Wuolass! xD e aki yo, con un nuevo fict! lo tnia en mente dsd ace tiempo xo nunca m dcia a scribirlo. xD weno…No s si os gustara, creo k es un poco xtraño xD.
Aun no s bien k pasara, ni tampoko son seguras las parejas k tngo pensadas.
Weno, solo deciros k si la historia s d vuestro agrado sois vosotros los unicos k podeis hacer k siga con ella! Vuestros reviews m animan muxo! Asi k, tanto si os gusta, como si no xD ( s aceptan comentarios d todo tipo) dejadme un review!
Muxos besos!
1
Dos semanas
La muchacha lanzó un kunai que rozó el muñeco de paja que hacia de diana. Alrededor de éste, unas 20 armas yacían en el suelo por múltiples intentos de clavarlas en el dichoso muñeco.¿A una distancia de 10 metros y no alcanzaba a darle ni una sola vez?¿Qué demonios le pasaba?
Pasó la mano sobre su sudorosa frente y aspiró una bocanada de aire. Sabía lo que le pasaba: hacia una semana se había declarado a Neji y éste le había dado un clarísimo no por respuesta. Recordó el momento en el que se lo había dicho y sintió un gran revuelo en su estómago:
Tenten jugueteó con los mechones sueltos de uno de sus moños y se alisó las arrugas de la camiseta estirándola. ¿Vendría Neji?¿acudiría a su llamada? Con lo frío y distante que solía mostrarse no estaba segura, pero ya le había dicho por teléfono que era algo importante.
Los ojos de la niña brillaron al ver al Hyûga aparecer por la esquina: imponente; con aquellos ojos fríos y calculadores que hacían estremecer a cualquiera y ese pelo negro, liso y largo que le quedaba tan bien conseguía llamar la atención.
El paso de los años había hecho de él un hombre fuerte y bien formado que revolucionaba a la mayoría de las chicas de la aldea.
Sus pasos se escuchaban cada vez más cerca y el corazón de la muchacha llevaba el mismo ritmo. Paró frente a ella, a un metro de distancia y sin más rodeos pregunto.
-¿Qué pasa?
La castaña tragó saliva.
-¿Te importa que demos una vuelta mientras te lo explicó?-Preguntó con una tímida sonrisa en los labios. El aludido asintió echando a andar.
Caminar a su lado…Le parecía un sueño. ¿Cuántas veces había deseado caminar junto a él? Entrenar estaba bien, pero apenas hablaban. Sin embargo paseando…Era diferente. Atravesaron el puente bajo el que corría el agua cristalina del río. La muchacha miró a su alrededor: Todo lleno de árboles de cerezo y los pétalos cayendo a su alrededor, era…el lugar perfecto.
-Tenten…-La llamó el muchacho con aquella voz tan masculina.- No puedo perder mucho tiempo, sabes que me estoy preparando para las pruebas de ANBU y…
-Ya, ya lo sé.- Asintió. Apretó los puños y mirándolo directamente a los ojos titubeó.- Yo…quería…bueno…decirte algo…
-Vale, empieza.- Contestó el muchacho cruzándose de brazos.
-Yo…pues…- Notó como comenzaba a ponerse roja, las manos le sudaban, la boca se le había quedado sin saliva y comenzó a ponerse colorada.- Es que, tú…Yo te…
-Tenten.- El Hyûga la cortó antes de que siguiera hablando: ya sabía a lo que se refería.
-¡Espera!¡Déjame terminar!- Se quejó la muchacha clavando sus ojos en los de él. Éste calló y espero pacientemente, sin variar la expresión de su rostro.- Neji…Yo…Te quiero.
¡Lo había hecho!¡Lo había conseguido! Había tenido el valor suficiente de decírselo. Su amigo, permanecía callado y había cerrado los ojos, parecía reflexionar sobre lo que acababa de escuchar. "Venga…No te preocupes Tenten…Se lo está pensando…Eso es algo bueno, ¿o no?" Se animó a si misma. No supo si pasaron 3 horas o unas milésimas de segundo hasta que Neji volvió a abrir los ojos, había perdido la noción del tiempo.
