Al LÍMITE
Capítulo 5
Era el adiós definitivo pensaba Candy mientras corría por los pasillos de la gran mansión. Lágrimas de sus verdes ojos caían por sus mejillas, era imposible no sentir dolor. Un dolor que la ahogaba por dentro hasta dejarla sin aire, volvió a sentir lo mismo que el día anterior en la habitación de Terry. Necesitaba aire fresco.
Paso por el pasillo donde se encontraba el cuadro de Eleonor. Por un momento pensó que tal vez él podría sincerarse, pero no fue así, ahí estaba el mismo Terry de siempre, él que nunca fue capaz de hablar de sus padres.
Corrió hasta salir de la gran mansión. Una vez fuera, cruzó la logia que abarcaba toda la parte trasera de la mansión y bajó a los jardines. Había varios caminos de gravilla que zigzagueaban de forma caprichosa alrededor de los canteros de flores. Todos llevaban a un pequeño lago, situado más allá de los árboles, que daban sombra al caminante y lo protegían de un sol de justicia.
No sabía adónde se dirigía, pero el lago parecía seducirla. Por dentro se sentía como si
la hubieran apagado de la misma forma en que se sopla y se apaga una llama.
Poco a poco empezó a recuperar el aire, observó un banca enfrente de un pequeño jardín lleno de diminutas flores azules. Se dirigió hacía ella y se sentó, por unos minutos estuvo en silencio solo observando unas pequeñas flores azules.
-Que bellas flores -pronunció en voz alta ya calmada.
-Se llaman Myosotis, mejor conocidas como no me olvides mencionó una voz grave a sus espaldas.
-¡No me olvides! su color es hermoso se parece a…
-Si a los ojos de Terry y de su madre Eleanor Baker.
-Disculpe Duque no quise molestarlo tal vez usted viene aquí a caminar o descansar.
-En qué quedamos, por favor llamame Richard.
-Si usted me lo pidió, porque pensó que somos familia, pero ahora sabe que no lo somos, Terrence y yo ya no estamos juntos.
-Eso no importa, y lamento mucho haber escuchado esa noticia, Albert me contó tu historia con mi hijo.
-¿Puedo tomar asiento a tu lado? -pregunto como todo un caballero digno de la realeza.
Y en realidad lo era, Terry tenía lazos con la realeza. Ella imagino como debió ser muy duro para alguien como él, de espíritu rebelde, que no quiere estar atado a nada ni nadie incluyendo a ella. Solo jugo la utilizo y después solo la sacó de su vida, ella era la prueba viviente de que a él no le interesaba absolutamente nadie más que él mismo. En la actualidad ya no eran las cosas como hace cien años donde él deber debía ser tan rígido con todas las familias de la corona, suposo muy bien por qué ese hombre que le pedía poder sentarse a su lado, hubiera querido que su hijo no se dedicara al automovilismo.
-Te vi salir de la habitación de mi hijo y correr hasta aquí. Este era el jardín de Eleanor, ella lo cultivaba, siempre había no me olvides y narcisos -él se quedó observando un punto fijo en las flores como si recordara y sonrío.
La misma y encantadora sonrisa que su hijo, pensó Candy.
-Lo siento Richard.
-No lo sientas, puedo ver que amas a mi hijo y estás sufriendo, lamento todo lo que él te hizo, y la pérdida de mi nieto -tomó la mano de Candy de forma fraternal.
-Este…, yo…, Richard.
-No digas nada Candy, se que alomejor lo que te dire no cambiara nada entre ustedes, pues mi hijo cometió grandes errores que si desea resarcir no será nada fácil para él, tiene un camino largo por el cual recorrer para aspirar tal vez a tu perdon, no a tu amor, pero si a tu perdon.
Te pido me escuches y comprendas una parte de él, y del por que es así. El me culpa de la muerte de su madre. Ella… -tomó unos segundos para continuar, lo que diría era algo muy penoso, eran escombros dolorosos que serían removidos-. Eleanor se quitó la vida, no pensó en su hijo, ni en el dolor tan terrible que le causaría. Yo la conocí en un viaje en América en California, nos enamoramos perdidamente, bueno eso es lo que yo creí en su momento, le pedí se casara conmigo y aceptó, abandonó sus sueños de ser actriz por mi. Los primeros años todo fue muy bien, pero después dijo estar aburrida de esta vida. Me dolía ver como cada noche bebía más y más; le di su libertad, sin pensarlo ella empaco y se marchó, solo dejo unas pocas líneas escritas en una carta, para Terrence a los cinco años.
