Karin:
-Muy bien. Presten atención, porque no lo voy a repetir.- Llevaba rato tratando de que se tomaran la situación en serio. No podíamos perder mucho tiempo. – Colóquense los inter-comunicadores tras de las orejas, asegúrense de que están ajustados. No exageren, no podemos parar porque uno de ustedes esta quedando sordo por no hacerme caso. –
En cuanto mi hermano interrumpió en la sala, me quedo claro de que no iba a ser fácil controlarlos como grupo.
En principio, porque muchos de ellos están acostumbrados a estar al mando. No es fácil manejar a las personas si ellas esta centradas en hacerlo por sí mismas. Ya tengo suficiente experiencia con mi hermano. Pero ellos…son una maldita copia.
Me tenían casi pegada al techo. Tratar de convencerlos de colocarse el chaleco antibalas (necesario para este tipo de misiones), más los artículos de tecnología avanzada. Pensaba que podrían controlarlos, pero, parecía que no podían ni con un reloj.
Luego estaba la cosa con las espadas. Era consciente de que eran shinigamis, pero al parecer no comprendían que debían guardarlas en su forma física. Había una manera para mantenerla a tu lado, sin necesidad de estar en una forma espiritual. Así era como yo siempre lo hacía. Sin embargo, soy consciente de que no nos queda tiempo, y revelar algo de ese estilo frente a mi hermano no era una buena idea.
Me pare al lado de Toshiro, observando al resto del grupo.
No podía evitar sentirme incomoda ante la mirada de Ichigo. No sabía si me estaba amenazado a mi o a Toshiro.
-creo que deberíamos hablarles.-
Lo mire confundida, tardando unos segundos en comprender lo que quería decir. No pude evitar sonrojarme con furia en cuanto lo dijo, sin embargo, mas confundida me sentí al centrarme en aquella idea. Yo pensaba que él, quería mantenerlo en secreto.
Pensé que sería una relación a escondidas, ¿Acaso él, quiere darle un nombre realmente? Trague duro, no pudiendo saber que palabras serían las mejores para liberar mi idea. No quería lastimarlo, pero su forma de ser era tan reservada que simplemente, no veía a donde me quería llevar. A veces pienso, que son esas cosas las que me atraen de él. Su misterio.
Le mire por un momento y luego dirigí mi mirada a mi alrededor. Este no era el lugar para hablarle.
-Sí, tienes razón, a veces es mejor cambiar de espacio-
Agradecí su inteligencia cuando, después de unos segundos mirándome completamente perdido, se dirigió a la puerta como quien no quiere la cosa.
Mire por última vez el lugar, para asegurarme de que no estuvieran haciendo nada malo. Camine lentamente, tratando de relajarme y mire a los lados buscando su figura entre la multitud.
En contra de un árbol, a la luz del sol como si no supiera que su mera existencia parecía era un error de los dioses, por haber enviado a uno de los suyos a tierras baldías. Con los brazos cruzados, la camisa negra pegada al cuerpo con los primeros botones sueltos, dejando ver parte de su pecho. Al menos, seguía mis consejos.
Me mordí el labio y sonreí un poco. Cuanto daría porque mis compañeras de clase lo vieran a mi lado. Podía ser muy deseada entre los grupos de la SARD, pero en el mundo humano, no era nada. La verdad, es que no me preocupo mucho por mi apariencia, especialmente en los estudios. Solo iba a estudiar, no a acostarme con el profesor.
-Qué curioso, pensé que eras más reservado.- en cuanto lo tuve cerca, juguetee con el cuello de su camisa, recalcando con una sonrisa mi pequeña referencia.
-Lo soy, es solo que me dijeron que me vería mejor así.-
-Un consejo sabio-
-Karin, habla. ¿Qué crees que debamos hacer?-
-Toshiro…Yo. Mira, no sé muy bien cómo llegamos a esto, pero, ¿Estás seguro de que quieres darle un nombre?-
Se sonrojo por unos segundos, pero luego negó con la cabeza. Miro para otro lado y continúo con la conversación.
-Me refería a Katsu. Deberías aclararles más la situación, en especial a tu hermano-
Y vaya golpe de realidad me cayó encima. No pude evitar darme un palmazo en la cabeza, recriminado mi estupidez.