-Lo siento Tenten.-Contestó con su habitual tono de voz.- Me siento halagado, pero no me gustas. Ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea las pruebas de ANBU, no tengo tiempo para centrarme en otra cosa que no eso.
La joven sonrió: siempre directo y sincero. Así era Neji, sin contemplaciones.
-Claro.- Contestó con un deje de dolor en su voz.- No importa.- Dicho esto echó a andar de espaldas al muchacho notando como las lágrimas conseguían escapar de sus ojos.
-Patético.- Se dijo a si misma sentándose sobre la hierba.
-¡Eh Tenten!- La joven sonrió al reconocer aquella voz.
-¡Lee!- Exclamó viendo a su amigo correr hacia ella.
-¡Buenos días!¿Qué tal está la chica con la llama de la juventud que más arde en Konoha?
-¿Más que Sakura?-Preguntó irónica la muchacha aludiendo a la novia de su amigo.
-Más. Pero no se lo digas a ella.- Contestó guiñándole un ojo.- Oye, ¿te vienes a la plaza mayor? Está toda la aldea allí, Tsunade se ha bebido 7 botellas de sake y amenaza con hacer un stripptise allí en medio.
-Paso.- Contestó con desgana. Él cejas encrespadas alzó ambas cejas sorprendido.
-Oye, ¿a ti te pasa algo?
-Nada, solo estoy cansada.- Contestó forzando una sonrisa.
-Vale, de acuerdo.¡Después nos vemos!- Se despidió el joven alzando un brazo: sabía que algo le pasaba, conocía perfectamente a Tenten pero seguro que prefería estar sola, así que lo mejor sería marcharse.
La muchacha de dos cocos suspiró al ver a su amigo alejarse. Necesitaba despejarse, dio un salto y se plantó en la rama más alta de un árbol robusto y frondoso. De nuevo saltó para aterrizar sobre una rama algo más baja. Y así de nuevo. Pensó en todos sus amigos muertos de risa mirando a los ninjas de grado superior deteniendo a Tsunade para que no se desnudase. Rió con ganas y se detuvo. Miró el paisaje: era bonito, le recordó a los sitios con los que solía ir a entrenar con el maestro Gai, Lee y Neji…Neji… La imagen de su rostro volvió a su mente, negó con la cabeza violentamente intentando sacarlo de su cabeza, pero no pudo.
-¿Qué haces aquí sola? Todo el mundo está en el centro de la villa.-Una voz masculina hizo que se pusiese alerta: miró a su alrededor y descubrió en la rama de un árbol, apoyado sobre el tronco, al dueño de la voz: era mayor que ella, de pelo castaño claro y cortado por encima de los hombros, un pañuelo en la cabeza, ojos miel y una aguja ninja que sujetaba entre sus labios.
-¿Y a ti qué te importa?- Contestó de forma borde: No estaba de humor.
-Nada, pero he pensado que tienes que ser muy mala para seguir entrenando cuando todo el mundo está reunido en la plaza mayor.
La muchacha apretó los dientes ¿sería cara dura? Descubrió una sonrisa fanfarrona en los labios del castaño. ¿De qué lo sonaba tanto? ¡Claro!¡Fue el árbitro en la prueba de ascenso a grado medio de Neji! Se llamaba…¿cuál era su nombre?
-¿Mala? Te vas a enterar…-murmuró la castaña dirigiéndose a su porta-shurinkens, y sacando un par de ellos los tiró con rapidez hacia el jounin. Éste los paró con sus dedos.
-¿Quieres luchar?-Preguntó fingiendo asombro. La muchacha no respondió y directamente se lanzó sobre él: ese idiota no sabía con quién se había metido.
Concentró el chakra en los pies y apoyando el pie derecho se impulsó en el tronco del roble en el que se encontraba para llegar hasta la rama donde estaba su contrincante.
-Te considerare como parte de mi entrenamiento.- Comentó la chica de dos cocos apoyando ambas manos en cada uno de sus muslos.
