Capítulo 2
Era momento de aceptarlo: Se sentía irremediablemente atraído hacia Hermione. No había podido dormir en un buen rato y se había descubierto a si mismo pensando en Hermione de pronto.
"No es posible… ¿de entre todas tenía que ser ella?", pensaba con desesperación. Para empezar era de Gryffindor. Era la mejor amiga de su peor enemigo, era la sabelotodo en todas las clases, la insoportable, y…no, no era ya la sangre sucia.
"¿Cómo pudo pasarme esto?" ", pensó dando vueltas en la cama. Analizando la situación detenidamente, recordó un poco la última batalla contra Voldemort. Habían muerto algunas personas, varios de ellos estudiantes de Hogwarts. Recordaba haberse sorprendido a si mismo cuando se negó a participar del lado de Voldemort. Su propio padre había amenazado con desheredarlo. Sin embargo, a pesar de todas la amenazas, no había tomado parte en el plan de los mortífagos, y había sufrido un notable cambio. Ahora que lo veía desde otro punto de vista, se daba cuenta de lo tonto que había sido odiar a Harry y a sus amigos. La verdad era que no tenía sentido. Tristemente se dio cuenta de que en realidad había estado reflejando los sentimientos de su padre hacia James Potter, y que no había estado viviendo como él quería. Sin embargo, se alegró de haberse dado cuenta justo a tiempo y haber tenido la oportunidad de cambiar.
Los ojos se le cerraban. Además… ahora había otra razón para mirar a Gryffindor con otros ojos. Lentamente y sin darse cuenta, se quedó dormido.
Se despertó un poco tarde la mañana siguiente. Al principio no pudo reconocer el lugar donde se hallaba, todo tan distinto a las frías mazmorras que compartía con sus compañeros. Sonrió al sentir la calidez que le brindaba la habitación. Entonces recordó a Hermione. Miró su reloj. "¡Rayos!", ya era tarde. Se levantó a toda prisa y se vistió rápidamente.
Tenía que bajar a desayunar… ¿o no? Los prefectos solían juntarse para desayunar… si, pero, ¿dónde?
Salió de su habitación precipitadamente. Para su sorpresa, Hermione salía de su habitación en esos momentos también.
- Eh…- titubeó Draco sin saber bien que decir. No quería sonar muy formal al saludarla, ni demasiado cordial tampoco. Un tono jovial estaría bien.
Sin embargo, su demora hizo que Hermione se alejara de él rápidamente sin siquiera voltear a verlo.
"Que engreída… ni siquiera me saludó…", pensó confundido mientras seguía sus pasos. Era incómodo caminar atrás de ella. Parecía que la estaba siguiendo… bueno, en realidad si la estaba siguiendo, porque sin duda ella sabría donde se juntaban los prefectos.
"Podríamos comenzar una charla… si tan solo la alcanzara y caminara junto a ella…" deliberaba en silencio mientras caminaba unos pasos más atrás de Hermione.
"Si vamos a vivir como vecinos, lo mejor será empezar una buena relación…" se decía a si mismo para convencerse.
"Si, la alcanzaré y la saludaré...", se dijo finalmente. Sin embargo, se había distraído mientras maquinaba sus planes y de pronto se dio cuenta de que Hermione ya no estaba delante de él.
- ¿Qué? ¿Dónde rayos se metió?- giró la cabeza buscándola, y se dio cuenta de que Hermione entraba en un salón que había quedado atrás. Ya habían llegado a la sala de prefectos, y todos sus planes de entablar conversación con ella se vieron frustrados.
El desayuno fue rápido. Sin duda los prefectos tenían prisa, pues las clases comenzaban y había trabajo que hacer. Él mismo tenía que asistir a las clases, lo cual no le entusiasmaba mucho. Sin embargo, se alegró al consultar su horario, ya que compartía varias clases con Gryffindor.
"Es extraño que me alegre de estar con los Gryffindor…", pensó asustado, desechando todo el entusiasmo al recordar los tiempos de antes y cómo odiaba a Gryffindor.
"¿Qué pasaría si se enteran que me gusta Hermione?", sin darse cuenta, se había quedado absorto contemplando a Granger.
