Disclaimer: nada d esto es mío...solo algunos personajes inventados todo lo demás pertenece al mundo d JK Rowling.
Capítulo 2. PROBLEMAS.
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-Oye, ¿quiénes son esos de ahí?-intervino de improviso Lucía.
-¡No puede ser!- dijo Remus.
-Hay madre mía de mi vida. ¡Pero si son Black y Potter!
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Anteriormente:
-¿Porqué dejaste que se fuera? Ahora encima de estar en pijama, estamos perdidos.-dijo Sirius.
-Tranquilo. Mira, ahora esperemos unos cinco minutos y después hacemos el recorrido que hemos hecho hasta venir hasta aquí hasta que no recordemos por donde seguir.
-¿Y luego?
-Luego ya verás- dijo James, dando por finalizada esa discusión.
Siguieron hablando sobre quidditch cinco minutos y luego James, con mucho esfuerzo, se levantó del suelo y ambos empezaron a caminar por donde habían venido. Caminaron hablando de chicas hasta que llegaron a un cruce. Entonces James dijo:
-Como no me acuerdo por donde hay que seguir, mejor dejamos que Remus nos lo diga. Solo hay que seguir sus huellas.
-¿Y como sabes tu cuales son sus huellas?
-¡Te acuerdas de cuando el otro día desperté a Remus de la cama con una bocina de partido de quidditch?- dijo James entre risas. Sirius asintió, también riendo- pues como me tiró su zapatilla me di cuenta de que la suela tenía forma de varios círculos, y me recordaron a una luna. Solo hay que seguir aquellas, que tienen forma de círculo- concluyó, riéndose todavía, señalando unas huellas con círculos de diferentes tamaños.
Ambos siguieron su camino guiados por el Remus lunar. Al cabo de un tiempo empezaron a recordar donde estaban y sabían que estaban llegando a la casa. Justo entonces llegaron.
Oyeron voces en el interior de la casa y se extrañaron porque los criados a esas horas no solían estar en casa, excepto el mayordomo mayor, que estaba siempre pero que seguramente estaba en el patio de atrás de la casa, en la piscina. Además que pos mucho que Sirius dijese que estaba loco, seguramente no lo era tanto como para hablar solo.
Conducidos más por la curiosidad que por la preocupación, se subieron a un árbol. Por desgracia solo vieron a Remus de espaldas a ellos apoyado en un marco de una puerta al final de un largo pasillo donde solo se veían puertas y cuadros. Como tampoco oían nada de lo que estaba Remus diciendo, solo oían el murmullo de alguien que hablaba (ni siquiera sabían si se trataba de una chica o de un chico), pues se bajaron del árbol y fueron al otro lado de la casa, se subieron a otro y en este si que vieron, y cosas no muy agradables de ver para ellos.
-¿Qué demonios hace aquí Nocturna?- preguntó Sirius.
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Bien, llegados a este punto de la historia, lo más aconsejable es que os diga quienes son los personajes nuevos, es decir, los que yo me e inventado y no JK Rowling.
Lucía, a la que llamaban Nocturna (esto es debido a que una noche la encontraron despierta a las cuatro de la mañana en la sala común sin ninguna pizca de sueño jugando con unas tijeras y un cuchillo), es una chica con el pelo mezclado de varios colores: rojo, marrón y algo de rubio. Sus ojos también eran mezclados pero preciosos, el círculo de alrededor era verde y el resto de un color miel clarito tirando a amarillo. Su estatura era como la de cualquier chica de su edad, es decir, de más o menos un metro y sesenta y cinco centímetros. En general no hablaba mucho con la gente, solo con sus tres amigas. Aunque era muy callada y muy tímida nunca dejaba que alguien lo pasara mal y si lo tenía que defender lo hacía. Tampoco tenía pelos en la lengua y lo decía todo claro e iba al grano.