-¡Ay, Dios!, por amor al cielo, olvida lo que acabo de decir, en serio. ¡Que estúpida!- Admitir que me había dolido, era admitir que quería algo serio y eso estaba muy lejos de ser.
Sonrió ligeramente, mirando al suelo. En cuanto levanto la mirada me quede perpleja. Me pregunto si el conoce el poder de sus ojos. Me sentía hipnotizada.
-Eso, lo podemos discutir en otro momento-
Me quede quieta. El, estaba coqueteando conmigo, ¿¡cómo es esto posible!? Que alguien venga y me explique en qué momento pasó de ser serio y estricto a un maldito casanova.
-Bien, volvamos a lo importante. Tenemos al menos una o dos horas en el avión. Supongo que allí, sería la mejor opción. Si la cosa se pone fea, puedo hacer que olviden las cosas.-
-¿Un hechizo?-
-No, es por seguridad. Sé que es exagerado, pero dentro de cualquier transporte tenemos un dispositivo auditivo. Siempre está sonando, son Ondas subliminales. En cuanto se cambie el sonido, olvidaran lo que haya pasado. Pero solo durara algunos años o meses… No está del todo desarrollado.-
-bien, tiene sentido. Esperemos que las cosas salgan bien.-
Lo mire a los ojos, y por un segundo lo sentí acercarse. Lo sentí muy tarde, para cuando me di cuenta ya me estaba besando. Era la primera vez que me besaba, así.
Lento, tranquilo. Sin hambre, sin rabia. Sin esperar ningún efecto de un hechizo, algo completamente libre. Algo propio. Cerré los ojos, dejándome llevar por el corto tiempo que restaba del beso.
En cuanto se separó de mí, abrí los ojos con lentitud. Su mirada no se separó de la mía. Ligeros jadeas salían de nuestras bocas. No fue agresivo, solo… siento que me lo dio todo y me dejo sin nada. Solo quiero más. Me siento, insaciable.
-Escucha, en cuanto todo esto termine, podemos discutirlo. Pero por ahora es mejor que.-
Lo interrumpí. No quería que siguiera tratando de "calmarme", cuando el error fue mío.- Toshiro, no hay necesidad de aclarar nada. Simplemente te malinterprete y pensé que tú estabas confundido. Pero no hay nada que conversar- En cuanto vi una corriente de dolor en su mirada me contraje. ¿El quería o no algo serio? , si era así, entonces lo estaba lastimando. – Sa-Sabes que, mejor me calló.-
Y como si fuera una niña pequeña, me retire con las mejillas sonrojadas y soltando palabras sin sentido. Seguía sintiendo su mirada en mi espalda y eso me ponía peor.
…
…
…
En cuanto llegue a la sala, casi me volví loca.
Ropa por allí, cosas por acá y un montón de adultos jugando a ser niños. El mundo se iba a volver mierda y estos imbéciles jugando con las armas.
-¡¿Que mierdas creen que están haciendo?! Se supone, ya estaban listos.- Grite estresada.
-¡El empezó!- todos juntos apuntándose unos a otros.
Me golpee por segunda vez en el día la cara. Cuantas cosas bizarras en un solo día. Me volveré loca y tendré miles de gatos.
-solo, prepárense inmediatamente. Llamare a la base para que empiecen la apertura del portal y preparen el avión.-
Me gire de nuevo hacia la salida. Debía ir en busca de Hiro y los demás.
Como si el universo hubiera decidido estar en mi contra, me estrelle en contra del peliblanco que estaba entrando a la sala. Me aleje confundida y colocando mis manos sobre mis cienes trate de mirarle a la cara.
-Hazme un favor y mantenlos vigilados. Que se arreglen rápido y que estén preparados en diez minutos. Voy a buscar a los demás, Karan ya debió haber terminado de hablar con Byakuya.-
-Está bien, voy a estar al tanto. – Asintió con la cabeza antes de terminar su recorrido, parándose más recto y respirando hondo. Corrección, los dos nos íbamos a volver locos.
Camine casi histérica por todo el lugar. Necesitábamos salir, inmediatamente.