- ¿Acaso hay algo en mi cara?- la voz de Hermione lo volvió a la realidad. Sintió calor en la cara cuando se sonrojó al darse cuenta de lo que estaba pasando. Sin duda tenía la misma cara de estúpido que ponía siempre cuando se quedaba absorto pensando en sus maldades.
- ¿Qué? Ah…no, no es nada- dijo recobrando la compostura. Hermione lo miró como si fuera una basura, se levantó de la mesa y salió.
- ¿Qué fue esa actitud?- preguntó en voz alta confundida, sin poder evitar sentirse despreciado ante la mirada de Hermione.
- Al parecer te odia…- contestó alguien en un tono que pretendía ser frío.
- Gracias por tu sinceridad…- contestó Draco al reconocer a Harry Potter. Ambos mantuvieron la mirada unos momentos, antes de estallar en carcajadas. Sorprendentemente, los antiguos rivales naturales habían hecho amistad a raíz de la batalla contra Voldemort, sorprendiendo a los miembros de Slytherin y de Gryffindor. Realmente era extraño ver que no se increpaban uno al otro como en los viejos tiempos. Sin embargo…
- Creo que Hermione no te ha aceptado aún…- dijo en un tono más serio Harry.
Draco no respondió, al quedar absorto en sus pensamientos. Si lo que Harry decía era verdad, probablemente no tendría ninguna oportunidad con Hermione.
Las clases finalmente terminaron por ese día. Lo que Draco había pensado que sería un buen día compartiendo las clases con Hermione, terminaron como pesadilla al ser ignorado y rechazado continuamente con comentarios despectivos y ofensivos por parte de ella.
Dando por perdido el día, Draco se encaminó cabizbajo a su habitación. Iba pensando en su desgraciada vida cuando escuchó unos pasos atrás de él. Esperanzado y pensando que probablemente después de todo tendría una oportunidad aquel día, giró la cabeza.
- ¡Hola Draco!- dijo una voz conocida. Pansy lo alcanzó en pocos pasos. Draco debió tener una cara de increíble desilusión, porque…
- ¿Que sucede Draco? ¿Algo anda mal?- preguntó inquisitiva mirándolo y tratando de leer su pensamiento.
- No es nada… solo quiero dormir…- dijo Draco cortante. Lo único que le faltaba era que invadieran su privacidad…
- Vamos Draco, ¡anímate! ¿Qué te pasa?- dijo Pansy empujándolo juguetonamente. Sin embargo, la suerte de Draco era pésima ese día, y para su desgracia, tropezó torpemente y cayó llevándose a Pansy de encuentro, y quedando en una posición un poco comprometida que se prestaba para malentendidos.
Unos pasos se escucharon atrás de ellos. Definitivamente, la suerte de Draco era la peor. Tembloroso y esperando lo peor, Draco alzó la vista. Unos ojos castaños le devolvieron la mirada acompañada de desprecio y asombro. Sin decir una sola palabra, Hermione los rodeó sin dirigirles una mirada más.
- ¡Hermione! ¡No es lo que tu crees!- dijo presa de la desesperación y del pánico. Exactamente después de decirlo se dio cuenta de que era una tontería lo que había dicho. No tenía porque disculparse con ella…
Sin embargo, Hermione no respondió y entró a su habitación rápidamente.
- "¿No es lo que tu crees?", ¿desde cuando te preocupa lo que Granger piense de ti? ¿Acaso…?- dijo burlonamente Pansy, - Qué poco caballero…- añadió levantándose con esfuerzo. Draco se apresuró a ayudarle, no sin dejar de pensar que había sido culpa de Pansy lo que había pasado.
- Por cierto, ¿a que vienes?- dijo sin pensarlo. Pansy lo miró con sorpresa y reproche. Sin duda había sido un poco brusco.
- Quiero decir… - dijo intentando arreglar el tono que había empleado.
- Está bien, por lo visto hoy no fue tu día…- dijo Pansy comprensiva.
- Si… definitivamente no fue mi día…- contestó Draco, pensando amargamente que seguramente Hermione lo consideraba un pervertido degenerado.
- ¿Tiene algo que ver Hermione con esto?- la pregunta repentina puso a Draco en graves aprietos.
