Capítulo 10: Mucho más yuri

Nuevamente había llegado ese momento en el que se debe pasar la antorcha a una generación más joven, todos aquellos guardianes que eran afectaos por el paso del tiempo tenían que buscar con quien tener descendencia y pasar la antorcha.

Latias sabía que el día llegaría, ella, a diferencia de entidades como kyogre o raycuasa no era eterna, ella eventualmente tenía que morir, y la verdad era que no le molestaba, talvez tuvo en su momento un poco de envidia de sus mayores, pero ahora que comprendía que los humanos también tenían que morir, se sentía afortunada. La verdad sea dicha, latias no se imaginaba vivir una eternidad recordando unos momentos tan efímeros donde fue feliz, de hecho, en este momento ella comenzaba a sentir lastima por aquellos que no conocen la paz de la muerte, y en su lugar tienen que ver como las garras del olvido desgarran sus memorias.

No, latias no podría vivir la eternidad así, prefería morir con sus memorias intactas. Bueno, no es como si ella fuese a morir pronto, aun le quedaban varios años, varias aventuras, años donde sin duda sería feliz, ahora sin tener que cumplir con su deber, podía permitirse ciertos lujos que no llego a considerar antes.

Movio su mano, pero quien se supone debía estar allí, no lo estaba. ¡De nuevo Latios se había ido!

Latias maldijo mentalmente a su hermano, el maldito latios se había ido nuevamente a vivir aventuras, dejándole a ella todo el cuidado de su siguiente generación, por arzeus como deseaba matarlo, ¿Cómo se atrevía a irse así? Ella también tenía derecho a vivir aventuras con los humanos.

Respiro una vez, y luego comenzó a contar hasta diez, tal y como le habían enseñado, si ya se había calmado…un poco.

Latias había tenido tres huevos en total. Los primeros dos en incubar fueron especímenes excepcionales. Si se entrenaban adecuadamente, tenían el potencial de convertirse en guardianes de la humanidad excepcionalmente poderosos. Latias estaba segura que protegerían el balance del mundo con su vida. Los humanos que recibirían la bendición de estos guardianes sin duda serian afortunados de tenerlos.

Sin embargo, la situación para latias era molesta, ya que al observar directamente a los ojos de sus pequeños no sentía nada. latias sabía que debería tener algún vínculo maternal con estos bebés, pero en su lugar, todo lo que podía pensar al ver a los hijos que salieron de su vientre era; "no son suyos"

Entonces fue cuando el tercer huevo se rompió.

Un amarillo brillante cubría a su hija. Sin duda era especial. Latias la levanto en sus brazos. Sostener a su segunda hija por primera vez fue diferente a todo lo demás. Esta vez latias sintió una emoción dentro de su corazón.

Odio, completo odio. latias despreciaba a su hija más que cualquier otra cosa en el mundo. Ella quería ver sus manos empapadas en la sangre de esta inocente criatura. Le dolía la cabeza con el único pensamiento, la necesidad de arrancarle las extremidades.

Mientras sus ojos se perdían en el peculiar color de su hija, un único pensamiento martillaba su cabeza. Su hija era "Especial" más que ella "su madre", ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo una de sus hijas se atrevía a ser más que su propia madre?

Latias sintió su sangre hervir y fue solo el constante ruido que hacían sus demás hijos que evito que latias descargase hasta la última onza de su poder sobre la recién nacida.

Cuidadosamente, latias mantuvo una expresión neutral. Ella no le mostraría al mundo lo que realmente pensaba de esta criatura. Solo era una hija más, esta niña no le quitaría nada, su aventura comenzaría pronto, ella no tendría la oportunidad de impedírselo. Ella podría controlarse. Por algún tiempo al menos.

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Fabio se movió su cabeza de un lado a otro, estaba incomodo con la situación actual. Era raro que alguien fuese invitado a la mansión de Lusamine, ni siquiera cuando fue uno de los jefes de sucursal fue invitado.

Sin embargo, aquí estaba, Fabio arrastro su mirada, examinando las pinturas que adornaban una de las muchas habitaciones reservadas para huéspedes, moviendo nerviosamente sus pulgares mientras esperaba pacientemente una audiencia con ella. Él hubiese preferido encontrarse con su jefa en su despacho privado, pero, bueno, este lugar no estaba tan mal.

