El Tren
El expreso de Hogwarts aceleró suavemente mientras dejaba tras de sí el último de los puentes de acero y al pequeño pueblo muggle de Little Turkeyton. A partir de aquí sería un viaje recto, sin túneles ni curvas pronunciadas hasta llegar a la estación de Hogsmeade. Si alguien hubiera querido atacar el tren, acababa de perder su última oportunidad.
Dumbledore se recostó en su asiento y, por primera vez en el viaje, aflojó el agarre sobre la varita de sauco. Era extraño, muy extraño. Miró la arrugada servilleta sobre la mesa y repasó mentalmente el insólito mensaje ahí escrito:
Sucederá algo terrible.
Los estudiantes están en peligro mortal.
Debe cancelar las clases.
Incluso por encima del hecho de que apareciera sobre su cama, era la escritura torpe y apresurada (como la de un niño que apenas sabía escribir) lo que le hizo considerar la advertencia. Y, sin embargo, el viaje había ocurrido sin complicaciones. ¿Qué mago irrumpiría en su alcoba para jugarle una simple broma? ¿Qué mago tendría la audacia?, ¿o la capacidad?
La puerta se abrió.
Una anciana de cabello blanco entró al vagón, lo saludó con la mano y tomó asiento frente a él. Se trataba de Regina Nescia, una Legeremante y Oclumante natural amiga suya. En esta ocasión no tenía su acostumbrado escudo de inefable estampado en su ropa, posiblemente porque sus vacaciones recién terminaban en octubre.
- Que agradable sorpresa- Dumbledore sacó un pequeño paquete de galletas de su bolsillo- No tuve tiempo para almorzar, ¿deseas?
- No gracias
El Director se encogió de hombros y trató de romper el sello plástico. Lo hizo con notoria dificultad, evidenciando para Regina el pobre diseño de los empaques muggles. Sin embargo, la anciana supo ser paciente y esperó a que terminara de comer antes de empezar a hablar.
- Te ves tenso Albus
- Últimamente he sufrido muchos contratiempos- dijo sacudiéndose las migajas de las manos
- ¿Con "Ya sabes quién"?
- En parte- alargó el brazo y usó el papel sobre la mesa para limpiarse la túnica, luego se lo guardó en el bolsillo- Lo he buscado sin descanso, pero es como si se hubiera desvanecido de la existencia. Empiezo a temer que Voldemort planee algo mucho más oscuro que solo agenciarse un nuevo cuerpo
- ¡No digas…!- gritó la anciana casi saltando en su asiento- Sé que es ridículo a mi edad, pero por favor no digas ese nombre
- Lo lamento, mi error- se disculpó- A veces olvido el impacto que todavía provoca
Regina se tomó unos segundos para calmarse antes de continuar:
- Si no lo has encontrado en Inglaterra, quizá se esconde fuera del país. Siguen sucediendo cosas extrañas en los bosques de Albania, y hay rumores sobre…
- Sí, sé de los rumores. Pero la probabilidad de que sean ciertos es mínima
- ¿Estás seguro?
- Lo conozco. Siempre aborreció la debilidad, especialmente cuando venía de sí mismo. Ahora que ha recuperado su libertad, lo que menos querría es recordar la miseria que sufrió en ese bosque
- No perdemos nada con intentarlo- replicó Regina- Tengo un par de practicantes…
- Ya cometí ese error una vez- la interrumpió Dumbledore- y perdí a un gran amigo ante sus manipulaciones. Si resulta necesario ir a los bosques de Albania, entonces lo haré personalmente. Pero eso no ocurrirá en el corto plazo, tengo una escuela que administrar
"Además, también están los problemas con el Torneo de los Tres Magos", añadió para sí mismo.
Si bien había logrado postergar el torneo (gracias a Cedric y una ingeniosa treta), los ministros búlgaros habían respondido de forma envidiable. En vez de desperdiciar el tiempo echándose la culpa unos a otros, habían decidido aprovechar el par de años extras para convertir el torneo en un evento cien por ciento comercial. Con mucha más inversión detrás, con mejores premios, y con capacidad para sostener tres veces más asistentes y negocios secundarios.
El problema era que también propusieron dar tan solo una semana de diferencia entre las pruebas. Un plazo "razonable" para que los concursantes sanaran sus heridas y siguieran compitiendo, pero completamente insuficiente para que surgieran lazos entre las tres escuelas.
