-No estás concentrada.
Moroha ignoró las palabras de su madre que la observaba mientras practicaba con sus o funda, una nueva técnica propia de algunas sacerdotisas que consistía en papeles finamente doblados que concentraban el poder espiritual sirviendo de eficientes armas. La adolescente lo creía interesante, pero cuando notó la poca fuerza de sus intentos se frustró.
-Para qué quiero esto si tengo espada y flechas sagradas.
-Las cosas requieren de práctica, de tiempo hija. Este es tu primer paso para que aprendas cosas más grandes.
-Yo quiero aprender el exorcismo con el poder de purificación. - la niña detuvo lo que hacía para mirar a su madre- Sé que soy más fuerte que las sacerdotisas comunes.
-No seas vanidosa Moroha- Kagome se levantó de su asiento y se acercó a su niña para acariciar su rostro, mientras le limpiaba un poco la tierra de la cara- Aunque sea cierto, no lograrás alcanzar tu máximo potencial si no pasas por etapas cómo está. Ahora, continúa. Luego podremos practicar...aunque necesitamos algún ser sobrenatural...quizá Kirara.
-Keh...no es necesario. Puedo entrenar esto con Hiro.- la miko entrecerró un poco los ojos, curiosa de cómo su hija desviaba la mirada.
-¿Se han acercado?
-La verdad...sí. Siempre es entretenido estar con él, me hace reír. Y ya no es tan insistente como antes.
-Pero él sigue enamorado de ti…
Moroha volvió a ignorar a la mujer, retomó sus o funda y, cerrando los ojos, intentó concentrar su poder en el papel. Pero, al lanzarlo, supo que falló cuando los mismos se desintegraron a medio camino.
-¡Malditasea, maldita mierda!
-¡No digas groserías Moroha!-
-Disculpa mamá, es que estás porquerías no sirven.- la niña le sonrió a su mamá mostrándole los colmillos, intentando que quitara su expresión molesta.- voy a dejarlo por ahora, más rato practicaré meditando. Me dio hambre.
-Bien, yo iré con la anciana Kaede, en la cabaña debe haber cosas que comer- la miko besó la mejilla de su hija y se marchó a paso lento, mientras su hija iba en camino contrario. Cuando iba a cierta distancia, giró hacia su niña nuevamente- ¡Moroha, si ves a tu padre, intenta solucionar las cosas!
La adolescente guardó silencio, solo dio un clásico "Keh" y siguió su andar. Moroha sabía que estaba distraída y más que nada aun enfurecida con lo que había pasado con los regalos de Kenji. A su padre no le hablaba, solo se decían lo justo y necesario y ninguno parecía querer ceder ante el otro, así se limitaban a evadirse mutuamente. Cuando estaba por llegar, se topó con Hiroyuki y Sayumi de frente. Ambos lobos le sonrieron cálidamente.
-¡Morohita!- la loba la abrazó con fuerza levantándola un poco. Hiro por su parte la besó en la cara, con mucha libertad.
-Keh...no me aprietes tanto Sayumi que me sacas los ojos-
-Disculpa- la niña de ojos verdes se sonrojo culpable por el comentario. A diferencia de ella su amiga de infancia era tímida y muy callada, pero con Moroha solía liberarse un poco más. Lo más expresivo de la joven loba eran sus ojos jade que destacaban en su rostro terso de niña.
-¡No! Era una broma. Sayumi, deberías pasar esta noche conmigo y mis primas ¿te gustaría? Tienen nuestra edad, son un poco mayores.
-Yo no sé…
-Ella acepta, necesita tener amigas- Hiro respondió por la niña haciendo que esta hiciera un gesto de maña que divirtió a Moroha.- pero ahora se marcha, nuestra hermana la necesita-
Sayumi asintió con la cabeza y escuchó las instrucciones de Moroha para la noche, para marcharse dejando al lobo y la shihanyo solos.
-No trates así a Sayumi, si la fuerzas es peor, gran tonto-
-Hey, esa niña necesita salir al mundo. No habla con nadie, no hace nada…¿por qué crees que la traje? Tenía la esperanza que en nuestros encuentros hiciera amigos, pero nada.
-Con dos hermanos tan intensos y avasalladores como ustedes no la culpo- Moroha le sacó la lengua a Hiro que sonrió dándole la razón.
-Tu serás hermana pronto, no comiences a enjuiciar. No es tan simple ser hermano mayor.
-Eso si te lo concedo, tú tienes un ejército de hermanos menores.
-Hermanas sobre todo. Son terribles. Y celosas- Moroha levantó la ceja, no recordaba aquello en particular de las lobas.
-¿Celosas?
-No contigo, a ti te aman todas. Me refiero a…- el chico hizo una pausa dudando, pero la niña le dió un golpe en el brazo para que hablara.- me refiero a cuando fui con Nomi a las cuevas. Al inicio creyeron que teníamos algo y nos divertimos sin sacarlos de su error...pero mis hermanas le hicieron la vida imposible.
-Keh...las entiendo. Nomi tiene algo que me molesta- Moroha arrugó la nariz, si bien en parte sus problemas con ella tenían residencia en su relación con Kenji, algo dentro de su pecho la hacía desconfiar. Aunque no tenía razones de peso, ella nunca le había hecho nada. Al contrario, había sido incluso amable, sobre todo cuando tuvieron la aventura con Miya y la demonia lo llevó en sus brazos en la parte final del viaje.
-Nomi es buena- dijo Hiro, con un tono seguro sorprendiendo a su amiga.
-Como digas. ¿A qué viniste Hiro? Iba a comer algo y luego debo entrenar.
-Solo a hacerte compañía.
La niña lo miró y aceptó indicando que lo siguiera. Ambos entraron a la cabaña y Moroha sirvió lo que quedaba de almuerzo. Hiro, que no tenía la costumbre de comer en una mesa con palillos, se vió un poco confundido como siempre que comía en la casa de la adolescente. Después de mirar mucho tiempo sus torpes intentos de sostener los palillos, Moroha se comenzó a reír y se acercó a él.
-Es así, lo principal es cuidar no arañarte con tus propias garras. Inténtalo de esta forma- la chica tomó la mano del lobo con las suyas y la mostró como, ayudándole a llevar comida a su boca. Una, dos, tres veces, mientras se reía de lo torpe que era el lobo al comer. Cuando Moroha notó lo cerca que estaban y lo concentrado que estaba el lobo en ella, se alejó sonrojada.
-No he aprendido aún.
-Yo creo que sí.
-Es extraño- respondió el lobo dejando el plato de comida y solo observando a la niña.- Antes no eras tan vergonzosa conmigo, incluso dormíamos juntos…
-¡Éramos niños! No puedes recordar eso, mencionarlo y hacerlo parecer común Hiroyuki- fue imposible para ella no volver a poner roja, la incomodidad la tenía mareada.
-Puede ser. Pero para mi eres la misma. Solo más hermosa.
-Hiro…justamente hoy…
-¿Qué?- el lobo se acercó más a ella mirándola muy serio. Tan serio que Moroha se quedó callada, esperando lo que fuera.- ¿Puede ser que ahora te pasan cosas conmigo?
-¿Cosas? No entiendo...cosas de que-
-Cosas distintas a las de antes. Nervios, tensión, cosquillas…- las últimas palabras del lobo fueron un susurro que hizo que la niña se levantara y se girara.
-Hiro yo ahora debo entrenar, nos vemos luego.
-Yo quiero acompañarte, prometo no molestar.- el chico suspiro rendido, dejando que la chica cambiara el tema.
Moroha iba a rechazarlo pero recordó su nueva necesidad de tener un ser sobrenatural para ver si los efectos de su poder sagrado funcionaban en alguien como Hiro. Se dirigieron hasta una parte del bosque y Moroha le mostró al lobo sus o funda. Seguía, secretamente, conservando su incomodidad previa, pero esforzándose en verse normal mientras el joven lobo parecía haberlo olvidado. Luego de un rato, la chica comenzó a lanzarle los papeles, lo que Hiro evadía con un movimiento de sus garras sin mucho esfuerzo.
-Soy pésima.
-No es cierto, tus flechas sagradas son increíbles.
-No en realidad. Para personas como mi madre o demonios como mi tío no sería difícil superarlas. Les falta fuerza.
-Entiendo...quizá te falta enfocarte- respondió el lobo haciendo que la adolescente pusiera los ojos en blanco.
-No, mi mamá dice lo mismo. No es eso...siento que es otra cosa. O sea sí, importa concentrarse, pero algo en mi falla...más allá de eso. Es como si hubiera algo definitivo que genere el máximo esplendor de mi poder, pero aún no sé cómo lograrlo.