"Si dices que si, mañana todo el mundo sabrá que me gusta Granger… si digo que no, le estaré mintiendo a mi mejor amiga… pero si le digo que si, probablemente me pueda ayudar… y si digo que no, nadie se enterará si me rechaza algún día…" pensaba Draco a todo lo que daba su cerebro.
- Por lo visto si…- dijo Pansy, interpretando la demora de Draco y su expresión estúpida.
- ¿Qué?- dijo Draco saliendo de sus pensamientos sin estar seguro de haber escuchado bien.
- Ahora ella pensará que eres un pervertido degenerado…-
- Gracias por la ayuda…- dijo con un gesto sarcástico.
- Será mejor que entres a tu habitación a descansar…-
- Entonces no venías por nada importante…-
- En realidad no, solo me vine a divertir un rato, y lo logré…- Es broma…- añadió rápidamente al ver la expresión desquiciada en el rostro de Draco.
- Será mejor que entre ya…- dijo Draco, abriendo su habitación y despidiéndose de Pansy.
Se escuchó un ligero clic cuando la puerta se cerró.
Pansy se alejó lentamente. Se detuvo dudando en la puerta de Hermione. Titubeó unos instantes, y finalmente se decidió a llamar.
Hermione abrió la puerta al poco tiempo. Se sorprendió un poco al recibir a Pansy. Ya no se insultaban como antes, pero tampoco eran las mejores amigas.
- ¿Qué sucede Pansy?- preguntó con duda.
- Eh… es… bueno… en realidad…- contestó Pansy sin saber muy bien que decir.
- Es sobre Draco…- completó finalmente. Hermone tardó un poco en captar las palabras que había escuchado.
- ¿Sobre Draco? ¿Qué le ocurre?- preguntó sin notarse muy preocupada.
- Es solo que… lo de hace unos momentos no fue su culpa… yo lo empujé…-
Hermione la miraba inquisitivamente.
- ¿Por qué me dices esto?-
- ¿Eh? Es solo que… creo que le agradas a Malfoy… no lo trates tan mal…- dijo preguntándose si sería lo correcto.
- ¿Solo viniste a decir esto?- preguntó extrañada Hermione sin comprender.
- Si… disculpa, debo irme…- Pansy salió de la habitación rápidamente, no muy segura ya de haber hecho lo correcto. En su habitación, dándole vueltas al asunto, Hermione se acostó dándole una última mirada a una foto que tenía sobre la mesa.
Draco tenía la oreja pegada a la puerta, atento a cualquier ruido que escuchara afuera. Había dormido mal, pensando en Hermione y en su desastrosa relación.
Escuchó un leve crujido y un rechinido cuando la puerta de Hermione se abrió.
"Aquí viene…", pensó abriendo la puerta al mismo tiempo, simulando una coincidencia.
- ¡Hola Hermione! Qué casualidad… ¿cómo estas?- preguntó en un tono alegre.
Hermione lo miro un poco sorprendida, pero lo ignoró vistosamente con rapidez.
- Eh… ¿vamos a desayunar?- preguntó una vez más, tratando de comenzar bien el día.
- ¿Vamos? ¿Acaso no puedes ir solo?- dijo Hermione, y sin esperar respuesta, se alejó rápidamente.
- Eh… supongo que si…- murmuró para si mismo Draco con desaliento. Todo estaba comenzando mal una vez más.
- ¿Pasó algo malo?- le preguntó Harry durante el desayuno, susurrando para que Hermione no escuchara. Draco soltó un gruñido por toda respuesta.
- Las cosas van difíciles, ¿no es así?-
Otro gruñido de Draco.
- Hermione, ¿irás esta tarde a los entrenamientos?- preguntó de pronto Harry.
- ¿Qué cosa? Eh… si, iré…- contestó Hermione titubeando un poco.
- ¿Quidditch?- preguntó Draco entrando en la conversación, un poco sorprendido de a que Hermione le gustara el quidditch. Una leve esperanza se iluminó dentro de él. Probablemente a Hermione le gustaba el quidditch y tenían eso en común.
- No, club de duelo…- respondió Harry con una sonrisa.
- ¡Ah!- se desinfló Draco al ver su esperanza perdida.
- Hermione es sin duda la que más ha avanzado últimamente…- dijo Harry.
