Capítulo 5 : Sin guía.

13 de febrero, 2019. 9:20 AM.

- Entoneces... Eso fue lo que pasó... O al menos lo que crees, es algo complicado realmente... - dijo Kari mientras tomaba su taza de te, tras escuchar el relato de Yolei. - es muy loco.

Ambas estaban en la cocina hablando sentadas en la mesa mientras tanto desayunaban, el joven peliazul seguía aun sin despertar.

- No se mas de lo que ya te conté, no se su nombre, si tiene una familia...

- Bueno, tranquila Yolei.- la tranquilizó la castaña. - ya pensaremos que podemos hacer, ahora estarás conmigo y te ayudaré.

- ¿Que haría sin ti amiga? - sonrió Yolei abrazando a Kari.

- Ahora nos tenemos que asegurar antes que todo, que ese joven se encuentre bi...

La castaña no terminó de hablar porque ambas escucharon varios gritos que provenían de la habitación.

Las chicas inmediatamente corrieron hacía ahí y vieron al joven en la cama que parecía tener una clase de pesadilla y no dejaba de moverse.

- No... No... ¡NO! - gritó el joven abriendo los ojos finalmente y cayendo de la cama al suelo.

Kari y Yolei estaban inmovilizadas viendo la situación sin saber si debían huir de ahí o quedarse observando, pero lo que sibera seguro es que las dos estaban completamente asustadas.

Una vez que el joven se tranquilizó, se puso de pié y observó a las dos chicas totalmente confundido, tan solo estaba vestido con unos jeans azules rotos y su cabello estaba despeinado.

Alzó su mano como queriendo tocarlas, pero al dar un pasó, se quejó de dolor y cayó al suelo muy adolorido.

Nuevamente las dos chicas seguían sin saber que hacer, pero al ver al joven en esas condiciones, sintieron tanta compasión que ambas lo ayudaron para ponerlo otra vez de pie y sentarlo sobre la cama.

- Ve a traerle un vaso de agua. - dijo Yolei y la castaña obedeció rápidamente.

Cuando se quedaron solos en la habitación, Yolei miró directamente al joven y este hizo lo mismo al notar la mirada de la chica.

Las miradas de los dos se profundizaron a tal punto que el joven comenzó a acercar su mano a la de ella y entrelazar sus dedos, Yolei por algun motivo hacia lo mismo hasta que escuchó que Kari volvía y se levantó rápidamente.

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10:25 AM.

Otro plato de comida era puesto en la mesa y el joven lo devoraba rápidamente, Kari y Yolei sabían que iba a tener hambre ya que estuvo dos días dormido pero nunca se hubieran imaginado que tanta.

- Entonces Kari... ¿Se te ocurre algo que podamos hacer? - preguntó la pelivioleta mientras ambas observaban como el joven comía y comía.

- Creo que lo mejor que podemos hacer es averiguar si tiene familia o alguien y buscarlos, ya que como dijiste, todo este asunto es muy loco como para contarlo a la policía. - respondió Kari. - nunca nos creerían... Otro asunto es donde el podría quedarse, ya que tus padres volverán en unos días.

- En estos momentos me gustaría vivir sola como tu. - dijo Yolei.

- Ni pienses que puedo tenerlo en mi apartamento. - dijo Kari. - Tai suele hacer visitas sorpresa y me mataría si ve a un chico conmigo.

- Tienes 21 años Kari, ¿Tai sigue sobre protegiendo?

La charla de las chicas seguía, mientras tanto, Ken seguía comiendo ya que hace mucho no lo hacía de esa forma. No sabia como habia llegado ahí, pero no recordaba la ultima vez que alguien lo habia tratado bien de la misma forma que esas dos mujeres jovenes.

Tomó un vaso de agua y comenzó a tomarlo, mientras la tele de la cocina estaba encedida y en el noticiero se hablaba del asesino serial que brutalmente mataba a todas sus víctimas.

Ken sabía a la perfección que hablaban de él, cosa que lo angustió de una forma terrible pero no podía controlarlo de ninguna manera, cuando el sol se ponía ese monstruo interno se apoderaba completamente de él.

