Disclaimer: nada d esto es mío...solo algunos personajes inventados todo lo demás pertenece al mundo d JK Rowling.

Me gustaría dar las gracias a las personas que dejaron su review de los capítulos anteriores. Gracias espero cumplir con este capítulo también.

Capítulo 4. EL ENCUENTRO

«•º§º•»

-¡Será cabronazo! ¡Nos a engañado! –exclamó Julie.

-Se va a enterar, tu tranquila –dijo Lily.

-¿Qué ago con el reloj de Brasil? –preguntó Lucía.

-Pues de momento déjalo aquí, encima de la mesa y mañana preguntare a mis padres de donde sacaron a Mr. Boyer y así nos ponemos en marcha para investigar lo del reloj y lo de Severus –dijo Lily.

-Yo mientras pienso como podemos descubrir a Severus –añadió Lucía.

-Y yo...yo, bueno, yo comeré y dormiré no os preocupéis por mí –dijo Julie.

-Ja ja ja –rieron sarcásticamente Lucía y Lily.

-Anda Julie vámonos a casa. Hasta mañana Lily.

-Adiós –se despidió Lily.

-Hasta mañana.

«•º§º•»

La mañana apareció triste y gris en gran parte del País. Sirius y Remus desayunaban en el comedor de la casa de los Potter. Creo que ya dije que Sirius y Remus iban a pasar las vacaciones con James, y si no lo dije, pues ya lo sabéis (N/A acuérdate anely de los pequeños detalles de TU historia 8-)). James estaba bastante deprimido desde la bronca que tuvo con Lily. Además, la había notado rara. Sabía muy bien como se ponía Lily cuando discutían y en aquella discusión no era la misma. Parecía más nerviosa y más...mayor. Aún así, estaba preciosa, pese a su pelo despeinado y sus ojos rojos. No pensaba con claridad. Habían pasado algunas cosas bastante intrigantes. La pelea con Lily, el sueño de Sirius...pero no quería pensar. Ese día no. Ese día sería un día normal de vacaciones. Iría a dar una vuelta por Londres.

Bajó al comedor donde Remus comía una tostada y Sirius devoraba un tazón de cereales.

-Buenos días Don Simpático –saludó con sarcasmo Sirius, molesto de que James pasase tanto de ellos esos días.

-Buenos días Don Tragón –respondió del mismo modo James.

-Tengamos la fiesta en paz –pidió Remus.

-Desayuno y me voy a dar un paseo –les informó James. Sirius y Remus se miraron un tanto molestos.

-Últimamente pasas mucho tiempo solo –le dijo Remus.

-Necesito pensar. Pero hoy no pensaré.

Remus y Sirius terminaron su desayuno y subieron a sus dormitorios a vestirse. Remus había conseguido un trabajo de verano como camarero en una piscina, dónde Sirius también había conseguido un trabajo, pero como socorrista. Era en una piscina muggle así que tuvieron que pedir un permiso especial al Ministerio de Magia, que se lo concedió con la condición de que no delatasen al mundo mágico.

Sirius y Remus bajaron a los veinte minutos listos para salir a trabajar. James les acompañó hasta su trabajo a regañadientes, pero no quería que sus amigos se enfadasen más con él.

James también tenía trabajo, pero ese día libraba. Su abuelo le consiguió un trabajo en una tienda de comida para animales mágicos en el callejón Diagón. Era una pequeña tienda recién abierta para aquel que tuviera una emergencia. Estaba abierta las 24 horas.

Cuando Remus y Sirius entraron en el recinto de la piscina, James siguió andando para dar una vuelta. Se le ocurrió una idea así que volvió a su casa, cogió varios pergaminos y escribió en ellos una nota. Después fue a la lechucería de su casa y dio cada nota a una lechuza distinta, que iban saliendo por la ventana una a una, a medida que James les daba las notas.

Había decidido hablar civilizadamente y aclarar todo el lío que se había formado.

«•º§º•»

-¿A vosotras también os mandó la carta? –preguntó Lily a sus amigas Julie y Lucía.

-Por desgracia, sí –contestó Lucía.

-¿Qué querrá ahora el desgraciado pervertido este? –preguntó Julie.

-A saber.

Las tres entraron en el jardín de la casa de James y Julie llamó al timbre de la puerta. Abrió Sirius.

-Pasad anda –las dijo el chico.

Las tres pasaron en silencio, algo molestas. Sirius cerró la puerta y las guió hasta el cuarto de los chicos, donde estaban esperando Remus y James.

