Capítulo 7
Habían pasado dos días desde mi llegada a Ciudad Férrica. Como el primer día ya había visitado los lugares más importantes, el resto del tiempo lo invertí en ir a la zona subterránea de entrenamiento y en planear una estrategia contra Petra, cosa que llevaba bastante bien.
En este tiempo mis Pokémon se habían fortalecido bastante, incluyendo a Spike, mi última incorporación. Me había dado cuenta de que, contrariamente a su aspecto tosco, era un Pokémon bastante tranquilo. Eso hacía que Bianca se llevara mejor con él que con mis otros dos compañeros, bastante más competitivos.
También exploré la ruta 116 que había al noreste de la ciudad, pero al llegar al Túnel Fervergal no pude cruzarlo ya que, casualmente, estaba de obras por un derrumbe. Me pregunté cuánto habría de casualidad en ese asunto, pero no servía de mucho preocuparse de eso.
Ahora, finalmente, me encontraba frente a las puertas del gimnasio para tener mi primera batalla de gimnasio en esta región, y la primera real en toda mi vida. No pude evitar sentirme nervioso y removerme en mi sitio, pero tomé aire y lo exhalé lentamente. Debía confiar en mi habilidad y en mis compañeros.
Me acerqué a la puerta y las hojas se abrieron deslizándose hacia los lados para dejarme entrar. Contrariamente a lo que me esperaba, la vista frente a mí no era más que una sala de espera con unos bancos para sentarse y una joven detrás de un mostrador.
-Hola, ¿vienes a desafiar al gimnasio?- preguntó la chica con tono amable. Algo confuso, asentí lentamente.
-Bien, déjame tu tarjeta de entrenador, por favor.- pidió extendiendo su mano. Le entregué lo pedido y ella la introdujo en una máquina.
-Ya veo, eres Eric y es tu primer gimnasio. Permíteme explicarte cómo funciona el desafío. Antes de enfrentar a Petra debes vencer a un entrenador del gimnasio que será seleccionado aleatoriamente. Si lo logras podrás retar a la líder, ¿te parece bien?- su explicación fue bastante clara y no dejaba mucho lugar a dudas, por lo que me limité a asentir.
-En ese caso, puedes empezar ahora mismo, pero primero debes firmar esto.- dijo entregándome un papel con bastante texto escrito. Solo pensar en leerlo me produjo una pereza enorme.
-No te preocupes, solo es para tener tu consentimiento a ser grabado.- dijo la chica soltando una pequeña risa. Debió ver en mi cara que no me ilusionaba leer todo eso.
-¿Grabado? ¿Qué quieres decir?- pregunté algo extrañado. Quizá se refería a las cámaras de seguridad del gimnasio, pero para eso no se requiere consentimiento.
-¿No lo sabes? La Liga Pokémon, en colaboración con la televisión de la región, graba todos los combates de gimnasio que tienen lugar. Y cada día emiten por televisión los mejores combates.- explicó mirándome extrañada, como si saber aquello fuese algo obvio.
Pero yo estaba demasiado ocupado asimilando sus palabras como para preocuparme lo que pensara de mí. ¿Cómo que iba a salir en televisión? Yo no quería que miles de personas de toda la región me vieran. De solo pensarlo ya me estaba poniendo nervioso. Y aunque ya me imaginaba que la liga sería televisada, aun quedaba mucho para eso y pensaba que tendría tiempo para prepararme.
-¿Estás bien?- escuché preguntar a la joven. No me extrañaba su pregunta, mi cara debía ser un poema. Solo podía mirar la hoja que debía firmar mientras mis manos temblaban levemente y mi cabeza intentaba pensar en alguna forma de evitar eso.
En ese momento escuché el ruido de una Pokeball abrirse, acompañado del característico haz de luz. Al mirar abajo vi que se trataba de Bianca, quien me miraba preocupada y abrazaba mi pierna. Por el brillo de su cuerno supe que había notado cómo me sentía e intentaba animarme.
¿Pero qué clase de entrenador penoso era yo? Había estado entrenando duramente con mis compañeros para este momento, no podía desechar todos sus esfuerzos solo porque me diera miedo salir delante de unas cámaras.