Presione algunos botones del reloj, mientras observaba como la pantalla se encendía mostrando el menú de utilidades. Presione uno de los atajos y busque el contacto. En cuanto lo vi, respire hondo, esperando a que contestaran rápido. Escuchando con atención a los ligeros sonidos que frecuentaban en mi oído a través del intercomunicador.
Uno, dos tres. El sonido iba y venía. En cuanto se cortó uno de los pitidos me relaje.
-Hola, ¿Karin, eres tú?-
- sí, soy yo. Hidari, por favor, habla con siria, necesito encontrarme con ella. Otra cosa, llama a la central de transporte y diles que vallan encendiendo el Quinjet A13. –
- Este bien, hablare con ella. Puede que tarde en hablar con central. Hoy es día de revisión en los complementos de despegue.-
-Ay, está bien.- gire los ojos agotada- Pero comunícate conmigo en cuando te den el aviso de supervisión-
-Está bien, estamos en contacto. Oye, Karin. ¿Quieres que valla preparando al equipo?-
Sonreí agradecida. A veces, olvidaba algunas cosas. Lo bueno era que mis compañeros eran muy capaces y también prevenidos.- Si, muchas gracias, Hidari- De esa forma, en caso de que Siria aceptara venir con nosotros, el equipo estaría listo.
Camine unos metros más y me detuve en cuanto algo capto mi atención. Karan estaba discutiendo algunas cosas con Rangiku y Momo.
-Karan, te estaba buscando. No respondes mis mensajes.-
-Discúlpame, es que mi comunicador se descargó. Olvide conectarlo anoche.-
-Ven, dámelo- Lo saco de su muñeca y lo entrego en mi mano.
Me aleje un poco y rodee el objeto en mis manos. Cerré los ojos con, buscando calma. Concentre mi energía en mi mano, cuidando que no se me pasara la mano en la cantidad de carga que permitía fluir al dispositivo.
Sentí como lentamente el reloj me daba ciertos toques, entre más carga recibía. En cuanto estuvo cargado, se lo entregue de nuevo.
-Listo, esto será suficiente. Necesitamos que nada falle.-
-Karin, linda. No olvides mandarle saludos a mi capitán. No me dejo hablarle eta mañana cuando trate de despedirme.- Rangiku me sonreía, pero, había algo en su mirada. Algo, extraño. Como si estuviera insinuado algo.
-Lo mismo digo yo. Dile que a la próxima se despida de mí. Él siempre es tan seco.- momo me dio un abrazo con cariño. La chica era una dulzura en su totalidad, era una muñeca de porcelana.
Nada en comparación a mí. Un recuerdo más de que entre él y yo, no puede pasar nada.
Ignorando le punzada de dolor y un poco de ellos que recorrió mi pecho, le devolví el abrazo. Su calidez era tan pacifica que me recordaba en parte a mi dulce hermana. Me pregunto, que están pensando mi padre y Yuzu. ¿Acaso, si quiera han pensado en mí?
-no te preocupes, le mandare tus saludes. Y espero, que cuando nos volvamos a ver me dejes ver tus poderes. Siempre elogias los míos pero sé que también eres poderosa.-
Nos separamos con cuidado y simplemente me termine de despedir, siguiendo mi camino de vuelta a la sala, por casi la quinta vez.
Durante el camino nos encontramos con Hiro. Discutimos algunas cosas sobre lo que debiera ser el plan de ataque, pero también comentamos sobre la idea de revelar las cosas sobre Katsu ante el resto del equipo.
-sabes que eso también puede ponerte en riesgo, ¿Verdad? Si les cuentas todo, tendrás que revelar de donde surgen tus poderes y podría ponerte vulneraba ante otro enemigo.-
-No es necesario decir esa parte. Solo discutiré eso con mi hermano, el resto solo sabrá la parte resumida de la historia.-
-¿solo sabrán sobre la novela de la cuarta luna?, déjame disfrutar de ese relato- golpee con el codo a Karan ante su comentario. Era verdad que ella fue la primera en saber sobre esa historia. Ella decía que parecía una novela, debido a lo cursi de sus escenas, A veces yo también pensaba lo mismo.
Cuando nos faltaban pocos pasos para entrar, los gritos de batalla dentro de la sala me dieron una idea de lo que estaba pasando.
-No puede ser, ¡no otra vez!- Al parecer al universo le costaba darme un equipo decente.