-Lo mismo digo…-Contestó el castaño sin perder la sonrisa. La joven se lanzó contra él echando su pierna izquierda hacia atrás: comenzaría con el cuerpo a cuerpo. Su contrincante esquivó con facilidad la patada que iba a propinarle y los siguientes golpes con los que intentaba golpearle.- Eres demasiado lenta…
-¡Y tú demasiado bocazas!- Chilló molesta alcanzando a darle un puñetazo, sonrió triunfal, sin embargo aquella sonrisa no tardó en desvanecerse al comprobar que lo que había golpeado no era más que un pequeño tronco, los trozos de maderas saltaron a su alrededor: la técnica del cambiazo. ¿Dónde estaba?
-Aquí arriba.- Tenten miró hacia arriba y se encontró de frente con el rostro bocabajo del hombre: estaba en la rama que había encima de ella y se encontraba bocabajo.- Ahora, me toca a mí…
Dicho esto, desapareció ante sus ojos, no pudo hacer nada, sintió un empujón en la espalda que le hizo perder el equilibrio y precipitarse al vacío: sacó dos shurikens a los que les ató rápidamente un hilo, los lanzó contra una rama gorda y el hilo se enroscó en ella, dañando algo la madera, agarró con fuerza los hilos y dejándose llevar por la inercia, cuando hubo alcanzado suficiente velocidad se soltó de ellos aterrizando limpiamente sobre una nueva rama. Miró a su alrededor: silencio. "debo concentrar mis sentidos…y sentir su chakra" La castaña cerró los ojos y entonces la sintió.
-¡Allí!- Gritó mirando hacia arriba: la joven se apartó con el tiempo justo de esquivar unas agujas ninjas.
-En armas a mi no me gana nadie, pero para eso…- La joven se deslizó con agilidad de una rama a otra hasta llegar al suelo.-Prefiero una superficie lisa.
Sacó un par de rollos poniéndolos a sus dos lados e hizo unos cuantos sellos.
-De nuevo, demasiado lenta…- Susurró aquella voz varonil en su oído: estaba detrás suya, podía sentir su respiración sobre la nuca. Tenten llena de rabia agarró un kunai, pero antes de girarse hacia él, notó como las fuerzas se le iban, la vista comenzaba a nublarse y abriendo la palma de su mano dejaba escapar el kunai. Cerró los ojos y entonces todo se volvió negro.
El ninja que se encontraba detrás suya se apresuró a cogerla para que no cayera al suelo, y sosteniéndola entre sus brazos se dirigió a la salida del bosque.
-¡Menuda pena!¡Al final ni se ha desnudado ni nada!- Se quejó Kiba haciendo un chasquido con sus dedos.
-¡Eres un auténtico pervertido, Kiba!- Exclamó Ino propinándole una colleja.
-Bueno, pero la cara de Ibiki al ver a Tsunade allí en medio empezando a quitarse la ropa ha sido un poema…- Rió Sakura caminando junto a Lee.
-Oye, ¿y Shikamaru y Chouji?-Preguntó repentinamente el cejas encrespadas.
-¿Esos dos idiotas? Uno estará echado en el sofá de su casa sin hacer nada y el otro supongo que entrenando con su padre.- Respondió la rubia enfadada cruzándose de brazos.
-Y Naruto está rarísimo últimamente.- Comentó el Inuzuka llevándose las dos manos a su cabeza. La ojiazul del grupo miró de reojo a su amiga pelirrosa: ésta miraba hacia otro lado con expresión triste.
-Bueno, os dejo, tengo que irme a entrenar con Hinata…
Todos pararon de caminar y arquearon una ceja.
-¿Tú y el Hyûga bajo el mismo techo? Me suena a mi peligroso eso…- Rió Sakura cambiando la expresión de su rostro.
-Me cae fatal.- Contestó Ino poniendo cara de asco.- Os dejo ¿de acuerdo?¡Ya nos veremos!
Dicho esto echo a correr calle abajo, la casa de los Hyûga estaba al final de la calle, y sino llegaba temprano, el dichoso criado de turno que abría la puerta la miraría con malas caras y no tenía ganas. Llegó a la lujosa mansión y admiró la fachada: impresionaba. Aquella casa solo se podía igualar a la que fue en su tiempo de los Uchiha.