-Ya estamos todos –dijo James.

-¿Qué es lo qué quieres ahora? –preguntó Julie.

James giró la cabeza hacia ella.

-Hablar.

-¿Sobre qué? –volvió a preguntar Julie.

-Porque estás aquí sino diría que no has leído la nota.

-La leyó Lucía por mí y después me resumió el contenido. Me dijo que querías vernos.

-Si. A ver el otro día estabamos todos muy agitados. Creo que podríamos aclararlo todo como Dios manda.

-Si y que más –protestó Lucía.

-Ni de broma tío –contribuyó Julie.

-¿Qué piensas tú, Lily? –pregunto Remus.

Lily había estado callada todo el tiempo sentada en el pico de una cama. Miraba hacia el suelo y pegó un pequeño salto al oír su nombre.

-¿Qué? –preguntó.

-¿Qué piensas tú Lily? –volvió a preguntar Remus.

-¿Sobre qué? –preguntó Lily perdida.

-Sobre aclarar lo que intentamos hacer el otro día que estábamos muy agitados.

-Pues me parece buena idea –dijo con voz suave y baja.

Julie y Lucía la miraron extrañadas.

-Pues entonces a ver. Sirius, ¿tienes qué decir algo?

Sirius miró a James con algo de odio y fastidio y dijo:

-Fui yo el que te mando esa carta en nombre de James. Lo siento, a los dos.

-Te creí la primera vez –dijo Lily.

Ahora no solo a James le pareció que Lily estaba rara. Todos estaban bastante extrañados. Siguieron hablando y arreglando todo. A Julie y a Lucía les terminó por parecer bien arreglar todo aquello pero no dieron muestras de su conformidad.

Al cabo de un rato, se despidieron como habían hecho siempre, pues el haber arreglado todo aquello no significaba que eran amigos, y los seis lo sabían. Las chicas se fueron a comer a casa de Lily y estuvieron toda la tarde investigando sobre el reloj del día anterior. Por suerte, Julie les había dado aquella información tan importante sobre ese tipo de relojes, pero aún así, les quedaba bastante por investigar.

Por otro lado, los chicos estuvieron toda la tarde ocupados en otras cosas. Remus y Sirius fueron a trabajar su jornada de la tarde y mientras James voló con su escoba en la parte de atrás de la casa hasta que vinieron sus amigos y fueron a cenar. Por la noche, todos estaban cansados así que ni las chicas ni los chicos salieron. Además, al día siguiente, las chicas tenían que ir a buscar a su amiga Lydia y los chicos a Peter.

«•º§º•»

Lydia bajaba del tren con una elegancia incontrolada. Tenía una maleta en una mano y en la otra un bolso de viaje. Su pelo, recogido en una cola de caballo, dejaba ver su cara blanca y lisa, con los labios de un rosa clarito. Visualizó a sus amigas, que la saludaban efusivamente con la mano y fue hacia ellas. Al legar dio un abrazo a cada una con dos besos y se encaminaron hacia la salida para llevar a Lydia a su casa. En el camino, Lydia les contó que su prima llegaría a la ciudad hoy también y que quería presentarla a ella y a su novio. Las tres chicas aceptaron y llegaron a la casa de Lydia, donde dejó sus cosas y después fueron a comer a casa de Lily.

Al llegar a la casa de Lily, los padres de ésta saludaron a Lydia y ésta les contó la parte del viaje de ver monumentos y museos. Durante la comida el tema de conversación fue, otra vez, el viaje de Lydia, menos durante el postre, que hablaron de quedar para comprar el material para el curso siguiente.

-Y este año, a triunfar –dijo Lydia con un toque de su glamour característico. Las tres chicas la miraron con indiferencia y siguieron a lo suyo, es decir, cogiendo dinero para ir al Callejón Diagón.

-¿Y vosotras que habéis hecho?

Las chicas se miraron entre ellas. Habían decidido contarle todo a Lydia, pero no en ese momento. Esa noche querían dormir todas en casa de Lydia, ya que sus padres no volvían hasta el día siguiente, y decidieron que ese momento sería más oportuno. La contaron entonces para calmar su sed de cotilleo la aventura de la nota de Sirius y de las pelotas. Julie lo contaba con naturalidad y con gracia y, aunque Lucía y Lily ya sabían la historia, se reían igual que Lydia. Parecía que esa historia, tal y como la contaba Julie, no las había pasado a ellas, sino a tres payasas escapadas de algún circo del norte de Asia.

