Preparativos
Ocurre un fenómeno extraño relacionado con gemelos.
Cuando son criados por separado (por haber sido dados en adopción o por cualquier otro motivo) llegan a presentar muchas más semejanzas uno del otro de las que hubieran desarrollado si hubieran sido criados juntos. Se cree que es debido al afán de forjarse una identidad única. Un gran ejemplo de ello eran las gemelas Patil, las cuales llegaron a desarrollar personalidades suficientemente distintas como para ser clasificadas en Casas diferentes.
Pero también puede ocurrir lo contrario. Dos gemelos criados juntos, pero que encuentren en esa relación una forma de diferenciarse de sus otros hermanos, pueden llegar a amplificar conscientemente sus similitudes. Tomemos a los gemelos Weasley como ejemplo de ello.
Harry y Gerald eran un caso intermedio. Sabían de la existencia del otro, pero al no haber convivido de forma cercana se había enfocado en diferenciarse de la idea que tenían de su hermano, y no en diferenciarse de cómo era realmente el otro.
Debido a eso, si bien un vistazo superficial podría distinguir dos comportamientos marcadamente opuestos: Uno paciente y el otro impetuoso; uno callado y el otro extravertido; uno ambicioso y el otro desprendido. Todas esas diferencias eran provocadas por "lo que se esperaba de ellos" y no por ser características intrínsecas de sus personas.
Para Hermione ese razonamiento fue perturbadoramente evidente desde el primer momento.
A lo largo de los días había veces en que no podía evitar mirar de forma disimulada a Gerald, reconociendo sus características "valientes y decididas" por lo que en verdad eran: los mismos rasgos ambiciosos y obsesivos de Harry.
Gerald giró la cabeza, mirándola a los ojos y dedicándole una sonrisa.
De inmediato ella bajó la cabeza, fingiendo concentrarse en los papeles que tenía en sus manos. Estaban llenos de unos acertijos lógicos de gran complejidad, pero superables si se abordaban con calma. Su trabajo no era resolverlos (eso hubiera sido sencillo), sino en cambio diseñar un método por el cual solucionar cualquier adivinanza de ese tipo.
Sobra decir que esos métodos ya existían y se encontraban impresos en millones de libros alrededor del mundo, uno de ellos en la mismísima biblioteca familiar de los Granger. Pero Hermione escondió ese saber, dando largas y falsos avances en su afán de retrasar el progreso de Gerald.
En base a los recuerdos de Salazar de la arquitectura del castillo, a Gerald solo le faltaba un obstáculo para llegar a la última habitación. Lo que significaba que solo ella lo privaba de alcanzar su meta.
- Diez de la noche, a partir de ahora está terminantemente prohibido salir por esta puerta. Les sugiero que vayan a dormir temprano- manifestó McGonagall en tono bajo, de pie bajo el arco de la entrada
Todos guardaron silencio. Preguntándose internamente desde cuando había estado ahí.
McGonagall peinó la habitación con sus ojos felinos. Por unos instantes se detuvo en ella y le regaló una de sus escasas sonrisas, probablemente por superar su timidez y haber encontrado amigos.
Finalmente dio el visto bueno, y se retiró a continuar su patrulla.
La mayoría empezó a recoger sus cosas, ya acostumbrados a la mayor rigidez en las reglas. Parvati y Lavender se acercaron a ella, incluyéndola en una charla sobre banalidades. Muy a su pesar, ese tipo de parloteo resultaba agradable luego de un largo día de escuela y rápidamente se encontró relajándose en su compañía.
- Disculpen. Necesito hablar con Hermione- dijo Gerald, dispersando casi de forma mágica a las dos chicas
Vale. Al parecer el día no había terminado.
- Hola, ¿necesitas algo?
- Sí. Sé que te estoy pidiendo demasiado, en especial con el aumento de deberes y los exámenes acercándose, pero me preguntaba si habías avanzado con el favor que te pedí
Hermione asintió. Abrió su mochila y sacó un folder delgado con los progresos de la semana. Lo más engorroso había sido complicar las soluciones, mezclar métodos que debían ser aplicados a otro tipo de problemas para darles una apariencia correcta.