La Fundación Aether había ... cambiado desde el encuentro de Lusamine con el Nihilego. Fabio fue uno de los primeros en darse cuenta. La atmósfera de Aether Paradise había cambiado mucho últimamente.

Muchos de los inversores se habían retirado, además la instalación ya no tenía tantos invitados como antes, era casi como si el consejo tratase de invisibilisar a Lusamine para así poder quitarle el control de la corporación. Inútiles.

Lusamine era sin duda quien más había cambiado tras su aventura en el ultra espacio. Sus característicos ataques de ira fueron reemplazados, por una crueldad de combustión lenta, que ponía los pelos de punta a más de uno. Además, la irracional obsesión de Lusamine parecía que ya tenía un objetivo fijo, uno que era obvio pronto se revelaría.

Por eso Fabio trabajaba incansablemente, esperaba poder demostrarle su lealtad y utilidad lo antes posible. ¿Acaso había logrado algún avance en su redención?

Finalmente, su tormento silencioso termino cuando se abrió la puerta, y Lusamine entro cargando una larga lista de papales.

-Lamento la tardanza, tuve que ajustar unos asuntos. -Comento Lusamine sin regresar a verlo.

Fabio solo negó con la cabeza, no tenía el poder o la posición para reclamarle nada a Lusamine, además, él sabía que Wicke también había sido llamada, posiblemente ella aún estaba en la oficina privada de Lusamine.

Lusamine finalmente separo sus ojos de los papales que estaba revisando, y luego se los entregó a Fabio.

-Siento tu actitud ha cambiado, parece que ser degradado a mejorado tu carácter.

Fabio solo susurro un débil gracias, mientras cogía los documentos que su jefa le entregaba, no tenía intención de hablar de su degradación, y mientras no se le pidiese una respuesta clara, el solo mantendría la cabeza baja.

Fabio ojeo un poco los documentos antes de darse cuenta de lo que eran, levanto la cabeza, listo para preguntar, pero la mano de Lusamine lo detuvo.

-Fabio, siempre has sido un hombre ambicioso, si bien tus métodos son cuestionables, siempre has sabido lograr resultados, por lo que voy a darte una oportunidad.

Lusamine levanto una mano y señalo la carpeta que Fabio sostenía entre sus manos.

-Planeo construir un nuevo laboratorio, pero el comité no está ayudándome, siguen presionándome por el asunto del ultraespacio, por eso he decidido que serás el jefe de este nuevo laboratorio, ya he preparado el personal y los recursos que podrías llegar a necesitar.

Fabio no sabía que decir, esta era su oportunidad, finalmente la posición que había estado buscando por tanto tiempo. No sabía si quería agradecer la confianza, o disculparse por los problemas causados.

Lusamine solo movió la cabeza, molesta por la incapacidad de su empleado para formular palabras coherentes.

-Demuestra que no me equivoco contigo, quiero ver resultados, y si son significativos, puede te de algo de autonomía.

Fabio se arrodillo, agradecido por las palabras de su jefa.

-No se va a arrepentir, le demostrare toda mi capacidad. No le fallare esta vez.

Lusamine sonrió, Fabio parecía haberse recuperado del shock inicial.

-Bien, entonces partes ya. Aún tengo varios asuntos que atender con Wicke en mi oficina.

Fabio quería preguntar qué tipo de asunto de tenia con Wicke, pero decidió dejarlo pasar. Él ya sabía muy bien qué tipo de acciones habían llevado a la rechoncha e incompetente Wicke a la posición en la que se encontraba.

-Por su voluntad. -Exclamo Fabio antes de salir de la habitación, casi corriendo se dirigió hacia su carro, su nueva vida comenzaría hoy.

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Lusamine asintió cuando Fabio salió, a ella realmente no le interesaba el nuevo laboratorio, ni nada de la investigación que se supone se haría en él. Su verdadero objetivo había sido librarse de todos los empleados que el comité había comprado.

Si bien la población de su laboratorio había sido reducida drásticamente con esta purga. Lusamine estaba convencida de que podría recuperar el personal perdido dentro de pocos años.