…
…
…
Toshiro:
En cuanto Karin se retiró de la sala, no tardo mucho tiempo antes de estar cruzando miradas con Kurosaki.
-Escucha Kurosaki, hoy no estoy de humor para soportar tus estupideces. En vez de eso, deberías estar listo. ¿No sería mejor que le facilitaras las cosas a tu hermana?-
-No entiendo de que estas hablando, Enano-
Me acerque a él, quedando cara a cara. Lo mira a los ojos frunciendo el ceño. No podía evitarlo. Karin no lo notaba debía a que ella está dentro del conflicto y por eso mismo, no siempre tiene la misma perspectiva de alguien externo.
Talvez ella no lo notara, pero su hermano se estaba comportando como un niño de manera casi consiente. No por que quisiera estar como un niño mimado haciendo pataleta, sino porque la quiere hacer desear retirase. Porque el, no afronta la realidad y cree que esta en el derecho de justificar sus acciones para mantenerla en donde la quiere.
Solo es su instinto de protección, pero eso mismo le causa más problemas a ella de lo que es realmente necesario.
-Te estas comportando como un imbécil. No estas ayudando a tu hermana, le estás haciendo el trabajo más difícil. Solo estas atrapando lo inevitable.-pensé un momento y lo interrumpí cuando iba a responder. –Corrección, estas tratando de llevarla en retroceso. Quieres que todo sea igual a antes.-
-¡¿de qué mierda estás hablando?!- Me empujo con fuerza, haciéndome trastabillar. –Escucha, Toshiro. No tienes ningún derecho de meterte en nuestras vidas y manipular a mi hermana. No sé cuáles son tus intenciones, pero aléjate de ella.-
-Mira quien habla. Yo no me metí en tu vida. Me metí en la vida de ella y no porque lo hubiera decidido sino porque así paso. El que no tiene derecho aquí de decidir lo que es correcto y lo que ella deba hacer con su vida eres tú. Ya no es una niña, Kurosaki. Es una mujer, completamente capaz de hacer lo que ella desee. Es una adulta.-
Lo volví a empujar, dándome cuenta de que todos estaban en silencio, observando lo que estaba pasando. Incluso Zaraki estaba quieto.
-claro que no, lo que yo quiero es lo mejor para ella. Ella no debería estar metida en estas cosas, ella no puede estar en esto.- Respondió, estaba empezando a enojarse y por alguna razón, me estaba gustando. Como si ese fuera mi objetivo.
-No, lo que tú quieres, es que todo vuelva a ser como antes. Con tus hermanas, detrás de ti viéndote como un héroe, como su gran protector. Comprende, ya no son las mismas de antes.-
-No sé de qué me hablas, maldito desgraciado. Pero te diré una cosa. Aléjate de mi hermana. No quiero que te vuelvas a acercar a ella. No le toques ni un solo pelo, no te acerques más a ella. Y mucho menos te atrevas a volverla a besar.-
No veía las cosas con claridad. Esa manera de autoproclamarse ante su hermana, como su le perteneciera me hacía hervir la sangre. No controle mi boca, no pude hacerlo. Para cuando mi voz término de salir de mis labios, supe que estaba jodido.
-Debiste decirme eso anoche- Mis palabras salieron tan ligeras, con una tonalidad engreída y con el doble sentido retumbando en cada silaba.
Estaba claro que había metido la pata. Porque esa aclaración, decía mucho más de lo que realmente había pasado en la noche. E Ichigo, por supuesto que lo entiendo así.
Se me abalanzó encima, dándome un golpe directo en el rostro. Su fuerza estaba desborda y era muy comprensible. Yo hubiera actuado igual. Pero ya era tarde para pensar en lo correcto, yo mismo había mandado a la mierda la relación que tenía con Karin. El secreto nos duró una noche.
No entendía por qué, pero me sentía tranquilo, a pesar de que el muy idiota me tenía en el aire a punto de darme otro golpe. Reaccione a tiempo, dándole un golpe con la rodilla en la punta del estómago, dejándolo sino aire de inmediato.
Estaba a punto de arremeter contra mí, deteniéndose en cuanto Rukia lo tomo de las muñecas, siendo halada por su fuerza.
