Capítulo 2

El profesor se acercó a la persona que acababa de irrumpir en la sala y empezó a explicarle que no podía entrar a su laboratorio de esa manera y que estaba ocupado en esos momentos. Sin embargo, mi cerebro estaba demasiado ocupado observando a esa persona como para escuchar al hombre.

Se trataba de una joven de mi edad, rondaría los 18 años. Tenía el cabello castaño, atado con un pañuelo rojo y con dos mechones que caían a ambos lados de su cara. En su rostro de rasgos suaves resaltaban dos ojos azules que brillaban como zafiros. Vestía una chaqueta roja de manga corta, un pantalón corto negro y unas deportivas. Se notaba que era una chica de acción, y su físico definido y atlético lo corroboraba. Me sonrojé al percatarme de cómo la estaba mirando y aparté la vista de ella.

"Es la viva imagen de Aura" pensé mientras me removía en mi sitio con nerviosismo.

Obviamente, me estaba refiriendo a la protagonista femenina de los juegos de la región Hoenn, como Esmeralda. Aquella chica era como ella, solo que más adulta, madura y atractiva. Aunque me avergonzara admitirlo, en mi vida pasada hubo ocasiones en las que deseaba que algunos personajes femeninos del universo Pokémon fueran reales. Ahora ese deseo se había cumplido, y superaba mis expectativas.

-Eh, tú, despierta. Te estoy hablando.- escuché de repente cerca de mí. Al alzar la vista de nuevo descubrí que su rostro estaba demasiado cerca de mí, por lo que di un paso atrás sobresaltado y avergonzado.

-Perdona a mi hija, es algo… impulsiva. Eric, ella es Aura. Aura, él es Eric y ha venido a por su primer Pokémon.- explicó el profesor intercediendo entre los dos. Yo la saludé inclinando levemente la cabeza, pues no me salían las palabras. Creo que aún estaba intentando asimilar su existencia.

-Ya veo…- dijo Aura mientras me observaba de arriba abajo, lo que me hizo sentir algo incómodo. Entonces sonrió ampliamente y fue como si el sol hubiera aparecido delante de mí en todo su esplendor. Era lo más hermoso que había visto en toda mi existencia.

-En ese caso, ¡te desafío a un combate Pokémon!- exclamó la chica mientras me miraba de forma desafiante y me señalaba con un dedo. Eso me hizo salir de mi ensoñación y mirarla sorprendido, no esperaba tener mi primer combate antes de poder investigar más sobre cómo se llevaban a cabo en este mundo.

-Muy bien, acepto. Yo nunca rechazo un desafío.- dije olvidándome de todo sentimentalismo y devolviéndole la mirada con seriedad. Aquella era una norma que siempre me había impuesto en los juegos de Pokémon. Yo jamás rechazaba un combate, incluso si mis Pokémon estaban algo cansados o se tratara de un simple Pokémon salvaje.

Ella me devolvió una sonrisa, parecía satisfecha por mi respuesta. Llevó una mano a su cinturón, pero solo agarró el aire. Entonces pareció darse cuenta de algo.

-Eh… bueno, tendrás que esperar a que elija a mi primer Pokémon.- balbuceó algo avergonzada mientras apartaba la mirada de mí. Me pareció un gesto adorable, pero algo me decía que si se lo decía me llevaría un golpe.

-Mira que eres impulsiva… anda, elije a uno de estos Pokémon.- le indicó el profesor mientras señalaba hacia todas las Pokeballs que había en la sala. Aura sonrió ampliamente y se acercó para observar todas las cápsulas de cerca. Me divirtió el hecho de que parecía una niña en una tienda de caramelos.

-¡Te elijo a ti!- exclamó mientras tomaba una Pokeball. Sin demora, lanzó la esfera al aire y de ella salió un haz de luz blanca que empezó a materializarse en el suelo. Cuando el brillo cesó, observé que se trataba de un Totodile.

-¡Es precioso!- chilló de emoción la castaña mientras levantaba al pequeño cocodrilo y daba vueltas por la sala. El Pokémon parecía disfrutarlo, pues sonreía y se agitaba sin cesar.

