En unos pocos y silenciosos minutos llegaron a una cala de la isla, alumbrada solamente por los rayos de una luna llena, entre oculta tras las nubes.
Una vez subieron al barco las tareas se asignaron de inmediato, ante la intención de partir inminentemente del capitán.
Elizabeth se ajustó las botas con la firme intención de empezar a trabajar, pero Will se acercó a ella con una pequeña sonrisa.
-Vete a descansar, no hay mucho trabajo, apenas hay marea y el viento es favorable, no necesitamos a toda la tripulación- le dijo con una mano sobre su hombro. Ella le devolvió la sonrisa, ajena a aquel brillo de temor y celos en los ojos de su prometido.
-Capitán…-empezó Will mientras Barbosa ponía rumbo hacia el oeste.- ¿Cómo, quiero decir…yo mismo vi como Jack…
Antes de acabar la frase Barbosa se adelantó
-No preguntes lo que no estas preparado para escuchar…-dijo de forma secante observando una pequeña y vieja brújula colgada de su bolsillo.
Will suspiró y resignado volvió a cubierta, junto a sus compañeros. Tenia verdadera curiosidad, primero en saber cómo volvió del infierno por segunda vez, y segundo en averiguar cómo deberían actuar una vez en el fin del mundo por lo que pudiese pasar…pero era consciente de que el hombre que trato de matarlo y acabado de resucitar no tendría muchas ganas de mantener una conversación de ese estilo, de hecho dudaba que quisiera tener ningún tipo de conversación.
-No te preocupes- le dijo Gibbs- aun queda una gran travesía, tendrás tiempo para saber lo que tanto ansías… y por Jack, no te preocupes, estoy seguro de que se las sabrá apañar bien-
Gibbs, inconscientemente pensó en Jack y su brújula que no apuntaba al norte, y la preocupación por su fiel compañero anidó en él de forma sutil, pero inevitable. Will se dio cuenta de que pese a lo que vio, entre Jack y Elizabeth, no podía dejar de querer rescatar a ese loco, a aquel que le introdujo en el que ahora era su mundo…el mundo de la piratería, aquel mundo del que una parte recibió en herencia…
Mientras tanto, en alguna parte del océano…
Un hombre…en fin, un pirata, trataba de idear un plan para salvar su vida y probablemente volverse a ver en una situación parecida en menos de un mes. Todo a su alrededor estaba oscuro y un olor a podrido y a pescado en descomposición le provocaba nauseas continuamente.
No sabía muy bien donde estaba, solo sabía cómo había llegado y que debería de averiguar cómo salir de allí y pronto.
-no…no…- unos susurros provenían de algún lado de entre la oscuridad…-no me comas…no…no
-ehm… ¿hola?-preguntó tratando de ponerse en pie sobre un suelo un tanto inestable y viscoso, mientras se tapaba graciosamente la nariz.-soy Jack Sparrow, ¿quién anda ahí?
El susurro cesó y de pronto un aliento pútrido y calido sobre la cara de Jack le hizo desenvainar la espada instintivamente. La respiración de quien quiera que fuese le estaba poniendo muy tenso, ya que la cerrada oscuridad del lugar le impedía actuar con la habilidad propia del gran capitán Jack Sparrow…o diría… ¿"suerte"?
-¿Quién eres?-preguntó Jack de nuevo.
-Jajaja- rió.
-Mira, el hecho de estar en el estómago del Kraken creo que es bastante…"complicado" de remediar como para que encima me toque un loco desquiciado…así que déjame tranquilo o ayúdame a salir de aquí, asqueroso cacho de carne.-concluyó algo enfadado retrocediendo un par de pasos y bajando la espada.
-"Crak"-sonó un crujido bajo sus pies, a lo que Jack solo pudo paralizarse y abrir mas los ojos tratando de visualizar, sin ningún tipo de éxito, algo en la oscuridad.
-qué narices… ¿?- y mientras escudriñaba el poco iluminado lugar una cerilla encendida se situó frente a sus ojos y en un par de segundos que tardó en adaptarse a su luz vio con claridad una cara pegada a la suya, echándole el aliento de nuevo…era una cara delgada, pálida y ojerosa de lo que pudo ser un pirata, que con una sonrisa negra y prácticamente sin ningún diente le miraba con demencia, algo realmente desagradable.
-…hola…Jack…-dijo el individuo, para que un segundo mas tarde se apagase la luz y dejase a un Jack asustado tratando de ponerse en guardia de nuevo, más alerta que antes, pero sin mucho éxito ante la dificultad de la situación.-…Sparrow…
Jack con un sabor seco en la boca notó cómo el extraño daba vueltas a su alrededor.
-Mira, solo quiero salir de aquí, y si tengo que morir prefiero que me coma esta cosa gigante antes que me mate un loco muerto de hambre.
Entonces dejó de dar vueltas alrededor de Jack.
-¿Salir?- le preguntó con una voz chillona y gangosa- nooo, querido Jack, eso es imposible. Jujuju, noooo…. ¡NO!
Jack no pudo evitar sentir lastima por aquella vieja gloria que probablemente estaba aun allí gracias a su hábil ingenio que algún día le hizo gozar de victorias mientras vivía en el mundo de la cordura…y que ahora solo le hacia parecer un loco perdedor con las ultimas líneas de su sino mas que escritas y selladas.
-No hay nada imposible para un Sparrow, querido…"amigo".
Jack se sentó sin cavilar si se había sentado sobre algún cadáver o pedazo de pescado, la verdad es que pocas cosas tenían importancia en ese momento, salvo ver la luz del sol. Deseó con todas sus fuerzas algo que le salvase, solo una oportunidad más.
-Oye, amigo…no te quedarán más cerillas de esas, ¿no?- dijo Jack echando de menos la luz para pensar con "claridad"
Y tras unas respiraciones gangosas mientras se acercaba a Jack la luz se hizo de nuevo, esta vez anduvo más hábil y quitándose la chaqueta, mojándola con el contenido de una pequeña botella trató de prenderla fuego, para que este durase más, pero lo que la luz le dejó ver no era precisamente el espectáculo más bonito del mundo…cientos de esqueletos y cadáveres se amontonaban a su alrededor, el suelo un tanto encharcado de agua sucia y estancada le cubría las botas, Jack miró entonces a su nuevo compañero y no le vio tan desagradable comparado con el paisaje.
-¿Quieres?- preguntó Jack dando un sorbo a la botella con ron. Al no obtener respuesta la volvió a guardar.
-en fin- suspiró- pensemos…
