¡No!
¡Detente!
¿Dónde estoy?
Mis oídos…mi cuerpo. No me sentía bien.
Me moví a un lado mientras buscaba un apoyo. Los sonidos de explosiones permanecen en el fondo. Gritos impulsados por el miedo que permanece de manera inquebrantable.
Mis ojos no se permiten recibir la luz. Era demasiado. Levante la cabeza para encontrarme con el lugar, destruido por completo.
La sangre abundaba cada esquina, mientras los cuerpo a nuestro alrededor cobraban vida junto con los lamentos de los heridos.
No recuerdo casi nada. Mi mente esta nublada, pero hay un sentimiento enterrado en el fondo, que me estremece al descifrarlo. Nos habían descubierto.
No sabía cómo, no recordaba nada. Talvez, ¿nos emboscaron?...simplemente no lo sabía.
Mire hacia el cielo con cansancio, mientras mi cabeza trataba de obligarme a caer en un sueño profundo. Todo dolía y nada estaba claro.
La luz disminuyo ante un cuerpo que la obstruida. Las voces en el fondo eran helidas y no las reconocía. Tenía miedo y algo me gritaba que todo estaba mal.
¡¿Dónde están los demás?! ¡¿Dónde estaba mi equipo?!
—Vamos, preciosa. El jefe te está esperando. —
Nada. Aquella voz me parecía asquerosa y sabía que era del lado enemigo, pero no me da una pista de que paso.
Me tomaron con fuerza. Aprisionaron mis manos mientras el pequeño Clic del metal resonaba con delicadeza. Me habían esposado. Al parecer también encadenado. No tenía fuerzas y de laguna manera no podía generar ningún poder. Me levantaron por las axilas mientras me halaban dentro de algo. Solo sentía el frio del metal deslizarse por mi espalda.
Para cuando logre ver a mí alrededor, no podía hacer nada. Estaba amarrada en una camilla, mientras me ingresaban en un auto y partían a un lugar desconocido. Sin saber que pararía conmigo o con los demás mis ojos se cerraron
Estaba tan agotada, que no sentí cuando me aplicaron el sedante.
No podía ser. Estábamos perdiendo y ni siquiera recordaba cómo.
Soy un fracaso como líder. Sentí como las lágrimas se derramaban por encima de mi piel, mientras la oscuridad se apoderaba de mi mente.
….
—concéntrate. — La voz me llamaba, llevaba un rato tratando de despertarme pero no quiera hacerlo. —Karin, levántate. Tienes que salir de aquí—
¿Tenemos?
—sí, tenemos. Tú y yo somos uno, no lo olvides—
La voz…respondió a mis pensamientos. Las cosas cobraron sentido en cuanto abrí los ojos y el desierto se reflejaba en medio del cielo. Como si un espejo se hallara por encima de nosotros.
Este era el reino interno. No estaba despierta, estaba con mi Zampakuto. Anubis.
—dime que sabes que sucedió, por favor—
Ella asintió, mientras me observaba con tristeza. Era raro verla así.
—Fue Katsu. Estaba preparado para que tú llegaras. —Explico— Trataste de convencerlo. El trato de matarte. No esperábamos que fuera tan poderoso—
— ¿Por... ¿de qué… ¿Cuál es su poder ahora?— Sabia que poseía la capacidad de mover objetos con la mente. No era tan poderoso.
—Deformación de la realidad. Magia negra— Su respuesta me dejó en silencio.
Mierda.
—No digas groserías en el templo. — sonreí un poco ante su regaño, pues ella no parecía tan preocupada como yo la sentía.
Su mirada seca y poco conforme con su alrededor… estaba cansada. Estuvo protegiéndome.
Ya había pasado antes. Ella se convertía en una defensa cuando yo permanecía inconsciente, tomando el poder por sí misma. Sin embargo, el collar que suprime mi poder como shinigami la afecta.
