-Señorita Towa- el pelirrojo hizo salir de su mente a la adolescente que miraba distraída a los jardines que la habían acogido en esos tres días.

-¡Lo siento!-

-No, discúlpeme. ¿En que pensaba?- Riku se aproximó un poco a Towa mientras la miraba intentando descubrir en su rostro el motivo de su distracción.

-Yo no...quisiera irme.-

-Oh...yo tampoco quisiera que se fuera. Pero si extendemos este encuentro, provocará muchas sospechas-

Con una sonrisa encantadora que buscaba ser tranquilizadora, Riku acercó su mano para tomar la de la chica. Ella aceptó, recibiendo como siempre en aquel tacto una sensación novedosa, curiosa, que la hacía sentir deseos de estar muy cerca de él. Towa sabía que transmitía de sí misma que era alguien segura, amable, fuerte e incluso coqueta, pero su propia verdad es que con Riku se sentía completamente diferente. Se sentía como si fuera más pequeña, pero a la vez más mujer. Se sentía atraída, ansiosa de saber que había más allá.

Ella había estado con un par de muchachos, cosas poco serias pero que la divertían, que la hicieron en su momento sentir una adolescente que quiere aprender las cosas más simples del amor. Pero con él...era otra cosa. Y a la vez, tenía mucho que ver con eso.

Apretó en respuesta la mano del pelirrojo, haciendo que el enfocara su unión y luego su rostro blanco.

-Fueron días maravillosos, no tengo otras palabras.

-Todo gracias a usted. Yo solo la traje, usted lo hizo especial.

-¡No dejes de buscarme!- dijo, con un tono considerablemente más elevado- sé que aún hay resquemores, que no puedes hacer una vida normal. Pero, te lo pido...no te olvides de mí. Este tiempo pretendo ayudar con el templo.

-Princesa, si me lo pide lo haré- la chica agradeció en su mente y sonrió intensamente. Adoraba cómo le hablaba, su forma de expresarse con ella y todo lo misterioso que se alojaba en él.- Vendrá una suerte de transporte, llevada por mi sirviente. La llevarán a su casa y allá usted debe decir que estuvo en la aldea de Kenji. Que conoció a Koriu, a Yorio. Que convivió en el gran palacio y estuvo en la fiesta de bienvenida del hanyo. Espero que con eso baste.

-Pienso que sí. ¿Setsuna sabe de mi regreso?

-Le envié una carta pidiéndole que adelantara su llegada. No hay problema con ello.

-Wow...no esperaba que mi hermana menor actuara de esta forma. De Moroha quizás sí.

-No quise involucrar a la joven Moroha, conozco las circunstancias y no quería incomodar a Kenji- Towa asintió, era cierto.

-Si lo ves, agradécele por mi. Y dile que iré a visitarlo un día de estos.

-No creo que se buena idea, princesa

-¿Por qué?

-Supe, por mi sirviente, que su tío no está en mejores términos con mi amigo.

-Em…- la adolescente no supo qué decir ¿ellos peleados? ¿Acaso su tío se había enterado de su romance con Moroha? Eso podría ser una buena razón. Luego, temió que los celos de su padre coincidieran en parte con los de su tío. Una especie de carroza, que hizo recordar a la chica la del cuento de la Cenicienta, la recibió justo en la entrada del sitio. Riku que aún sostenía su mano, la ayudó a subir al mismo.

-Buen viaje, princesa- no supo porque, pero el corazón de Towa se alteró por la antelación. Esperaba una despedida...pero para su sorpresa, el pelirrojo cerró la puerta junto a ella.

¡NO! ¿qué? Pensó la chica, atormentada de que sus días de ensueño terminarán así.

-¡Riku!

-¿Sí?- el joven detuvo el transporte con un movimiento de la mano y se acercó por la ventanilla del mismo para ver a la chica que no había sacado su cabeza de la carroza. Towa seguía sentada, un poco pasmada, pero al verlo buscarla con la mirada, reaccionó.

Se aproximó un poco más a la ventana y, con un impulso, agarró con convencimiento la ropa del pelirrojo acercándose a su rostro, besándolo con los labios apretados y los ojos cerrados.

Riku, en su impresión, no pudo disimular y no fue capaz de cerrar los ojos ante aquella sorpresa. Solo cuando Towa se alejó, muy sonrojada, cerró los ojos al notar que volvía a besarlo pero con más ternura y menos prisa. Fue corto, pero no por eso menos increíble. Notando su sorpresa, la chica le sonrió y se dirigió al pequeño sirviente.

-Vamos, podemos irnos- sí, así si terminaba mejor su tiempo de ensueño secreto.


Era muy probable que aquella noche fuera la peor de toda su vida. Incluso superada por la que vino después de que casi muere en manos de Yorio a los trece años. Demoró una eternidad en entender que debía levantarse, solo motivado por el hecho de que ya podía salir de esa maldita jaula donde su tío lo tenía cautivo. Se vistió como llevaba esos días haciéndolo y salió al pueblo en búsqueda de Nomi.

Lo que no esperaba en absoluto era que al recorrer las calles, varios demonios lo miraban y comentaban cosas sobre él. Claro, todo porque desde ayer que el pueblo también sabía quien era y porque era importante.

Ignoró el escrutinio público y fue hasta el sitio que le indicaron era la casa de las concubinas. Cuando llegó a la entrada, una bella demonia lo hizo entrar con una reverencia, para ser recibido en una gran salón donde, como si fuera una fantasía de un adolescente, varias mujeres estaban acomodadas en almohadones y entre telas exquisitas. Sintió un pequeño temblor en su cuerpo, no por verse frente a ellas (o eso quería pensar) sino porque le incomodaba desde el inicio saber que Nomi estaría entre ellas.

-Por aquí amo, la habitación de Nomi es aquella. ¿Desea que les llevemos algo?