《Querido hijo tu padre me ha dado mi libertad, voy en busca de una ilusión que abandone. He decidido perseguir mis sueños cuando lo logre volvere por ti. Te amo mamá 》
-Y así fue; regresó dos años después, derrotada, diciendo que se arrepentía y me amaba. No me amaba verdaderamente lo se, tuvo amoríos en esos dos años, lo se; yo seguí sus pasos, la acepte por mi hijo, pero entre ella y yo no volvió haber ningún lazo romántico que nos uniera, que me abandonara a mi lo entiendo, pero a su hijo en eso dos años no lo perdone, no tuvo ningún tipo de contacto con él, ni en su cumpleaños o navidades, nada absolutamente nada y llego diciendo que lo amaba y lo extrañaba, yo mandaba cartas y regalos en su nombre, entiendo que se hubiera olvidado del hombre pero de su hijo no lo concibo todavía aún, me rogó por una oportunidad y no se la di, le dije que se podía quedar, lo hice por mi hijo Terry él era aún muy pequeño necesitaba de su madre, pero ella… busco la puerta fácil y una noche solo se quitó la vida tomando pastillas para dormir y Terrence fue quien la encontró muerta por la mañana. Se que eso lo marcó de gran manera, dejó de ser el niño tierno para convertirse en el malhumorado y ausente Terry. La última vez que discutieramos él y yo que fue el dia que me dijera que se dedicaría a ser corredor de Fórmula 1, le dije que jamas lo permitiria no por el hecho de hacerlo; sino porque se, que en cada carrera puedo perderlo y tengo tanto temor a eso no lo soportaría, ayer que hable con él y le dije que te dé el divorcio, qué el amor no aprisiona si no que da libertad, ¿sabes lo que me lo dijo? "si como tu lo hiciste con mi madre" él me culpa y siempre lo hará de lo que paso con Eleanor, y tal vez tenga razón, pero el hubiera ya no existe, por eso mi hijo me odia y es tan duro de carácter. No sé realmente qué situación es por la que pasaron ustedes dos, pero entiendo que quieras el divorcio, se que odia estar aquí porque no me soporta pero no me importa mientras se recupera yo lo cuidare es mi hijo y lo amo.
-Lo siento tanto Richard, pero si me permites decirte algo, debes decirle la verdad sobre su madre, es necesario que Terry un día la conozca. No es posible que te odie tanto, no es correcto usted es su padre, que diera yo por tener alguno de mis padres, mi padre murió cuando tenía ocho años y mi madre hace dos años, el hombre que se casó con mi madre me ha amado como a su propia hija, y agradezco a Dios y la vida por ello, pero ustedes están vivos deben de vivir en paz, solo se tienen uno al otro, no juzgo a la Eleanor y nunca lo haría. La verdad nos hace libres Richard, ojala que algún día dejes de cargar con ese peso.
-Eres un buena chica, ahora veo por que mi hijo está loco por ti.
Candy solo se quedo callada observando las flores y pensando en las palabras del Duque.
-Te dejo Candy, toma tu tiempo se que partes mañana muy temprano junto con Albert, lo único que te puedo decir es que cuentas conmigo en cualquier momento, y que lamento tanto que mi nieto no viniera a este mundo, creo que hubiera sido el abuelo mas consentidor, y recuerda si mi hijo te da tu libertad es por que te ama demasiado no por que no lo haga, debe hacer lo correcto para empezar a enmendar sus errores.
-Gracias por todo Richard -le respondió.
A la mañana siguiente un colérico Terry gritaba como loco a la enfermera.
-¡Llevame en la silla de ruedas!
-Es que no lo entiende, sus costillas, no es posible.
-¡Oh lo haces! ¡oh yo mismo lo haré! -empezó a incorporarse con dolor-. ¡Necesito verla!