A Julie se la puede describir con una frase, sencillamente, "Julie es la amistad personificada". Aparte de eso, Julie también era un terremoto con cuerpo de mujer. No era nada tímida, nunca se cortaba un pelo y al igual que Lucía, decía las cosas claras y a la cara. No solo sabía defenderse a sí misma sino también a los demás y estaba siempre pendiente de que nadie se metiera con ninguna de sus amigas, y si alguien lograba hacerlo Julie se encargaba, a su manera, de que esa persona recibiera su merecido, por mucho que sus amigas la dijeran que dejara a esa persona en paz. Esto nos lleva a otro rasgo característico de Julie, era tozuda como una mula y nadie lograba hacerla cambiar de opinión, excepto su madre, a la cual adoraba y era la persona a la que más respeto tenía. Julie, físicamente, era castaña, con los ojos verdes y el pelo siempre largo, liso y lacio. Cada vez que pasabas los dedos por su pelo era como si éste se deshiciera en tu mano, aunque no la gustaba que se lo tocasen. Julie era más bien alta, aunque la más alta de las cuatro amigas era Lydia.
Lydia era lo que los chicos pueden clasificar como "una tía buena". Lydia no estaba más de dos días sin novio y normalmente solían ser chicos populares y guapos. Ella era rubia, alta, con los ojos azules y de buenísimas proporciones. Era amable con sus amigas y con la gente en general pero solía tener en un segundo plano a la gente menos popular de la escuela. Siempre que podía les dejaba en el mayor ridículo que podía hacerles pasar. Normalmente no solía ser mucho pues sus amigas la tenían que parar. Los defectos más característicos de Lydia son que es muy confiada, idealista y fácil de convencer. La importaba mucho lo que pensara la gente de ella y solía llevar siempre demasiado maquillaje tanto en la cara como en la mochila. Lo bueno de Lydia es que es la persona más graciosa de la Tierra. Si estás diez minutos con ella puedes haberte reído unas quince veces. Solía estar siempre contenta y cuando se enfadaba el enfado le duraba muy poco y no solía enfadarse muy fuerte. Al contrario que sus demás amigas, que siempre estaban bien pero que cuando se enfadaban no había manera de hablarlas, lo bueno era que no lo solían hacer mucho. Cuando Lily, Julie y Lucía se enfadaban se quedaban en el cuarto y Lydia se iba a dar vueltas por el lago, a veces sola a veces con su novio.
Hasta aquí todos los personajes que han aparecido nuevos. Pero habrá más, ya veréis.
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Lucía se aproximó a la ventana y la cerró, pero dejó una rendija y las cortinas abiertas. De esta manera, Sirius y James podían ver y escuchar. Solo había un inconveniente, desde la perspectiva de James y Sirius solo podían ver a Lucía y a Remus y no a las demás.
James tuvo la mala suerte de posarse sobre una rama rota y justo se quebró la rama y James iba a caer al suelo y Sirius logró cogerle. Pero el alboroto llamó la atención de Lucía.
-Oye, ¿quiénes son esos de ahí?-intervino de improviso Lucía.
-¡No puede ser!- dijo Remus.
-Hay madre mía de mi vida. ¡Pero si son Black y Potter!
-¿Qué?-gritaron Lily y Julie.
Los cuatro se asomaron a la ventana, Remus del todo y las chicas solo los ojos para que no las viesen. Por desgracia, el grito de ambas fueron percibidos por los oídos de James y Sirius y aunque estos no las vieron supieron al instante que se trataba de ellas.
Con tanto escándalo, Sirius y James cayeron al césped del jardín. Cuando ambos se levantaron, le echaron una rápida mirada medio rencorosa a Remus pero acto seguido James se puso a gritar:
-¡¿Se puede saber qué están haciendo aquí estas tres mocosas!
-Esto...James -intento calmar Remus
-¡¿Y qué demonios queríais hacer con esas tres pelotas!
-James yo te puedo explicar... –volvió a probar Remus
-¡¿Y cómo es que tú las estas ayudando Remus!
-James, ¿te vas a calmar?
-Si –respondió el aludido a regañadientes.
