TÍTULO: Need

GÉNERO: Comedia y posiblemente una Yaoi tierno

DISCLAIMER: Yu Yu Hakusho no es de mi pertenencia

AUTORA: Rakime


"NEED"

Capítulo 1

Vacaciones, un término conocido por todos, una palabra apreciada por muchos y un tiempo esperado por varios, incluso por él, aunque algunos no lo creyeran, él lo esperaba con mas ansia que cualquier otro, aunque no lo pareciera, era el único lapso que tenía para reposar, para hacer lo que quisiera, para descansar de aquellas chicas que lo hostigaban desde que llegaba hasta que se iba de la escuela, para poner los libros y las tareas a un lado, para alejarse de aquellos chicos que continuamente le pedían asesoramiento en alguna materia, para dejar de oír el ruidoso despertador cada mañana, para poder pasar más tiempo con su madre, para observar con más detenimiento la naturaleza a su alrededor, para gastar tiempo con sus amigos, para sentirse en cierta manera libre, si, nadie podría valorar las vacaciones tanto como él lo hacía. Volteo su mirada hacia el reloj que se encontraba al frente del salón sobre la pared, y sonrío, las vacaciones estaban ya a unos cuantos minutos.

El timbre sonó escandalosamente, anunciando el fin de las clases por ese día, fin que afortunadamente duraría por lo menos un mes. Todos los alumnos salieron corriendo de los salones y de la escuela, gritando y celebrando felizmente, algunos retaban a los maestros que ahora ya no podrían reprenderlos, pero que seguro lo harían al inicio del siguiente curso escolar, otros salían golpeando lo lockers y casi aullando para demostrar su alegría y algunos más aventaban rollos de papel higiénico por las ventanas. Rió para si mismo mientras algunas gotitas aparecían detrás de su cabeza, él también se sentía contento, pero no le veía la necesidad de hacer tal escándalo. Varias chicas se acercaron a donde él se encontraba, y comenzaron a cuestionarle acerca de que haría en vacaciones, si viajaría o se quedaría en casa, e incluso algunas coquetamente le invitaban a salir, pero, como de costumbre, se negaba educadamente. Cuando por fin logró escabullirse de su círculo de admiradoras, se dirigió a su locker, tomo algunas cosas de ahí, y caminó hacia la salida. En menos de 5 minutos la escuela la se encontraba desértica, todo un record.

Caminó calmadamente por la acera rumbo a su hogar, respirando profundamente y dejando que el aire de la tarde jugara libremente con sus rojizos cabellos. Si, definitivamente podía oler la libertad.

De un momento a otro una rara ráfaga oscura, saltando de árbol en árbol, fue percibida por sus ojos. No se inmuto en lo absoluto, solo dejo que en su rostro se dibujara una alegre sonrisa.

"Se que estas ahí, ¿así que por qué no vienes a hacerme compañía?" - dijo con su tono de voz normal, y casi enseguida, esa ráfaga azabache paso frente a él, dejándose ver, ahora que ya no estaba en movimiento, la figura de un youkai de ojos rubí.

"Hn" – saludó el youkai, mientras cogía el paso de su compañero

"Hola Hiei" – saludó alegremente Kurama

"¿Qué fue todo ese alboroto en tu estúpida escuela ningen?"

"Es que hoy terminaron las clases"

"¿Hacen ese escándalo después de que terminan diariamente?" – preguntó fastidiado, en verdad que los ningens podían parecerle mucho más tontos cada vez

"No Hiei, es que hoy empezaron las vacaciones"

"Hn"

"Bueno, ¿y a que se debe el milagro de que estés aquí?, hace tiempo que no te veía"

"Desde que vieron mi poder en ese estúpido torneo, ya no encuentro quien quiera pelear conmigo, y si alguien lo hace, es solo un debilucho que teme contradecirme. Es sumamente fastidioso, exasperante y aburrido vivir así en el Makai" –refunfuñó enfadado

"Ahh, ¿y entonces pensaste en venir a divertirte y pasar un buen tiempo con tu gran amigo Kurama?" – le cuestionó en un tono risueño y algo sarcástico

"Baka kitsune" – respondió molesto, el zorro solo soltó una ligera carcajada

"¿Pero si te quedarás al menos unos días en e Nigenkai?"