Iba a llamar a cuando descubrió que estaba abierta. Se encogió de hombros y empujándola entró cuando un kunai se clavó en la oscura madera del portón, a unos milímetros de su cara.
-Llegas tarde.- Se escuchó la voz del chico más odioso de todo Konoha.
La Yamanaka agarró el kunai y lo agitó en el aire con enfado.
-¡Pero tú eres tonto o qué!¡Casi me das!¡Y hubiese sido una pena con lo guapa que soy…!Además…¿A ti que demonios te importa si llego tarde o no?
-Mucho, Hinata se pone a dar vueltas por la casa y me pone nervioso. Así que la próxima que vez que llegues tarde Yamanaka, el kunai no fallará su objetivo.- Dicho esto, girando sobre sus talones se dirigió a la zona de entrenamiento. Ino le lanzó una última mirada de soslayo y atravesó el jardín.
-¡Ino!
-¡Hinata! El psicópata de tu primo ha intentado matarme…- Explicó de forma exagerada la rubia lanzándose sobre la Hyûga, que permanecía con unos pantalones y camiseta negra.
-Cuanto lo siento…-Murmuró la ojiblanca.- Discúlpalo, es que ahora está más sensible que nunca, las pruebas de ANBU son dentro de una semana.
-¿Sensible ese? Lo dudo…Rechazó el otro día a Tenten.-Comentó la ojiazul adentrándose en el oscuro pasillo de la casa: el suelo se encontraba cubierto de parqué de madera y unos pocos cuadros adornaban la blanca pared.
-Hablando de rechazos…-Murmuró la Hyûga.- ¿Te has enterado de lo de Naruto y Sakura?
La aludida asintió.
-Me ha dicho Sakura que esta destrozado…
-Es normal.- Asintió Hinata.- A fin de cuentas Naruto ha estado enamorado de ella desde pequeño, es un palo enterarse de que ahora sale con Lee…
Ambas jóvenes asintieron.
-En fin…¿entrenamos?
El rubio absorbió los últimos fideos que quedaban sobre el bol, y apoyando su barbilla sobre la mesa suspiró. Se encontraba mal, deprimido, triste, aburrido… Solo podía pensar en Sakura: realmente, nunca le había molestado tanto saber que ella no le quería. Desde pequeño le había gustado, pero ahora que tenía 16 años…No era un juego de críos, aquello de lo que hablaba era amor. La quería. Sacó el monedero de ranita y dejando el dinero sobre la mesa Salió del bar. Estiró las piernas, y pensó que lo mejor sería volver a casa.
Llevaba así un par de días, desde que se había enterado de que Sakura estaba saliendo con Lee. Ambos eran sus amigos, y se alegraba por ellos, pero…Pero le dolía a la vez.
Se ajustó la bandana de la cabeza y echó a andar por una solitaria calle.
La tibia luz del amanecer bañaba los edificios de la aldea, y las madres se apresuraban a llegar cargadas de la compra a su casa para preparar la cena.
Unas hojas revolotearon a su alrededor y el viento acarició su rubio cabello. Miró a su alrededor: se encontraba solo: como siempre.
-Pedazo de burro…
Aquella voz…Naruto alzó la cabeza con las pupilas dilatadas y los labios entreabiertos. Entonces lo vio, arriba de una farola, era él. Vestido como la última vez que se encontraron, con aquel pantalón negro, la camisa blanca abierta, un cinturón que formaba un lazo y la katana a la espalda. Sin embargo no parecía encontrarse bien, su piel estaba más pálida de lo normal, y una gran mancha roja adornaba la parte del costado de la camisa.
-Sasu…- El muchacho dio un paso al frente sin embargo la brisa volvió a soplar haciendo que la arenilla penetrase en sus ojos, frotó su mano contra ellos lo más rápido que pudo y cuando volvió a abrirlos él ya no estaba allí. Se quedó allí parado, pensando si realmente lo que había visto era producto de su imaginación o la realidad.
