Por favor no se olviden comentar el cap.


Capitulo 14: El poder de elegir.

Ash había estado sobrevolando el océano por algún tiempo. No era como si el hubiese querido subirse a la espalda de Latias y luego volar sin un rumbo claro, pero no había tenido opción. Una fuerte voz dentro de su cabeza había ordenado que hiciese este viaje, y Ash no había tenido opción de negarse.

-Dime que ya identificaste de donde proviene la voz que me obliga a este estúpido viaje. -Rogo Ash quien ya estaba arto del inmenso azul que le rodeaba.

-Eh identificado el origen de "la voz" que te esta obligando a hacer esto, pero no puedo detenerla, es…muy antigua, pareciese que fue implantada en tu mente mucho antes de conocernos. No te preocupes, la detendré, pero de momento tendremos que te limitarnos a obedecer. -Respondió Latias con gran molestia.

-Maldición. Estoy comenzando a odiar en serio estos trucos mentales.

-No podemos hacer nada de momento, hay que tener cuidado.

Ash se froto la cabeza con cansancio, sentía como toda su rabia estaba a nada de estallar como un volcán, apenas tuviese en frente al idiota que lo estuviese manipulando, no sería bonito.

El viaje continuo por algunas horas más, no fue hasta pasado el mediodía que Ash sintió que su viaje por fin había terminado.

-Desciende en esa isla Latias, allí es donde me está dirigiendo.

Latias asintió en silencio, y bajo rápidamente, luego esta desapareció en el aire, escondida, lista para acatar a la más mínima provocación.

Ash se froto la espalda, sus músculos le dolían inmensamente, producto de una mala noche, y luego un viaje de algunas horas en la espalda de Latias. Pero no quería pedirle a Latias que usase un pulso cura en él, al menos no de momento, no quería relevar la presencia del pokemon legendario.

Cuando hubo terminado de recuperarse, Ash pudo notar que ya conocía esta isla, de alguna forma él había regresado al archipiélago naranja, lo cual era ridículo, el en ningún momento cruzo Kanto.

-Ten cuidado, puedo sentir varias presencias dentro de esa vivienda. -Advirtió Latias mientras flotaba justo sobre la cabeza de Ash.

-Ese lugar no es una vivienda, es el laboratorio de la profesora Ivy. -Comento Ash un poco más calmado, aun así, se forzó a si mismo a ponerse serio. -Bueno, quería venir aquí de todas formas, talvez logre saber un poco de lo que le paso a Brock.

Ash se armo de valor, y se dispuso a enfrentar lo que fuese que lo había obligado a venir a este lugar.

El laboratorio de la profesora Ivy era tal y como lo recordaba, de hecho, apenas si había algún cambio, era casi como si el tiempo mismo se hubiese detenido en este lugar. Por un momento Ash se sintió un poco extraño, no era normal que las cosas no cambien con el pasar de los años.

Camino por el perímetro del laboratorio, examinando la estructura, y comparándola con sus recuerdos. Fue entonces que logro encontrar a alguien que definitivamente no debería estar allí.

- ¿Bruno? ¿Qué rayos hacer tu aquí? -Pregunto Ash incapaz de ocultar su sorpresa al ver a uno de los miembros del alto manto, en especial, porque el susodicho vestía un apretado traje, muy diferente a su usual vestimenta de entrenamiento.

Sin embargo, la pregunto no obtuvo ninguna respuesta, Bruno, no solo ignoro a Ash, sino que siguió haciendo sus actividades, casi como si Ash no existiese.

Ash estuvo apunto de acercarse y tocarlo, pero cuando pudo ver en sus ojos, encontró que estos estaban vacíos y sin vida. Ash salto hacia atrás asustado.

-No te esfuerces Ash, querido… su mente se encuentra en un lugar…profundo. En estos momentos.

Ash sintió como la sangre se le congelaba, por un momento se había olvidado que este no era un viaje que el hubiese realizado porque quisiese, el estaba aquí contra su voluntad.

-Profesora Ivy, ¿Cuánto tiempo ha pasado? -Comento Ash sin atreverse a regresar a ver a la investigadora pokemon.

