Fue tras de media hora, mientras se buscaba un espacio en donde todos estuviesen sanos y salvos. La guerra que se desataba fuera de la sala aún se escuchaba con claridad. Los estruendos que se movían de un lado a otro junto con los movimientos del suelo.
La tensión se expandía entre padre e hijo, pero la cuestión de mantener a salvo a la joven los ponía en calma. Toshiro, fue quien se encargó de todo lo que se refiriere a su cuerpo.
En un lapso de tiempo sorprendentemente corto, Karin sufrió lo que pareció un trastorno de poder. Hubo momentos en los que rayos de forma extraña y a veces esas pequeñas sobrecargas, le daban un poco de dolor a los brazos en los que la cargaba. Toshiro parecía ser el único capaz de redirigir su energía, para desgracia de Ichigo. Isshin parecía más tranquilo. No le daba miradas incomodas, ni mucho menos. Pero, Toshiro reconocía algunas facciones de incomodidad en la cara de Isshin. Ninguno de los dos dijo una palabra. Para el mismo le resultaba un poco extraño el estar en presencia de su predecesor. Pero, las cosas en casos de este estilo eran totalmente ajenas para él. Sus relaciones con otras personas a un nivel romántico eran…Irrelevantes. Fueron cosas muy pocas previstas a decir verdad.
Aún recuerda lo incomodo que se sentía en el instante en que Karin le pregunto sobre su virginidad…. Un tema tan incómodo. No sabía muy bien cómo definir esos temas, de igual manera no era algo que le importara mucho. El No era muy hábil en esa área. Ahora la veía ella y se sentía más cómodo. No tenía deseos de verla de manera impropia. Lo atraía, eso estaba de más, pero eso no quiere decir que sus sentimientos fuesen puramente físicos. Él, estaba…. ¿enamorado?
Sacudió la cabeza desatando aquellas ideas tan poco prácticas. Podía resolverlo en cuanto todo esto terminara y aun asi, tenía la mala fortuna de no saber si podrían seguir con esto.
Estaba seguro de que Karin también lo sabía.
Más allá de que ambos estén en mundos diferentes y que sus reglas no lo permitieran. Ellos eran capitanes o una comandante, o lo que sea. Ellos dos estaban ocupados con sus vidas y no podrían hacerse cargo de su relación.
Karin se había estresado, demasiado, de una manera que él mismo había sufrido al principio de su acenso.
Pero todo debía ser rápido en una guerra, y esta no era la excepción. Desde que lograron liberar a Karin, apenas y habían pasado veinte minutos. Inconsciente, sobre sus brazos. La había cargado desde que salieron. Karin parecía no despertar rápidamente. Pronto tendrían que obligarla. No estaba tranquilo con la libertad del desgraciado de Akatsuki.
Cuando lograron instalarse, Ichigo, junto con su padre se retiraron del cuarto en el que estaban escondidos. La pequeña área era un trozo del edificio: Parecía ser una oficina común y corriente. Estaba ligeramente alejada de la batalla (pero no es como si hubiera oportunidad de huir).
Mientras, los dos idiotas atrás de él continuaban una discusión, en la que él mismo no tenía un solo deseo de participar, más que para defender a Karin mientras no pueda hacerlo por sí sola.
La recostó con cuidado sobre el suelo, asegurándose de que ella no se golpeara. Con ayuda de algunas cosas que él tenía guardadas en medio de la chaqueta. ¿Quién diría que el uniforme de los integrantes de la SARD era tan multifuncional? , entre ella materiales de emergencia. No en mucha cantidad, pero se apoyó de algunas más que encontró en uno de los kits de emergencias del edificio.
Envolvió las manos y los tobillos con sumo cuidado, luego de cubrirlos con una pomada para las quemaduras. Parte de su piel se lastimo severamente. Las grietas formadas por los grilletes estaban sangrando. Más allá de eso, su cuerpo estaba en un estado de agotamiento excesivo. Estaba quemada por la gran cantidad de energía que fue expulsada de su cuerpo al momento de liberarla del dije y la prisión de energía.
La máquina en ese momento estaba encendida. La posibilidad de que el mundo en sí mismo fuera destruido en su totalidad…. Estaba más nervioso de lo que podía admitir.
Finalmente, cuando estuvo correctamente envuelta, empezó a pasar un trozo de tela para limpiar la mugre y el sudor. Su temperatura seguía variando. Algunos momentos su cuerpo sufría ligeros espasmos.
Un par de pasos acelerados y el aumento desmesurado de poder. Ichigo e Isshin comenzaron su discusión. Y parecían no tomar en cuenta las verdaderas condiciones.
—Ichigo, préstame mucha atención. Si algo le pasa a tu hermana, te hare responsable de ello.
