Hola de nuevo! lo primero que tengo que alcarar, es que este fic viene de una novela, llamada del mismo nombre, que tambien me pertenece, si alguién la quiere leer, os la pasaré con mucho gusto.

Los cambios que hay en la novela, son que EyT son personajes secundarios, la historia no está redactada de la misma manera, y poco mas.

Tambien quiero aclarar, quealgunos de lospersonajes, en este caso Tomoyo, Eriol y Spinel, pertenecen a CLAMP.

Ahora os dejo con la historia ;P

1.Actos rebeldes

En el inmenso castillo del Mefidros, en una de las habitaciones, se encontraba aquella mujer que reinaba en él, Phage. No se parecía a ninguna de las criaturas que por allí habitaban. Tenía la piel muy blanca para ser de un muerto, aquella piel limpia no podía pertenecer siquiera a los ángeles. Si no fuera por su traje negro y el símbolo del Mefidros, se podría haber jurado que no era de aquí, del reino negro. Estaba pensativa sobre su cama, que era una gran losa de piedra, ya que si ella tocaba algo que está o estuvo vivo, la pudriría al mínimo contacto con su blanca piel. La emperatriz se levantó de aquella cama al sentir una presencia que no le traía nada bueno y al mirar por el amplio balcón de aquel reino, se encontraban las chimeneas del Dros contaminando el ya pútrido aire. Pero eso no era lo que le traía un muy mal presagio.

Siguió mirando a través del espeso Dros. Las criaturas que habitaban estaban muy tranquilas, además tampoco suponía aquella presencia tan fuerte.

Tampoco había ningún intruso del reino rojo por el Dros. ¿Qué era aquello que le suponía aquella única presencia?

Cerró sus ojos. Y los demás sentidos empezaron a trabajar. De repente, sus oídos captaron el susurro del aire, y era un batir de alas jóvenes.

Intentó localizar de donde provenían aquel batir de alas. Casi al instante se dio cuenta de que venían del cielo. Pero no del cielo del reino negro. Si no más allá de las nubes, más allá de donde llegaban los gases de las chimeneas del Dros.

Al enfocar su prodigiosa vista hacia el oscuro cielo, logró ver que un ángel sobrevolaba el reino negro. ¡Claro, esa presencia solo podía ser de un ángel. Fijándose en el ángel, Phage pudo notar el miedo de aquella criatura, tenía miedo de ser descubierta y atrapada. Al darse cuenta de ello, decidió empezar a saltar por los tejados del castillo, para así poder cazar a aquel ángel, los ángeles eran problemas del reino negro, si había uno, no venían solos, y lo único que querían eran atacar al reino.

Como el ángel brillaba, no hubo ningún problema en verlo y pillarlo por sorpresa. Llegó al tejado. Y esperó, esperó a que su presa llegara a su alcance.

Estaba oculta bajo el aire del Mefidros, y ella era la única que veía a su presa, que se notaba que era una joven. Cuando el ángel estuvo muy cerca de la emperatriz, ella se le abalanzó, logró subirse a la espalda de aquel hermoso ángel.

Al contacto con la piel de la mujer, la espalda del ángel empezó a convertirse en ceniza, pudriéndose. El ángel lanzó un terrible alarido de dolor, e intentó liberarse de ella. El ángel no lo estaba consiguiendo. Pero cual fue la sorpresa de Phage, cuando en un descuido de la misma le hizo caer al techo del castillo. Su guardián, un cuervo gigantesco, logró coger al ángel de las alas. Y se lo trajo a su compañera. El grandioso cuervo le destrozó una de las alas del ángel al cazarlo, con lo que le sería imposible la huida.

En la cara del ángel, se vio reflejado todo su miedo, y se notaba más en aquellos ojos amatistas. Phage le preguntó a aquel ángel que se encontraba en las poderosas garras de su guardián:

-¿qué haces sobrevolando el reino negro?-

El ángel no contestó, todavía no se reparaba del susto que acababa de recibir, entre la sorpresa de aquella mujer, y el ataque de su guardián.

-¿Me vas a contestar?- Phage seguía con una calma extraordinaria. Pero el ángel siquiera la mirada.

-Iba a… el reino rojo. Me gustan mucho las construcciones que allí hacen.-dijola joven ángel.

Aunque el ángel no la miraba, notó en sus ojos que le estaba mintiendo.