-Y para eso estás entrenando.
-Sí. Que molesto. Espero que cuando viaje fuera sea más fácil verlo, desarrollarlo.
-Moroha
-¿Qué?
-¿Qué buscas?
-Mmm...mi mamá me contó que mi poder sagrado es muy grande...porque ella hizo un ejercicio espiritual donde la energía y los deseos de muchas mikos se concentraron para poder procrearme. Lo mismo hicimos ahora con mi madre, yo la apoyé hasta que logró quedar en cinta.-
-¿Tu hermano entonces será poderoso de la misma forma que tu?
-Siendo macho supongo que es distinto, pero si fuera hembra sí, creo que sería similar. Pero es eso, desde que supe que existía eso en mi origen estoy segura de que puedo dar mucho más de lo que ya hago. Pero, a la vez, algo me detiene y aun no lo resuelvo.
-Sé que lo vas a lograr, eres una cabezota terca que nunca se necesitas algo, solo dímelo.-
-Por el momento, si entrenas conmigo estará bien. Me sirve que seas un demonio puro. Prometo no purificarte- Moroha le sonrió maliciosa, pero su amigo no se inmuto, solo aceptó con la cabeza y se puso frente a ella.
-Vamos, sigamos entrenando. No hay tiempo que perder.
Fue pésimo para el mal humor de Kenji luego de recibir las cenizas de su regalo el encontrarse con una fila de demonias frente a él en el salón principal. Su tío lo esperaba sentado en su silla junto a Atae, con su funesta expresión de asco para con él grabada en su rostro.
-Kenji, aquí están las primeras candidatas. Esperamos que elijas al menos tres.
El muchacho no respondió. Todo aquello parecía una invención, simplemente imposible. Aquellas demonias expuestas como platos de comida o como herramientas en una armería, lo hacían sentir un maldito desgraciado. No podía, no quería más de esa nueva vida que le imponían encima pero sabía que tampoco serviría pelear con su tío, terminaría eligiendo las mujeres. Luego de minutos lentos en que fingía observar a las mujeres pero en realidad sólo perdía su vista entre los ropajes de las mismas, decidió algo.
-Necesito algo antes de elegir.
-¿Qué?- preguntó su tío con un tono fuerte bordeando en los hastiado.
-Que traigan a Nomi.
-Te dije que esa tipa no vendrá a esta casa-
-Y yo te digo que no voy a elegir a nadie hasta que venga. - Koriu iba a replicarle levantándose del asiento, pero Kenji se adelantó- consideralo sólo una pequeña petición, ya entenderás porque.
-Niñito idiota. Atae, que traigan a la mujer-
La anciana obedeció mandando a alguien por la muchacha, la que llegó al salón pasados breves minutos. Con su típica sonrisa coqueta, la demonia aprovechó de mirar con desdén al demonio que lideraba a la tribu, mientras se mantenía segura muy de cerca de su amigo. El hanyo, mientras miraba directamente a su amiga, se dirigió a todos.
-Decidí que, como yo no conozco bien las costumbres de la tribu y tampoco a sus miembros, Nomi será mi mano derecha y, más formalmente, la matriarca de mi concubinato.
-¿Qué? ¿Qué clase de estupidez dices?
-Lo que escuchaste…
-Sabes perfectamente que esta infeliz formaba parte de mi concubinato, no puedes tenerla en el tuyo ¡sería mal visto un hijo de una mujer usada por tu propio tío!
En lo que pareció medio segundo, Kenji fue hasta el asiento del demonio y colocó certeramente su katana cruzada a su cuello. Koriu abrió inmensos los ojos, mientras mantenía silencio y Atae daba un grito ahogado. Esa vez, no había ningún guardía cerca.
-No vuelvas a hablar así de ella. Es la última vez que te lo digo. - Kenji sacó su arma justo cuando entraron al salón una serie de guerreros que lo apuntaron con lanzas y otros lo amenazaban con katanas a su alrededor.
-Váyanse, estamos bien.- dijo Koriu haciendo que sus guardias se marcharan- Parece que el niñito tiene sangre en las venas.
Koriu seguía fijando sus ojos violáceos en su sobrino. Kenji sintió un leve escalofrío cuando él mismo hizo conexión con la mirada de su tío. Un choque eléctrico, que provocó que el terror lo invadiera, lo paralizara. Era una mirada llena de odio.
-Yo...tendré a Nomi de jefa de las concubinas, pero no será una de ellas.- la chica a su lado arrugó el ceño más confundida, pero cambió su expresión cuando Kenji la tomó por los hombros y la dirigió ante las mujeres- Tú sabrás… tres demonias.
La bella demonia caminó lentamente frente a las mujeres, reparando de manera magistral en lo que parecían detalles curiosos: abría sus bocas, tocaba las curvas de sus cuerpos e incluso, un par de veces, se acercó a olfatearlas de cerca. Así a simple vista era extrañísimo para el hanyo, todo aquello era muy raro de vivir.
-Estas tres- dijo Nomi mientras tomaba con suavidad del brazo a tres demonias y las ponía frente a Kenji que, cuando las demonias se colocaron a su lado, muy cerca, sintió vergüenza.
-De acuerdo, desde hoy forman parte de tu concubinato. Tienes derechos y obligaciones para con ellas, pero supongo que tu amiga te lo dirá. Ahora, también tienes una obligación con la tribu y con tu gente-
-Lo sé. Déjame en paz. - Koriu se levantó para marcharse del salón, pero se detuvo junto a la entrada.
-Hemos pensando con Yorio que, independiente de tu concubinato, es buena opción que tengas relación con demonias de otras especies, demonias puras. No podemos agotar las opciones, si surge una provechosa, Atae lo dirá.
Luego de ello, Atae se llevó consigo a las demonias y le indicó a su amo que desde mañana sería oficial, en formas que Kenji desconocía y lo hacían sentir abochornado, pero lo disimuló como mejor pudo. Las mujeres le hicieron una reverencia y se marcharon del sitio, dejándolo a solas con Nomi.
-Estás haciendo cosas muy extrañas…- dijo la chica, con una ceja levantada.
-Gracias Nomi- el hanyo se acercó a la demonia y la abrazó. El sentimiento de soledad que lo embargaba mermó lo suficiente para que lo abandonara también la angustia, mientras se dejaba abrazar a su vez por la muchacha.
-No me agradezcas, todavía tienes que cumplir a tu tío ….y claro, está lo otro. Ya tengo fecha para la reunión-
-Rin
-Buenas noches mi señor- una mujer de estatura baja y bella sonrisa esperaba a su marido con actitud descansada.
El Dai Yōkai sin responderle se sentó junto a ella con una suavidad y ligereza que parecía que volaba. O así lo sentía Rin al menos. Todos los días su señor llegaba a la misma hora, al mismo sitio, para compartir un tiempo a solas con ella. Aunque, en aquella ocasión, la expresión siempre calma de Sesshomaru se vió opacada por un leve gesto de molestía que solo la humana conocía bien. Una pequeña arruga en su ceño.
-¿Algo lo perturba mi señor?- como ya era costumbre Rin comenzó sin preguntar a liberar al demonio de su armadura y los ropajes innecesarios. Era una acto casi ceremonial que compartían desde que ella se había convertido en su mujer. No fue sorpresa que el no respondiera, simplemente se limitó a darle acceso a su cuerpo para ella.
-Towa llegó bien de su visita a su amigo, diría que incluso más contenta, el último tiempo había visto muy apagada a la cachorra. Sé que está enterado pero quería confirmárselo- cuando ya solo le quedaba el último paso que consistía en sacarle los zapatos a su marido, la mujer fue detenida por el mismo con un gesto de su mano. La mirada penetrante que le dió, luego de esas palabras, puso un poco nerviosa a Rin.
-No. Towa nunca fue a esa aldea.
-Pero ella lo confirmó al llegar, incluso Setsuna sabía donde se encontraba.
-Mienten, ambas.- Sesshomaru, que parecía estar acostumbrado a la inocencia y confianza de su mujer, permitió que ella siguiera con su cometido.
-Entonces ¿dónde estuvo la pequeña, mi señor?- la preguntá de Rin dejó un rastro de tristeza muy evidente, su rostro tierno y sumamente puro era como un libro abierto.
-Sospecho que con aquel hombre que servía a Zero.
Rin no respondió eso, guardó unos segundos de silencio. Riku pero ¿él no se había marchado? Conocía el interés de su hija en aquel hombre pero nunca llegó a imaginar que podrían reencontrarse.
-Me...sorprende que sea así. Creí que las cachorras me tendrían más confianza. ¿Cómo lo supo?
-Solo lo sé, Rin.
