Bueno, antes que nada, muchas gracias por la cantidad de reviews que me habéis dejado ¡me habéis hecho feliz!

A Igni le responderé que sí, chica, la ultima frase de drabble de caperucita es cien por cien mía (la musa que a veces tiene buenos días y eso) y no te me traumes con lo de la reina de las nieves, la verdad es que cuando escribí eso me pareció una autentica parida, pero me alegro que te hiciera tanta gracia XD

Naleeh si eres de la cinco me abstendré de tratar mal a Momo :P nah, si en el fondo me gusta a pesar de la mala fama que tiene últimamente…oye, y si me haces publi, prometo darte algo a cambio XDD (esto es como la mafia)

Y a los demás pues eso, Arigatou gozaimasu! Oh, y si a alguien le interesa algún personaje o personajes en particular me lo puede decir para que lo haga, yo encantada, pero advierto que no escribo nada "subido de tono" ni romanticorro mas que nada por que lo hago fatal XD Y ya me callo que me va a salir mas larga la nota de autor que el drabble.

Este drabble contiene spoilers del capitulo 201 del manga (vol.23) así que quedáis avisados. Advierto igualmente que quizás me quedo un poco raro :P


Blancanieves

(700 palabras)

- Es…blanca.

Aquellas habían sido las elocuentes palabras que Abarai Renji le dedicó a Kuchiki Rukia el día que ésta le mostró la forma liberada de su zanpakutou.

- Como siempre, una percepción asombrosa. – se burló ella, mirándolo de medio lado.

- Cállate – gruñó él – lo que quería decir es que…bueno, solo… ¡solo me sorprendió ver tu zanpakutou de ese color!

- Si su nombre es Sode no Shirayuki(Remolino de Nieve Blanca) no iba a ser verde ¿verdad?

- ¡Oh cállate!

Rukia sonrió divertida y dejó que Renji siguiera refunfuñando.

Aunque no lo admitiría ante su amigo, ella también se había sorprendido del aspecto de su espada la primera vez.

Era bien sabido que cada shinigami poseía una única zanpakutou que era reflejo de él mismo, y por lo tanto, de su poder. Quizás por ello, la joven Kuchiki encontraba sorprendente que su "reflejo" tuviera un aspecto tan puro y elegante.

Según la propia definición de Renji, ella no tenía ninguna de esas características, era ruda y malhablada, y su atractivo dejaba bastante que desear…Rukia sospechaba que la cuestión de su delantera era en lo único que se fijaba su amigo, pero ¿qué shinigami de genero masculino no lo hacía?

Por mucho que pensara en el por qué del aspecto de su zanpakutou, no lo comprendía.

- Oi, deja de poner esa cara de atontada.

La "amigable" patada en la espinilla sacó a Rukia de sus pensamientos.

- ¿Qué te crees que haces! – bramó ella.

- Eeeeh, no es culpa mía si te quedas ahí pasmada como una idiota¿en qué estabas pensando?

- Yo solo…no importa.

Renji le dedicó una mirada curiosa.

- ¿Qué demonios te pasa?

- Nada – Rukia negó con la cabeza – supongo que tienes razón, si que es extraño…mi zanpakutou. – aclaró ante la mirada confundida de Renji.

- ¿Ah? Oye, no sé en que estas pensando pero tu zanpakutou no es extraña…- exclamó él, desviando la mirada, ligeramente avergonzado.- es…es una bonita espada.

Rukia parpadeó, sorprendida.

- Gracias…

- Se parece a ti.- le dijo, murmurando.

Y ella, tras unos segundos de perplejidad, se rió.

- ¿En qué se va a parecer a mí ¿Es que yo soy blanca como la nieve? Por que entonces debo estar muy pálida.- Rukia se dio un par de palmadas en la cara, para enrojecer sus mejillas. - ¿Así mejor?

Renji sonrió ligeramente.

- Tendrás que golpearte más fuerte, sigues estando pálida.- se mofó.

- Estúpido.- replicó ella.

- Tú si que eres estúpida.

Y comenzó el tradicional intercambio de insultos.

ooo

Rukia suspiró, intentando despejar así aquellos recuerdos de su mente, pues ahora que observaba a lo lejos la torre blanca, comprendía las palabras de Renji. Ella no se parecía a su zanpakutou por ser pálida como la nieve, si no por que era como la joven de aquel cuento que había leído en casa de Ichigo…aquella Blancanieves.

Esa joven que victima de la manzana envenenada, se limitaba a existir dejando todo en manos del destino, esperando que algún príncipe la sacara de su urna de cristal.

Así había sido ella, se había limitado a existir en aquella celda, y al final la había rescatado un príncipe…o más bien dos, que, bien mirado, de "principescos" no tenían demasiado.

Pero a todos los efectos, venía a ser lo mismo. Había dejado que otros cargaran con su destino.

- Pero eso ya no volverá a suceder…

- ¡Eh, Rukia!- una voz estridente interrumpió sus reflexiones - ¡Baja de ahí, Ukitake taicho te está buscando!

- Renji – lo reconoció, al asomar la cabeza.- ¿Qué haces por aquí?

- Hago de recadero ¿no lo ves ¡Baja de ahí ¿Tan interesante es el tejado?

Rukia sonrió, y bajó de un salto.

- ¿Qué hacías ahí arriba? – le preguntó él.

- Nada, solo… recordaba un cuento.

- ¿Eh? – Renji arqueó una ceja, sin comprender.

- No importa, vamos.

- Vale, pero estás muy rara.

- Lo siento…

Renji asintió con expresión confundida y siguió a Rukia a través de los corredores, pensando que, en verdad, esa chica era igual que su zanpakutou.

Sorprendente cuando descubres que su alma es blanca y pura como la nieve, tanto, que te reprendes si, por un segundo, lo olvidas.