Camarillas

Gerald bostezó de cansancio mientras apartaba la vista del pesado libro en sus manos. Se encontraba recostado contra el marco de la ventana circular de la sala común y, distraído como estaba, empezó a observar el vuelo de los pájaros en el cielo del atardecer.

- ¿Sigues intrigado por eso?- preguntó Ron, sentado en un sillón a pocos metros

- No deja de darme vueltas a la cabeza

Dean Thomas y Seamus Finnigan, también sentados cerca, acababan de terminar una partida de ajedrez y escucharon su conversación.

- ¿Sobre qué estás investigando?- preguntó Dean, mientras acomodaba las piezas para un nuevo juego

Gerald volvió la vista hacia él y consideró por un momento guardar silencio. El incidente en el pasillo del tercer piso le traería problemas si se hiciera público. Pero al final se encogió de hombros y continuó:

- Sobre como derrotar a un cerbero, un perro de tres cabezas

Gerald dudaba que alguno de ellos aportara algo de utilidad. Solo necesitaba alguien con quien expresar sus ideas. Si no descubría nada por su cuenta entonces preguntaría a estudiantes de tercer año. Y si tampoco sabían, quizá a Hagrid.

"No. A Hagrid no", pensó. Hagrid podría contárselo a los profesores. Si los estudiantes de tercer año no sabían, tendría que renunciar.

- Yo sé cómo- dijo Seamus- se vuelven obedientes cuando oyen una lira

- ¿En serio?- Gerald se frotó los dedos, agotados por sostener el libro por tanto tiempo- ¿Recuerdas donde lo leíste? He estado curioseando por una semana y no he encontrado nada

Seamus se rascó la cabeza, avergonzado.

- Bueno, no fue precisamente en un libro. Mi padre quería que aprendiera japonés y me compró unos libros de historietas para motivarme

- No sabía que en China tuvieran cerberos- interrumpió Ron

- Japón y China son dos países diferentes Ron. Pero tienes razón, en la mitología japonesa no hay cerberos- dijo Gerald suspirando

Desde que supo del robo a Gringotts precisamente el día en que se toparon con Hagrid en el banco; y que la escuela resguardaba algo debajo de aquella trampilla, no pudo controlar su curiosidad.

- Tal vez Hermione sepa algo. Sería bueno preguntarle, esa chica siempre se la pasa leyendo- opinó Dean

Ron puso mala cara.

- Estoy seguro que no te guarda rencor Ron. Solo debes disculparte

- No es eso. Esa chica me pone muy incómodo. Se ha estado juntando con… mira ahí está- dijo señalando por la ventana

Gerald bajó la vista y los vio transitando por el patio de la escuela. Al principio no notó nada incorrecto, solo dos niños caminando. Pero entonces, casi cuando escapaban de su rango de visión, vio a Harry toparse con Draco en una encrucijada y pudo advertir las inquietantes similitudes.

Hermione mantenía constantemente una distancia tres pasos detrás de él, al igual que Crabbe y Goyle.

- La trata como un sirviente- dijo Gerald

- Sí. Y nunca se separa de él. Deberíamos hacer algo

Gerald no conocía a la muchacha. Las únicas impresiones que tenía de ella era que era inteligente, entrometida y siempre deseosa de demostrar lo bien memorizados que tenía los libros. Al menos hasta Halloween, luego había desaparecido del radar.

Los observó detenidamente. Y finalmente llegó a una conclusión.

- Por ahora no haremos nada. Pero si eso se mantiene, advertiré a la jefa de nuestra Casa para que hable con ella

No había problemas con una simple amistad. Pero si de verdad fuera una relación de subordinación, entonces existía la posibilidad de que Hermione atacara a un compañero Gryffindor bajo las órdenes de su hermano.

Y eso no solo causaría daños al honor de la Casa. Si no también a la chica, que ya no podría pasar un solo segundo sin ser acosada por sus propios compañeros.


Al principio a Harry le había resultado un poco perturbador tener a alguien siguiéndolo a todos lados. Pero según supo por los comentarios de otros Slytherin (burlas más bien), la niña parecía no tener amigos y Harry no tuvo corazón para rechazarla.

De hecho, durante los primeros días llegó a pensar en incluirla en el puñado de Slytherin con los que no se llevaba demasiado mal. Sobra decir que no resultó.

- Llegas tarde- dijo Draco, mirando despreciativamente a Hermione, pero sin insultarla ni dejar que Crabbe y Goyle lo hicieran

- Lo sé. Tuve algunas complicaciones

Draco observó sus alrededores antes de sacar de su túnica un paquete envuelto en piel de oveja. Harry a su vez sacó un libro delgado de color negro y lo intercambió por el paquete.

El trato inicial de intercambiar las hojas de papel carbón por conocimiento había mutado a esto. Después de todo, con Harry teniendo acceso a la sección prohibida a través de los túneles de la Cámara Secreta, no necesitaban a los estudiantes de séptimo.

- No sé cómo te logras escabullir sin que te noten- dijo Draco en un murmullo- Solo espero que tu sirviente sepa guardar silencio

- Hermione es muy discreta, lo sé de primera mano

Ambos asintieron y Draco hizo el además de marcharse, pero en el último segundo volteó y dijo:

- ¿Sabes?, no es necesario que reúnas nacidos de muggles, hay muchos mestizos que estarían dispuestos a seguirte

- Lo sé- respondió Harry de forma cortante mientras le daba la espalda y se marchaba

Harry y Hermione se dirigieron hacia la esquina más alejada del patio antes de abrir el envoltorio. Dentro se hallaba un grueso libro de color verde pálido cuyo encuadernado tenía el escudo Malfoy en él, obviamente era algo que Draco pidió por lechuza a su propia casa.

Sería gracioso ver su expresión si algún día llegara a enterarse quien verdaderamente usaría ese libro.

- Es la autobiografía más racista que debe existir en el mundo- dijo Hermione luego de revisar algunas páginas- Pero si Salazar Slytherin deseaba que alguien descubriera cómo entrar, es probable que dejara la contraseña en este libro

Harry sonrió. Casi había olvidado lo que era charlar con alguien y no estar continuamente alerta de no mostrar debilidad.

- Recuerda: no tenemos mucho tiempo. Pero al mismo tiempo no debemos llamar la atención, así que solo revisa el libro cuando estés completamente sola

Era cierto. No disponían de mucho tiempo.

Hermione le había contado algo preocupante. Al parecer la noche en que Draco engañó a Gerald con el duelo a media noche; Hermione, Gerald y otros estudiantes habían descubierto un perro de tres cabezas custodiando una trampilla en el pasillo del tercer piso.

Considerando lo poco probable que era que todos los accesos a la Cámara Secreta permanecieran sin descubrir hasta ahora, era evidente lo que el personal de Hogwarts custodiaba con tanto celo.

Harry no era cercano a Gerald, pero sí había escuchado suficientes anécdotas de su padre como para saber que no renunciaría a un misterio como ese. Además: estaba el hecho de que la lengua parsel era hereditaria, por lo que seguramente él también podría hablarla.

Pronto su hermano también llegaría a descubrir la Cámara. Y entonces su única oportunidad de utilizar los tesoros ahí guardados para superarlo se esfumaría.


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