Ambos guardaron sus palabras nuevamente, mientras la joven madre no podía disimular la pena que sentía. ¿Cómo era posible que sus hijas no confiaran en ella? ¿Sería por todo el tiempo que no estuvo con ellas? Era inevitable culparse y sentir rabia por todos aquellos años en que, el destino y un par de personas, la había alejado de sus niñas. Pero, incluso en contra de eso, la madre batallaba desde el primer momento de reencuentro con sus hijas en recuperar o, al menos, sanar aquellas faltas y heridas. Incluso Rin se sentía lo bastante madura emocionalmente para dejar que las chicas hicieran una vida más de adultas, a pesar de aun ser niñas, todo porque a pesar de sus aprensiones ella quería darles a entender que las comprendía y respetaba sus maneras de vivir, Setsuna siendo exterminadora y Towa siendo, a vista de muchos, una niña demasiado independiente para la época. ¿Acaso había sido eso? Quizá ella misma había jugado en su contra dejando mucha libertad a sus hijas, permitiendo que solo la vieran como una parte secundaria de sus vidas...alejándolas, haciendo que para temas como aquel, no confiaran en ella.
-No es culpa de Rin- con un susurró, Sesshomaru rompió la concentración interna de la humana, haciendo que lo mirara directamente y, luego, que le dedicara una hermosa sonrisa.
-Gracias mi señor, de todas formas intentaré que no se vuelva a repetir. Sé que le preocupo todo lo sucedido. Haré mi mayor esfuerzo- dijo ella, haciendo un puño con su mano derecha, decidida. Sí no habia podido ser la madre que soñó alguna vez, aun tenía muchos años y oportunidades de hacerlo mejor. El demonio solo se límito a mirarla, sin mayores expresiones pero a Rin le bastaba con tenerla con ella, cerca, en tranquilidad y en confianza.
Al rato, Rin, haciendo gala de su verborrea, volvió a dirigirse a su marido.
-¿Sabe? Siempre he creído que debemos darle su espacio a las cachorras. Son casi mujeres...por lo mismo, disfruto que pasen tiempo en la aldea, con sus amigos, con Moroha, con Kagome y...bueno, con todos- la pausa de Rin fue necesaria, ella prefería no mencionar a su cuñado- pero ¿y si eso las ha dejado muy lejos de nosotros? A veces desearía pasar más tiempo con ellas, pero permitiéndoles hacer y ser lo que quieran. No lo sé, quizá poder prepararles de comer cada día, poder pasear con ellas por la aldea, visitar más a Moroha y a Kagome, sobre todo con el nuevo cachorro que pronto llegará a tomar aún más la atención de las niñas…
-Rin- dijo de pronto el demonio, interrumpiéndola.
-Sí mi señor…
-¿Te gusta estar aquí?
La pregunta de su esposo dejó un poco pasmada a la joven que abrió la boca pero fue incapaz de decir nada.
-Puedes ser sincera.
-Sí me gusta, mi señor. Aquí es donde puedo estar con usted, recibirlo y tener nuestros momentos a solas- fue inevitable para Rin sonrojarse un poco, aun se sofocaba al hablar de esas cosas, a pesar de los años, aun para ella su señor era aquel gran demonio que la había enamorado sin mucha dificultad.- pero...a veces desearía tener una vida más simple, por lo que ya le expliqué.
-Comprendo.
-Pero ¡no se preocupe! Soy consciente que no le agrada estar con los humanos y menos tan cerca de...usted sabe quién. No hay conflicto, Rin cumple aquí con sus deberes de esposa y así debe ser, para siempre.
Sesshomaru, notando que a pesar del determinismo de la joven a sus oídos llegaba un dejo de tristeza, volvió su vista a su mujer nuevamente. Rin no supo bien cómo interpretar aquella mirada cerrada y concentrada del demonio, que la traspasaba con facilidad y la desmoronaba de la ansiedad, porque era increíblemente atrayente y serena a la vez.
-Mi señor yo...estoy bien. Es el deber de Rin. Aunque es divertido como eso sucinta las más divertidas ocurrencias de la pequeña Moroha. Disfruté mucho tenerla con nosotros.
-¿Ocurrencias?-
-Sí, me decía que buscara alguna actividad que hacer, que podría apoyarla a ella y su madre con labores de sacerdotisa en la aldea...incluso, sugiere a veces que vaya a vivir con las cachorras a una cabaña cerca a la suya. Es muy introvertida, siempre está ideando cosas nuevas.
Rin dejó que, mientras hablaba, su señor se recostara junto a ella, dandole espacio para que la joven acariciara con mucha lentitud su blanca cabellera, mientras le permitía dormirse. Sesshomaru conocía muy bien las formas de moverse, de actuar y de comunicarse de la madre de sus hijas, por ello, reconocía en aquellas palabras un mensaje oculto que para cualquiera que hubiera visto antes la candidez de Rin sabría leer con simpleza.
-Rin. Lo pensaré- le dijo el yokai, haciendo que en su espalda el entusiasmo de la joven la hiciera dar un saltito en su asiento de felicidad. Ella no había mentido, quería cumplir como esposa pero su señor siempre era capaz de entenderla, él sabía verla más allá incluso de sus palabras. Para ella, aquel era su lenguaje propio e íntimo, entre ella y su marido.
Llegada la noche en la aldea, Moroha y Sayumi de encaminaban con un canasto de comida hasta la cabaña de Kaede, lugar donde pasaría la velada con sus primas como solían hacer de vez en cuando. Una vez en el sitio, la anciana las dejó a solas, diciendo que dormiría en casa de Kin´u para darles libertad.
-¿La anciana siempre las deja a solas aquí?- preguntó Moroha curiosa cuando vió a la sacerdotisa marcharse.
-Sí, prácticamente vivimos con ella y en algunas ocasiones nos deja su cabaña, solo porque sabe que no tenemos otra casa dentro del pueblo- explicó Setsuna, mientras le indicaba donde sentarse a la joven loba.
-Keh...saben perfectamente que pueden llegar a la mía. Sobre todo ahora qué hay una pieza extra-
-Sobre eso ¿estás bien, Moroha?- la intervención de Towa, que intentaba ser comprensiva con su prima, fue recibida con la peor de la expresiones de la shihanyo que, con un certero e imperceptible para los demás golpe en la pierna, dejó claro para la peliplateada que no debía tocar el tema.
-Sayumi vino conmigo, quería que compartiera con más personas que los odiosos de sus hermanos. Ella es la mejor del clan de los lobos-
-Gracias Morohita, no es para tanto.
Las chicas se pusieron a comer, dándole la oportunidad a Towa de interrogar a la visita respecto a muchos temas, como las cuevas, de sus otros hermanos, a qué dedicaba su tiempo, entre otros. Sayumi, que gozaba de los ojos más expresivos de su especie, no era comunicativa de la misma manera cuando de hablar se trataba. Moroha sentía una especial afinidad con ella por la misma razón, Sayumi le permitía ser lo gritona, alocada y gruñona que quisiera sin peleas en el camino, ambas siempre se comprendían y eso las había permitido sobrevivir conjuntamente entre los otros hijos de Koga y Ayame, dueños de las más increíbles personalidades.
-Cambiando de tema. ¿Dónde estuviste realmente? No creo ese invento de que te fuiste con Kenji, el me lo habría dicho-
-¿Está segura, Moroha?- respondió Setsuna sonriendo maliciosamente, sabía que la chica no podía tocar el tema de su ex relación secreta frente a Sayumi, así que notar la cara de impacto de la niña la hizo sentir divertida.
-O sea...tampoco hay que ser un genio, es obvio que estuviste en otro asunto-
-Sí, no tengo porqué ocultarlo, me reencontré con Riku- admitió Towa haciendo que su prima diera un gritito entusiasmado.
-¡Y porque nadie me lo dijo a mi! Yo también quería ser parte de la actuación- Moroha dió un golpe molesto en el suelo de la cabaña, mientras Towa se reía de su berrinche.
-Por que eres una abusiva, de seguro hubiera pedido un pago por tu silencio a Riku- respondió la exterminadora con gran rapidez, haciendo que su prima la quemara con la mirada
-¿Setsuna, que clase de traidora crees que soy?- se defendió Moroha, fingiéndose atacada.
-De las que aman sacar dinero de todos lados-
-¿Me estás diciendo aprovechada?
-Tu expresión lo dice todo- dijo Setsuna sin alterarse, hasta que Moroha le respondió con un gruñido ronco casi en su cara, amenazante-
-¡Y tu expresión lo único que dice es que eres igual a tu papá!