-Mientes ¿o me equivoco?- continuo con serenidad. Al cabo de terminar de decir dicha frase, le hizo una seña al cuervo. Y el cuervo cerró más sus garras sobre el ángel. Que gritó de dolor.

-Di la verdad-

El ángel al fin la miró. Esos ojos seguían teniendo miedo.

-Quería ver el reino del Mefidros. Nunca he podido ver más de la espesura de aquel pútrido gas. Aunque todo el mundo me decía que no me acercara, al ir tan bajo pude divisar ciertas cosas. Y volaba casi pegada al gas.-contestó. Esta vez veía que esas palabras eran sinceras.

-¿Nunca te han dicho el por qué de no acercarte por aquí?- Siguió Phage

-Me dijeron que había criaturas más allá del gas. Criaturas muy peligrosas para los ángeles. Pero pensaba que si no entraba al gas, no iba a pasar nada.

-Con que un ángel travieso ¿no?- Phage sonrío.

- si, si así lo quieres llamar- el ángel ya había dejado el miedo atrás, para dedicarle una sonrisa sincera.

Phage cerró los ojos y bajo la cabeza.

-Esto te va a costar la vida- siguió Phage- Ya no te necesito para nada. Te he dejado estar viviendo más de lo debido.

Phage levantó la cabeza, fijándose otra vez en esos ojos amatistas, ahora llenos de sorpresa y terror. Pensando que no sería muy peligrosa aquella mujer, ella iba a ser la causa de su muerte, la que acabaría con su vida, yella que hará sufrir a los demás ángeles, todo estopor el simple hecho de no obedecer. Cerró sus ojos, y de ellos empezaron a salir lágrimas al acordarse de su reino, y pensar que no lo volvería a ver.

Su mano ya estaba cerca de tocarsu piel blanca. Tanto como la suya.

Phage paró de acercarse para preguntar:

-¿Cómo te llamas? -

Sorprendida, el ángel abrió sus ojos para ver aquella mano blanca apunto de tocar su piel, para quemarla para el resto de la eternidad. Luego se fijó en sus ojos. Aquellos ojos negros, tan profundos que no sabías que podían decir.

-Me llamo Tomoyo- dijo el ángel.

-¿Tomoyo? Bonito nombre.- La mano volvió a acercarse nuevamente.

-¿por qué lo quieres saber?-

-tan simple como que porque quiero saber el nombre de mis víctimas-

Tomoyo notó que su piel era blanca, tanto como la suya y preguntó:

-He oído que por aquí todas las criaturas están muertas ¿cómo es que tiene la piel blanca, como yo?- replicó el ángel

-mmmh...¿Que mas te da? no deberías tomar importancia a este asunto- dijo esto mirando hacia el suelo. Y volvió a acercar su mano

Tomoyo cerró los ojos antes de que la mano tocara su piel. Algo simplemente ya, inevitable.

De repente, los oídos del ángel escucharon el silbido del aire. Venía con una presencia de magia. Esa magia chocó contra el cuervo. Lo único que pudo hacer Tomoyo es mirar el impactó y ver como el cuervo recibía el golpe, que lo único que logró es hacer que sus patas se abrieran dejando caer al precioso ángel al suelo. Phage ya se había retirado hacia atrás para evitar el impacto. Tomoyo estaba medio consciente. No podía abrir los ojos. Pero sintió que alguien la cogía la apoyaba en algo que la llevó hacia otro lugar al parecer mas seguro.

No podía sentir que tipo de magia era, y por un momento pensó que eran ángeles en su búsqueda, no podía estar segura, pero pensar que habían vuelto para buscarla le hacía feliz, y a la vez le incomodaba, pensando en el severo castigo que tendrá que pasar.

De todas formas no estaba segura de que fueran ángeles, no le quedó mas remedio más que abrir los ojos.

Al abrir los ojos vio a una enorme pantera o lo que fuera con unas alas verdes de mariposa. Pero lo primero que miró al despertarse fueron dos ojos que parecía que tenían incrustados dos zafiros. Esas dos gemas estaban oscurecidas por alguna razón. Era como mirar directamente a unos zafiros manchados por ceniza. Una ceniza muy difícil de quitar. Tenía el pelo negro con reflejos azules y al parecer era de piel clara. Pero no era tan blanca como la suya. Él tenía una de sus manos apoyada en su vientre, al parecer, aqueljoven estaba preocupada por ella. No se dio cuenta de que ella ya había abierto los ojos

Pero de todas maneras en su vida se hubiera imaginado una criatura tan rara como esa. Pensó que por sus rasgos debía de ser una criatura verde. Alas de mariposa y cuerpo de bestia eran cosas normales de allí. Pero al tocar a aquella inmensa bestia voladora se dio cuenta de que era un guardián negro. Esto si que le sorprendió. Así que le dijo a su guardián:

-Te necesito-

Delas alas de Tomoyosurgió una magia de color azul y blanco.

