Quiero agradecer especialmente a: Maika-LunaRota, Irijb, princess-dreamer, JaneAddams, oOaiNyOo, LizBlack, Katita (para resumir), vaLe y Kazehime Kagura. Que con sus reviews de manerda directa o indirecta me han ayudado a seguir escribiendo. Ya os lo he dicho, pero gracias!

Si no me molesto a explicar mi versión de la tercera película, es decir como rescataron a Jack y como destruyeron el corazón de Davy Jones es porque hay magníficos fics sobre eso (yo misma estoy enganchada a ellos xD). Disfrútenlo.

Ah! Y la continuación del song fic está en marcha.

El diario de una pirata

1.Una vida nueva

Me llamó Elisabeth Swann, tengo 20 años y soy pirata.

Ayer me embarqué en el Perla Negra, con el Capitán Jack, y su compañía de borrachos, malolientes y violentos chimpancés, quiero decir, de sus más fieles piratas. Con fieles me refiero a que AUN no se han amotinado (por lo visto, el hombre es tendencioso a que lo abandonen a su suerte).

Como iba diciendo... Ayer me despedí definitivamente de mi antigua vida de mortales corsés y de sirvientes por doquier. Hubo lagrimas, y lamentos, y bastantes advertencias/previsiones de una muerte segura en alta mar (entre otros martirios dolorosos e insufribles que me comentaron). Pero al ver mi determinación, mi padre solo pudo ceder y acatar mi decisión. Tuvo un ultimo detalle y me regaló este diario (en realidad debería ser una bitácora, pero el pobre hombre no tiene mucha cultura marítima). Por ultimo me hizo prometer que si nada malo sucediese, que volviese sin pensarlo. Lo abracé, y me marché, antes que mis lágrimas me traicionarán.

Paseé por Port Royal, recordando viejos momentos, y sonriendo al comprobar que estaba cumpliendo mi sueño de niña, tantos libros, tantas noches en vela se volvían realidad.

El miedo se confundía con la emoción.

Temblaba.

Pero en mi cara intentaba reflejar serenidad, no iba dar el gusto a quienes disfrutan de las desgracias ajenas, y no solo hablo de las viejas pellejas de Port Royal que no tiene nada mejor que hacer que criticar, sino a los que son ahora mis compañeros, que no habrán leído más que una etiqueta de botella de ron, pero que huelen el miedo a kilómetros.

Llegué a las afueras de la ciudad, donde todo era vegetación y picos escarpados. Allí me encontré a la persona que había esquivado durante todo el viaje, desde que rescatamos a Jack Sparrow del Kraken hasta que vencimos definitivamente a Davy Jones.

Will.

Mi mejor amigo, mi confidente, mi prometido.

Estaba de pie entre las palmeras, mirando el horizonte. Dudé si debía acercarme, pero una fuerza tiró de mi, no se merecía ese trato, él no. Me ubiqué a su lado observando en su misma dirección, el mar.

-¿Cómo estas?-nada más acabar la pregunta, me obofetee mentalmente. ¿En que pensaba? Le estaba hablando como si nada hubiera pasado...

-Bien, supongo.-

Me quedé impactada, no me esperaba ese tono gélido, y el que no me mirase a la cara tampoco ayudaba.

-Yo...-no sabía ni como empezar. Así que pensé que era mejor tirar por el derecho.-Mira Will, lo siento mucho. No pretendía hacerte daño...yo te quiero –ante esas palabras el exherrero se giró para verme-, de verdad, pocas cosas tengo tan claras como esta. Pero también sé que casarme contigo seria un error. Un mundo de posibilidades se abre ante mi, puedo hacer mis sueños realidad y ahora mismo no puedo...ni quiero...-las palabras me empezaban a fallar y la emoción embargaba mi voz- No puedo rechazar esta oportunidad que se me ofrece, porque no solo tiraría por la borda un futuro de libertad sino que negaría quien soy. ¿Comprendes?

Los segundos pasaron, y Will no decía nada. Parecía que el mundo se hubiera parado porque quería ver cuanto más era capaz de sufrir. Después de un largo suspiro contestó:

-¿De verdad que es solo eso? Vi como besabas a Jack.-Todo el aire de los pulmones se me había ido en un segundo. Mis temores ya eran una realidad.- ¿Acaso no es ese el motivo por el que te vas¿ Por que ÉL es mucho más excitante que yo, verdad?-Nunca había escuchado a Will hablar con tanta malicia.