-Bueno, pues sube y lo discutiremos como personas civilizadas aunque creo que con vosotros dos cualquier conversación va a ser antihumana.
-Habló... –dijo James entre dientes mientras caminaba por el césped hasta la puerta de entrada a la casa. Sirius iba a su lado riendo por lo bajo pero a la vez algo preocupado. Abrieron la puerta y subieron pero en vez de subir para ir a la habitación donde estaban los demás James decidió ir primero a ver si habitación. Por suerte al entrar todo estaba completamente recogido y en su sitio. Respiraron aliviados, más James que Sirius, y salieron de la habitación para ir a la otra. Cuando llegaron Remus les dijo:
-Se lo debéis todo a ellas. –dijo señalando a las chicas.
-Lo sé, fuisteis vosotras las que destrozasteis la habitación, ¿verdad?-preguntó Sirius.
-Y las que la recogimos-dijo Julie.
-La próxima vez que queráis gastar una bromita podríais pensar en las consecuencias antes de hacerla- dijo Sirius.
-Fuisteis vosotros los que os la buscasteis- dijo Lucia.
-¡No!- exclamó James, que había estado callado todo el tiempo.
-¡Sí!-dijo Lily que también había estado callada.
-¿Qué os hemos hecho nosotros?-pregunto James.
-¡¿Te lo tengo que recordar o con mencionar la palabra "carta" te guías tu solito!-gritó Lily.
-¡¿Acaso no puedes pensar que lo que decía la carta era verdad!- soltó James.
-¡Viniendo de un idiota como tú todo es mentira porque no sabes enfrentarte a la realidad a la que nos enfrentamos y solo sabes gastar bromitas para así hacer reír a tus amigos sin importante el daño que puedas causar!-exclamó Lily- ¿a cuantas personas quieres hacer reír?¿a 3?¿a cuantas personas as hecho daño con tus bromas? Te aseguro que la respuesta es un número mayor que 3-concluyó Lily.
Todos los demás estaban pendiente de la discusión entre Lily y James y esperaban con ansia la respuesta de James. Pero ésta nunca llegó.
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Negro, oscuridad, siempre noche, nunca día. Estaba en la cama, boca arriba, sin escuchar nada, solo el silencio. Sabía que dentro de poco todo iba a cambiar, tenía esa sensación desde hacía algunos días, tenía escalofríos, ansiedad, angustia e incluso miedo, pero no lo sabía nadie más. Su pelo negro caía por su cara como una cortina de hilos finos y largos. No quería que supieran que estaba allí, no quería que la gente descubriera su secreto, cada vez más grande y más peligroso. Podría dañar a muchas personas, miles quizás, o podría no dañar a nadie. Poco a poco fue siendo menos consciente de lo que pasaba a su alrededor, aunque no era gran cosa, solo un pájaro en la ventana tocaba con el pico en el cristal. Ruido. Claridad. Ruido. Más claridad. Se despertó. Se levantó de la cama. Se puso sus zapatillas y su bata. Abrió la puerta. Salió al pasillo. Bajó las escaleras. Ruido. Cada vez el ruido era más fuerte pero también más claro. Se paró en las escaleras y se sujetó a la barandilla. Dejó que pasaran unos minutos. Ruido. Claridad. Ruido. Claridad. Poco a poco un zumbido inundó sus oídos y un haz de luz sus ojos. Lámparas, mesas, sillas, ventanas, estanterías, libros, relojes y muchos más objetos aparecieron en su campo de visión. También le llegaron a los oídos sonidos de pájaros, el tic-tac de los relojes, risas de niños en la calle y el timbre de la puerta sonó por sexta vez. Bajó las escaleras que faltaban por bajar y abrió la puerta.
-¿qué haces tú aquí?- preguntó.
-Inwë, tengo que hablar contigo.
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-Lily, hija, cálmate.
-No puedo mamá.
-Por lo menos inténtalo, me estás poniendo nerviosa a mí.
-Petunia, Iris, dejad en paz a Lily. Tendrá sus motivos para estar nerviosa. ¿Quieres contarnos algo? ¿Te podemos ayudar?.
