Capítulo V

Verdad

Después de esa noche, Akane se levantó muy temprano por la mañana, se sentía culpable de todo aquello que soñó, de alguna manera quería remediar el hecho de haber engañado a Ranma en su sueño.

A temprana hora, se alistó y bajó hacia la cocina, se puso un delantal y se dispuso a prepar el desayuno, pese a que tenía prohibido cocinar, pues era bien sabido que su comida no tenía sazón. Ranma era el que cocinaba desde que contrajeron matrimonio, sin embargo lo quería intentar.

Alrato el sonido de cacerolas, cerruchos (por alguna extraña razón) tenedores y metralletas, alertaron a un dormido Ranma, quién despertó asustado.

Miro a su lado y observó el espacio vacío de su esposa.

- o no... - Pensó.

Fue hacia la cocina y se recargo en la orilla de la puerta sin hacer ruido, era tierno ver a la menor de las Tendo esforzarse... Sonrió... La amaba tanto.

Se acerco lentamente a la mesa y se sentó.

- Hey ¿qué haces? - termino por decir.

Akane dio un pequeño brinco con la batidora que tenía en las manos, estaba toda sucia y cubierta de mantequilla, masa y catsup (quién sabe porqué) Metió la preparación al horno, se quito los guantes de cocina y suspiro.

Se sento abatida en la mesa justo en frente de su esposo.

- ¡Preparo el desayuno! , pero no recordaba que para hornear un pancake se requería todo un proceso. Espero haberlo hecho bien.

Ranma le quito el batido que había quedado en su mejilla, lo sostuvo en su dedo un rato mientras analizaba si comerlo o no.

- Recuerda boba que tienes prohibido cocinar... - Ranma miro el reloj - además faltan diez minutos para que te vayas a la universidad, llegarás tarde.

Akane se sonrojó un poco. - no iré... Quiero quedarme aquí, contigo, sabes... - su voz temblaba, como si quisiera remediar un engaño, qué no sucedió... O al menos eso parecía.

Ranma frunció el ceño y analizo a su chica un momento, algo sucedía, la conocía perfectamente.

Mientras la analizaba llevó su dedo a su boca y comió aquello extraño que su esposa había preparado y...

...

- ¡Rayos Akane! - grito.

Akane se paro del asiento ante aquel grito. - ¡Lo sabe! - Pensó. Rápidamente comenzó a idear un plan para defenderse.

- Tú soñaste con Shampoo primero, no puedes reclamarme nada. - Grito Akane rápidamente.

- Esto está buenísimo - Grito Ranma al mismo tiempo que ella.

Se miraron unos segundos y al unísono ambos dijeron - espera, ¿qué?

Ranma frunció el entrecejo y se paro justo enfrente de ella. - ¿qué tiene que ver Shampoo en todo esto?

Akane sudo la gota gorda, comenzó a caminar lentamente hacia atrás, Ranma empezó a seguirla. - No, no, nada, ¿te gustó el sabor? - dijo riendo nerviosamente.

Ranma la comenzó a analizar. Algo había pasado. - ¿qué soñaste?

Akane empezó a mover la cabeza de un lado a otro, mientras desviaba su mirada de la de él. Había cometido un error.

- Akane...¿Qué soñaste? ¿Qué pasa? - lo dijo él un poco más enfadado.

La menor de las Tendo suspiro. Paro de caminar y apreto fuerte sus ojos, no sin antes colocar un pie detrás de ella, lista para correr o golpearlo si era necesario.

- Prométeme que no te enojarás. - dijo, mientras jugaba con sus dedos y lo miraba temerosa.

- Dilo...

- Prometelo...

Ranma suspiro. - Prometido, ahora dime... ¿Qué soñaste?

- Bue... - trago duro su esposa - soñe que, estem... - silencio. - Ryu me... - su corazón latía a mil por hora, pero no podía mentirle. - no significa nada, antes que nada...

Ranma la interrumpió y se acerco más a ella, su esposa dio un paso hacia atrás chocando contra la pared de la cocina, el aprovecho para colocar sus manos a lado de sus orejas. - Ryu... ¿Qué? - dijo él sumamente enfadado.

Akane puso sus manos en su pecho. Su corazón palpitaba -... Me besaba... - soltó sin más.