"Hn... hace tiempo que no como nieve dulce" – comentó indiferentemente, provocándole una sonrisa a Kurama

Anduvieron hasta que llegron a la entrada de la casa del youko. Este entró, y después de saludar a su madre, quien se encontraba preparando la cena, subió rápidamente a u habitación para abrir la ventana y dejar pasar a Hiei, pero este no pasó, se quedo encuclillado sobre la rama del árbol que le abría paso a la ventana, observando extrañadamente la casa que quedaba frente a la del zorro.

"¿Qué pasa Hiei?, ¿no vas a entrar?" – preguntó confundido Kurama

"Kitsune"

"¿Mande?"

"Tu me habías dicho que en el Nigenkai no permitían en lo absoluto que robaran"

"Si, yo te lo dije, pero no solo en el Nigenkai, en ninguno de los tres mundos lo permiten. ¿Pero qué con eso?"

"En esa vivienda están robando, y nadie dice nada" – confirmó mientras veía como entraban y salían ningens con cajas y cajas provenientes de un gran camión estacionado enfrente de la casa, y algunos otros ningen pasaban por ahí sin decir nada. Kurama se asomo más por la ventana, y después de comprobar que pasaba, rió silenciosamente mientras negaba con la cabeza – "¿De que te ríes?"

"Es que no están robando nada Hiei, es una mudanza"

"¿Mudanza?"

"Si, es cuando alguien se muda y deben traer todas sus cosas a su nuevo hogar"

"¿Mudar?"

"Cuando se cambien de lugar de vivir Hiei"

"Hn"

"Entonces, ¿vas a entrar o te quedaras toda la noche ahí afuera?" – Hiei lo miró fulminantemente ante esa, casi, orden, pero segundos después entró al cuarto – "Bueno, yo voy a ir a cenar, terminando te subiré algo para que comas, si vas a querer dormir en la cama, tendrás que cambiarte de ropa, ahí te deje la pijama sobre la cama "

"¿Por qué me tengo que cambiar, si esta vez no vengo ensangrentado ni nada?" – preguntó con disgusto

"Ya lo se, pero tu ropa debe estar sucia, y pues la cama esta limpia"

"Que pesado eres" – exclamó Hiei

"Claro que no lo soy, es solo que soy limpio"

"¿Me estas diciendo sucio?" – lo miro aun más molesto

"No, no... errr... creo que mejor me voy a cenar ya" – anunció Kurama mientras retrocedía lentamente

"¡Oye, te he dicho que odio esta vestimenta!"

"Ya estoy cenando, ya estoy cenando" – y salió de ahí rumbo al comedor

"Baka" – dijo el youkai de fuego mientras comenzaba a quitarse la capa

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(Kurama's Pov)

Regresé después de comer, llevando conmigo un vaso con leche y algunas galletas. Me abrí paso apaciguadamente hacia mi escritorio y deje las cosas que traje sobre este. Ví a Hiei sentado sobre el marco de la ventana, vistiendo la pijama que le compre ya hace algún tiempo para cuando viniera a pasar las noches aquí, aún recuerdo la rabieta que hizo la primera vez que tuvo que usarla, y es que el solo hecho de imaginarlo a él vistiendo una pijama adornada con varios estampados pequeños de animalitos te asombra y a la vez, al menos a mi, te causa ternura, pero mas me asombra que no me haya decapitado por haberlo hecho usar esa 'estúpida vestimenta ningen', como él suele decir, pero es que cuando fui a comprarla, fue la única más o menos decente que encontré a su talla.

No muy lejos de donde él estaba, se encontraba su ropa, tirada en el piso, dispersa, lo único que mantenía cerca de él era su katana. Me acerqué y recogí lo tirado en el suelo, lo doble y lo deposité en una silla no muy lejos de ahí, si que era muy desordenado, pero ya que mas da.

"Hiei, ahí te traje galletas y leche para que cenes" – le informé, pero él ni se inmutó, siguió mirando a través de la ventana como lo había estado haciendo desde que regresé – "Hiei" – volví a llamarle, pero siguió ignorándome. Me acerqué, y lo llame otra vez, tocándole el hombro con uno de mis dedos, y al parecer eso hizo que saliera de sus pensamientos

"¿Qué?" – Hiei me preguntó, sin apartar su vista de donde la enfocaba

"Vaya, hasta que me haces caso"

"Hn"

"Que tanto miras, ¿eh?" – le cuestioné mientras veía por la ventana buscando que era lo que le llamaba tanto la atención

"Nada"

"¿Y desde cuando la nada cautiva tu atención?"

"¿Qué era lo que querías?"

