Bueno, tengo mil cosas que decir. principalmente les agradezco a las personas que están releyendo esto. También a aquellas que están leyendo este fanfic con tantas faltas ortográficas. ¡Dios!, ¡aveces me pregunto ¿como es que nadie me me decía que estaba tan mal escrito?!, incluso yo me siento avergonzada de solo leerlo.

Claro esta que el avance y la mejora es totalmente de practica y de que muchos de ustedes me alentaron a avanzar. ¡no tienen idea de lo agradecida que estoy!

Finalmente, aquí les entrego dos capítulos re-escritos. ¡no uno!, ¡no tres! ¡Dos! ...por que he estado demasiado vaga.

Les advierto que si van a haber cambios bastante fuertes, tanto en el tiempo en que se desarrolla la historia como los capítulos en sí.

Dejando de lado todo esto, les pido que se cuiden y mantengan las medidas necesarias para mantenerse a salvo. Tengan cuidado con toda superficie con la que tengan contacto. Desinfectense al entrar a sus casas y traten de no exponerse. No solo por ustedes, sino también por sus familias.

sin más, comencemos :)


Era más de la media noche cuando recibimos la alarma de la central. El cartel en mi comunicador estaba sobre toda la pantalla; acompañado de una vibración fuerte y algo irritante, se mostraba un mapa con el índice de energía por los cielos. Según las gráficas mostradas en pantalla, había una batalla desarrollándose en medio de uno de los bosques de la ciudad.

Los nombres que se encontraban dentro del registro: Ginjo y el idiota de mi hermano.

Fue cuestión de tiempo. En unos minutos estábamos en la carretera, manejando a través de las calles desiertas debido a las altas horas. El motor de la camioneta acompasaba el rimo de mis pensamientos mientras me concentraba en el volante.

—Ten más cuidado. Si aceleras demasiado podrías llamar la atención de los velocímetros.

—No te preocupes. Solo estoy tratando de acortar el recorrido. Podríamos perder su rastro.

—o podríamos estrellarnos. Karin, ¿te encuentras bien? Desde que salimos de reunión en la central, has estado muy tensa. Hay algo que no me has dicho.

— ¡¿en serio lo preguntas?! ¿Acaso no leíste los informes de la misión?

—Para ser sincera, no. Aunque, viendo tu comportamiento, definitivamente debí haberlos terminado.

—Es tu deber leerlos. Eres tan responsable de esta misión como yo, deberías ser más consiente de tu trabajo.

—Karin, no me subestimes. Soy mayor que tú, por supuesto que se hacer mi trabajo.

—Pues no lo parece.

—Es solo que hemos estado al tanto de la misión desde hace más de un mes. Conocemos todo acerca de Finjo y los demás. No veía mucho en releer los informes cuando prácticamente ya se me su biografía— La mujer refunfuño, mientras arreglaba su peinado a través del espejo de su asiento—. No creo que haya mucho más en esos papeles, a menos claro que hubieras hecho algo a mis espaldas y decidieras haberlo puesto dentro del informe para que no pudiera reclamarte… espera.

Con fuerza giro su mirada hacia mí. Los ojos entrecerrados y los labios apretados. Frunció el ceño mientras cambiaba su posición sobre el sillón y luego se abalanzó sobre su silla como si me fuera a saltar encima, ahora con la mirada exaltada—. ¡Eso fue lo que hiciste! ¡Kurosaki, trabajaste a mis espaldas! Creí que confiábamos la una a la otra.

—Lo hago, confío en ti—, no tenía sentido negar la verdad. Para Karan, la misión era solo rescatar el clúster y atrapar a Ginjo, pero desde el principio, la única que sabía que sabía que mi hermano estaba involucrado era yo y mi superior, Lorien. Sin embargo, no había tiempo de discusiones—, No quiero indagar mucho en el problema, no ahora. No tuve opción, debí mantenerlo en secreto por órdenes de los superiores.

Ella me miro frustrada. Negó con la cabeza, decepcionada, pero dejo la discusión allí. No seguiría con preguntas, ella era un poco más profesional de lo que aparentaba.

Su cabello era rubio y alargado. Con los ojos café claro y ligeramente achinados. Como si de un gato se tratara. Las facciones eran delicadas y siempre estaba bien maquillada, pero de manera natural. Podría decirse que ella ha ocupado el puesto de hermana mayor en mi vida.

Seguimos el camino, fue un recorrido medianamente largo.

