El mortífago

En el sótano de Hogwarts está la oficina del profesor de pociones. Es un salón alto , oscuro, con una luz verde proveniente de una vela cuya llama nunca se extingue. El mobiliario es sobrio, compuesto principalmente por muebles de ébano, sencillos, discretos , elegantes.

En ese lugar , Draco Malfoy se sentía en casa, si los muebles fuesen un poco mas finos y no hubiera en las paredes estantes con cosas y sustancias viscosas, sería la oficina de su padre, cuando era estudiante disfrutaba estar ahí, y aunque técnicamente ahora estaba en problemas, estaba seguro de tener la situación bajo control. La escena que visualizaba era la siguiente: El profesor Snape entraría furioso –como cualquier padre ofendido- y diría algo así como que como se atrevía a burlarse de su hija, que ella era una joven que merecía todos sus respetos. En ese momento, Draco se disculparía y le juraría que él ante todo respetaba a Sarah y que sus intenciones eran las mejores; le recordaría la importancia de la sangre limpia y le recordaría aun mas recalcadamente la pureza de la sangre Malfoy. Cerraría su discurso pidiendo la mano de Sarah, en el entendido de que sólo se casarían cuando ella hubiese cumplido la mayoría de edad y graduado de Hogwarts. En ese momento la actitud de Snape cambiaría, le estrecharía la mano, y por la noche él le diría a su padre que lo había logrado.

LA sonrisa que se dibujaba en los labios de Draco denotaba satisfacción. Se veía muy elegante.

Pero Snape no llegó a la cita . Esperó y esperó y la puerta nunca se abrió. Preocupado, salió y encontró a Sarah sentada en una escalera.

La señorita Snape estaba muy pálida , sus ojos humedecidos y sus manos empuñadas sobre sus piernas.

La pureza de espíritu y la inocencia de los miembros del Shamagin es capaz de hacer que aflore lo mejor de las personas, de cualquiera. Draco se acercó con cautela, sabía tratar al padre, pero la hija era cuento aparte.

"Sarah¿estás bien¿Sucede algo?"

Sarah levantó los ojos y leyó las intenciones de Draco en el cruce de miradas, como por segundos fueron honestas respondió con la verdad.

"Mi madre está en la enfermería, están considerando llevarla a san Mungo. En este momento papá y madame Pomfrey están con ella"

"¿Está enferma de gravedad?"

La joven Ravenclaw asintió "O no, la verdad ya no lo sé " se encogió de hombros.

"Bueno , puedo llamar al mejor sanador para que la atienda, si gustas"

Para sorpresa de Draco, Sarah no lo miró con agradecimiento, sino con lástima, para ella, en cambio, resultaba evidente que el dinero no consigue, por mas que lo intenta, las cosas superfluas, como la dignidad

"Agradezco tu intención, pero estará bien" Sus padres no querrían que ella pagara ese precio tan alto por tal atención

"SARAH" desde la escalera, la voz de su padre retumbó y Sarah se estremeció . El silencio fue lo que siguió al grito. Pero cuando Severus Snape posó su mano en el hombro de su pequeña, lo hizo en un gesto paternal y amoroso.

"Disculpa la tardanza, Draco"

"ni lo mencione, profesor, Sarah me dijo del estado de su esposa"

"Por ahora está bien" dijo mas bien mirando a su hija "Si gustas pasar a mi oficina"

Con un beso en la enfrente, el maestro de pociones envió a Sarah con su madre.

La puerta de la oficina se cerró y Snape tomó asiento invitando a Draco a hacer lo mismo

"Supongo que sabe el motivo de esta charla , señor Malfoy"

Draco asintió para ocultar su sonrisa, el acto comenzaba

"Profesor, usted sabe que yo provengo de una de las mejores familias, de las pocas de sangre limpia que.."

"ahorre su discurso, señor Malfoy, sé perfectamente la clase de personas que son los Malfoy, su limpieza de sangre y que usted tiene las mejores intenciones para con mi hija, entiéndase ofrecerle su apellido, su pureza de sangre y su nada despreciable fortuna"

Draco Malfoy sonreía complacido "sabía que lo entendería , profesor"

Los labios de Snape se curvearon en una malévola sonrisa "es lo mínimo que esperaría de un Malfoy, los conozco bien, son ..audaces para elegir pareja... no les importa mucho si aman a alguien si no es lo que se espera de un Malfoy. Ya veo el futuro de esta pareja, Sarah Malfoy..."

Draco se preparaba para el apretón de manos.

"por eso mismo puedo afirmar que no es lo que quiero para mi hija, ella no podría cumplir jamás ese papel, además , digamos que ambos comparten cierto enamoramiento, insano en ambos" añadió con una mueca de desprecio

Fue como si a Draco le cayera un balde de agua fría, la sonrisa de Snape se volvió mas pronunciada.