-Gracias por animarme, eres la mejor.- le dije a mi amiga con cariño mientras me arrodillaba a su lado y acariciaba su cabeza. Ella sonrió y me respondió con un gruñido cantarín.
-Está bien, participaré.- dije poniéndome en pie y firmando la hoja. Tras entregársela a la recepcionista, esta tecleó algo en el ordenador y unas puertas que había al fondo de la sala se abrieron.
-Suerte en el desafío.- me dijo con una sonrisa, a lo que yo asentí murmurando un agradecimiento.
Al cruzar la puerta me encontré en una sala bastante simple y con un campo de batalla en el centro. Me esperaba algo más espectacular, aunque quizá fuera así porque no era el campo donde peleaba la líder de gimnasio.
Me coloqué en uno de los dos espacios habilitados para los entrenadores y solo tuve que esperar unos segundos antes de que una puerta en el otro extremo de la sala se abriera y apareciera una joven entrenadora de cabello castaño. Detrás de ella entró un árbitro para el encuentro.
-Hola, aspirante. Me han seleccionado para poner a prueba si eres lo bastante bueno para enfrentar a Petra. Te deseo suerte.- las palabras de la chica sonaban confiadas, lo que me hizo preguntarme si de verdad era tan buena o solo me subestimaba.
El árbitro explicó que sería un combate con un solo Pokémon y nos preguntó si estábamos listos. Ambos asentimos y él empezó una cuenta atrás. Al llegar a cero, los dos lanzamos nuestros Pokémon al mismo tiempo.
Por mi parte decidí lanzar a Bianca. Blaze tenía mucha desventaja en este gimnasio, y a Gael y Spike quería reservarlos para la líder, así que ella era la mejor opción. Por otro lado, la chica eligió a un Amaura.
-Vaya, ese es un Pokémon raro.- murmuré con sorpresa al ver al Pokémon prehistórico. Era bastante bonito, pero no por eso se lo dejaría fácil.
-Usa Viento Hielo.- mi rival se adelantó y ordenó el primer ataque, aunque eso no suponía un problema para mí. El pequeño dinosaurio lanzó una ráfaga de aire frío hacia Bianca.
-Usa Teletransporte.- dije tranquilamente. Mi compañera obedeció y desapareció del lugar, esquivando el ataque sin problemas. Mi rival pareció un poco sorprendida, pero enseguida se repuso.
-Ahora Confusión.- era nuestro turno de atacar. Bianca apareció detrás de Amaura y se rodeó de un aura azul. Su ataque psíquico golpeó a su enemigo, causándole un buen daño.
-Esa estrategia es una molestia, tenemos que pararla. Amaura, usa Viento Hielo mientras giras sobre ti misma.- ordenó mi rival. Su decisión me tomó por sorpresa, no esperaba algo así.
El pequeño dinosaurio hizo lo indicado y los ataques de hielo empezaron a llenar toda la sala. Bianca intentó esquivarlos con Teletransporte, pero al cabo de un rato terminó siendo golpeada por uno de ellos. Sin embargo, tantos ataques habían dejado algo agotado a nuestro oponente.
-Un último esfuerzo, usa Lanzarrocas.- eso era peligroso, tal ataque podría dañar mucho a Bianca. Amaura golpeó el suelo con sus patas y varias piedras volaron hacia mi compañera.
-Levántate y esquívalo.- dije preocupado. Mi Pokémon lo intentó, pero todos los anteriores ataques de Amaura habían dejado una fina capa de hielo sobre casi todo el campo de batalla. Me asusté al ver cómo resbalaba con el hielo y caía de nuevo al suelo, para justo después ser golpeada por varias rocas.
-¡Bianca!- exclamé muy preocupado. Por un segundo pensé en entrar al campo de batalla e interrumpir el combate, pero me sentí aliviado cuando el humo que levantó el ataque se disipó y mostró que mi compañera estaba en pie.
Sin duda había resultado dañada por algunas rocas, pero otras estaban suspendidas en el aire gracias a sus poderes psíquicos, los cuales había usado para disminuir el ataque. Dejé salir el aire que había estado conteniendo mientras el alivio me invadía, aunque un pensamiento extraño llegó a mí.