Desde todo lo ocurrido, papá logro mejorar el negocio familiar. Mientras pasaban los años poco a poco aumentaba el nivel de reconocimiento de la clínica. Algunos contactos y amistades de papá ayudaron a elevar el negocio y finalmente, comenzaron a formarse un grupo de sedes al mando de Isshin Kurosaki: mi padre se convirtió en el jefe de una de las mayores empresas farmacéuticas de la ciudad en cuestión de años.

Debido a eso, él ha tenido más tiempo en casa, pero su mente ha permanecido más ocupada que antes. Ya no éramos la misma familia de antes; tanto mi hermano como mi padre eran socios comerciales, porque el terco de mi padre no quería que Ichigo se fuera de la ciudad y lo obligo de manera amable que permaneciera junto con su familia con una excusa poco factible "Somos familia, tenemos que permanecer unidos"

En alguna otra ocasión las cosas hubieran sido diferentes, pero con todo lo sucedido en el pasado, principalmente la batalla en Karakura, ambos estaban más apegados. Pero seguía habiendo una brecha enorme dentro de la familia.

Baje del auto y tome las cosas rápidamente. Un Reloj especializado y un par de armas colgadas en la cintura.

—No olvides tu restrictor. Antes de quitártelo, baja tu nivel de poder a lo más mínimo.

—Karan, no me trates como si no supiera nada. Soy literalmente tu jefa, por supuesto que recuerdo el protocolo.

Aprovechando que tenía mi cabello recogido en una coleta, lo moví hacia un lado, poco después, tome el collar que se deslizaba por mi cuello. Al retirarlo, pequeñas partículas de luz recorrieron mi cabello y poco después, se volvió luminoso.

Las partículas de luz tomaron forma de electricidad. Fue solo por un par de segundos, en el momento en que los retenedores de energía son retirados de un cuerpo hay un ligero impulso eléctrico causado por la obstaculización de la energía.

Respire hondo para calmar mi cuerpo, bajando poco a poco mi Reiatsu. Cuando lo tuve al mínimo, la luz que m envolvía también lo hizo.

La iluminación era generada por la potencia energética. Era debía a nuestro Fullbring. No era un poder en específico, muchos que poseían el fullbring desconocían la manera correcta de manejarlo. La iluminación era una señal de nivelación. Solo aquellos que tenían un control total lo reflejaban.

Por supuesto, yo no era la única. Karan también lo poseía. Pero su caso, era diferente. Mientras mi poder convertía e iluminaba mi cabello a una tonalidad blanca, en el caso de Karan esta se tronaba rosada. No era muy estilizada a decir verdad, incluso ella lo sabía.

Ingresamos al bosque.

Mientras nuestro paso entre el camino rocoso, cubierto por el follaje característico de la zona éramos observados por una luna ligeramente pasmada por las nubes que oscurecían su brillo.

Nos ayudábamos de los árboles y las plantaciones cercanas para permanecer ocultas. No podíamos permitir que nadie más nos viera. En este mundo, las cosas eran de vida o muerte.

En una parte del recorrido, el silencio solitario de la flora y fauna se corrompió por el estruendo del choque entre las espadas. La furia arraigada en los movimientos del atacante junto con el defensor se encontraba gravada entre los distintos gritos y susurros de sus espadas.

Entre más nos acercábamos, más peligroso era. Si bien estaban encerrados entre lo que aparentaba ser las distintas dimensiones de Yukio, no evitaba que pate de su poder fuera liberado por las franjas que habían entre medios de la realidad y la pequeña dimensión creada por su fullbring.

Lo conocí por mucho tiempo y conozco de más sus capacidades. Era cierto que ahora era más hábil que antes, pero no deja de tener defectos que ni siquiera con un buen entrenamiento podría arreglar. Es un fullbring de amplio alcance, pero eso mismo le impide tener un control completo en todas las áreas.

—¡Oye, karin!—Karan me tomo del hombro, balanceándome para llamar mi atención hacia el cielo— Ese debe ser la plataforma donde se encuentra tu hermano.

El cubo enorme flotaba con imponente.

Karan se movió, dispuesta a salir de su escondite.

Una rama se rompió, hacia un lado cercano. Un gruñido bastante grosero junto con as quejas y la conversación de un par de idiotas.

La empuje hacia atrás. Negué con la cabeza y le señale con la mirada:— Ellos aún están cerca, tenemos que actuar rápido y movernos sin que nos vean. Si nos detectan, no permitirán que nos acerquemos.

—Supongo que sí, tienes razón. Pero Karin, tranquilízate.