-¿Y qué es lo malo de ello? Tu eres igual al tuyo-
-¡Hey basta ustedes dos!- Towa alejó a las primas, más que nada para evitar que Moroha terminará mordiendo o algo por el estilo a su hermana, que seguía muy tranquila en su asiento.- Disculpa, Sayumi. Siempre termina igual.
-No hay problema, estoy acostumbrada- ahora, junto a la loba, Moroha continuaba dando gruñidos bajitos de molestía, mientras miraba a su prima.- ¿Aquel muchacho es su novio, señorita Towa?
-Dime solo Towa por favor, Sayumi. Y ...no diría novio, pero yo tengo sentimientos por él. Es complicado, creo- la loba asintió con la cabeza, intentando darle su benevolencia a la hanyo.- Pasaron cosas.
-Cuenta- pidió Moroha, distrayéndose de su pelea con Setsuna. Esta última también parecía, en su introspección, interesada.
-Estuvimos juntos todo el día, comiendo, paseando en el castillo...incluso, nos bañamos juntos en aguas termales-
-Queeeeeee- gritó su prima, su hermana en cambio no se inmutó.
-Nada extraño pasó en ese momento- dijo Towa antes de que Moroha pudiera dejarse llevar por su imaginación alocada- lo que sí pasó fue que lo besé. Yo, a él, justo antes de marcharme.
Moroha volvió a gritar emocionada, haciendo que Towa se sintiera nuevamente muy feliz por lo sucedido, mientras recordaba aquel momento en específico cuando se atrevió a acercarse a Riku.
-Si no hubo rechazo, creo que él acepta de igual forma sus intenciones- expuso esta vez Sayumi, sorprendiendo a Towa por la precisión de sus palabras.- Yo diría que son enamorados a lo menos.
-Uy….Towa y Riku, un amor imposible, juntos besandoseee, acariciandose a escondidas de tío Sessho- Moroha se puso a cantar divertida y muy desafinada, haciendo reír a su compañía.- Y justo un poco más allá, Setsuna y Hisui, tocándose, besándose, ocultos de tío Sessho.
-Cállate- exigió la exterminadora, pero su prima le sacó la lengua.
-No discutan.- pidió Towa de nuevo, pero fue inútil.
-No dije mentiras
-Y un poco más allá, en un árbol cerca del templo, besándose, tocándose y quien sabe que más, Moroha y…
-NOOOOOOOOOOOO- la adolescente de ojos cafés se lanzó con tal rapidez sobre su prima para callarla que tiró al suelo el resto de comida que tenían frente a ellas. Sayumi abrió muchos los ojos, mientras Towa las alejaba una de la otra.
Cuando se tranquilizaron luego del reto de la mayor de las tres, continuaron la noche, pero con el silencio culpable de Setsuna y Moroha de fondo. Towa intentó volver a la normalidad hablando directamente con la loba.
-¿Y tu Sayumi, tienes novio?-
-No, nunca he estado con un hombre, no tengo la personalidad. Mi hermano siempre dice que mi única esperanza es que el me consiga un marido que pague mucho dinero por mi-
-¡Qué cruel! Que pesado Hiro. No le hagas caso. Eres bonita y muy amable Sayumi.
-Es pesado pero porque con mis hermanos nos tratamos así entre todos, no hay problema.
-No, no dejes que te digan eso.
-Tampoco es tan raro, Moroha sabe qué hay muchos matrimonios arreglados en la tribu. No me molestaría, me incomoda más tener que buscarlo yo. Y ya estoy en edad de tener un prometido al menos.
-¿Viniste a este viaje por eso?- preguntó Towa, un poco apenada de las palabras de Sayumi, aun no podía acostumbrarse a que en esa época las mujeres tuvieran que madurar tan tempranamente, sobre todo las demonias.
-En parte sí, Hiro y Umiko lo pensaron así también. No me molesta, insisto- la sonrisa tierna de la chica tranquilizó un poco a su receptora, a pesar de sus aprehensiones.
-Supongo que si es lo que deseas...ojalá te toque el mejor de los hombres-
-Keh… conociendo a Hiro, buscará un tipo de bajo perfil, no le gustaría verse opacado- dijo Moroha, haciendo sonreír a su amiga loba.- Pero Towa tiene razón, si estás de acuerdo con un matrimonio arreglado, yo también ayudaré a que tengas el mejor de los novios, el más apuesto, carismático, inteligente y, lo más importante, el más ADINERADO de todos.
Las tres chicas junto a Moroha rieron, incluso Setsuna que gozaba de una actitud siempre pasiva porque hasta para ella el entusiasmo y la bipolaridad de su prima eran hilarantes.
-Es cierto lo que dices de mi hermano. Si la otra persona le despierta hasta la más mínima sensación de peligro, él no se arriesga. Por lo mismo, Umiko tuvo problemas para convencerlo de ir a hablar con Kenji y su tío. Ella cree que Hiro tiene conflictos con alguno de ellos-
Antes de que Setsuna pudiera soltar un "si supieras" que desbaratara a su prima, su hermana mayor la miró suplicante, pidiéndole que guardara el secreto.
-No creo...Kenji es buena persona, solo ha tenido mala suerte en la vida, Hiro debería bajar la guardia con él. Riku me contaba cómo lo conoció hace años en sus viajes.
-¿Qué Riku qué cosa?- preguntó Moroha arrugando la frente, haciendo que Towa notara que la niña no tenía cómo saber esa información.
-Si, en un inicio pensé que había sido secuestrada, pero cuando descubrí que estaba con Riku le pregunté cómo lo hizo para sacarme de la celebración... me explicó que había planeado con Kenji y Setsuna el "secuestró" y la excusa para mis padres, que era precisamente que había acompañado a Kenji hasta su aldea. Y ahí me enteré que ya se conocían de antes.
-¿Cómo?
-Riku lo conoció cuando buscaba las perlas arcoiris y Kenji en ese entonces buscaba a su padre, no sé más detalles.- su prima no dijo nada pero Towa percibió los ojos abatidos de la shihanyo.- Sí quieres podríamos fijar una reunión con Riku para saber de Ke…
-No.
-¿Por qué?
-Porque no, mi papá me advirtió que si venía o si mandaba algo va a matarlo. Y antes de que preguntes, el anciano Myoga después de investigar descubrió que Kenji fue enviado especialmente por su tío a hacernos daño.
-Entonces por eso estaba tan enfadado con él. Riku alcanzó a comentarme algo. Pero...es extraño. Tuvo mucho tiempo para hacer algo por el estilo.
-¿Quiere decir que Kenji es un traidor? ¿No debería decírselo a mi hermano?- la shihanyo no pudo evitar escandalizarse con las palabras de Sayumi.
-¡Claro que no es un traidor! Towa tiene razón, podrá haber dicho muchas mentiras pero no es un traidor, eso no. Cuando nos conoció con el tiempo se hizo parte de nuestra familia. No me importa si se marchó o...todo lo que ha pasado. Yo confío en él.- la adolescente hizo una pausa para, con un respiro, disminuir su ansiedad. La mirada apenada de Towa la hizo sentir un poco boba en el transcurso de su discurso- si existe un ser bueno en este universo es él.
Sayumi solo asintió con su cabeza, mientras sonreía. Si Morohita opinaba eso, debía de ser cierto.
Con increíble rapidez pasaron las primeras semanas del hanyo en su nuevo hogar. Desde el día que habían sido seleccionadas por Nomi las demonias de su harem, la rutina de Kenji fue modificada por órdenes de Atae, que dispuso un sistema convencional para aquella aldea de llevar sus deberes y derechos para con sus concubinas. A grandes rasgos, consistía en un división de días en los que debía "convivir" con cada una de ellas, todo debidamente vigilado por Nomi. La incomodidad y la vergüenza de los días iniciales fue mermando hasta convertirse en una rutina, en la que el chico participaba obedientemente. Si bien, era extraño tener que figurar como pareja de mujeres distintas a diario, cosa que ni en mil vidas imaginó, la verdad es que en parte agradecía tener compañía de otras personas que no fueran el idiota de su tío y su ex maestro. Resultó, para su suerte, que las tres demonias eran muy agradables sin ser hostigosas, solo muy serviciales.
Fuera de ello, a diario pasaba por entrenamientos mentales y con el avance del tiempo había logrado identificar parte de sus habilidades. Kenji había descubierto que era capaz de, con solo tocarlas, dormir personas y paralizarlas, pero aun eran habilidades de bajo rango, por lo que Ryu no desistió en sus intentos de encontrar, muy dentro de su subconsciente, algún poder oculto, hecho que no había dejado que el hanyo se liberara de las extasiantes sesiones en que el demonio trataba de desnudar su cerebro.