-A juzgar por tu tono diría que esta no es una visita amistosa. -La profesora Ivy comenzó a reír débilmente. -Supongo que ya te has enterado de que fue yo quien le dio a Brock la MT que usa para controlar a las chicas.

Ash no supo que responder, él no había venido por eso, de hecho, el no sabia nada de lo que le decía la profesora, aun así, esta era sin duda una revelación muy interesante.

-De hecho, no, no lo sabía. -Ash se alejó un poco de la profesora Ivy antes de encararla. -Pero gracias por aclarármelo.

La profesora Ivy solo movió su cabeza como si estuviese muy divertida.

- ¿Entonces viniste aquí por pura suerte? Que extraordinario instinto de supervivencia chico. -Ivy levanto una mano y Bruno se acercó sumisamente. -Prepara la mesa del jardín, yo y mi invitado charlaremos un rato.

- ¡Ash dame la orden! -La voz de Latias palpito en la cabeza de Ash, pero este solo negó.

Ash no quería estar cerca de Ivy, pero de momento atacarla no era una buena idea, necesitaba esperar, y ver qué información podía sacarle.

Uno pocos minutos pasaron, y Ash se encontraba sentado en una agradable silla, a las orillas del mar, junto a la profesora Ivy, quien se había cambiado de ropa, ahora solo vestía un apretado traje de baño, el cual no ocultaba sus curvas.

-Entonces querido, no deberías comenzar ya con las preguntas, seguro que tienes algunas. -Comento la profesora divertida.

Ash trago saliva antes de atreverse a hablar.

- ¿Por qué?

-…. ¿Por qué?... ¿Por qué, que querido? ¿Por qué le di a Brock el poder de manipular las mentes? ¿Por qué tengo a uno de los miembros del alto mando viste una falda con volantes, además de ser mi sirviente personal? O ¿Por qué algo diferente? Ash, querido, por favor se más específico.

Ash tuvo que tragar seco de nuevo, era obvio que Ivy se estaba burlando de él.

- ¿Porque le diste a Brock ese…poder?

-Porque era divertido, el Brock que conocí era patético, y sabía que, si le daba un poco de poder, enloquecería. Aunque admito que espere que vinieses antes, supongo que al final fue tan cobarde que se aseguro de cubrir bien sus acciones.

Ash sintió como su furia tomaba el control de sus acciones, aun así, se negó a atacar a lo loco, aun necesitaba respuestas.

- ¿Solo por eso? ¿Querías divertirte?

-Si. -La profesora Ivy sonrió ampliamente. -Tenia el poder, y lo use.

- ¡¿Así de simple?!

- ¿Y porque tendría que ser algo complicado? -Ivy se rio al ver el rostro rojo de ira de Ash. -Chico, claramente tu concepción del poder esta muy influenciada por las películas. El poder no es algo que tienes y usas con responsabilidad o cuidado de no herir a otros, el algo que se arrebata y se usa para alterara todo lo que te rodea hasta que lo has doblado hasta sus límites.

- ¡Esa es una irresponsabilidad, lastimaras a todos a tu alrededor!

- ¿Y? porque debería importarme, tu no sientes lastima por la comida que comes, o las plantas que pisas. Es casi lo mismo.

Ash se levantó y Latias se materializo a su lado.

- ¡Esta loca!

- ¿Tú crees?... déjame que te cuente una historia. Hace años, muchos años, antes de que nacieses, un poderoso político secuestro a varias niños, hombre y mujeres, los violo repetidas veces, y aunque todos a su alrededor sabían lo que hacía, nadie dijo nada. ¿Por qué? Porque tenia poder, el poder de callarlos, de lastimarlos, y nadie podía oponérsele.… Años después un agente descubrió esta red de trata de personas, y saco a la luz a todos sus implicados, el nombre de este político debería estar en primera plana, pero no, el político uso su poder para callar a los medios de comunicación, e incluso pudo inculpar al agente que lo delato de todos los crímenes que él había cometido. De un día para otro, el agente paso de ser un respetado agente del orden, a un perseguido narco traficante, nadie dudo de las palabras del político, después de todo él tenia el poder de mentir y que la gente creyese lo que decía, incluso si sabían que era mentira, la gente se obligaba a si misma a creerlo.