-No! Claro que no¿Acaso crees que una decisión como esta la tomo por un hombre? Siento si te decepcioné por lo de Jack. Pero te juro que no cambio un hombre por otro. Me entristece que pienses así. Pensaba que me conocías.- Me giré con toda la intención de irme, me sentía ofendida, humillada.

-No. Espera. Lo siento. Quédate, por favor.-Me paré de golpe. Sus palabras eran sinceras.- No debería haberte dicho eso. Perdóname. No te lo mereces. Pero es que me dio mucho coraje verte en brazos de Jack.

-No hay nada que perdonar. Ambos hemos cometido errores.

Nos quedamos mirando a los ojos, como si así pudiéramos perdonarnos todo el daño hecho, fue de manera inconsciente, lo sabíamos. Pero no por eso dejaba de sangrar la herida. Solo el tiempo y la brisa marina la cicatrizarían.

Will se acercó a mi, con la seguridad del hombre que se juega el todo por el todo en una carta. Me besó, con furia, con necesidad, buscando algo que yo no le podía ofrecer. Dejé que el mismo se diera cuenta del resultado. A los segundos se separó.

-Los dos estamos atados al mar. Pero en caminos distintos. Espero que un día me sepas perdonar William Turner.

Volteé, y me dirigí al puerto. Era hora de partir.

Allí había un ambiente inmejorable .Risas, cantos, flores, ron. Los piratas abastecían la Perla Negra, estaban contentos, pocas veces podían amarrar su barco sin el temor a ser descubiertos y colgados. La gente estaba agradecida a la tripulación pues les había librado del terror de Lord Cuttler que cuando se apoderó del corazón de Davy Jones, empezó a sembrar el pánico ahí donde fuese. Por suerte todo había terminado, y mi padre como agradecimiento decidió hacer una excepción con esos corsarios.

Todo esa fiesta contrastaba con mi corazón. No debía estar triste, pero lo estaba. Abandonaba tantas cosas...Mi padre, mis amigos, la seguridad de un futuro, Will... Mis negros pensamientos se vieron interrumpidos por un sonoro grito:

-Ya esta todo listo!Todos al abordaje!- Gritó el capitán.

Los piratas entraron en el navío entre los vítores de la población de Port Royal, que los había acogido como hijos después de la gran aventura. La música sonaba y los buenos deseos se sucedían.

Fui la ultima en entrar. Miré por ultima vez a mi ciudad, despidiéndome con la mirada de los míos. Al fondo de todo el gentío, vislumbre a Will, pude leer en sus labios una pregunta: "¿Amigos?" . La alegría recorrió todo mi cuerpo cuando le contesté:

-Siempreeeeeee!

Y así fue, como me fui de Port Royal. Viendo a Will sonreír por primera vez en mucho tiempo, y toda la gente, tanto dentro como fuera del barco, echándome una mirada inquisitoria.

Esta claro que debo aprender a ser más discreta.

Ya son las 7 de la mañana. Debo dejar de escribir. Tengo que empezar con mis tareas.

Elisabeth Swann, 20 de Abril del 1688.

Elisabeth cerró el diario y lo escondió detrás del compartimiento de la cerveza sin alcohol (N/A: xD), hacia tiempo que había comprobado que era el mejor escondite en un barco. Con una gran sonrisa se dirigió a la cubierta. Tenia la sensación que hoy seria un gran día.

-Buenos días Ojochungo! Buenos días Ralphy! Que tal se encuentran?

Los dos aludidos, enarcaron la ceja. No estaban acostumbrados a tanta amabilidad. Eran piratas. Ni ellos mismos se trataban con respeto.

-Errrrrrrrr...bien...Señorita Swann.- contestó el pirata que tenía un ojo de vidrio (por fin había conseguido uno!). Con ese hombre había hecho un gran progreso, antes la intentaba matar/raptar y ahora discutían sobre libros. No estaba mal para empezar.

-Jajajaja. No hacen falta tantos formalismos, llamadme Elizabeth, Liz o Eli si lo preferís. Que toca hacer hoy?

-Descabezar a los peces y quitarles la tripa, Eli.- La frase en si era amable, pero se notaba un destelló de ira. El tan conocido "Ralphael el chupasangre" había pasado a ser Ralphy en unos segundos, y con los años venideros supo que nadie más se acordaría su antiguo y temido nombre.

-Vaya...y eso como se hace?-preguntó la muchacha con una sonrisa, había dudado en si mantenerla pues sabia que era uno de los peores trabajos, y no era casualidad que le hubiera tocado a ella. Que fuera "amiga" de los altos mandos (Jack y Bigg) no ayudaba a que la respetarán, debía ganarse ese derecho por si misma. Así que bajo a la cocina con valentía. Unos tristes peces no la iban echar para atrás.