—No debiste hacerlo, lo sabes. Eso te hace daño y luego a mí. —
—No podía permitir que te hicieran más daño. Resultaste muy lastimada tratando de combatir con todos tu sola. —
— ¿Cuantos fueron?—
—Siete. Te dejaron inconsciente y el chico de cabello blanco y los demás desaparecieron luego de que Siria creara una fortaleza de rosas. Nunca regreso, debemos suponer lo peor. —
—No. Nos vencieron pero no creo que lo hayan matado. Sé que…tengo fe en que él es lo suficientemente poderoso. —
Ella solo asintió. Se acercó a mí y coloco su mano sobre mi frente. —Trata de no agotar tu poder. Tendrás que usarlo. —Iba a recriminarle que no tenía sentido no usar mi poder al principio, pero ella me interrumpió. —El Bankai. —
Oh…Eso.
Todo se volvió oscuro de nuevo. Luego, regreso la luz alrededor. Mis oídos seguían doliendo, pero esta vez, podía ver todo sin que me doliera la vista. Una mirada a mí alrededor lo decía todo. Estábamos jodidos.
Me encontraba en una cámara, por encima de la sala pruebas. Estábamos en el CERN y la maquina ya estaba encendida.
Mire a mí alrededor mientras buscaba indicios de alguien más. Me analice a mí misma. Estaba encadenada a algo. No lograba mirar hacia atrás. Una capa de metal me dejaba incapaz de ver más allá de las cadenas. En el suelo, había un gran grupo de cables. Todos estaban atados alrededor de mis pies con ayuda de una lámina de cobre.
Tome un rato para darme cuenta de las cosas. Me habían convertido en una batería humana. Pero, ¿para qué?
El sonido de un grupo de pasos llamo mi atención. Varios guardias entraron por la puerta en compañía de un joven de cabello negro y ojos esmeraldas. Iba vestido con un traje de gala, sosteniendo una copa de vino. El cabello peinado con gracia hacia atrás. Las ropas planchadas y la posición de las manos sobre la cipa eran correctas.
Su mirada parecía penetrante, y, de alguna manera, su color parecía ligeramente toxico. Dañino.
Por encima de su labio permanecía un lunar que le daba carácter. Les dio un par de órdenes y despidió a varios de ellos. Se quedó con dos de ellos.
Dirigió su atención a mí e inmediatamente la sensación de frio recorrió todo mi cuerpo. Al mismo tiempo, una corazonada desataba un lamento en mi mente. Era Katsu.
La sensación de ardor en los ojos me hizo reaccionar. Estaba al borde del llanto. No podía llorar y mucho menos en frente de él. Ese no era el Katsu que alguna vez conocí.
Converso un rato más y, finalmente, me miro. Su rostro parecía aliviado, estaba feliz de verme. Pero yo no.
Recorrió la sala hasta posicionarse a mi lado. Su mirada se volvió cálida por unos segundos—Mírate. Esta preciosa. Hace tanto no te veía, Karin. No sabes cuanta falta me hiciste, amor. —
Mi cuerpo tembló con resentimiento, pues con solo esas palabras me estaban rompiendo. No. Déjame en paz, por favor no. No quiero que el dolor llegue a mí, no de nuevo.
Tomo mi rostro con cuidado y me obligo a mirarlo. Sus ojos parecían tan bellos como la noche en que murió…en que lo creí muerto.
—Pensé…—Las palabras se atascaron en mi boca, como un veneno del que estaba dispuesta a beber. Estaba cometiendo un error y lo sabía. —Pensé que estás muerto. — Pero a veces la tentación a lo prohibido era más fuerte.
No tardo mucho tiempo y se abalanzo sobre mí. Me beso. Fue apasionado, desorientado, doloroso y hambriento. Pero, lo sentí vacío.
Porque lo que alguna vez sentí por él, ya no existía. Por qué él no era el Katsu que conocí. No es el que alguna vez ame. Cuando el beso se cortó, no fui capaz de levantar la mirada.
—Karin, por favor. —Su voz sonaba quebrada. —Mírame y no veas el suelo. Quiero ver tus ojos. —
Acaricio mi cabello, mientras pasaba sus manos por mi cuello. Me tomo del mentón y trato de besarme nuevamente. Aparte la mirada. —No. Tú…No eres el Katsu que yo conocí. El murió hace años. —
—Karin, entiéndeme. Esto es por nuestro bien. —
—El Katsu que ame, no nos traicionaría. El no haría nada de esto. —
—Karin—
—No. Si en verdad eres el mismo, sabrás que tengo principios. —Trague duro. —Y jamás estaría dispuesta a sacrificar a otros por una sola alma. No soy desleal y mucho menos manipulable. No frente al enemigo. Ahora, libérame. —
Su mirada se tornó veneno puro. Se alejó de mí como si mi piel fuera lava. Si pudiera, me hubiera escupido. Su desprecio se volvió físico cuando golpeo el metal al lado de mi cabeza. El golpe fue sordo, pero la marca quedo.