Hubo un silencio incómodo, el horno comenzó a emitir humo, en señal de que el pancake estaba listo, solo en ese momento Ranma se separó de Akane y salió de la cocina hacia el dojo, ella lo siguió hacia la puerta y a pesar de que quiso llamarlo, su voz no salió. Ella agachó la vista y regresó al horno de donde saco el pancake, se había quemado.

Lo dejó con delicadeza sobre la mesa y observo la imagen que había en él, era Ranma y ella al estilo chibi y un te amo al filo de él. Unas lágrimas calleron por su rostro.

Cuando Ranma llegó al dojo, sacó unos sacos de box y comenzó a entrenar. Más que celoso, estaba decepcionado, una noche antes ella le había dicho que Ryu no significaba nada para ella y ahora...

- Maldita sea - grito entre dientes.

Durante todo el día no cruzaron palabra alguna, ella no sabía como pedirle disculpas y él no quería ni verla.

Ya en la noche, Ranma estaba recostado, con una mano detrás de su cabeza y con la otra jugaba con una pelota, mientras escuchaba su estómago gruñir, estaba considerando seriamente regresar a casa.

- Quizá exagere. - Pensó. Pero luego recordó la horrible cara de Ryu y esa terrible risa... la sangre volvió a hervirle.

- Rayos, porqué todo esto tiene que ser así, nuestro matrimonio iba genial... - Cerró por un momento los ojos y comenzó a respirar lentamente. Seguía analizando la situación, sin embargo aquel acto hizo que se concentrará a tal punto que pudo escuchar una voz justo en la puerta de la casa... El abrió rápido los ojos, corrió hacia la puerta del dojo y entre abrió la puerta, asomó con delicadeza los ojos y...

Akane se quedó toda la tarde llorando sobre la mesa, se sentía terrible, pero no podía o sentía la necesidad de irle a pedir disculpas a Ranma, se odiaba a si misma... no dejaba de luchar con la incomodidad, pensaba en ambos y de la misma manera, sólo que lo qué sentía por su esposo se estaba esfumando, era como si con cada respiración soltará todo el amor que los había unido, en tan sólo unos instantes o quizá se estaba dando cuenta que su matrimonio no estaba funcionando.

Recordaba cuando sus amigas decían que si te enamorabas de alguien más, era porque tu relación ya no funcionaba o ya no amabas a tu pareja.

Recordaba todo los momentos maravillosos con Ranma y lloraba aún más.

- es pura comodidad, es pura rutina - pensamientos que rezonaban en su cabeza, era como si otra ella le hablase de esa manera y no podía creer que había dejado de amar a su esposo de la noche a la mañana.

De pronto su llanto y sus pensamientos fueron interrumpidos por golpes en la puerta, ella esperaba a que quién fuese, se fuera, pero de pronto escuchó la voz de Ryu llamarla.

Se sonrojó y volvió a odiarse a sí misma... se seco las lágrimas, se levantó de la mesa. Abrió la puerta.

Allí estaba, él, con sus ojos color zafiro y su sonrisa socarrona que de pronto se extinguió.

- Akane... ¿Qué sucede? - dijo Ryu

Akane hizo un puchero y se lanzó hacia sus brazos.

Ranma en ese momento abrió la puerta del dojo lo más fuerte que pudo, evidentemente quería hacerse notar con el chirrido de la puerta, Ryu y Akane se soltaron un momento y lo miraron fijamente.

Ranma camino hacia ellos y los miro, era una mirada pulsante, que calaba en los huesos, tan así que Akane sólo agacho la vista y comenzó a llorar más fuerte.

Ryu tan sólo miraba la escena y no pudo evidenciar una leve sonrisa, que Ranma percibió al instante.

Ranma se quejo entre dientes. - Bien. - dijo, mientras caminaba hacia la casa, a la cual ingresó y donde cerró la puerta de un portazo. No iba a decir nada, sintió que la actitud de Akane hablaba por todos.

Akane se dejo caer en el piso llorando, Ryu la tomo del brazo y la jaló hacia él.

- Vamos Akane, no tienes porque estar aquí. - le dijo.

Akane se dejó levantar, no podía decir nada, pero quería decir tanto.

Ryu la tomó de la mano y se fueron caminando hacia afuera, en el camino ella giro su mirada a la puerta cerrada, mientrad su alma gritaba Ranma pero no podía hacer nada.