Dumbledore necesitaba que surgieran esos lazos. Sin ellos, Inglaterra estaba destinada a afrontar una vez más una guerra en solitario contra Voldemort.
- Entonces todo recae en la información que obtengamos de esos niños: Potter y Granger- se rindió Regina, sacando a Dumbledore de sus pensamientos- ¿Ya hablaste con ellos?
- No. Ese fue uno de mis mayores contratiempos- suspiró largamente- Al parecer Hermione había ocultado el asunto de Quirrell a sus padres. Y cuando se enteraron debido a Minerva, reaccionaron muy mal a la noticia
- Es entendible. La manipulación mental es de las cosas que más temen
- Fue necesario que Minerva los confundiera. Terminó diciéndoles que Hermione había calificado para llevar una asignatura extra, pero que por culpa del reglamento escolar se necesitan de dos alumnos más para abrir el curso. Que era mejor mantener el asunto en secreto y evitar ilusionarla antes de tiempo
- ¿Y se lo creyeron?
- Sí, pero en ese estado sus firmas no tenían valor. Lo que me deja como única opción convencer personalmente a Hermione de tomar el curso
A Regina le pareció recordar que la ley mágica permitía esa libertad. La negativa de los padres a dejar que sus hijos fueran a Hogwarts les había concedido a los nacidos de muggles cierta potestad sobre su educación.
- ¿Minerva no le pidió a la niña que firmara? Si ocultó el asunto de Quirrell, entonces valora mucho su estancia en Hogwarts
- No, era un riesgo innecesario. Si Hermione leía el documento le resultaría muy fácil notar los efectos del encantamiento Confundus en sus padres. Además, eso me dio suficiente tiempo para convertir la historia de Minerva en legítima
- ¿Cómo?
- Soy el director, tengo cierta libertad para modificar el estatuto escolar. También, y esto es muy importante, aproveché para arreglar que tu curso concediera un TIMO
Regina soltó un silbido de admiración. Con ese movimiento Albus se había ganado definitivamente a la pequeña ratón de biblioteca.
- ¿Y qué hay del niño?
- Harry presentó sus propias complicaciones. Al parecer sobrestimé la voz de mando que tiene James en su familia
- ¿La madre se interpuso?
- Lily cree que la situación de Harry es el resultado de un Imperius mal ejecutado y un fuerte trauma provocado por resistirse a "Ya sabes quién"- dijo con pena. Hacía muchos años que empezó a ocultarle cosas a Lily, pero nunca creyó que las mentiras pudieran escalar hasta este punto- No sabe que el bloqueo fue intencional, ni que un mal paso puede llevar a consecuencias fatales
- Tampoco exageres. Bajo mi supervisión es imposible que muera
- Bueno, no creo que esa frase me hubiera servido para tranquilizarla. En fin, discutí con Lily y al final solo la pude convencer de dejar la decisión en manos de Harry
- De manera que tienes el mismo escenario que con la niña. Aunque dudo que un TIMO adicional en el currículo sea suficiente tentación para un niño rico
- Quizá tengas razón, pero estoy seguro que no le negará esta gran oportunidad a Hermione
Regina abrió los ojos sorprendida. No había considerado usar la presión social para afrontar el problema, ni mucho menos transformar una mentira improvisada (como era la necesidad de tres alumnos para abrir el curso) en un instrumento para sus planes.
- Parece que lo tienes todo bajo control- Regina se levantó de su asiento- No puedo quedarme atrás
- ¿A dónde vas?
- Al compartimento de Daphne. Quería contarle todo el asunto de Quirrell hace una semana, pero la casa estaba llena de elfos domésticos
- ¿Quirrell?- pregunto con más curiosidad que recelo. Lo cierto es que Daphne no tenía la capacidad de afectar sus planes- ¿Piensas decirle la verdad?
- Sí, con lo que me has contado creo que esa es la mejor opción. Pero estate tranquilo, no será toda la verdad
Abrió la puerta del vagón y desapareció por el largo pasillo.
La luz del Sol brillaba suavemente a través de la ventana, iluminando el lustroso cabello de Daphne y resaltando su mirada de profunda concentración.