—Cometiste un grave error, Kurosaki. — Me tomo del cuello con fuerza, dejándome sin aire al instante.
Mis pulmones ardían con furia, mientras el solo me miraba con odio. Trate de moverme e intente liberar energía pero no podía. El dolor de mis ojos ante la falta de oxígeno y el sentimiento de ahogo fue desesperante.
—Estas en una sala anti-conductiva. No puedes generar electricidad sin que desactivemos los aislantes que te mantienen vulnerable. — Miro hacia mi cuello y observo la cadena de plata con el signo del rayo. —Además, creo que no sería correcto dejarte con esto. No quiero que mi plan valla en mi contra. — Halo del collar y lo arrancón con fuerza… No sabe en lo que se había metido.
Aun así, ¿Qué planeaba hacer conmigo? La verdad, es que ni siquiera yo estoy segura de que mi cuerpo funcione como conductor sin mis poderes y si mi hipótesis es correcta moriré en cuanto el active el mecanismo de lo que sea que sea esto.
Pensar que alguien en quien había confiado tanto en el pasado se había convertido en esto me helaba la sangre y a la vez me dolía. Pero no podía permitirme a quedarme de brazos cruzados solo porque fue alguien en mi vida. Todo es pasajero en tu vida, incluso los seres que amas. Eso lo aprendí de mi madre.
Tenía que pensar en algo y la única manera de lograrlo es ponerme en contacto con Anubis. Solo así podre maquinar un plan.
Solo espero que los demás están bien. Al menos con eso podre pensar en paz.
Empezó a moverme con desespero. Grite con odio y asco, buscando irritarlo Tenía que hacer que me durmieran, me noqueará o algo. Requería volver a mi mundo interno urgente.
— ¡Déjame ir, desgraciado!— seguí moviéndome, mientras mis manos se lastimaban con el metal que me mantenía inmóvil. —No puedes hacer nada de esto. ¡Este no eres tú!—
Miro hacia otro lado, mientras permanecía callado. Observe su mano. Apretó con fuerza el collar hasta el punto de sangrar, sus nudillos blancos y la mandíbula tensionada. Seguí con mis gritos hasta que finalmente levanto una mano. —Esto la hago por ti, preciosa. — Salió de la sala y poco tiempo después una sonda salió de metal que estaba ante mis espaldas. Se inyecto en mi piel y poco a poco volví a estar inconsciente.
Al sentirme tranquila, abrí los ojos. —Necesitamos empezar a pensar, Anubis—
-Toshiro-
Estaba confundido cuando me desperté. Mi mente estaba borrosa.
Luego de que nos subimos al avión, empezamos a discutir algunas cosas. Karin empezó a dialogar lentamente lo temas que se relacionaban con la misión, trato de profundizar en los enemigos e incluso presento algunos formatos con información de los líderes. Todo iba bien hasta que ella se adentró al tema de Katsu.
La tensión en la habitación se había sentido como un maldito vidrio partiendo la sala de operaciones. Ichigo discutió con Karan porque consideraba irresponsable que permitieran que unos niños se adentraran en una misión tan peligrosa y aunque Karin trato de explicar que eran épocas necesitadas y el riesgo de fallar era inaccesible, Ichigo no paro.
La pelea termino con el grupo separado nuevamente, Mientras yo discutía con Karan, Siria, Hidari y Karin sobre que se haría en cuanto llegáramos Ichigo y los demás trataban de hablar de algo incensario. Sabía que debía estar con ellos pero no pida. Me sentía inútil.
El avión disparo una alarma de riesgo y para cuando nos dimos cuenta, Karin y Siria trataban de generar un campo de protección contra un maldito sujeto que desequilibro el avión y le rompió una de las alas. Karin estaba más que asustada, ¿no se suponía que nadie sabía que estaríamos aquí?