Además, la investigación que ella estaba a punto de iniciar, necesitaba de un personal reducido, esto para facilitar su control y prevenir cualquier fuga de información.

Lusamine se sentó satisfecha, pudo escuchar como el auto de Fabio salía del estacionamiento a toda máquina, se preguntó si el pobre tonto se daría cuenta algún día lo que lo que realmente había hecho ella, era entregarle una posición para librarse del consejo.

-No, posiblemente nunca se dé cuenta.

Lusamine se rio un poco por lo bajo. Se relajó un poco, esto debería librarla del ojo acusador del consejo por algún tiempo. Podía relajarse un poco.

Se acostó en el sofá y espero. Wicke y Ash debía estarse conociendo en estos momentos, ella les daría un poco de privacidad, iría dentro de una media hora y vería como lo les fue.

Como ultima tarea antes de dejarse llevar por el inmenso sueño que tenía, reviso los boletos de barco para sus hijos, ella los enviaría a Jotho, allí esperaba ambos pudiesen hacerse una vida. Obviamente ella había preparado un departamento y dinero que sus hijos utilizarían.

Pero, algo no se sentía bien. Gladion eran innecesario, y una molestia. Pero. ¿Por qué tenía que deshacerse de Lilie también? Su hija aun tenia usos.

Sujeto uno de los boletos dispuesta a rompérselo, cuando una voz estallo en su cabeza. La voz le rogaba que enviase a su hija también, que no era necesaria, que la dejase vivir.

Lusamine batallo por varios minutos, al final decidido darle la oportunidad de elegir a su hija.

Gladion se iría, incluso si ella tenía que romperle el otro brazo con sus propias manos, mientras Lilie podría elegir entre; irse con su hermano y vivir una vida lejos de ella, o quedarse y tener que someterse a sus deseos.

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Latias pudo finalmente abrir los ojos, la sobrecarga de emociones que se filtraban por la conexión que mantenía con Ash había sido tan intensa que había perdido el conocimiento por un tiempo indeterminado.

Y si bien el sueño que tuvo no fue agradable, despertar y saber que eso ya paso, sí que lo fue.

Latias se estiro lentamente en la cama que se encontraba, no quería levantarse, estaba muy cómoda, además aun sentía todo su cuerpo cosquillear. Definitivamente tenía que convencer a esta humana de aparearse nuevamente con Ash.

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Wicke sintió como el blanco de sus pensamientos se apartaba, lentamente sus ideas comenzaron a tomar formas. Ash claramente tenía intenciones mucho más oscuras que los meros estallidos de frustración de Lusamine. Su actual situación se lo demostraba.

Wicke estaba colgando en medio la habitación, su piel parecía estar llena de letras, palabras que no podía entender, pero se podía imaginar cuales eran.

-Finalmente despiertas, admito que me preocupe un rato, gritaste muy fuerte antes de desmayarte.

Comento Ash divertido, mientras usaba un marcador negro para garabatear algo en el abdomen de Wicke.

-Lamento mi desempeño amo, su resistencia me cogió por sorpresa, no volverá a pasar. -Se disculpó Wicke honestamente.

Ash no le dio importancia y continúo garabateando.

- ¿Cuál será el siguiente juego que jugaremos amo? -Se aventuró a preguntar Wicke cuando el marcador dejo de escribir sobre su piel.

Ash se paró.

-Creo que ya e tenido suficiente de ti por ahora. Pero dejarte desmayada en el escritorio sería un desperdicio. Por lo que he ideado esto.

Ash ato un control a las manos de Wicke.

-Este control controla los juguetes que tienes en tu culo y ano. Comienza a masturbarte, no pares hasta correrte unas 100 veces.

Ash se dispuso a salir por la ventana, pero la voz de Wicke le detuvo.

- ¿Que le diré a Lusamine cuando venga a vernos?

Ash se quedó sin palabras unos segundos, al final simplemente movió los hombros.

-Dile que tengo otros negocios que atender, y que me ocupare de ella en la noche.

Sin más palabras Ash salió de la oficina dejando a Wicke atada al techo, con varios juguetes vibrando a media potencia dentro de sus usados agujeros.

Ha Wicke no que quedo otra que cumplir las órdenes de su amo. Cerro los ojos, y trato de imaginarse algo que le facilitase el trabajo de llegar a los 100 orgasmos.