Ranma observo la silueta de ambos irse a través de la puerta. Suspiro y se dejo caer al suelo, abrazo sus piernas con sus brazos y después de un rato un agradable olor entro por su nariz, se levantó despacio y camino hacia la cocina, donde encontró el pancake. Su corazón se quebró un poco.

Se sentó en la mesa, con un cuchillo tomo un pedazo y lo comió.

- Rayos, esto está delicioso... - pensó, comenzó a recordar todos los momentos que vivió junto Akane, todas esas disputas, las noches en las que ella era suya, las mañanas en las que Akane se molestaba por cosas sencillas y como las arreglaban con un beso y un te amo. Recordó esa mañana, esa mirada y cuánto la amaba.

- Imposible - grito. - Akane no puede cambiarme así de repente, algo esta mal, no dejaré que ese imbécil te quite de mi lado... Jamás se lo permitiré, ¡Akane!

Él salió corriendo tras de ella.

Ryu llevó a una Akane destrozada y confundida al bosque, ella seguía sumergida en sus pensamientos y dentro de su cabeza se empezó a imaginarse a sí misma nadando en agua espesa que la devoraba y de la que no podía salir.

Llegaron a un jardín, que ella jamás había visto, había rosas por todos lados, en forma de círculos, ella se abrazo a sí misma y se detuvo a olerlas. Eran extrañas porque todas tenían perfumes distintos.

- ¿Dónde estamos? - pregunto ella.

Ryu le sonrió, la tomo de las manos y la guió a una banca que estaba justo en medio de todo aquel lugar. Le pidió que se sentará.

- Es el jardín secreto de mis padres, aquí ellos se declararon amor, aquí fue donde todo nació. ¿No es hermoso?

Akane se sintió extraña al verlo directamente debajo de la luna, sus ojos habían cambiado de color, justo como su sueño y sus dientes se habían vuelto más blancos, por alguna extraña razón se sintió hechizada por su apariencia y de repente ya no pudo controlar su cuerpo, sus ojos fueron perdiendo lentamente su brillo característico y se quedó pasmada.

En su mente ella yacía gritando que alguien la ayudase, seguía flotando en el agua pero está se había vuelto negra y más espesa. Podía observar todo y sabía que algo no andaba bien.

Ryu sonrió fuerte, se puso de cuclillas y comenzó a acariciarle el cabello.

- Todo esto ha sido parte de un plan mi pequeña Akane, en realidad éste momento fue preparado desde un principio, jamás creí que bastaría un día para hacerte mía... Eso quiere decir que me he hecho más fuerte. - con su mano acarició su mejilla.

Akane observaba todo a través de sus ojos y luchaba por safarce de lo que fuese que estaba sucediendo.

- Verás, mi nombre en realidad es Tamashi, soy un demonio que debora almas, me deshago de maldiciones a cambio de darme algo a cambio, en éste caso, eres tú. Amo las almas de las mujeres, hermosas como tú - beso la mano de Akane y su cuerpo empezó a cambiar, le salieron unos pequeños cuernos y sus dientes se afilaron.

- Tan sólo hace falta que alguien desee con todas sus fuerzas quitarse una maldición y yo apareceré, en realidad llevaba una vida muy normal, hasta que conocí a Ranma y dios, que bueno que fue así.

Akane era consumida por aquel líquido obscuro dentro de su mente, gritaba Ranma... estaba muy asustada.

- Ahora, sólo deja qué tú mente caiga, sólo dejate llevar, lastimemos a Ranma, dejemos que su amor se rompa, los desuna y sólo así podré devorarte.

- Ran... Ranma, no, no te he dejado de... - la mente de Akane quedó alcanzada por la oscuridad, pronto dejó de tener control de sí misma.

Ryu se acercó a sus labios y la beso, justo en ese momento Ranma había encontrado el lugar.

- ¡Akane! - grito enfadado detrás de Ryu. Éste sólo lo miró detrás de sus hombros, ya había adquirido su forma humana.

Continuará...

Hola, espero estén muy bien, sigánme en mi whattpadd, allí subo historias random.

Busquenme como cocoa_cafe.

https/my.w.tt/uccUCfwSM3

¿Cómo les gustaría qué está historia terminase? Está llegando a su fin :(