Paso una mano por mi cabello y luego por la mejilla.

—no dejes que te afecte tanto. Sé que Ryosuke siempre pide que separemos la familia del trabajo, pero incluso el entiende que no siempre es tan sencillo. Karin, aun eres joven y bella. Tienes mucho por vivir y, no deberías dejar que las cosas se queden atrapadas en esa cabecita tuya—, removió su mano sobre mi nariz. Aparte rápidamente la mirada y bufe frustrada— no dejes que la vida te tome la delantera y…—

Fue casi inaudible, pero la sensación eléctrica recorrió mi cuerpo y rápidamente llego a mis oídos. No lo oí, pero de alguna manera, mi cuerpo sí. Estaban en el auge de la batalla.

Karan pareció notarlo. Su irada se volvió recta de repente y su cuerpo se tensó, para después relajarse ligeramente.

Son épocas violentas y tomar un respiro, es la única manera real con la que podemos afianzar nuestros pensamientos. Al menos, en medio de la batalla.

—Vamos… —un leve movimiento de energía detrás de mi espalda, una pequeña cantidad de poder, para no llamar la atención y un impulso brusco pero implacable que paso con sigilo por detrás de las ramas de los árboles que rodeaban el cubo.

Un salto infalible, un giro certero. Fue en cuestión de segundos. Encender el dispositivo, activarlo y disparar un ahonda de energía directa dentro de la barrera.

Mientras la corriente desintegraba la barrera, los cubículos pixelados empezaron a desmoronarse mientras la imagen de dos cuerpos en contacto se mostraba claramente.


Mientras se deslizaba entre las corrientes de aire, esquivaba los ataques. Ginjo parecía no estar dispuesto a entablar una conversación razonable. Al menos no una en la que ambos pudieran estar de acuerdo.

Poco a poco Ichigo comenzaba a perder más la paciencia. Las cosas no toman forma. Ginjo tenía el beneficio de poseer parte de su pode.

La complejidad no iba en sí a la pelea misma, era el hecho de que Ichigo se sentía un tanto contrariado con batallar con un aliado que considero alguna vez un apoyo. No podía dejar en blanco su mente y atacar directo al corazón.

Quería herirlo, lastimarlo y vengarse por haber profanado sus ideales, haberle jugado sucio luego de que Ichigo le otorgara su confianza. El arriesgar y amenazar a su familia era un golpe más que bajo e incluso le parecía un acto inmaduro, ¿acaso Ginjo no era capaz de ver las cosas de manera más objetiva?

Poner en riesgo a gente inocente en un conflicto en el que no son participes, en ningún aspecto.

Un escalofrió recorrió su espalda. Mierda, se distrajo.

El tipo apareció detrás de él, dando una patada directa a sus omoplatos. Antes de que su cuerpo terminara de desplazarse, Ginjo lo tomo por el tobillo, estrellándolo contra una de las tantas casas de aquel mundo artificial.

El golpe fue recibido por su cabeza. Aturdido, trato de levantarse. Su vista se percibía ligeramente alterada, el aire se volvió tenso. Estaba mareado.

Por el rabillo del ojo reconoció al hombre, saltando de nuevo hacia él. Ichigo salto hacia atrás, apoyándose sobre uno de los tantos tejados. Buscaba un espacio mal protegido o algún índice de debilidad entre los movimientos de su enemigo.

Justo cuando Ichigo posiciono su espada, para esquivar otro de los ataques de Ginjo, el ambiente se tornó extraño. Percibió a alguien más en el exterior, pero, no reconoció quien era.

Sus piernas se inclinaron para amortiguar el golpe, pero este nunca ocurrió. Ginjo estaba parado en frente de él, sin realizar ningún movimiento.

No sabía si el recién llegado era amigo o enemigo, pero no desperdiciaría la oportunidad que había tenido.

Salto con rabia hacia Ginjo, tomándolo desapercibido. El tipo trastabillo para poder atacarlo, pero antes de que terminara de moverse cambio de lugar y con habilidad le dio un corte certero en la espalda. Ginjo se retrajo en dolor mientras Ichigo enviaba otro golpe en direcciona sus piernas, dejándolo inestable y obligándolo a hincarse.

Cuando este callo en el suelo, una extraña furia lleno su mente. Reconsiderando todo lo que había sucedido en las últimas horas, estaba decidido a clavar la espada en su pecho, pero una explosión se lo impidió.