En la puerta de entrada las esperaban los padres de Lily que se habían propuesto para llevar a las chicas a comprar lo que necesitaban.

Subieron al coche de los Evans y fueron hasta el Caldero Chorreante. Una vez allí, el padre de Lily saludó al tabernero y pasaron a la parte de atrás de la taberna donde el señor Evans sacó su varita y dio unos cuantos golpes en las piedras, las cuales pasados unos segundos, se abrieron formando un arco por el cual pasaron los seis magos.

Una vez allí, las chicas sacaron sus cartas y decidieron ir primero a la tienda Flourish & Blotts, después a las Túnicas madame Malkin´s y, por último, querían ir a Gambol y Japes y al Emporio de Lechuzas, que acababan de abrir. Cuando hubieron acabado con lo más importante, fueron a la tienda de animales. Justo cuando iban a entrar, adivina a quien se encontraron...

«•º§º•»

El tren llegaba al medio día, así que los chicos tomaron un bocadillo en una cafetería de la estación. A las dos y media, el tren llegó y buscaron con la mirada a su amigo, al que, al cabo d unos minutos, Remus dio la mano pues le había encontrado y le condujo hacia donde estaban los otros los cuales también le dieron la mano. Fueron a dejar las maletas de Peter con sus abuelos que les esperaban a la salida con un coche muggle.

Entonces James les dijo que tenía que ir a trabajar, pues ya llegaba tarde, así que le pidieron a los abuelos de Peter que les llevasen hasta el Caldero Chorreante.

Mientras James trabajaba, los otros tres le comprarían sus cosas para dárselas después.

Llegaron al Caldero Chorreante y entraron. El tabernero estaba sirviendo unas copas y no les vio así que los chicos entraron en la parte de atrás del establecimiento y entraron en el Callejón Diagon. Sirius, Peter y Remus acompañaron a James a su trabajo y así echaban un vistazo a la nueva tienda.

James no echó ningún vistazo y se puso directamente a trabajar, después de recibir la merecida reprimenda de su jefe por haber llegado tarde.

James se puso a ordenar bolsas para alimentar a ratas en una estantería, Sirius contemplaba algunas ranas que estaban metidas en acuarios, algunos grandes con varias ranas y algunos más pequeños con una o dos ranas como mucho. Remus veía a una lechuza parda que estaba dormida tranquilamente y Peter daba un vistazo general a todo.

En esas estaban cuando la puerta se abrió y sonó una campanilla que anunciaba que alguien entraba o salía.

Los chicos y el dueño de la tienda se giraron para ver como cuatro chicas entraban en la tienda.

-¿Qué hacéis vosotras aquí? –preguntó James.

-Colgarnos de lianas, ¿no te va?...-contesto irónicamente Julie.

-¿Queréis comprar algo? –preguntó el dueño amablemente.

-De momento solo miraremos gracias –dijo Lucía.

El dueño asintió con la cabeza en silencio y hizo una señal a James para que fuera con él a la trastienda.

-¿Las conoces? –preguntó el dueño.

-Si, van a mi curso en Hogwarts.

-Pues quiero que las atiendas mejor que nunca.

James no estaba de acuerdo pero no podía hacer una falta más o le echarían, y a esas alturas del verano no conseguiría otro empleo y su abuelo quedaría decepcionado, y no quería hacerle eso. Su abuela seguramente le estaría dando la tabarra todo el día así que tampoco podría quedarse en casa. Con mucha fuerza de voluntad, salió de la trastienda y siguió organizando comida de ratas.

De vez en cuando, echaba miradas disimuladas hacia las chicas para que no se llevasen nada y por si querían que les cobrase algo.

Al cabo de cinco minutos, Julie fue al mostrador y le dijo al dueño de la tienda:

-¿Me de tres bolsas de comida para ratas, por favor?

-¡James! –gritó el dueño. Si no hubiera estado atento, el chico abría dado un salto del susto y abría tirado las bolsas de comida, lo que abría supuesto un cabreo más en la lista de su dueño y un posible despido.

James cogió tres bolsas y las puso en el mostrador.

-Cobra a la chica, James.

-Si, señor.

James cobró a Julie las bolsas y ella las recogió. Entonces Lucía se puso al lado de Julie a hablar mientras esperaban a que Lily y Lydia estuviesen listas para irse.

Al cabo de otros cinco minutos, Lily y Lydia fueron al mostrador otra vez y Lydia pidió un corta uñas para lechuzas. James se lo dio y la cobró.