-Parece que es mi turno.- dije mientras observaba la Pokeball que había elegido momentos antes. Ansioso de ver a mi compañero, lancé la esfera al aire y observé la figura que empezó a materializarse en el suelo.

Mis ojos se abrieron ampliamente al ver a la criatura que me devolvía la mirada. Se trataba de un Pokémon bípedo, de piel anaranjada y ojos azules. En la punta de su cola ardía una llama que me hacía llegar algo de calor. Era un Charmander.

"¿Esto también es cosa tuya?" pregunté mentalmente mientras sonreía y me agachaba para quedar a la altura de mi compañero. No sabía si Dios podía oírme todavía, pero podía suponer que sí.

Charmander había sido el primer Pokémon que había tenido en toda mi vida. Fue el primero que elegí la primera vez que jugué a Pokémon Rojo. Desde entonces se había convertido en mi favorito entre los cientos de Pokémon que existían hoy en día. Quizá esto fuera cosa del destino.

Llevé mi mano lentamente hasta la cabeza del Pokémon y lo acaricié con cuidado. Su piel era áspera y algo dura, como la de cualquier reptil. También estaba bastante cálido, probablemente a causa de su naturaleza ígnea.

El lagarto cerró los ojos y profirió una especie de gruñido placentero, o eso me parecía a mí. Me sentí inmensamente feliz, la emoción bullía dentro de mí. Aquello era un sueño hecho realidad.

-Te llamaré Blaze, ¿te parece bien?- le pregunté con suavidad. Aunque algo dentro de mí me decía que no era necesario preguntarlo.

Efectivamente, mi compañero soltó un gruñido de felicidad mientras movía su cabeza contra mi mano. Me alegré de que aceptara, pues sentía que debía ponerle el mismo mote que le puse a aquel Charmander que tuve por primera vez.

-¡Es cierto! Casi me olvido de ponerte un mote.- escuché como Aura decía a mi lado. Al mirarla, ella tenía su mirada fija en su Pokémon, como si estuviera muy concentrada buscando el mote adecuado.

-¡Ya sé! Te llamaré Lev.- decidió sonriendo ampliamente. Su Pokémon parecía estar de acuerdo, así que sonreí levemente al ver cómo ambos parecían contentos de estar con el otro. Entonces, Aura me miró y vi cómo su mirada cambiaba a una desafiante.

-Vamos a luchar ahora mismo.- exigió mientras me señalaba. Lev saltó de sus brazos y cayó frente a ella, también con una expresión decidida en su rostro. Antes de poder aceptar, el profesor nos interrumpió.

-Esperad un segundo, no podéis luchar aquí. Será mejor que vayamos al patio trasero.- el hombre parecía algo hastiado, como si esto le pasara más a menudo de lo que le gustaría. Sentí algo de pena por él, así que asentí rápidamente.

Los tres, junto con nuestros dos Pokémon, nos movimos hasta el pequeño campo de batalla que había detrás del laboratorio. No era muy espectacular, pero más que suficiente para nuestros dos compañeros principiantes.

-Yo seré el árbitro de este encuentro. El combate se detendrá cuando uno de los dos se rinda o su Pokémon no pueda continuar.- ambos asentimos ante las normas puestas por el profesor y le indicamos a nuestros Pokémon que saltaran al campo, cosa que hicieron de inmediato.

En ese momento me di cuenta de una enorme diferencia respecto a los combates de los videojuegos… aquí no había turnos. Y por si fuera poco, los Pokémon podían esquivar los ataques. Cualquier otro habría entrado en pánico, pero yo no. Mis conocimientos de Pokémon no se limitaban a los videojuegos, también había visto todas las temporadas de anime, y esos combates sí que se parecían más a estos.

-Lev, usa Arañazo.- dijo Aura de inmediato mientras señalaba hacia mi Pokémon. Me había dado cuenta de que tenía la curiosa costumbre de señalar cosas. Pero ahora no era momento de pensar en eso.

El Pokémon de agua echó a correr hacia Blaze y yo esperé pacientemente. Justo cuando Totodile se disponía a saltar para dar el golpe, emití mis órdenes.

