Siguiendo la moda de los drabbles, yo también me he apuntado a ella, aunque más bien, esto que publico son shortfics (ya que son entre 600 y 700 palabras) y aceptando el reto de una buena amiga que me sugirió que hiciera drabbles de bleach donde el tema (o al menos el titulo) fueran cuentos infantiles.
Prefiero los temas de humor, aunque alguno que otro me salga serio, y no utilizaré a los mismos personajes todo el rato, me aburriría un poco XD Agradecería comentarios, especialmente para saber si a alguien le interesa que los siga poniendo aquí :P
Dedicado a Eli por sus buenas ideas, y al fan club de Yachiru, los primeros que leyeron este shortfic.
La princesa y el dragón.
(700 palabras)
- Oi, Yachiru ¿Cuántas veces te he dicho que no te metas esas cosas en la boca? Quien sabe donde habrá estado.
La teniente de pelo rosa parpadeó, y obedeciendo a su capitán, dejó de morderle la cabeza a Ikkaku.
- Maldita mocosa…- masculló Ikkaku.
La noche había caído ya sobre la Sociedad de Almas, pero el silencio aun no había llegado a las dependencias de la undécima división.
- ¡Ken-chan¡juguemos, juguemos! – Yachiru se subió al hombro de Zaraki Kenpachi, y comenzó a dar botes.
- Ahora no, tengo una reunión con esos inútiles capitanes – gruñó él – además ya es hora de que te vayas a la cama.
- Pero quiero jugar – protestó ella.
- He dicho que no.
- Pero me aburrooooo – volvió a protestar.
- Dile a Ikkaku que te cuente un cuento.
- ¿Yo! – gritó el susodicho.
- ¿Alguna objeción? – preguntó Kenpachi, sin perder su habitual mirada amenazante.
- Esto…no…no…
- Bien.
El capitán descolgó a la teniente de su cuello y la dejó sobre la mesa, para luego dar media vuelta y desaparecer.
- Joder, siempre igual.- suspiró Ikkaku, derrotado.
- La bola de pachinko tiene miedo de Ken-chan – se rió Yachiru.
- Yo la mato…yo la mato…
- ¡Vamos, bola de pachinko! Cuéntame un cuento! – exigió ella, tomando asiento en la mesa y apoyando la cabeza sobre las manos.
- ¿Un cuento? Vaya mierda ¡yo no conozco cuentos de niños!
- ¿Eeeeeeh¡Que aburrido¡Entonces iré a buscar a Ken-chan para jugar!
- ¡No, espera un momento!- Ikkaku agarró a la teniente por el cuello del uniforme y la retuvo, pues sabía perfectamente que si la pequeña pelirosa irrumpía en la reunión de capitanes, ya podía darse por muerto…otra vez. – Te contaré ese estúpido cuento.
- ¡Yaaaaay! – aplaudió ella con alegría.
- Bueno, veamos…ummm…¿Cómo era que empezaban los cuentos? Ah, sí…Érase una vez en un país muy lejano que…que vivía una princesa en un castillo…
- ¿Y mataba gente? – interrumpió Yachiru.
- ¡Las princesas de cuento no matan gente!
- ¿Ah, no?
- No, y ahora ¿quieres callarte? – gruñó Ikkaku – Sigamos…vivía una princesa en un castillo a la que había secuestrado un dragón.
- ¿Y el dragón mataba gente?
- ¡No joder, no mataba gente!
- Pues vaya asco de dragón¿no?
- Sí, vaya asco de dragón…y ahora ¡Cállate! A lo que iba, a la princesa la había secuestrado un dragón malvado y la tenía encerrada en el castillo…
- ¿Y el castillo mataba gente?
- ¿Cómo coño va a matar gente un castillo!
- Que aburrido…- suspiró ella.
- Contrólate Ikkaku, contrólate…bueno, sigamos, un dragón malvado la tenía encerrada en el castillo pero un día llegó un caballero con una brillante armadura…¡y no, el caballero no mataba gente!
- La bola de pachinko está muy irritable.
- ¡Cállate de una vez y déjame terminar el jodido cuento!
- ¡Haiii!
- El caballero llegó, mató al dragón con su zanpakutou, salvó a la princesa y vivieron felices y comieron perdices. Fin.
- ¿Y mataron gente?
- ¡NO JODER, NO MATARON GENTE!
- Que cuento más aburrido – suspiró Yachiru – los cuentos de Ken-chan son mejores ¡voy a decirle que me cuente uno!
- Alto ahí, enana.- Ikkaku tuvo que retenerla de nuevo agarrándola del cuello del uniforme.
- ¿Qué pasa bola de pachinko? Ya se acabó el cuento.
- Esto…piensa deprisa Ikkaku, piensa deprisa, tienes que entretenerla un poco más ¡solo hasta que acabe la reunión!
- ¿Qué pasa¿Me vas a contar otro cuento? – preguntó Yachiru.
- ¡Eso es! Te contaré otro cuento…vaya mierda ¡si yo no me sé más cuentos¿Y ahora que me invento?
La pequeña shinigami frunció el ceño ligeramente.
- Pues espero que sea mejor que el otro. – respondió cruzándose de brazos.
- Sí, bueno…veamos…¡mierda, mierda! no se me ocurre nada, lo único que me viene a la cabeza es ese estúpido chisme que me contó esta mañana Yumichika…¡un momento!
- ¿Va a empezar ya el cuento? – exclamó Yachiru, impaciente.
- Sí, sí…- Ikkaku tomó aliento ante la mirada curiosa de su teniente – Bien, érase una vez en la Sociedad de Almas, un hombre llamado Kuchiki…
- ¿Y mataba gente?
- Ooooooh, sí, sí que mataba gente.
- ¡Yaaaay!