Sintió como algo se apoyaba en su hombro y dando un respingo giró sobre si mismo.
-Vaya, cualquiera diría que has visto un fantasma…-Rió Sakura con la mano aún extendida. El muchacho asintió con la cabeza.- ¿Naruto?¿estás bien?
-Claro…claro…- Contestó éste mirando de nuevo hacia la farola: no había nada.-¿Querías algo?
La muchacha se sorprendió por aquella pregunta.
-Pues me gustaría hablar contigo…
-De acuerdo, demos una vuelta.- Contestó el rubio dedicándole una cándida sonrisa. Ambos echaron a andar sin decir nada, pasaron un rato así hasta que la Haruno consiguió hablar.
- Naruto quería hablar contigo sobre lo de Lee…
El muchacho paró de caminar, la joven lo imitó.
-No…-El ojiazul alzó el rostro con una gran sonrisa.- No tienes porque darme ningún tipo de explicación Sakura, Lee y tú sois mis amigos…
-¡No es por eso!- Exclamó la muchacha cerrando los puños sobre su falda. Tomó aire y dirigió su mirada hacia los claros ojos de su amigo.- Eres mi mejor amigo Naruto y sin embargo no te conté nada de eso. Siempre me has ayudado en todo y no es justo que yo te haya tratado así.
-En serio Sakura, no debes preocuparte por mí, yo estoy bien.- Insistió el joven ampliando aún más su sonrisa y echándose a reír.- ¡Por cierto!¿Te has dado cuenta de qué estamos a los pies de mi casa?
La joven pelirrosa parecía no escucharle, estaba ausente, sin embargo el rubio no se dio cuenta de ello y empezó a subir las escaleras.
- ¿Te apetece entrar? Está todo un poco desastre pero…- El muchacho paró de caminar dándose cuenta de que su amiga no subía tras él y al girarse la vio en el primer escalón con las lágrimas corriendo por sus mejillas sonrosadas.- Sakura…
- Gracias Naruto…-Se le escuchó decir en un murmullo que alcanzó a escuchar el aludido, a éste no le dio tiempo decir nada, ya que la chica echó a correr.
Menuda cobarde: aquello le recordó a cuando tenía 12 años y le pidió a Naruto que trajese a Sasuke de vuelta a Konoha. ¿Por qué siempre tenía qué darle ella las gracias a Naruto?¿Cuando sería él el que le pudiese agradecer algo? Siempre la comprendía, la escuchaba y consolaba. Y sin embargo ella quisiese o no le terminaba haciendo daño.
Corrió con todas sus fuerzas, los pulmones le dolían y la garganta le ardía sin embargo sus piernas seguían moviéndose solas: No quería parar de correr.
Se sintió cómoda, ¿dónde estaba? Hacia un momento estaba en el bosque entrenando…¡y luchando contra el caradura aquel! Comenzó a abrir los ojos poco a poco: Reconoció aquel techo al instante: era el de su habitación. Se incorporó con lentitud y bostezó ruidosamente. Se frotó los ojos con un puño, de repente notó como alguien la observaba, volteó la cabeza y entonces lo vio allí, volvió a frotarse los párpados con más fuerza aún.
-¡¡¡¿¿¿Pero se puede saber qué haces tú aquí!- Chilló poniendo el grito en el cielo y echándose lo más rápido que pudo la sábana al cuello. El aludido, apoyado sobre el vacío escritorio de la habitación se pasó la mano por el pañuelo.
-Pues verás, perdiste el conocimiento y te he traído a casa…Estoy acostumbrando a que las chicas pierdan el sentido cuando me vean, pero lo tuyo me ha dejado bastante sorprendido…- Comentó con una media sonrisa en los labios.
-¿Me desmaye?-Se sorprendió la joven.
-Exacto, y mientras dormías decías mi nombre de una manera muy extraña…- Dijo adquiriendo una pose pensativa el castaño. Tenten notó como comenzaba a ponerse roja.- A saber el sueño que has tenido conmigo…Que mente más calenturienta.