Ash no sabia que decir, era obvio que esa historia era real, él podía sentirlo en sus huesos.

-Ash querido, el poder es simple cuando lo tienes lo usas, esa fantasía de; "un gran poder con lleva una gran responsabilidad" es algo que la gente se invento cuando se dio cuenta que no siempre tendrían el poder para oprimir a las masas. El poder es algo que cambia de manos rápidamente y de forma casi aleatoria, un día puedes ser el hombre mas poderoso del continente, al siguiente eres un cadáver olvidado pudriéndose en una fosa común. Y nadie puede hacer o decir nada.

Ash se mordió los labios, entendía mas o menos lo que la profesora Ivy quería decirle, pero no por eso estaba de acuerdo con sus palabras.

-Lo que dices es una locura, pero siguiente la lógica de tus palabras, cualquiera que tenga poder puede someter a los que les rodean. Eso es enfermo.

-Puede que no suene muy bien, pero es verdad, prueba de mis palabras esta tu amigo Brock, le di un poco de poder y lo aprovecho, no porque lo manipulase o algo parecido, el simplemente lo uso porque quería…. La verdadera naturaleza de la gente se muestra, cuando tienen algo de poder a su alcance.

-Ella tiene razón, en el mundo pokemon, esa es la verdad del mundo, quien tiene poder hace lo que quiere, y los demás no tiene opción salvo obedecer. -La voz de Latias martillo con fuerza en la conciencia de Ash.

-Me niego a ….

- ¡No! No puedes hacerlo, no puedes negar lo que el poder es. Incluso si en el mundo hay un montón de locos que creen poder usar el poder para traer paz y orden, la verdad es que eso no importa, la paz u orden que ellos puedan darle al mundo es medida por su poder, de igual forma el caos que otra persona genere, solo puede ser medido por su propio poder. Y cuando ambos ideales se junten ganara inevitablemente el que tenga más poder, lo demás es irrelevante, la humanidad a sido regida desde siempre por la ley del más fuerte. No hay verdad mas grande en este mundo, si tienes poder acaparas todo, si no lo tienes te conformas con las migajas. ¡No hay punto medio!

Ash movió su brazo y un ataque psiquico envió a la profesora Ivy por los aires.

-Está enferma profe…. Ivy

- ¿Y tú vas a curarme? No me hagas reír. -La profesora Ivy saco una pokebola y libero a un Cresselia. -Ven chico, encontrémonos en el campo de batalla. Y como muchos campeones antes que nosotros, pongámonos a prueba nuestra voluntad, redefinamos el mapa de la moralidad, escribamos nuestros nombres en el pergamino manchado de sangre de la historia. Ven chico ¡Dirijamos el destino del mundo!

Ambos pokemons míticos lanzaron el primer ataque sin necesidad de recibir algún tipo de órdenes.

Mientras los inmensos rayos de poder psiquico chocaban sin control, Ash no sabía que hacer o decir, esto era una locura en todo el maldito sentido de la palabra.

- ¿Porque un pokemon como Cresselia escucha las ordenes de esa loca? -Se aventuro a preguntar Ash a Latias.

-Porque tiene el poder para eso, y Cresselia lo reconoce.

Ash casi hubiese deseado que Latias no le respondiese.

Los choques psíquicos continuaron, cada vez mas feroces, Ash luchaba por mantenerse erguido en un terreno que comenzaba a desmoronarse, y fue allí, por un segundo que se dio cuenta de algo.

Él había atacado a Lilie, él se había follado a Lusaimne, él había torturado a Wicke, ¿Por qué?

Un ultimo choque de poderes y todo fue blanco, por unos segundos la energía liberada por esos legendarios pokemons fue tal que todo a su alrededor dejo de existir.

-No fue la manipulación que sufrí lo que me llevo a hacer lo que hice, lo hice porque ya no quería ser manipulado.

Ash finalmente había llegado a una respuesta, incluso aunque sus pensamientos fueron sellados, todo el odio y resentimiento que sentía seguía allí, consumiéndolo desde dentro, cuando Pikachu murió, parte de ese sello quedo roto, y entonces, la oscuridad que había llevado tanto tiempo tenido dentro suyo surgió. Todo lo que había hecho lo había hecho porque quería hacerlo, estaba pagando con la misma moneda que le dieron.