-Mire qué le parece le propongo algo -dijo la enfermera con miedo-. Iré por ella y prometo traer a la señora, pero ¡por favor! no debe levantarse de esa cama, ahora vuelvo prometo venir con ella, si no lo hago me despide que le parece.
La enfermera corrió por los pasillos y llegó a la entrada de la gran mansión, bajo la escalinata hasta el carro donde estaba abordando Candy.
-¡Señora..! ¡señora…! ¡por favor espere! él señor Terrence pide verla y amenaza con levantarse de la cama, le pido le regale unos minutos antes de partir.
Candy sorprendida solo miro a Albert.
-Esta bien, anda ve aquí te espero -le dijo con un dejo de molestia.
Candy entró a la habitación molesta que se creía ese tonto ahora si le diria un par de verdades.
-¡Pensabas marcharte sin despedirte de mi Candy!
-Ya nos habíamos dicho lo necesario, no hay más que decir.
-Te equivocas, por favor te pido que abras el cajón de mi buro.
Ella se dirigió al buró e hizo lo que le pidió, al abrir reconoció el sobre en el.
-Ahí está, lo que tanto quieres -le dijo-. Tu libertad, eres libre Candy, se que no mereces alguien como yo.
-¡Terry…!
-No digas nada, te doy tu libertad no porque no te ame, creo que te amo mas que nunca, pero es mi prueba para demostrarte que estoy arrepentido por todos los malditos errores cometidos por mi en el pasado.
Candy se quedó en silencio con un dolor en el corazón esté de verdad era el adiós definitivo y recordó las palabras del Duque la tarde anterior
-Te agradezco -masculló tratando de controlar el llanto-. Debo irme.
-Te di tu libertad Candy, pero no dije que te libraras de mi, tendrás noticias muy pronto.
-No cambias Terry, preocupate por recuperarte y mis condolencias por tu perdida, deberás asistir a un funeral en unos días, lo siento tanto.
-¿Un funeral?
-Si, de tu amigo casi hermano Charly.
-¡Ese Maldito!
En ese momento Candy pensaba preguntar, pues le asombró ver que se expresara así de Charly. Entró Albert a la habitación.
-¡Candy debemos partir! tu padre está grave.
Candy corrió y abrazó al rubio y Terry solo se lleno de rabia de pensar quien era el imbécil que abrazaba a su mujer.
-¡Adios Terry! -es lo que alcanzo a decir Candy y salieron de la habitación a toda prisa.
Candy salió de esa habitación pensando que nunca más volvería a saber de él, lo que no se imaginaba es que tendría noticias de él muy pronto, las circunstancias la obligarían a estar muy cerca de el.
Desde que abordarán el avión ella no fue capaz de pronunciar palabra y Albert solo la observaba con reservas pero sin embargo hablo.
-Candy, si lo sigues amando tanto ¿por qué pediste el divorcio? por qué no tratar de arreglar las cosas, se que fue un desgraciado, que sinceramente para mi no merece tu perdón, pero puedo ver que estás sufriendo y volverlo a ver, a removido sentimientos que tu creías muertos ¿no es así?
-Por que siempre, me lees como un libro abierto, desde que tuviera ocho años sabes cuando algo me pasa.
-Eres mi hermana y aunque tu y yo no tenemos un vínculo sanguíneo hay algo espiritual que nos une, desde que llegaras con tu madre a casa y viera esa niña temerosa, supe que éramos hermanos y nunca dejaríamos de serlo, me alegra tanto que mi padre se haya enamorado otra vez, y aunque tu madre falleciera hace dos años, tu nunca dejaras de ser mi hermana y para mi padre nunca dejaras de ser su hija el te ama tanto. Desde que murió Amy tu madre decayó de salud tanto.
-Estaremos allí pronto Albert, veras que le hará bien vernos, y referente a lo de Terrence tienes razon lo amo no he dejado de hacerlo, pero me hizo mucho daño me trato como un trapo que usas y desechas cuando era su esposa y estaba esperando un hijo de él. No es algo que olvidas de la noche a la mañana. Ahora soy una mujer libre y es hora de mirar hacía delante y dejar esta etapa de mi vida atrás.