"si, señor Malfoy, aun recuerdo esas cartas, esos sueños... ese incidente... pero descuide, no he dicho nada a nadie jamás, y no tendría porque cambiar... a menos, claro, que usted insista en cortejar a la señorita Snape"

El sólo pensamiento de que Snape revelara su "secreto" hizo que los vellos de la nuca de Draco se erizaran, se sintió traicionado por una persona que tenía en alta estima, y mas aun sintió que era una afrenta que merecía ser penalizada, nadie se enfrentaba a los Malfoy..

"¿Acaso me está chantajeando, señor? No se atrevería, usted le debe lealtad a los Malfoy"

"Créeme, Draco, que no quiero hacerlo, pero lo haré si es por mi hija, ante todo mi lealtad es y será siempre con ella"

Por primera vez en su vida, Draco Malfoy encontró el punto débil de Severus Snape, y no dudó en usarlo

"ah , si, por supuesto.. Sarah, la pequeñita de papá... ella lo ama demasiado, dicen en la escuela que tiene complejo de Electra... que para ella no hay brujo mas poderoso ni mas maravilloso que usted, siempre recto, siempre leal... me pregunto que opinión tendría Sarah de su maravilloso papi si supiera...bueno, si supiera lo que Mi padre y el de ella hicieron juntos...

Por un segundo Snape titubeó y con su mano derecha se tomó del antebrazo izquierdo, era el turno de Draco de sonreír con malicia.

"Yo pude aceptarlo, en realidad lo supe siempre, pero¿ que hará la princesita si se da cuenta que es hija del ogro?" Se levantó y fue hasta la puerta.

"Dos pueden jugar ese juego, profesor" Y con ello cerró la puerta tras de sí.

En un arranque de desesperación, Snape aventó todo lo que había en su escritorio, todo lo destruyó hasta que no quedaba mas que su armario privado y la vela de Willow... se miró en el reflejo de una sustancia se vió a si mismo como no lo hacía en años: Un viejo horrible de piel cetrina y cabello grasiento, con los dientes desiguales y la marca tenebrosa reluciendo como un tatuaje recién hecho en su antebrazo, de color rojo, escociéndole profundamente. Sus ojos negros y fríos., crueles.

Inmediatamente se apartó de ahí, corrió y se encerró en su recámara. "tranquilízate , tranquilízate por Merlín" se dijo "tu fuiste su maestro, tu sabes sus secretos, tiene que haber algo"

Mientras tanto , alguien entró en la oficina del maestro de pociones, con paso firme avanzó entre los escombros hasta llegar a sus habitaciones, sólo para encontrar a Snape sentado con las manos sobre sus rodillas y mas pálido de lo habitual.

"ya, ya, no pasa nada, profesor Snape, la crisis ya pasó, en realidad venía a decirle que podemos bajar a la señora Marianne , pero no creo que le haga bien pasar por su oficina, llamaré a los elfos para que se hagan cargo de ese desastre¿listo para pasar la noche en la enfermería?"

Snape asintió débilmente a lo que le decía Madame Pomfrey, estaba como ausente. En su cabeza le daba vueltas al asunto, buscando todas las formas posibles de solucionar ese problema, era cierto lo que dijo Draco.

Lucius Malfoy era una especie de hermano mayor para el maestro de pociones. Desde que entró a Slytherin y el era un chico de tercer año , el único que se le acercó amigablemente, impresionado ante el sorprendente conocimiento de Snape en materia de artes oscuras, maldiciones que el, pese a ser un muy buen estudiante y tener dos años mas, ni siquiera soñaba ser capaz de realizar. Fue Lucius el primer ser humano en hacerle un cumplido, en sonreírle. Sonrió con amargura En realidad él –Snape- debería ser el primero en sentirse feliz de que Draco quisiera casarse con su hija.

Pero por otra parte recordaba la pesadilla de sus años de mortífago, años en los que vivió aterrado, resentido con Lucius por haberlo introducido en ese mundo, en un mundo al que no pertenecía, y como poco a poco los cumplidos se alternaban con burlas , para provocar en Severus lo que los muggles llaman "condicionamiento operante"

"Vamos , Severus, viola a la chica, es muggle, cierto, pero mírate¿ que bruja sería capaz de tener relaciones íntimas contigo? Es tu oportunidad de adquirir experiencia"

"Anda , Severus, acompáñanos, el señor Tenebroso desea con todas sus fuerzas que esos imbéciles escarmienten, y no hay nadie mejor entre nosotros para ejecutar el hechizo que requiere este plan, somos amigos¿o no? Nos divertiremos juntos, ya lo verás"

Claro que Lucius nunca supo que desde un principio Snape era espía para la orden del fénix, de haberlo sabido hasta ahí habría llegado su amistad.

