Europa
Hermione despertó sintiéndose renovada, poderosa… y extrañamente invulnerable. Sin ningún tipo de molestia, ni siquiera la más mínima. A pesar de haber dormido toda la noche en una túnica manchada de su propia sangre.
Alargó el brazo y tomó un frasco color rojo oscuro. Sacó el corcho y bebió todo el contenido de un trago, sin inmutarse por el horrible sabor de la poción. Incluso el asco había sido suprimido por el Cruciatus.
Se levantó tambaleándose y empezó a caminar en dirección a su varita. La cual, por suerte, había arrojado a unos pocos pasos de donde estaba ahora. Necesitaba revisar los efectos del ritual sobre su cuerpo.
Pero cuando la tuvo entre sus dedos e inyectó un poco de magia, esa idea desapareció de su mente.
Una emoción, que hasta ese momento crecía disimuladamente, saturó sus sentidos y le hizo retener el aire en sus pulmones. Por primera vez comprendió lo peligrosa que podía ser una varita, que no solo era una herramienta, sino también un arma.
Y a la vez la invadió la irrefrenable necesidad de torturar a alguien, de disfrutar del dolor que podría causarle a su víctima. Como si estuviera sosteniendo un látigo en sus manos y viera a cientos de personas arrodilladas frente a ella.
Apuntó hacia el corcho y lo transfiguró en un escarabajo.
Luego, guiada por un conocimiento tallado en su sistema nervioso, disparó un finísimo hilo de color cobre de la punta de su varita y vio cómo el pobre bicho se retorcía de dolor durante los tres segundos en que la magia le permitió mantener su forma de insecto.
Una felicidad inmensa palpitó en su pecho.
El Cruciatus era parte de ella, y eso le permitía "ver" con una claridad impresionante su funcionamiento. La forma en que atravesaba la piel y estrangulaba los nervios, provocando un dolor puro. Tan puro que podía ser palpitante, abrasivo, agudo o gozar de una naturaleza única para cada persona. Todo dependiendo de lo que a la víctima más atormentara.
En comparación con la mente primitiva del insecto, el tormento de un humano debía ser muy superior tanto cuantitativa como cualitativamente.
Por fin entendía lo que era descrito en el Libro Plateado. La razón por la que el Cruciatus estaba asociado a una victoria aplastante luego de una guerra. A poseer la completa capacidad de hacer lo que deseara con el lado perdedor, incluso torturarlos hasta la locura.
Resistiendo la emoción que la recorría, caminó hacia el borde de la sala y se sumergió en el agua fría. Salazar había advertido lo fácil que era intoxicarse con el poder de los primigenios.
- ¿Harry?- Con la mente más clara, y luego de cambiarse la túnica, Hermione procedió a acercarse a él con un caldero lleno de agua
Siendo el Cruciatus y el Imperius imperdonables de igual ley, y sabiendo que ambos ofrecían protección contra la Legilimancia, Hermione esperaba no verse afectada de ninguna manera por el aura del Imperius.
Pero cuando Harry abrió sus ojos, Hermione supo que el Cruciatus no presentaba defensa alguna contra el miedo.
Harry la miraba con el desprecio con el que un humano miraría al más bajo de los animales. Sintió deseos de huir y de rendirse a partes iguales, cómo el humo de un incendio que aterroriza y duerme al mismo tiempo.
Su rostro poseía el mismo semblante de determinación obsesiva que había visto cuando se quedaban sin fondos. Y a pesar de estar sentado, su postura ligeramente inclinada hacia adelante evocaba la imagen de un animal acechando a su presa.
Entonces los ojos de Harry se desviaron nerviosamente en busca de su varita. Apenas por un instante, pero fue suficiente para reaccionar y darse cuenta que ella no era la única en estado de alerta.
Luego un baldazo de agua fría lo baño de pies a cabeza.
Una débil luz violeta iluminó el estudio de Salazar mientras este los inspeccionaba a detalle, observando con incredulidad los cambios físicos ocurridos durante la noche.
La niña tenía un sistema nervioso completamente extraño. Era doble. Con las fibras dedicadas a la movilidad completamente separadas de las sensoriales. Ambas funcionando a la vez, pero de forma radicalmente diferente. Todas ellas protegidas por algo que parecía metal y a la vez materia orgánica.
Y el diseño… era fantástico. En especial en su piel. Trabajado a una escala extremadamente pequeña, imposible de manipular incluso con magia.
Si hace mil años uno de sus alumnos le hubiera presentado una muestra de ese tejido, lo habría expulsado inmediatamente por intentar jugarle una broma.