Ya no había razones para dudar, era hora de actuar.

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Latias estaba perdiendo en esta batalla, ella lo sabía, mientras los ataques de Cresselia eran potenciados por su fuerte conexión con su maestra Ivy, Latias estaba sola, Ash no estaba en condiciones de ayudarle, su mente era un desastre.

-Debí haberme concentrado más en curar las heridas dentro de su mente. Fue demasiado impaciente y puede perdamos por eso.

Latias se lamentó, sabiendo que no tenia el poder para vencer a su adversario. Aun así, no se dio por vencida, siempre que lograse escapar con Ash, esta historia aun podía llegar a un final satisfactorio.

- ¿De qué historia hablas Latias? -La voz de Ash se escucho en lo profundo de la mente de Latias.

-Ash estas bien, genial, debemos retirarnos, no estamos listos para un combate de este nivel.

Latias trato de retroceder, pero la voluntad de Ash no se lo permitió.

- ¿Cuándo estaremos listos? Si retrocedemos aquí. -Se burlo Ash. -Estoy harto de correr detrás de mi cola, es hora de mostrarle al mundo, lo que puedo hacer.

Latias quiso negarse, pero no hizo falta, repentinamente se sintió llena de una inmensa fuerza, Ash la estaba apoyando, y su voluntad era increíble, Latias podía sentir como sus mentes se fundían.

-Si esto funcionara.

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La profesora Ivy abrió finalmente sus ojos, mientras observaba la destrucción a su alrededor solo pudo llegar a una conclusión.

-Así que perdí. -Lejos de sentirse mal, era algo casi relajante. -Realmente eres otra cosa, chico.

Ivy se dejó caer, completamente cansada, había usado hasta el último fragmento de su voluntad para fortalecer el último ataque de Cresselia, pero no había sido suficiente.

-Esa historia, la del policía y el político, ¿Cómo termina? -Pregunto Ash mientras se sentaba alado de ella.

-El policía pierde todo, su familia, su empleo, sus amigos, todo, todo menos su deseo de venganza. Cobrándose varios favores logra enviar a su esposa y su hijo aun no nato a un pequeño pueblo perdido, lejos de la influencia de aquellos que le seguían. Luego finge su muerte, y durante años estuvo en las sombras, oculto, esperando su oportunidad. Oportunidad que no tardaría en llegar…al parecer mientras estaba oculto, logra que el hijo del político lo contrate como guarda espaldas. Cuando llego el momento, quemo al político, a su familia, y cualquier otro que viviese en esa mansión usando un Charizard. Lo quemo todo. Puede que el mismo fuese quemado en ese incendio.

Ivy cerró los ojos, el recordar esta historia siempre le traía un agradable sentimiento de justicia poética. Ivy espero por unos segundos, pero no hubo respuesta. Cuando regreso a ver a Ash, este parecía seguir pensando en sus palabras.

-Chico, lo que sea que decidas hacer de aquí en adelante, no lo harás por la justicia o algún otro valor inventado, el mundo no será mas o menos brillante sin importar lo que hagas. El camino que desees caminar, será tuyo, porque tienes el poder de hacerlo, no, tienes la responsabilidad de hacerlo. El mundo solo se inclina ante aquellos que tienen poder, a los demás se los devora.

-Tienes una visión retorcida del mundo…. Pero según entiendo tu forma de pensar, ahora que se demostró que mi fuerza es superior a la tuya. Lo que sea que te haga esta bien ¿Verdad?

-Es el derecho del conquistador.

-Eso, no lo entiendo muy bien, es algo raro, pero digamos que como te gane, decido violarte, y a raíz de eso te embarazo ¿Qué harías?

-Agradecería cada día por poder criar la semilla de un ser que es mas fuerte que yo, obviamente. -Ivy se rio nuevamente, posiblemente Ash había tratado de proponer una situación donde ella se sintiese incomoda, pero al final, era él quien termino incómodo. -Lo mismo aplica si decidieses matarme, lo único que podría hacer es maldecir mi propia debilidad, pero no te culparía sin importar que decisión tomases.