-¿Eh?¡Eso es mentira!- Chilló la muchacha arrojándole la almohada, que no dio sobre su objetivo. El joven se levantó y se dirigió a la puerta.-¿Ya te vas?-Preguntó espontáneamente. El aludido giró sobre si mismo, y de nuevo sonrió.
-¿Quieres qué me quede?
-¡Yo no he dicho eso!
-Cría…
-¿Eh?¡Vuelve a repetir eso!- Gritó la castaña levantándose de un salto de la cama, el joven cerró la puerta tras de sí y en ese momento las sábanas se le enredaron en los pies haciéndola tropezar y caer de bruces al suelo.
-Sería idiota…¡Cómo voy a decir su nombre si ni siquiera me acuerdo!
Ino paró el golpe de su amiga con el antebrazo y girando sobre si misma le dio una patada de soslayo, haciéndola caer al suelo. Hinata no tardó mucho en ponerse de pie y lanzarse de nuevo al ataque, cuando la voz de uno de aquellos horribles criados la detuvo.
-¡Señorita Hinata! La cena está servida.
-Gracias Shoû-san.- Contestó la muchacha.- ¿Te apetece quedarte a cenar Ino?
-¿Una cena de placer con el sieso de tu primo? Ni hablar…
Ambas amigas se echaron a reír simultáneamente.
-Te dejo antes de que se impacienten más. Mañana nos vemos.- Se despidió la Yamanaka echando a correr a la puerta de entrada.
-¡Hasta mañana!
La rubia abrió la pesada puerta: tenía agujetas por todo el cuerpo. La cerró con energía y se desperezó, un delicioso olor a comida acudió a su olfato. Cerró los ojos y sintió la brisa en su cara.
-Que hambre…Y encima mi casa está en el quinto pino…Hay que joderse…
-Sería muy problemático pero si quieres puedes venir a mi casa a cenar.
La rubia abrió los ojos y contempló frente a ella a uno de sus mejores amigos.
-¿Shikamaru?¿Qué haces a estas horas por aquí?-Preguntó la muchacha extrañada.
-Sabía que saldrías de la casa de los Hyûga, porque entrenas con Hinata, así que quería hablar contigo.
-¿Conmigo?-Preguntó la Yamanaka extrañada.
-Llama tú.
-Que no, llama tú.
-¡La última vez lo hice yo!
Frente a la puerta del despacho de Tsunade se encontraban dos jounins discutiendo como dos niños chicos sobre cuál de los dos llamaba a la puerta.
-No me jodas, la última vez que llame yo estaba como una cuba y casi me obliga a montármelo allí mismo con ella…- Se quejó uno de ellos de pelo negro.
-¡Por eso mismo! Tú tienes más experiencia.- Rió su compañero pasándole el sobre que llevaba.
En ese momento apareció por el pasillo Shizune, que miró a ambos ninjas con el ceño fruncido.
-¿Qué hacéis aquí? Es casi la hora de cerrar la oficina…
-Lo sabemos, pero ha venido un comunicado urgente de la villa de la Arena.
-¿Un…un comunicado urgente?-Preguntó la joven agarrando el sobre que le tendía uno de ellos.
-Bueno, nosotros nos vamos Shizune. Dáselo tú.
-De acuerdo, hasta mañana.- Asintió la morena abriendo la puerta del despacho, como se suponía, La Hokage se encontraba recostada, sobre su gran mesa abarrotada de papeles totalmente dormida.- Señora…Señora…- Dijo con suavidad.
-¿Eh?¿Shizune…?¿Qué hora es?
-Señora, tengo un comunicado urgente de la villa de la Arena.-Contestó la mujer dejando sobre la mesa el amarillento sobre. La rubia de dos coletas lo agarró de mala manera y miró lo que ponía por fuera: exacto, era de la villa de la Arena. Rasgó el sobre con una uña y sacó el papel. A medida que iba leyendo más y más sus pupilas se dilataban con mayor intensidad, de manera que parecía que los ojos se le iban a escapar de sus órbitas. Releyó un par de veces el papel. Shizune, intentando poner algo de orden sobre la ya desordenada mesa miró de reojo a la Hokage, ésta había palidecido.
