Unexpected Love
Por Hotaru Albatou
Capítulo II: Antigua aversión, Nueva amistad
Llegaron a Asturias al mediodía. Era un día asoleado y se podía ver que iba a hacer mucho calor. Van bajó del carruaje junto con Merle y luego ayudó a Hitomi a bajar del carruaje. Miró frente a ella la mansión de Allen Schezar, imponente y luminosa. Cuando entraron, una doncella los recibió y los atendió. Luego de asignarles sus respectivas habitaciones, les inform
-El Sr. Allen se encuentra en este momento en el coliseo, Sr. Van, si gustan, pueden esperarlo en la sala de estar-
-Por mí está bien- dijo Van
-Espere un momento- interrumpió Hitomi.
-¿qué pasa?- preguntó Van
-¿qué tal si lo sorprendemos?- le dijo Hitomi a Van -supongo que él no espera mi visita-
-tienes razón, hagámoslo- le dijo Van -claro, si es que se puede- le dijo a la doncella.
-Por supuesto, no hay ningún problema, yo los guiaré-
Cruzaron casi toda la casa, en busca del coliseo. Al llegar, escucharon mucho ruido. Era el sonido de voces y gritos de personas, y mientras más se acercaban, Hitomi se dio cuenta de que habían dos guymelefs luchando. Pudo reconocer de inmediato al guymelef de Allen, el Scherazade, que estaba luchando contra otro guymelef. Entraron sin apartar la vista de la pelea. Hitomi nunca entendió mucho de guymelefs, pero podía darse cuenta de lo hábil que era Allen. Sin embargo, le pareció que su estilo se había vuelto más agresivo. Hitomi desvió la vista al escuchar a los tripulantes del Crucero que alentaban con mucho entusiasmo al imponente guymelef.
-¡Vamos, usted puede!- gritaba Baile
-¡Déle su merecido!- gritaba Riden, agitando enérgicamente su puño.
Buscó entre la multitud a Gadeth, hasta que lo encontró. Se dirigió a saludarlo, pero su sorpresa fue bastante grande al verlo conversando nada menos que con Allen, quien se veía algo preocupado.
-¡Allen!- lo llamó Hitomi.
-Hitomi, ¿qué estás haciendo aquí?- le preguntó sorprendido.
-Estoy acompañando a Van- le respondió Hitomi. Van se encontraba detrás de ella.
-pasado mañana comenzará la Cumbre de Palas, Allen, ¿no lo recuerdas?-
-por supuesto que sí- le respondió Allen.
-Estoy sorprendida, si tú no estás piloteando el Scherazade- interrumpió Hitomi
-¿entonces quién es?- en ese momento, el sonido pesado de un guymelef cayendo al suelo los distrajo. El Scherazade estaba apuntando al guymelef desconocido que se encontraba tirado en el suelo. El piloto salió de su guymelef en señal de rendición y todos los tripulantes del crucero estallaron en gritos de alegría.
-¡bien, así se hace!-
-¡bravo!- gritaban desaforados
-Vaya, otra vez ganó. Lo sabía, es muy hábil- le dijo Gadeth a Allen. Pero él volvió a mostrar cara de preocupación, aunque más que eso, parecía molesto. La compuerta del Scherazade se abrió y de él salió su piloto dando un gran salto, cayendo con las rodillas flexionadas, igual como si fuera un gato. La figura se enderezó y llevó una de sus manos a su cabeza para acomodar sus ondulados cabellos, sonriendo con satisfacción.
-¿qué?- exclamó Hitomi, sin creer lo que veía. Era nada más ni nada menos que Celena, la hermana de Allen. Era ella... la de aquella noche era ella, pensó Hitomi. Llevaba puesto unos pantalones de cuero negro, parecido a los de Allen y botas largas y llevaba una blusa blanca y simple de mangas largas y un cinturón con una espada en la cintura. Se acercó corriendo hacia donde estaban ellos. Lucía cansada, pero muy feliz.