Todo parecía seguir un ritmo similar hasta una tarde que, para la hora normal de su entrenamiento, junto a Ryu apareció Atae. Kenji supo que su presencia no podía significar nada bueno.
-Amo. El día de hoy intentaremos algo nuevo. Estuvimos investigando las formas en que los híbridos reaccionan.
-¿Tienen algo en mente?
-Creemos que la única forma de saber realmente la extensión de sus poderes es llevándolo al extremo.
-Explícate…-pidió el joven mientras se sentaba junto a los ancianos, expectante. Desde que la mente de Kenji se había abierto a sus nuevos poderes, sentía una liviandad en los pensamientos que nunca tuvo previamente. Ahora, sentía que podía conectar y conocer con más facilidad a quienes lo rodeaban.
-Lo que intentaremos es con ayuda de estos pergaminos sagrados hechos por sacerdotisas purificadoras, llevar su poder demoníaco a su límite- el chico levantó una ceja, seguía con algunas dudas obvias- los hanyos se convierte en demonio cuando están en peligro de muerte o bajo grandes presiones. Eso provocaremos, lo haremos sentir la presión necesaria para resultar en su transformación.
El aludido guardo silencio. Si querían hacer eso…
-¿Como pretenden evitar que me transforme totalmente? Perdería mi conciencia…
-Lo sabemos. Según lo que nos explicaron estos pergaminos solo funcionarán mientras estén sobre su cuerpo. Como sería muy complicado ponerlo en peligro de muerte tan seguido, esta opción es la más segura.
-¿Y lo que pretendes es meterte a mi mente cuando esté convertido en demonio?
-Si, amo. Creemos con mucha certeza que es la mejor forma de descubrir y encontrar lo que buscamos. - los demonios se quedaron a la espera de reacciones. Kenji imagino rápidamente todas las posibilidades e intento ignorar el avasallador miedo que se impuso sobre el al idearse como un demonio puro. Recordaba que, solo una vez hace años cuando era solo un niño, había pasado por algo así y la verdad nunca tuvo la seguridad de que haya sido de esa forma.
-Bien...hagámoslo. Pero les pido- y, está vez, se dirigio solo a Ryu, en quien confiaba mucho más- no dejen que pierda mi mente.
-Lo prometo amo.- el demonio le dio una reverencia y una sonrisa amistosa que relajo un poco el palpitar alocado de su pecho producto de la gran ansiedad que estaba sintiendo. Antes de que pudiera preguntar el actuar, Atae se acercó a él para sacarle la armadura y dejarlo solo con el kimono simple de debajo. También, le quitó su espada haciéndolo sentir muy desvalido.
-Ahora amo, lo amarraremos a esto, solo por nuestra seguridad personal.- Ambos demonios tomaron los brazos del hanyo y lo agarraron con unas fuertes correas de cuero que apretaron con fuerza a la pared. Lo mismo hicieron con su cintura, dejándolo totalmente a merced de ellos. Pero, además, la anciana con un movimiento de sus manos, llamó a dos guardias de su tío para hacerles compañía. Estos lo tomaron fuertemente de los antebrazos. Kenji se preguntó si todo eso realmente era necesario ¿acaso le temían tanto a su transformación?
-Comenzaremos, amo. Atae, puedes hacerlo.
Kenji tragó saliva asustado hasta que la mujer aproximó sus largas uñas a su rostro, inclinándose sobre él por la diferencia de estaturas. Hasta que, con mucha fuerza, la mujer puso en su frente el pergamino antes mostrado. Al sentirlo en su piel, no creyó vivir nada, pero, pasados unos segundos…
Oscuridad. Luz.
Kenji sintió de pronto que su vista se trastornaba, porque veía y sentía como sus pupilas se alocaban dentro de sus cuencas y producían el efecto propio cuando la luz se enciende y se apaga. Intermitente, molesto.
Rápido, dolorosamente.
El trastorno de sus ojos pasó a serlo de su mente, lo que lo llevó a sentir un intenso dolor de cabeza que nacía en la sien y terminaba en su cuello, como dos golpes de electricidad que despertaron algo en él, lo que lo obligó a dar un grito.
Dio luego un respiro ahogado y lo poco que conservaba de razón luego de que su mente se dispersara por el atroz dolor, vio a Ryu muy sorprendido mirándolo, pero no directamente. No a los ojos.
Y, cuando el dolor se masificó en él y un olor más intenso que nunca, no...más de un olor intenso, invadieron su nariz, supo que sus sentidos habían despertado de verdad.
Sonidos también, alrededor, volviendolo loco. El sonido de la respiración de los demonios, de los guardias agarrando su piel y rasgando con sus uñas, el choque del cuero de la cuerdo con la pared. Todo. Y su propio sonido indescifrable molesto, odioso.
-¡Amo, está lográndolo, no completamente pero vemos y sentimos su cambio! Ya no huele tanto a humano
-Pero persiste un poco…- agregó Atae, alejándose de Kenji que comenzaba a hacer sonidos extraños con su boca, con su lengua y sus dientes que molestaban mucho dentro de su boca. Y su lengua, su boca entera sabía horrible. Algo fuerte y asqueroso que nunca había sentido. Que, incluso, le ardía.
En lo poco de su conciencia mientras seguían despertando sus sentidos en medio del dolor, gritó una orden.
-¡Apresúrate!
El demonio se acercó a él con torpeza y comenzó lo que siempre hacía, posó sus manos con dificultad sobre la cabeza de su amo y enfocó su mente en meterse a la de su aprendiz.
Pero, en ese instante,Kenji no supo más. Su mente se oscureció. Y no vio nada más.
Un muy agotado y apesadumbrado Inuyasha estaba recostado como estrella de mar sobre el futón que compartía con su mujer. La sacerdotisa llegó al rato, sosteniendo con sus manos su panza considerablemente más abultada y sonriéndole al verlo. El hanyo le dejó un espacio y esperó que se sentara lentamente.
-Recuéstate
-Pero no me he cambiado de ropa...y la comida…
-Yo no tengo hambre, si tu tienes te traeré algo.
-¿Sigues sin hambre? ¿Aún tienes pena, Inuyasha? - pregunto la miko dando junto en el clavo, por cómo cambió la expresión de los bellos ojos dorados de su marido.
-Keh...un poco. No soporto que la enana me mire tan enojada siempre. Creí que se le pasaría el mal genio-
-Dale tiempo
-Han pasado semanas Kagome...no me gusta estar enojados, siento que me odia. Nunca creí que me afectaría tanto su forma de tratarme- explicó el hombre mientras, sin querer, bajaba sus orejas lastimosamente, haciendo que Kagome sintiera una opresión de angustia en su pecho.
-Es porque la adoras, eso provoca que su falta de cariño te duele el doble- la mujer le sonrió con mucha dulzura mientras acariciaba su pelo, sus orejas y luego su rostro, provocando que el semidemonio cerrara los ojos, disfrutando del tacto.- Deberías explicarle porqué reaccionaste así.
-No, lo que dije debería bastar. Aún es una niña, no entiende que lo hago para protegerlos...a ti, al cachorro y a ella.
-Yo entiendo que quieras cuidarnos, aunque no comprendo tanto el porqué pero…-antes de que Inuyasha dejará su actitud relajada, Kagome cambió el rumbo de sus palabras- Intentaré hablar con ella. Este tiempo se ha dedicado enteramente al entrenamiento mientras Towa y yo vemos lo del templo. Ha avanzado, pero no como ella quisiera. Aún tiene que descubrir cosas.
-Si no estuviera tan enfurecida podría ayudarle-
-Eso es muy cierto. En algún momento podrás guiarla. Pensaba que quizás debería pasar por una fase de observación de otras mikos, de mi, de ti, de Miroku, y Sango, de sus amigos. Parte del aprendizaje de las sacerdotisas implica, además de la oración, el conocimiento y el arte de la observación de otros y de la naturaleza.
-He notado, las pocas veces que estoy en la misma habitación con ella, que parece estar frustrada.
-El no poder entender y desarrollar sus poderes como ella desea la frustra muchísimo. En eso...se parece a ambos.- la mujer rio entre dientes, pero el hanyo no hizo nada, solo desvió su mirada.- ¿Qué pasa?
-Detesto esto, Kagome. Odio que mi hija no quiera estar conmigo ni hablarme. Y odio verla así, no me gusta ver a mi enana sufrir. Yo soy brusco a veces, lo sé, pero...de verdad no lo soporto. - el tono de Inuyasha pasó de desanimado a rabia pura, en un susurro angustioso que ella reconocía bien.