-¡No! Saldremos de aquí. Gracias. - la demonia sonrió encantadoramente, el hanyo en cambio se sonrojo muchísimo, de seguro estaría pensando que iba a más que hablar con su amiga. Cuando entró a los aposentos indicados, Nomi estaba parada mirando a su dirección, de seguro esperándolo.

-Kenji, sabía que vendrías. Siéntate si quieres.

-No, no, salgamos de aquí. No quiero dar espacio a que piensen cosas que no son.

-Ninguna de estas mujeres dira nada, son todas concubinas de tu tío.

-¿Vamos?- el chico ignoró todo y, nervioso, hizo un gesto para que corrieran de ahí. Tuvo que hacer un esfuerzo por pasar de alto algunos traseros y pechos desnudos que surgieron por ahí hasta su camino a la entrada de la casa.

-Qué horrible lugar. Te sacaré de ahí en cuanto pueda.

-Kenji, no quiero incomodarte pero...no es mal sitio. Yo solía vivir ahí. Aunque nunca fui concubina oficial de Koriu, era algo distinto.

-Nomi, no quiero hablar de eso. Necesito contarte algo. En realidad, varias cosas.

Ambos fueron hasta un sitio que funcionaba de parque en la ciudad, donde se sentaron sobre el césped rodeados de vegetación. Nomi se quedó mirando un poco y con detención el nuevo aspecto de su amigo.

-Te sienta bien esa ropa. Te ves más adulto e imponente-

-Gracias. Aun así, Koriu me trata como un niño.

-Tu tío es un idiota manipulador y cruel. Pero es fácil de engañar- dijo la demonia, con una media sonrisa en el rostro. Kenji odiaba recordar que ella había sido, en parte, su mujer. No eran celos, era rabia.

-Nomi yo...estuve preguntando por mi madre. Estos días me acerqué a algunas personas del palacio y me hicieron llegar un mensaje anónimo contándome algo importante. Decía que mi madre vivió un tiempo con un sanador.

-Eso es muy bueno. Aunque sigue siendo difícil, no tenemos cómo saber que aldea es específicamente.

-Sí...pero siento que estoy más cerca que antes. Algo me dice que esta es la pista que necesitaba.

-No lo sé. Solo con eso, tendrías que recorrer muchas aldeas humanas buscando a alguien del pasado. Es un gasto de tiempo. - Kenji arrugó la frente, no esperaba que su amiga reaccionara de manera tan derrotista. En el fondo, esperaba que se emocionara un poco con él- A veces creo que deberías dejarlo, Kenji. Tus padres están muertos, es lo más probable. Seguir buscándolos solo te dará problemas y malos ratos. Deberías mirar adelante.

-Yo creí que tú…- Kenji miró los ojos distraídos de la demonia. No estaba realmente poniéndole atención- olvídalo. Solo comprende que nací y me crié sabiendo que mis padres no existían en mi vida. Necesito saber realmente qué fue de ellos.-

-¡Y te entiendo! Pero ya eres un hombre adulto, ahora tienes que hacerte cargo de esto- Nomi señaló todo a su alrededor- además ¿que tanto puedes sentir por gente que nunca conociste?

Kenji se dio unos segundos para pensar esas palabras. Nomi no podía entenderlo o simplemente no quería. Inevitablemente, recordó la noche del cumpleaños de Moroha. Recordó sus ojos inmensos y su boca rosada diciéndole que, si pensar en su madre le hacía bien, que lo hiciera. Sonrió en su asiento y dejó el tema.

-Lo otro es que mi tío me informó que debo tener mis propias concubinas, para "ensayar" un heredero. Le dije que no pero la verdad no sé cómo me libraré de aquello.

-¿No deseas tener mujeres? No vas a decirme que no te interesan…

-No es eso- dijo el hanyo, volviendo a incomodarse.- si me interesan las mujeres. Solo que no pretendo tener varias, siempre imaginé que me casaría con una y tendría un hijo.

-Yo creo que no comprendes algo. Aquí las costumbres son distintas, muchas veces las parejas ni siquiera se casan, eso es más de familias antiguas. La mayoría de las ocasiones son relaciones pasajeras. Mis padres nunca se casaron y mi papá tuvo hijos con varias demonias. No es problema. Supongo que por haber estado entre humanos tanto tiempo no lo ves así- Kenji no sabía qué decir, Nomi tenía razón. Él había asumido muchas cosas, pero realmente no sabía casi nada de esa sociedad.

-¿Entonces está bien? ¿No es ofensa para estas mujeres?

-No. De hecho, cualquiera que sea parte de tu concubinato será una afortunada. - la demonia se enderezó en su asiento, mirándolo fijamente- a mi no me molestaría ser parte. Siempre que sea tu favorita, por supuesto.

Kenji tuvo que sostenerse con fuerza ante aquella propuesta. Se sonrojó y desvió la mirada. Nomi era demasiado coqueta y sensual, porque incluso sabiendo que no sentía nada romántico por ella, le costó recuperar la respiración normal. Ella pareció notarlo porque rió con suavidad y se acercó más a él.

-Sé que estás muy incómodo con todo esto. Pero piénsalo, si soy yo será menos extraño. Además, solías tener sentimientos por mi. Mis primeros besos fueron contigo ¿lo recuerdas? En el bosque, ocultos de Yorio, entre risas y caricias…

-Nomi yo...yo no puedo. No te veo así.

-¿Seguro?

-Sí- dijo él. Hubiera sido mucho más fácil admitir que estaba enamorado, pero sabía que, en dichas condiciones, más valía guardar el secreto.

-No creo que puedas librarte fácil de esto. A menos que tengas concubinas y no te acuestes con ninguna. Solo prométeme que si te obligan a tenerlo, me tendrás en cuenta. - la demonia le guió un ojo, como si estuviera pidiéndole la participación en una cena y no que la tuviera como mujer.

-Cambiando de tema...ayer vino mi maestro y discutimos. Se enteró cómo fue que llegué a la aldea y me dijo que no volviera. Nunca.