-Si sobre todo con Niko, -le dijo en burla a Candy.
-Niko Hulkerberg es solo un buen amigo, estas igual que Annie, cuántas veces tendré que repetirlo, salimos como amigos eso es todo. Mejor cambiemos de tema Albert y dime qué tal tú ¿como van las cosas con Karen? es un linda chica.
-Y excelente reportera mencionó el.
Candy sintió un dolor en el estómago al escuchar la palabra reportera, inmediatamente recordó el video que le mostrara Charly.
-¿Qué pasa Candy? he dicho algo malo.
-No, no es nada, es solo que recordé otra reportera que vi con Terry, han de tener algo muy especial mencionó en tono sarcástico la rubia.
-¿De quien hablas? tal vez la conozca.
-Es Susana Marlow, pero olvidalo no quiero hablar de ello es mejor dar por cerrado el tema Terrence Granchester y todo lo que tenga que ver con él.
-Esta bien, si así tu lo quieres eso haremos.
Albert no se quedaría con la duda investigaría todo sobre esa chica, le pediría de favor a Karen que le dijera todo sobre aquella colega suya. Albert había conocido a Karen en una entrevista que hiciera a su padre sobre el imperio Renault, le pareció muy agradable y atractiva comieron un par de veces para detallar la entrevista que sería presentada en una de las revistas más prestigiosas del automovilismo. F1 RACING, y aunque se vio tentado en buscarla después no lo hizo, este sería el pretexto perfecto para contactarla e invitarla a salir.
-Lo siento -les decía una doctora al par de hermanos afuera de la habitación de hospital-. Su corazón está muy mal, se lo dije; que se tenía que cuidar y cambiar de hábitos.
-¿De que habla doctora? -preguntó Albert.
-Hace tiempo que le dije, que debía dejar el estrés y fumar el padece angina de pecho, desde hace ya un tiempo pero parece que hizo todo lo contrario, y ahora ha empeorado debió delegar responsabilidades a ustedes sus hijos, saben que antes de ser doctor soy amiga de su padre y como una tía o para ustedes, tu madre y yo Candy fuimos grandes amigas, por eso me atrevo a decirles esto, ha habido complicaciones está muy mal es mejor que entren a verlo.
Candy empezó a llorar al escuchar las palabras de Leslie.
-Candy calmate, se fuerte por papá -le pidió Albert-. Entremos.
Al entrar Candy corrió a darle un beso en la frente a su padre.
-Vengan siéntete a mi lado -pidió Robert Bell Ardlay a sus hijos, con la voz entrecortada.
-Papa no hables, es mejor que descanses no te esfuerces -le pidió Candy.
-No, necesito hablar con ustedes. Saben que los amo y estoy muy orgulloso de ambos, pero es hora de que los dos tomen el mando de la Renault, quiero que tu Candy seas la que dirija todo referente a las temporadas, y seas la Ingeniera mecánica al mando en las carreras.
-Pero papá, sabes que me gusta estar en la construcción de los motores.
-Lo se pequeña, y seguirás al mando pero yo ya no podre viajar hija, y quiero que seas tú, eres la mejor, te apasiona ver las carreras, y Albert será el director, tendrán que mudarse a Oxfordshire, en el reino unido al igual que tu mi niña. Ahí está la base central de Fórmula 1.
Para Candy era como una patada en el estómago tendría que volver a Inglaterra, lugar del que se quiso alejar lo más que pudo. Pero en el estado que estaba su padre sabía que no había opción para decir un no.
-Nos espera una gran temporada hijos, con la adquisición de Daniel Ricciardo, se que vendrán grandes triunfos.
-Papá, por favor no es tiempo para hablar de todo esto, debes descansar y reponerte -le dijo Albert.
-No hijo, esté es el momento, ¡por favor! prometan, que tomarán el cargo que les corresponde.
-Si papá lo haré te lo prometo -afirmó Candy-. Pero trata de descansar no te esfuerces en hablar.
Albert lo miró de igual modo tomó su mano y le prometió seguir con el legado de la Familia.