"Ah si, te traje leche y galletas para que comas"

"¿Y la nieve dulce?" – pregunto ansioso de saber su paradero

"Lo siento, no tengo"

"Pero yo quiero comer nieve dulce"

"Ya lo se, pero no tengo, se ha acabado, pero te prometo que mañana iré a comprar sin falta, ahora come lo que te traje"

"Yo no quiero estúpidas galletas y lecha"

"Leche Hiei, es leche"

"Lo que sea, no lo quiero, ya se me quito el hambre"

"Pero si tu siempre tienes hambre"

"Pero ahora ya no, no me gusta eso"

"Las galletas si que te gustan, y la leche, sabe buena"

"De las galletas no digo nada, pero esa lache, es agua envenenada, mírala, esta blanca, y el agua es transparente"

"Es porque la leche no es agua Hiei, es leche" – aclaró Kurama, mientras una gotita resbalaba por su frente

"Bah, no me importa, yo quiero nieve dulce o nada"

"Ya te dije que mañana te comprar

"Pues entonces como hasta mañana" – dijo decididamente el jaganshi

"Esta bien, como tu quieras"

Si que es terco ese youkai, pero con tanto tiempo de conocerlo, ya ni me quejo.

Avancé hasta mi guardarropa, y busqué dentro de este mi saco de dormir, se supone que debe usarse cuando se acampa en el exterior, generalmente en algún bosque o campo, pero desde que conozco a Hiei, pues si lo uso para acampar, solo que nunca salgo de mi cuarto. Oí pasos acercándose a mi habitación, y enseguida percibí como la perilla de mi puerta se giraba lentamente, corrí rápido hacia la ventana, y tire tanto el saco como a Hiei hacia el piso, junto a la cama, y los empujé hacia debajo de esta, Inari, espero que no me mate.

"Suichii, hijo, ya me voy a dormir" – me dijo mi madre mientras se asomaba por la puerta

"Si mamá, esta bien" – mencione nerviosamente, rezando para que Hiei no saliera de debajo de la cama y me agarrara a golpes en este momento

"Bueno, ya empezaron tus vacaciones, supongo que te vas a desvelar, solo que no te pases mucho, ¿esta bien?"

"Si, no te preocupes"

"Buenas noches hijo" – se despidió cordialmente

"Buenas noches mamá" – y ella salió cerrando la puerta, al parecer no se dio cuenta de la presencia de Hiei

Tragué saliva. Me agache y me asome debajo de la cama. Ahí seguía Hiei, junto al saco de dormir, mirándome fulminantemente, yo lo único que pude hacer es sonreírle nerviosamente mientras lo tomaba de la mano para jalarlo y sacarlo de ahí. Él se puso de pie, y cruzándose de brazos siguió mirándome, aun peor que antes. Yo seguí sonriendo

"Estoy cansando de que siempre que viene esa ningen me tires al piso, me avientes a ese estúpido cuarto con ropa, me eches sábanas o ropas tuyas encima, me pateas debajo de la cama, ¡o hasta que me tires por la ventana si esta está abierta!" – jejeje, recuerdo ese día, es que la ventana estaba abierta, y él junto a ella, y mi madre ya había entrado, no tuve otra opción.

"Entiéndeme Hiei, mi madre nunca te ha visto, como le explicaría el por qué estás aquí" – traté de excusarme

"Tú eres bueno mintiendo, dile una mentira y ya"

"No me gusta mentirle a ella"

"Ah, pero si te gusta botarme a mi"

"Si, digo no, no, no, no tampoco"

"Ya verás, un día me pararé frente a tu madre para meterte en problemas"

"No Hiei, no vayas a hacer eso, por favor"

"Pues si mañana no compras nieve dulce, lo haré" – y terminando de decir eso, se tumbó en la cama, y se perdió entre las sábanas.

Yo saqué el saco de donde lo había pateado, lo extendí sobre el piso, junto a la cama, y después de apagar todas las luces para que no disturbaran a Hiei, salí de mi cuarto. Mi madre tenía razón, eran vacaciones, podía desvelarme, nunca lo hacía porque tenía que levantarme para ir a la escuela, pero ahora si lo haría, aunque estuviera seguro de que no duraría despierto mucho tiempo, no había mucho que hacer por la noche.