-¿Señora qué le pasa?
-La villa de la Arena…- Comentó la mujer alzando sus ojos miel.- Nos ha proclamado la guerra.
Hinata cubrió su desnudo cuerpo con la toalla que a duras penas alcanzaba a cubrirle por encima de la mitad de los muslos. Le encantaban los baños termales, al aire libre; era agradable; sin embargo siempre temía que algún pervertido la estuviese espiando. Su hermana Hanabi no tenía ese problema, ya, que nada más entrar allí se quitaba la ropa lo más rápido que podía y se lanzaba al agua. ¡Incluso alguna vez le había propuesto a Neji que se bañase con ella! A lo que, por supuesto, el joven no había hecho ni caso.
Se acercó a la puerta que daba al pasillo de su casa cuando escuchó algo: giró sobre si misma y miró hacia los arbustos. De ellos salía un ruido extraño…Un…un jadeo. ¿De un animal? No, parecía humano. La muchacha tragó saliva, y estuvo a punto de salir corriendo por toda la casa chillando que había un pervertido en los baños, sin embargo paró en seco: ¿siempre tenía que pedir ayuda?¡Ni hablar! Está vez lo solucionaría ella solita. Se puso en posición, a punto de activar el Byakugan cuando de los arbustos se descubrió un cuerpo que cayó sobre el agua caliente. La muchacha se quedó a cuadros.
De repente reaccionó: Fuera quien fuese no salía del agua, y eso era preocupante.
Se lanzó sobre el agua intentando sujetar su toalla y agarró con fuerza el cuerpo que se encontraba sumergido, tiró de él: pesaba bastante. Lo sacó con brusquedad haciendo que el agua salpicase todo el suelo seco. La muchacha respiró un par de veces, y con los pelos pegados a su frente alzó la mirada para encontrarse a milímetros de un rostro conocido. Sus claras pupilas se dilataron a más no poder.
-¡Sasuke Uchiha!- Exclamó apartándose rápidamente del cuerpo cayendo de nuevo al agua.
Neji, que pasaba por allí, escuchó el grito de su prima.
-¿Hinata, estás bien?-Preguntó pegando su oreja a la puerta.
La muchacha se llevó las manos a la boca mientras el cuerpo de Sasuke resbalaba del bordillo que lo mantenía a flote y caía al agua. Lo agarró y lo terminó por sacar del todo, quedando recostada sobre él. ¿Qué pasaría si entrase Neji? Lo mejor sería que le avisase de que el Uchiha estaba allí, al fin y al cabo era un traidor, ¿no? Miró los baños termales y se sorprendió: el agua no era cristalina, sino que se encontraba teñida de rojo. Miró el costado de Sasuke y entonces vio una herida.
-¡Hinata!¿Estás ahí?-El Hyûga extendió la mano agarrando el pomo: su prima no contestaba, quizás le había pasado algo.
La muchacha iba a contestar cuando el muchacho que permanecía debajo de su cuerpo abrió los ojos con una mirada que realmente conmovió a la joven: Era la mirada más triste que jamás había visto.
-¡Hinata!¡Voy a entrar!
-¡NOOOOOO!-Gritó la ojiblanca a pleno pulmón, el futuro ANBU se apartó de un salto de la puerta sobresaltado.-No…no hace falta Neji, estoy bien…
Su primo pareció dudar para finalmente apartarse de la puerta.
-De acuerdo.
La muchacha agudizó el oído y escuchó los pasos del joven alejarse. Suspiró aliviada y entonces se dio cuenta de la posición en la que se encontraba con el Uchiha: ella con la toalla casi bajada encima suya. Dio un salto y se apartó de él.
Sasuke le lanzó una última mirada antes de volver a cerrar los ojos.
La muchacha intentó mantener la calma. ¿Qué tenía que hacer? Lo primero sería sacar al Uchiha de allí. Se asomó al pasillo: no había nadie. Del baño a su cuarto no había mucho, llegaría rápido. Volvió junto a Sasuke, pasó su brazo sobre el hombro y echó a andar lo más rápido que pudo, abrió la puerta de su habitación y entró con él de lado.