En el balcón de gran Mansión de Richmond ya un muy mejorado Terry tomaba el desayuno y entre sus manos el periódico del día.
Robert Bell Ardlay, había fallecido el mundo del automovilismo estaba de luto, y una gran fotografía mostraba a Albert y Candy saliendo del funeral abrazados. Habían pasado cuatro semanas desde que la viera partir con el tal Albert.
-¿Quién es ése Maldito? me dejo de llamar Terrence si no averiguo quien es él, si crees que te quedaras con Candy estás muy equivocado, en unos días me quitan este maldito yeso y te buscare Candy.
-Hablado solo Terry -pronunció su papá a sus espaldas.
-¡Richard!
Al duque le incomodaba que le llamara así, solo Richard era tan impersonal y frío, y sabía que Terry lo hacía con el afán de molestarlo, pero esta vez no caería en su juego.
-Creo que yo puedo ayudarte en eso hijo.
-¡De qué hablas Richard!
-En saber quién es Albert el hombre que acompañaba a Candy.
-¡Tu lo sabes!
-Si, me di a la tarea de investigar y es nada menos que el hijo de Robert Bell Ardlay.
-¡Que…! no puede ser, vinieron recuerdos a su mente y recordó verlo visto con Robert alguna vez, cuando corriera para él en la F2
-No la tienes facil hijo, no solo es buen mozo ese hombre sino que tiene mucho que ofrecerle a esa bella chica.
-Pues yo también puedo ofrecerle mucho, he labrado mi fortuna con mis propias manos.
-Lo se hijo y estoy muy orgulloso de ti.
Esas palabras desconcertaron a Terry, "que le pasaba al Duque acaso se esta volviendo loco" pensó. Se hizo un silencio por unos segundos y habló Terry.
-Te agradezco por investigar, igual lo hubiera hecho yo. Ya te lo he dicho no necesito nada de ti.
-Te equivocas necesitas de mi, soy tu padre.
-Valiente padre he tenido, me diste la espalda cuando mas necesitaba de ti. Si hice algo de mi vida fue por mi madre y gracias a su herencia.
-Sí lo reconozco, me equivoqué no soy un buen padre y tal vez nunca lo seré y de igual modo nunca me perdones. Te pido perdón si me he equivocado.
Hijo quiero que seas feliz y si eres inteligente escucha bien lo que te voy a decir. Dentro de dos semanas se llevará a cabo un Memorial en honor a Robert Bell Ardlay en Oxfordshire, de parte de Fórmula 1, Alistate por que tu y yo iremos a darle el pésame a William Albert Bell Ardlay, ya he mandado una corona de flores de parte tuya en el entierro. Vas a pelear de frente esta batalla hijo. Esa chica te quiere aunque diga todo lo contrario.
Después del Memorial hay una comida, es tiempo de reaparecer después de tu accidente y ese es el momento y lugar. Es tiempo de conquistar a esa bella chica con todas tus armas, si te sirve de dato a ella le encantaron las flores del jardín de Eleanor. "No me olvides" asi se llaman lo recuerdas, vas a luchar para que ella no te olvide, házcelo saber de todas las maneras posibles, ¿como lo harás? ese es tu trabajo yo he cumplido con decirte esto. Ahh y una cosa mas por favor, deja a un lado el maldito carácter Granchester. Su padre le guiño el ojo y le sonrió se levantó de la silla y se marchó.
Qué le pasaba al Duque de Granchester acaso se estaba volviendo loco, quién era ese hombre que se sentó a su lado y lo sintió por un momento como un amigo, pero aunque hubiera querido no tener ningún contacto con él, le agradecia y bien Candy valía la pena demasiado para soportar a su padre.
Gracias chicas por sus comentarios y su tiempo de lectura les agradezco tanto y de cada uno de sus comentarios, aquí estoy con un capitulo mas y no de ninguna manera pienso abandonar la historia les dije que a mas tardar cada quince días actualizaría y aquí estoy, lo prometido es deuda, he tenido un accidente en la mano y me cuesta un poco de trabajo escribir, pero prometo tratar de no quedarles mal con cariño Saadesa :) ^﹏^ nos leemos en el siguiente capitulo ;-)