— ¡ya te lo dije, viejo loco!, ¡¿siquiera, prestaste atención a lo que te acabo de contar?!
— ¿Y esperas que lo tome con calma? Ella estaba contigo, Ichigo. Tú estabas a cargo de ella, como hermano mayor ¡tenías que cuidarla!
— ¡¿y qué me dices de ti?! ¡No es solo mi culpa! ¡Es de los dos! No me dejes todo a mí.
Se mantuvo callado. Si bien le daba rabia, no podía permitirles que salieran. Él debía estar preparado para poder acudir y salvar la reputación de Karin.
Podía sentir que la tensión en el cuarto se volvía latente, pero entonces, algo cambio y se sintió involucrado donde no debía estar.
De repente, la voz de su ex mayor se volvió rasposa y trastabillaba. —Entonces…Los dos fallamos.
—Lo sé, pero… Las cosas no se desarrollaron de manera correcta. Las guerras, las masacres las batallas. Ninguno de los dos queríamos que Karin estuviera presente en este mundo y sin darnos cuenta, la dejamos de lado. Pero, aun tenemos tiempo, para mejorar las cosas…
Sonrió. Toshiro se dio cuenta de que Ichigo había madurado. El tiempo que había pasado en esta guerra, al parecer le dio ese paso que el necesitaba para entender algunas cosas.
Volvieron a salir. Estaba inquieto, pero, requería cuidar de Karin.
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Anubis estaba alterada. La inconsciencia de Karin debido a la abrupta alteración en sus poderes de fullbring se fue más allá del mundo exterior. Incluso aquí, dentro del mundo interior, ella estaba fuera de sí.
Había tratado de devolver su conciencia aunque fuese un poco. No acostumbraba utilizar su poder. Además de que, manejarlo de manera Autónoma dentro de la mente de Karin, era complicado. Está de más decir que en los últimos meses las cosas estaban muy mal con Karin.
El peso de las cosas la tenían verdaderamente mal. Ella no se lo dijo a su familia. Ni Toshiro, ni Ichigo sabían que en verdad, Karin sólo llevaba apenas unos meses como comandante... Estuvo en una prueba la mitad del tiempo, y, si bien se mantuvo a cargo del escuadrón 72, realmente no había tenido que trabajar como tal.
El estrés y el dolor mental que fue implicado sobre sus hombros a una edad tan corta, le sentaba mal. Karin era madura para su edad, pero, hasta cierto punto, seguía siendo una niña. Acaba de salir de su adolescencia, que tampoco disfruto. Su infancia fue un espacio transitorio entre una niña y un adolescente, pero no pudo darse el lujo de tener sus complicaciones pre-adolescentes; las preocupaciones, las obligaciones, los problemas familiares, las necesidades escolares y la guerra en la que su hermano estaba no eran para nada algo natural en alguien tan joven.
Cuando por fin estuvo frente a la niña, Anubis no esperaba la vista de alguien tan pequeño.
La primera vez que divisó mínimamente la identidad de su portadora, no imaginaba que Karin tendría tan sólo doce años. Fue a través de sueños, pero que a tan corta edad, el que su presencia espiritual fuera llamada al mundo interior de Karin, sorprendió de sobremanera a Anubis.
Sin darse cuenta tomó el papel de madre, guía y hermana mayor... Lo que Karin necesitara. Karan fue un apoyo bastante relevante. Esa mujer fue algo más físico, mientras que Anubis fue puramente psicológico. En más de una ocasión, ella había mantenido su mente junta. Karin no era tan fuerte como lo mostraba su coraza y le dolía. La niña se había ganado su corazón y su confianza. Por ello se sentía tan dedicada con ella. Más de una vez Karin estuvo a punto de caer en malos pasos o de rendirse.
No quería que nada malo le pasara. Pero, sus poderes espirituales eran incontrolables en ocasiones. Y el fullbring se volvió contradictorio. Era un poder extra, que, si bien Karin aprendió a controlar, aún afectaba su equilibrio. Y lo de hoy, se volvió un desastre.
Los efectos tras arrebatar el dije que fungía como transmutado corrió contra corriente. Literalmente. La energía de Karin se salió de control.
Y ahora estaba tratando de mantener todo el control de su mente y cuerpo, mientras contenía su energía. Estaba agotada, la cansaba, pero poco a poco estaba volviéndose estable.
Frente a ella, Karin estaba atada con cadenas y sellos, desde los hombros, hasta los tobillos. Su cuerpo flotaba, soltando corrientosos de vez en cuando. Los ojos abiertos, iluminados a tal grado que era imposible divisar el iris. La boca abierta en un grito sin voz e incluso las lágrimas que aparecían por segundos, evaporándose al instante.