-Pero tú no querías...Koriu te obligó.

-No quiso escucharlo- respondió el hanyo, Nomi se limitó a darle una caricia en el rostro con ternura.

-Olvídate de ellos. Hazme caso y mira adelante. Si quisieras, podrías ser el líder de este lugar. A tu tío y a esa tropa de familias ancianas de nobles los odian. Todos saben que hay grupos de resistencia por toda la ciudad. Se reúnen de noche, discuten las medidas de tu tío y desde que llegaste eres el principal tema de conversación. De hecho, todos están hablando de ti. Cuando te conozcan y vean lo increíble que eres será fácil sacar a tu tío.

-¿Tienes idea de como llegar a ellos?-

-Sí- Nomi bajó la voz, con un susurro suave- hay personas que se sabe que están relacionadas.

-¿Cómo quién?

-Como Minako. Es muy conocido, buscaré una forma para que te reúnas, lo primero es que lo conozcas.

-No será necesario. Ya lo conozco- Kenji sonrió, se facilitaban considerablemente las cosas con esa nueva información.

Luego de que Nomi hablará con alguien que no conocía y le prometiera que lograría fijar una reunión con Minako y el resto de opositores, Kenji tuvo que volver a la mansión de su tío para cumplir con un pendiente. El día anterior había pasado tiempo con gente de la cocina y una de ellas, experta en pociones naturales, le contó algunas de las cosas que preparaba. Una en especial llamó la atención del chico, que consistía en una mezcla de ingredientes que daban como resultado un remedio muy certero más las náuseas. El hanyo pensó de inmediato en su maestra, así que esa misma tarde prepararía una caja con aquella poción para la miko y algunos pasteles extras para Moroha. Cuando la mujer encargada del remedio escuchó de su amo su interés, agregó al paquete unas telas especiales para ropa de bebés. Su idea era enviarla con algún sirviente, a escondidas de Inuyasha, porque si bien temía la reacción de su antiguo maestro, no podía evitar pensar en sus días en la aldea, en las comidas familiares y en Moroha, así que sentía la necesidad de corresponder de alguna forma. Además, esperaba que como el regalo iba dirigido más bien a Kagome, la adolescente no se sintiera incómoda con el gesto. Después de todo, ambos sabían que estaban las cosas resueltas entre ellos y sin mayores resquemores. Dispuesto ya el envío de la caja el muchacho, en su nuevo estatus de sobrino del líder, tenía que cenar todas las noches con el desagradable de su tío. Y, a veces, con Yorio o la mujer de turno. Esa vez en particular, Koriu se veía francamente molesto mientras cenaba en silencio.

-Kenji- dijo Koriu, sacando al chico de sus pensamientos.- Deja de soñar y escúchame.

-¿Qué quieres?

-Estuvimos resolviendo algunos asuntos con Yorio. Y tengo dos cosas que decirte. Primero, decidimos que tendrás un par de días para formar tu concubinato. No tenemos tiempo que perder- Kenji dejó de comer, se atragantó con la sola mención de "un par de días"- Lo otro es que consideramos que necesitas reforzar tus conocimientos respeto a los poderes de nuestra especie. Soy consciente que, como híbrido, no tienes las capacidades de un demonio normal. Pero Atae cree que se puede impulsar con manejo mental esa parte yokai de tu sangre. ¿Alguna vez te has convertido en demonio?

-No- respondió él. Era cierto, nunca le había sucedido, simplemente porque nunca había estado en un estado que se lo provocara. Fuera de eso, él tenía buen control de su condición.- ¿Se supone que ustedes podrían forzar mi transformación? Tengo entendido por experiencia de otros hanyos que si me convirtiera en demonio no sería como ustedes, perdería el control de mi mente.

-Lo sabemos, una lástima- dijo el hombre mientras hacía un gesto de asco con la boca que hizo molestar al muchacho. Nunca perdía oportunidades de denigrarlo.- no pretendemos convertirte. Solamente aprovechar esos estados temporales y enseñarte a usar los poderes de nuestra especie.

-¿Y es necesario hacerlo? ¿No pueden enseñarme siendo hanyo?-

-Si se puede. Lo que no sabemos es de qué eres capaz.- Kenji no comprendía bien el plan de su tío, pero sentía curiosidad de aprender aquellas cosas- tenemos un maestro antiguo que maneja a la perfección el control mental. Lectura de mentes, visión de recuerdos, hipnosis, etc. Él te entrenará en aquello. El objetivo final es que sepas y conozcas tus habilidades demoníacas, más de lo poco que ya sabes.

-De acuerdo.

-Estupendo.- Koriu se levantó de su puesto dejando comida aun en el plato- mañana en la noche Atae te llevará candidatas. Eres libre de elegir otra mujer de la aldea que quieras. Dudo que conozcas demonias fuera de estos límites, pero también puedes presentar candidatas a gusto. Te aconsejo que lo hagas a conciencia, al final del día te agradara tener una cama caliente donde llegar. Tu entrenamiento comienza también mañana.

Sin más, el demonio se marchó de ahí dejando a Kenji molesto en su asiento. Sentirse distinto a un muñeco era difícil en aquellas condiciones.


...comprendemos sus aprehensiones y esperaremos el tiempo requerido hasta el nacimiento de vuestro hermano.

En el intertanto, le adjuntamos a esta carta algunos rezos para que realice el inicio de su entrenamiento de manera personal.

la pregunta que debe guiarla es la siguiente: ¿Qué representa la dualidad de mi nombre? ...

Moroha se quedó con la carta recién llegada en las manos mientras se mordía distraídamente el labio inferior. Sin darse cuenta había terminado ocultándose en el árbol cerca del futuro templo, desde donde tenía una perspectiva amplia de todo lo que sucedía alrededor y pudo leer tranquilamente ese extracto de la carta nuevamente. Solo cuando sintió el sabor a hierro en la boca comprendió que estaba demasiado nerviosa con aquello. No era que no se sintiera capaz de realizar aquel entrenamiento, simplemente en ocasiones creía que ni ella comprendía a cabalidad el significado detrás de su propio nombre.

