Bueno, otro para la colección XD últimamente no tengo mucho tiempo ni inspiración para esto, pero intentare seguir haciéndolos a buen ritmo. Gracias por los reviews, y seguid dándome vuestras opiniones, please, please!

PD. Esta vez son mis capitanes preferidos jeje


La Cenicienta

(800 palabras)

- Shunsui, deberías tomarte esto más en serio…

El capitán de la octava división miró a su amigo como si éste hubiera pronunciado alguna clase de sacrilegio.

- Tranquilo Ukitake, todo está bajo control…- le dijo con su característica despreocupación.

Su amigo negó con un gesto de cabeza.

- Shunsui, con la cantidad de informes atrasados que hay en tu oficina se podría construir un templo.- le replicó con cansancio.- ¿no te parece que debes elegir un teniente cuanto antes? Yamamoto empieza a irritarse por tus retrasos y necesitas un teniente que te ayude y mantenga la disciplina…que por cierto¿no te parece que una fiesta del sake a la semana es suficiente? Ayer me encontré a tu escuadrón durmiendo por los suelos, completamente ebrios. Otra vez.

Él se echó a reír, llevándose una mano a la nuca a modo de disculpa.

- Sí, sí, les sermonearé en cuanto vuelva, lo prometo.

Ukitake suspiró, sabía de sobra como acababan aquellas reprimendas a sus subordinados, y no era precisamente sobrio.

- Deja de poner esa cara, todo irá bien…- Shunsui se interrumpió de pronto, perdiendo la mirada unos metros más allá - ¡Oh¡Oh¡que suerte!

- Ya estamos otra vez. – suspiró Ukitake, viendo como su amigo correteaba tras una joven shinigami lanzando besos al aire.

Llevaban demasiado tiempo compartiendo amistad como para no saber que a Kyoraku Shunsui solo lo motivaban el alcohol y las mujeres, aunque eso no desmerecía su talento y sus capacidades como capitán.

- ¡Ouch! Eso ha dolido.

El inesperado lamento atrajo la atención de Ukitake, que con sorpresa vio como su amigo estaba siendo golpeado por la joven shinigami que hacía unos segundos había estado persiguiendo. Y aquel libro tan grueso debía ser bastante doloroso.

- ¡Ouch¡Ouch! Vale, lo siento – Shunsui se apartó de la joven que le lanzaba miradas asesinas y blandía su libro amenazadoramente.- Ya veo que eres tan guapa como fría.

- Su posición no significa que tenga vía libre para acosar a las mujeres, Kyoraku taicho, debería avergonzarse. – le reprendió ella – Está dando mala reputación a su escuadrón con esa actitud.

Shunsui parpadeó, sorprendido. Esa joven sabía que era un capitán y aun así le sermoneaba como si fuera un muchacho acabado de salir de la academia. Increíble.

- Debería volver al trabajo, los rumores de que los informes atrasados se desbordan por las ventanas de su oficina ya han llegado a todos los escuadrones. – le aconsejó, para luego hacer una inclinación de cabeza y alejarse con paso digno.

- Fiuuu - Shunsui silbó, visiblemente impresionado - ¡preciosa, tu si que sabes hacerte desear!

Y como respuesta recibió un libro estampado en su cara.

- ¡Shunsui! – Ukitake llegó corriendo junto a su amigo - ¿estás bien?

- La quiero a ella.- proclamó el capitán de la octava, mientras le sangraba la nariz debido al golpe.

- ¿Qué?

- Quiero a esa chica de teniente.

- ¿En serio? – Ukitake le dedicó una mirada curiosa – ¿estás seguro?

- Muy seguro.

- Bueno, si tú lo dices, supongo que es mejor que nada…pero no se si ella estará muy de acuerdo.

- Sabré convencerla, déjalo en mis manos.

- Bien, si tan seguro estás, vayamos a buscarla entonces ¿cómo se llama?

- Eeeeeeh…

- ¿En qué escuadrón está?

- Eeeeeh….

Ukitake suspiró. - ¿Cómo esperas volverla a encontrar entonces? No tienes ni idea de quien es.

- Pero tengo su libro.- sonrió Shunsui mirando con interés la portada donde se leía El Arte del Kidoh

- ¿Piensas ir por todos los escuadrones preguntando a cada shinigami si se le ha perdido un libro en tu cara? – se mofó su amigo.

- Mmmmm….

Y así comenzó la odisea de Ukitake Jyuushirou y Kyouraku Shunsui, que recorrieron cada rincón del Seireitei preguntando a cada shinigami con el que se cruzaban si conocían a la dueña de aquel grueso e impoluto libro.

- Esto es imposible, deberíamos dejarlo…- suspiró Ukitake, agotado.

- Tú descansa, seguro que pronto la encontramos.

- ¿Cómo puedes estar tan confiado?

- Por que he puesto a todo mi escuadrón a buscarla.- sonrió Shunsui con suficiencia.

- ¿Qué! Pero ¿por qué has hecho eso! – exclamó el capitán, alucinado.

- Es que así es más rápido.

Ukitake se dio un golpe en la frente, sin poder creer lo que estaba escuchando.

- ¡Soltadme¡Soltadme! – una voz femenina visiblemente enfadada interrumpió en su conversación.

Al girarse, vieron como dos shinigamis de la octava división se les acercaban rápidamente, arrastrando con ellos a una joven que no parecía nada contenta.

- ¡La habéis encontrado! – aplaudió Shunsui – ¡Bien hecho!

Ukitake suspiró. – Perfecto, la búsqueda ha concluido, pero, ahora que has encontrado a tu Cenicienta ¿Cómo piensas convencerla de que acepte el puesto de teniente?

- Mmmm…¿le compro unos zapatos de cristal?

Y Ukitake volvió a suspirar.