Las cosas se salieron de control y el avión se estrelló justo cuando estábamos a punto de llegar al CERN. En medio de todo, fuimos atacados por unas máquinas extrañas. Un sonido nos dejó complétamele mareados y mientras trataba de estabilizarme unos hombres llegaron a donde estábamos nosotros. Karan recibió un disparo en el cuello con un sedante y Karin se alteró por completo.
Ella y Siria trataron de protegernos, lo que sea que hiciera ese ruido nos aturdía a todos. Salí de mi cuerpo, sentía que no tenía otra opción y me di cuenta de que era demasiado tarde. Siria creo un campo de rosas alrededor de nosotros, pero antes de que pudiéramos escapar, Karin desapareció.
Ichigo se alteró por completo y una honda de luz entro por las raíces de la defensa. Un dolor de cabeza me dejo fuera de combate. Me sentí estúpido e impotente.
Ahora estábamos aquí, en medio de una cueva, lejos del lugar. Lo que sea u nos hayan hecho, en verdad nos afectó.
Quería salir de aquí, ahora. Pero no podíamos. La mitad de nosotros aún estaban prácticamente inactivos. No podían utilizar ningún poder.
Esto no me gustaba.
Frustrado, me levante del suelo húmedo. Sacudí un poco mi ropa y me apoye en las rocas. Sentía que el mundo caía sobre mis hombros. Mi cuerpo se sentía tan débil…
Caminando lentamente, Salí a las afueras de la cueva. Escuche una queja de Siria y Hidari, pero solo respondí con un gemido de cansancio y continúe.
El edificio se veía desde nuestra posición. Siria nos había advertido que debamos permanecer lo más discretos posibles, obligándonos a disminuir nuestro poder al mínimo. De alguna manera, eso afectaba nuestra recuperación, no podíamos auto recuperarnos de las heridas.
Observe con rabia el edificio. Una gran cantidad de vehículos de carga estaba transfiriendo refuerzos del enemigo. Los soldados del enemigo bajaban con orden y paciencia de los autos, mientras comenzaban a organizarse. Como si realmente no tuvieran nada de qué preocuparse.
No. No permitiría que se salieran con la suya. Hay que rescatar a Karin y no hay mucho tiempo.
—Se lo que piensas. No te preocupes, Ella es fuerte y bastante astuta—
— ¿Estas segura de que tenemos tiempo suficiente, Siria?—
—no lo será. Solo debemos actuar el doble de rápido—
— ¿Y cómo vamos a hacer eso?, Nos derrotaron como si fuéramos bebes. Nos quitaron el dulce de la mano y lo pisotearon en nuestra cara—
—Es verdad, parecía como si hubieran sabido nuestras acciones desde un principio—
Ichigo y Rukia comenzaron a hablar y sin darse cuenta, tomaron un punto importante.
—Lo sabían—Las palabras salieron con sorpresa de mis labios. La conclusión me llego de golpe en la cabeza—Alguien nos traiciono—
Sentí todo a mi alrededor detenerse. De repente las cosas tomaron sentido y poco a poco todo se posiciono sobre el tablero de ajedrez. Alguien les informo— Tenemos un espía entre nuestras fuerzas—
Regrese la mirada ante el silencio sepulcral que recorrió las paredes rocosas de aquella cueva. La oscuridad del pequeño espacio se vio intimida por los ojos opacados en rabia de mis compañeros.
—Voy a llamar al consejo— Hidari se levantó con furia del suelo y salió de la cueva— Ideen un plan para sacar a Karin, voy a advertir al equipo.
-000-
Lo sé, lo sé. No he publicado hace siglos y este capítulo fue muy corto. Tenía esperanzas de hacerlo mucho más largo, pero siendo sinceras actualmente estoy en periodo de exámenes. Sé que la trama esta uy confusa en este momento y que además varios puntos importantes ya perdieron gracia.
He notado que esta historia no quedo tan bien como me hubiera gustado, pues inicie a publicarla sin una idea fija. Ahora mismo tengo una dirección final, pero en el desarrollo poco sólido, me temo que elementos iniciales y muchos personajes quedaron a la deriva.
Esta historia pronto llegara a su final. Estoy considerando intentar una segunda parte, pero aún está en discusión.
Espero sea de su agrado este capítulo, lamento los errores de ortografía.