Para gran vergüenza de Wicke, solo pudo imaginarse a Lusamine, siempre había estado enamorada de su jefa, y los más recientes cambios en su personalidad solo habían empeorado ese enamoramiento que sentía.

Era casi imposible para Wicke no fantasear con la presidenta de Aether, en especial ahora que estaba sola con sus pensamientos. Sola como ahora, en su despacho privado, con una tarea de lograr 100 orgasmos seguidos.

Consumida por su creciente lujuria, cerro sus ojos con pasión, los dedos de Wicke comenzaros a juguetear con el control, los juguetes estaban bombeando frenéticamente dentro y fuera de su coño empapado. Se imaginó a Lusamine usando un traje de cuero, pisando su inmenso trasero con un muy afilado taco, haciéndola enloquecer. Casi podía escuchar a Lusamine llamándola por su nombre con cada movimiento de los juguetes.

- Wicke ¡Wicke! ¡Wicke!

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En la vida, todo el mundo tiene sus antojos, esa irresistible y repentina necesidad de darse un lujo que normalmente no se darían en otras circunstancias. La mayoría de las veces, estos antojos son provocados por el aroma que proviene de algún alimento, o el recuerdo de algo que se comió en el pasado, ya sea algún tipo de carne, un dulce en particular, todos tenemos ese algo que hace que nuestro estómago gruñe y la boca se haga agua, aunque, no solo se limita a alimentos.

El caso no es diferente para Surien, la orgullosa y voluptuosa ama de casa, madre de tres hermosas hijas. Claro que, como una devota esposa que es, ha adquirido cierto control sobre sus deseos, lamentablemente al mismo tiempo esta resistencia se ha estado convirtiendo, lentamente en una especie de bomba de tiempo, ya que cuanto más tiempo niega sus antojos, más brotan dentro de ella, creciendo y creciendo sin control, esperando hasta que se presente la oportunidad correcta, para romper su auto control sobre sí misma, y la empuja a saciar su hambre sin medir consecuencias.

Surien había tratado de combatir estos deseos de todas las formas que conocía. Y aunque en un inicio, cocinar cientos de platillos deliciosos y exóticos fue un gran alivio para ella, además de que le ayudo a controlar su lujuria. Surien ansiaba algo que no podía permitirse, tanto por su condición de madre como esposa. Por mucho que Surien se negase, ella se estaba volviendo loca, por probar la esencia de un hombre.

La voluptuosa madre de Lana, froto los platos ya lavados con ansiedad, mientras la picazón que tenía entre sus piernas creíais con cada segundo que pasaba, era una deliciosa tortura. Una que había logrado rascar levemente en últimas fechas dándole uso a las verduras que compraba para la comida de su familia, ella sabía que gracias al incidente de Mallow las cosas se habían calmado, de manera mucho más efectiva que la de cualquier pepino o berenjena hubiese hecho.

Surien no se avergonzaba de su encuentro con la pequeña amiga de su hija, ¡Lo repetiría si la ocasión se presentaba! Aquella suave piel morena que sus dedos habían recorrido, aquellos pequeños pero firmes pechos que destacaban por sus ahora oscuros pezones, aquel monte de venus ya adornado por vello púbico verdusco como si de una pradera se tratase, había sido una experiencia que hizo ella considerase que no había tenido problema alguno en satisfacer otro cuerpo femenino. Pero, lamentablemente, no era lo que ella necesitaba en estos momentos.

Por mucho que Surien lo negase, ella ansiaba un bocado de una pareja masculina. Y a medida que su resistencia se debilita, la lista de posibles candidatos se ampliaba. Surien había pasado de ser una cariñosa madre, a converse en una criatura no muy diferente a un pokemon hembra en celo, y pronto se abriría paso sigilosamente, hacia la fuente de sus deseos.