- Mi método consta de dos partes. Esta es la primera, casi todo basándose en prueba y error. Creo que podré terminar la segunda parte en unos cinco de días, pero si me esperaras un par de semanas podría encantar algo para que todo fuera automático
- Vaya… eres fantástica. Yo no sabría ni cómo empezar a abordar el problema
Hermione no pudo evitar que en su rostro se dibujara una pequeña sonrisa de orgullo. La mayor parte del tiempo lograba dominarse frente a los cumplidos, pues era una rutina clásica en la forma de hablar de Gerald, pero había veces en que la atrapaba con la guardia baja.
- Hay buenas noticias, necesito hablar contigo en privado
- Estamos hablando ahora mismo, ¿no?- respondió Hermione
Pero cuando levantó la vista se topó con la mirada confundida de Gerald. Solo entonces cayó en cuenta de que era Harry quien la llamaba.
- Lo siento. No he dormido muy bien últimamente, me pareció escuchar algo. Toma, aquí está lo poco que avancé de la segunda parte- dijo entregando el resto de los papeles y huyendo a su habitación
- Ha estado haciendo muchas preguntas. Si lo miras por separado parece que solo trata de ayudar, pero si lo analizas con cuidado verás que resulta muy sospechoso- dijo Ron, mientras subían por las escaleras hacia los dormitorios masculinos
Gerald sacudió la cabeza, desestimando los temores de su amigo.
- He conversado con ella varias veces. Es curiosa, quizá un poco entrometida, pero no nos está espiando
- Piénsalo bien. Durante el tiempo que estuvo siguiendo a tu hermano debe haber conocido a otros Slytherin. ¿Qué te asegura que no siga relacionándose con ellos?
- Ron, confía en mí. Hermione es inofensiva. Yo también tuve el mismo recelo al principio y por eso mandé a Parvati a que la vigilara. No descubrió nada. Aparte de las clases, pasa el resto de su tiempo estudiando
Ron suspiró ofuscado. Estaba siendo irracional, lo sabía. Pero no podía dejar de sentirse nervioso en presencia de esa niña. Algo simplemente estaba mal con ella, y no podía averiguar qué.
- Además- dijo Gerald, entregándole un manojo de hojas- Intenta leerlo. ¿Crees que alguno de nosotros podría suplantarla?
Ron ojeó los papeles. Cuadriculas llenas de datos, referencias a otras hojas, símbolos que no era números ni letras, tablas de leyenda…
- No entiendo nada de esto
- Y por eso la necesito. Los acertijos cambian cada día, y esto no es algo que se enseñe en la escuela. Lo único que se le parece es la Aritmancia, y solo de forma remota
Gerald miró la expresión de Ron, esperanzado en que sus palabras lo hubieran convencido de dejarla en paz.
Existía otra razón para fiarse de ella: De vez en cuando la había descubierto mirándolo en secreto. Una mirada atenta y escudriñadora, como si estuviera tratando de memorizar cada pequeño detalle de su rostro. Un tipo de mirada con la que tenía experiencias anteriores, de niñas (y no tan niñas) que se sentían atraídas por su fama. Pero no se lo podía mencionar a Ron, pues este solo lo tomaría como una muestra de vanidad.
Entraron a los dormitorios y encontraron a Neville sentado en su cama, jugando con un pequeño cubo verde de no más de cinco centímetro de arista.
- Estamos solos- dijo nerviosamente- Dean y Seamus volvieron a retrasarse en una tarea y probablemente no suban hasta después de media noche
- Eso es bueno. Mientras menos personas sepan, mejor- respondió Gerald- ¿Eso es…?
- Sí. Un "regulador". No es potente, pero debe ser suficiente para una habitación mediana
Gerald recibió el regulador de las manos de Neville y lo inspeccionó con cuidado. Era impresionante lo que uno podía comprar en Hogsmeade con suficientes galeones.
Ajustó un par de perillas hasta los números correctos y luego lo tocó con la punta de su varita, inyectando un poco de magia.