Las pequeñas motas de energía blanca azulada empezaron a crear una nueva forma. Al ya estar formada la nueva forma, brilló la criatura para luego verse el verdadero aspecto de la criatura.

Era una criatura pequeña, blanca, y unos ojos que emanaban amabilidad y ternura. Tenía las alas como las que ahora tenía Tomoyo, a pesar de su tamaño, ya que era lo que ams se notaba de su cuerpecito. Su voz era infantil, pero parecía esa voz juguetona y comprensible que tenía alguien de corazón puro.

Nunca usaba la boca para hablar con su compañera. Usaba la boca solo para hablar con otras criaturas, ya que estaban tan unidas, que habían desarrollado la telepatía. De esta manera, nadie nunca se enteraría de sus palabras

"¿Qué ocurre?" le preguntó su guardián.

¿Conoces a esta pantera y al chico que la monta?"

"No me suena, pero el cuervo me ha destrozado el ala".

"Deberíamos saber que planes tienen estos dos con nosotras. No me traen un buen augurio criaturas de aquí."

Tomoyo se incorporó. Se acercó al hombre y este se giró para ver a aquel ángel reincorporarse. No se fijó en la criatura que llevaba. Después de terminar de sentar le preguntó:

-¿Por qué me habéis salvado?-

Le sonrió y le contestó:

-Me extrañó mucho que estuvieras en las garras de Murkara. Además, dudo que un único ángel quisiera hacer daño a mi reino.

-¿Quién eres?- continuó el ángel

- Soy Eriol.

-¿No te importaría mucho llevarme a mi reino? No me siento bien aquí.

Él le dedicó otra sonrisa al ángel, y le contestó:

-Ya sé que no estas bien aquí. Pero sería muy arriesgado para mí subirte a tu reino sin que me vieran. Ya que si me ven me daría una muerte segura. Además, antes de irte debería curarte tu ala. Si nos pillaran volverían a intentar matarte. Murkara ya te estará buscando.

-¿quién es Murkara?

- Es el cuervo que te cogió. Que es el guardián de nuestra emperatriz Phage.

-¿entonces porqué desobedeces a tu reina?

- No es mi reina, antes no lo era, por lo menos. No soy de estas tierras, pero no tengo mas que el remdio de vivir aquí. Bueno, dentro de poco llegaremos a mi hogar. Allí seguiremos hablando. Después de todo, deberías dormir.

"Yo creo lo mismo que él. Dudo que nos quieran matar, además debería curarme el ala. El hombre y la bestia no se han fijado en mí. No me necesitas mas ¿vale, recuerda que tienes que tener mucho cuidado" dijo su pequeño guardián.

"Está bien, creo que tienes razón. No creó que nos quieran hacer algo. Además parecen muy amables… " replicó con una sonrisa

"Es verdad, amiga, adiós".

Después de esta pequeña conversación, el guardián volvió a las alas de Tomoyo. Y luego Tomoyo quedó profundamente dormida.

Phage saltó hacia atrás y evitó el impacto. Miro donde se encontraba Murkara, su cuervo. Al parecer no le había pasado nada; Pero el ángel que llevaba había escapado ¿cómo? No se lo podía explicar.

-Murkara¿dónde está el ángel?- Preguntó Phage a el cuervo.

El cuervo solo emitió un graznido y movió la cabeza de lado a lado negativamente. Phage cerró los ojos.

-Encuéntralo-

Después de pronunciar estas palabras, el cuervo se volvió pequeño. Y empezó una búsqueda; más bien, una caza. Una caza que podría terminar con la muerte de aquel ángel y también con la de alguién mas.

