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Disclaimer: Saiyuki y sus personajes son propiedad de Kazuya Minekura, yo sólo espero que me los deje para mis paranoias XP
Llegó a la segunda planta donde se hallaba la habitación de Hakkai; no sólo tenían una habitación para cada uno, si no, que también estaban separadas, lo cual según el rubio era una alegría ya que por fin no tendría que ver sus caras, al menos en una noche.
Pasó sin llamar, lo bueno de haber vivido juntos durante tres años era que entre ellos había una gran confianza y un buen entendimiento, sin palabras, sólo con gestos o miradas eran capaces de entenderse. La cama estaba vacía, más que eso, no parecía ni que la hubieran usado. Recorrió el lugar con la vista tratando de encontrarlo. Tuvo que abrir la puerta de par en par para poder divisarle pues ésta tapaba el ventanal donde estaba sentado acariciando al dormido dragoncito.
-Buenos días, Gojyô! – aunque intentó forzar su sonrisa de siempre y su voz amable, no lo logró; estaba demasiado cansado para hacerlo.
-Buenos! Tienes mala cara. – dijo posicionándose a su lado para verle.
-Yo también me alegro de verte – dijo en tono sarcástico pero con cariño - no he dormido bien... – unas enormes ojeras le hacían parecer un muerto
-Querrás decir que NO has dormido! – corrigió un poco irritado, más consigo mismo que con el otro. Sus hormonas le alejaron del otro. Sabía que en los días de lluvia se volvía más vulnerable, sabía que necesitaba descansar y que la lluvia no le dejaría, pero sus hormonas fueron más fuertes que su amistad – No debí dejarte sólo... – dijo más para si que para el otro, mas este le oyó.
-Ya soy mayorcito, no necesito que cuides de mí a todas horas -.-U
-A veces no me lo parece... – Hakkai le miró de modo amenazador, o al menos eso le pareció pues las ojeras daban miedo. – te diría si bajas a desayunar pero te haría más falta una semana de sueño.
-Jajajaja! Estoy bien, Gojyô! Será mejor que bajemos antes de que Sanzô se impaciente. – se levantó despertando a la criaturita que había en sus brazos que emitió un leve "Kyuu" seguido de otros más enérgicos al despertar y se subió a su hombro.
No hubieron llegado al comedor y ya los otros dos les esperaban: uno con expresión fastidio y callado y el otro mirando con nostalgia a su "cámara de los tesoros", la cafetería.
-Espero que estéis listos, nos vamos. – dijo el mayor.
-Hai (sí) – fue la respuesta del de los ojos verdes.
-Como? Hakkai no ha desayunado aún, y Hakuryu tampoco – protestó el pelirrojo.
-Está bien, Gojyô. No pasa nada, Hakuryu cenó bien anoche – un alegre "kyuuuuuu" del dragoncito blanco (Hakuryu dragón(ryu) blanco(haku)) confirmó sus palabras.
-Pero tú no, es que queréis que tengamos un accidente! Me gustaría seguir vivo! – dijo alzando la voz, algo que hizo que el monje se mosqueara, quien ya iba a sacar la shorejyu (la pistola desterradora de demonios) pero al ver a Hakkai como siempre tratando de conciliar al grupo con su rostro marcado por el cansancio, claudicó.
-Mono! Vamos a dar una vuelta... – dijo girándose y yendo hacia la puerta.
-Sanzô! – fue lo único que atinó a decir Hakkai
-Nani? (Qué?) – Gokû no entendía de que iba todo - Sanzôôô! Chotto matte (espera)!
-Ikkuso, saru (vámonos, mono)! – fue la réplica del hombre desde la calle.
-Quien lo diría de Sanzô, ne (no?)? – dijo el pelirrojo mirando a su amigo- Vamos vuestro desayuno nos espera.
-.-.-.-.-.-.-.-
En algún lugar de la India, en un lúgubre castillo una malvada Yokâi se limaba las uñas con esmero dejándolas largas y afiladas. Una de sus sirvientas pasó a anunciar un comunicado de parte de uno de sus esbirros en China.
-Señora Gyokumen Koushu... vengo a informarla... – estaba nerviosa, sabía como odiaba su señora el fracaso y el que seres ajenos se entrometieran en sus planes, sobre todo si era para desmantelarlos. - El grupo de Sanzô... si...sigue con vida - un silencioso "clic" retumbó en el silencio de la habitación, había partido la lima por la mitad al escuchar esa noticia - La... la última batida fracasó en s... intento.
-Maldita sea! – gritó enfurecida - Qué he de hacer para librarme de esas molestas ratas de cloaca! – tomó a la joven del cuello que no tuvo tiempo de reaccionar o contestar cuando sintió que le faltaba el aire.- Acabaré con ellos! Mataré a esos impertinentes! Lo haré! – un sonoro "crack" anunció que el cuello de la muchacha se había roto. La lanzó lejos - Guardia! Llévate esto de aquí y tráeme a nuestro mejor asesino.
-Si, Señora. – hizo un reverencia y prosiguió - con su permiso, mi Señora.
-Habla! – ordenó.
-Si me permite, creo que tengo al demonio adecuado.
-Bien, así me gusta, con iniciativa. Tráele. Quiero verle. – dijo aparentemente muy interesada.
-Verá Señora, eso va a ser un problema. – esa era la palabra más odiada por la mujer, los problemas eran malos, siempre retrasaban sus planes, la entorpecían. Ya iba a lanzársele a la yugular cuando el guardia prosiguió. - es que le envié directamente a la actual posición del grupo... como se han parado en una pensión, será mas fácil atraparles, sobre todo si hay inocentes de por medio. Pero si mi Señora lo desea puedo hacer que vuelva para que le valore y luego...
-No, no será necesario. Es bueno que ya haya salido. Pero quiero q me digas de que demonio se trata y que poderes tiene.
-Claro mi Señora, mandaré recoger esto y le presentare un informe.
-Bien, que así sea; retírate. – ya se iba el guardia cuando recordó que había algo más que decir - por cierto, ya sabes que del éxito o fracaso de esta misión depende tu vida... no lo estropees... o pagarás los platos rotos.
-Por supuesto, soy consciente de ello...
Konnichi wa! Este capi es un poco más corto que el anterior –aunque según un amigo mío es el mejor de los que he escrito... vete a saber por qué...-
En fin me alegro de que la historia haya gustado, y espero que este capi guste también.
Tengo otro capi más escrito y un cuarto capi empezado, ya los iré subiendo poquito a poquito, quiero q queden bien y estos dos hay q pulirlos un poco.
De momento, aquí dejo el capi dos, espero q guste...
JA NEE...!