Finalmente, Karin estaba tratando de tomar control. Pero era excesivamente doloroso.
Agradecía al cielo que el tiempo dentro de su mente, en momentos como este, era efímero. Mientras en tierra pasaban minutos, aquí podían pasar días o incluso años. Pero dependía de la situación.
La recuperación de Karin sería lenta. Ahora mismo, no podía darse el lujo de descansar como debía.
Cuando sus ojos regresaron a la normalidad, pequeños rayos de energía seguían recorriendo su mirada y su iris se iluminaba en un azul ligeramente oscurecido.
–Me alegra que despertarás. Me asuste, por un momento pensé que no lo lograrías.
–Bueno, no cantemos victoria aún. Tuve que almacenar la energía que se dispersó. Es demasiado para mí, pero, tal vez si la fusionó con el Bankai, utilizando solo las habilidades del Shikai…
– ¡Me niego!
–Sé que lo desapruebas completamente, Anubis. Pero, mientras estuve conectada directamente con la máquina me di cuenta de todo. Utilizarán una fusión entre el clúster y el renzatsu para generar un súper potenciador. Si lo logran, no habrá manera de detenerlo. Sin embargo, gracias a estar conectada a esa máquina pude conectarme con su energía. Sé cómo alterarla para que se autoconsumo, pero...
—Supongo que ese pero, es por un riesgo muy alto, ¿no es así?
Karin asintió.
–Karin, ¿qué puede suceder si sale mal?
–mmm... Bueno, técnicamente... Se podía abrir un agujero negro... Jeje.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Anubis (o presencia ¿?), para luego ser reemplazado por un sentimiento tan esperado internamente que su rostro sólo se estableció como una media sonrisa y un poco de nerviosismo.
No era la primera vez que los planes de Karin fuesen tan arriesgados. Era una fanática en actuar de manera consciente, pre-meditada, pero estúpida. Supuso que, esa necesidad de actuar tan poco ortodoxa, era hereditaria. Su hermano y su padre actuaban casi o peor que ella.
Al menos Karin intentaba analizar sus ideas tiempo antes.
–Bien, entonces, será mejor que analices tu manera de atacar.
–la forma en la que Katsu se enfrentó con los demás… es muy intuitivo. No es como si pudiera esperar algo diferente con el nivel requerido dentro de nuestro trabajo pero... Creo que, es mucho más agresivo que antes.
–Así son los hombres. Es más impulsivo. Pero más que nada cuando se trata de ti.
Karin levantó las cejas un tanto incomoda. No era algo que la beneficiará del todo. De hecho, parecía más como una desventaja. No era muy agradable ser el impulsado de tu enemigo.
–puedo utilizar la electricidad en su contra, tengo demasiado poder acumulado por la explosión de antes.
–es demasiado arriesgado, incluso para ti. Demasiada energía podría destruir tu cuerpo físico.
–y por eso, no puedo atacar a menos que salga de él.
Anubis lo comprendió fácilmente. Tal vez era el momento indicado para que Karin empezará a manejar su segunda naturaleza. Pero temía por su seguridad. La batalla en camino sería algo más allá de lo que ella estaba acostumbrada.
– ¿segura que estas lista?
Karin asintió con fuerza. Se miraron entre ellas por un rato más largo y un rato después, se levantaron para entrenar.
...
Cuando despertó, lo primero que vio fue un par de ojos turquesa, junto con otros avellana que se posicionaban de lado a lado de su cabeza.
– ¿podrían dejarme respirar un poco?, por favor.
Su padre se alejó un poco, mientras que una pelea de miradas entre su hermano y Toshiro debatía en quien se apartará de ella.
Una actitud ridícula, a decir verdad.
– ¿Toshiro, cuanto llevó fuera?
Con una declaración de guerra entre el ceño, Ichigo se levantó del suelo. Por otro lado, Toshiro se sentó a su lado, tomó el paño sobre su cabeza y terminó de limpiar algo en su rostro mientras le respondía: – poco más de dos horas.
Sorprendida, se levantó de inmediato. Era demasiado tiempo.
–No te preocupes, sorprendentemente, los refuerzos, tanto de la SARD, como de la SS están logrando atrasar el avance de Xcution– la tranquilizo rápidamente–Aún no se ha ejecutado ningún plan malévolo–bromeó con sorna, un poco de alegría en su voz.
La tomo por el hombro y ella se movió, levantando la espalda, por inercia. Estaba a punto de tomar impulso para girarse, cuando él la empujo de nuevo. Esta vez, recostándola sobre algo más acolchado.
Cuando volvió a mirarlo, noto que no llevaba la chaqueta de mezclilla y parte de su camisa estaba rasgada…
—Pensé que seguirías con el uniforme de guardia.
