Capítulo 8
"¡Draco no me gusta! ¡No hay forma en que alguien como Draco me pueda gustar!", estas palabras resonaban en la cabeza de Draco, que intentaba conciliar el sueño en vano. La voz de Hermione lo atormentaba con esas palabras. Pensó en todo lo que había pasado últimamente. Comprendió que había sido un tonto al creer que tenía una oportunidad con Hermione. Sin duda ella seguía odiándolo a pesar de todo.
Se levantó y caminó un poco por la habitación. La ventana le ofreció un panorama bello y melancólico. La luna brillaba intensamente y una suave brisa movía las copas de los árboles. Sin querer recordó cuando había ido con ella a Hogsmeade, y la confesión que le había hecho. En esos momentos se arrepintió de haberlo dicho y deseó poder regresar y no decirlo. Sin duda las cosas serían diferentes.
Se dirigió al baño y se lavó la cara. Al mirarse en el espejo rió sarcásticamente de su demacrada cara. Hermione tenía razón… ¿Cómo podría gustarle alguien como él? Intentando no pensar más, volvió a la cama y después de un rato angustioso, finalmente se sumió en un sueño inquieto.
Cuando se despertó, pensó que apenas había dormido cinco minutos. Se estiró perezosamente y volvió a acostarse. Sin embargo, casi al instante se levantó agitado. Hoy era el torneo… debía darse prisa. Cuando salió de la habitación, se dio cuenta sorprendido de que no había pensado en Hermione hasta esos momentos. Al pasar junto a su puerta, escuchó ruidos adentro. Sin duda Hermione se estaba preparando.
"Deberías esperarla…" dijo una voz dentro de él. ¿Esperarla? ¿Para qué? "Un buen amigo esperaría…" Podría ser… pero también podría interpretarse como alguien muy obstinado que resulta molesto. "Dijiste que querías ser su amigo…" insistió la voz haciendo que Draco golpeara enérgicamente su palma con el puño. La situación era difícil. Mientras Draco analizaba la situación desde todos los puntos de vista posibles haciendo ademanes con las manos, la puerta de Hermione se abrió, y ella salió encontrando a Draco parado en medio del pasillo hablando y debatiendo consigo mismo haciendo ademanes ridículamente.
Una sonrisa fugaz alumbró por unos instantes el rostro de Hermione.
- Hola Hermione…- saludó Draco recuperando su postura normal. El verla le hizo recordar sus sentimientos. No podía evitarlo, se sentía irresistiblemente atraído hacia ella. "Y pensé que sería fácil olvidarla…"
- Hola Draco…- dijo Hermione. – Yo… lo que dije ayer…- comenzó a decir Hermione.
- No tienes que disculparte por eso. No tienes que decir nada. Después de todo seguimos siendo amigos, ¿no es así?- preguntó Draco con naturalidad. Se dio cuenta de lo fácil que le resultaba ahora hablar con Hermione. Y sin embargo… todavía le gustaba.
- Yo… si… amigos- dijo Hermione casi murmurando.
- Será mejor que nos demos prisa… debemos estar listos para el torneo…- dijo Draco comenzando a caminar, sin darse cuenta de que Hermione se quedaba parada unos instantes antes de seguirlo con una expresión de inmenso desconsuelo.
El campo de quidditch había sido modificado una vez más para dar lugar al espacio destinado a los duelistas. Cuando llegaron al campo, varios competidores ya se preparaban, y unos cuantos revisaban la lista para saber contra quien irían. Draco sintió una mano que tomaba su brazo.
- ¿Qué sucede Hermione?- preguntó.
- No…no es nada… es solo… no, nada- dijo Hermione mirando a su alrededor. Draco se dio cuenta de que mucha gente se acomodaba en las gradas disponiéndose a observar los duelos y sintió un repentino vértigo al darse cuenta de que todos ellos estarían presenciando su actuación.
- Ahí está Harry…- dijo Draco, dejando a Hermione y caminando hacia Harry, que lo saludó efusivamente. A pesar de que Hermione aún le gustaba, ya no sentía esa necesidad obsesiva de estar junto a ella todo el tiempo.
- Todos esperamos una gran actuación por tu parte… no nos defraudes…- dijo Harry bromeando.
- Lo intentaré…- dijo Draco dudando un poco. – Por cierto, ¿contra quien voy?- dijo desviando la mirada hacia los carteles con las listas.
- Oh… no te preocupes. No vas a ir contra Hermione… por el momento…- dijo Harry guiñándole un ojo.
Alguien con la voz amplificada por arte de magia saludó a los presentes y les dio la bienvenida al torneo. Draco volvió a su lugar, intentando controlar los nervios. Hermione estaba ligeramente pálida, y Draco supuso que los nervios también la estaban traicionando.
- Ron…- murmuró repentinamente Hermione, sacando a Draco de sus pensamientos.
- ¿Dijiste algo Hermione?- dijo Draco distraído descubriendo a Ginny en la multitud. Sus ojos se encontraron por unos momentos, haciendo que Ginny se escabullera rápidamente avergonzada. Hermione se sobresaltó al descubrir que había pensado en voz alta.
- ¿Ah? No… no es nada…- respondió Hermione, perdiéndose en su memoria, recordando cruelmente el día en que Ron se había ido. Un día como ese. Un torneo como ese. La historia se repetía, con una sola diferencia. En aquel trágico día, Ron no había estado presente junto a ella. Y Draco estaba presente y seguro junto a ella. Nada malo podía pasar ahora.
Sin embargo, el ambiente era idéntico al de aquel día, y el recuerdo de Ron se hizo demasiado fuerte. Sin darse cuenta, comenzó a divagar en voz alta.
- ¿Por qué te pareces tanto a Ron? Draco… ¿Por qué no eres Ron? No quiero que me gustes más… ¿Por qué no te fuiste en lugar de Ron? Si cambiaran de lugar… el seguiría conmigo… a ti jamás te hubiera conocido… no podría traicionarlo contigo…- Con un grito de sorpresa, Hermione volvió a la realidad y recuperó la coherencia, dándose cuenta de todo lo que había dicho.
Draco estaba petrificado. Había escuchado todo lo que Hermione había dicho. Unos cuantos lo miraban compasivos y un poco asustados, mientras que todo el mundo ajeno a las palabras de Hermione seguía moviéndose.
Volteó a mirar a Hermione, sintiendo que todo se movía exageradamente lento. Unas lágrimas brotaban de los ojos castaños. Escuchaba a Hermione hablar, pero su voz parecía muy distante.
- ¡Draco! No sé por qué lo dije. ¡No quise decirlo! Perdóname. Yo… yo te amo… solamente a ti…- dijo Hermione desesperadamente, viendo el alma herida de Draco a través del gélido gris de sus ojos. Una mirada fría como la de antaño pareció despertar en el fondo.
- ¿Me amas? Pero ¿quisieras que hubiera muerto en lugar Ron?- preguntó Draco levantándose y sintiendo un dolor como si algo se quebrara en su interior.
- ¡No Draco!… ¡no sé porque lo dije!- había cada vez más miradas sobre ellos, a medida que la gente se iba dando cuenta de lo que estaba pasando. Hermione lloraba desconsolada.