-No te tortures con eso ahora, prometo que veré formas de que se calmen las aguas aquí en la casa. Por ahora...te recuerdo qué hay otro niño del que eres padre que no está enojado contigo- Kagome tomó la mano de garras inmensas de su marido y la colocó en su estómago. El hanyo comprendió y se agacho hasta estar muy junto al espacio donde estaba el cachorro, sorprendiendo a Kagome cuando comenzó a olfatear con la nariz muy pegada a su cuerpo, produciéndole un poco de cosquillas.
-¿Sientes su aroma?
-Cada vez mejor, pero sigue teniendo tu esencia por encima y eso oculta la suya- explicó él, a lo que la mujer asintió. Ella también puso su mano sobre el hogar temporal de su hijo.
-Hola hijo.
-Cachorro
-Hijo…- corrigió ella, divertida- anima un poco a tu papá, que está triste porque tu hermana está molesta. Moroha, tu hermana mayor.
Inuyasha miraba desde su sitio como Kagome le hablaba a su propio cuerpo, un poco incrédulo.
-¿Ya da patadas?
-No aun...no he sentido. Quizá no le hemos dado nada que lo haga feliz.
-Ohhh...mañana buscaré comidas poco comunes y probaremos- dijo Inuyasha con una sonrisa divertida. Su mujer, feliz de verlo alegrarse un poco y levantar sus orejitas, aceptó la propuesta.
-Todo bien, siempre que recuerdes traerle algo a la mamá también.
El hanyo de ojos violetas y poca suerte de vida, despertó en sus propios aposentos dentro de su futón con la peor jaqueca de toda su existencia. Cuando abrió los ojos con dificultad en medio de la gran luz que se presentaba desde la entrada de la puerta corredera, fue capaz de percibir una sombra junto a él y el olor frutal de Nomi.
-Por fin despiertas
-¿Qué diablos pasó? - preguntó mientras se sentaba muy adolorido. La chica se sentó junto a él sobre la ropa de cama, ordenando con su mano los mechones de cabello rebeldes de su amigo. Pero incluso ese movimiento gentil lo hizo gemir de dolor.
-El entrenamiento hizo que te desmayaras...me enteré horas después, por alguna razón Atae no me dejó entrar aquí de inmediato. Temí lo peor por unos segundos.
-Se supone que me convertí en demonio.
-Si, eso me contaron, pero no resultó en totalidad...tendrás que volver a hacerlo
-Mierda- Nomi se rió de la expresión del chico que tomó la cinta que estaba junto a él y recogió su cabello. Odiaba tenerlo suelto.
-De un tiempo a esta parte estás muy grosero y gruñón. Me agrada.
-¿Y tú dónde estabas? Te busqué antes del entrenamiento. Las...ehh..tu sabes, me dijeron que te había largado temprano.
-¿Me estás controlando?- Nomi hizo un gesto coqueto ladeando su hombro que Kenji procuró pasar por alto- Fui a la aldea.
-¿Te volviste loca?
-¡Es que necesitaba definir con Hiro el día y la hora de su visita!-
-Te dije explícitamente que no debías ir allá, Inuyasha está esperando la oportunidad para tener problemas conmigo y venir a patearme la cara.
-De hecho...los tuve- Kenji al oír eso abrió los ojos, acto que le produjo más dolor, igual que lo tenso que se puso su cuerpo- no te enfades, no pude evitarlo. Me encontré con Hiro y pasamos un momento juntos, luego, creo que la chica...Morocha,buscaba a Hiro. ¿Sabes? Ahora pasan más tiempo juntos…
-No me interesa. Ve al grano- gruño Kenji, realmente más que no interesarle no quería sentir más dolores que los que ya tenía.
-Le dije a Hiro que no podía ser descubierta pero en nuestra huída para alejarnos de ella, nos topamos a tu maestro.
-Ex maestro. ¿Qué pasó?
-Me gritó que no me acercara, pregunto si tú me habías enviado y cuando me quise defender, Hiro intervino, explicó lo que sucedía y ...al final me fui, pero me amenazó con que si volvía no tendría compasión conmigo otra vez. Que nadie que tuviera relación contigo era bienvenido en la aldea.
-Que desgraciado- dijo Kenji, a lo que Nomi no respondió, la demonia aun no podía concebir que la adoración que sentía su amigo por su antiguo maestro hubiera terminado de esa manera.
-Olvídalo. Logré mi cometido de todas formas. Ahora, necesitas descansar…¿quieres algo?
-Me duele hasta respirar… Nomi ¿cuando se supone que veríamos a Mineko?
-En dos semanas exactamente. Y a Hiro al día siguiente.
-Nadie preguntó por la reunión con ese lobo irritante, me importa poquísimo si ese estupido viene aquí o no, ese fue invento tuyo y de Koriu- la expresión de odio mezclado con dolor del hanyo sorprendió aún más a su amiga.
-¿Te duele mucho aun?
-¡Te acabo de decir que si!- ahora, le respondió con un grito tan intenso que la chica arrugó la frente, molesta.
-¡No vuelvas a gritarme! No sé qué pasó en tu entrenamiento pero nunca habías sido tan malvado conmigo. - Kenji detuvo las palabras que tenía en su boca. Intentó reflexionar unos segundos pero sólo podía pensar en sacar de su vista a Nomi. No quería verla, ni olerla, ni tenerla cerca. Sus heridas parecían internas y, a la vez, sus dolores externos eran huellas que ardían especialmente en la primera capa de su piel. Sentía que algo le había sido arrancado de la misma y que la piel que tenía realmente era una gran herida abierta. Todo provocaba que su genio y el dolor de cabeza estuviera en su peor momento.
-Fuera.
-De acuerdo. Mandaré a alguna de "las chicas" a verte con alimentos.
-Sí, mejor. Tu vete. Diles a las tres que vengan, con comida. Me daré un baño.- Nomi, que no podía creer que Kenji quisiera estar con sus tres concubinas en aquella ocasión, salió enojada de los aposentos, golpeando el piso con sus pies fuertemente.
-¿Qué están haciendo?
-Vemos terrenos por la aldea.- respondió Setsuna, que andaba lentamente entre los caminos que se formaban entre las distintas edificaciones del pequeño poblado. A su lado, Hisui miraba con reproche a Moroha por interrumpirlos en su paseo.
-¿Molesto? A juzgar por la mirada de Hisui así parece
-No Beniyasha, Setsuna me pidió que la ayudara en esto simplemente...Towa estaba ocupada con el Templo y con tía Kagome.
-Sí, últimamente se la pasan en ese sitio. El único problema es que ya no tienen muchos recursos.- explicó Moroha mientras se unía a la caminata- ¿Y un terreno para qué buscan ustedes? ¿Piensan construir una cabaña para estar solitos?
Con esas palabras, la exterminadora detuvo su paso y le dió un certero golpe con la parte inferior de su naginata en la espalda a su prima.
-No. Es para otro asunto. Pero no te incumbe- la voz de Setsuna sonó de un tono tan similar al de su padre que Hisui se estremeció un poco. Moroha, que vió lo mismo, sonrió divertida mientras se frotaba donde la habían golpeado.
-Buenooooo, de todas formas tengo mis sospechas. Tengo una misión de cazarrecompensas así que lo dejaré tranquilos para que hagan sus cosas- Moroha le guiño el ojo a Hisui que su puso muy rojo- ¿Han visto a Hiroyuki? Se supone que iría conmigo.
-Sí, estaba en su campamento.- respondió Hisui, ahora un poco más concentrado en las palabras de su amiga- Beniyasha tu y Hiro...eh…¿están en algo?
-¿Ahhh? No, somos amigos como siempre
-Siempre están juntos desde que se fue Ke…
-Shhhh...no, es solo coincidencia. Hiro me ayuda a entrenar, gracias a sus poderes demoníacos es más fácil determinar la efectividad de mis o funda, de mis barreras espirituales y de los rezos. Tampoco es como que tenga que explicártelo a ti ¿o sí?
-No...solo era curiosidad- Hisui dejó que la chica se marchara y, cuando estuvo lejos, se dirigió con suavidad a su compañía.
-¿Eso es cierto?
-Sí, Moroha no tiene ninguna relación con él, ya lo sabríamos. ¿Por qué te interesa?
-¡No es por mi, obvio! Es porque pensaba en Kenji...después de todo es mi amigo. O era. No sé nada de él hace muchas semanas ya. - respondió el exterminador, hasta que se detuvo con Setsuna junto a un sitio vacío alejado de las otras cabañas. La chica parecía observar con detenimiento el lugar, con la expresión un poco molesta.
-¿Fueron...celos?
-Estás loco.
Hisui no insistió con su pregunta, le bastaba el haber notado el cambio de tono del rostro de su enamorada, haciéndola lucir muy tierna.
