Dulces Tentaciones

Capítulo I

"El novio de mi madre (segunda parte)"

Liserg se mostró muy entusiasmado en conocer a mi madre. Claro despues de ver la foto de ella con mayor razón. Mi madre es una mujer muy bella, por eso siempre tiene a tantos hombres guapos babeando por ella( y de paso por su dinero).

Bueno luego de terminar de preparar la cena, tuvimos que esperar a que llegaran mamá y su invitado. Así es que aproveché para mostrarle el resto de la casa al chico ingles. Y Liserg no pierde el tiempo, buscaba algun motivo para acercarse y admito que me gustaba esa actitud tan decidida, jeje . ¿ sera por eso que me es tan atractivo?

- Tamao... - me dijo de pronto deteniendo la conversacion y el tour por mi casa.

- Dime...- le respondí con la cara demasiado ruborizada a causa de su constante mirada sobre mi.

- Creo que mientras esperamos deberiamos hacer algo mas que sentarnos aquí y hablar de la escuela ¿no crees? - al terminar esa frase su rostro estaba casi rozando el mío, creo que la pared no pudo estar en peor lugar en ese instante.

- Eh- este...yo..no creo...- quería y a la vez no quería alejarme pero de todas maneras lo intenté.

- Vamos sé que tambien te gusto - en ese minuto el corazon ya me latia a mil por hora. Y cuando pensé iba a seguir diciendome cosas, sentí la presión de sus labios. ¡Guau! Fue el beso mas apasionado que jamás habia recibido, este ingles si se las trae y sí que sabe jugar al seductor. Creo que mis latidos eran tan intensos que se detuvo sólo para escucharlos. Recorrió con su mano desde mi vientre hasta mi pecho para sentir ese palpitar que casi me dejó exhausta y a él muy sorprendido. Pero nada detuvo un segundo y mas apasionado beso. Claro que despues la situacion se puso mas candente, uf! ese hombre me da vueltas la cabeza. Asi es que tuve que decirle que tomaramos las cosas con mas calma. Él entendió, como un caballero(jiji).Yo pensé que como no llegaba nadie y antes de que pasara algo mas era mejor que se retirara. Ademas había descubierto que el no me gustaba tanto como para hacer algo mas que salir

En parte fué muy bueno que Liserg se fuera por que lo que venía despues era muy vergonzoso.

Al rato que el chico inglés se fuera(¡la cena estaba lista y nadie llegaba!), oí la puerta y seguido de eso mi celular sonó.(ring, ring!)

- ¡Tamao abre!- sólo se escuchó su voz seca. Y bajé hasta la puerta, la abrí de par en par y mi sorpresa fué tal que no lo podía creer. ¿Era mi nuevo profesor!

-"¿Profesor Asakura?"- pensé impresionada, esto era demasiado vergonzoso.

- Ella es mi hija, Tamao. Tamao él es Yoh... mi novio- Oh vaya ¡que locura!

- Encantado srta. Tamao - dijo educadamente y él tambien estaba sorprendido de encontrarme allí- Definitivamente eres tan bella cómo tu madre - lo dijo en tono burlon pero no me cayo mal el comentario. Luego nos rodeó un silencio un tanto incómodo que mamá rompió sin dudar.

- Pero vamos pasen, pasen. No vamos a quedarnos toda la noche aquí ¿no es así?jajaja- la siempre oportuna Señora Anna.

- Nos volvemos a encontrar- me sonrío antes de entrar. Lo que produjo un rubor fugaz en mis mejillas.

Durante la cena, hablaron mi madre y su novio, se veía que se llevaban muy bien. No presté mucha atención pues habían otras cosas en mi cabeza, pero sí me percaté que de vez en cuando el profesor Asakura desviaba su atención de la conversacion y me regalaba una mirada. Tal vez sentía curiosidad por conocer mi opinión de la situacion tan extraña, pero no se atrevió a preguntar durante la comida. Luego de terminada la cena mamá yel profesorsedirigierona la sala y yo me iba a ir a la cocina para lavar los platos pero alguien me detuvo.

- ¿No nos acompañas a la sala?- Ok esto si era raro, mi madre queria que estuviera en su plática.

- Hola Tamao...- era el profesor Asakura.

- Hola profesor - le dije con respeto.

- Oh, vamos no tienes que llamarme así fuera de la escuela - lo miré un poco incredula- Sí, no te preocupes. Aquí entre nosotros puedes decirme por mi nombre ¿esta bien?