Surien cerros sus ojos, imaginándose su posible presa, algún joven hombre sin rostro entre los turistas de la isla, al cual cazaría en su momento de mayor necesidad, lo acorralaría en un rincón oscuro o entre las piedras de la playa, diría que le mostraría la ciudad de la ciudad o tal vez le pediría ayuda en algún alejado sitio sin que este sepa en cómo le ayudara, cuando estén solos le empujaría contra la pared antes de enrollarse a su cuerpo, mientras su pobre presa no sabía que palabras usar, ella hundiría su cabeza entre sus pechos mientras que sus manos irían directamente a su entre pierna, saborea el olor espeso y almizclado de su objetivo mientras que con sus manos estimularían aquel falo de carne ¡Y cuando lo tuviese finamente dominado!

- ¡Mama! ¡Mama! -Grito Harper una de las gemelas, mientras entraba a la cocina. Seguida de su otra hermana gemela, quien estaba gritando igual.

-¡Haz algo!- replico Sarah.

Surien tuvo que hacer un esfuerzo por no gritar, aquella fantasía estaba a punto de ponerse buena. Bueno, no importaba, ella era una madre antes que nada, y no planeaba descargar su frustración contra sus amadas hijas.

- ¿Qué sucede mis amores? ¿Encontraron algún pokemon raro? -Pregunto Surien, mientras se esforzaba para mostrar la sonrisa más grande que pudiese.

Las gemelas solo negaron con la cabeza, antes de señalar hacia arriba.

-Lana y Lilie están actuando muy raras, no quieres jugar con nosotras, y se encerraron en su cuarto. -Reclamo Sarah con molestia.

-Incluso Lana dijo no les molestáramos y nos prestaron sus pokemons. –Añadió Harper mostrándole unas pokeballs. -Pero nosotras queremos jugar con ellas.

Surien suspiro, era obvio que su hija mayor quisiese algo de independencia de sus siempre activas hermanas menores. Aun así, le llamo la atención la mención de la hija de la rubia loca, además que ambas cediesen sus pokemons a las gemelas, era extraño como mínimo, en especial si consideraba lo cariñosas que las gemelas se ponían con ellos.

-Ya veo, mis pequeños ángeles están aburridas, y su hermana mayor no les está prestando atención…qué tal si solucionamos esto con un poco de helado. -Surien saco un billete de su bolsillo y se lo entrego a sus hijas. - Estoy segura que su hermana dará su brazo a torcer si le invitan un poco del helado que compren, así que vayan y elijan el mejor para ella y su amiga.

-YAAAAAAAAAAAYYYYY. -Ambas gemelas gritaron en emoción, cogieron el billete, y salieron de la casa tan rápido que a un ponyta le daría envidia.

Surien sonrió genuinamente al poder deshacerse de sus pequeñas hijas, un viaje por helado las mantendría entretenidas por una hora o dos, tiempo en el cual ella podría terminar los quehaceres de la casa, incluso puede lograse preparar el almuerzo antes de que regresasen.

Surien volvió a su trabajo, y traro de retomar su fantasía donde le había dejado, pero un sonido seco proveniente del piso de arriba llamo su atención, al principio trato de ignorarlo, y darle a su hija Lana el espacio que esta necesitaba para estar con su amiga, pero conforme los minutos pasaron, y el sonido no paro, Surien se llenó de curiosidad.

Sabiendo que no podría continuar con sus labores sin antes averiguar que estaba haciendo su hija, la madre lleno de agua unos vasos, estaba lista para realizar el siempre confiable cliché de llevar bebidas al cuarto del hijo que quieres espiar. Pero cuando subió las escaleras, un conocido olor la alcanzo, además de que ahora podía escuchar más claramente los gemidos ahogados de su hija. Ya no era necesario espiar.

Ahora que sabía lo que su hija estaba haciendo, una pregunta la asalto. ¿Debía detenerla, cómo la moral dictaba, o debía unírsele, como la picazón en su entrepierna le exigía?

Al principio sintió como su moral se estaba imponiendo sobre sus deseos insatisfechos, y por unos minutos sintió una voluntad llenar su cuerpo, voluntad que se vio aplastada, cuando toco el pomo de la puerta y sigilosamente la abrió con su llave para ver su interior.