Salazar suspiró e hizo unos pocos comentarios vagos. Incluso con todo su conocimiento, solo podía adivinar:
- Deberías ser capaz de sentir dolor físico… pero solo hasta cierto punto. Más allá de eso tu cuerpo lo interpretará como un simple malestar. En cuanto al dolor producto de un hechizo, no deberías sentir nada
Harry, por otro lado, era mucho más difícil de leer.
Los cambios en la médula espinal eran poco notables. Enfocados tan solo en la protección física más básica. Pero los cambios en el cerebro eran cientos de veces más abundantes y sutiles. Apenas era capaz de entender unos cuantos, y esos ya eran sumamente impactantes.
- Solo estoy suponiendo. Pero creo que en tu interior alberga mínimamente una veintena de personalidades. Todas idénticas. Creándose y destruyéndose constantemente. Cualquier intento de invadir tu mente simplemente se diluye- habló, escogiendo muy bien sus palabras- realmente es muy difícil analizarlos a detalle sin las herramientas adecuadas
La habitación regresó a su iluminación normal. Quizá un poco más oscura debido a que Salazar deseaba esconder su propia ignorancia acerca de los resultados.
Pues a pesar de que, durante el desarrollo del ritual, los cuatro fundadores realizaron muchos ensayos con ratas, esta era la primera vez que veía un producto exitoso en humanos.
En cierta forma, Harry y Hermione también fueron un experimento más. Aunque, por supuesto, esto era algo que nunca les diría.
- Me sorprende que estén indemnes. Imaginé que tendrían una pequeña lucha cuando despertaran- dijo cambiando de tema
- Entonces quizá debiste advertirnos con más intensidad- refunfuñó Harry, secándose el cabello con una toalla
Salazar se encogió de hombros. Una parte de él había sentido curiosidad por saber quién se impondría sobre el otro.
Pero, justo cuando estuvo a punto de responderle a Harry, arrugó el entrecejo y miró hacia arriba. Hacia los límites de lo que podía captar su conciencia.
- Hay demasiado ajetreo en la superficie. Incluso para un domingo. Será mejor que tomen una salida alejada del castillo
Tomaron eso como una despedida. Asintieron y caminaron en dirección a la puerta.
- Una cosa más- dijo Salazar
Ambos niños se voltearon.
- Estoy orgulloso de lo que han logrado
El Sol del mediodía calentaba débilmente a través de las copas de los árboles.
En comparación a los terrenos cercanos al castillo, el bosque prohibido era un área repleta de peligros. Algo que habían descubierto por la fuerza cuando intentaron solventar algunos gastos recolectando hierbas y cazando bichejos mágicos. Sobra decir que, al final de aquella noche, acordaron por unanimidad robarle a Snape.
- Imperio- dijo Harry, señalando un desafortunado cuervo que picoteaba algo en el suelo. Luego realizó un gesto con la mano, y el ave obedeció volando hasta su brazo
- Eso parece ser más útil que el Cruciatus- dijo Hermione
- No creas. El Imperius tiene un alcance de unos dos metros como máximo. Y no es posible dar instrucciones que el receptor no pueda comprender
Harry le dio mentalmente algunas órdenes al cuervo, y este voló en dirección al castillo.
- ¿Y ahora qué?- preguntó Hermione- Toda nuestra atención estuvo en completar este proyecto y nunca nos pusimos a pensar qué haríamos después
Harry pateo unas cuantas hojas caídas, disfrutando el único paseo sin preocupaciones que tenía desde hace meses.
- No dispongo de recursos suficientes para volver a dibujar el diagrama, ni tampoco de un candidato que goce de nuestra confianza. Por ahora lo mejor será recuperar nuestra salud y dedicarnos a las clases normales
- En realidad me gustaría que retomáramos las clases de parsel. Con la conexión mental debería ser más fácil… ¡Oh!, olvidamos preguntarle a Salazar cómo usar conexión mental
Harry sostuvo su cabeza. Si alguna vez hubiera probado el wiski de su padre entonces reconocería este malestar como resaca. Uno de los efectos secundarios del ritual.
- Decidiremos que hacer el lunes. No puedo pensar en nada con este dolor
Hermione lo miró confundida.
- Yo no siento nada
- Lo que significa que la inmunidad al Cruciatus está funcionando- sonrió a duras penas- El lunes Hermione, por favor. Ahora mismo solo quiero dormir
Salieron del bosque y vieron a lo lejos solo tres o cuatro grupos de alumnos fuera del castillo. Algo muy extraño para un domingo de primavera.
Fue en ese momento en que el cuervo volvió para presentar su informe.
- «rrok-rrok»- crascitó, posándose confianzudamente en la cabeza de Hermione
- Ya veo- dijo Harry
- «rrok-rrok» «rrok-rrok» «KRAA»
- Con que eso ha pasado
- «rrok-rrok»
- Es una terrible noticia
Tres minutos después. Y luego de docenas de esos intercambios, Harry liberó al ave y la dejó volver a su nido.