Después de un largo viaje, por fin llegaron al hogar de Eriol. Lo primero que hizo nada más ver su hogar fue despertarla. Pero antes de hacerlo, admiró al ahora durmiente ángel. Al verlo, notabas como la paz que ella sentía se te metía en la piel. Había conocido a muchos otros ángeles, que eran los que venían a atacar al reino negro. Y él había visto luchar alas criaturas del reino negro y, por muchos ángeles que había visto y luchado, nunca encontró un ángel tan hermoso como este. No sabía su nombre. Pero dentro de poco lo sabría. Apoyó una de sus manos en el costado del hermoso ángel que se encontraba profundamente dormido a su lado. Después con su mano empezó a mecerlo lentamente mientras le decía:

-Despierta, despierta-

El serafín abrió los ojos lentamente. Subió la cabeza para volverse a encontrar esos zafiros oscuros enfrente de ella le estaba sonriendo de nuevo y ella correspondió a su sonrisa.

-¿qué pasa?- preguntó el ser alado que ahora le estaba sonriendo.

-Ya llegamos allá donde te prometí que te llevaría-

Después de un rato la gran bestia negra aterrizó al lado de la puerta del hogar de él.

Tomoyo bajó de esa formidable bestia. Pero al intentar ponerse de pie, se dio cuenta de que cuando Phage le agarró, una de las piernas de la mujer demonio toco al ángel, haciendo que un músculo de la pierna se pudriese, y por esta desgracia, no pudo levantarse y calló de bruces al suelo.

-¿estas bien?- preguntó Eriol al ángel.

- Creo que… aparte de que Phage me hayacorrompido el nacimiento de… las alas, también,… me quemó una pierna.- dijo entrecortadamente por el dolor. En todo el trayecto desde que Eriol le había salvado, entre las conversaciones entre ella y su guardián y con Eriol, no se dio cuenta de que esas heridas eran mortales y la estaban matando, aparte de que dolían. Eriol al darse cuenta de la pútrida piel que llevaba el ángel en el nacimiento de sus esplendorosas alas, aunque una de ellas estuviera rota, y en el muslo, no le quedó mas remedio que cogerla y subirla hasta la habitación donde iba a dormir. Ella se sujetó al cuello de Eriol que al sentir sus calidas manos sobre él se sonrojó. Ya que era la primera vez que entablaba amistad con un ángel.

La dejó en una cama de un cuarto pequeño. Aún así, a Tomoyo le pareció reconfortable. Eriol se fue un momento, dejando a Tomoyo sola en el pequeño cuarto que nunca había estado ocupado. Después de un rato, distinguió a Eriol aparecer por la puerta de la habitación con objetos de medicina.

Después de vendarle el ala rota y haber parado el crecimiento del dolor, le preguntó a Tomoyo:

-¿te encuentras mejor?-

Tomoyo solo le miró a los ojos, para luego contestar:

-Si-

-Perdona, pero yo te he dicho mi nombre ¿no deberías decir tú el tuyo? Si se puede saber, claro- preguntó con una sonrisa

Al darse cuenta de ello, el ángel se sonrojó. No se había dado cuenta de que ella no le había dicho su nombre.

-Pues…- ella seguía con el sonrojo- me llamo Tomoyo-

-Bonito nombre, Tomoyo-

- La emperatriz también me lo dijo- ante esta afirmación, sonrió.

Se quedaron hablando de sus reinos, sus vidas y demás. Pero ninguno de ellos reparó en que estaban siendo observados por un cuervo normal, que no era otro que Murkara transformado, después de descubrir esto, volvió con Phage, para contarle todo lo visto.

To be continued...

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Que llegas!

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¡Que vas mas lento que el caballo del malo!

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Notas de Autora:

¡Gracias por molestarte en bajar tanto para leer mis absurdas notas! aquí puedes encontrar las respuestas a los rewiews que me han dejado!

Xetil the destiny: Uh! mi primer RR! XD ¡Además de toda mi vida! si si... te haré caso y atenderé a las clases de Lengua, que tengo mucho que aprender. Espero que te guste este nuevo cap:3 ¡Que bien que de todas maneras te haya gustado!. Pirexia, aunque signifique también otra cosa, es el nombre de la dinmensión, la historia (que te lo diga Basi) la tenía preparada hace mucho¡si quieres leer la original aquí estoy!;)

Basileia Daidojiu: ¡Pero si ayer no estuviste¿como me has dejado un RR¡POr lo menos te di una sorpresa que era lo que queríaaaaa! >- .. Espero que sigas actualizando, que tengo el siguiente cap preparado de la historia original ;) que te la pasaré en cuanto pueda.¡Como ya sabes, te la dedico a ti, por que tú me ayudaste a escribirlo, y tmbién me animaste a subirlo!XP