Lily miraba al mostrador mientras jugaba con sus manos y dijo a James:

-¿Me puedes dar un saquito de piedra pómez para que juegue mi lechuza?

James fue hasta una estantería, cogió un saquito marrón clarito atado con una cuerda de cuero y se lo tendió a Lily, que puso unas cuentas monedas en la mesa t dijo:

-Quédate el cambio.

Y salió de la tienda donde esperaban sus amigas para irse. James siguió a las chicas con la mirada hasta que se perdieron de vista. Fue sacado de su ensoñación por Sirius, que dijo:

-Nosotros también nos vamos. Hasta luego.

James se despidió de ellos y siguió trabajando.

«•º§º•»

Era ya de noche. Cuatro chicas iban arregladas para salir de fiesta.

Una chica pelirroja llevaba unos pantalones negros que no le quedaban ajustados y que caían con gracia, con un cinturón de brillitos pequeños blancos el cual en un lateral caía hacia abajo por la pierna unos diez centímetros. Llevaba una camiseta de palabra de honor (N/A para quien no sepa que es escote de palabra de honor os explico. Imagina una camiseta normal, con tirantes finos, pues ahora quítale los tirantes y tendrás una camiseta palabra de honor)roja lisa con una tira de brillantes iguales a los del cinturón que rodeaba el pecho de la chica por la parte de arriba, casi tocando la piel del cuello. Llevaba el pelo suelto con un pequeño recogido con una pinza a un lado de la cabeza. En un brazo llevaba un bolso negro y en la otra mano sujetaba un jersey rojo por si refrescaba.

También había una chica que llevaba unos pantalones también largos y celestes muy parecidos a los de la chica pelirroja. Llevaba una camiseta negra con cuello alto lisa. El pelo iba recogido en un moño y un mechón rizado le caía a un lado de la cara. Llevaba el bolso en la misma mano que su chaqueta negra, pues ésta iba colgando de la cuerda para colgarse el bolso del hombro.

A su lado estaba una chica vestida con un vestido azul clarito que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas y que tenía detrás como broche del vestido unas tiras que se cruzaban en la espalda. Llevaba el pelo completamente suelto y puesta, tenía su chaqueta verde con bolsillos, en los cuales, iba guardado lo que necesitaba para no tener que llevar bolso.

Por último, estaba una chica rubia que llevaba una minifalda rosa clarita y una camiseta amarilla con un cartel en negro que ponía "GIRL", Lily pensaba que sería para dar a entender que seguía siendo chica, aunque en Francia hubiera vivido sin menos consentimientos de niña de papá. Llevaba una chaqueta blanca encima y un bolso dorado. El pelo lo llevaba en una trenza larga que le llegaba hasta casi la cintura. Era la que iba más maquillada de las cuatro.

Las cuatro llegaron a un bar ya conocido por ellas por las repetidas salidas nocturnas en verano a él. El dueño era el tío de Julie y las pasaba gratis y podían beber lo que querían, incluso alcohol, aunque ninguna de ellas lo hacía, solo Lydia y tampoco mucho.

Entraron y nada más hacerlo, Julie y Lydia se fueron derechas a la pista a bailar mientras Lily y Lucía iban a sentarse a una mesa vacía y pidieron cuatro coca-colas, la de Lucía al limón ;-).

Al cabo de dos canciones, Lydia y Julie se fueron a sentar a la mesa a beber un rato. Mientras las cuatro chicas echaban una ojeada al panorama bebiendo de sus vasos, Lydia vislumbró a su prima, que la saludaba con la mano desde una esquina de la sala, abrazada a lo que Lydia pensó que era su nuevo novio, así que la hizo señas con la mano para que se acercarán a la mesa. La prima de Lydia le dijo algo al chico, que asintió y giró la cabeza. Por desgracia, Lydia no pudo comprobar todavía si su prima había elegido a un chico guapo, aunque de espaldas a Lydia no le parecía nada más, a pesar de la arcada general que produjeron las otras tres chicas. Entonces pareció que la prima de Lydia llamaba a alguien, al igual que el chico y Lydia se cansó de mirar puesta de rodillas en su asiento. Se sentó derecha y dio otro sorbo a su bebida, terminándola. Sacó de su bolso entonces un pequeño espejito, lo abrió, y se empezó a pintar los labios, ya que la pintura se le había quitado al beber. Entonces, cuando estaba concentrada en no salirse del labio superior con la pintura, llegó su prima con su nuevo novio, los amigos del novio y tres amigas de la prima de Lydia. Las cuatro chicas se quedaron petrificadas por segunda vez en aquel día, pero la que más, sin duda, Lydia.