Justo cuando las rocas iban a golpearla pensé en ordenarle que las detuviera con sus poderes, pero no tuve tiempo de hacerlo. Sin embargo, como si hubiera leído mi mente, ella había hecho exactamente eso. No sabía si era debido a sus poderes psíquicos o a su capacidad de leer mis emociones, pero fuera lo que fuera nos había salvado.
-Aprovecha que está agotado, usa Confusión.- no quise extender el combate mucho más al ver que Bianca también estaba cansada.
Mi Pokémon reunió toda la fuerza de la que fue capaz y lanzó el potente ataque mental. Amaura, a pesar de la orden de su entrenadora, estaba demasiado cansada para evitarlo, por lo que lo recibió de lleno y cayó al suelo.
-El combate ha finalizado. Los ganadores son Eric y su Ralts.- anunció el referí al comprobar que mi rival estaba totalmente derrotada.
El alivio y la alegría me invadieron, por lo que no dudé en correr hasta mi amiga y levantarla entre mis brazos. Lucía bastante cansada, pero no herida de gravedad. Ella me devolvió el abrazo mientras gruñía de alegría, cosa que me hizo reír.
-Ha sido un buen combate. Puedes pasar a la siguiente sala y retar a Petra.- la chica me sonrió amablemente mientras señalaba la puerta que había a su espalda. Yo asentí y me despedí con un gesto de la mano antes de continuar, no sin antes devolver a Bianca a su Pokeball murmurando un agradecimiento por su esfuerzo.
En la siguiente habitación me encontré algo bastante más espectacular. Se trataba de un gran campo de batalla con gradas a izquierda y derecha. El terreno era de tierra y estaba lleno de rocas por toda su extensión. Sin embargo, lo que más llamó mi atención y me preocupaba eran las decenas de cámaras que había repartidas por todo el lugar.
-Vaya, mira quien ha venido.- escuché decir a una voz. En ese momento, un foco se encendió e iluminó a una figura que estaba al otro lado del terreno. Se trataba de Petra.
-Como dije, he venido a por mi medalla.- intenté que mi voz sonara segura, aunque me tembló un poco. Ella debió notarlo, pues su sonrisa aumentó. Por suerte, no dijo nada al respecto.
-Bien, veamos de qué eres capaz. Yo, Petra, líder de gimnasio de Ciudad Férrica, acepto tu desafío.- dijo la morena avanzando hasta colocarle en su zona de entrenador al otro extremo del campo. Yo también avancé hasta mi lugar.
-El combate será de dos contra dos y solo el aspirante puede cambiar de Pokémon. El combate finaliza cuando todos los Pokémon de un bando no puedan continuar o si alguno de los dos se retira.- explicó el árbitro, al cual ni siquiera vi llegar. Ambos asentimos para mostrar que aceptábamos.
El hombre alzó la bandera y llevé una mano a mi cinturón. En cuanto dio la señal, ambos lanzamos las cápsulas al campo de batalla. Había pasado bastante tiempo pensando en una estrategia para este combate, solo esperaba no encontrarme ninguna sorpresa desagradable.
Tras un destello blanco aparecieron dos figuras sobre el campo de batalla. La primera era la de Spike, una de mis grandes apuestas para este gimnasio. Y la otra, para mi sorpresa, era la de Nosepass. Esperaba enfrentar a ese Pokémon al final, pues era el Pokémon insignia de Petra. ¿Sería posible que tuviera un Pokémon más fuerte que ese?
-No es lo que esperaba, pero vamos allá. Spike, usa Energibola.- había aprovechado estos días para enseñarle este movimiento a Ferroseed, pues sabía que me sería muy útil para el gimnasio.
-Nosepass, bloquéalo con Lanzarrocas.- ordenó Petra. Su Pokémon golpeó el suelo y varias rocas salieron disparadas hacia mi Pokemon. Ambos ataques colisionaron y se anularon en una explosión.
-Ya veo, compensa la baja velocidad de su Pokémon bloqueando los ataques en vez de esquivarlos. Parece que debemos aumentar la velocidad. Usa Desenrollar para moverte.- tras mi indicación, mi Pokémon empezó a girar a gran velocidad y avanzó velozmente por el campo de batalla.