-Salta hacia atrás y Arañazo.- dije rápidamente.

Mi Pokémon reaccionó al instante y saltó justo a tiempo para evitar el golpe. Aprovechando que Lev había saltado hacia delante y perdió el equilibrio al fallar el golpe, Blaze le propinó un duro ataque que lanzó al Pokémon de Aura de espaldas al suelo.

-¡No! Ahora verás… Lev, usa Arañazo sin parar.- ordenó Aura con expresión frustrada. Alcé una ceja con incredulidad ante aquella orden tan simple, pero no dije nada. Al fin y al cabo, eso me favorecía.

-Blaze, esquiva con pequeños saltos y espera mi orden.- dije mientras me cruzaba de brazos para observar la situación.

Como yo había predicho, el Pokémon de agua se lanzó sin pensar a por mi compañero lanzando una lluvia de ataques. Blaze solo tenía que saltar un poco hacia atrás cada vez que Lev se acercaba para evitar el ataque y hacer que este le persiguiera.

-¡Deja de huir, cobarde!- exclamó Aura con molestia, pero yo hice oídos sordos.

Tras unos ataques más, Lev dejó de moverse y empezó a jadear, estaba sin aliento. Ese era el momento que yo estaba esperando.

-Blaze, usa Ascuas y sigue con Arañazo.- le indiqué a mi compañero.

Mi Charmander agitó su cola y varias llamas pequeñas volaron hacia Lev. Aura le indicó que lo esquivara, pero estaba agotado. El fuego golpeó al pequeño cocodrilo y lo hizo retroceder. Ese momento fue aprovechado por Blaze para darle un golpe definitivo que lo dejó inconsciente en el suelo.

-La victoria es de Eric.- anunció el profesor alzando un brazo en mi dirección.

-Lo has hecho genial, ahora descansa.- le dije a mi compañero acariciándole la cabeza. Lo devolví a su cápsula para que descansara y miré a Aura.

La chica sostenía a su compañero entre sus brazos y lo observaba con tristeza. Por un momento me preocupó haberle hecho un daño grave, pero mi temor se disipó cuando Totodile alzó su pata para tocar la mejilla de su entrenadora. Esta le susurró algo que no alcancé a escuchar y lo regresó a su Pokeball. Entonces me miró con rabia.

-Mi Pokémon tenía ventaja de tipo. No sé qué clase de trucos habrás usado, pero la próxima vez no perderé.- me dijo con evidente molestia en su voz.

Aquel comentario me ofendió bastante. Yo podía ser muchas cosas, pero no un tramposo, y menos en algo referente a los Pokémon. Estaba por decirle que se equivocaba cuando el profesor se interpuso entre ambos.

-Aura, ese comentario estaba fuera de lugar. Eric te ha vencido justamente. Has agotado a tu Pokémon haciendo que atacara sin ningún sentido y él ha aprovechado tu mala decisión. No está bien que culpes a otros de tus errores.- la regañó su padre con, a mi parecer, demasiada dureza. Ella le miró dolida por unos segundos, para después echar a correr en dirección al bosque y desaparecer entre los árboles.

-Esta chica… siento todo esto, Eric.- se disculpó el profesor mientras suspiraba. Yo negué con la cabeza para restarle importancia. Podía entender la frustración de Aura tras la derrota, y también lo difícil que debía de ser para el profesor, como su padre, regañarla por sus errores.

-Bueno, tengo algo más que darte antes de que inicies tu viaje Pokémon.- dijo mientras me indicaba que lo siguiera de vuelta al laboratorio.

Una vez allí, el profesor me entregó una mochila de color rojo y negro que contenía varias Pociones y Pokeballs. Al parecer era un kit de principiantes que le daba a todos los nuevos entrenadores. Dado que no tenía nada en aquel mundo, lo acepté gustoso.

-Pero el objeto que te será más útil es este.- dijo mientras me entregaba una pequeña caja negra. Al abrirla descubrí que se trataba de una especie de reloj de alta tecnología, era muy similar al Videomisor de Pokémon Blanco y Negro.