-Sigamos buscando, si encontramos un buen lugar para que viva mamá, Sesshomaru no podrá negarse.
-Sí, mientras antes sea mejor.- Hisui sonrió, en parte él era el más interesado de que Setsuna tuviera casa fija en la aldea. Así tendrían muchas más oportunidades de verse en tranquilidad. Y, confiaba, que ella pensaba de la misma manera.
El plan para poder burlar la vasta seguridad de su tío consistía en hacerlo creer que esa noche la pasaría en la casa de las concubinas. Nomi había arreglado que así lo supiera todo el mundo, desde la servidumbre hasta las aludidas. Pero la realidad es que llegada la hora, Kenji dejó a sus concubinas en una habitación, no sin antes advertirles que volvería luego, para salir oculto al encuentro de su amiga calles más allá, justo donde comenzaba un sector de residencia de los demonios. La edificación de la aldea, que consistía en similar arquitectura, resguardaba espacios recónditos que Nomi conocía en parte pero que no dejaban de sorprender al hanyo.
Como el humor de Kenji desde sus nuevos entrenamientos más que mejorar había empeorado, Nomi lo evadía, principalmente porque sentía que ella misma era una carga terrible para su amigo. Aquella noche caminaban juntos bajo sus capas, sin hablarse, aunque Nomi deseaba mucho y con todo su corazón que Kenji volviera a ser amable y considerado con ella.
Llegaron hasta un sitio donde las casas daban término a las calles. Esperando sus instrucciones, el hanyo se quedó mirando a la chica, que, en segundos, apuntó al cielo. Junto al tejado, un demonio agachado los miraba. El fulgor de sus ojos violetas iluminó el camino de ambos y lo siguieron por los tejados con mucha rapidez hasta que se detuvieron en uno.
-Sigan- indicó el demonio. Kenji notó una suerte de puerta de madera sobre el mismo, todo luego de que el yokai descubriera la fachada del techo. Resultaba ser, efectivamente, una entrada a lo que el chico imaginó era un entretecho. Los amigos se metieron a él con dificultad por lo estrecho que era, hasta que de la nada se abría considerablemente el camino y fueron recibidos por la luz baja central de un fogata contenido con poderes demoníacos. Junto a ella, estaban varios tipos sentados. Cuando vieron a Kenji, algunos dieron una reverencia, otros solo lo miraron con desconfianza y, al final, se topó con la mirada ruda y cálida de Mineko. El demonio se acercó sin mayores problemas y la abrazó levantando al chico con facilidad.
-Llegaste muchacho, me alegro. Estábamos esperando esta reunión, nos costó poder asegurarnos que nadie nos vigilara.
-Fue igual para nosotros- respondió Kenji, que al liberarse del abrazo no cambió su actitud neutra. Fría.
-Wow, veo que este tiempo aquí te ha hecho crecer, pareces varios años mayor. Hasta tu expresión ha madurado. ¿No Jin?
-Estás también más guapo- la mujer del primer día que fue a la aldea apareció también, guiñándole el ojo.
-Ven chico, siéntate aquí, denle veneno a estos muchachos- otro demonio se aproximó con dos jarras de alcohol a los chicos- ahora, tenemos que aprovechar bien el tiempo. Nomi se acercó diciendo que tenías conocimiento de nuestra rebelión secreta, ergo, comprendo que estás a favor.
-Claro. Soy, aunque les cueste creerlo, el más ferviente enemigo de las estupideces de mi tío.- los demonios rieron, otros asintieron a sus palabras. Kenji continuó, entendiendo que tenía que comenzar por hablar él- Ustedes ya saben quien soy, ya no es secreto mi sangre y mi condición de híbrido. Si estoy aquí, es porque comprendí que soy miembro de ustedes. Y, un poco, su salvación como especie.
-Increíble por lo demás- dijo un demonio, mientras lo miraba- nadie esperaba que un hanyo fuera a ser la respuesta. Creímos que estábamos condenados. Pero dinos Kenji ¿por qué se supone que confiemos en ti?
-Yo no elegí esto.- dijo él, sonriendo de medio lado por un segundo- Pero lo acepté, porque no estoy de acuerdo con lo que hace Koriu. Cuando oí que se reunían en su contra, para derrocarlo, comprendí que ese era mi punto de partida.- la claridad en las palabras de Kenji lo hacían ver incluso más hombre, haciendo que Nomi se concentrará totalmente en él. El resto de los espectadores se notaba igual de curioso- El hecho es el siguiente: Yo no estoy de acuerdo con él, toda la vida fue cruel e injusto conmigo. Me maltrató de pequeño y ahora solo me usa como un...semental. Pero, independiente de eso, si estoy de acuerdo con hacerme responsable de mi destino. Porque es el destino que surgió de mi madre, que aunque no la conocí...estoy aquí para hacerle frente a esa historia, la de ella y la mía. Ahora, necesito saber como podemos ayudarnos mutuamente.
-Oírte decir eso es un alivio- una demonia frente a él levantó la voz luego de varios segundos en que nadie habló, dejando ver en las sombras del fuego su rostro juvenil- llevamos años peleando con esto. Nuestra tribu era pacífica, neutral, poderosa pero calma. Hasta que nos auto enclaustramos, todo por el miedo de nuestro líder. Tu sangre te respalda, más que a ninguno de nosotros.
Kenji, que no conocía a cabalidad esa historia, escuchaba con mucha atención.
-Lo que dice ella es verdad. Te explicaré.- Mineko volvió a tomar la palabra, sentado junto al hanyo y mirándolo- Tu abuelo era un poderoso demonio, pero la ambición era mucha y todo se manifestó de sobre manera cuando murió tu abuela. El demonio se enloqueció, decidió que era tiempo de expandirnos, de que nuestra capacidades, por ser superiores, salieran al mundo. Y lo peor, era que su mano derecha era ese idiota que te obliga a llamarlo tío...que es incluso peor.
Tu abuelo, con esa sombra en su oído, formó ejércitos que se dedicaron, antes de tu nacimiento, a matar a clanes de demonios que no querían someterse.
-No olvides lo otro- le recordó otra mujer, un poco mayor a la anterior pero igual de hermosa.
-Por supuesto que no. Parte de sus asquerosidades derivaron en que tu abuelo comenzara a raptar demonias de otros clanes y especies. La secuestraba y las forzaba a ser sus mujeres. Eso creó más conflictos, más demonios se pusieron en nuestra contra y los que morían éramos nosotros, los miembros del pueblo, pero nunca la familia del líder ni sus amigos.
-Eso explica mucho- dijo Kenji, mirando brevemente a su amiga.
-Eventualmente, aunque somos poderosos, nuestra población disminuyó considerablemente. Aparte, nos caracterizamos por no mezclarnos con otros, por lo que nacían cada vez menos niños.
-¿Y...cuando se escondieron?
-Fue cuando eliminaron a tu abuelo- el chico cambió su expresión. Aquella era la historia de Kagome e Inuyasha.- No sabemos a cabalidad cómo fue que se involucraron, pero de alguna forma una sacerdotisa famosa y un híbrido como tu, ambos conocidos como los destructores de la legendaria perla de Shikon, llegaron a enfrentarse a tu abuelo. Lo buscaron, en un recorrido donde él se dedicaba a elegir demonias para raptarlas, en uno de esos caminos lo mataron. Lo que sabemos es que, junto a él, estaban tu tío y Yorio, su mano derecha y general. Koriu se trastornó tanto por su debilidad que ocultó nuestra aldea, porque no se sentía lo suficientemente fuerte para liderarnos. Y no solo eso, la miko logró purificar los poderes demoníacos más importantes de tu tío al lastimarlo con una flecha sagrada justo en la frente. Las malas lenguas dicen que es una especie de punto débil de nuestra gente, justo entre los ojos. Por eso, Koriu siempre está con Yorio. El ya no puede hacer nada más que controlar gente débil de mente y dormir a otros, todo lo demás lo perdió.
-No tenía idea de eso. Sabía de lo mi abuelo, Koriu me hizo ir a la aldea humana para vengarme por ello, pero nunca me dijo de la pérdida de sus poderes-
-¡Claro que no! ¡Él te tiene miedo, chiquillo!- el hanyo abrió los ojos ante eso, si que le tenía miedo, sus actitudes lo demostraban y ahora solo se hacía más evidente.- Por eso, creo que tu eres la respuesta. Si logramos derrocarlo…
-¿Quieren que yo lo reemplace? ¿Un híbrido?- todos se le quedaron mirando. Algunos bufaron.
-Eso no es el asunto ahora, independiente de todo, tu eres quien puede destruirlo con más facilidad. Tenemos algunas opciones...que debemos conversarlas.