Ash suspiro y finalmente se acostó. Estaba claro que no tenia ganas de continuar esa conversación. A lo lejos se podía ver como Latias volaba alrededor de una derrotada Cresselia. Y aunque la lucha estaba terminada, la profesora Ivy sabía que no podía terminar este asunto sin darle un último consejo a Ash.

-Ash, el poder que tienes que te da el poder de elegir, no lo olvides.

Como única respuesta Ash gruño algún insulto inentendible.

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Ash estaba acostado mirando al azul del cielo, se sentía enfermo, pese a que había ganado en el choque de voluntades entre los dos pokemons míticos, él había perdido al demostrar su punto. El poder era lo que gobernaba, lo demás no importaba, no quería aceptarlo, él en el fondo seguía esperando un castigo por sus acciones pasadas, castigo que parecía simplemente nunca llegar.

Suspiro pesadamente antes de hacer la pregunta que tenia en la cabeza desde que llego aquí.

- ¿Por qué me llamaste?

-Yo no te llame, tu viniste porque quisiste venir.

-Mietes, vine porque una inmensa fuerza me impulso a venir…

-La mentira es solo el mecanismo de quien se niega a aceptar la verdad, y solo los débiles de corazón lo usan…

-Si no fuiste tu ¿Quién?

-Eso, es algo que yo no sé.

Ash no estaba contento con estas respuestas, aunque en el fondo sabía que eran verdad. La profesora ivy no lo había llamado, ella simplemente había actuado siguiendo el escenario que había construido hace mucho tiempo.

Se froto la cabeza, si bien había conseguido alguna respuesta relacionada a lo de Brock, ahora tenia mas preguntas.

-El té esta listo ama, ¿Quiere galletas con su té?

La voz monótona y sin alma de Bruno llamo la atención de Ash, el karateka seguía vistiendo ese traje de sirvienta que le hacia ver tan raro.

-Vale, nueva pregunta ¿Por qué Bruno viste con una falda de volantes?

-Me agradan los trajes de sirvientas, y a el le queda genial la falda. -Contesto Ivy con un tono maniático.

-Pero porque Bruno, no tenías unas ayudantes, creo a ellas les hubiese quedado mejor. -Comento Ash, medio curioso por la historia detrás de esto, medio asustado por la respuesta.

-Bueno, cuando deje que Brock se fuese, me quede sola, y si mis ayudantes son geniales, además tienen unas habilidades divinas. Pero ya sabes necesitaba un toque masculino en esta isla, entonces encontré a este grandote, al parecer estaba haciendo un viaje de entrenamiento o algo parecido, no me acuerdo, no importa. Creo ya puedes intuir el resto, combatimos, y cuando gane, le quite todo.

Ash sintió un escalofrío recorrerte la columna, aun así, tenía que saber.

- ¿A qué te refieres con todo?

-Use el poder psíquico de mi pokemon para encerrar su mente en lo mas profundo de el mismo, hasta cierto punto se podría decir que el alma de Bruno sigue presente, puede ver y sentir lo que le hago a su cuerpo, pero no puede hacer otra cosa además de gritar de impotencia en la prisión que es su propia mente. -Ivy se levantó. -Déjame te muestro.

Ash no estaba seguro si quería saber lo que pasaría, pero decidió no decir nada, seguía queriendo saber porque Brock tenia tanto miedo cuando se le recordaba a la profesora Ivy.

Ivy se levantó, se paró frente a Bruno, y con un movimiento rápido, golpeó fuertemente la entre pierna del karateka.

Ash se cubrió la entrepierna de forma inconsciente, como hombre casi podía decirse que sentía el inmenso dolor que ese golpe había provocado. Mas para su sorpresa, Bruno no se movió, de hecho, ni siquiera parpadeo.

-Genial ¿Verdad? Pero no desvíes la mirada lo mejor esta por venir. Cresselia mi dama hermosa, has lo honores.

Ash pudo sentir como Cresselia liberaba alguna especie de ataque, o algo parecido, aun así, no pudo regresar a ver, su atención estaba completamente enfocada en Bruno, quien parecía haber recobrado el control de su cuerpo.

El inmenso karateka se dobló sobre sí mismo mientras gemía de dolor.

-A….Ai…..Aiyudameeeeeeee. -Rogo bruno mientras extendía una mano hacia Ash.

