proceso era a prueba de tontos, sin fallas y bastante rápido.

— Pensé que las kaminekos eran grandes y hermosas. –Gajeel riéndose de la pequeña y peli azul kamineko que acababa de cruzar la puerta con paso lento y torpe se quedó observando cada uno de los movimientos de la joven. Los ojos de Gray se posaron en la chica y disimuladamente intentaba ocultar el violento y anormal latir de su corazón, restando el vacío enorme en su estómago que le generaba el miedo que estaba sintiendo. El peli negro ladeó su cabeza sin despegar su mirada gris de la muchacha, él jamás había visto una kamineko joven, no eran tan diferentes a las mujeres de la tierra, la única diferencia radicaba en que poseían orejas peludas del mismo color de su cabello encima de su cabeza y una cola ligeramente larga que sobresalía en el final de su espalda, centímetros antes de sus nalgas.

— Shh –Susurró Natsu que expectante no se quería perder ni un solo momento y por eso tenía sus ojos verdes muy abiertos. La joven traía un vestido rosa, algo simple pero que la hacía lucir hermosa. Caminando despacio usaba el poder de su olfato para escoger con sabiduría aquel hombre con el que compartiría el resto de su vida.

Los ojos rojos de Gajeel vieron de nuevo a la kamineko, si le preguntaran si sentía algo en su cuerpo que le intuyera que ella era el otro lado de su hilo en ese momento diría que para él solo era una chica más.

A menos de seis metros de la ubicación de Gajeel la chica posó sus ojos marrones en el humano de largo cabello negro. De a poco la sonrisa burlona de Gajeel fue desapareciendo cuando la kamineko se detuvo frente a él, la peli azul lo miró a los ojos directamente para detener con esa acción el flujo sanguíneo del peli negro, Natsu que había empezado a reírse porque podía jurar que su amigo tenía la cara morada de lo impresionado que estaba fue silenciado por una de las kaminekos que estiró su arma a su espalda para golpearlo suavemente.

Dos pasos hacia adelante para quedar a centímetros de él y estiró su brazo para que Gajeel tomara su mano y ya estaba, el ritual de elección de la pequeña kamineko estaba completo, entonces el humano era el que debía proseguir, definitivamente Gajeel no se imaginó jamás que le fuera a tocar una kamineko de tan pequeña talla ya que podía lastimarla con sus bruscos y no tan habilidosos movimientos, sin embargo debía obedecer al destino.

Con sus piernas que temblaban sin control alguno pudo torpemente ponerse de rodillas y tomar la delgada mano de la kamineko con la intención de acercarla a su boca.

— Levy McGarden, erudita y cuidadora de los archivos más importantes de Nekov. –El peli negro escuchó atentamente su presentación e intento no olvidar el nombre de la que sería su pareja.

— Gajeel Redfox, será un placer servirle. –La kamineko sonrió para retirar la mano. — Puedes levantarte. –El muchacho asintió y caminó tras ella para desaparecer de la vista de Natsu, Gray y el resto de jóvenes que estaban anonadados, el de ojos rojos que siempre se había caracterizado por ser dominante y algo atravesado iba a ser dominado por una chica que ni le llegaba a los hombros en estatura.

Gray le regaló una mirada de horror a Natsu, no podía creer en ese instante que toda la fortaleza de Gajeel y su personalidad automáticamente fueran suprimidas por una pequeña Kamineko, sabía que no iba a ser capaz de soportar la situación si eso le sucedía a él.

"Cálmate, es nuestro destino" –Gesticuló Natsu lo más claro posible y la puerta se volvió a abrir en ese mismo instante, una jovencita rubia con un vestido elegante y demasiado pomposo caminó con elegancia por el pasillo de honor que estaban armando los humanos. Llevó su abanico para cubrir su rostro mientras con disimulo miraba cada rostro, ninguno de ellos le llamaba la atención.

El joven peli rosa llevó sus ojos a ella y siguió sus movimientos con sutileza, no quería que lo regañaran por andar mirando de esa manera, pero definitivamente esa kamineko le había llamado la atención, claramente no era por sus joyas o su hermoso peinado, era porque sus rubios cabellos le atraían demasiado.

"Es terriblemente hermosa" –Le comunicó a su amigo pelinegro sin que una palabra saliera de su boca, era muy bonita, pero para Gray lo más hermoso que había visto en su vida era Erza Scarlet.

Una piedra muy brillante bajaba por su frente que era sostenida por una fina cadena de diamantes que se apoyaba alrededor de su cabeza, caminó con elegancia y algo de arrogancia dibujando una línea imaginaria en el pasillo y haciendo sonar fuertemente sus tacones, sus ojos chocolate y la finura de su rostro eran una viva muestra de que era una mujer con un alto estrato social en Nekov.