-Esto es un Holomisor. Se trata de un dispositivo de última tecnología que tiene infinidad de funciones. Puedes realizar llamadas a tus contactos, enviar mensajes, consultar el mapa de la región y muchas cosas más. Además, te será útil en tu camino de entrenador. Tiene incorporada una base de datos con todo tipo de información sobre cualquier Pokémon que puedas encontrar. Y por si fuera poco, tienes acceso a una biblioteca digital con cientos de libros sobre diferentes temas.- el profesor parecía más y más orgulloso de aquel dispositivo cuanto más hablaba de él. Y ciertamente no era para menos, aquel aparato superaba por mucho a una Pokedex común.

-Se lo agradezco mucho profesor. Lo usaré sabiamente.- le dije con una sonrisa. Me sentía verdaderamente agradecido con él después de todo lo que me había ayudado desde que llegué aquí.

-No es nada. Me gustaría pedirte que busques a Aura y le entregues esto. Si sigues esa dirección la encontrarás junto a un pequeño lago.- me pidió mientras me entregaba otra caja de Holomisor. Asentí una vez, no podía negarme a hacerle un favor después de toda su ayuda.

-Nos vemos profesor, gracias por todo.- me despedí del hombre y me adentré en el bosque.

La cálida luz de mediodía se vio casi totalmente opacada por la penumbra que reinaba en el bosque. Los grandes y espesos árboles permitían que muy poca luz entrara por entre sus copas, por lo que la visibilidad estaba bastante reducida.

Tras esperar aproximadamente un minuto a que mi vista se acostumbrara, pues no quería sacar a Blaze de su Pokeball en un bosque, empecé mi camino. Ya que no tenía ni idea de dónde estaba, seguí en línea recta la dirección que Abedul me indicó.

Estuve caminando entre la espesura durante lo que se me hizo una eternidad, aunque mi Holomisor indicaba que solo llevaba unos quince minutos. En ese momento percibí un poco de luz más adelante, así como el chapoteo de algo en el agua. Esa debía ser Aura, así que fui hacia allí.

Cuando salí del bosque, frente a mí se extendió un hermoso lago de aguas cristalinas. Un ruido a mi derecha me hizo mirar en esa dirección, solo para encontrarme a Aura sentada con la espalda apoyada contra el tronco de un árbol y expresión pensativa. La fuente del ruido era Lev, que estaba nadando en el lago alegremente.

Apenas había dado un paso hacia ella cuando su Pokémon se detuvo y me miró. Eso llamó la atención de la chica, que también se giró hacia mí. Al verme, la furia asomó a sus ojos por un segundo, pero rápidamente desapareció y dio paso a… ¿vergüenza?

-Siento molestarte, tu padre me pidió que te diera esto.- dije cuando llegué a su lado mientras extendía hacia ella la caja que me había entregado el profesor. Ella miró la caja por unos segundos, luego me miró a mí y, finalmente, me la arrebató de las manos de un movimiento veloz.

Sonreí con algo de nerviosismo ante su actitud, era una chica bastante impredecible. Sin embargo, por algún motivo que no entendía, sentí la necesidad de quedarme con ella un poco más. Me senté a su lado lentamente, respetando siempre su espacio personal.

Tal y como esperaba, ella me miró con incredulidad y algo de molestia, pero no dijo nada y volvió a mirar al frente. En ese momento decidí liberar a Charmander, el cual enseguida se puso a socializar con el Pokémon de Aura como si fueran amigos. La tierna escena me hizo sonreír.

-Oye… yo… gracias por traerme esto. Y también… l-lo siento por… bueno, lo de antes.- escuchar la voz de Aura con aquella inseguridad y timidez provocó un cosquilleo en mi estómago. Cuando no estaba gritando, su voz resultaba de lo más dulce.

-No te preocupes, entiendo la frustración que se siente al perder un combate.- le dije dedicándole una ligera sonrisa avergonzada.

No me enorgullecía decirlo, pero yo también había sufrido varias derrotas a lo largo de mi vida en los juegos de Pokémon. Principalmente fueron durante mis inicios, cuando era un novato, pero aun así me avergonzaba de ellas cuando las recordaba.