Una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo. Se quejó con fuerza, apoyándose en el mango de la espada. Sus ojos se habían cerrado por reflejo y para cundo los abrió de nuevo, se encontró con la cuchilla de la kanato enterrada bajo las costillas de Ginjo.

No lo mataría, pero era una herida de riesgo. De hecho, al apoyarse en el mango había clavado la espada lo suficiente para que se atorara en el suelo.

Un sonido particular se escuchó en los alrededores. Las paredes empezaron a convertirse en pequeños cuadro y a deshacerse.

Las paredes se consumían dentro de sí mismas con el sonido característico del "game over" de un videojuego. El mismo sonido parecía haber marcado el final del combate.

Confundido e increíblemente cansado cayó al suelo sobre su trasero. Sus piernas parecían haber perdido la fuerza para seguirlo sosteniendo. Jadeaba con fuerza, mientras trataba de sostenerse sobre sus brazos, que parecían querer rendirse al igual que sus extremidades inferiores.

No recordaba haber tenido tan poca resistencia en el pasado. Lo atribuyo al hecho de que recién había recuperado sus poderes.

Levanto la mirada, empezando a sentirse completamente incapaz de seguir despierto.

—¡oh, no!, Tu no te vas a desmayar justo cuando te atrapamos.

No reconoció la voz. Tenía leves recuerdos de su voz, pero no lograba percibir quien era.

Sintió un piquete sobre su brazo. Como si de un milagro se tratara su cuerpo se reinició. Ya no se sentía tan agotado. Su corazón comenzó a palpitar de manera rápida y se sitio extrañamente nerviosos. Los nervios se convirtieron en ansiedad.

Cuando trato de levantarse, se dio cuenta de que sus brazos estaban esposados tras de su espalda. No podía moverse. Alguien lo tomo por os hombros y lo obligo aponerse en pie. Las manos eran suaves y no se sentían pesadas, pero tenían bastante fuerza.

Giro la cabeza para recriminar a su opresor. Pero se tuvo que quedar callado. No tenía sentido.

La confusión reemplazo cualquier otro pensamiento de su mente.

No tenía sentido, debía estar alucinando. No encontraba más lógica para que una compañera de equipo de su hermana menor lo estuviera secuestrando después de una batalla.

Miro a los lados completamente aturdido. LA capa de humo seguía en el aire. Parecía más vapor que poco a poco empezaba a dispersarse.

Las sombras de sus amigos estaban empezando a volverse más notables.

Rukia fue la primera en identificar. Su mirada alternaba extrañamente. Lo mira a él y luego observaba a alguien más atrás. Estaba confundida.

Con nervios, volvió a girar su cuello. Entre más observaba la imagen frente a él más se helaba su sangre. Esto no podía ser posible.

Nada aquí tenía sentido, estaba alucinando. Quizás ni siquiera gano la batalla y esto era el resultado de una alucinación por falta de oxígeno en su cerebro. Estaba perdiendo sangre y Ginjo había escapado.

Eso tendría sentido, de no ser porque Karan, la chica tras de sí también estaba confundida, pero su mirada no era hacia la sombra que yacía tras de si, si no por su rostro.

Karan estaba impresionada al haber visto su rostro…por reconocerlo a él.

—Karin…que…que significa esto—, ella cuestiono.

El silencio fue interrumpido por una exclamación de parte de Rukia, quien había reconocido finalmente a su hermana… su hermana menor, que estaba vestida con un uniforme extraño en frente de todos ellos y que había interrumpido en medio de una batalla… Su hermana, que lo miraba con tristeza…

¿Qué demonios estaba sucediendo aquí?

—Karin… ¡No puede ser!

— ¿Rukia, la conoces?—, Byakuya no sonó sorprendido en absoluto. Solo exigía respuestas, pero estaba increíblemente tranquilo.

—Ella es…La hermana menor de Ichigo…

— ¿Karin?, en verdad…Pero, ¿Qué estás haciendo aquí?— La pregunta de Toshiro lo dejo más confundido. Al parecer el enano conocía a su hermana.

Sin inmutarse por el cuestionario o por la situación que sucedía frente a ella, su hermana comenzó a acercarse con una mirada de total concentración. El ceño ligeramente fruncido y la espada recta.

Esta no podía ser su hermana, ella no tenía tal porte, pero el tono en su voz era definitivamente de ella.

No podía ser, esto no podía estar pasando.

—Ichigo, por qué demonios tu hermana apareció de la nada ¿acaso no sabe en donde se está metiendo?, y tu— Renji señalo a Karan— ¿Qué demonios estás haciendo?