Petra pareció sorprenderse un poco por mi estrategia, pero no se dejó intimidar y ordenó a su Pokémon usar Onda Trueno. Era de esperar, con eso pretendía reducir la velocidad de mi compañero y, con suerte, que se paralizara en ocasiones.
Sin embargo, ese movimiento no tenía una precisión perfecta, y eso sumado a la velocidad de Spike hicieron que fuera imposible acertar el ataque eléctrico. Petra enseguida se dio cuenta de eso y chasqueó la lengua con frustración.
-Spike, da vueltas a su alrededor.- dado que Nosepass es de por sí un Pokémon lento, mi intención era confundirlo usando la velocidad. De esta forma, no podría bloquear el ataque de Spike.
-No lo dejes acercarse, usa Lanzarrocas.- ordenó Petra.
Su Pokémon empezó a lanzar piedras contra mi compañero sin cesar, aunque la gran mayoría de ellas ni siquiera llegaban a tocarlo. Y las pocas que sí lo hicieron apenas causaron daño debido al tipo acero de Spike.
Sin embargo, no tardé en darme cuenta de las verdaderas intenciones de la líder. El campo de batalla estaba cada vez más lleno de rocas irregulares, lo que dificultaba que mi Pokémon pudiera rodar libremente. Me pareció una forma brillante de frenar mi estrategia.
-Debemos darnos prisa. Carga contra él.- ordené con confianza. Petra pareció sorprenderse de mi orden, probablemente pensando que un Desenrollar no sería efectivo contra su Pokémon.
Spike avanzó directamente hacia Nosepass esquivando las rocas que le lanzaba. Cuando estaba a punto de llegar frente a él, Petra hizo lo que yo esperaba y ordenó un Onda Trueno.
-¡Ahora, salta y usa Drenadoras!- dije rápidamente.
Mi Pokémon aprovechó una roca del suelo para catapultarse hacia arriba, esquivando el ataque de su rival. Desde el aire dejó de girar y lanzó las semillas hacia el Pokémon de roca, acertando de lleno. Las enredaderas lo rodearon rápidamente.
-Tsk, tu Pokémon tiene muchas sorpresas.- farfulló la líder con molestia. Probablemente no se esperaba que conociera Drenadoras. No podía culparla, a mí también me pilló desprevenido.
-Buen trabajo, Spike. Céntrate en esquivar sus ataques y deja que se debilite.- esa era una estrategia bastante sucia, pero perfectamente legal. Yo prefería los combates más directos, pero un buen entrenador debe sacar provecho de las capacidades de sus Pokémon.
-No podemos alargar esto… Nosepass, ataca con Lanzarrocas.- la voz de Petra sonaba algo desesperada. Ambos sabíamos que el tiempo jugaba en su contra.
Ahora que había acertado con Drenadoras, Spike se dedicó a evitar todos los ataques que su enemigo le lanzaba, mientras que este intentaba desesperadamente golpearlo. Al final, Petra cometió el error final que yo estaba esperando.
-No lo dejes huir, ve tras él.- tras esa orden, el Pokémon de roca empezó a desplazarse por primera vez desde que inició el combate. Sus pasos eran lentos y pesados, por lo que nunca alcanzaría a Spike.
-Ahora, usa Energibola.- dado que el terreno era bastante irregular debido a todas las rocas que había, el Pokémon de Petra acabó perdiendo el equilibrio, cosa que yo estaba esperando.
Mi compañero ejecutó rápidamente mi orden y una esfera de energía verde voló hacia el Pokémon de la líder, que nada pudo hacer para evadirlo. El ataque provocó una pequeña explosión que lanzó a Nosepass al suelo, totalmente inconsciente.
-Nosepass está fuera de combate.- señaló el árbitro tras una rápida revisión. Petra hizo una mueca resignada y regresó al Pokémon a su cápsula.
-Eres bastante fuerte para ser un principiante, quizá incluso más que el chico del Treecko que vino ayer.- me felicitó Petra mientras guardaba la Pokeball y sacaba otra.