- ¡¿Puedes entender a los animales?!
- No, para nada. Solo me respondía "sí o no" a las preguntas que hacía- dijo Harry, angustiado
- Ah, vale. Y entonces… ¿qué pasó? ¿Descubrieron al dragón? ¿Han endurecido las reglas de la escuela?
- Algo mucho peor. Algo que nunca imaginé que podría suceder
Una gota de sudor frió resbaló por su frente al recordar todas las actividades ilegales en las que estaba involucrado.
- Dime… ¿sabes quién es Rita Skeeter?
- Un desastre. Un verdadero desastre es lo que pones en mis manos- se quejaba Cornelius Fudge, aunque por dentro sentía ganas de bailar- pero es posible solucionarlo. Sí. Con una poca de diplomacia, casi todo se puede solucionar
Dumbledore se mantuvo callado e inexpresivo. A veces era más rápido dejar a Fudge divagar, en lugar de intentar preguntar directamente.
- El asunto del dragón es imposible de ocultar. Los rumores ya se han esparcido… y Rita Skeeter ha conseguido un buen número de declaraciones de los alumnos. Aunque quizá pueda hacer algo para minimizar el tema. ¿Te he dicho que conozco al editor de "El Profeta"? Buen tipo, me apoyó en mi campaña
- Sí, lo conozco
- Pero el asunto del Troll es diferente. Debiste decírmelo Albus, solo por si acaso. Si bien solo dos personas llegaron a verlo y te deshiciste del cuerpo rápidamente, sabes que Rita puede sonsacarle información hasta a las paredes
- Reconozco que fue un error encargarle la tarea del entierro a los elfos domésticos
Atravesaron una gran puerta, ingresando al departamento de seguridad mágica.
- Lucius está furioso. Su hijo está en San Mungo y me ha dicho que no descansará hasta que convenza al consejo escolar de destituirte. ¿Te he dicho que conozco al Sanador en jefe? Buen tipo, su hermana trabaja en…
- Sí, también la conozco. Pero volviendo al tema: si me has llamado aquí, supongo que no es para decirme que no puedes hacer nada
- Oh, por supuesto que puedo. Observa, ya llegamos
Cornelius saludó a los guardias custodiando la puerta y a una secretaria bastante atractiva (a la cual saludó mucho más efusivamente). Luego abrió la puerta y entraron a una gran sala llena de casilleros.
- Normalmente las pertenencias de los heridos son mantenidas en el hospital. Pero la naturaleza de estos objetos requería un protocolo diferente
Cornelius abrió uno de los casilleros y retiró con sumo cuidado dos objetos.
- Por un lado tenemos una carta que incrimina de forma incuestionable al joven llamado Ronald Weasley y a Gerald Potter- dijo entregándole el papel a Dumbledore. Pero por otro lado…- dijo abriendo una pequeña bolsita de seda- Tenemos diez galeones, tres de ellos color gris. Falsos, por supuesto. Nuestros aurores encubiertos los usan para rastrear la cadena de contrabando en el Callejón Knockturn
Recibió de vuelta la carta de Dumbledore y volvió a guardar todo con sumo cuidado.
- Encontramos todo esto dentro de las túnicas del pequeño Draco Malfoy. Recuerdo que me comentaste que habían estado desapareciendo insumos alquímicos
- Sí- respondió Dumbledore pensativo- No puedo creer que haya sido un alumno. Tenía otro sospechoso en mente… pero supongo que me equivoqué
- Esta información por ahora es confidencial. Pero hay una posibilidad de que pueda convencer a Lucius de abandonar sus intentos de destituirte si le prometo que no habrá acciones contra su hijo. Ni de parte tuya ni mía… después de todo, un niño puede cometer errores, y no es justo que su educación sea interrumpida por algunos hierbajos robados
Dumbledore miró al ministro directo a los ojos. Sospechaba que esta propuesta le fue hecha a Lucius mucho antes que a él.
Salieron por la puerta y tomaron rumbo al comedor del Ministerio de Magia. Considerando que ya era más del medio día, era probable que ninguno de los dos tuviera oportunidad de almorzar si no aprovechaban ese momento.