Por ahora, debes saber que tu tío está igualmente enloquecido. Está creando ejércitos, entrenando a miembros de nuestra tribu, los que quedamos que aunque tampoco somos pocos, no somos los mismos de antes. Junto a eso, creó con la alquimia poderosos venenos que se incorporan a las espadas y aumentan considerablemente la capacidad de matar de nuestro pueblo. Todo esto surge, creemos firmemente, de que se dice que antiguamente nuestra raza despedía veneno, pero se perdió con el tiempo. La leyenda explica que la sangre está sucia, que necesita renovarse para que las habilidades de antaño resurjan con gran esplendor.
-Sospechaba eso desde mi primera venida, que el veneno tenía un objeto más sucio.
-Nadie quiere eso, Kenji. Queremos paz, tú sabes cómo vivimos, somos gente seria, trabajadora y buena.- los demonios alrededor asintieron, convencidos. Esta época ya es lo bastante terrible con las guerras de los humanos para que los demonios estemos peleando igualmente. Queremos usar nuestras habilidades para defendernos, para ser mejores. No para acabarnos nosotros mismos.
El chico, mientras los miraba hablar en susurros entre ellos y mantenía junto a sí las palabras de Mineko, reflexionaba de lo curiosa que era la vida. Como todo podía cambiar, tan fácil.
-Gracias por contarme todo esto. Estoy más convencido de que debemos hacer algo. Mi pregunta es ¿que se supone que haremos, por ahora?
-Nosotros seguimos. Las reuniones son para hacer conciencia en la gente. Ahora, tú deberás liderar esta manifestación. Eres la esperanza, en el fondo. Pero, por ahora, tú dedícate a seguir con lo que haces. Entrenarte, mejorar, encontrar tu origen. Todo eso solo ayudará a que, llegado el momento, Koriu deje su puesto.
Kenji aceptó la propuesta, entre sonidos de aceptación. Hasta que la demonia joven del inicio volvió a intervenir.
-Antes de celebrar esto, te advierto algo. Tu tío es muy peligroso, más de lo que crees, Kenji. Cuídate de él. Cuídate de quienes te rodean en esa mansión. Nadie es tu amigo, nadie es tu aliado. Y, cuidado con tu sombra. Apostaría mi brazo de la katana a que te tiene en seguimientos constantes.
-Yo también lo creo- respondió Kenji. Aunque conocía esa realidad, la tenebrosidad de aquella advertencia sobre Koriu despertó su instinto y lo atemorizó un momento. Definitivamente, tenía que cuidarse de él.
Nota:
Hola a todos. Me siento mal por la demora, ruego me disculpen, he tenido semanas complicadas y no creo que mejore jajaj.
¿Están entusiasmados con el estreno de HnY? Yo sí, en parte. Tenía ganas de terminar esta historia antes pero creo que terminará para el ca jajaja. Mi idea es desarrollar todo...por eso. Y porque quiero darle un cierre con epílogo y todo.
Sospecho que este cap está enorme, tómenlo como mi pedida de disculpas :(
He extrañado mucho ver sus reviews, me gusta mucho leerlos, así que los invito a comentarme que creen sobre los personajes, que teorías tienen. Los leo, como siempre.
Mi avance es que se viene algo muuuy bueno jaja que es la visita de los lobitos a Kenji y su tío jijiji planee muchas cosas, entre ellas, algo que creo que nadie se espera, ojalá les guste.
Si pueden, pasen por mi Twitter, quería subir cositas...por ejemplo, el borrador de la línea de tiempo de los hechos de esta historia. Y, a veces, re twitteo fanarts imaginando que calzan con el fanfic jajaja.
Por últimó, especial mención a Lorenza que me escribió en un Twitter, disculpa no cumplir y gracias por leerme!
Un abrazo a todos, espero que estén super bien.
Doratina
—
Rws:
-Daide luct: hola! Gracias por tus mensajes y sorry la demora ! Como siempre, estoy demasiado entusiasmada leyendo tus teorías e ideas jajaj lo de la electricidad de kenji es algo que sí imagino, sobre todo en sus poderes que surgen de los ojos y las manos, porque la idea es que se refleje como tu dices, ese rayo azul que ve Setsuna en los primeros caps. Sobre Moroha, tambalean me agrada, verás que el entrenamiento lo situaré en una parte específica de la historia, ya verás. Sobre los poderes de Kenji, solo diré que vas por buen camino jajaj creo que este cap te dió más luces. Luego, sobre mi Morohita, me agrada tu esquema, no he querido meterme mucho con lo del sello porque como la serie sigue andando, me daba miedo contradecirme mucho, pero creo que a esta altura es inevitable jajaj. Sobre la Kirara china, es gran idea jiji gracias de nuevo! Nos leemos.
-CarmillaD: holaaaa, wooooow gracias por escribirme en cada capítulo, lo agradezco mucho, me alegró mucho leerte en tu avance en la historia y aprecio que la siguieras tan fielmente. Destacaré de tus rws algunas cosas, primero; que efectivamente la referencia de Morocha es por las galletas jaujajjaja aquí también las tenemos (Chile), segundo; me encanta que teorices de la identidad de la tribu, es algo que he tenido oculto precisamente porque Kenji no sabía NADA de sus orígenes, por eso, quería que él mismo lo fuera descubriendo en su estadía en la aldea. Me gusta esa idea de que el personaje descifre por sí mismo esas cosas, no solo que "surjan", tercero; que bueno que te gustó el sueño moderno y sí, disculpa el error, era efectivamente un corazón :( cuando termine el ffic lo editaré entero. Que risa lo del meme, antes de leer ese rw sabía que tendrías esa reacción jajaj, cuarto; te gusto el momento SesshxRin? Estoy haciendo un one shot de ellos, próximamente lo subiré, quinto y final; me encantó que destacaras lo de los híbridos y amé que notaras la referencia a HP, soy muy Potterica y la verdad este fanfic está lleno de referencias a mis libros favoritos, no solo Potter, claro. Abrazos y gracias! Nos leemos.
-Vampiresa: hola! Disculpa la tardanza y gracias por tu rw. Creo que se va aclarando el panorama de Kenji, aunque nos falta aún. Y si, Inuyasha actuó tontamente pero tiene sus razones, lo juro :( un abrazo, nos leemos!
-hghg: hola! gracias por tu mensaje. Disculpa la tardanza :( solo espero que te guste este capítulo. Por ahora, no creo que puedan verse :( principalmente porque Kenji está con muchos asuntos encima y Moroha se enfoca en los suyos, era inevitable. Pero bueno…¿qué crees que diga Moroha cuando se entere que Kenji ya tiene sus concubinas? Un abrazo, nos leemos.
-genesis: hola! Gracias por tu mensaje. Woow en verdad sé que fui dura por lo que sucedió entre Moroha e Inu, pero creeme que tiene sentido jaja. Y sí, tengo ganas de leer Mao, pero aun no he podido :( un abrazo, nos leemos.
-manu: hola, disculpa la tardanza y gracias por tus rws fieles de siempre. ¿Fue corto? Jajaja ¿y este?
Me sorprende que el fandom de Inu es bien difícil, me da miedo a veces. Por eso tengo bajo perfil jaja.
No dije que sea mala de "villana, malvada, diabólica" me refiero a mala como niña consentida, no es que sea diabólica, sino que a veces por coqueta y por ser linda es cruel. Así como Ukyo es brusca o Akane es gruñona.
Tienes razón, los fandom se fomentan con los múltiples shipps y así funciona Rumiko igualmente.
Si conozco como Rumiko pareciera "repetir" personajes, pero yo me lo tomo como auto referencia o "patrones" que funcionan bien, como pasa también con los números impares en sus historias, que permiten que los grupos de protas funcionen mejor.
Me dió risa lo del gemelo, me lo imaginé, algo así a jauja sería ideal, dejamos felices a ambas sacerdotisas.
Sobre Inu, sigo defendiendolo. Sí, actuó de manera terrible pero tampoco es algo que él no haría, solía ser impulsivo, brusco y si se trata de cuidar a su hija y su familia, no veo porque no haría algo por el estilo. Además, en mi historia, todo tiene un sentido.
A mi me gusta el Ranma x Akane, hace poco leí el último tomo del manga que me llegó y wwwoooww es mejor que el anime. Pero entiendo, es verdad que está saturado, si por ideas nuevas tienes razón, necesitamos cosas candentes además jajajaj.
Me gustaría ver a la esposa de Kirinmaru, pero lo dudoooo, creo que máximo daran luces de la historia de su hija.
Gracias de nuevo, nos leemos!