—No era mucho de mi estilo. Era demasiado bajo, incluso para mí.
— ¡ay, qué horror! ¿Quién podría insultar de tal forma al capitán de la décima división?—, Karin se burló de él. Toshiro solo apretó los labios con suavidad en lo que pareció el intento frustrado de su rostro de mostrar enojo. Se contuvo casi de inmediato. En cambio, la tomo de la nuca y elevo un poco su cabeza. Planto un beso en su frente y acomodo su cuerpo una vez más, antes de levantarse para salir del desastre.
El mareo en su cabeza y el dolor muscular que empezaba a tomar efecto sobre su cuerpo le estaban dando varias razones para volver a dormir. Pero de alguna manera se sentía menos tranquila con la sola idea de volver a dejar su conciencia para después no despertar. No quería convertirse en una carga. Se supone que debería fungir como un apoyo.
Luego de unos segundos descansando la mente, abrió los ojos. Miro el techo mientras comenzaba a analizar sus próximos movimientos. Tendría que comunicarse con los equipos que estuviesen presentes en el área. Entre los nuevos reclutas brindados gracias a la base de Francia, asi como el equipo de Siria y los shinigamis…Tenia muy poco tiempo.
Suspiro. No había manera de estar tranquila. Frustrada, se giró sobre su hombro para tener una vista del exterior. En unos minutos más, se levantaría. Tal vez lograría que alguien con especialidad en curación la ayudara a salir de su descompensación.
Ichigo entro al cuarto y se sentó a su lado, con un suspiro. Parecía estar igual de agotado que ella. Estaba aburrido, supuso Karin.
—Hola.
—Hola, ¿estás bien?
Karin sonrió. Ichigo se veía gracioso con el uniforme de guardia. Tenía el chaleco mal puesto y algunas cosas estaban mal puestas. Se veía como si hubiera salido del trabajo a beber y ahora estuviera con el uniforme hecho girones.
—Mi cuerpo esta reestableciéndose a sí mismo. Pero, me temo que aún tengo que permanecer quieta. —. Karin respondió. No podía admitir que estaba casi al borde de un desmayo.
—No te preocupes. Trataremos de buscar tiempo si es necesario.
Ella se movió incomoda. Las cosas se salían de sus manos. Necesitaría calmar a su hermano y cambiar sus ideas. Al menos un poco. Decidió tratar de convencerlo:
—No lo harán. En medio de una guerra así, sacrificar a los peones sin dar la jugada correcta es dar por muerto al rey.
— ¿tienes alguna idea?
No quería arriesgarse a decirle que tenía planeado atacar como shinigami. Probablemente Ichigo actuaria de manera instantánea. Parece que ha tenido muchos cambios para sí en estos días. Y era bastante comprensible.
—Umm…ya se me ocurrirá algo.
Ichigo Asintió, pero entonces, algo en su mirada cambio. De repente, sus ojos se oscurecían.
La jalo con fuerza hacia sí, y la tomo por la espalda, teniendo cuidado de no lastimarla.
—por favor, perdóname.
—Ichigo, que…
—Silencio. —Ella cayó al instante, un tanto confundida. —por favor, perdóname.
— ¿De que estas hablando?
—De todo. De todo lo que he ignorado y pasado por alto en la familia, conmigo y con Yuzu. Por mi arrogancia.
—Arrogancia, ¿Cuál?
—Puede que no lo comprendas así, pero lo sabes, ¿no es así? Desde el inicio me creí demasiado bueno. Era consiente de mis fallas como humano. Pero, nunca tome en cuenta mis faltas como hermano. Me creí demasiado bueno, me creí el hermano perfecto y me considere lo suficientemente bueno.
Sin darme cuenta, deje de ser su hermano y pase a ser una simple imagen vacía dentro del cuadro familiar. Le preste más atención a mi vida y a las cosas con respecto a la sociedad de alma. Hice de todo cuanto pude para salvar a todos en ese lugar y olvide, que también me necesitaban.
Olvide que mi vida no era pelear y estudiar. Pretender que todo estaba bien y sonreír en las reuniones de la casa. Me volví un idiota y pensaba que cometías errores y que estabas comportándote como una niña irresponsable sin darme cuenta de que en realidad estabas madurando.
Para cuando perdí mis poderes, las cosas dejaron de verse iguales. Todo estaba siendo tan extraño y, no pensaba que fuera a ser simplemente por mi culpa-
Ustedes ya no eran las mismas para ese entonces y me lo tome como un insulto.
Siempre estaba con idioteces de que los deseaba proteger. Que cada sacrificio era para mantenerlas a salvo- Pero no era cierto- el proteger a la ciudad de Karakura desde el otro lado no significaba que ustedes no pudieron haber muerto en cualquiera de mis batallas.