-¿Señorita Hinata?-Se escuchó la voz de una criada, la aludida soltó al herido que cayó dentro del cuarto de mala manera produciendo un gemido.
-Ugh…
-¿Señorita Hinata, está bien?-Insistió la dichosa mujer. La joven asomó medio cuerpo y sonrió ampliamente.
-¡Sí, claro que sí!-Dicho esto cerró la puerta con rapidez y miró de nuevo al muchacho. Lo cogió y lo soltó sobre su cama. Lo observó y entonces se dio cuenta de que estaba tiritando, agarró una manta y lo cubrió tapándolo por completo, incluso la cabeza.- No servirá de mucho si alguien entra aquí, pero al menos no se le ve…¡Enseguida vuelvo!- Dijo antes de echar a correr al baño. Neji, que pasaba por allí de nuevo, pero con un libro en la mano la miró arqueando una de sus cejas.
-¿Hinata?-Preguntó sorprendido viendo a su prima con una mini toalla que apenas la cubría.
-¿Sí, Neji?-Preguntó la chica antes de volver a entrar en el baño. El Hyûga se sonrojó ligeramente y negó con la cabeza.
-Nada.- Contestó desapareciendo por la esquina.
La muchacha se apresuró a limpiar el baño de sangre, cuando alguien irrumpió en los baños.
-Hinata…¿qué es esa sangre?
-¡Papá!- Exclamó sobresaltada.-Esto es…Es que me he resbalado.- El padre arqueó una ceja.
-¿Te has hecho mucho daño?¿Dónde te has herido?-Preguntó sin apartar sus fríos ojos de ella.
-En la ingle.- Se apresuró a contestar. El hombre negó un par de veces con la cabeza.
-Deja de limpiar eso, que ya lo harán por ti las criadas. Y haz el favor de cubrirte un poco.- Dijo antes de salir de allí, Hinata se sonrojó rápidamente y echó a correr del baño hasta su habitación. Cerró la puerta con brusquedad y miró hacia la cama. Allí estaba ese bulto bajo la manta que era ni más ni menos que Sasuke. Se apresuró a ponerse algo de ropa, para acercarse después al lecho donde se encontraba inconsciente el Uchiha. Apartó la manta de su cuerpo y le abrió la camisa: Se notaba que había estado entrenando durante todos aquellos años, los pectorales y abdominales se encontraban perfectamente definidos. Miró la herida: No tenía buena pinta, por su aspecto parecía haber perdido mucha sangre. En ese momento lo mejor sería que estuviese allí Sakura pero…No pensaba llamarla, no sería buena idea.
De nuevo salió corriendo de su cuarto para volver con un montón de vendas, alcohol, un ungüento de plantas y un medicamento que servía para aliviar el dolor. Puso varias vendas alrededor de la herida y echó el alcohol, a lo que el joven respondió con un pequeño sobresaltó y un gemido, Hinata se apresuró a tapar con sus manos aquellos labios.
Después de desinfectar la herida pasó al ungüento y finalmente incorporó su cabeza para darle la medicina. Éste abrió la boca aceptándola y cerrando los ojos se sumió en un profundo sueño.
La muchacha suspiró cansada, recogió todo y lo llevó a su sitio.
Entró en su cuarto y cerró sigilosamente la puerta: ¿qué hora sería?¿Por qué demonios había ayudado al Uchiha y no le había dicho nada a Neji? Quizás se había equivocado o…¿quizás no? No lo sabía, pero estaba demasiado cansada, se sentó al lado de su cama ocupada y apoyó la cabeza cerca de un brazo de Sasuke dejándose transportar al mundo de los sueños.
Mañana sería un nuevo día.
Weno. Capi terminado xD creo k m a kedao algo corto, xD no s.
Weno k m dejeis algun review! Y k sepais k aun no tngo decidido k pasara con las parejas! Djadme review! Lo + largo k podais plisss xD ya sabeis n.n
Muxos besos!