En cuanto a Draco, bueno, la verdad es que le inspiraba mucha ternura, orgulloso y terrible, no le habían enseñado otra cosa, pero también con miedo, desde que nació le explicaron su rol en la familia , al cual se tendría que apegar hasta el último día de su vida, y mas le valía desempeñarlo bien, no podría, jamás experimentar la libertad de tomar sus propias de decisiones, él , ante todo era un Malfoy.

Aun recordaba al joven príncipe en sus años de escuela humillando a todos a su alrededor con el mismo garbo de Lucius...y de los Black¡Demonios! Incluso Sirius Black poseía esa arrogancia que en Narcissa y Bellatrix resultaba tan atractiva. Las recordaba con nostalgia, le gustaba verlas con andar sensual y elegante paseando por los pasillos, sentadas en la sala común, y por supuesto recordaba el momento en que Lucius eligió a Narcisa, estaban en sexto año, era prudente comenzar a elegir a la mujer digna de ser depositaria de los genes Malfoy, y la familia Black era prácticamente la realeza. Severus Snape, arisco y asocial, hizo las veces de cúpido entre ellos, lo cual le permitió conocer el protocolo de conquista Malfoy, y saber lo que tramaban ahora contra Sarah.

Sarah.. ella y Marianne representaban lo mejor de sí. Aun recordaba cuando le comentó a Lucius que le gustaba cierta chica , en sus años de Hogwarts.

"No , mi querido amigo, tú no estás hecho para casarte, quiero decir, dudo que haya nacido una bruja capaz de querer formar un hogar contigo, claro que el apellido Snape es de sangre limpia, pero tú... bueno, digamos que lo mejor es que no albergues esas ilusiones, ya viste lo que pasó con Electra. "

En algo tenía razón. Marianne nació dos años después, cuando él terminaba Hogwarts. Pero lo importante es que si nació y era una bruja poderosa y maravillosa, capaz no sólo de ver, sino de aflorar lo mejor de él. Realmente la amaba, toda vez que superaron los obstáculos iniciales habían logrado ser una familia feliz, cuando en las noches el despertaba con pesadillas , con la marca tenebrosa abrasándolo , siempre contaba con el regazo de Marianne, que literalmente albergaba un mundo , su paraíso privado. Y cuando ella mostraba su fragilidad, cuando se comportaba como un cachorrito perdido él se sentía importante, necesitado, encontraba el sentido de su vida mas allá de la fidelidad a sus principios y de la labor que desempeñó arriesgando su vida.

Estaba frente a ella, que dormía pacíficamente y en sus entrañas llevaba un pequeño ser que luchaba por integrarse a la familia. Besó su frente y se sentó en la cabecera de la cama, esperando no despertarla. Aunque necesitaba su consejo, no la iba a alarmar , ella tenía su propia batalla que librar, y en ello la podía perder, así que no lo haría, prefería enfrentar eso sólo y no el resto de su vida.

La mañana siguiente llegó con un nuevo ejemplar de "corazón de Bruja" y –como era de esperarse- las más recientes apariciones de Harry Potter en la prensa. Normalmente las chicas de Hogwarts amaban jugadores de Quidditch famosos, o los cantantes del momento, pero Sarah nunca fue como la mayoría, y a ella le gustaba Harry, le gustaba mas de lo que podía admitir.

"Yo no sé qué le ves" comentó Abigail mientras ponía mas canela a su cereal "Cierto, es muy valiente, es el niño que vivió, pero es 15 años mayor que tú, por un lado, y por otro... no es precisamente agraciado, fuera de sus ojos verdes no tiene nada"

"No discutiré contigo" dijo Sarah y tomó un sorbo de jugo "Si a ti no te gusta , mejor, mas Harry para mí, sólo ten cuidado de no ensuciar la foto, me gusta la túnica que trae, combina con sus ojos"

"Ni siquiera está sonriendo, no sé que le...olvídalo, tu padre tampoco sonríe" Dijo Abigail

"En realidad si sonríe" Comentó Danae y después dijo por lo bajo, para que Sarah no le hiciera nada "Lo ví una vez... no es una mejora, créanme, da miedo"

Las chicas alrededor reían. Sarah no las escuchó, estaba ansiosa por ver a su madre que saldría de la enfermería. De seguro la llevarían a su casa. Era fin de semana de salida a Hogsmeade.

Efectivamente, Madame Pomfrey estuvo de acuerdo en que el ambiente de la residencia Snape –soleado y con aire puro- era mucho mas recomendable que la fría mazmorra.

Sarah y su padre llevaron a Marianne casi entre algodones y la depositaron con cuidado en su cama. La joven señorita Snape salió después de comer a la oficina de Correo, ardía en deseos de enviar una carta a sus tíos.

"Vaya, la señorita Snape en el correo, parece que estamos predestinados¿no crees?"