- No es verdad, todos han avanzado mucho…- contestó Hermione, enrojeciendo ante el comentario de Harry.
- Debe ser verdad, ¿qué más se puede esperar de la sabelotodo?- dijo Draco sonriente mirando a Hermione.
Sin embargo, Hermione lo miró furiosa, se levantó de la mesa y salió rápidamente.
Draco se quedó sin saber que decir.
- Lo dije en broma… no tiene porque tomárselo de esa forma…- dijo desconsolado mirando a Harry.
- Ya veo que tu situación es deprimente…- por toda respuesta, Draco soltó un gruñido.
Muchos estudiantes se aglomeraban en torno a un anuncio reciente. Draco se acercó sin ganas.
- ¿Qué ocurre?- le preguntó a alguien.
- Son las pruebas… para el club de duelo…- dijo desconsolado el interpelado.
La mayoría de los que habían visto el letrero compartían el mismo sentimiento. Entrar en el club de duelo era algo que todos querían, pero sabían que no tenían la actitud ni el conocimiento requeridos. Pocos lograrían entrar.
- Vaya… es hoy por la tarde…- murmuró Draco recordando lo que Harry había mencionado por la mañana.
A pesar de que Voldemort se había ido, Dumbledore consideraba necesario que la seguridad en el castillo debía de ser fundamental. Por eso era que cada nuevo curso se hacían las selecciones de los nuevos integrantes, y era obligatorio para todos participar.
A la hora citada, Draco se presentó en el aula. Los estudiantes se amontonaban para ver los resultados de los que iban saliendo.
Al asomarse por la puerta, vio que los que ya eran integrantes del club eran quienes calificaban a los que aspiraban a entrar. Finalmente llegó su turno. Estaba nervioso, pues había muchas personas presenciando el evento, y definitivamente no quería hacer el ridículo frente a Hermione.
- ¿En que área eres mejor?- le preguntó alguien.
- ¿Área?-
- Si, ataque o defensa…-
- Eh… Defensa definitivamente…- contestó al recordar que las defensas se le daban bastante bien.
- Muy bien, por aquí por favor…- le guió a través de los jueces hasta situarlo frente a ellos.
- Bien, ahora solo debes defenderte lo mejor que puedas…-
- ¿Defenderme? ¿De quien?- su pregunta fue respondida de inmediato, pues en ese momento Ginny Weasley se situó frente a él dispuesta a atacarlo.
- ¿Qué?- dijo confundido. ¿Ginny? No sabía que pertenecía al club, pero sin duda sabía sobre la fama de ésta con los ataques.
Sin darle más tiempo, Ginny murmuró unas palabras y atacó a Draco, quien instintivamente se protegió con la varita. Sin embargo, Ginny atacaba y atacaba, apenas dándole tiempo de respirar. Definitivamente había subestimado a Ginny. Draco se batía una y otra vez, esquivando y bloqueando los ataques. Finalmente, ambos cansados, cesaron el duelo. Draco giró la cabeza sonriente, buscando a Hermione entre los jueces. Sin duda habría causado una buena impresión…
En la mesa de los jueces, todos estaban impactados. Nadie recordaba que alguien hubiera podido evitar todos los ataques de la joven Weasley. Bueno, nadie desde… Hermione bajó la cabeza nostálgica, intentando alejar todos los recuerdos.
- Nadie lo había logrado desde que Ronald Weasley…- murmuraba la gente.
- ¡Fue increíble! Casi creí que Ron era quien se batía contra su hermana…- susurraban.
Draco no comprendía. Confuso, buscó con la mirada a Harry. Pero también él lo miraba sorprendido.
- ¿Qué ocurre?-
- Lo haz hecho muy bien, Draco…- recibió por toda respuesta de parte de los jueces.
- ¿Realmente lo hice bien?- Draco y Pansy caminaban hacia el gran comedor.
- ¡Por supuesto! ¡Hasta Harry se sorprendió!- contestó ella risueña.
- ¿De verdad?-
- ¡Si! ¡Y lo más importante, anotaste unos cuantos puntos buenos a tu favor!-
- ¿A que te refieres?-
- A Hermione por supuesto…-
- ¿Qué cosa?- pero Pansy ya se alejaba de él rumbo a la mesa de Slytherin.