A pesar de ello, la muchacha era lo último a lo que uno prestaría atención. La docena de dibujos esparcidos a su alrededor resultaba mucho más llamativa, pues en cada uno de ellos estaba representado el pueblo de Little Turkeyton tal y como se vería desde las ventanas del tren.
Pero eso no significaba que los dibujos concordaran con la realidad. En muchos de ellos las sombras eran deformes, en otros las farolas eléctricas brillaban por su ausencia y en unos cuantos los automóviles parecían estar hechos de madera. Como si los dibujos no se hubieran hecho mirando por la ventana, sino en base a recuerdos y suposiciones llenas de ignorancia.
Daphne apartó el lápiz de la hoja, verificó que su obra estuviera completa y luego agregó algunas notas en los márgenes:
"Ron Weasley: Cielo violeta, casas inclinadas y sin puertas, reconoció las camionetas"
Esta era su rutina diaria. Muy útil para aprender a diferenciar la verdad objetiva de los recuerdos distorsionados.
Arrojó el dibujo a un lado, cerró con fuerza los ojos y empezó a buscar otra presencia con la que seguir practicando. Normalmente tardaba entre dos a tres minutos, pero en esta ocasión lo logró de inmediato. Sacó una hoja en blanco y se dispuso a dibujar el primer recuerdo que consiguiera.
La punta del lápiz quedó suspendida sobre el papel.
"¿Qué demonios eran los nargles?"
La puerta de su compartimento se abrió.
- Buenos días Daphne
- Maestra, buenos días- saludó educadamente mientras le ofrecía un asiento- No sabía que viajaba en el tren
Daphne sintió el débil roce de una mente tratando de entrar en la suya, pero no se sintió ofendida. Escanear los alrededores en busca de amenazas era algo instintivo en brujas como ellas, de la misma forma en que analizar los gestos faciales era algo casi obligatorio entre las personas normales.
- Hay ocasiones en las que prefiero un relajante viaje en tren a una acelerada serie de apariciones. Además, necesitaba conversar contigo de un asunto muy importante- se sentó frente a ella y se distrajo al contemplar los dibujos- Veo que conseguiste llegar más allá de las memorias superficiales
- Apenas. Solo he captado imágenes estáticas
- Sigue siendo un avance impresionante, yo llegué a este punto recién a los catorce- alzó un dibujo particular en donde el pueblo parecía estar experimentando una fuerte lluvia mientras un gigantesco Sol ardía en lo alto- ¿Intentaste eliminar un recuerdo para echar un vistazo más profundo?
- Oh no, en ese dibujo cometí un error. Perdí la concentración y mezclé las memorias de dos personas- dudó unos segundos en continuar, pero al final lo dijo- Aunque se me ocurrió la idea de remover recuerdos por la fuerza, quería consultarlo con usted primero
Regina la miró con cariño. Le recordaba mucho a ella misma, resistente a las tentaciones de la edad, pero no por ello ignorante de los destellos de inspiración.
- No lo hagas. Sin el encantamiento correcto es terriblemente ineficiente eliminar un recuerdo
- Seguiré su consejo
Regina revisó el resto de los papeles sin dar consejos adicionales. Lentamente dejando correr el tiempo.
- Me dijo que vino a hablar conmigo sobre algo importante
- Oh, es cierto- le devolvió los papeles y Daphne los guardó en su baúl
Regina sacó su varita, susurró una única palabra y de pronto el bullicio del tren se detuvo en las puertas del vagón. Ningún sonido podría entrar o salir, incluso las presencias mentales se habían vuelto más difíciles de percibir.
- Lo que estoy a punto de revelarte debe permanecer en estricto secreto- se inclinó hacia adelante y la miró directo a los ojos- No se lo puedes contar ni a tus padres, ni a tus amigos, ni siquiera a tu hermana, ¿lo comprendes?
Daphne advirtió el toque de la Legeremancia presionando contra su mente, mucho más firme esta vez.
- Por supuesto maestra, puede confiar en mí
El silencio reinó varios segundos más.
- Muy bien- dijo al fin- Escucha con atención, porque solo tengo permitido decírtelo una vez. Hace tres meses un objeto mágico sumamente valioso fue robado de Hogwarts y el culpable fue tu ex profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, Quirinus Quirrell. Una investigación intensiva reveló que también fue responsable de sabotear los sistemas de transporte en Hogsmeade y de utilizar magia oscura de alto nivel dentro de la escuela
Daphne abrió los ojos por la impresión.