-Detente, maldición. Compórtate, una pelea no es la mejor manera de arreglar las cosas.- Irónicamente, le dio un golpe en la cabeza que lo dejo perdido por algunos segundos. Y disculpe usted, Capitán, pero esa no fue la manera más correcta de afrontar esta situación.-
-Lo sé y me disculpo por eso.- la boca me sabia agrio, por mentir de tal manera. Por supuesto que quería hacer eso. Últimamente no controlaba mi legua, pero la verdad no me importaba una mierda.
-Voy a buscar a Karin. Tengo cosas que hablar con ella.-
-Paciencia, kurosaki. Ella hablara contigo cuando sea necesario. Van a conversar en el avión. –
Le respondí, únicamente, pero no quería meter a Karin en más problemas. Lastimosamente, el idiota no veía las cosas de forma clara.
-Que es lo que sabes imbécil. Mejor, qué demonios quisiste decir con eso de que te lo hubiera dicho anoche, ¿!eh¡?-
-Eso, no te incumbe. Y si lo quieres saber, no estoy en derecho de abrir la boca. Las cosas son entre ella y yo. No hablare sin su consentimiento.-
-Maldito desgraciado ¡¿Qué le hiciste a mi hermana, infeliz?!-
Se soltó del agarre de Rukia, saltando con furia.
Me tomo del brazo y para cuando me di cuenta, salió de su cuerpo. Apunto con la espada, colocando el filo en contra de mi cuello. Su cuerpo aun encima de mí, me mantenía un tanto inmóvil.
-No. No voy a decir nada.-
-habla, estúpido. Si te acostaste con ella te juro que-
-¡No!, maldita sea, Kurosaki.- No podía dejar que continuara con eso. No quería que se malinterpretara tanto la situación. Ni siquiera yo he llegado a pensar en algo como eso.- No rebases esa línea, Kurosaki. Eso pondría en muy mala posición a Karin y tú lo sabes. Estas malinterpretando demasiado las cosas y te vas a hacer una idea muy mala.-
-entonces que le hiciste, que fue lo que hiciste.-
- Ya te dije que no. De una u otra forma, es la intimidad de tu hermana, entiende. No puedes hacer esto, Ichigo. Se supone que la quieres, así vas a lastimarla- Rukia lo detuvo de nuevo. No entendía como, pero eso, al parecer lo calmo.
-está bien, pero en cuanto todo esto termine quiero que te alejes de ella.-
No respondí. La frase estaba al borde de mi lengua "te lo prometo". Se quedó atorada en mi garganta. No puedo hacerlo. Él no está en derecho de decidir esas cosas por ella y la verdad, tampoco quería dejarla de lado.
Quizás no la amaba, pero la quería a mi lado. No sabía si realmente eran celos, o que detestaba la manera en la que él se interponía en la vida de su hermana….Pero definitivamente no le haría caso.
Me senté en el suelo, sacudiendo mi ropa. El muy imbécil me rasgo parte de la camisa.
-¿qué demonios está pasando aquí?, Toshiro te pedí que los organizaras no que los alteraras.- Karin entro furiosa, acompañada de Karan y Hiro.
Se para al lado mío y me tomo del brazo. Me apoye de ella y me levante rápidamente.
Me pareció tierno. Cuando estaba en el suelo, ella parecía imponente. Pero mientras me ponía de pie, poco a poco se volvía cada vez más adorable.
Sacudí la cabeza para sacarme la idea y sonreí. Le mire a los ojos. No entendía que veía ella, que cada vez que levantaba la mirada de esa manera, parecía no poder respirar. O tal vez, solo era yo el que veía eso y realmente no sucedía.
-Uhmmm- Ichigo carraspeo con la garganta. Completamente enojado e incómodo con nuestra situación.
Como si no pasara nada, los dos nos apartamos. Karin dio un paso hacia mí y rápidamente, acomodo mi camisa, que permanecía desajustada. Miro la parte rasgada de la prenda y frunció más el ceño.
-es en serio, Ichigo. ¿Por qué lo hiciste?-
-Él se lo busco. Me estaba retando.- Karin iba a responderle, pero él la volvió a interrumpir.- más bien contesta tú. Que fue lo que hiciste con este idiota. No soy idiota y sé que algo pasa entre ustedes.-
Si estaba más enojada o no, no lo notaba. Por un momento le iba a responder otra vez al muy idiota. Pero ella me gano el tiempo.