El corazón de Gray latió fuertemente casi con un doloroso palpitar. No quería ser escogido, solo deseaba que todo fuera mentira y que nadie lo quisiera para poder volver a la tierra, a tener su vida y poder ser libre como las aves que surcan el cielo.

Los gestos que emitía aquella joven eran característicos de su fuerte y acaparadora forma de ser, todos los humanos que había visto poseían un olor desagradable no eran lo suficientemente guapos para ella y empezaba a molestarse con la situación, esa kamineko era bastante caprichosa.

Los ojos verdes del Dragneel se abrieron como platos al ver como la niña elegante se detenía frente suyo, movió su nariz ligeramente de un lado a otro y sabiendo que ese era el olor que más le agradaba levantó su ceja para ver a Natsu con superioridad.

El joven repasó los pasos en su mente, debía esperar que ella se acercará para poder arrodillarse, pero estaba tan nervioso en ese momento que había olvidado toda la preparación que le habían dado durante años en el castillo.

No quería meter la pata, pero ya que la rubia estaba demorándose en presentarse se apresuró a arrodillarse y brindarle la mano. La jovencita en seguida frunció el ceño algo enojada porque la había puesto en vergüenza delante de todas las personas allí presentes.

— Soy Natsu Dragneel. –Con sus mejillas de porcelana rojas por la rabia se acercó a él y lo golpeó con su abanico ligeramente en la cabeza, como si reprendiera a un perrito.

— No puedes hablar si yo no lo permito. –Natsu bajó la cabeza y mordió su labio inferior para frenar sus palabras.

— Lo siento mi lady.

— Estás perdonado, pero si lo vuelves a hacer tu castigo será peor. –La kamineko estiró su mano para que el peli rosa la tomara.

— Soy la princesa Lucy Heartfilia. Descendiente de la diosa Mavis Vermilion y segunda en la línea de sucesión al trono. –Gray rio al imaginarse que la vida de Natsu sería difícil, se cruzó de brazos y lo miró con un "té lo dije".

"Debe ser la peor de las caprichosas" –Gesticuló Y Natsu ladeó su labio, no quería sentirse decepcionado sin antes conocerla, besó suavemente el dorso de la mano de la chica y sonrió con una hermosa sonrisa únicamente para ella.

— Será un placer servirle. –La kamineko no mostró ninguna emoción ante sus palabras y retiró su mano rápidamente. — Puedes levantarte.

Un alivio recorrió el cuerpo del peli negro, no deseaba que le tocará una princesa caprichosa y que lo mandara, él solo se burlaba de su amigo y de su mala suerte, pensaba en ese momento que siempre tuvo la razón diciéndole que debían huir, pero Natsu jamás escuchó.

La sonrisa de Gray desapareció instantáneamente cuando vio que la kamineko que acaba de hacer su aparición estaba acompañada de uno kamineko del mismo color de su cabello, ladeó su cabeza intentando entender porque no se encontraba sola en el ritual de selección.

Sus ojos vieron a la mujer de cabello azul que le caía finamente en cascadas sujetado por la diadema en forma de joya muy parecida a la que traía Lucy Heartfilia. En su brazo derecho la jovencita traía un extraño pero muy elegante adorno que se enrollaba en su antebrazo para terminar delicadamente en una anillo en su dedo angular hecho de piedras preciosas y muy brillantes. Al dar un paso dispuesta a avanzar para poder elegir a su humano sonó un sonido que Gray reconocía, vino a su mente el recuerdo del gato que tenía cuando era niño, su padre le había puesto un artefacto en el cuello para saber en qué lugar se encontraba. Al verificar de donde provenía aquel sonido familiar se dio cuenta que la kamineko tenía un collar que presionaba ligeramente su cuello de color negro y de allí colgaba un gran cascabel de oro que la hacía lucir como si en realidad fuera un gato.

Un movimiento que percibió el rabillo de su ojo le hizo entender que la muchacha era una chica importante, no por nada esos kaminekos que hacían guardia le hacían reverencia a medida que iba caminando.

Gray escaneo más a la kamineko, sus ojos eran azules oscuros y su cabello era igualmente azul pero mucho más claro. Su nariz estaba finamente respingada y aunque su vestido no mostraba mucho de su cuerpo, sabía que poseía una hermosa figura por la forma en la que este se ajustaba a su silueta.

Era hermosa, pero Gray no quería involucrarse con una princesa, así que espero que pasara por su lado o mejor aún que escogiera a alguien antes de él.

El sonido del cascabel se hacía más fuerte demostrándole a Gray que la kamineko se acercaba, vio al joven que la acompañaba, tenía un extraño tatuaje en su rostro y claramente era un sirviente de la kamineko. De nuevo sus ojos se posaron en la chica, su corazón comenzaba a llenarse con un inexplicable e incómodo sentimiento al ver como con elegancia ella se paseaba buscando una pareja. Distinguió además que su cabello recogido tenía una hermosa cadenilla con figuras detalladas y perfectamente distribuidas que resplandecían al hacer contacto con la luz tenue que emitían los candelabros.