Ese comentario me llamó la atención. Quizá podía estar equivocado, pero algo me decía que se estaba refiriendo a Bruno. Así que él ya había ganado la medalla y me llevaba ventaja. Bueno, no es como si esto fuera una carrera.
No tuve mucho tiempo para perderme en mis pensamientos, pues el siguiente Pokémon de la líder apareció en un destello blanco. Para mi sorpresa, se trataba de un Lileep, uno de los Pokémon fósil de la región.
-No cantes victoria todavía, ahora viene lo interesante.- dijo la morena con confianza. Eso me preocupó e hizo que me centrara aun más en el combate.
Lileep era un Pokémon de tipo roca/planta, por lo que las Drenadoras no tendrían efecto en él. Si tuviera un ataque de tipo acero tendría posibilidades, pero no era el caso. Este sería un encuentro muy difícil para Spike.
-Usa Arraigo.- indicó Petra, iniciando así el combate.
Su Pokémon hizo aparecer varias raíces de su cuerpo que se incrustaron en el suelo, lo cual le impedía moverse del sitio. Pero yo sabía cuál era su estrategia, pues era casi la misma que yo había usado. Usaría las buenas defensas de Lileep y la curación de Arraigo para vencerme por desgaste.
-Maldición, ella tiene la ventaja ya que Spike no puede curarse.- murmuré para mí mismo con preocupación. Pero no me rendiría tan fácilmente, Spike aun podía dar pelea.
-Usa Energibola.- le indiqué a mi compañero. Al instante, la esfera verde golpeó a Lileep sin hacerle apenas daño. Era normal teniendo en cuenta sus defensas, el bajo ataque especial de Spike y el tipo del ataque. Por desgracia, era lo único que podíamos hacer.
El combate prosiguió durante largos minutos en los que ella me atacaba con Tumba Rocas y Energibola, los dos ataques de su Pokémon, y yo atacaba con Energibola. Ningún ataque era efectivo, pero solo Lileep podía curarse, así que fue mi compañero el que acabó cayendo debilitado por el daño acumulado.
-Has hecho un buen trabajo.- dije al guardarlo en su cápsula. Y ahora tenía un dilema, ¿qué Pokémon debía sacar? Tanto Charmander como Buizel eran débiles a uno de los dos tipos que tenía mi oponente, y Bianca tenía unas defensas muy débiles para aguantar esos ataques durante mucho tiempo.
-Bien, te elijo a ti.- tras tomar mi decisión, lancé la Pokeball. Gael apareció en el campo de batalla con los brazos cruzados y expresión orgullosa. Al ver a su enemigo, adoptó postura de combate.
-Vaya… espero que tengas una buena estrategia, o tu Pokémon lo pasará mal.- dijo Petra mirándome con una ceja alzada al ver mi elección. Probablemente pensaba que había perdido el juicio.
-Ahora lo verás. Usa Ataque Rápido para acercarte.- tras mi orden, Gael se rodeó en un aura blanca y avanzó a toda velocidad contra su enemigo.
-No lo dejes, usa Tumba Rocas.- ordenó Petra. Sabía lo que pretendía, ralentizar a mi amigo, pero no lo conseguiría.
Las rocas llovieron sobre mi Pokémon, pero gracias a su velocidad lograba esquivarlas sin problema. Esa era mi apuesta, usar la velocidad de Gael para ganar. Bueno, eso y…
-Usa Bomba Sónica.- dije cuando ya estaba bastante cerca. Le había ordenado acercarse tanto para que Petra no tuviera la oportunidad de bloquear el ataque.
El golpe sónico impactó contra nuestro enemigo y le hizo bastante daño. Aunque Bomba Sónica no fuese un buen ataque en niveles avanzados, el daño fijo que hacía en los niveles bajos era a tener en cuenta. Además, como Lileep tenía la habilidad Colector, no podía atacar con agua.
-Aléjalo con Energibola.- la líder frunció su ceño al darse cuenta de mi estrategia. Pero Gael ya estaba preparado y esquivó el ataque con rapidez.
Esta sería una batalla de desgaste donde mi amigo debía vencer a su oponente antes de que se le acabaran las fuerzas y no pudiera esquivar sus ataques. Pero yo estaba seguro de que ganaría, confiaba en él.
