Bueno aqui les traigo el cap 4 de esta historia...quiero pedirles a todos..--...-- deisculpas por la larga demora..pero en fin más vale tard que nunk.. Aqui les dejo el cap disfrutenlo...
IV
El silencio no se hizo esperar, todos los presentes veían con temor y repasaban con el mismo sentimiento la figura y las palabras de la chica, ella por su parte se paró con dificultad mientras observa a los demás. Poco a poco se acercó a la estatua del dragón al mismo tiempo en que turnaba su vista entre la lagartija y lo que protegía.
-Todo aquel que pise este templo y no pertenezca a la elite que lo protege será recompensado con la muerte...- cito la chica volteando a ver a todos.
-¿Qué quieres decir con eso...?- preguntó temeroso el chico brasileño.
-Cada 100 años, el dragón negro sale de su escondite para convertir el mundo en destrucción y caos...el incentivo que necesita para su renacer es la presencia de los cuatro dragones ... aire, agua, fuego y tierra... para una sacerdotisa basta con mirar para percatarse de que son ustedes ellos, además de venir acompañados de Dojo... ¿no?-
-¿Cómo sabes quiénes somos?- dijo la japonesa viendo inquisitoriamente a la chica
-Tienen una presencia muy fuerte...es natural que sepa cosas así...- acercándose a ellos-
-¿Y se puede saber por que seremos nosotros los que volveremos a la vida a esa cosa?- señalando al dragón
-Ya están aquí...es algo inevitable...-
-No tan inevitable como que yo decida no hacerlo- se excuso el dragón del aire
-Pues aunque no lo creas el ya absorbió una parte de sus esencias o al menos lo necesario para sus propósitos ...-
-Pero como señorita...- intervino el vaquero
-Este recinto tiene un conjuro...el dragón oscuro absorberá la mitad de toda esencia fuerte o débil...no obstante ustedes por ser los dragones y máxima representación de los elementos son más fuertes que cualquiera...- tomó una pausa y volteó a ver el dragón- A mi me toco cuidar de que él no despertara...pero está mas que claro que no hice muy bien mi encomienda...-
-No tienes la culpa..si bien este lugar tiene el maleficio que nos dijiste es algo inevitable que él vaya a revivir- la apoyo la joven guerrera del fuego
-Mi trabajo como guardiana era el de evitar que ustedes llegasen-
-¿Y por qué no evitaste que Kimiko y Jack cayeran?- preguntó el tejano.
-No existen coincidencias solo lo inevitable...era inevitable que ellos dos cayeran y que todo esto pasara...todo esta escrito en el libro...-
-¿Libro?- preguntaron todos.
-Si el libro del destino...- dijo extrañada- ¿nunca habían escuchado de él?-
-No nunca les hemos dicho sobre eso...- dijo el dragón miniatura
-Podría decirnos señorita de que se trata eso del libro del destino...- se acercó a ella el pequeño Omi
-Desde el inicio de los tiempos..cuando la tierra era joven un libro apareció...se dice que este mostraba las cosas que iban a suceder en sus páginas...conforme los milenios pasaban las palabras mostraban más del futuro a aquellos que tenían el privilegio de leerlo. Allí están escritos nuestros destinos y se dice que aquella persona con el poder suficiente es capaz de cambiar lo escrito en él...-
-Eso quiere decir que yo puedo cambiar el echo de que caímos acá- dijo el moreno brasileño confiado
-Me temo que no...una parte de la profecía dice que los dragones elegidos para cuidar los elementos, no serán capaces de cambiarlo...al perecer los primeros dragones lo intentaron y no pudieron lograrlo...- explicó la chica.
-Ya veo...- terció la japonesa- ¿Y cuando despertará el demonio?-
-Se dice que cinco meses después de haber absorbido el poder necesario...-
-Entonces tenemos tiempo..¿no?- intervino de nuevo el brasileño
-¿Tiempo para que Raimundo?- cuestionó el pequeño monje
-Pues para conseguir el libro y cambiar el hecho de que llegáramos aquí...-
-Esa idea me gusta vaquero...- intervino el joven tejano.
-Disculpen, no quiero interrumpir, pero si son ustedes los elegidos y el dragón...¿quién es ese?- señalando a Jack Spicer.
-Pues yo soy Jack Spicer el genio del mal...- se enalteció el pelirrojo.
-Es la piedra de nuestro zapato- dijo el brasileño mandándole una mirada de muerte al enamorado
-¡Ven y dímelo acá!- retó el genio
-Pues ya vas a ver...- dijo acercándose enfadado y con el puño casi levantado.
-¡Basta!- gritó el dragón de fuego- No tenemos tiempo para estas tonterías, ustedes dos se tragan sus insultos y los sueltan en otro momento y cuando yo este de humor para escuchar sus estupideces...pero ahora es más importante ver que vamos a hacer con el dragón oscuro...-
-Si señora...- dijeron por lo bajo y apenados los dos enamorados.