-¿qué te pareció eso hermano?- le dijo a Allen una vez que llegó a donde estaban.
-Van- le dijo Hitomi en secreto -ella era la persona de aquella noche ¿verdad?-
-sí, era ella- le respondió Van quien parecía molesto con ella.
-Estuvo genial, Srta. Celena- le dijo Gadeth
-Aún así... sabes que no me agrada que hagas este tipo de cosas, Celena. No es apropiado para una dama- dijo Allen. Celena se hizo la enojada y con las manos en la cintura le dijo.
-¿qué no te puedes alegrar por mí, hermano? Al menos por esta vez- la mirada de Allen se suavizó un poco y agreg
- es que puede ser peligroso para ti- le dijo en tono paternal
-Vamos, no seas exagerado- le dijo Celena mientras abrazaba a su hermano
-reconoce que soy buena para esto ¿sí?-
-sí, Jefe, su hermana sabe como patear traseros-
-¡Claro que sí!- gritaban los hombres del crucero entre risotadas, animando a Celena, mientras que Allen los miraba con cara de horror al ver cómo se dirigían a su hermana.
-¿Ves? tienes que escuchar la voz del pueblo- bromeó Celena, quien en ese momento se dio cuenta de los recién llegados.
-ah, eres tú, Van- comentó con indiferencia mientras que Van la miraba con desagrado, lo que sorprendió a Hitomi.
-Ellos se quedarán en nuestro hogar durante la Cumbre de Palas- le dijo Allen a Celena.
-qué se le va a hacer- comentó Celena, sin dejar de mirar con indiferencia a Van
-Celena, por favor, no seas tan descortés con nuestros huéspedes- le dijo Allen
-Merle y Hitomi vinieron acompañando a Van-
-¿Hitomi?- preguntó Celena separándose de Allen
-sí- le dijo Allen, tomándole la mano a Celena y acercándose a Hitomi para presentarlas -ella es la persona que llegó el otro día, cuando fuimos a Fanelia- Celena se quedó mirando unos instantes a Hitomi.
- No creo que la recuerd...-
-si, si la recuerdo- interrumpió Celena a Allen. -la recuerdo muy bien- dijo en voz baja. ¿cómo podría olvidarte, Hitomi? Tú fuiste su mayor enemigo.
-mucho gusto- le dijo, tratando de sacar aquellas antiguas memorias del pasado.
-Igualmente- contestó Hitomi.
-Bueno, será mejor que entremos, la hora de la comida será dentro de poco- dijo Allen
-Van, ¿serías tan amable de adelantarte conmigo? Necesito que me des tu opinión sobre algunos asuntos de la cumbre.
-Claro, no hay ningún problema- le dijo a Van, luego se dirigió a Hitomi -¿estarás bien si te dejo sola un momento?-
-Vete tranquilo, Van, que yo la cuidaré... en una de esas hasta le abro los ojos- le dijo Celena a Van maliciosamente. Éste la miró con furia y le contest
-deja de aprovecharte porque está Allen presente ¿quieres?-
-pues nadie te manda a quedarte callado, yo puedo defenderme sola- le respondió Celena
-claro, siempre que Allen te deje de vigilar- le respondió Van y luego se retir
-hmph, baka- dijo Celena para sí algo molesta, pero se podía notar que disfrutaba molestar a Van.
-Srta. Celena, es mejor que se apresure, no pretenderá cenar con esos atuendos, no son los apropiados para una dama- le dijo Teo, imitando el comportamiento de Allen. Los demás se rieron a carcajadas.
-¡¿y tú como te atreves a faltarme el respeto así?!- le dijo Celena, dirigiéndose hacia él, mientras él huía de Celena, sin embargo, ella era demasiado ágil comparado con aquel gran ser, así que eventualmente lo alcanz
-En castigo tendrás que llevarme a galope hasta la casa- le dijo Celena mientras se subía en la espalda de Teo -¡vamos, pequeño!- siguió bromeando mientras Teo comenzaba a "galopar"
-¿y qué demonios le pasa a ella con Van?- se preguntó Hitomi en voz alta.