-Gael, muévete a su alrededor y lanza Bomba Sónica.- le indiqué a mi compañero.
-No se lo permitas, usa Energibola.- contestó Petra.
Y así, ambos Pokémon empezaron a lanzarse ataques el uno al otro. Mi amigo era muy rápido y podía esquivar todos los ataques de Lileep, así como acertarle algún Bomba Sónica cuando tenía la oportunidad. Sim embargo, parte del daño era curado por Arraigo.
Tras un rato se notaba que el Pokémon de Petra estaba al límite de sus fuerzas, pero Gael también estaba agotado de tanto movimiento. Yo no podía hacer demasiado, él debía aguantar más que su enemigo.
-Usa Tumba Rocas.- ordenó Petra. Podía notar en su cara que ella también estaba tensa por combate.
-Esquívalo.- le dije a mi compañero. Si ese ataque acertaba y bajaba su velocidad sería un gran problema.
Gael logró evitar las primeras rocas sin mucho esfuerzo, pero se tropezó con una piedra y cayó al suelo. Mis ojos se abrieron ampliamente con preocupación al ver que más rocas se dirigían hacia él.
-Destrúyelas con Pistola Agua.- dije rápidamente. Si no podía esquivarlas solo quedaba bloquear el ataque.
Usando todas sus fuerzas, mi Pokémon lanzó un fuerte chorro de agua que rompió en pedazos algunas de las rocas y desvió otras, salvándose del ataque. Una ligera nube de humo provocada por las rocas rotas cubrió la zona.
Mi corazón palpitó alarmado cuando una esfera verde apareció de entre el humo y explotó al impactar contra Gael. Debido al peligro de las rocas, me había distraído y no había visto venir ese ataque. Miré con preocupación hacia el punto donde estaba mi compañero.
-¿Estás bien?- pregunté cuando el humo empezó a disiparse y vi su figura difuminada.
Mi amigo apareció de pie entre el humo, mirando a su rival con decisión. Se mantenía en pie por puro orgullo y fuerza de voluntad, pues era fácil notar lo dañado y agotado que estaba.
-Tu Pokémon es persistente, hay que reconocerlo.- dijo Petra mientras observaba sorprendida a Gael. Era normal, incluso yo no podía creer lo mucho que mi Pokémon ansiaba la victoria. Y fue eso lo que hizo desaparecer mis dudas y encendieron mi determinación.
-Vamos a ganar esto, amigo. Usa Ataque Rápido con Bomba Sónica.- ordené con decisión. Sabía que era una apuesta arriesgada que acabaría con las pocas fuerzas que le quedaban, pero era necesario.
Gael salió disparado hacia su enemigo, el cual lanzó un Energibola que mi Pokémon pudo esquivar. Se detuvo justo a un lado de Lileep y lo golpeó de lleno con el ataque sónico, para después empezar a moverse otra vez.
-Detenlo con Tumba Rocas.- ordenó Petra mientras apretaba con dientes.
-¡Sigue atacando con Bomba Sónica!- exclamé con energía, quería transmitirle seguridad a mi Pokémon en una situación tan desesperada.
En ese momento sentí algo extraño dentro de mí. Fue como si mi corazón hubiese latido con tanta fuerza que el sonido resonó por todo mi cuerpo, pero se trataba de algo más espiritual que físico. Podía notar algún tipo de conexión extraña entre Gael y yo. Fue apabullante y confuso, pero intenté centrarme en el combate.
Los dos combatientes, al límite de sus fuerzas, lanzaron sus ataques contra el otro. Gael esquivó algunas rocas con maestría, y me pareció ver una ligera aura blanca que lo rodeaba, pero no estaba seguro en mitad del combate. Logró encontrar un hueco para lanzar una fuerte onda sónica que parecía misteriosamente más fuerte que las anteriores. Las rocas que aun se dirigían hacia él se hicieron añicos en el aire y el ataque de mi amigo impactó contra Lileep, haciendo que este cayera hacia atrás totalmente inconsciente.