Draco no pudo evitar sonreír un poco. Si eso era verdad…
Con nuevas ilusiones, se encaminó a su habitación. Al dar vuelta en una esquina, divisó un poco lejos a Hermione… y a alguien más.
Se acercó sin hacer ruido, no deseando ser descubierto.
- ¿Nosotros dos? ¿Solos?- escuchó que Hermione decía.
- Si… mañana por la tarde… por favor…- el tipo era bien parecido, lo cual causó rabia en Draco, que se ocultaba detrás de una maceta. "Dile que no… dile que no…" rogó en silencio.
- Está bien…iré contigo- contestó Hermione, haciendo que a Draco se le helara la sangre.
"¡No es posible!" pensaba Draco caminando en círculos por su habitación. "¿Cómo pudo?",
Poco a poco se fue calmando. Después de todo, no le había dicho nada a Hermione, y no podía culparla.
Cuando se despertó, le pareció que apenas se había acostado hacía unos minutos. Al ver su reloj, se dio cuenta de que era tarde, por lo que se vistió rápidamente y salió corriendo.
- ¿No cierras la puerta?- escuchó que alguien le decía.
- ¿Cómo?- dijo girando y encontrándose con Hermione, que salía también a toda prisa.
- Olvídalo…- Hermione se perdió de vista rápidamente.
"¿Por qué me pasan estas cosas justo en frente de ella?" se reprendió mientras regresaba a su habitación y cerraba la puerta.
- ¡Fue sorprendente ayer!- lo animó Harry durante el desayuno. Draco se había deprimido al recordar la cita de Hermione.
- ¿Tú crees?- dijo monótonamente.
- ¡Si! ¿No es así Hermione?-
Draco salió de su mutismo y levantó la vista esperanzado, esperando recibir un buen comentario por parte de ella.
- ¿Eh?...- la pregunta había tomado a Hermione desprevenida. Por unos momentos sus miradas se cruzaron.
- Estuvo… normal…- dijo levantándose de la mesa rápidamente y dejándolos.
- ¿Normal? ¿Eso fue todo?- dijo Draco contrariado.
- Eh…- Harry no sabía que decir.
- ¿Solo "normal"? ¿Por qué no puede admitir que hice algo bien?- una repentina furia lo había invadido, pero inmediatamente dio paso a la frustración.
- Vamos Draco, no te desanimes…- lo consoló Harry terminando su desayuno. Por toda respuesta, Draco soltó un gruñido.
"Unos cuantos puntos buenos a tu favor… si claro… jamás admitirá que hice algo bien…" pensaba frustrado. Las clases habían terminado y Draco caminaba solitario por los pasillos. Su día no había sido mejor al anterior. Hermione no le había dirigido la palabra en todo el día, a pesar de que "casualmente" se la encontraba con frecuencia.
"Y sobre lo del club de duelo… no creo que sea buena idea entrar… después de todo, solo me defendí de forma "normal"…" pensaba sarcásticamente. Se detuvo al escuchar unas voces risueñas. Se acerco sigilosamente y se asomo por la esquina.
Sintió como un golpe en el estómago. Hermione y el tipo estaban sentados en la escalera, y ella reía alegremente.
"Debe ser un muy buen amigo… demasiado buen amigo… alguien que definitivamente le cae mejor que yo…" pensó con tristeza.
Presa de los celos y de la frustración, se soltó repentinamente del borde de la esquina, y cuando se dio cuenta de su error era demasiado tarde. Draco Malfoy cayó pesadamente, a la vista de Hermione y de su acompañante.
- ¿Draco?- dijo Hermione notablemente sorprendida. Su acompañante se levantó de golpe.
- Ven, levántate…- escuchó que le decía, y al levantar la vista se encontró con la mano del tipo que lo invitaba a levantarse.
- Gra…gracias…- dijo dudando un poco. No podía haber una situación más vergonzosa.
- Así que Draco Malfoy…- dijo el tipo cuando Draco se hubo levantado.
- Este… si, creo que ese soy yo…- dijo un poco atontado aún.
- Estuviste muy bien ayer…-
- ¿De verdad?- exclamó Draco asombrado.