Y mira en que termino todo. Dime lo que quieras, trata de convencerme, Karin- Pero yo seguiré siendo el culpable de que estés aquí. El que te arrastro aquí fui yo. Yo fui quien te obligo a convertirte en algo que no eras a tan corta edad, porque el papel de hermano mayor ya no era mío, sino tuyo. Por qué lo perdí bajo mis propias acciones.
Ahora, quiero que sepas que, a partir de ahora, yo te apoyare en todo. Si quieras arriesgarte ahora mismo, si tu plan es un plan suicida, entonces, déjame ser quien valla adelante. No como una pared que te rija, sino como un apoyo que te mantenga a salvo.
—Yo…Ichigo…yo…— Sin poder decir nada más y aferrándose a un más al cuerpo de su hermano, Karin empezó a sollozar.
Fue entonces que un par de brazos se sumaron al abrazo. Karen mantenía la mirada cerrada, tratando de disfrutar el pequeño encuentro, que tan fiel como es la guerra al dolor, podría ser, incluso, el último. Y al parecer todos lo sabían.
Una punzada de dolor muy profundo atravesó su corazón al notar que sus pensamientos correrían con apuro a las fotos que yacían en soledad en medio de su cuarto, junto con las fotos de su equipo. La imagen de su hermana fue la más importante en todo el recuadro.
Que irónico. Ella misma se había convertido en quien era, solo por considerar que su hermano era un idiota. Puede que lo sea, pero no tanto como lo consideraba.
Se dejó llenar la mente de injurias envueltas en furia y dolor resguardado por años. Ambos sentimientos resultado de la preocupación y el terror constante de perderlo a él y poner en un risco al borde de la ruptura a su pequeña familia. Pero en realidad, sabía que su hermano nunca tuvo intenciones de sacrificarse solo por sí mismo. Nunca fueron simples deseos de sobre salir, una posesividad de hacer lo que cree necesario solo por él. Ella es muy consciente de que siempre, su hermano quiso protegerlos.
Ahora, más que nunca, ella se da cuenta que nunca fue fácil para ninguno de los dos lados.
Por supuesto, Karin ya había estado en medio de estos problemas antes, pero, nunca se había puesto más allá de una situación meramente profesional. Siempre preparada para la batalla, pero con su familia en mente. En ese momento, ella se disponía a realizar su trabajo, pero no dejaba de considerar el salir de los problemas y salvar un día más al lado de su familia. Los amaba por encima de todo.
El deber por delante de todo. Lo correcto por delante del deseo y la justicia ante aquellos que la quiebran, pero no seguir la línea completa de la ley es casi
El abrazo termino. Se separaron sin muchas ganas.
Fue entonces que Karin finalmente se dio cuenta de la presencia de su padre. Wow, en verdad estaba lenta. Tardo más de diez minutos y un abrazo incomodo en entender que su padre estaba presente. Y ahora, su mente procesaba todo o que eso conllevaba.
Mierda.
—¡Papá…Yo!
Pero su padre no dijo nada. La callo con una suave caricia sobre su mejilla y negó con la cabeza. —Tranquila. Ya habrá tiempo para hablar. Por ahora, lo mejor es que tú te mejores. Por eso, fui por ayuda.
Karin iba a preguntar que o quien los ayudaría. Las palabras de su hermano fueron la respuesta.
—Unohana…
Una mujer, con el cabello increíblemente largo, atado en una tranza frente a su cuello se paró al borde de los escombros del edificio. Una chica de cabello grisáceo se asomó tras de ella, aparentemente enojada. —¡Es capitana Unohana!
—E Isane…— remarco Ichigo.
— ¡Mas respeto, kurosaki!
~0~0~0~0~0~0~0~0~
Paso casi una hora, pero finalmente llegaron los refuerzos. Tanto la SS como la SARD enviaron grupos disponibles. Rukia se sorprendió al ver a Isshin, el padre de Ichigo, entre los refuerzos.
No necesito decir nada para que el hombre la saludara con gritos ridículos y un abrazo extrañamente entrañable. La verdad, le hacía falta. Se sintió como en casa en medio de ese infierno. Por supuesto, eso sucedió en un lugar privado, su hermano no se hubiera callado sus comentarios cortantes de haber sido lo contrario.