Hubo unos segundos de silencio en los que tanto Petra como yo mirábamos al campo de batalla con la respiración agitada y asimilando lo que había ocurrido. Al final, unas palabras nos sacaron a ambos de nuestro estupor.
-Lileep está fuera de combate. La líder Petra no tiene más Pokémon, lo que significa que el aspirante Eric es el ganador.- anunció el referí levantando una bandera hacia mi lado del campo.
Al oír eso, mi cuerpo recuperó sus sentidos y una gran sonrisa apareció en mi rostro. Con un grito eufórico, corrí por el campo de batalla, incluso tropezándome con una piedra, para llegar hasta Gael. Mi compañero me vio venir y saltó a mis brazos, momento en el que lo levanté por los aires y empecé a darle vueltas.
-¡Lo has hecho, eres genial!- le felicité bajándolo y acariciando su cabeza con energía. Él sonreía y se dejaba mimar. Parecía orgulloso de su logro, aunque estaba muy cansado y no tenía muchas energías para celebrar.
-Ha sido un combate impresionante. Tus Pokémon y tú habéis demostrado un valor y perseverancia capaces de romper las rocas. Estoy feliz de anunciarte que has superado tu primera batalla de gimnasio, y por ello te hago entrega de mi medalla.- dijo Petra llegando a mi lado. Su mano, extendida hacia mí, sostenía la pequeña placa por la que tanto habíamos luchado.
-Gracias Petra. Ha sido un combate muy duro.- le dije con una sonrisa mientras tomaba la medalla y la observaba con emoción. Este era mi primer paso importante en mi camino para ser el mejor entrenador.
Gael se removió entre mis brazos y recordé que estaba agotado, así que lo devolví a su Pokeball para que descansara ahí. Tras eso vi una cámara de fondo que me recordó que estaba siendo grabado, lo que hizo que algunos nervios volvieran a aflorar en mí.
-Me marcho al Centro Pokémon, espero que volvamos a vernos.- me despedí con algo de prisa, quería salir de allí cuanto antes.
-Claro, suerte en tu viaje.- por la sonrisa que me daba, creo que Petra se dio cuenta de lo que me ocurría, lo que me avergonzó un poco.
Salí del gimnasio a paso rápido y no tardé demasiado en llegar hasta el centro de descanso. Mientras la enfermera Joy se hacía cargo de mis amigos, yo decidí ir a la cafetería. El combate me había ocupado toda la mañana y era hora de comer, así que estaba hambriento.
Decidí esperar a que la enfermera me devolviera a mis Pokémon, y cuando lo hizo fui a mi habitación con mi comida. Una vez allí, coloqué sus raciones de comida y los liberé para comer todos juntos. Gael y Spike estaban especialmente hambrientos y se lanzaron a por su comida.
-Chicos, estoy muy orgulloso de vosotros. Habéis hecho un gran trabajo y lo habéis dado todo. Os lo agradezco mucho.- dije mientras me agachaba a su altura y los acariciaba a todos uno por uno.
Ellos me miraron con algo de sorpresa al inicio, pero pronto sonrieron y se lanzaron sobre mí, lamiéndome la cara y abrazándome. No pude evitar echarme a reír, aunque Spike me estaba pinchando un poco. Los envolví entre mis brazos mientras unas lágrimas de felicidad caían por mis mejillas, las cuales fueron limpiadas por mis preocupados amigos.
-No os preocupéis, estoy bien.- los tranquilicé con una sonrisa.
Nos quedamos así abrazados durante tanto tiempo que perdí la cuenta de los minutos. Quizá por el cansancio y estrés del combate, todos nos quedamos dormidos sin darnos cuenta.
Hola a todos/as, aquí estoy de nuevo.
Esta semana me ha resultado especialmente difícil escribir, y probablemente sea así desde ahora. Por tanto, me veo obligado a subir caps cada dos semanas. Intentaré traeros al menos eso.
Peeero... la buena noticia es que este capítulo ha sido especialmente largo e intenso como compensación.
Creo que no tengo mucho más que decir, así que espero que el capítulo os haya gustado. Espero leer vuestros comentarios, que me hace mucha ilusión ;)
Un abrazo, hasta la próxima ^^