Lo cierto es que, en primera instancia, tenía relación con su condición de híbrida: parte humana, parte demonio. Cuando apenas tenía seis o siete años, Moroha deseaba por las noches algún día ser una demonio completa, más que nada porque aunque fingiera que no le afectaba, los insultos y risas de los lobos del clan la atormentaban. Todo eso comenzó a cambiar cuando conoció a sus primas, sobre todo luego de entender la actitud de Setsuna frente al mundo. Para la exterminadora, ser hanyo no era un impedimento sino que un elemento a su favor. Luego, fue incluso más evidente cuando llegó Kenji a la aldea y tomó como propias las palabras del chico, en sentido de que aquello solo la hacía más empática y poderosa, no al contrario.

Pero…¿qué más? Sus mundos, pensó. Era parte de su presente pero, cuando estuvo en el futuro, también fue parte de la historia del pasado. Era enredado para ella misma, pero incluso aquello creaba una respuesta para sí misma: era hija de dos épocas, de la época en que nació su padre y de la época en que nació su madre.

Había dualidad también en sus habilidades. Por una parte, había crecido siendo una guerrera, usando sus habilidades con el arco y la flecha a su favor. Pero, por la otra parte, estaba su poder espiritual. Desde que Moroha conoció la verdad sobre su concepción, apreciaba mucho más ese aspecto de sí misma, de alguna forma comenzó a sentir que todo eso no era solo coincidencia, que algo la aguardaba en relación a aquello.

En definitiva, no solo era híbrida del resultado de la unión de un hanyo y una humana, sino que, también, era el efecto del entrenamiento espiritual de su madre y las intenciones de muchas mikos detrás de ella que la ayudaron a quedar en cinta.

Moroha sabía que nunca sería una sacerdotisa como tal, no era su destino y ella lo sabía. Sus intereses por la batalla eran considerablemente mayores que por los conocimientos espirituales. Aun así ¿tenían que decidirse por solo uno de ellos? volvió a concentrarse en la carta, en aquella palabras ¿que representa tu nombre?.

Doble filo. Dualidad. Pero en la dualidad, en dos caras distintas de un mismo objeto ¿como pueden coincidir, como sucedía con ella? Moroha pensó en su madre. En Kaede. En las mikos del templo de las guerreras. Todas ellas...eran mujeres pero también eran guerreras. ¿donde se diferenciaban ellas en su labor con Moroha y sus intereses?

La corriente de su conciencia se cortó cuando fue llamada a la lejanía por su madre, quien ya tenía una pancita considerable y la adolescente no podía menos que sonreír de verla tan repuesta. Aún estaba con descanso, pero su padre había permitido que diera caminatas diarias para no volverse loca en la cabaña.

Moroha bajó deprisa al encuentro de su mamá y la sostuvo, de manera intuitiva.

-Estoy bien hija, tranquila.

-Está comenzando a enfriar, toma- la chica se sacó su capa de las ratas de fuego y la colocó en los hombros de la miko. Ambas caminaron en dirección a su hogar mientras conversaban pero en la mente de la niña volvieron a dar vuelta sus propias conclusiones. - Estaba reflexionando sobre la carta que me llegó desde el templo…

-¿La pregunta sobre lo que representa tu nombre?

-Sí. Estaba pensando en todas las "dualidades" de mi vida. No creo que solo recaiga en que soy una híbrida ¿no?

-Claro que no. En todo lo que nos rodea y lo que nos mueve existe dualidad, existen dos caras de la misma moneda. Existen los extremos.

-¿Extremos?

-Sí, todos tenemos extremos. Por ejemplo...para una guerra existen dos extremos: la cobardía y la temeridad. Muchos seres actúan bajo alguna de estas posturas, mostrando actitudes que confluyen con algunas de ellas.

-Sí...de hecho- Moroha se detuvo, haciendo que kagome la siguiera, esperando sus palabras- Si hablas de extremos, quizá la dualidad de mi nombre tiene un poco que ver con eso. Con las dos partes de un todo. Porque entre los extremos de ser un demonio y ser un humano…

-Tu eres una shihanyo.

-No soy ninguno de los extremos. Aunque tengo ambos puntos contradictorios- la chica miró a su madre con expresión confundida ¿cuál era la conclusión de aquello?

-¿Aún no lo ves?

-Creo que no…- la adolescente se rió culpable, su madre en cambio no insistió, solo la guió por el camino, debían llegar a casa antes del anochecer. Cuando llegaron se sorprendieron de ver a Inuyasha quemando en una especie de gran hoguera una caja misteriosa. su expresión enfadada confundió a las mujeres.

-¿Qué es eso Inuyasha? Huele muy mal- la miko cubrió apenas su nariz, mientras su hija se acercó curiosa.

-¿Intentas hacer señales de humo o que papá?-

-Entren

-Hey ¿que es? huele a…- Moroha no alcanzó a terminar cuando su padre tomó a ambas del brazo y las dejó dentro de la cabaña. -Algo oculta, había un aroma familiar detrás del carbón.

La adolescente se concentró en intentar descifrar cuál era ese aroma que se perdía en el aire.

-Eso olía a Kenji…- su madre, que cada vez entendía menos, no respondió nada. Moroha salió nuevamente de su casa para enfrentar a su padre.

-¡Ese olor era de Kenji! ¿Qué está pasando? ¿Estás quemando algo que tenía sus pertenencias?

-No Moroha, vuelve, estás confundida- Inuyasha, que intentaba bajar la intensidad del fuego, ignoró el rostro molesto de su hija.

-¿Eso lo envió él? ¡Papá responde!

-Sí, lo quemé porque puede ser riesgoso, un engaño o algo de su tío.