- Sí, OK... Yoh - me sentí bien al decirlo

- Por que al parecer, vamos a vernos mas seguido- me parecia buena idea, él era simpatico(y guapo.. jiji) - ¿Que piensas de esto?

- Yo no opino acerca de las relaciones de mi madre - sonó a que no tenía derecho para hacerlo - ella es libre de salir con quien quiera.

- Tamao... - ella me miró duramente pero sabia que tenía razón.- No tienes por que decir nada no tengo que pedir tu permiso para relacionarme con alguien- miro a Yoh como para aclarar que ella mandaba en casa.

- E-esta bien creo- ya no hallaba mas palabras para expresar mi asombro.

- Tamao, Yoh va a vivir aquí de ahora en adelante

- Pero no creo que...

- ¡No recuerdo haber pedido tu opinion niña! - exclamó alterada y casi me da una bofetada...pero algo(o la mirada de alguien) la detuvo- ¡Ahora ve a tu habitacion! - ni siquiera la miré, no miré a nadie y subí rapidamente. Ya estaba abrumada por la sorpresa anterior y ahora a mi madre se le ocurre gritarme ¡enfrente de mi profesor!...¡que bochornoso! Y encima de todo ahora él viviría aquí con nosotras...

En la mañana me levanté mas temprano de lo normal, les dejé el desayuno preparado y me fuí antes que nadie se diera cuenta. Como salí antes me tocó esperar a Pilika en el lugar de siempre. Estaba algo molesta asi que no queria hablar mucho de lo ocurrido en la cena y estaba pensando como sacarme la entrevista de Pilika de encima cuando la vi venir.

-Hola Tamao ¿que te ocurre? -me preguntó de pronto.

- Ehh... nada. - dije nerviosa.

- Vamos amiga te conosco y algo te pasa ¿es algo malo?

- No..no me pasa nada. - sonrió nerviosa aún - Vamos, ahí viene Horo.- me miró incrédula pero entendió el mensaje y no hizo mas preguntas con respecto a la cena.

Con el pasar de la primera clase recuperé un poco el animo y le expliqué a Pilika quien era el nuevo novio de mamá y ella se mostró bastante sorprendida(¡y no era para menos!). Y le conté lo que ocurrio con Liserg, entonces fué cuando lo supe.Pilika siempre se mostraba mas nostalgica cuando él estaba con alguna otra chica, y no era para menos si tenía guardado ese sentimiento desde hace mucho, no me lo había dicho pero lo supe de inmediato.Así que durante el almuerzo la interrogué como ella lo hacia conmigo

-Pilika¿puedo hacerte una pregunta?- le dije mientras mirabamos a Len y Horo pelearse por alguna tontería.

- Sí lo que quieras amiga - me contestó sin sospechar.

- ¿A ti te gusta Liserg no es cierto? - la pregunta la tomó por sorpresa yse puso pálida(mas de lo que es) no me contestó pero bajó la cabeza.

- E..mm..- estaba comenzando a angustiarse.

- Pilika no es un delito, solo contesta - sentencié.

- Lo siento... yo no quería... - sus ojos se inundaron de prisa y su cara enrojeció demasiado.

- Amiga, tranquila - la abracé fuerte - a mi no me gusta de esa manera, creeme lo descubrí ayer cuando... bueno ya lo sabes.- apretó su cuerpo contra el mío y se desahogó. Y bueno todo habría seguido así si no le hubiera preguntado eso a mi amiga pues luego hablamos mucho y aclaramos muchas de esos sentimientos que guardaba y aun que Liserg no era la mejor opción para enamorarse le di animo para que le dijera lo que sentía pues despues de todo no perdería nada, ahora no sé si sería lo mejor pero así lo hice. Ese día en el colegio me tocaba ver al Profesor Asakura así que entré muy nerviosa a la clase, claro nadie notó por qué pero fué una clase muy larga. Él tambien se vió un tanto incómodo pero no lo dejó notar.

El regreso a mi casa ese día fué muy estresante por que no quería llegar, pero sabía que tendría que entrar alguna vez. Me quedé parada en la puerta un momento. No escuché nada. Entré despacio y encontré que mi había madre experientando con su cabello. Había cambiando su rubio natural por un negro intenso,y habían muchas bolsas en la sala (eso es signo de que estaba calmada y no me iba a regañar por lo ocurrido la noche anterior o que no lo recordaba). Cuando me vió entrar sólo me dijo que Yoh vendría a cenar... y me preguntó como le quedaba el negro en el cabello (¬¬º), yo me limité a decir que estaba bien ( esa era mi respuesta para la mayoría de sus preguntas y me resultaba bastante eficiente pues así no me regañaba por todo).