La joven me miró por unos segundos con expresión sorprendida, hasta que sus mejillas se sonrojaron un poco y apartó la vista avergonzada. Verla mirando al frente con el ceño fruncido y las mejillas rosadas formaba una imagen tan tierna y graciosa que no pude evitar reír un poco, aunque tuve que parar cuando me fulminó con la mirada.

-Eres un novato como yo, ¿verdad? ¿Cómo lo hiciste para vencerme tan fácilmente?- preguntó al cabo de unos segundos. En su voz no podía detectar furia, sino verdadera curiosidad y ganas de querer mejorar.

Pensé la respuesta por unos segundos. No podía decirle que mis conocimientos provenían de todos mis años de experiencia jugando a Pokémon. Al final opté por contarle una verdad a medias.

-He leído mucho acerca de los Pokémon y sobre estrategias de combate. Además, en los combates debes mantener la calma. Lanzar órdenes sin pensar te lleva a cometer errores.- le expliqué con tono amistoso. No quería que pensara que me estaba burlando de ella o algo similar.

Aura no dijo nada ante mi respuesta, aunque me pareció que murmuraba un agradecimiento. Lo dejé estar y simplemente observé el paisaje tan hermoso que tenía frente a mí. Los árboles, el lago y nuestros Pokémon jugando conformaban una escena de ensueño.

-De verdad amas a los Pokémon, ¿verdad? Puedo verlo en tus ojos, en la forma en que los miras.- escuché de repente a mi lado.

Al mirar a Aura, esta me devolvía una mirada cálida acompañada de una suave sonrisa que la hacía aún más preciosa de lo que ya era. Sentí mis mejillas sonrojarse y agaché la mirada.

-S-sí, siempre los he adorado. A todos ellos.- dije con nerviosismo mientras me pasaba las manos por los pantalones. Escuché cómo Aura soltaba una risilla musical, lo que me puso aún más nervioso.

-Me alegro de saberlo. Yo también los adoro, ¿sabes? Desde que era muy pequeña siempre he jugado con ellos.- dijo mirando hacia nuestros Pokémon con la mirada llena de afecto.

Me sorprendí y alegré a partes iguales al saber que ella compartía mi amor por aquellas criaturas. No dije nada y los observé también, simplemente disfrutando de cómo eran felices jugando entre ellos.

-Bueno, creo que ya hemos descansado bastante.- dijo Aura unos minutos después mientras se ponía en pie. Su Pokémon la miró y asintió, saliendo del agua de un salto. Entonces la castaña me miró con una sonrisa desafiante.

-Eric, la próxima vez no perderé contra ti, ¿entiendes? Voy a entrenar duro para nuestra revancha, así que más te vale no andar perdiendo el tiempo.- me dijo mientras me señalaba con una mano que sostenía una Pokeball. Yo sonreí y me puse en pie también.

-Muy bien, espero tu desafío con ansias.- le dije devolviéndole la mirada retadora.

Ambos nos quedamos así por unos segundos, para después empezar a reír a la vez. Aura agitó la mano a modo de despedida y echó a correr entre los árboles seguida de Lev. Yo la seguí con la mirada, y cuando ya no quedaba rastro de ella me giré hacia Blaze.

-¿Lo has oído? Debemos hacernos más fuertes.- le dije a mi compañero, el cual emitió un gruñido animado, mostrando que estaba de acuerdo.

Y así, ambos nos alejamos del lago para internarnos en el bosque y buscar oponentes. Ahora empezaba verdaderamente nuestro viaje para llegar a la cima del mundo Pokémon.


Hola a todos/as.

Aquí os traigo el capítulo 2 de esta historia. Se me olvidó mencionarlo en el primer capítulo, pero intentaré subir un capítulo a la semana, probablemente los fines de semana. Es posible que en ocasiones tarde más en subir capítulo debido a mis obligaciones, pero intentaré ser constante.

Espero con ansias vuestros comentarios sobre mi historia, solo os llevará unos minutos y a mí me ayuda y motiva mucho.

Un saludo, nos leemos ^^