Gray aguantó la respiración cuando la vio a algunos centímetros. "Sigue caminando y aléjate de mí" repetía en su mente una y otra vez por los tortuosos segundos que a ella le tomó llegar hasta él.

El corazón del Fullbuster se detuvo cuando la joven interrumpió su caminar, sus ojos azules se posaron en él para luego ver al kamineko que estaba tras ella en un elegante acto al voltearse ligeramente, el joven asintió con su cabeza e inmediatamente le hizo una reverencia a Gray, el humano pasó toda la saliva que tenía en la boca para abrir sus ojos grandemente y ver a la kamineko que daba dos pasos hacia él.

No tuvo tiempo de mirar la reacción de sus amigos o de poder exhalar, su respiración se había estancado mientras la joven peli azul lo miraba con sorpresa, aquellos ojos que no se querían perder ni un solo detalle de su pareja.

"Arrodíllate" susurró el muchacho de cabello castaño claro que estaba a su lado, la joven sonrió levemente al pensar que Gray estaba nervioso y fue demasiado paciente intentando controlar sus propios nervios. Sin embargo, al superar su sorpresa, el Fullbuster endureció su mirada y se acercó a ella intimidándola con su actitud.

— ¿Te sucede algo? –Dulce, en medio de su rabieta Gray identificó que la voz de la kamineko era armoniosa y perfecta, pero no quería dejarse influenciar por ese semblante angelical, para él todas provenían de aquella línea de matriarcado.

— Si, no me arrodillaré ante ti, yo no estoy aquí por mi voluntad. –Y de un golpe seco el joven cayó siendo sus rodillas quienes amortiguaba su caída, la kamineko peli azul abrió sus ojos para en seguida fruncir su ceño y mirar con desdén al causante de ese alboroto por aquella salvaje acción.

— ¡No lo vuelvan a tocar! –Y levantando su voz hizo que todos los presentes agacharan la cabeza, el guardia que había golpeado las piernas del joven por detrás para que Gray dejara la insolencia puso una rodilla en el piso para enseguida apoyar su cuerpo en la pierna apoyada que tenía en el suelo con la planta de su pie.

— Lo siento su majestad. –Dijo el guardia para morder su labio inferior. La peli azul no dudó en agacharse a la altura del peli negro como pudo ya que su grande vestido no la dejaba moverse con toda libertad, aguantando el dolor en sus piernas el Fullbuster dedicó una mala mirada a la peli azul, estaba rabioso, completamente enojado ya que no quería que ella lo defendiera, deseaba que lo odiara para poder aburrirla y hacer que lo enviara a la tierra.

— ¿Te hizo daño? –Reacio ni siquiera contesto a su pregunta, vio movimiento en la entrada del salón e identificó una cabellera rubia, recordó las palabras de Laxus, si no dejaba esa actitud sus padres asumirían todas las consecuencias. Una mirada basto para que Gray recapacitara e hiciera lo que estaba en sus manos para proteger a su familia.

— No me hizo daño.

— En realidad pensé que te habían hecho daño, lo siento, no quiero que te lleves una mala primera impresión. –Jellal, el kamineko que la protegía y cuidaba con su vida de cada peligro a la joven vio con despreció, rabia y algo de envidia al humano que ella había escogido.

— Acabemos con esto de una buena vez por todas. -Con brusquedad tomó la mano de la kamineko, su suave piel le molestó, no quería sostener su mano, ni hacer esa ridícula ceremonia de unión.

La peli azul se levantó y ladeó su cabeza algo confundida, se había imaginado tantas veces ese momento que no fue como lo pensó, pero sabía perfectamente que las cosas sucedían por algo, comprendía que si ella se sentía extraña haciendo eso con un desconocido, él también debía sentirse raro y su deber era entenderlo.

La joven tomó todo el aire que tenía a su alcance, habló lentamente para ser consciente del tono de voz que emitía y cada palabra que salía de su boca, no quería cometer ningún error. — Soy Juvia Loxar, descendiente de la diosa creadora y representante de la luz en Nekov, Mavis Vermilion, soy la primera en la línea de sucesión al trono, en un año seré coronada y por tanto tú serás el rey de Nekov. ¿Puedes decirme tu nombre dulce caballero?

— Gr-Gray Fullbuster. –Sonriendo sutilmente sintió como el humano le besaba el dorso de su mano.

Así fue como Juvia escogió el infierno.


Van a odiar un poquito a Gray, pero él tiene sus infinitas razones para ser esquivo y no querer que lo enjaulen como canario suprimiendo su libertad y autonomía. Cuéntenme que piensan a cerca de la historia en un comentario, si lo desean puedo seguir, si no lo detenemos acá.

En estos días estoy subiendo conti de Love me like u do. :D

Gracias por leer hermosuras, les mando un beso y un abrazo psicológico, bye.