-Pero si Kenji se marchó fue para evitar que nos hicieran daño ¡no tiene sentido! no necesitabas hacer eso- muy dentro de su pecho la niña sentía rabia y un poco de terror al entender que, dentro de esa caja, había algo envíado por el muchacho ¿quizá una carta para ella? -¿Te volviste loco?

-Enana vuelve a la cabaña, luego hablaremos.

-¡No! ¿Que había dentro?- con los gritos de la niña, Kagome salió asustada.

-¡No me subas la voz! Kagome llévate a esta mocosa adentro-

-¡Primero dime que tenía esa caja! ¿Qué tienes contra Kenji? No creo que solo fuera para prevenir…

-¿Eso era de Kenji? Pero él no dejó nada aquí ¿lo envió? expliquenme por favor- dijo la miko, con un tono que intentaba ser tranquilo pero la actitud desafiante de su marido y su hija la tenían alterada.

-Papá quemó algo que envió Kenji, estoy segura, olía levemente a él. Dice que fue porque quizá era un engaño. Di la verdad ¿qué pasó entre ustedes? ¡Hace semanas que estabas raro con él!

-No pienso responder a eso, sí decidí quemar esta caja fue por la seguridad de ustedes. - dijo el hanyo mientras con un movimiento rápido echaba tierra sobre los restos de la hoguera.

Moroha sentía deseos de meterse a hurgar entre los restos de la misma. Un frío de angustia la recorrió de la cabeza a los pies de solo pensar que en ese sitio estaba algún mensaje para ella o la simple evidencia de que Kenji estaba bien, que no tenía problemas. No quería admitirlo ni para ella misma, pero sentía la imperiosa necesidad de saber que el hanyo se encontraba a salvo, el no saber de él y pensar que estaba entre desconocidos y con el malvado de su tío la preocupaba.

-Estas mintiendo-más que palabras, Moroha dió un gruñido molesto y, en su trasfondo, triste.

-Inuyasha...dinos qué sucede- Kagome abrazó a su hija mientras su marido dejaba su cometido y las miraba a ambas con los ojos dorados ardiendo.

-¡Bien! Voy a decirles lo que sucede. El anciano Myoga me contó que después de investigar lo que pareció una eternidad, descubrió que el tío de Kenji y su abuelo fueron dos demonios con los que Kagome y yo combatimos hace años. Cuento corto, Kenji fue enviado por Shiori pero solo lo hizo porque su tío le ofreció ser aceptado en la aldea si lograba meterse en nuestras vidas y encontrar alguna forma de matarnos. A los tres.

-¿Es eso cierto? no puedo creerlo- Kagome soltó a Moroha, se sentía sumamente contrariada y confundida. Su hija en cambio solo se quedó en silencio por unos segundos.

-Fui hasta su aldea y le dije que no volviera aquí. Por lo que a mi respecta el fue un traidor mentiroso y si pisa este sitio o manda cosas nuevamente, voy a matarlo.

-Esto tiene que tener alguna explicación ¿te dijo algo?- preguntó la miko.

-Da igual. ¿No se dan cuenta? No importa si al final no lo hizo, el maldito llegó aquí lleno de mentiras, nunca dijo nada de esto y al final se fue a vivir con los mismos que querían matarnos. ¡Sí quería resolver las cosas, debió haber dicho la verdad y peleado!- Kagome no dijo nada ante eso, sabía que su esposo estaba alterado y aunque no pensara igual, no valía la pena hablarlo entonces. Aparte, la sacerdotisa podía notar como su hija estaba paralizada. Hasta que la oyeron reír por lo bajo, irónicamente.

-¡Vaya!- Moroha miró directamente a su padre a los ojos- O sea, tú vas allá y lo enfrentas sin dejarlo defenderse. ¡Es obvio que su tío lo obligó! pero no hizo nada contra nosotros, no por cobardía, fue para protegernos. ¡Es fácil para ti decir todo eso pero no sabes todo lo que ha tenido que pasar!

-No volverán a verlo, se acabó el asunto. El problema con esa familia es algo que me incumbe a mi, son problemas míos y no dejaré que afecten a mi familia cómo me afectaron a mi las cosas pendientes de mi padre. No espero que lo entiendas Moroha, es así sencillamente-

La adolescente no dijo nada, desvió su vista porque no soportaba sostenerle la mirada a su padre. Estaba siendo injusto. Pero ella no, no iba a dudar de él. Se dió la vuelta en sí misma y se fue a saltos a otro sitio. Necesitaba estar a solas para controlar la angustia de su pecho.


Cuando apenas las aves anunciaban el primer vistazo del amanecer, Kenji fue despertado por su ayudante. Se desoriento al verse sacado como un niño del calor de su cama, pero al instante las manos rapidas de la demonia mientras desvestía su cuerpo lo pusieron en alerta.

-¡Te dije que puedo desvestirme y vestirme solo! ¡Sal de aquí!- la demonia asintió no una sonrisa en la cara pero incluso así el grito grosero que le había dado hizo sentir muy culpable al hanyo- disculpa, no volveré a gritarte. Gracias, puedes irte…

Kenji maldijo mientras se daba el baño que le habían preparado y se alistaba como ya era costumbre. Al salir de sus aposentos, lo esperaba Atae con su expresión severa. Sin hablarle, le indico que la siguiera y lo llevó hasta un salón que, supuso, era de entrenamiento. En él, se encontraba otro demonio de ojos violetas y gran barba blanca, mirando con atención. Lo más curioso para el hanyo fue notar que él realmente se veía mayor.

-Buen día amo. Mi nombre es Ryu y su tío me ha indicado que debo ayudarlo a entrenar sus poderes demoníacos. Estoy al tanto de su condición de híbrido pero buscaremos cuáles son las habilidades que conserva de la sangre demoníaca de su madre-

-Buenos días...sí, Koriu me lo comentó. Solo quisiera mencionar que no quisiera perder mi conciencia. No me interesa ser un demonio completo, me gusta mi estado de hanyo- el demonio, que había estado muy sereno hasta entonces, abrió los ojos inmensamente. A Kenji no le sorprendió en absoluto, los seres como el de sangre pura solían encontrar absurda una posición como aquella.