- ¿A que es genial? Este era uno de los juegos favoritos de Brock, aunque en vez del puño, solía usar mis tacos para aplastarle las bolas, y luego de unos minutos dejaba que su conciencia retomase el control de su cuerpo. Pero espera aún falta. -Ivy trono sus dejos y automáticamente los jadeos y ruegos de bruno terminaron. -Soy la dueña de sus días y noches, su dolor y placer me pertenecen. El es incapaz de sentir nada que yo no quiera darle.

Ash solo negó con la cabeza, ya no quería más explicaciones, ya comprendía porque Brock le tenia tanto miedo a la profesora Ivy.

-Eso es impresionante, es un control total de la voluntad de otro ser vivo, es una habilidad impresionante. -Comento Latias quien parecía extrañamente curiosa por la demostración.

Ash realmente se sintió enfermo al escuchar el comentario de Latias, pero no dijo nada, no quería decir nada. ¡No quería relacionarse de ninguna forma con lo que pasaba en esta isla!

-Bueno esto a sido esclarecedor, pero tengo que regresar, tengo una cita con May esta noche. -Trato de escusarse Ash, mientras se disponía a salir huyendo de la forma más honorable posible.

-Te vas tan pronto querido, pero si aun no has visto a mis otras ayudantes, ven quédate un segundo, estoy seguro que disfrutaras inmensamente de sus atenciones. -Comento la profesora muy divertida.

-No gracias, estas tan enferma que no puedo clasificarte, y yo que creí que Wicke era rara, pero tú, tú estás a un nivel totalmente nuevo para mí.

La profesora y Cresselia se rieron, incluso Latias se rio.

-Si no puedo impedirte que te vayas, al menos déjame darte esto. -Ivy dejo una MT en las manos de Ash. -Esta es la MT en un lugar profundo, sirve para atrapar la mente de tu oponente en lo mas profundo de su cuerpo, es la misma que le di a Brock.

Ash frunció el ceño, el asunto de Brock seguía inconcluso, y la verdad era que el ya no sabía qué hacer, seguía queriendo vengarse de su examigo, pero usar esta MT era alto aterrador.

-Yo, no puedo aceptar esto. -Ash trato de regresar la MT, pero Ivy no se lo dejo.

- ¿Nadie te ha dicho que es de muy mala educación rechazar un regalo?

Ash volvió a fruncir el ceño. Pero se obligo a apretar la mano, aceptando el regalo.

-Ah algo más, si te encuentras por allí a Brock, dale un mensaje de mi parte. -Ivy se acercó a Ash, y le susurro algunas palabras al oído. - "Se acabo el tiempo de jugar, es hora de que regreses querida ro-ki-ta"

Ash parpadeo, este mensaje era raro.

-No pongas esa cara, ya te lo explico. Cuando deje que Brock se fuese de esta isla, grave esta orden en su subconsciente, es un comando para que regrese a casa.

- ¿Y qué te hace pensar que no ha borrado ese comando de su mente? -Cuestiono Ash un poco confundido.

-No creo que tenga el poder para lograr eso, bueno, en todo casi díselo, tengo un nuevo exprime limones, y me muero de ganas de poder usarlo.

Ash no dijo nada, quería irse ¡Tenía que irse! Cada segundo en esta isla era como si su mente fuese tragada por una pesadilla.

Monto en Latias quien parecía estar ya recuperada, y se fue sin decir adiós.

No fue hasta que Latias se hubo alejado bastante de la isla, que Ash se permitió soltar un respiro.

- ¿Qué he hecho yo para merecer esto? -Suspiro resignado.

La inacción es un pecado en sí mismo.

Ash abrió los ojos asustado, esa voz, era la voz que le había obligado a ir al laboratorio de la profesora Ivy en primer lugar. Movió su cabeza, pero como esperaba, no había nadie cerca.

- ¿Sucede algo Ash?

-…Nada, solo estoy un poco perdido, ¿Puedes regresar al archipiélago Alola?

-No conozco ningún archipiélago Alola, los nombres que los humanos le dan a los lugares son extraños, pero si te refieres al regresar a donde comenzamos nuestro viaje, no te preocupes conozco el camino.