Pero Elisabeth no estaba preparada para eso. Las arcadas no tardaron en hacer aparición cuando vio como el barbudo cocinero de un golpe seco cortaba la sien del pez y arrancaba las tripas con sus propias manos. Buena parte de la ropa y de su cuerpo se encontraban bañados en sangre. El hombre de unos 50 años se encontraba tan concentrado en su "labor" que no se dio cuenta de la presencia de la chica.

-¿Hola?- dijo desde lejos, no se atrevía a acercarse.

-¿Eres mi nuevo ayudante?-Interpretó su cara de pavor como un "si"- Bien, pues haz lo que yo, mientras iré pelando las patatas.

Liz le echó una mirada interrogante, pero el cocinero no se dio por aludido. Respiró profundo, y se sentó. No debería haber hecho eso, sus fosas nasales se habían llenado de todo el hedor de la cocina, y empezaba a sentirse mareada.

-¡Vamos grumete¡No tenemos todo el día!

-¿No tendrá unos guantes?- le imploró Liz.

Silencio.

Era evidente que no. Apuntó mentalmente que debía comentar ese detalle con Jack.

-Yo de ti iría empezando, a no ser que quieras que los otros piensen que estás aquí por compartir cama con el Capitán.

Liz quedó horrorizada, pero si solo le había dado en un beso en su vida! Esos hombres estaban más quemados que el palo de un churrero. Esta claro que la vida de un pirata no era nada fácil. Sobretodo si es mujer. Reunió todo su orgullo y empezó a descabezar el pescado poniendo a cada pececito la cara de uno de sus "camaradas".

Cuatro horas después, pudo salir a cubierta. Al final no estuvo tan mal, Héctor era un hombre curioso. Al principio la tensión podía cortarse con un cuchillo, pero Liz consiguió que le acabará explicando su vida (el hombre era hablador, pero no tenia quien lo escuchase por tanto aprovecho su oportunidad ): había embarcado en más de 20 navíos, algunos con Jack, y tenia una hija en Singapur, que curiosamente le recordaba a Liz. Quizá fue por esa razón que desde ese día la tuvo bajo su protección. Entre ellos se creó una relación de confianza y de esa forma pudo acceder al resto de la compañía.

Al principio estos la miraban con recelo, Gibbs no era el único supersticioso en la Perla. Además la veían como la típica riquilla con ganas de divertirse haciéndose la rebelde, y por eso, a la mínima que podían, le daban los peores trabajos y se reían de su torpeza. Lo pasó muy mal, muchas veces se sintió sola, y con el correr de los días llegó a plantearse irse.

Pero lo peor de todo es que Jack no le hacia ni caso, él estaba arriba, al timón, dirigiendo y mandando a la tripulación, y ella estaba abajo, sola, limpiando o haciendo tareas igual de frustrantes. Ella no podía evitar echarle miradas furtivas, pero él ni siquiera la percibía. Supuso que era una venganza por haberlo abandonado. Se resignó, y aceptó su decisión en silencio. En el fondo creía merecérselo.

Por otro lado, el tiempo siguió su curso, y los marineros se acostumbraron a la presencia de la chica. Poco a poco la aceptaron, y le enseñaron el verdadero oficio de un lobo de mar . ¡Llegó un punto que hasta se reía con ellos! Participaba en las timbas, las apuestas, las anécdotas verdes incluso en una que otra borrachera. Ya no la veían como una mujer, sino como un igual.

Todo era perfecto, menos por una cosa, mejor dicho, por una persona.

Jack Sparrow.

Los días pasaban, y evidentemente, se encontraban, pero o se ignoraban o Jack le daba alguna orden con cierta indiferencia. Cada vez que esto pasaba, Liz sentía que otro puñal se le clavaba en el alma. Nunca le había importado al Capitán, el beso no significó nada para él. No se había marchado de Port Royal por él, pero con el pasar de las semanas se reconoció a si misma que deseaba algo, no sabía exactamente que, pero quería que Jack le tirará piropos y se preocupará por ella. Como antes.

No se esperaba que todo cambiase en una noche.

-Continuarà-

Yo misma estoy frustrada. Pero toda historia (buena o mala) merece su introducción, y este capitulo lo dedico a eso... Aunque sé que dejo algún interrogante abierto, lo intentaré contestar en capítulos posteriores. No obstante vuestra opiniones me servirían de ayuda . , de verdad.

Muchos besos! Y dejen review, plizzz!

P.D: Intentaré subir rápido el siguiente chap. No me gusta dejar así la historia : P (sus reviews me darán fuerzas!)