-Hay días que se convierte en humano. ¿Cuáles son?-

-En mi caso no es un día exacto. Desde pequeño la mujer que me crió no supo dar con un factor común en mis transformaciones, pero cuando crecí se dió cuenta que sucedían comúnmente cuando me encontraba más triste. Así, pasados los años, aprendí que podía elegir mi día de humano. No sé explicar bien cómo, pero asumo que tiene que ver con los poderes heredados de mi madre.

-¿Y qué es lo que hace, exactamente?

-Lo único que hago es, en ese día previo a mi noche elegida, concentrarme. Cierro los ojos y pongo mi mente en blanco. Y le ordeno a mi cuerpo a transformarse.

-Interesante. ¿Y ha probado hacerlo más de una vez? ¿Seguido?

-Sí. No resulta. Se agota, al menos por unas semanas, eso sí lo he notado. Hubo ocasiones en que pase casi un mes sin transformarme y eventualmente sucedía sin decidirlo yo.

-Es muy extraño como funciona para usted. Tengo entendido que hay eventos de la naturaleza que convierten en humano a los hanyos. Tendré que investigarlo.

Por ahora, le cuento que nuestro objetivo es adentrarnos en su mente y determinar cuáles son sus habilidades. Para ello, usaré mi propio poder.

-¿Cuál es?- preguntó el hanyo, con un poco de resquemor mientras era invitado a sentarse en el suelo frente al demonio-

-Mi principal habilidad es leer la mente. Pero no solo al instante, sino que puedo revisar las cosas ocultas de los seres, cosas de las que ni ellos son conscientes.

Kenji asintió, era una habilidad ciertamente increíble pero por un segundo tuvo temor por las cosas que podría encontrar aquel demonio. Pensó un segundo en Moroha ¿podría revisar sus momentos con ella?

-Pero…¿y si hay cosas que no quiero que vea?

-Amo- el anciano sonrió, como un cómplice- no veré cosas íntimas si es lo que se pregunta. Si tenemos suerte, usted tendrá este poder dentro de su abanico de habilidades y podrá, con voluntad, impedir que yo vea cosas que no desea. Aunque será difícil, soy muy bueno.

El hanyo arrugó la nariz, sabía que, no pudiendo negarse, lo mejor era bajarle el perfil a cualquier cosa que el hombre pudiera ver. Si el se sobre alteraba, solo empeoraría las cosas viéndose culpable.

-Tengo una última pregunta antes de empezar-

-Hágala

-¿Cuáles son las posibilidades? Me refiero...sé que en general los demonios de esta tribu tienen el poder mental de paralizar a las personas y demonios con solo mirarlos. Mi amiga Nomi me lo enseñó hace años. Yo no lo he hecho, pero si aprendí gracias a ella a revertirlo. Sé también que personas como Yorio son capaces de dormir a las personas con solo mirarlas. ¿Qué otros poderes existen? Disculpe que pregunte tanto...realmente no conozco bien estas habilidades demoníacas.

-¡No hay problema! La curiosidad es la mejor característica del aprendiz. - Kenji sonrió en respuesta, aquel demonio parecía más amable que los que le había tocado tratar últimamente. - Puedo adelantarle que solo algunos poderes son comunes a la especie. Por ejemplo, los ya mencionados por usted. Y claro, la habilidad de revertir su efecto. Como se debe saber, el paralizar a un ser humano puede provocar su muerte luego de algunos segundos.

-SÍ, porque cierra sus vías respiratorias.

-En efecto. Otro poder que mantienen con mejores o peores resultados todos los miembros de nuestra especie, es la capacidad de dejar en blanco la mente de los seres al tocar su sien.

-¿Cómo? ¿Existen habilidades independientes de la vista?

-¡Por supuesto!- el anciano se levantó de su asiento y se acercó más a su nuevo aprendiz.- Colocando las manos de esta forma y, cerrando los ojos, es capaz de vaciar la mente del enemigo. O, del otro.

El hanyo sintió las viejas manos del hombre en su cabeza, era un punto específico donde sus manos se ciñeron a los lados de sus ojos. Creyó por un segundo que lo haría, pero no fue así. Lo soltó y siguió su charla.

-Existen otros poderes mentales pero que solo algunos miembros manejan. La mayor parte del tiempo, se comparten por la sangre, entre la familia. Mi madre dominaba la lectura de mentes, con la misma forma de tocar al otro que acababa de representar- el chico asintió, definitivamente quería saber si él podía hacer eso- otro ejemplo es la que maneja su tío.

-Controlar a otros-

-Sí, es un gran poder y lo poseían miembros de su familia. Puede ser una opción para usted. Es inmenso pero en cierto punto a los demonios es difícil controlarlos, recae más en los humanos y en seres inferiores. Esos son algunos, medientes vayamos avanzando en su mente iremos identificando opciones.

-¿No sabe cuál poder controlaba mi madre?

El hombre no dijo nada, solo desvió su mirada. Hasta que pareció que algo se prendía en su mirada.

-Es un buen punto. No puedo decírselo, lo sabe- el chico lo admitió, a lo que el demonio siguió- pero quizá pueda mostrárselo si usted lo tiene.


-¿Morohita?

-No estoy- dijo la chica. Como respuesta recibió la risa ronca de Hiro debajo del árbol.

-¿Te escapaste de tu casa de nuevo?

-Sí- la chica acercó su cabeza hacia la voz- no quiero conversar ni hacer nada Hiro, disculpa-

-Lo sé, solo vine a traerte comida. Mis hermanas y yo llegamos recién de ir a conocer a unos demonios gato. No me agradaron, pero tienen buena comida.- Moroha se atrajó por el buen olor, así que con un gesto le indicó que subiera él se acomodó en la rama frente a ella, ofreciéndole lo que llevaba.