Ash asintió y volvió a apoyarse contra la espalda de Latias.

- ¿Qué has pensado sobre lo que te dijo esa humana?

Ash no quería responder a esa pregunta, principalmente porque la respuesta era horrible.

-Este mundo, en este mundo solo importa el poder.

Ash había contestado, pero lo hizo más que nada por sentirse derrotado, él no podía negar que su situación mejoro inmensamente cuando comenzó a actuar de frente, fiel a sus perversiones, en vez de tratar de escapar con una sonrisa tonta.

-El mundo no es como te lo imaginas en tu mente, Ash.

-Eso solo lo hace un lugar menos agradable.

Ash suspiro nuevamente ¿Cuántas veces lo había hecho hoy? No era como si importase, estaba cansado, era hora de dormir. Necesitaba recuperar un poco de fuerzas, tenia que enfrentar a May a la cara, en unas pocas horas.

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May se movía de un lado a otro, arreglando todos los asuntos que podía, había convencido "de alguna forma" a su padre para que llevase a Max a un pequeño viaje de entrenamiento, de hecho, May estaba segura que fue la enfermera Joy quien termino de convencerle.

Bueno, no era como si importase, su padre, su hermano, y la enfermera que los acompañaban estarían uno o dos días fuera de la isla donde se encontraban. Eso ya era más que suficiente.

El asunto con su prometido era un problema aparte, May aun no estaba seguro de como tratar con ese problema, por una parte, esperaba poder romper el compromiso sin afectar demasiado la reputación de ambos. Aunque si eso no funcionaba, May estaba mas que dispuesta a tomar medidas mas extremas, de momento dejaría ese problema en pausa, tenia otras cosas de que preocuparse.

May observo como su madre dormitaba en su cama, la mujer no se había levantado pese a todo el ruido que hacia ella mientras movía las cosas de un lado a otro en la habitación, eso trajo una tranquilizadora sonrisa al rostro de May, el polvo somnífero de su Beautifly parecía seguir surtiendo efecto.

-Con un poco de suerte la mantendrá dormida otras dos horas, pero por si las dudas, talvez debería preparar un poco más. -May sonrió, todo estaba listo, era hora de vestirse.

May nunca había usado ropa como la que había preparado sobre su cama, había visto varios videos donde las actrices usaban conjuntos similares, pero May mentiría si dijese que no estaba muy nerviosa.

Lentamente, y con gran cuidado, comenzó a vestirse, primero unas botas de tacón alto, estas le llegaban hasta por encima de las rodillas. Eran un poco incomodas de usar, pero estaba bien, podía acostumbrarse, el problema estaba en la siguiente prenda.

Una serie de bandas de látex negro comenzaron a cubrir ligeramente su cuerpo, en estas bandas se veían varias argollas de metal, cuya función hacia estremecer a May, movió rápidamente la cabeza, tratando de evitar su imaginación perdiese el control. Esta prenda fue por mucho la mas difícil de ponerse, estaba claramente diseñada para que una segunda persona ayudase.

Al final unos largos guantes, también de látex negro. Estos guantes iban desde la punta de sus dedos, hasta casi sus hombros, si bien no fueron difícil de colocar, May tubo que hacer acopio de toda su voluntad para no flaquear en este momento tan crucial.

Cuando ya estaba "vestida" se puso frente al espejo de su habitación, examinando todo el conjunto que acariciaba y apretaba su piel desnuda.

Todo su cuerpo había sido tratado con diversas aguas aromáticas y otras cosas. Por lo que su piel estaba libre de imperfecciones y exudaba un aura de juventud y deseo.

El látex negro que la cubría estaba tan apretado que era como tener una segunda piel, eso dificultaba un poco sus movimientos. El traje dejaba vergonzosamente expuestos sus inmensos pechos, su trasero, y coño.

Su coño antes cubierto por un espeso bosquecito, había sido cuidadosamente depilado, May se sonrojo al recordar lo muy vergonzoso que había sido hacer tal solicitud en un local de depilaciones. Para su fortuna, la empleada que le atención no hizo preguntas, a las cuales ella no tenía una respuesta.

Sus pezones estaban dolorosamente erectos, anticipando posibles resultados a su próxima cita. Los cuales terminaban de una u otra forma en la cama.