Aunque algo le parecía muy raro, escuchó que esas dos chicas habian dicho que él habia dormido por dos días, por lo cuál durante dos noches no habia matado a nadie sin saberlo ya que estuvo durmiendo en este lugar.

No sabia de que se trataba, pero al parecer algo habia logrado "neutralizar" de forma momentánea su monstruo interno.

Sin embargo, decidió no correr el riesgo de hacerles daño a las únicas personas que lo trataron bien en mucho tiempo y ese mismo día antes de que anocheciera, iba a escapar de esa casa.

- Bien. - dijo Yolei acercándose a él. - puedes quedarte aquí hasta que regresen mis padres, luego ella se encargará de buscarte un lugar para que puedas estar, no se si nos entiendes, pero te ayudaremos... Y por cierto, me llamó Yolei y ella es Kari. - sonrió la pelivioleta, cosa que lo tranquilizaba mucho.

- Y tu... ¿Como te llamas? - preguntó Kari.

Como no podía hablar, Ken se puso de pie y buscó por toda la casa hasta por fin encontrar un papel y una lapicera en donde escribió su nombre, que entregó a la pelivioleta.

- Ken... - leyó Yolei su nombre. - muy bien, alli esta el baño, date una ducha y yo te prepararé ropa de mi papá que ya no usa.

Ken sonrió como hace mucho no lo hacía y se dirigió al baño para ducharse.

Sentir el agua caliente recorrer su cuerpo fue una de las mejores cosas que sintió, eran cosas que no sentía desde hace largo tiempo.

Mientras se seguía duchando, Ken se dio cuenta de una cosa, su mente estaba tranquila y no de la forma alterada en la que pasaba cada día, eso sumado a que esas ultimas noches su "verdadero yo" no había despertado, lo hizo recapacitar y pensar en que realmente esas dos chicas lo iban a ayudar sin que nada malo tenga que pasar, por lo que optó por no escaparse de ese lugar y por primera vez desde hscet mucho, pensar de manera positiva.

Una vez que terminó de ducharse, tomó la ropa que Yolei le había preparado, una remera manga corta gris junto unos jeans azules y zapatillas negras.

Ya listo, volvió a la cocina donde las chicas le sonrieron al verlo bien y él les devolvió la sonrisa.

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20:00 PM.

Una vez que entró a su apartamento, Matt tenia que prepararse para nuevamente salir ya que esa noche debía tocar con su banda en uno de los clubes nocturnos de la ciudad que siempre habia abiertos.

Pero claramente su mente estaba ocupada en los últimos acontecimientos de su vida.

El rubio iba a tomar su guitarra pero se dio cuenta que no se encontraba solo.

- ¿Todavia vas a estar sin hablarme? Desde el domingo en la noche que no lo haces. - dijo Mimi sentada en la cama del rubio como si nada.

- ¿Como entraste aquí? - preguntó Matt sin mirarla y sin dejar de preparar sus cosas.

- No te hagas el idiota, es como si casi viviera aquí. - sonrió Mimi. - Vamos, estaba yendo todo bien entre nosotros.

- Claro. - dijo Matt mirándola. - hasta que me enteré hace pocos días que todavía mantenías contacto con con los cazadores y sabias de este asunto hace mucho antes, sin decirme absolutamente nada.

- Tu sabes mejor que yo porque no te dije nada. - habló la licántropo de pelo rosa. - se lo mucho que deseas estar fuera de todo esto, de ser io común y corriente, y quería mantener esa felicidad en ti aunque lo hiciera ocultándote cosas.

El rubio no supo que responder ante eso, ya que Mimi tenia toda la razón.

- Me conoces mas que nadie. - rió Matt amargamente mientras se sentaba junto a ella en la cama y la chica lo abrazaba. - prefería mil veces estar mintiéndome a mi mismo que aceptar la realidad.

- Ey, eso no quiere decir que no podamos divertirnos. - sonrió la chica atrevidamente.

- ¿Tu dices? Mira que en unos momentos debo irme.

- No importa, lo haces rápido de todas formas. - se burló Mimi.

- Eso ofende mucho.

- Pero me importa mas la calidad que la cantidad, y lo tuyo Matt, es efectivamente calidad.

Gracias por leer, espero que lo hayan disfrutado y no olviden comentar xd

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Nuevamente gracias, nossss vemossss.