Sarah forzó una sonrisa "Yo diría que me estás siguiendo, Draco"

"Culpable" dijo Malfoy con su sonrisa mas encantadora "¿podemos hablar?"

La hija del maestro de pociones se mordió el labio "mis padres"

"Precisamente por eso quiero hablarte" interrumpió Draco "Me quedé preocupado por la salud de tu madre y ... bueno , quiero hablar de lo que ocurrió en el sauce"

Ni los Lea ni los Snape son gente que rehuye a las consecuencias de sus actos, y Malfoy lo sabía bien

"está bien, caminemos"

Fueron a Honeydukes donde Draco le obsequió unos chocolates de los mas finos

"¿cómo esta tu madre?"

"Mejor, gracias, aunque delicada"

"muy bien.. me alegro que esté fuera de peligro"

"si, no fue necesario internarla" Sarah se sentía cada vez mas tensa

"Sarah, yo... lamento lo que ocurrió esa noche, no debí perder el control"

"Lo mismo digo yo, estaba totalmente fuera de mí"

"Espero no haberte causado problemas con tu padre"

"no , para nada, no te preocupes"

"Seré honesto contigo , Sarah , me gustas mucho, y mis intenciones contigo son serias, sin prisa, sólo te pido una oportunidad"

La joven Snape levantó una ceja en el mejor estilo de su padre "¿Qué pasó con eso de que los mejores matrimonios son los arreglados? Eso no me deja en un muy buen lugar, o soy una muñequita o algo para pasar el rato, en todo caso un juguete y a matka no siempre le va muy bien que digamos"

"¿a quien?"

"nada, olvídalo, y no te salgas por la tangente"

"Bueno, tu me gustas y eres inteligente, no veo porque no pueden funcionar ambas cosas, una linda relación y un arreglo pre establecido"

Sarah se detuvo a comprar una revista sólo porque traía a Harry en la portada

"no lo sé.." dijo indiferente mientras pagaba

"Ay por Merlín, Sarah, no me digas que tu también eres fan de San Potter"

"Draco, me caes muy bien, pero por favor no hables así "

"No me digas por favor que tu padre te habla maravillas de Potter, si lo odia"

"Mi padre no me platica nada de Potter, no veo a que viene el comentario"

"SARAH" La voz de Snape los sorprendió a ambos

El corazón de Sarah dio un vuelco, además sentir la corriente de ira contenida proveniente de su padre, podía ver como éste tenía tensa la quijada y su mano cerrada alrededor de su varita, dentro de su túnica.

Severus Snape se acercó e irónicamente se dirigió a Draco como antaño se dirigía a Potter

"Veo que ha olvidado nuestra charla, señor Malfoy"

"Veo que quien la olvidó fue usted, profesor" Los ojos del ex Slytherin irradiaban crueldad y determinación.

"Bien, pues deberás atenerte a las consecuencias, me pregunto que dirá tu padre cuando sepa el secreto amor que tiene su único heredero desde que estaba en la escuela... seguro que se decepcionará mucho... incluso podría modificar su testamento"

"Como sea que reaccione mi padre, seguro lo hará mejor que la princesa del cuento de hadas , la pobre se dará cuenta que es hija de la bella y la bestia"

"¿CÓMO TE ATREVES¿CÓMO OSAS HABLAR ASI?"

La alteración de Snape era inversamente proporcional a la serenidad de Malfoy junior.

"yo no puse las reglas del juego, y nadie mejor que usted para saber que con los Malfoy no se juega"

"¿De que hablan? No entiendo" Sarah se interpuso

"De nada , hija, despreocúpate" Snape trató de recuperar la compostura

"Papi estás totalmente fuera de ti, eso no es... lógico"

"Tu padre no quiere que me acerque a ti, Sarah" Dijo Draco con los ojos inyectados de malicia, estaba tan seguro de su jugada que se permitió ser cortés con el adversario "creo que está celoso de ver que eres una mujer y que otro hombre se interesa en ti "

"El problema es " dijo Snape con los dientes apretados de furia "que no es otro hombre que se interesa en mi hija.." turno del protector padre de corresponder la cortesía "Sino un niño mimado que quiere quedar bien con su padre llevándole un trofeo de caza. Y Sarah no es ningún trofeo de exhibición "

"Draco, por favor vete, papi por favor tranquilizare, recuerda que no debemos preocupar a mami "

"Está bien, me voy, pero recuerde profesor, que no pienso rendirme tan fácilmente, no es digno de un Malfoy"

"Y tu recuerda... niño, que como tu bien dijiste , conozco a los Malfoy... y estaré preparado"

"Severus... vámonos" fue el ruego de Sarah

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Ora si me piqué escribiendo, espero les guste, no me maten, ya pronto , espero tener el otro capítulo

"cybergalletitas"