May se dio la vuelta y examino su gordo y grueso trasero. El látex se metía en medio de sus glúteos, reafirmando su tamaño y calidad. Al final no pudo resistir la tentación de darse una nalgada. Grave error, el fuego líquido que comenzó a recorrer su cuerpo tras el golpe en su glúteo, casi la hizo perder el norte.

-Prepárate Ash, aquí llega la lechera.

May se sintió tonta, al repetir una línea tan cliché, pero la verdad era que le quedaba muy bien a la situación actual.

Ya contenta con su apariencia, cubrió su cuerpo con un vestido menos atrevido, era un vestido de una pieza color rojo, tenia algunos toque de amarillo y naranja lo cual le daba un curioso aspecto en llamas.

-Mi coño si esta en llamas. -Se quejo May al notar lo mucho que sus pezones completamente erectos se raspaban contra la prenda.

Por unos segundos la idea de cubrir sus pezones con tiritas tintineo en su cabeza, pero al final la abandono, no quería que nada arruinase el traje que había escogido con tanto cuidado.

Ya una vez vestida, su mirada regreso a ver a su progenitora. No había respeto u amor en sus ojos.

-Deberías haber hecho algo, sabias que estaba arruinando su mi vida, pero no hiciste nada. -Se quejo con resentimiento. -Bueno, ahora me ayudaras a recuperar todo a lo que renuncie.

Sin mucha paciencia comenzó a desnudar a su progenitora, esto fue sorprendentemente fácil, en especial comparado con lo complicado que fue ponerse todo ese látex encima.

Caroline seguía dormida, y los movimientos o quedas que su hija hacia mientras la despojaba de su ropa no parecían despertarla.

Cuando su madre estuvo totalmente desnuda, May comenzó a vestirla con un traje de látex similar al que ella portaba.

-Tal y como lo había anticipado, este traje era mucho más fácil de poner si se lo pones a otra persona. -Se quejo May mientras terminaba de colocar las restricciones finales.

Al final May se aseguro que los brazos de su madre estuviesen firmemente atados a su espalda, no quería que tratase de escapar si se despertaba antes de hora, también ato sus tobillos de tal forma que no podría correr. Al final, ato una cuerda alrededor de su cuello a una de las patas de la cama. Con esto su madre estaría completamente inmovilizada.

-Todo listo. Y mira, tenemos una hora de sobra. -May examinado el cuarto a su alrededor. Tratando de encontrar alguna falla en su plan.

Incluso si su padre y hermano regresaban, no la encontrarían, May y su madre se encontraban en este momento en un cuarto perteneciente a un hotel diferente, además la habitación estaba reservada a un nombre diferente al suyo, y la había pagado con efectivo por lo que no debería haber forma de que fuese localizada en solo unas horas.

El restaurante donde su cita estaba programada, estaba en el primer piso del hotel, por lo que incluso si fuese localizada debería poder tener algo te tiempo para maniobrar.

Luego estaban sus pokemons, escogidos, y preparados, su equipo completo había sido advertido de que posiblemente tendrían que enfrentarse a un combate duro, por lo que estaba lista para pelear en cualquier instante.

- ¿Qué más me falta?

May cerro los ojos mientras trataba de imaginar que más podría preparar. Cuando no encontró nada, saco de uno de los cajones un spray y se refresco, no quería que su vestido estuviese cubierto de sudor, al menos no hasta que la cita en el restaurante terminase.

May había preparado una caja de condones, no, no planeaba usarlos, con un rápido movimiento, los guardo en lo más profundo del cajón, no se desharía de ellos, pero no planeaba usarlo, verse obligada a usarlos sería un grave error, y esta noche debía ser perfecta.

Con un suspiro de alivio se dejo caer en la cama, acostándose a lado de su madre.

-Sabes madre, durante años soñé que tú y Ash follaban después que mi padre perdiese en su encuentro contra Ash. Ahora comprendo que esos no eran sueños de una mente trastornada, eran visiones, el mundo me estaba diciendo lo que debía pasar, pero yo lo ignore, pero ¡No más! Hoy es el día que componemos el curso de la historia.


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Agradezco a Kaiser por su ayuda con este cap.