-A mí tampoco me agradan los gatos- admitió ella, llenándose la boca sin siquiera averiguar bien de qué se trataba.

-Oye sé que no quieres hablar pero creeme que te conozco y sé que estás peleada con tus papás ¿y si te vienes conmigo un tiempo a las cuevas? puedo terminar mis reuniones después…

-No suena mal- la niña le sonrió, la verdad recordó brevemente a Ayame y a Koga y sintió deseos de volverlos a ver- pero no puedo dejar a mamá y lo sabes.

-Es verdad. Luego te llevo a ti y al bebé a las cuevas.

-Mi pap…nada. - la chica se arrepintió rápidamente, no deseaba pensar en Inuyasha.

-Venía a contarte algo también. Creo que debes saberlo-

-¿Qué pasa?

-Umi concertó una reunión con el tío de Kenji en la aldea. Como ya lo conocíamos, fue fácil que aceptaran. Suelen ser muy esquivos con la gente.

-¿En serio? ¿Con qué objeto? - la niña se sintió genuinamente curiosa por aquello. Era por lo bajo llamativo que aquel demonio aceptara tener contacto con otros.

-Tratos comerciales, alianzas. Ese tipo de cosas. ¿Quisieras que le dijera algo a Ken?

La niña se quedó pensando unos segundos.

-Solo dile que recibimos sus cosas y que gracias, pero el viejo mañoso que tengo por padre las quemó. Solo eso.

-¿Es en serio? No sabía que habían quedado en tal malos términos. - Hiro tuvo que hacer un esfuerzo importante en no sonreír ante aquello. Si bien le agradaba, en el fondo no quería que nada afectara la felicidad de su Moroha.-

-Me sorprende que preguntes.

-No me estoy rindiendo ni nada Moroha. Solo estoy siendo lo más comprensivo que puedo con tu corazón, porque me importas. Porque estoy enamorado de ti.

-No empieces por favor…

-Tu lo hiciste. - el lobo, en un atrevimiento, se acercó a la chica que había terminado de comer- ¿Por qué no me dejas, al menos, consentirte? Podemos salir a pasear, ir a algún sitio que te guste. No me gusta verte así, eres la mujer más hermosa y alegre que conozco. ¿Sonrieme?

-Que lambiscon eres- Moroha no pudo evitar reírse de la cara suplicante del lobo. Le dió una sonrisa falsa pero bonita y el el respuesta le beso en la mejilla, haciéndola sonrojarse.

-Simplemente hermosa. Vamos, iremos al río y nos molestamos mutuamente como siempre.

-Está bien. - la niña se enderezó de su asiento y lo miró, divertida- Carrera hasta el río. El último en llegar tiene que besarle las patas a Jaken.


Con mucha lentitud pasaron varias horas en que, de manera gradual, el viejo Ryu fue abriéndose paso por la mente del joven hanyo. Para Kenji fue lo más extraño de su vida. Sentía, cuando el anciano revisaba sus pensamientos, que dentro de su cabeza de alojaba una sombra enorme que acechaba todo lo que existía. Incluso, fue capaz de notar como esa sombra se adentraba a espacios de su mente desconocidos. Se dejó llevar, buscando que todo ese ejercicio lo ayudara pero luego de unos minutos solo le significo la tortura de verse desvalido: no podía liberarse de su presencia. Con una rapidez monumental, pasaron ante él momentos como sus primeros entrenamientos en la aldea de hanyos, días cotidianos con Shiori, luchas con Nomi entrenando con Yorio...algunos momentos tristes como cuando desistió de buscar a su padre...pero lo más incómodo, fue cuando vio a la sombra posarse sobre su más reciente vida, mirando las cosas que eran de él, como su día en la playa con Moroha. Quiso alejarlo, pero era imposible. Sabía que estaba gritando, intentaba que no se notara pero fue incapaz de sacarlo de todo ese recorrido. Cuando por fin fue liberado, estaba muy sudado, exhausto y deshidratado. El anciano solo lo miró y negó con la cabeza. No había resuelto que poderes tenía, así que esa tortura seguiría un tiempo.

Se marchó a sus aposentos creyendo que en el fondo merecía aquella tortura, recordarse a si mismo como habia llegado hasta allí. Era increíble que, sin provocarle ningún dolor, pudiera molestar y herir tanto que otra persona se inmiscuyera en su mente de esa manera.

En la entrada de la habitación, la ayudante lo esperaba.

-Amo. Tengo dos noticias para usted. Primero, su tío lo espera luego de su baño en el salón. Trajo algunas candidatas.

-¿Ahora? Estoy cansando.

-No admite disculpas

-¿Y lo otro?

-Esto llegó a la entrada de la aldea. - la mujer acercó al hanyo un montón de cenizas y los claros restos de la tela que había envíado a su maestra. Inuyasha habia alcanzado la caja de presentes antes que sus destinatarias.

-¡Malditasea, maldito, maldito maestro porque hizo esto!- la demonia dió un salto ante aquella expresión, pero Kenji lo ignoró despachandola con la mano. Dejó que la mujer se fuera del lugar y se tiró sobre su futon. Odiaba mucho su vida en ese mismo momento. Odiaba también la aversión que sentía dentro de sí mismo.

¿Era necesario que quemara los regalos? ¿Qué habría pensado Moroha?

"Solo espero que no esté muy confundida…"

Cuando se dirigía al baño, se encontró que no estaba solo.

-¡Riku! No sentí tu presencia ni tu aroma-

-Se esconderme- el pelirrojo le sonrió, estaba apoyado contra la pared mirándolo- te notas muy exhausto.

-Eso es poco, quisiera morir.- Kenji se sentó y lo invitó con él.- ¿Cómo resultó el encuentro con Towa?