—Renji tiene razón, niña. No sé qué este pasando por tu cabeza, pero será mejor que te vayas a tu casa. No tienes nada que hacer aquí. No responderemos ningún tipo de pregunta, asi que retírate antes de que tengamos que pasar a un conflicto mayor.

—Pero, hermano… no creo que deberías hablarle asi a ella, seguramente esta confundida.

—En eso se equivocan. Sabemos muy bien lo que hacemos, asi que los que deben retirarse en realidad son ustedes—, Karan respondió con la voz seca y un tanto rasposa. La mirada de confusión había desaparecido por completo.

—que osadía. Deberían respetar y más si no saben con quién está hablando — Byakuya parecía empezar a molestarse.

—No deberías decir cosas tan pretenciosas sin conocer las intenciones de un desconocido. Son demasiado impertinentes para su propio bien.

Ichigo se sorprendió inmediatamente. No recordaba que Karan fuera tan directa y mucho menos altanera.

— ¡¿A quién llamas impertinente, niñita?! dirígete con respeto hacia mi capitán.

Perfecto, ahora Renji estaba empezando a alborotarse. A esta paso todo terminaría con otra pelea sin sentido. De no ser por las esposas, Ichigo estaría rascándose la cabeza con incomodidad.

Parecía que ninguna de las dos partes estaba dispuestas a actuar de manera racional.

El sonido de las ramas rompiéndose regresó su atención a su hermana, que caminaba nuevamente hacia ellos, parecía que se había detenido anteriormente.

—escuchen, no quiero tener problemas aquí. Lamentablemente no encuentro un camino dentro de esta conversación que no resulte en una disputa o, en el peor de los casos, en un combate.

—Karin…

Su hermana estaba insinuando un combate. Definitivamente estaba dentro de una alucinación, o quizás en una ilusión.

No fue lo suficientemente precavido.

—Kurosaki, tanto tu como yo sabemos que esta no eres tú. Quizás estas dentro de una trampa, siendo controlada por alguien, No eres un shinigami, pero, sé que eres fuerte. Debes salir de su embrujo.

—Capitán Hitsugaya, ¿de que esta hablando?

—Podría ser una trampa. Alguien la puede estar manipulando o…quizás ni siquiera es Karin.

El tono musical de un teléfono, un tanto monótono, surgió del reloj que llevaba quien aparentemente era mi hermana. Las palabras de Toshiro lo disuadieron de que existiera aquella posibilidad.

Sin prestar mayor atención a los que estaban presentes y a las discusiones de la posible farsa, Karin miro en la pantalla del pequeño dispositivo. Cerro los ojos y respiro hondo.

—Escuchen bien. Mi nombre es Karin Kurosaki, comandante del sector 72 Dentro de los parámetros de La SARD. Como representante de dicha asociación, estoy aquí para reclamar al traidor Ginjo kugo y a Ichigo kurosaki por atentar en contra de la misma, poniendo en riesgo a la comunidad pública.

Pero..¿ qué carajo?

—Karin… ¿Qué demonios estas diciendo? Es más, se puede saber, ¿quién eres? Esta más que claro que tú no eres mi hermana maldita farsante.

Esto era demasiado bizarro para una sola noche. El cielo estaba empezando a aclarar y de alguna manera supo que esto tendría que terminar antes de que amaneciera.

—esos son excusas estúpidas y sin argumento. Absolutamente nada de lo que dijiste parece coherente.

—Puedo demostrar que es verdad.

Renji se acercó a Byakuya, hablando suavemente. Sin embargo, incluso asi lo podía escuchar.

—No debería confiarse capitán. Tal vez sea una trampa y…además, si lo que dicen es cierto, la sociedad de almas estaría en problemas. Quizás esto sea una declaración de guerra.

Sintió a Karan tensarse detrás de él. Algo estaba por suceder y los chicos los notaron.

Toshiro pareció inquietarse. Todos estaban actuando muy extraño. La cabeza empezó a dolerle, Ichigo se sentía cada vez más perdido.

—Kurosaki, si eres tú verdaderamente, dime algo que solo tú sabrías…Sobre mí.

—Esa es una pregunta demasiado extraña incluso viniendo de usted, capitán Hitsugaya. —Ikkaku, solo había actuado como espectador. Pero su pregunta pareció responder a las dudas del resto.

Ichigo se sentía frustrado ante la actitud del peliblanco. Parecía que sabía cosas de su hermana que ni el reconocía.