-Gracias papá pero no creo que podáis hacer mucho. Además, no os quiero dar más problemas aparte de los que ya tenéis vosotros.
-Te lo guardas todo para ti y eso no está bien, te vas a hacer mucho daño.
-Puede, pero papá, esto es cosa mía y lo quiero arreglar yo solita.
-Me parece una buena decisión, pero si quieres contar algo aquí tienes a tu familia.
-Muchas gracias papá.
Petunia, la hermana de Lily, e Iris, su madre, salieron del salón hacia la cocina para hablar entre ellas y Lily y su padre se quedaron en el salón viendo un partido.
-No hagas caso a tu hermana, Lily. Ella es así, no la podemos cambiar y tiene su propia manera de pensar. Aunque le cueste reconocerlo, te tiene envidia, y eso has de tenerlo en cuenta cariño.
-Y lo ago papá. Si no lo tuviera en cuenta alguna de las dos no viviría en esta casa.
-Ella es muy lista, habría ido a los brazos de Vernon.
-Ya, y no se lo reprocho.
-El objetivo de tu madre y mío era enseñaros a las dos a ver la vida cada una con sus ojos, no con los nuestros ni con los de nadie, y ahora que te veo pienso que ese objetivo está cumplido contigo.
-¿Porqué dices eso?
-Veras, cuando has dicho que son tus problemas y que quieres solucionarlos tu solita, has demostrado tener una gran madurez. Si hubieras sido niña, nos lo abrías contado sin que nosotros te lo pidiéramos, eso es lo que tú hacías. Pero ahora que eres mayor no solo eres madura sino que también demuestras serlo. Petunia, en cambio, es madura pero no lo sabe demostrar y se siente intimidada por ti.
-Pues no tiene por qué estarlo.
-Lo que pasa es que no sabe como hacer las cosas. Tiene miedo de si misma, tiene miedo por si a ella le sale mal y a ti te sale bien. Y no creas que es desde que vas a Hogwarts, siempre a sido así.
-Yo creía que era desde que se que soy una bruja. No pensé que siempre fue así. Antes ella era más liberal, jugaba conmigo y esas cosas.
-Por eso te digo que ella también a madurado y que la diferencia entre las dos, es que tu sabes demostrar que eres madura, aunque no sepas como lo haces, te sale solo; a ella en cambio le da miedo expresar sus sentimientos y no sabe que hacer a la hora de la verdad, o por lo menos no reacciona.
-Me parece que lo que necesita es que le echen un vaso de agua fría por la espalda para que se espabile.
-Tienes razón, pero dejemos que ella piense de una manera y tu piensa de otra. Dentro de un tiempo seguramente se suelte y no tendremos que gastar agua en ella.
Lily y su padre siguieron hablando un rato más, hasta que se acabó el partido e Iris los llamó a cenar a la cocina. Cuando terminaron de cenar, Lily subió a su habitación y encontró una carta de Julie.
Lily tenemos que hablar, a ocurrido algo con lo que tu ya sabes. Es urgente. A las doce de la noche nos vemos en el parque.
Julieøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøøø
Aquella mañana había sido de las peores de su vida. Y la tarde no fue mucho mejor. No quería hablar con nadie y se escabulló de sus amigos diciéndoles que tenía que ayudar a su abuelo a ordenar unas cartas antiguas. Aunque Sirius y Remus no lo tragaron mucho, comprendieron como debía sentirse James después de la movida de aquella mañana. Así, Sirius y Remus se fueron al bar de siempre a tomar algo y James se quedó en su habitación tumbado en la cama tirando una pelota hacia arriba y cogiéndola después. Estuvo así unos veinte minutos hasta que se cansó y decidió darse una ducha para despejarse. Lo que necesitaba en esos momentos era olvidar todo lo que había pasado aquella mañana y concentrarse en otras cosas. De ducho y como solo sabía de una forma para olvidar, aprovechó que su abuela estaba en el club de campo y su abuelo en su despacho trabajando para coger unas botellas y empezar a beber. A la primera copa lo único que hizo fue calmar su sed, poca cosa para lo que quería conseguir. A la segunda copa le entró remordimiento de conciencia por lo que estaba haciendo, pero su mano llenaba la copa, la levantaba, y hacia beber el liquido de dentro a James ella solita, así que a la tercera copa a James se le pasó el remordimiento. A la cuarta le entraron ganas de ir al servicio, pero estaba muy cómodo en el suelo de su cuarto apoyando la espalda en un lateral de su cama. A la quinta, pensó en sus amigos, y pensó que quizás ellos ya iban por la sexta copa, así que decidió adelantarles y se bebió dos copas más. A la octava pensó que estaba en Hogwarts y en la novena se meó encima. Como estaba mojado pensó que alguien le había tirado agua y empezó a gritar al armario de delante que si era imbécil, tonto, o que si su madre de pequeño lo había traumatizado y él se había hecho así de estúpido. A la décima copa, se apiadó del pobre armario y le fue a pedir perdón y a darle un beso. Y cuando se tomó la copa número once se quedó dormido en la cama pensando en el armario, en el baño de su casa y en Lily.
Cuando se despertó eran las nueve y media de la noche. Había estado dormido cuatro horas aproximadamente. Notó que estaba empapado tanto abajo como arriba. Había llorado en sueños recordando a Lily. Se incorporó haciendo gala de su fuerza de voluntad, pues le dolía la cabeza más que a Ronaldo su rodilla, y fue al espejo. Estaba completamente pálido, los ojos rojos y más despeinado de lo habitual. La ducha no le sirvió de nada así que se tuvo que volver a duchar. Cuando se iba a meter en la ducha, llamaron a la puerta para avisarle de que la cena estaba lista. Rechazó la invitación y se metió en el baño, pero a los dos minutos un golpe en la puerta de su cuarto lo hizo salir del baño para encontrar a Remus cargando a Sirius, pues éste también llevaba unas cuantas copas de más.
-Se ha bebido medio bar, ayúdame- dijo Remus.
James ayudó de mala gana a Remus a poner a Sirius en su cama. Después, Remus se fue a leer y James se metió en la ducha. Por fin podría ducharse, o eso creía. Sirius empezó a hablar en sueños y a llorar. James salió del baño enfadado y asustado a partes iguales y Remus dejo su lectura para más tarde.
James iba decidido a despertar a Sirius para así poder ducharse pero Remus le frenó.
-Espera, escuchemos a ver que dice.
-Chorradas, ¿qué va a decir sino?
-Suéltala. No la hagas daño. Ella no a hecho nada- empezó a decir Sirius. James y Remus se miraron y se pusieron alrededor de Sirius como antiguamente hacían las personas para escuchar la radio, (en este caso, Sirius era la radio, por si queda alguna duda)- No, ella no a hecho nada. Suéltala. No, déjala.
Justo en ese momento una lechuza negra toco la ventana con tanta fuerza que rompió el cristal y Sirius se despertó.
-Joder, ¿qué coño pasa?
-Sigue durmiendo princesita- dijo James mientras Remus iba a ver el destrozo de la lechuza.
-Es una carta de Peter- dijo cogiendo la carta de la lechuza.
-Como no saberlo, viniendo de una lechuza tan torpe estaba claro que era de Peter.- dijo Sirius.
-Ábrela, a lo mejor nos dice algún método casero para curar la borrachera- aventuró James.
-¿Tu también te emborrachaste?- preguntó Sirius pero a James no le dio tiempo a contestar pues Remus había empezado a leer la carta.
Hola tíos, ¿qué tal? Yo de puta madre ayer por la noche mis padres se fueron de cena y yo me traje a casa a Susan, una tía buenísima que a resultado ser mi nueva novia. Imaginaos como nos lo hemos pasado. Lo mejor de todo es que tiene dos hermanas más y una prima de nuestra edad. Yo solo conozco a las hermanas porque la prima esta de vacaciones. Yo llegaré una semana antes de empezar el curso para ir al Callejón Alley a hacer las compras y así os presento a Susan y a sus hermanas y para esas fechas su prima ya habrá venido también. Resulta que todas ellas viven en Londres. Bueno saludos y nos vemos el 22 de Agosto.