Hermione se había acercado un poco.
- ¡Si! ¿No es así Hermione?-
Una vez más, la pregunta la había tomado desprevenida.
- ¿Qué?... quiero decir…, si, un poco…- dijo casi en un murmullo, desviando la vista.
- ¿Un poco?- dijo Draco contrariado. Sin embargo, no pudo evitar pensar "Bueno, un poco está mejor que normal…"
- Bueno Draco, el caso es que precisamente en estos momentos te ibamos a buscar…- dijo el tipo.
Por unos momentos, Draco no comprendió muy bien lo que le estaban diciendo.
- ¿Buscarme? ¿Para qué?-
- Esa es la cuestión. Ayer presencié tus increíbles resultados, y precisamente por eso…- hizo una leve pausa. El cerebro de Draco funcionaba a todo lo que daba intentando seguir la explicación.
- …precisamente por eso, le pedí a Hermione que viniera conmigo a pedirte que entres al club.- terminó con gesto firme.
Draco estaba boquiabierto. Hermione se sonrojó un poco, pero lo disimuló desviando la mirada hacia otra parte, como si eso no fuera importante.
- ¡Ah! Disculpa… no me he presentado formalmente… quiero decir, nos conocimos hace tiempo, cuando entramos a Hogwarts… y últimamente he oído hablar mucho de ti… pero… bueno, en fin… mi nombre es Neville, Neville Longbottom…-
El corazón de Draco dejó de bombear sangre por unos momentos. ¿Había escuchado bien?
- ¿Ne… Neiville?- dijo tartamudeando notablemente, sin poder levantar la mano para estrechar la que éste último le tendía amistosamente, no por ser descortés, sino porque el asombro no le permitía.
- ¿Sucede algo malo?- preguntó Neville solícito.
- No… no es nada…- dijo finalmente logrando estrechar la mano. "¿Neville? Longbottom… cuanto ha cambiado…" pensó sorprendido.
- Bueno… entonces… ¿entras al club?-
Hermione no había dicho una sola palabra aún. Draco la miro de reojo.
- No- dijo tan rápido que ni siquiera el mismo lo comprendió al instante.
- ¿Qué cosa?- preguntó Neville extrañado.
- No entraré…-
- Pero… ¡realmente eres bueno!- Neville parecía frustrado.
- Eh… no… solo un poco…- dijo Draco mirando con el rabillo del ojo a Hermione, que se sonrojó una vez más.
- Por lo visto hoy no te convenceré… pero te dejaré que lo pienses…- dijo finalmente Neville, dándose por vencido ese día.
- Bueno Hermione… gracias por acompañarme…, quiero decir, sabiendo que eres vecina de Draco, debes de conocerlo bastante bien, y creo que tu terminarás por convencerlo…- dijo Neville, alejándose mientras se despedía con la mano.
- A propósito… siempre pensé que Draco sería del tipo que te gusta…- sonrió antes de dar vuelta en la esquina.
Un silencio incómodo cayó entre los dos. Hermione seguía muy colorada por el último comentario de Neville, y Draco no sabía que decir.
- Así que soy del tipo que te gusta…- dijo Draco intentando aliviar la tensión.
- ¿Qué?- Hermione se sonrojó aún más. – ¡Estas loco! ¡Ni en tus mejores sueños, Malfoy….!- gritó antes de alejarse de ahí rápidamente.
- Vaya comentarios inteligentes que haces, Draco…- murmuró para si mismo al reconsiderar lo que había dicho. Frustrado, regresó a su habitación, no sin poder sentir un alivio al saber que Neville definitivamente no pretendía a Hermione.
Su día había terminado de nuevo, no con los avances que hubiera deseado.
Pansy caminaba junto a Draco. Él le había contado lo que había ocurrido, y ella asentía de vez en cuando en señal de comprensión.
- Entonces, ¿entrarás al club?- preguntó mirándolo fijamente.
- No… no soy tan bueno para eso…-
- ¡Sería una excelente oportunidad para que estuvieras más cerca de ella!-
- ¿Tú crees… quiero decir… más cerca de quien?-
- Hasta un troll se daría cuenta de eso…
- Gracias por la comparación…-
- Por nada, te queda perfecta…-