—Je, je. Tú siempre tan intuitivo—La risa coqueta, parecía incluso un atisbo de nerviosismo—. Toshiro. Soy la misma que conociste hace seis años. Pero si aún te preocupa mi identidad, entonces te responderé con gusto… el atardecer trae recuerdos y aun me cuestiono sobre tu edad…aunque…

—aunque ¿Qué?

—Cómo fue que creciste tanto, enano. Si mal no recuerdo no medias ni metro y medio.

Entonces, el ambiente pesado se tornó raro. Parecía haber amenorado la tensión, pero no aportaba nada a la situación.

— ¡Mira quién lo dice, si estas igual de bajita! Se supone que los humanos deberían crecer más.

—Por supuesto que no. Desde la última vez que nos vimos he crecido bastante y me consta que eres tú el anormal. Los shinigamis no se desarrollan a la misma velocidad de un humano. El extraño eres tú, ¡maldito Senderan!

—Pero que mierda… ¡Tus acusaciones no tienen ningún jodido sentido!

—Pero sigo siendo la misma que conociste hace años. Al menos ahora tienes tu respuesta.

—Sí, pero la Karin que yo conocía no era una maldita psicótica.

— ¡¿a quién le dices psicótica, muñeco de nieve?!

— ¡No soy un muñeco!

Karan Bufo con fuerza, parecía empezar a estresarse. Ichigo también estaba aborreciendo la discusión. Por un momento sentía que Toshiro y su supuesta hermana estaban convirtiéndose en…él y Rukia. Era un espejismo de sus discusiones. Entonces no recordaba a Toshiro tan irritante, era cierto que era fácil hacerlo enojar, pero esto era demasiado.

—comandante, creo que su discusión es innecesaria.

—yo creo que se cansaran dentro de poco, debería ser agotador discutir de manera tan infantil— Indispuesto a tratar de buscar coherencia a la situación, decidió dejar su mente a un lado y tratar de conversar con Karan. Ya ni siquiera le importaba si era real o no.

—bueno puede que tenga razón.

— ¡Ustedes dos, cállense!—, Toshiro y Karin rugieron al unísono.

Ante los regaños de su hermana, tanto Ichigo como la chica sintieron las gotas de sudor recorrer su espalda. Estos idiotas estaban encendidos y pronto correría la sangre.

—la única infantil entre los dos, eres tú. Te ofendes por pequeñeces.

—No he ofendo por r pequeñeces. Podría decir que estoy en mi derecho a enojarme.

— ¿Por preguntarte sobre tu verdadera identidad? , él ofendido debería ser yo, empezaste a insultarme sin razón.

—Talvez me enoje porque cierto tempano me miraba como un maldito pervertido, ¡Respeta un poco, desgraciado!

—yo no estaba siendo pervertido, trataba de detallarte como un posible enemigo, chiquilla caprichosa.

—¡Ahora si te pásate, degenerado!— La pelinegra golpeo el suelo con la suela de su zapato y entonces, finalmente su Reiatsu empezó a ser reconocible. Solo entonces Ichigo se percató de que antes no lograba percibir su presencia de manera espiritual. Todo este tiempo solo había visto la imagen de Karin, pero nunca se fijó en que no tenía Reiatsu…. ¿Cómo pudo mantenerlo oculto tanto tiempo?

El rasgar de la tierra detuvo un poco el susurro y cotilleo entre los capitanes advirtiendo lo que estaba por suceder.

Una corriente eléctricas surgió debajo de la tierra, al parecer se había desplazado por debajo de la corteza desde la posición de Karin, surgiendo a los pies de Toshiro, anudándolo entre ellas y recorriendo su cuerpo.

Fueron un par de segundos, pero el quejido y el ardor en la voz de Toshiro al quejarse de ser electrocutado marco un antes y un después en la conversación.

El tiempo se detuvo .Un miedo inquietante lleno la mente de Ichigo. Su hermana tenía poderes.

Preocupado por la salud del capitán, Ichigo se levantó, ayudado de Karan, para interrumpir la discusión.

Miro a la chica con agradecimiento, pues pensaba que ella no le seguiría la corriente.

Con un poco de esfuerzo, levanto la mirada y aun asustado, hablo.

—Karin, detente.

Y efectivamente ella se detuvo.

Karin pareció redirigir su ira del peliblanco, a su hermano mayor.

La mirada asesina fue contundente. Ichigo sintió como su cuerpo le exigía que corriera, su instinto le advertía que escapara ahora y se ocultara bajo la cama como un niño pequeño. Esto no terminaría bien.