La casa de los Harrison. Sadie y su padre salen de un auto con las compras y revisa el buzón.

Entran en la casa y Sadie comienza a revisar las cartas.

Sadie: cuentas, como de costumbre. Deberíamos ver lo de…

De pronto Sadie no hablo más. El señor Harrison la miro extrañado.

SH: que sucede Sadie?

Sadie: que extraño. Hay dos cartas de Jude. Una para ti y otra para mí.

SH: por que lo encuentras extraño? Le encantaba hacer eso cuando era pequeña. Recuerdo que ponía todas sus peticiones en una carta y las entregaba. Eso hasta que compró su guitarra, por que desde ese momento comenzó a componer canciones para conseguir lo que quería.

El señor Harrison sonrió melancólicamente y tomó la carta.

Pero Sadie ya había terminado de leer la suya, y, dejando su carta en la mesa, con una cara de terror subió corriendo. La cara del señor Harrison también adopto una expresión parecida. Tomo la carta de había dejado Sadie y la leyó. En ese momento comprendió todo.

Querida sadie:

Es difícil poner esto en una carta, pero no me quedaba otra opción. Si te lo decía de frente, seguro me hubieras detenido.

Tú sabes lo que es sentir algo especial por alguien. Pues yo siento eso, pero mil veces más fuerte. Él se va y yo no puedo esperarlo, por que me volvería loca. Es por eso que me voy con él. Por favor no intentes buscarme, por que eso solo empeorará las cosas.

En estos momentos debes estar odiándome y pensando que soy muy joven para saber lo que quiero, pero espero que encuentres en esto una oportunidad para realizar tus sueños.

Por favor discúlpame con la disquera. Diles que no dejare de enviarles canciones de donde quiera que esté

Seguramente no sabrás de mí por un tiempo, pero ten por seguro que estaré bien y feliz, como siempre quisiste que fuera.

Por favor no olvides que eres mi hermana favorita.

Amor

Jude

Sadie bajó las escaleras llorando

Sadie: papá, Jude se fue. Se llevo toda su ropa. No va a volver!

El señor Harrison no podía reaccionar aún, pero abrazó a su hija automáticamente.

Por mientras.

Tommy baja de una camioneta y corre hacia la puerta de una gran casa. Le abre una señora.

Señora: ah, es usted. Pensamos que no iba a volver.

Tommy: ya les dije que no voy a renunciar a ella. Ahora que me enteré de su existencia no la voy a dejar sola.

Señora: en cierta forma, lo sabíamos.

Tommy: y, donde esta?

Señora: está arriba, con sus cosas. Aun no entiende muy bien por que su mamá ya no está en la casa. Pobre niña, si supiera que nunca más la va a volver a ver. Y encima sale su padre de la nada y se la lleva lejos de aquí.

Tommy: no me la llevo lejos. Compre una casa en este vecindario. No voy a alejar a mi hija del lugar donde nació, no hasta que se acostumbre a mi.

Señora: pero usted no va a poder con ella solo.

Tommy: no se preocupe, no estoy solo.

En eso llega Jude y se pone al lado de Tommy, tomándole la mano. Llevaba puestos anteojos oscuros, que delataban todo lo que había llorado en el camino.

En ese momento llegó la pequeña niña a la puerta. Traía una muñeca en la mano. Mientras tommy y la señora llevaban las maletas a la camioneta, Jude se inclinó para quedar al nivel de la niña. Lentamente se quito los anteojos.

Jude: hola, me dijeron que te llamabas Emily. Como estas?

La niña la miró con curiosidad y le pasó la muñeca.

Jude: seguramente debes estar preguntando quien soy yo. Yo soy tu nueva mamá, y voy a tratar de ser la mejor.

La niña se lanzó a los brazos de Jude y la apretó fuerte. Jude le devolvió el abrazo. Tommy llegó a su lado y le besó la frente.

Tommy: de verdad estas segura? Esto es lo que quieres para ti?

Jude miró a tommy fijamente.

Jude: si, estoy segura, te quiero a ti.

Tommy sonrió y tomó a su hija en brazos. Subieron a la camioneta y lentamente se alejaron, mientras la señora los despedía con la mano