-Siempre ha sido así- era la voz de Gadeth que la sorprendi
-¿por qué dices eso?-
-Es sólo que no se pueden llevar bien, aunque los dos traten de hacerlo. Después de todo, Dilandau odiaba a Van hasta la muerte y supongo que un poco de ese odio quedó impregnado en Celena-
-Pero no es ni justo ni correcto que se dirija a Van de esa forma- dijo Hitomi molesta
-No creas que Van se queda atrás en el asunto. Si ahora guardó la compostura fue simplemente porque no quiere tener problemas con Allen, pero piensa que tiene que convivir con la persona que destruyó Fanelia... aunque en realidad Celena era otra persona... supongo que Van tampoco puede evitar sentir algo de resentimiento hacia ella-
-bueno, creo que tienes razón- le dijo Hitomi mientras se encaminaban hacia la casa. Se dio cuenta que Teo y Celena ya habían llegado y todavía seguía jugueteando. Ella se veía tan llena de vida, no tenía nada que ver con la imagen que tenía de ella.
-vaya, y se veía tan delicada y frágil- comentó Hitomi
-Para nada- le explicó Gadeth- bueno, al principio, cuando recién había dejado de ser Dilandau, Celena se la pasaba durmiendo todo el día y se cansaba con bastante facilidad, por lo que siempre estaba en la casa. Su carácter también era muy retraído, pero de a poco fue cambiando, y comenzó a salir más, a dar paseos por el jardín sin cansarse, en fin, comenzó a aflorar su verdadero carácter. Si vieras lo terca que es. Claro, al recuperar energías, obviamente tenía que gastarlas de alguna forma, el único problema es que ella quiere convertirse en una renombrada espadachín, al igual que su hermano, pero Allen no está de acuerdo con esas cosas, ya viste el comentario que hizo-
-Entiendo, quiere tenerla como si fuera una figura de porcelana- dijo Hitomi
-exacto, y ahí es cuando choca con Allen-
Una vez que llegaron a la puerta de la casa, Gadeth y sus hombres se separaron y dejaron a Celena y a Hitomi solas.
-bueno, si quieres puedes esperar dentro de la casa, yo debo cambiarme para la cena-
-si, no te preocupes- le dijo Hitomi simulando simpatía. No le había hecho mucha gracia la forma en que trató a Van
-bien, no me demoro- Celena añadió y se retir
Grandioso, ahora tendré que pasar la tarde con esa chiquilla malcriada... ni siquiera está Millerna para conversar con ella. Pensó Hitomi. No le quedó otra cosa más que esperar a Celena en el maravilloso living de la casa de los Schezar. Mató el tiempo recorriendo la habitación, observando las finas piezas de arte que tenía. Después de un buen rato, Celena apareció en el living usando un hermoso vestido de color lila y guantes blancos. Se veía completamente distinta a como estaba antes.
-disculpa si te hice esperar- le dijo a Hitomi
-no te preocupes- le contestó Hitomi- las dos se quedaron calladas, sin saber que decir, hasta que Celena rompió el silencio
-los demás estarán de vuelta en cualquier minuto, así que siéntate, ponte cómoda-
-estoy bien así, no te preocupes-
-¿que no sabes decir otra cosa?- le preguntó Celena.
-¿qué?- dijo Hitomi sorprendida
-perdón, perdón- le respondió Celena, acercándose a un sillón para sentarse
-supongo que no sé como comportarme contigo, es que nunca pensé que te volvería a ver-
-al parecer no te pasa lo mismo con Van- le dijo Hitomi. Celena la miró sorprendida.