Los dividieron en varios grupos. El equipo que fue enviado inicialmente con la sociedad de almas fue repartido para que ambas partes estuvieran al tanto del otro lado. Su hermano estaría a cargo de librar el camino hacia el centro de control, junto con Shihiro quien era gran conocedor de la tecnología del CERN. Hackearian los controles. El capitán Zaraki junto con Ikkaku y Yumichika estaría al mando del grupo de defensa, junto con otro grupo de la SARD, para deshacerse del ejército que rodeaba la zona Este y norte. Renji iría con otro grupo para proteger el lado oeste. Otros grupos se harían cargo del sur, entre ellos se incluía el equipo de Siria y el de Varin.
Rukia se retiraría un momento a descansar, por solicitud de su hermano y de Isshin. Mientras tanto, el padre del peli naranja buscaría la ayuda médica. Por suerte, Unohana estaba presente en el campo de batalla. Los infiltrados en la sociedad de almas habían sido neutralizados con éxito.
Ella quería irse con Isshin, pero su hermano le dijo que les diera un tiempo a solas. Entraría después de que Unohana se retirara.
Ella no entendía el por qué, hasta que su hermano se lo explico en palabras más concretas: —El excapitán Shiba Se acaba de enterar de todo. Estoy seguro de que aún están discutiendo.
Entonces, ella seria paciente.
Paso casi una hora desde entonces. Cuando Unohana salió de aquel agujero, junto con Isane, le sonrió con cariño. — pasa, estoy segura de que Ichigo te está esperando.
Rukia asintió con fuerza antes de girarse rápidamente, rogando a que la mujer no notara su ferviente sonrojo. "¡Lo prometo! ¡Hablare largo y tendido con ese idiota después de esto!", se dijo a sí misma.
Cuando entro en el cuarto, Karin estaba recostada sobre una camilla de bambú. Su cuerpo parecía estable, considerando lo que acababa de pasar. Aun después de ser curada por Unohana, su rostro mostraba el agotamiento incurable. Tenía los ojos hinchados y las ojera más prominentes que antes. Parecía que había llorado.
Ichigo se acercó en cuanto la vio. La halo hacia él y la abrazo con fuerza, para después dejar un beso sobre su cabello. Se apartó con cuidado, como si se fuera a derrumbar en cualquier momento. Sus ojos la anhelaban, Rukia se sentía cautiva por el color avellana, tan maravillosamente profundo que adornaba sus ojos. —Te ves horrible.
Y la escena se acabó. Rukia frunció el ceño y le planto un fuerte golpe en los hombros.
— ¡Ay, qué falta de delicadeza! ¡Ichigo! ¡Grandísimo idiota!— Tal vez fue todo lo que habían pasado las últimas semanas, pero por un momento a Rukia se le olvido donde y como estaban en aquel momento. Ni corta, ni perezosa se armó de valor (más bien rabia) y tomo a Ichigo por el cuello de su Shihakusho para arrástralo hacia abajo y besarlo con brusquedad. Por supuesto que él le correspondió, se arrepentiría si no. Y que los demás digan lo que quieran, ya estaba harta.
—Rukia, pero que…. ¡enana del demonio, mira donde estamos…! ¡Mira nada más en que cosas! …y el cómo... ¡Mira como me pones!— el pobre chico estaba rojo hasta las orejas. Es más, Rukia juraría que su cabello se veía más rojo de lo normal. La pelinegra solo soltó un par de risitas bajas, cubriéndose la boca con delicadeza sin perder su mirada maliciosa.
Sus burlas fueron irrumpidas por el raspar de una garganta y se sintió avergonzada al notar la mirada turquesa del capitán Hitsugaya, quien parecía más molesto por el ruido que por la reciente demostración de afecto. — No tengo problemas con su relación. Pero agradecería que fueran más silenciosos, ella aún necesita descansar.
—Discúlpelo, Capitán Hitsugaya. El pobre no sabe controlarse—, La disculpa de Rukia fue sincera, ignorando la mirada acusadora de su amigo (novio) que parecía quererla matar por culparlo.
Toshiro estaba recostado contra una pared, con las piernas ligeramente recogidas manteniéndose lo más cerca posible a Karin. Un par de vendajes y empaques de gasas se escabullían a su lado. Recién entonces Rukia noto que el joven ya estaba fuera de su cuerpo. De hecho no veía el cuerpo artificial por ningún lado. En realidad… el capitán solo tenía su Shihakusho*1…
— ¡Capitán!—Rangiku entro en el 'cuarto' corriendo. Se paró contra los escombros de la entrada y se recostó en contra de la pared, mientras parecía tomar aire— ¡santo cielo!, me alegra que este… ¡¿y su Haori, capitán?!