-Fue…mejor de lo esperado. Agradezco tu complicidad.- el hanyo comprendió con su mirada que había sido perfecto, probablemente para ambos.

-En realidad no fue nada, solo espero que no venga su padre a hacer preguntas.

-No lo creo. Vine aquí a darte las gracias en nombre de la princesa. Y a recordarte que te debo un favor.

-¡No es necesario!

-Insisto...quizás, quisiera ver a alguna persona. ¿Moroha quizás?

-No...-Kenji le sonrió, un poco dolido de volver a pensar en ella- no creo que ayude en nada. Lo nuestro terminó y así debe ser. Volveré a verla algún día, porque...lo necesito. Pero nunca en este lugar, es horrible.

-Lo siento. ¿No hay otra cosa?

-Podría ser. - el hanyo lo quedó mirando. Se le había ocurrido algo en ese mismo instante- Sé que manejas muchos contactos y formas de llegar a otros.- Riku lo confirmó con un movimiento de su cabeza- Obtuve información de mi madre, me contaron que vivió muchos años con un sanador.

-¿Quieres que averigüe cuál es esa aldea? Creo que podré ayudarte. Después de todo, ¿cuántas veces se oye la historia de un sanador humano viviendo con una demonia con poderes mentales?


*Nota de la nota: la primera vez que subí este cap faltó toda la parte final y noté que los guiones "escenas" no aparecieron. Pido disculpas, ya lo incluí. Dora.

Nota: Hola! aquí yo de nuevo muy retrasada. Disculpen. Les prometo que retomaré mi ritmo. Ahora solo me queda darles el avance de siempre, este cap quedó cargado en Kenji pero verán que es porque se están resolviendo las cosas, próximamente, desarrollaré la reunión con Minako y los opositores, cuales son los poderes que heredó de la sangre de su madre y la llegada de los lobitos a su aldea. Sobre Moroha, tendrá que descubrir por donde encauzar su entrenamiento a futuro y un poco ver si se deja o no llevar por Hiro.

Un abrazo a todos

p.d: estoy diciendo en mi twitter cuando actualizo, es EmilyCyrine

Doratina.

Rws:

-hghg: hola! gracias por el mensaje. diste en el clavo sobre que Kagome y Moroha querrían escuchar a Kenji. Y si, Hiroyuki va por todas aunque paso a paso, por otro lado, espero que te guste la historia de los papás de kenji, creo que saldrá en el próximo capítulo sino, en el siguiente máximo. Un abrazo!

-daide luct: Hola! que bueno leerte, me encanta que te gustara jaja siento que igual son temas un poco díficiles de llevar pero estoy intentado que sea atractivo jaja. El avance del Setsui lo tengo pendiente, me encantan ellos dos! Tus teorías son increíbles, das en puntos que yo misma he pensando mucho, gracias por tus ideas y creeme que siempre las considero. Sobre el hijo de InuKag, me imagino algo similar peroooo espero sorprenderte respecto a eso más adelante JIJIJI y sobre el otro bebé aayyy sí me ilusionas pero ya veremos que sucede. Sobre Hiro, la verdad creo que sigue en pie con su intención, solo que consciente de que Moroha no lo quiere a el. al final, dependerá de ella. Un abrazo! nos leemos.

-Vampiresa: hola! de todas formas lo que dices es un acto sumamente noble, no lo pongas en duda...genial que te gustó lo de Towa, yo la quiero mucho y deseo que se desarrolle y sea feliz. Tienes mucha razón en lo que dices de Inu, no pareciera que su enojo tenga tanto que ver con verás… un abrazo y gracias!

-genesis: hola! gracias por escribirme :) sÍ, pobre Kenji, muy injusto en verdad- no he leído Mao pero estoy pensando comprarme algunos tomos, ya colecciono Inu Y Ranma, te cuento luego si me gusta c: un abrazo!

-Diana Duran: hola, que bueno leerte nuevamente. Inu se fue de malvado con el pobre Kenji pero bueno, tiene su postura. Sobre el papá de Kenji...uhhh puede ser jaja ya solo queda esperar al amigo frenton alias Riku. Este cap quedó muy de en medio pero está ayudando a desarrollar mucho de los puntos que mencionas. Como muchas profecías, esta es bastante confusa, por eso a mi pobre niño lo quieren prostituír tanto :( . Un abrazo, gracias por el rw!

-Manu: hola manu, disculpa pero recien te leo, estuve sin usar rrss para estudiar mejor. Que bueno que te gusto el capítulo, pretendo mantener como secundario a Riku, según como funcione.

Yo creo que Shampoo solo era mala jajaja la niña que se sabe linda y el único que no la pesca es el que le gusta. Me hubiera gustado acercandose a Ranma pero sin trucos, simplemente siendo su amiga porque ya era linda, si solo hubiera sido agradable y no insistente creo que le habría ido mejor.

No creo que en un remake hagan eso, porque la esencia de la serie eran esos dramas entre las novias...pero si creo que quitarían lo sexual en exceso, para que fuera más todo público jaja.

Gracias por tu segundo rw, muy tierno jajaja me emocioné con el trailer, ojalá la serie este mejor estructurada esta vez!

No entendí bien el problema, en lo personal te recomiendo que ignores eso y si no puedes hacerte cuenta oficial para que no usen tu nombre, puedes crear algo código o algo que los lectores sepamos que es solo tuyo (comprnediendo tu problema con la pag.) De verdad lo escribiría pero creeme que apenas tuve tiempo de hacer eso, además estoy escrbiendo un one shot de RinxSessho y tampoco he tenido tiempo de terminarlo :( pero como dije, probablemente post esto escriba de Ranma.

abrazos y no pesques la mala onda.

-CarmillaD: gracias por tus mensajes, me encanta leerte y espero que te siga agradando la historia, aunque te decepcionaras con lo de Hiro jajaja pero bueno, cuando leas esto espero que comprendas los porqué de todo. un abrazo!