-bah, con él es distinto, es obvio que a él lo volvería a ver... ese tonto- dijo Celena. Hitomi sólo se limitó a mirarla feo. Celena se dio cuenta de eso
-mira, no creas que no traté de ser amable con él, lo que pasa es que me cansé de que la gente me vea de esa forma-
-¿y de qué forma, si se puede saber?-
-con desprecio, con desaprobación... con compasión... odio que me miren con lástima-
Hitomi no supo qué responder y se quedó callada
-yo sé muy bien todo lo que hice, Hitomi, estoy consiente de todo el daño que ocasioné, pero no puedo estar pagando mis pecados por toda la vida- agregó Celena, bajando la cabeza -... y ahora que tu volviste a Gaea... bueno, a ti también te hice daño, así que yo quería aprovechar esta ocasión para... bueno, para pedirte perdón-
Hitomi estaba sorprendida ante las palabras de Celena.
-Tampoco fue tu culpa, Celena- le respondió Hitomi -estoy segura de que tu no habrías sido capaz de hacer todas las cosas que hizo Dilandau-
-aún así, me alivia el alma escuchar decir a alguien que me ha perdonado-
-bueno, si te hace sentir bien, entonces te perdono- le dijo Hitomi
Celena la miró sorprendida y le dijo
-gracias-
-pero sigo pensando que no tuviste la culpa de nada-
-Eso lo sé, pero, aún así, se siente mal-
En ese momento, Allen y Van entraron al salón acompañados de Millerna y Dryden
-Hitomi, me alegra verte de nuevo- le dijo Millerna, acercándose a Hitomi para darle un fuerte abrazo
-a mí también me alegra mucho- le contestó Hitomi.
Todos se dirigieron al gran comedor, en donde les esperaba un gran banquete. Durante la comida, hablaron de muchas cosas, le contaron a Hitomi todo lo que había pasado después de la guerra, del acercamiento que las naciones estaban efectuando, para que no pasara lo de Zaibach nuevamente, de la reconstrucción de las ciudades destruidas por este imperio.
-vaya, sí que han estado ocupados- comentó Hitomi.
-pues, si queremos mejorar el lugar en donde vivimos hay que trabajar duro para eso- dijo Dryden -incluso Millerna ha estado muy atareada.
-Ya me lo imagino, ahora ella es Reina de Asturias-
-No es sólo eso, Millerna ha estado luchando fervientemente por la igualdad de derechos para la mujer-
-¿de verdad?-
-Es una tarea muy difícil- dijo Millerna, llenándose de orgullo y hablando muy ceremoniosamente -No se trata simplemente de cambiar las leyes, primero hay que educar a la gente, hacerle saber cuales son sus derechos como seres humanos, en verdad es un trabajo muy complicado-
-ya veo-
-lo que está haciendo Millerna es muy importante, ya que se trata de las decisiones que nosotras podemos tomar por si solas, sin que se necesite el consentimiento de un esposo, padre o hermano mayor- dijo Celena, mirando a Allen con esas últimas palabras
-Nosotras esperamos que en esta cumbre logremos algunos acuerdos importantes- agregó Millerna. Eso quiere decir que Millerna estará todo el tiempo ocupada. Pensó Hitomi y llegó a la conclusión de que, si Van estará ocupado, al igual que Allen, Dryden y Millerna, se aburriría como ostra en Asturias. Como le explicó Millerna, Merle formaba parte del proyecto de Millerna, al ser oficialmente nombrada como parte de la guardia del Rey de Fanelia. Su testimonio era importante para las demás mujeres.
-supongo que Celena también participará en ese proyecto- dijo Hitomi. Este comentario provocó un incómodo silencio y el evidente malestar de Celena.
-jajaja- se rió Celena de forma muy cínica -resulta que para eso necesito la autorización de la persona que está a cargo mío, ¿irónico, no?-
-Celena, ya sabes que lo hago por tu bien, no soportaría que te pasara algo-
-si, si, ya sé, Allen, ahórrate las explicaciones- le contestó Celena de mala gana. Las cosas se habrían puesto más tensas si Dryden no hubiera intervenido preguntándole a Hitomi qué había hecho después de que regresó a la Tierra. Así que la conversación eventualmente se relajó un poco, pero Allen y Celena no volvieron a decir una palabra durante la cena.