—Me alegra que estés bien, Rangiku—, Toshiro respondió irritado, pero su tono también correspondía al de alguien aliviado de la preocupación. Le sonrió ligeramente y luego señalo a Karin. La joven parecía inconsciente. El sudor se desplazaba por su frente a pesar del paño húmedo que trataba de bajar su temperatura. Entre todo el aspecto agotado de la chica, se veía cómoda, y todo gracias a la camilla brindada por el escuadrón 4, y claro, por el Haori blanco que servía como almohada…— No quería que se sintiera incomoda. Es lo menos que pude hacer para aliviarla. Ni siquiera Unohana pudo ayudarla del todo. Curo sus heridas físicas, pero el desgaste excesivo de Reiatsu causo que su poder se desnivelara considerablemente. No podrá utilizar su fullbring igual que antes… Es como si se estuviera sobre esforzando en mantener su energía cautiva.
Rangiku miro a la joven con tristeza. Se acerco a ella y se recostó a su lado para poder saludarla. —Hola Karin, ¿cómo te sientes?
Toshiro iba a regañarla, pero Karin logro levantar su mano. — Me alegra que estés bien, Rangiku. ¿Cómo esta momo? ¿Y los demás?
—Todos se encuentran bien. La SARD y La SS se unieron para poder arreglar este desastre. No te preocupes, acabaremos esto pronto.
—Por supuesto que sí. —Con un impulso de sus brazos hacia adelante la joven se irguió sobre la camilla. Toshiro, Rukia y Rangiku se acercaron a ella para recostarla de nuevo. Karin se resistió, negando con la cabeza.
Ichigo se acancho a su lado e intento convencerla, — Karin, descansa. Todo estará bien, necesitas recupera…-
—Por supuesto que no. Ni siquiera estoy enferma.
—Kurosaki—Amenazo Toshiro— Tu aspecto no se ve para nada saludable. No estás haciendo nada y ya estas sudando. Tienes fiebre y-
—No es por lo que ustedes creen. No estoy enferma, estoy… tratando de mantener mi poder a raya— La chica suspiro al notar la mirada confusa y preocupada de todos. Karin suspiro frustrada. — Escuchen, cuando Katsu me puso en esa máquina del diablo me obligo a generar una gran cantidad de energía. Mi poder se salió de control. No puedo manejarlo muy bien. Aun sin la cadena la energía sigue en mi cuerpo, tratar de descansar solo me causa más daño.
— ¿Y qué piensas hacer?, ¿Salir a pelear sin controlar tus poderes? Karin, perdiste tu fullbring, no puedes esperar que suceda un milagro. Tampoco me pidas que te devuelva el dije por qué no lo hare.
—No te preocupes, no lo necesitare por ahora.
—Karin, deja de hacerte la valiente. Podemos hacer esto sin ti, ya cumpliste con tu deber— Rukia le acaricio el brazo con cariño, tratando de apaciguar su ira.
Pero una simple caricia no sería suficiente. Y o sabia. Karin era tan terca como su hermano.
La joven trato de levantarse, pero de nuevo, la seguían forzando. Cansada del juego del tira y afloja relajo su cuerpo, metió su mano en uno de los bolsillos de su short y tomo una pequeña píldora.
—Karin, no hagas nada estúpido.
—Tranquilos, es para recuperar mis fuerzas. Todo este tiempo había olvidado que la traía conmigo…— Suspiro, Después de esto, no habría vuelta atrás. Miro por última vez el rostro de su hermano, antes de volver al desastre familiar y a una posible disputa. "Espero que cumplas con tu promesa, y me apoyes con esto", Pensó. Trago la pastilla. Su cuerpo se sintió increíblemente pesado, mientras su alma se deslizaba por fuera de su cuerpo. Fue un movimiento veloz, temiendo que su hermano lograra tomarla de nuevo de los brazos.
Toshiro lo noto justo a tiempo, para pararse frente a ella y servir de separador entre ella y los demás. Esto con la intención de apoyarla y estar más cerca de ella. Confiaba en ella y sabía que haría algo como esto, pero Karin era capaz de salir corriendo como su hermano en momentos como este. El peliblanco no podía permitírselo.
No estaba de parte de ninguno de los dos lados. Su posición era neutra. A favor de lo que fuera más responsable y lógico.
A juzgar por la escena, parecía que alguien hubiera presionado el botón de cámara lenta. Alrededor del cuerpo de Karin, su hermano, Rukia y Rangiku parecían tratar de entender. Era de suponer que para el peli naranja sería un golpe bajo. Demasiado.
En cambio, Isshin se veía satisfecho, pero serio. Seguía en la misma posición estática en la que había permanecido todo este tiempo.
—Lo explicare, después— Los ojos de ónix saltaban entre su padre y su hermano, esperando, lo que fuera.
Ichigo trago con fuerza, articulo palabras sin sonido y luego se dio por vencido. Agacho la cabeza y se levantó del suelo. Parecía querer regañarla, pero se estaba conteniendo.