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(Kurama's Pov)

Abro mis ojos lentamente mientras me incorporo con algo de pereza. Volteo mi cabeza hasta que mis ojos se topan con el reloj despertador. ¡Rayos!, apenas son las ocho de la mañana, no logró comprender porque no puedo despertarme más tarde, no tengo que ir al colegio, aun puedo seguir durmiendo, pero simplemente no logró hacerlo, ya llevo cuatro días así; y de desvelarme, bueno, ahí estoy peor, lo más tarde que logró dormirme es a las diez de la noche. Y no teniendo nada interesante que hacer al estar despierto, esto se vuelve algo aburrido, pero solo van cuatro días, seguro que las cosas se pondrán más emocionantes pronto, o al menos eso espero, verdaderamente no quiero terminar deseando que ya empiecen las clases de nuevo.

Me despojo de las sábanas y le doy paso a mis pies hasta el suelo para dejarlos encontrarse con mis pantuflas. Bostezo y estiro mi cuerpo mientras me pongo de pie.

Miro a la ventana y ahí esta él, sentado junto a esta. Durante estos cuatro días Hiei ha permanecido aquí, y eso ya es mucho tiempo considerando que es él. No pasa el día completo metido en mi casa, se va por unas horas y generalmente regresa cuando es hora de comer, pienso que ha de ir a ver a Yukina al templo de Genkai, para ver si se encuentra bien, o a resolver algunos asuntos, la verdad no lo se. Pero lo que me extraña un poco es que el tiempo que permanece aquí, se lo pasa sentado junto a la ventana, bueno, eso no es lo extraño, digo, al parecer es su lugar favorito seguido del árbol que se encuentra fuera de mi hogar, lo que se me hace raro es que pierde su vista a través de esta, mirando quien sabe que, cuando me asomo yo no encuentro nada interesante que crea que pueda llamar su atención, y si le pregunto, simplemente me dice que no es nada. Ha estado muy extraño estos días, se que es callado, demasiado, y algo gruñón, pero... no lo se; siempre, desde que lo conozco, he podido notar algo de tristeza en sus ojos, a pesar de que estos los utiliza para intimidar, pero este último tiempo, reflejan una tristeza más grande, me pregunto por qué, y me gustaría saberlo, pero para que Hiei diga algo de lo que siente, hn, creo que primero Koenma dejaría su eterno chupón.

Me acercó hacia él y le doy los buenos días, pero no recibo respuesta, como es de costumbre. Me recargo sobre la pared, y una vez más trato de buscar que es lo que lo tiene tan ido, pero sigo sin encontrar nada.

"¿Quieres algo de desayunar, Hiei?" – le pregunto cordialmente

"¿Por qué?..." – me pregunta sin moverse, ¿que habrá querido decir?

"¿Por qué que?" – lo miro confundido

"¿Por qué los ningen son tan pegajosos?"

"¿Pegajosos?, ¿a qué te refieres con eso?" – ahora estoy más confundido

"Pues pegajosos, mira a esos ningens de allá enfrente, se la pasan abrazando a ese ningen más pequeño casi todo el tiempo"

"Ah, con que eso era lo que te mantenía tan ocupado" – dije mientras miraba a la joven pareja; que se acababa de mudar, no hace mucho, a la casa de enfrente; la cual se encontraba jugando con el que, al parecer, era su hijo, o más bien despidiéndose, era evidente que el chico iba rumbo a su trabajo.

"Respóndeme"

"Pues es que abrazar es una manera de demostrar que quieres a alguien, y pues si ellos abrazan mucho a ese pequeño es porque lo han de amar mucho, porque son sus padres... recuerdo que mi madre también me abrazaba mucho cuando era más joven" – comenté mientras recordaba viejos y agradables tiempos

"Hn"

"¿Por qué esa pregunta?, y ¿por qué te la has pasado observándolos?"

"No te importa"

"Si me importa Hiei... ¿Qué te pasa?, te noto algo triste"

"Ya vas a empezar a fastidiar kitsune... mejor me voy" – y antes de que pudiera decir algo, salio velozmente por la ventana.

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(Hiei's Pov)

¿Abrazar es demostrar que quieres a alguien?...

... eso explica porque nunca nadie me ha abrazado...

¿Qué es lo que me esta pasando?, ¿por qué estoy sintiendo esto ahora?, ¿y por qué simplemente no puedo detenerlo?... ¿por qué estoy tan... tan vulnerable?... vulnerable, una palabra que nunca había aplicado para describirme... ¿por qué ahora si?.