Peter.
-¿Vosotros tenéis ganas de conocer a esas?- preguntó James.
-Yo no muchas pero pueden ser simpáticas- respondió Remus.
-¿Y tu Sirius,¿Sirius?
Pero Sirius se había dado la vuelta en la cama y se había hecho el dormido. Remus y James se dieron cuenta de que Sirius no quería hablar del tema por los exagerados ronquidos y el excesivo babeo que este había hecho para hacer más creíble su actuación.
Captada la indirecta, James se metió en la ducha y Remus arregló el cristal y se puso a leer de nuevo. Sirius terminó por quedarse dormido de verdad.
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-¿Qué a pasado?- preguntó Lily jadeando.
-Nos descubrieron- respondió Lucía.
-¿Qué?¿Quién?
-No lo sabemos, eso es lo malo- dijo Julie
-La madre que...
-Hay que trazar otro plan.
-¿Otro plan Lucía?
-Sí, otro plan.
-¿Cómo?- preguntó Julie.
-A ver, como...¿pues cómo va a ser? Pensando.
-No hace falta que seas sarcástica- dijo Julie.
-No discutamos en estos momentos- dijo Lily al ver que Lucía iba a responder.
-Hay que avisar a Lidya de todo esto.
-¿Cómo? Con una lechuza es peligroso la pueden interceptar.
-La podemos llamar por teléfono no creo que pinchen la línea.- respondió
-¿Sabrá utilizarlo?- preguntó Julie.
-Yo creo que no.- dijo Lucía.
-Pues vamos buenas.
-¿Habéis avisado a...?
-No digas nombres, pueden oírnos- la paró Lucía.
-Bueno, pero...-comenzó Lily.
-Si, esta avisado- terminó Julie.
-¿Y ahora?
-Hay que esperarle. Esta tarde ha ido a hablar con ella.
-¿Y cuando vendrá?
-Pues depende de sí lo a conseguido o no.
-Eso ya lo sabía Julie, pero me refería a...
-Si yo sé a lo que te refieres Lily- dijo Lucía-. Pues no debe tardar mucho más, debe estar al caer.
-Vale, y...- dijo Lily.
-¿Cómo sabes que debe estar al caer, puede tardar una hora o más?- preguntó Julie.
-Oye...- intentó Lily.
-Pues resulta que no se tarda toda una tarde en convencer a una persona.- respondió Lucía.
-Podéis...-volvió a intentar Lily.
-Yo creo que depende de la persona y de lo que se quiera convencer. Esto es grave no me extrañaría nada que todavía no lo aya conseguido.
-¡¿Queréis hacer el favor de no cortarme más!- chilló Lily.
-Perdona.
-Lo siento- terminó Lucía.
-A ver, las dos tenéis razón dejadlo ya.
-Bueno ésta bien.- accedió Julie.
-¿Y ahora qué?- preguntó Lucía.
-Pues ahora imagino que a esperar- concluyó Lily.
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Hola de nuevo!
Lo primero de todo, este capítulo va dedicado especialmente a Mistral y a LDL por la insufrible espera que han tenido que sufrir XD. Después también que sepáis que este capitulo va dedicado también a los de siempre que los kero muxio muxio muxio.
El capítulo creo que a sido el más costoso de la historia pues mi cabeza no andaba con muchas luces.
Después estuvo la época de exámenes pero ya los e terminado y como estamos en Semana Santa me e dedicado a escribir.
Bueno como no se me ocurre nada más que contaros me despido.
Adiós!
De una amargada estudiante adicta al msn y a harry potter. Amiga de la novia de Snape y de la persona cuya cara es "ruedo los ojos" e ilustradora junto con su mejor amiga del sexto libro de harry potter.