Al principio no pareció haber ningún cambio, apenas una ligera molestia en el rostro. Solo cuando quiso frotarse los ojos se dio cuenta de porqué le dolían. El aire de la habitación se estaba secando.
- Se usan para ajustar la temperatura y humedad de un invernadero, así que no están enfocados en ser super rápidos. Tardará unos cinco minutos en atontar al lazo del diablo
Gerald sonrió. Esto era justo lo que necesitaba.
- Es más que perfecto. Tu ayuda ha sido esencial, si no fuera por ti no hubiéramos podido avanzar más allá de la segunda prueba
Neville dejó escapar una débil sonrisa mientras Ron le daba palmadas en la espalda.
- No todo lo hice yo. Hermione me ayudó a reunir información. Yo solo tuve que averiguar cuáles eran las condiciones atmosféricas que la inhabilitan sin volverla más violenta
Ron miró a Gerald, haciendo un gesto de "te lo dije". Pero este negó con la cabeza, indicándole que no insistiera con sus teorías.
Con otro golpe de su varita apagó el regulador y se lo guardó en el bolsillo, rozando sin querer la llave de la tercera prueba con la punta de sus dedos.
No era la llave original, por supuesto, sino una copia hecha por un cerrajero en base a un molde de arcilla. Una idea sencilla y evidente, pero que no había considerado hasta que lo discutió con Hermione. Era bueno que la niña pareciera tener un extraño pasatiempo relacionado con candados, sellos y tornos.
- Hay algo que deben saber- dijo Gerald mientras se sentaba en su cama y sacaba una carta de debajo del colchón- Recibí un mensaje de Cedric. Él, Dumbledore y el primer ministro salieron de urgencia a Londres al medio día. Surgieron algunos problemas y al parecer estarán fuera hasta mañana
- ¿Para qué necesita el Ministerio a Cedric?
- Eso no tiene importancia. El punto es que la piedra estará desprotegida durante toda la noche
Ron se removió incómodo en su asiento. Sabía que no podían pedir ayuda, ninguno de ellos gozaba de suficiente confianza por parte de los profesores. No después de todos los problemas que causaron a la escuela.
Si abrían la boca lo único que lograrían sería provocar la ira de McGonagall por estar involucrándose en asuntos que no les concernían.
- ¿Y qué haremos?
- No he resuelto todos los obstáculos tan bien como quisiera- dijo pensando en el algoritmo de Hermione- pero tendrá que ser suficiente. Iré esta misma noche…- y viendo cómo sus dos amigos se levantaban demostrando su voluntad de ayudarlo, alzó una mano para interrumpirlos- pero iré solo.
- ¡¿Solo?! ¡¿Qué harás si te topas con Snape o con "ya sabes quién"?!- exclamó Ron
Gerald puso la mano encima de su hombro. Existían muy pocas personas que estarían dispuestos a jugarse la vida por un amigo, y era una gran suerte poder encontrar alguien así tan temprano en su vida.
Gerald no tenía forma de saberlo, pero Ron tenía el mismo pensamiento.
Durante el duelo contra Draco, a pesar que ser derribado casi desde el principio, Gerald no lo había abandonado y en cambio intentó protegerlo hasta quemar su último gramo de magia.
- Ya he considerado todo eso- dijo Gerald- No piensen que he decido ir en solitario por no confiar en ustedes. Nada más lejos de la realidad, pues son las únicas dos personas a quienes les he contado mis sospechas sobre Voldemort- Ron y Neville se crisparon al escuchar ese nombre- Pero las salas son estrechas, con peligro acechando cada pocos pasos y soy el único que ha estudiado la ruta precisa para no dejar ningún rastro
"Además, si todo falla, soy el único de los tres que es capaz de escapar con vida", pensó para sí.
- Quizá podríamos ser útiles en algo. Si pudiéramos…
- Todos han hecho más que suficiente. Ahora me toca a mí. No discutamos más, tengo que prepararme, saldré en unas pocas horas
Hermione entró corriendo a la Sala de las Serpientes. Inhaló profundamente debido a su agitación, percibiendo el débil olor a hierro que aún quedaba del ritual. Así como el tenue borrón rojizo en el piso.