Dentro de la habitación pudo ver como su hija así como su amiga se encontraban desnudas mientras que sus ropas se encontraban bien dobladas a un lado del futon, su hija mordía una almohada con fuerza, mientras Lilie comía hambrientamente del coño de Lana...aquella vagina aun semejante al de una niña tenía sus labios abiertos por las manos de la rubia mientras que esta lamia apasionadamente a lo largo de sus labios menores para enfatizar con giros leves el pequeño clítoris de su hija, Ambas chicas estaban tan cubiertas de sudor, aquellas gotas les hacía tener un erotismo muy tentador. ¿Qué evento había pasado para descontrolar tanto a tan jóvenes niñas?

Pero su mayor sorpresa llego cuando, de un momento para otro su hija dejo de morder su almohada para gritar el nombre del chico con el que estaba fantaseando.

- ¡Ash, Ash, sí, me corro!

Lilie no se sintió ofendida o sorprendida por ese grito, su boca se llenó de los jugos que su hija había soltado sin inmutarse, es más, apretó su agarre para no darle oportunidad a su hija de escapar, y no la soltó hasta que Lana se hubo corrido con todas sus fuerzas mientras que esta bebía aquellos líquidos tranquilamente.

Surien se sintió impresionada, su hija se había corrido en toda la cara de Lilie, pero esta no parecía importarle, no, eso no era lo importante, su hija se había corrido pensando en un chico que no estaba en la habitación, y Lilie no se veía afectada por no eso, es más se veía ansiosa.

Lilie dejo a Lana, la vagina de esta parecía respirar anhelando le fuese introducido algo que no estaba allí para satisfacerla, luego se movió, para colocar su coño en la cara de Lana, aquella vagina con apenas unos cuantos vellos púbicos color dorado era totalmente distinta a la de su hija, sus labios eran completamente visibles e incluso parecían algo abiertos posiblemente ella ya había experimentado el pasado con ella, poso sus labios frente a la boca de su hija quien aún tenía los ojos desorbitados.

-No me dejes esperando, yo también estoy caliente. -Reclamo Lilie a Lana.

Lana tuvo que esforzarse, pero logro recomponerse lo suficiente como para comenzar a trabajar en el coño de Lilie, su pequeña lengua torpemente empezó a recorrer arriba y abajo los labios mayores de la chica quien empezó a gemir levemente ante tales sensaciones

Lilie no parecía estar interesada en ser tan callada como Lana, ya que vocalizaba bastante alto el placer que sentía, además de gemir larga y suculentamente el mismo nombre del amado de su hija, y empezó a mover lentamente sus caderas sobre esta.

Ambas niñas continuaron estimulándose la una a la otra, ignorando por completo a la madre que les veía escondida detrás de la puerta.

Surien observaba perpleja como su hija, le proporcionaba placer a Lilie. Su lengua azotaba lentamente el clítoris de Lilie, para luego hundirse violentamente en el agujero de esta, saboreando por completo el coño de su amiga, casi como si fuese una especie de dulce.

Lana estaba claramente deleitándose con el coño de Lilie, lo lamia como si se tratase de un caramelo antes de volver su atención al desprotegido clítoris, al cual mordía y molestaba sin cesar mientras que la rubia había empezado a jugar con sus rosados pezones ante tales sensaciones.

Tentada por el espeso aroma a sexo que emana del cuarto de su hija, Surien olvido su convicción inicial, mientras sus dedos se frotaban contra la tela, cada vez más húmeda que cubría su entrepierna. Sentía como su hambre se mezclaba con su lujuria, mientras sus antojos se multiplican.

Surien volvió a su fantasía, pero ahora el hombre de esta tenía un rostro y una voz, la del algo alocado compañero de su hija ¡Ash!

Surien lamería de forma delicada, el flácido miembro del chico, mientras acariciaba los sacos de carne, que contendrían en su interior, la rica comida que ella tanto necesitaba. Cuando el miembro estuviese completamente erecto ella engulliría su longitud, mientras dibuja espirales con su larga lengua, usaría sus manos para asegurarse que el chico no pudiese escapar.

Eventualmente Ash tendría que ceder, y ella tendría la oportunidad de saborea la cremosa y caliente semilla del chico. Mientras sus dedos preparasen el segundo agujero que le tocaría atender.

Tan concentrada estaba en su fantasía se encontraba Surien, que no noto que sus labios estaban dejando escapar un silbido de satisfacción. Silbido que alerta a las pequeñas amantes sobre su inesperado espectador.


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