- Yo conservo mi cargo como director. Draco y Gerald no son expulsados ni investigados. Los Malfoy escapan de un escándalo… todos obtenemos lo que deseamos. Sin embargo, todas las pruebas siguen en tus manos. ¿Qué deseas tú, Cornelius?- preguntó Dumbledore luego que unos empleados humanos trajeran la comida
Los elfos domésticos no se usaban por motivos de seguridad
- Lo haces sonar como si te pidiera que hicieras algo ilegal. Nada más lejos de la realidad. Solo quiero que me ayudes a mejorar las relaciones internacionales de nuestro país. Te lo he pedido varias veces desde el inicio del año
"Y yo siempre te he dicho que tenía cosas más importantes de las que ocuparme", pensó Dumbledore.
Fudge continuó hablando:
- Ya conoces a los ministros de Bulgaria. Han sido educados en Durmstrang, y respetan mucho más el poder mágico que el político. Sería de gran ayuda si pudieras convencerlos de… ceder en algunos de sus términos
Dumbledore revisó en su memoria. No había escuchado de algún suceso reciente que requiriera su intervención.
Estaba el Torneo de los Tres Magos, el cual él mismo impulsó para fortalecer la cooperación internacional… y ser capaz de pedir ayuda en caso de que lo de Voldemort se saliera de las manos. Pero faltaba tres años, y era poco probable que Fudge hablara de eso.
- ¿Cuáles serían los motivos?- preguntó- No será por el torneo de los tres magos, ¿verdad?
- No… Bueno, en cierta forma sí. Veras, hay un matrimonio de conveniencia llevándose a cabo en las altas esferas de los países del este. Y Karkaroff está involucrado
Dumbledore abrió los ojos sorprendido. Los matrimonios arreglados estaban muy mal vistos actualmente. A día de hoy solo ocurrían cuando una familia noble en decadencia vendía a su hija para pagar los derroches de tiempos pasados.
- ¿Puedo preguntar quién es la pobre muchacha? Tal vez pueda intercambiar algunas palabras con Karkaroff y convencerlo de no pasarse de la raya
Fudge miró a Dumbledore sin captar el significado de sus palabras. Luego, iluminado por la comprensión, estalló en risas.
- Jajaja, Albus. Me has hecho reír. Con solo imaginar a Karkaroff como el "galante novio", no puedo… jajaja
Dumbledore esperó pacientemente a que el ministro se calmara.
- No. No. Es Krum quien está forzado a casarse. Y con una joven muy bonita además… así que no creo que se encuentre hundido en la desdicha
Tomó un sorbo de su copa, ahogando las últimas carcajadas que amenazaban con escapar.
- Todo lo que te voy a decir son rumores. Pero de buena fuente sé que son ciertos. La joven ha nacido con una mutación extraordinaria. Algo que no se había visto nunca. Uno de esos cuerpos con una magia intrínseca que… Bueno, no necesito explicártelo, supongo que tú sabes más que yo sobre esas cosas.
Viktor, por su lado, también posee una mutación. Una que encajaría a la perfección con la de ella. Y podría llevar a que sus hijos sean mucho más "dotados" mágicamente- continuó Fudge
- No veo cómo eso tenga algo que ver con Inglaterra - interrumpió Dumbledore
- El problema es que la chica es de Rusia… y las otras familias nobles de su país no desean que una muchacha tan destacable se case con un extranjero. Mucho menos con un plebeyo. Para saltear ese obstáculo, Viktor necesita de la "gloria eterna" otorgada por el Cáliz de Fuego
Fudge suspiró cansadamente.
- Karkaroff ha estado presionando para que el torneo se adelante y ha convencido a los ministros de Bulgaria para que lo apoyen. Han amenazado con no participar si no hacemos caso a sus demandas. No entienden los gastos para nuestro país que supondría hacer eso. Ni tampoco que también necesitaríamos convencer a Francia
Dumbledore se llevó un trozo de ternera asada a la boca mientras meditaba. Si Karkaroff y los ministros insistían tanto, entonces debían estar seguros de la victoria de Viktor Krum.
Quizá una mutación única fuera suficiente para convencer a una familia noble de casar a su hija. Pero no era suficiente para que el gobierno de un país creyera que un muchacho de quince años pudiera superar fácilmente a lo mejor que podía ofrecer Hogwarts y Beauxbatons. Había algo muy extraño en todo esto.
Al parecer había cometido el error de distanciarse del escenario internacional. Algo imperdonable. Necesitaba estar al tanto de los futuros magos formándose en Europa, tanto ortodoxos como oscuros. Y tratar con políticos extranjeros le daría toda esa información.
- Me has convencido Cornelius. Haré mi mayor esfuerzo para persuadir a los ministros de reconsiderar la fecha del torneo
- Fantástico. Jejeje, sabía que estarías de acuerdo
Además, si pudiera lograr que algunos representantes de Rusia asistieran al torneo, podría conseguir un apoyo mucho mayor contra Voldemort del que obtendría de Francia y Bulgaria juntas.
P.D.: Se agradecen los reviews