- ¿Estás seguro?- preguntó desde la entrada
- Lo he verificado varias veces- respondió Harry, señalando un grupo de búhos posados en una viga alta- El director no ha estado en su despacho desde el mediodía. Esta es la oportunidad que estábamos esperando
Durante todo el tiempo que Hermione estuvo jugando a ser espía, Harry no se había dormido en los laureles. Más de doscientos animales entre aves, peces, roedores, reptiles e insectos le servían fielmente, permitiéndole mantener vigilado a Dumbledore día y noche.
Los más útiles habían sido las lechuzas salvajes, que podían posarse en el alfeizar de las ventanas y pasar desapercibidas como la inquieta mascota de algún alumno.
Pero de entre todos sus sirvientes, sin duda el más importante fue un joven reportero con el que logró concertar una "entrevista" en el bosque prohibido.
Gracias a él no solo sabía que el director fue visto en Londres, sino que la distancia entre Hogwarts y el Ministerio lo mantendría alejado hasta el día de mañana.
- Todavía no he descubierto de qué tratan dos de las salas. ¿Crees que lo lograremos?
- Completamente- Harry sonrió de oreja a oreja, mientras cargaba en una vieja mochila diversos artículos que los ayudarían a superar las pruebas- Después de todo, tenemos el "apoyo" del niño que vivió
Hermione también sonrió, contagiándose de su buen humor. Era cierto, estaban listos. Habían logrado desentrañar el misterio de la Cámara de los Secretos, heredado un conocimiento inestimable y completado un ritual antiquísimo. En comparación, cosas como una bestia enorme o una planta constrictora no eran algo a tomar en consideración.
Se acercó a él y se sentó a su lado, ayudándolo a preparar las cosas mientras esperaban que lentamente el castillo se vaciara de profesores y prefectos.
Por fin, exactamente a las dos de la madrugada, salieron de la Cámara con las varitas en alto y el corazón en un puño.
Procedieron con precaución, enviando pequeños roedores para verificar que los pasillos estuvieran efectivamente desiertos. Pero en cuanto estuvieron seguros, se lanzaron a toda velocidad en dirección al tercer piso.
Cuando llegaron frente a la vieja puerta de madera, Hermione levantó su varita, dispuesta a destrabar la cerradura con un simple hechizo. Pero Harry fue más rápido. A la voz de "Alohomora" realizó un rápido movimiento de manos y arrojó una caja musical dentro de la habitación.
Luego, con la misma suavidad, cerró la puerta y esperaron.
La melodía era infantil y repetitiva. La caja había sido fabricada en plástico y de forma industrial con el objetivo de dormir a un bebé de escasos meses. Y al parecer también a bestias guardianas, pues al cabo de solo un minuto empezaron a escuchar unos imponentes ronquidos.
- Bien, sigamos
Mientras lo veía avanzar de forma determinada, Hermione se perdió en sus pensamientos por última vez esa noche. Una vez más vislumbró aquella personalidad básica que compartían, así como los pequeños detalles que los diferenciaban.
Los dos tenían esa tendencia a buscar retos, afrontarlos y nunca rendirse. Pero mientras Gerald fue alentado a persistir, probar, innovar, y triunfar. La casa Slytherin obligó a Harry a acechar, ocultarse, ser paciente y atacar de forma decisiva en el momento preciso.
Si tan solo hubieran sido educados de la misma forma tal vez la escuela tuviera a dos futuros monstruos creciendo entre los magos y brujas normales. Gozando de ser el centro de atención, rodeados de personas dispuestas a seguirlos, avanzando sin complicaciones hacia un futuro brillante…
Y sin interés alguno en una niña solitaria.
- Hermione, apresúrate. Solo le di cuerda para un minuto
- Sí. Lo siento
Tan distraída había estado en sus pensamientos que no escuchó el débil crujido de una varilla de incienso rompiéndose en las bisagras de la puerta. Ni mucho menos cómo sus pedazos caían a suelo mientras adquirían colores distintivos.
P.D.: Se agradecen las reviews