«•º§º•»

James, Sirius, Remus y Peter salían de la casa del primero bastante arreglados. Al doblar una esquina, en una plaza, se encontraron con tres chicas. Una de ellas se giro y fue hacia Peter dándole un beso en los labios. Entonces Peter y su novia presentaron a sus amigos unos a otros y la novia de Peter, Bárbara, les dijo que había quedado con su prima en un bar cercano, así que se encaminaron hacia el bar.

Entraron y Bárbara les guió hasta la barra, donde cada uno pidió una copa. Entonces Peter y Bárbara se fueron a una esquina y empezaron a besarse. Entonces Bárbara abrió los ojos y vio a su prima que la saludaba desde una mesa.

Le dijo a Peter que había visto a su prima y avisaron a los demás. Llegaron a la mesa y la sorpresa fue general. Lily y sus amigas de ver a James y a los demás, Bárbara y sus amigas se sorprendieron de que los otros ya se conocían, y James y los demás de ver a Lily y al resto de las chicas.

-¿Tú eres el novio de mi prima? –gritó Lydia a Peter rompiendo el silencio que se había formado entre todos.

-¿Algún problema Barbie? –preguntó Peter de mala manera.

-Oye como vuelvas a llamarle eso a Lydia te meto un puño que te dejo agonizando en el suelo –saltó Julie enfadada.

-Tranquilita Hulka –insultó Sirius.

-Ya veo que os lleváis muy bien todos –dijo Bárbara.

-Díselo a ellos –dijo Julie.

-Pensaba presentaros a mi prima pero veo que ya la conocéis –soltó Bárbara –y, por lo que veo, os conocéis de maravilla...

-No te creas, a Black nunca terminas de conocerle... debe ser que tiene tan poco cerebro que lo que tiene lo va cambiando para que haga de todo, pobrecillo...me da pena –dijo Julie poniendo especial acento al decir "pena".

-Sin pasarse –dijo el aludido –que tú en cantidad de cerebro tampoco es que vallas sobrada.

Ante esto Julie se levantó del sitio en señal de que estaba dispuesta a pegarse con Sirius si era necesario con tal de no quedar mal. Sirius, ante el movimiento de Julie se puso los brazos en jarras y con gesto altanero dijo:

-¿Qué piensas hacer Hulka, pegarme? Pues vas lista.

-Tú sigue así, ¿o tengo que recordarte que mande a una niñata a San Mungo por meterse con mi ropa?

Los demás al ver que la situación se estaba poniendo bastante calentita, decidieron pararles. Lily y Lucía sentaron a Julie en su sitio y James y Remus sujetaron a Sirius de los brazos.

-¿Qué tal si nos vamos? –preguntó Bárbara a los chicos.

-Si mejor antes de que destrocen el bar entero –dijo Remus.

-Nos vemos luego Lydia –se despidió Bárbara.

-Adiós Bárbara –dijo Lydia.

Las chicas y los chicos se despidieron menos Sirius y Julie que siguieron enfurruñados toda la noche. Ambos eran muy impulsivos y aquello les había dado demasiado coraje.

Cuando cada uno se fue a su casa, ninguno de los dos pudo dormir bien.

Sirius volvió a tener esas pesadillas que ya había tenido antes, pero con un pequeño cambio, ahora decía el nombre de una chica.

Julie por otro lado tuvo pesadillas diferentes. Se encontraba en una sala oscura con un señor que parecía querer hacerla daño y con alguien metido en una sombra. Lo que más la intrigaba de la pesadilla no era el señor aquel sino quien podría ser el otro. Justo cuando estaba a punto de salir de la sombra, Lucía la despertó.

Estaba completamente mojada de sudor.

-¿Te encuentras bien? –preguntó Lucía.

-Sí... –dijo aturdida Julie.

-Dime que has soñado con que tienes un plan.

-No...

-¿Pues yo si tengo un nuevo plan!

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Hola!

Bueno este capitulo va dedicado a Lucía que ha sido seguramente la que más a tenido que esperar y como siempre a mi serpiente pero ya sabes que siempre te dedico a ti todos los fics que hago.

Bueno pues espero que os haya quedado la duda del plan y a ver si dentro de poco puedo publicar la continuación jeje

Hasta entonces ciao!

Bss (dejen su review XD)

Te quiero muchísimo serpie love!

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