El sabotaje en Hogsmeade había aparecido en todos los periódicos, suscitando cantidad de teorías que iban desde un experimento del Ministerio hasta un acto terrorista de parte de antiguos mortífagos. Pero a nadie se le hubiera ocurrido sugerir que el tartamudo profesor fuera el verdadero culpable.
- Eso explica por qué no estuvo durante los exámenes finales- dijo con calma al cabo de unos segundos- Supongo que no pudieron capturarlo
- No, todavía no. Aunque hay indicios de que escapó a través del bosque prohibido, no se le ha podido rastrear después de eso
- ¿Qué objeto robó?
Regina sonrió con condescendencia.
- Lo siento cariño, eso no te lo puedo decir- alzó la mano y la detuvo de formular más preguntas- El robo en sí no es algo que me incumba, mi trabajo consiste en investigar otro aspecto del delito
Bajó el tono de su voz, como si no confiara en su propio encantamiento silenciador.
- Quirrell usó el Imperius sobre dos estudiantes para que lo ayudaran en los preparativos de su plan. Durante su fuga, por alguna razón desconocida, decidió obstruir los recuerdos de ambos en vez de… bueno, matarlos
- …
- Dejando de lado el por qué de sus acciones, el hecho es que hay una buena probabilidad de que la clave para rastrear a Quirrell y recuperar el objeto robado se esconda en esas memorias
Una vez más un atisbo de sorpresa golpeó a Daphne.
- ¿Me está diciendo usted que no pudo recuperar esos recuerdos?
- Suena imposible, pero es la verdad. Sus mentes estaban bloqueadas de formas que ni siquiera creía posibles. Sin embargo, mi intuición me dice que ellos deberían poder desentrañar sus propias memorias. Con un poco de entrenamiento, claro está- se inclinó hacia adelante y suavizó aún más su tono- Esa es la razón por la que ellos nos acompañaran en las clases de Oclumancia. Y también es la razón por la que necesitaré que los vigiles
- ¿Vigilarlos?
- Es posible que no quieran decir toda la verdad, tal vez por miedo, vergüenza o por algún otro motivo. Ahí es donde entras tú. Necesito que me informes de cualquier cosa extraña que notes en ellos
- ¿Cómo qué?
- Pesadillas recurrentes, conocimientos inexplicables, cambios de humor… ese tipo de cosas
- Para que me cuenten eso tendría que volverme su amiga
A pesar de la evidente aprensión en la voz de Daphne, Regina continuó con toda serenidad:
- Sé que la Oclumancia natural complica el entablar amistades. Será tremendamente insulso interactuar con ellos y pretender que te interesan sus vidas, pero te prometo que todo tu esfuerzo tendrá recompensa. Quieres alcanzar un cargo elevado en el Ministerio, ¿verdad?
Daphne asintió con desconfianza. Sus metas en la vida habían dado un giro tremendo desde la primera interacción con Regina.
- El legítimo dueño del objeto robado es alguien de mucha influencia en el Departamento de Misterios. Si ayudas a devolverle su pertenencia, él puede fácilmente ahorrarte veinte años de laboriosos ascensos
"Veinte años", repitió Daphne en su cabeza. Eso era casi el doble de la edad que tenía ahora mismo, y sería más que suficiente para consolidar su carrera en tan solo cinco años. Quizá menos.
- ¿Aceptas?
- Haré mi mejor esfuerzo
- Excelente- celebró Regina- sabía que no me fallarías. Quisiera quedarme a charlar un poco más, pero ya estamos llegando a mi parada. Nos vemos en dos semanas, cuídate cariño
- Hasta entonces, maestra
Regina salió del compartimento y, con el sonido de la puerta cerrándose, se vino abajo el encantamiento silenciador.
El bullicio de decenas de adolecentes volvió a llenar el ambiente, pero eso apenas distrajo a Daphne. Ahora que estaba sola y podía repasar la conversación que tuvo con su maestra, una idea empezó a formarse lentamente en lo profundo de su mente:
"Ella ya no era la razón por la que existían las clases de Oclumancia…
…quizá nunca lo fue"
P.D.: Por fin llegaron mis vacaciones y voy a poder escribir. Se agradecen los reviews