Karin lo sabía. Se notaba en su rostro.
La detallaron, detallaron la ropa y luego la espada.
Toshiro se sintió extraño cuando noto que la apariencia de la chica, era muy diferente a cuando la vio transformarse por primera vez. Habían demasiada diferencias a decir verdad. La katana era muy diferente. En verdad, no se asemejaba en nada a la de la primera vez. La empuñadura era negra con detalles rojos y dorados. Un listón colgaba al final y terminaba en una pequeña campanilla. La guarda poseía detalles en lo que parecía ser oro y en la cuchilla había la figura del dios de la muerte egipcio con detalles bastante finos. La espada en si misma era hermosa.
Karin miro hacia su mano y con vergüenza se levantó de su postura. Había estado a la defensiva en todos momentos.
—Karin, hija. Sé que te preocupa que reaccionemos mal pero no veo necesidad a que desenvaines tu espada de esa forma. No te preocupes, no estoy enojado— Isshin se veía realmente tranquilo. Parecía ser el más estable (a excepción de Toshiro, obviamente).
—Papa tiene razón…No digo que ese conforme con esto pero, te prometí que sería más comprensivo.
Ichigo sonrió con amargura y destenso lo hombros. Pero Karin nunca guardo la espada. Extrañamente, tampoco se sentía su Reiatsu. Era como si no estuviera presente.
—No es su culpa. Estoy obligada a hacerlo.
—Creo que eso no es muy explicativo, querida, — Reflexiono Rangiku.
—Les dije que no tengo control sobre mi poder. Este collar...—, Tomo un collar extra en su cuello. El collar no se veía a simple vista, más bien pareció mostrarse cuando lo tomo— Esta hecho específicamente para que mis poderes de shinigami nunca tomen participación durante mis batallas y en caso de que me lo quitara, podía usar un poco de su poder, pero nunca lo he utilizado estando asi, fuera de mi cuerpo. Ahora mismo, el collar sirve para que no sientan mi presencia como shinigami. Katsu debe pensar que estoy inconsciente y será mejor asi.
— ¿Y qué pasa con la katana?— Pregunto su padre.
—retener mi poder me cuesta demasiado estando en esa posición—Señalo su cuerpo— me hago menos daño estando fuera de mi cuerpo. Mantener la katana fuera, me permite controlar el poder a través de ella, y el collar me hace "invisible" frente al enemigo. Al menos, hasta que de mi primer ataque, a partir de entonces el collar será completamente inservible.
— ¿Pero no podrías hacer eso con la espada en su vaina? Solo es control, ¿no?—, Rukia se miró confundida.
—No, esto es diferente— Respondió Isshin— Porque para que la técnica funcione, la Zampakuto debe estar activa…es decir, que ese es tu Sinaí, ¿no es asi?
Durante la explicación, los ojos de Isshin pasaron de estar serios a mostrar por completo su orgullo y emoción. Y pronto empezó con sus tonterías. Ichigo inició una discusión nuevamente con su padre mientras el otro se jactaba de que su hija tenía en su posesión una Zampakuto hermosa, como ella y su madre. Luego metió cosas que no tenían nada que ver con el momento y finalmente, Karin le golpeo en la cabeza con fuerza.
— ¡ya basta, tenemos que irnos!
—Karin, espera. Antes de que despertaras ya habíamos organizado grupos para poder encargarnos de todo esto y…—, Rukia guardo silencio cuando Karin la detuvo levantando la mano suavemente.
—Lo sé, Karan me lo informo.
— ¿Pero cómo?, estuvimos contigo todo el tiempo, estuviste inconsciente la mayor parte del tiempo. — Ichigo miro a su hermana y luego al peliblanco que permanecía al lado de ella.
—fuiste tú, ¿no es asi?
—Si, por si no lo recuerdas, antes de que viniéramos aquí todos estábamos conectados con los equipos de intercomunicación. La mayoría de ustedes las perdieron durante el primer encuentro, yo seguí conectado. Además del reloj que también funcionaba de la misma manera. Estuve hablando con Karan, conocemos los espacios y los equipos que se formaron recientemente. A su vez, me encargue de dejar el espacio de nuestro grupo.
—Pero, todas las misiones ya fueron asignadas.
—Exceptuando la más importante. —mientras explicaba, Toshiro recogió con cuidado el Haori, reemplazándolo por el uniforme de uno de los guardias—… Nosotros estamos a cargo de detener a Katsu.
Y asi, este capítulo llega a su fin.
Tarde siglos, lo sé. No he estado muy bien últimamente. Sufro mucho del síndrome de la hoja en blanco y el bloqueo artístico… ¡Pero ya estoy de vuelta!
*1: Shihakusho, el uniforme que portan los shinigamis.