-Disculpen pero, será mejor que salgamos de aquí- dijo el joven rubio mientras se acomodaba su sombrero- pero antes que nada...señorita sería usted tan amable de decirnos su nombre-
-Perdón...- sonrió- me llamo Adi-
-Pues entonces señorita Adi, es para mi un placer conocerla- dijo como de costumbre, de manera cortés, el joven monje.
-Pienso igual pequeño Omi...-
-Entonces a salir de aquí...- dijo el brasileño.
-Que le pasa maestra- dijo la pequeña chica de ojos azules y cabellos negros.
-Va a despertar...- abrió los ojos, pues estaba meditando- Adi...
-La señorita Adi...eso quiere decir que ella deberá...- dijo mostrándose alarmada y poniendo sus manos en su boca.
-Me temo que si...aunque antes que eso, ella deberá aprender algo muy importante y creó que el indicado de enseñárselo será Funk...-
-El maestro de los monjes Xiaolin...-
-Alice...-
-Si señora- tomando posición de cadete
-Ve y dile a las demás superioras que se preparen...dentro de 5 meses él volverá y necesitaremos preparar a la elegida...- parándose con dificultad y viendo a la chica.
-Si...- ocultando sus ojos azulados, quienes ahora mostraban tristeza.
El sol ya estaba por ponerse y se daba la hermosa vista de la playa. Las rocas eran arropadas por las olas suaves y serenas, todo estaba tranquilo. La brisa movía juguetonamente los cabellos oscuros de la sacerdotisa guardiana de la oscuridad. Todos ellos estaban dispuestos a hacer lo que fuese para detener- lo que en algunos meses- se desataría. Por otra parte, el joven de cabellos rojizos siguió su camino, no sin antes dejar de mirar a la japonesa que traía su obsequio puesto.
La miró un rato, luego desvió la mirada a la chica con la que se habían topado, todo esto del libro del destino le era un poco trillado. Pero, tal vez, esto le podría beneficiar, es decir, con todo esto de cambiar lo escrito en las páginas de dicha enciclopedia, dejaría a la chica de sus sueños distraída, cosa que – de seguro- le sería ventajoso en esto del admirador secreto.
-Bueno chicos, lo mejor será ir al templo- dijo el dragón- Adi...¿vendrás con nosotros?
-Si pequeño Dojo...- sonriéndole a la lagartija y luego dirigiéndose al grupo- claro, sino les molesta que valla con ustedes jóvenes dragones...
-Que va...para mi todo un placer...sería bueno de vez en cuando tener en el templo a una chica linda...- mencionó con un toque de picardía el brasileño, y lo que no pasó desapercibido para el vaquero fue la mirada asesina que la japonesa le lanzó.
-Bueno...gracias...joven Raimundo- contestó tímidamente ante el comentario.
-Te recomiendo Adi que no le hagas caso, Rai tiene la mala maña de dársela del muy hombre cuando apenas es un chiquillo...- con deje de molesta.
-¡Como dices!- gritó enfadado...
-¡Tal y como lo escuchaste!- le respondió.
-Ya chicos quédense tranquilos, miren que debemos ir al templo para contarle de todo al maestro- sirvió de intermediario el joven dragón de tierra
-Me parece bien Clay...- dijo la chica de cabellos negros, volteó a ver la chica recién conocida y le sonrió- disculpa...creo que el espectáculo está de más.
-No te preocupes por eso...
-Kimiko...por favor llámame por mi nombre de pila...nada de formalidades...-
-Eso también va con nosotros...- terció el brasileño, sonriéndole seductoramente a la japonesa, gesto que no paso por debajo de la mesa a la vista de halcón de Clay.
-Me parece bien...- les sonrió.
-Bueno queridos compañeros, creo que ya se ha hecho muy tarde, creo que sería bueno que nos fuéramos ya...- intervino el pequeño monje
-Me parece bien Omi...Dojo por favor-
-Como gustes Kim...- convirtiéndose en dragón- Monten ya...-
El viento se hacía cada vez más y más frío, el brasileño quien se encontraba de último tenía a la joven guerrera del fuego frente a sí, vio como la chica tiritaba un poco y decidió arriesgarse. La abrazó por detrás y la atrajo más a él para – de ese manera- darle un poco de calor. Consiguió darle mucho, pues la cara de la japonesa se tornó completamente roja. Igual que él. Ahora si que todo se estaba poniendo más claro a sus ojos, no había duda que Raimundo era su admirador secreto. Al menos dejemos que ella piense así.
-Saben ahora que me acuerdo, después de toco nadie se quedó con el Shen Gong Wu.
-Omi-san te refieres a eso...- dijo la chica de ojos oscuros sacando de su túnica la sortija.
-¿Cuándo la encontraste?- preguntó asombrado el vaquero
-Caminando por el túnel, buscando la salida, hace rato, me tope con ella, pensé que era de Kimiko...- dicho esto todos voltearon a ver a la mencionada quien se encontraba en brazos del brasileño, casi dormida. No dijeron nada, pero el rubio y la castaña se sonrieron de manera cómplice...