Yo, yo toda mi vida, mi larga vida, me he encontrado solo, aprendí a vivir así, sin tener que depender de nadie, absolutamente nadie, sin tener la necesidad de que nadie me quiera, y sin tener que querer a alguien. Soledad, la soledad es buena, la soledad es mi única compañera, porque con ella estoy mejor, mucho mejor...

... Esas, esas son mis ideologías principales, y siempre me guío por ellas, siempre...

¿Entonces por qué ahora las estoy haciendo a un lado?... ¿por qué de pronto sentí un vacío enorme al darme cuenta de lo solo que he estado siempre?... ¿por qué le estoy dando tanta importancia a eso?...

... Creo que siempre he sentido este vacío... creo que siempre me ha importado eso... pero... he tratado de negarlo, para no ser débil... he tratado de negarlo, para no impedir mi fortalecimiento... he tratado de negarlo, para no lastimarme más...

Al ver... al ver a esos ningens, me acordé de mi cruel realidad... me acordé de mi madre, solo el nombre, porque a ella no la recuerdo en lo absoluto... me acordé de cómo fui tirado por un precipicio, como si hubiera sido una cosa... me acordé del sobrenombre que recibí del niño prohibido, el cual odio como nadie tiene idea...me acordé de cómo he sido rechazado y despreciado toda mi vida... y al ver a ese pequeño mocoso reír, me acordé de que yo nunca aprendía hacerlo, yo no se como reír sin malicia...en lugar de aprender a reír, aprendí a matar... en lugar de aprender a divertirme, aprendí a sufrir y hacer sufrir...

Que mal se siente que la persona que te dio vida, lo hizo de una forma errónea... que los que debieron ser tus familiares o hasta amigos, fueran los primeros en verte como un error y los primeros en pensar en deshacerte de ti...

... Duele... ninguna herida podrá doler tanto como esto...

Pero este dolor hacía mucho que lo había podido enterrar en una parte de mi ser que no me molestara... ¿por qué tenía que salir a flote de nuevo?... ¿por qué tenía que observar a esos estúpidos ningens?... ¿por qué tuve que ver en ellos una vida que muchas veces quise para mi?... ¿por qué no tuve esa mi vida?... talvez si lo hubiera sido, si hubiera tenido a mis padres, o al menos a mi madre, conmigo, yo no seria como soy...

Yo no me odio, me gusta lo fuerte que he podido llegar a ser, me gusta que me teman por eso... pero siempre me he preguntado si sería capaz de conocer la felicidad si mi carácter fuera diferente... si hubiera cambiado mi carácter antes de acostumbrarme y gustarme...

Envidio a ese mocoso... y también envidio a Kurama, siempre lo he hecho, el tuvo una segunda oportunidad para vivir, y esa segunda oportunidad fue mucho mejor que la primera... ¿por qué yo no puedo tener otra oportunidad?... ¿Por qué la vida se empeña en hacerme infeliz?...

... como deseo tener otra oportunidad... como deseo saber que se siente tener una madre... como deseo saber que es reír... como deseo que nadie me desprecie por haber nacido... como lo deseo...

... Que tonterías...

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(Kurama's Pov)


Hiei no regreso hasta en la noche, para dormir, y estoy seguro que solo lo hizo porque había empezado a llover, porque ni siquiera regreso a desayunar, comer o cenar, y eso que ya tengo helado. Siempre se molesta cuando empiezo a preguntarle cosas de su vida, o de cómo se siente, no debí cuestionarlo con nada, pero es que en verdad se ve triste, probablemente algo le ha molestado, y me gustaría saber qué es para ayudarlo. Talvez mañana vuelva a preguntarle.

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Un chico de cabellos rojizos abrió sus ojos en cuanto los rayos del sol matutino empezaron a invadirlos. Un día más ya había empezado.

Se incorporo calmadamente, mientras frotaba sus ojos para mejorar su visión. Se asomo a su cama, no había nadie sobre ella, su compañero ya se había marchado, talvez se encontraba aún molesto. Suspiro, que difícil era tratar con ese amigo suyo.

Lentamente se acercó a la cama, y empezó a despojarla de las sábanas y almohadas, para después tenderla. Sus orbes se abrieron lo más que pudieron mientras caía para atrás por el shock que había tenido. ¿Quién demonios era ese ser que se encontraba sobre su cama, escondido debajo de las sabanas?...

Continuara...



Bueno, este es el primer capítulo de un fic que se me ocurrió, talvez ya se hayan escrito fics por el estilo, pero les aseguro que el trama será original. Espero que les agrade .