-Me bese con él. ¿Algún problema?-
Las palabras que estaban a punto de decir se quedaron en mi boca y pasaron a ser una fuerte tos. Ella lo había dicho, sin ningún remedo a lo que pudiera pasar.
Quizás solo fue el enojo. Pero la mirada de Ichigo era algo bastante satisfactorio de ver, por lo que no me queje en ese momento.
-Me dijiste que no lo habías hecho.- Me acuso. Ichigo estaba prácticamente rojo. Su seño parecía no poder fruncirse más.
-te dije que no me había acostado con ella y que eso no era de tu incumbencia. Simplemente no respondí a tu pregunta.-
-Lo que haga o deje de hacer con mi vida íntima es mi decisión. No tienes ningún derecho a meterte en ella como si pudieras elegir con quien debo estar. Esta no es la era colonial, Ichigo.-
El veneno caía con gracia de sus palabras. En verdad estaba enojada.
-Ahora, el portal está a punto de ser abierto. Tomen lo que le haga falta y sigan a Karan. Espérenme allí y tú.-Señalo a su hermano- haz caso en lo que te digan y si quiere que te hable en el resto del viaje será mejor que no metas la pata. Pueden retirarse.-
Poco a poco todos empezaron a retirarse de la habitación. Cuando iba a continuar el camino del resto, ella me detuvo. –Espera, hay que cambiar esta camisa.-
En cuanto no quedaron muchos en la sala, ella se pasó hacia uno de los lados y tomo una camisa que continuaba sobre una de las tantas mesas del lugar.
-Quítatela- ordeno.
Por alguna razón, no me sentía incomodo ante eso. Normalmente no lo hacía, pero siempre tenía cierta vergüenza en quitarme la ropa con una mujer cerca. Más por respeto que otra cosa.
Solté poco a poco los botones y me saque las mangas.
Ella se quedó viéndome por unos segundos, antes de sonreír de manera timidita.
-el, te dijo algo. Sé que lo hizo, siempre lo hace.-
-Solo quiere protegerte.-
No entendí por qué lo estaba defendiendo. Tal vez, solo quería que se relajara. Me dio la camisa y en cuanto me la puse, empezó a abotonarla.
Deje que lo hiciera. Me sentía cómodo en esa situación. Cuando iba por la mitad de la camisa, la note algo perdida.
-Que sucede, te sientes bien?-
-Sí, es solo que… lamento por haberlo hecho, solo me enoje y ahora vas a estar en problemas por mi bocata.-
-¿de qué hablas?-
-De los besos. Le respondí a mi hermano más porque quería que dejara de hacer eso que otra cosa. Lo siento, se supone que nadie lo debía saber y yo…-
-Karin, mírame. Ya no importa.- Pase una mano por su cabello, dando una caricia.-Es verdad que no debías decirlo, pero ya no hay vuelta atrás. Además, para serte sincero, creo que varios de mis subordinados nos vieron besándonos esta mañana. Mi culpa, lo admito.-
Ella termino los últimos botones, dejando los dos primero sueltos, como siempre lo hacía.
-colócate la chaqueta. Voy a ir con los demás.-
La siento, extraña. Creo que debo terminar con esto. Pero es difícil, si el dejo no tendría las agallas de permitirle partir, pero si me quedo, no me queda de otra que afianzar algo.
Cuando vi su mirada al alejarse, todo se volvió oscuro.
No estaba consiente de ello que hacía. Para cuando me di cuenta, ya la estaba besando.
-hablaremos sobre esto cuando todo termine. Por ahora, tenemos que irnos.-La volví a besar, con un poco más de fuerza y finalmente Salí con ella de la mano para dirigirnos de nuevo a donde el resto.
Creo que tal vez lo valla a intentar. ¿Por qué no?
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4060 palabras, no se quejen.
En verdad lamento si tarde mucho en publicar esto.
Espero que hayan notado que ya falta poco para que la cosa se ponga buena. Es complicado, pero, no deja de ser divertido.
Si fue de su agrado o vieron que algo estaba mal, espero que por favor me lo digan en los comentarios. Reviews?
